OLI-54 ESTUDIO MOLECULAR DE LA FLORACIÓN DEL OLIVO (OLEA EUROPAEA): CLONACIÓN DE LOS GENES LEAFY Y APETALA, CUANTIFICACIÓN DE SU EXPRESIÓN GÉNICA A LO LARGO DE DOS AÑOS MEDIANTE PCR A TIEMPO REAL (QRT–PCR) Y ANÁLISIS DEL POLIMORFISMO ENTRE CULTIVARES CARMEN GARCÍA–LIMONES1, YOSELÍN BENÍTEZ1,2, PILAR HERNÁNDEZ3, ANTONIO MARTÍN3, CARMEN DEL RÍO4, JUAN MANUEL CABALLERO4, HAVA F RAPOPORT3, JOSÉ LUIS CABALLERO1, JUAN MUÑOZ–BLANCO1, GABRIEL DORADO1* 1 Dep. Bioquímica y Biología Molecular, Campus Rabanales C6–1–E17, 14071 Córdoba; 2Delbruck Laboratory, Cold Spring Harbor Laboratory, One Bungtown Road, ZIP 11724, New York (USA), 3 Instituto de Agricultura Sostenible (IAS), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Alameda del Obispo s/n, 14071 Córdoba; 4Instituto de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), Alameda del Obispo s/n, 14071 Córdoba *Autor para correspondencia: Gabriel Dorado, Dep. Bioquímica y Biología Molecular, Campus Rabanales C6–1–E17, 14071 Córdoba (Spain); eMail <bb1dopeg@uco.es>; Tel: +34 957 218689; Fax: +34 957 218592 FORO DEL OLIVAR Y MEDIO AMBIENTE RESUMEN El periodo juvenil del olivo (Olea europaea) es prolongado (de 2 a 30 años, según condiciones) y está caracterizado por la incapacidad reproductora, dificultando la mejora en este cultivo. La reducción de la fase juvenil supondría un gran beneficio para la mejora del olivo, pero no se conocen los procesos moleculares específicos que la gobiernan. El objetivo del presente trabajo es el uso de metodologías moleculares para obtener información sobre la juvenilidad y floración del olivo. Además de las técnicas clásicas de biología molecular, se ha empleado la metodología de Amplificación de cDNA (RACE; del ingles, “Rapid Amplification of cDNA Ends”), así como la cuantificación de la expresión génica mediante PCR en tiempo real (QRT–PCR; del ingles, “Quantitative Real–Time PCR”). De este modo se han clonado y secuenciado los cDNAs de los genes leafy y apetala del olivo. Ello ha permitido estudiar el patrón de expresión espacio–temporal de estos genes a lo largo de dos años. Las proteínas deducidas muestran homología con proteínas como LEAFY y MADS–box de otras plantas, confirmando su identidad. La expresión de ambos genes es necesaria para que se produzca el desarrollo floral. Generalmente se encuentran mayores niveles (sobre todo de leafy) en las yemas de los ramos no cargados (que se supone se diferenciarán en flores) que en las yemas de los ramos cargados. Cuando las yemas se han diferenciado a flores, sólo es necesaria la expresión de apetala y no de leafy, lo cual es lógico ya que apetala es responsable de la identidad de los órganos florales en otras plantas. Por otro lado, hemos encontrado polimorfismo genético en los genes leafy y apétala de diferentes cultivares de olivo. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS El olivo (Olea europaea L.) es un árbol polimórfico, que presenta fases juvenil y adulta. El periodo juvenil es prolongado (de 2 a 30 años, según condiciones) y está caracterizado por la incapacidad reproductora. Cuando las semillas se establecen directamente en el campo, en condiciones normales de cultivo, la fase juvenil puede prolongarse más de 15 años. Esto supone un problema a la hora de abordar trabajos de mejora en este cultivo. Aunque la reducción de la fase juvenil supondría un gran beneficio para la mejora en la agricultura, no se conocen con exactitud los procesos específicos que gobiernan el periodo juvenil en árboles cultivados. Una vez alcanzada la fase adulta, las plantas presentan la capacidad de reproducirse. Sin embargo, la mayoría de ellas requieren además un estímulo medioambiental apropiado, para la transición de un estado vegetativo a reproductor. El estímulo necesario para inducir la floración en árboles de cultivo ha sido investigado, evaluando la respuesta al tratamiento con fitohormonas, condiciones del cultivo (fotoperiodo, nutrición, temperatura, etc) e injertos (Lynn et al., 2004). Sin embargo, la información 1 acerca de los mecanismos genéticos que gobiernan la transición del estado vegetativo al reproductivo en árboles de cultivo es relativamente limitada (Lynn et al., 2004). En plantas modelo como Arabidopsis han sido identificados numerosos genes involucrados en la transición de fase vegetativa a reproductiva y en el desarrollo del meristemo floral. Entre ellos, leafy (LFY) y apetala (AP1) forman parte de los denominados genes de identidad del meristemo floral (Mandel y Yanofsky, 1995; Pelaz et al., 2001). Mutaciones en pérdida de función en LFY y AP1 en Arabidopsis resultan en la sustitución de flores por tallos o estructuras como tallos, mientras que la sobreexpresión de dichos genes genera una floración temprana y una transformación de tallos a flores (Mandel y Yanofsky, 1995; Blazquez et al., 1997). En numerosas especies vegetales se han aislado genes homólogos de LFY y AP1 que generan fenotipos similares cuando se sobreexpresan en Arabidopsis (Coen et al., 1990; Berbel et al., 2001; Carmona et al., 2002; Wada et al., 2002; Calonje et al., 2004), indicando una conservación de la función de estos genes entre especies. La floración en el olivo ocurre en yemas axilares de brotes con crecimiento vegetativo del año previo a la floración. La escasa información sobre los fenómenos de la floración y la alternancia en el olivo (vecería) ha llevado a muchos autores a estudiar la yema por ser el órgano de diferenciación (Rapoport, 2004). En este cultivo no se distingue fácilmente entre una yema vegetativa o una reproductora hasta su brotación (pasado el periodo invernal), aunque se han demostrado ciertas diferencias histoquímicas o morfogenéticas antes del invierno. El estudio de la expresión de leafy y apetala durante el desarrollo de la yema en olivo puede ayudar a esclarecer los mecanismos involucrados en la diferenciación de las mismas a vegetativas o reproductoras. Por otro lado, como se ha indicado, el olivo presenta un prolongado periodo juvenil, lo que supone un problema a la hora de realizar trabajos de mejora en este cultivo. Aunque actualmente existen procedimientos que permiten el acortamiento de la fase juvenil a unos dos años, siguen siendo muy costosos. En este sentido el aislamiento de leafy y apetala y su posterior clonación en olivo, pueden representar un método útil que permita acortar la fase juvenil, además de solventar el problema de la alternancia en este cultivo. El objetivo del presente trabajo es el uso de metodologías moleculares para obtener información sobre los aspectos anteriormente mencionados. Además de las técnicas clásicas de biología molecular se ha empleado la metodología de Amplificación de cDNA (RACE; del ingles, “Rapid Amplification of cDNA Ends”), así como la cuantificación de la expresión génica mediante PCR en tiempo real (QRT–PCR o QRT; del ingles, “Quantitative Real–Time PCR”). De este modo se han clonado y secuenciado los cDNAs de los genes leafy y apetala del olivo. Ello ha permitido estudiar el patrón de expresión espacio–temporal de estos genes a lo largo de dos años, mediante la metodología QRT–PCR. METODOLOGÍA DE TRABAJO EMPLEADA Se han utilizado árboles de olivo de la variedad ‘Picual’ ubicados en el campo de experimentación del “Instituto de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica” (IFAPA; antiguo CIFA) de Córdoba. En los árboles, se seleccionaron ramos no cargados y ramos cargados, de los que se tomaron muestras de yemas durante dos años. La yemas axilares fueron aisladas de la parte distal, intermedia y basal (en el caso de los brotes de ramos no cargados) y de la parte distal (desde el fruto hasta el ápice) en los ramos cargados. También se tomaron muestras de yemas apicales y de chupones como controles, debido a la baja o nula probabilidad de floración de las mismas, respectivamente. Durante los meses de marzo y abril (una vez producida la floración) se tomaron muestras de flores y de yemas retrasadas (que no habían florecido), de ramos que presentaban crecimiento vegetativo y de ramos con crecimiento floral. Los cDNAs de los genes leafy y apetala han sido aislados a parir de RNA total obtenido de yemas de olivo mediante la estrategia RACE, usando el sistema “SMART RACE cDNA Amplification Kit” (BD Biosciences/ Clontech). Los estudios de expresión de los genes leafy y apetala se han realizado mediante QRT–PCR a tiempo real en un termociclador iCycler (Bio–Rad). Para ello se aislaron muestras de RNA de los diferentes tipos de yemas utilizando el sistema “Total RNA Mini Kit” (BioRad), siguiendo las instrucciones de la casa comercial. Las muestras de RNA fueron retrotranscritas utilizando cebadores 2 reversos específico que hemos diseñado. Como gen control interno (“housekeeping”) para normalizar la expresión de los genes diana se utilizó un interespaciador 16S–23S del rRNA de olivo. INNOVACIÓN Y RELEVANCIA DEL TRABAJO El presente trabajo representa el primer estudio moleculares sobre la floración del olivo. Dicha información es esencial no sólo para conocer mejor la biología de la floración, sino también para poder diseñar una estrategia eficiente para reducir el periodo juvenil del olivo. Éste es un fenómeno que tiene un elevado costo económico, ya que hay que esperar al menos dos años –y típicamente seis años– para obtener flores a partir de una semilla. Los conocimientos sobre la biología molecular de la floración pueden ser muy útiles para acelerar, racionalizar y optimizar los programas de mejora genética del olivo. A tal fin, se han aplicado por primera vez en el olivo dos técnicas moleculares poderosas y complementarias (RACE y QRT–PCR) para clonar y cuantificar la expresión génica de los genes leafy y apetala. Ello ha permitido determinar el patrón de expresión de estos genes en diferentes yemas vegetativas y florales a lo largo de dos años. Estos estudios han demostrado la importancia de dichos genes como marcadores de floración y en futuros proyectos de mejora genética tradicional o de ingeniería genética de Olea europaea. La cuantificación mediante QRT–PCR de los niveles de expresión de estos genes “marcadores” de floración clonados en este estudio permite pronosticar a priori el comportamiento de yemas y variedades de olivo respecto a la floración, en función de los niveles basales o superiores de expresión que posean. Ello representa una valiosa herramienta para el mejorador de esta especie, ya que hasta la fecha no había sido posible — evitando así los problemas de tiempo requerido y costo que ello representa— en dichas evaluaciones. Adicionalmente, también posibilita la utilización de tales genes inducibles para caracterizar las variedades en estadíos muy tempranos. Por otro lado, se pueden utilizar los genes descritos para evaluar y cuantificar la capacidad inductora de cualquier agente o tratamiento de floración, así como para determinar las dosis y tiempos óptimos de aplicación. RESULTADOS, DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Los cDNAs de los genes leafy y apetala de olivo han sido aislados mediante la técnica RACE a partir de RNA de yemas de olivo. Las proteínas deducidas de las secuencia de cDNA mostraron una elevada homología con proteínas tipo LEAFY y MADS–box de otros organismos, confirmando su identidad. El análisis de los niveles de expresión de leafy y apetala en los distintos tipos de yemas durante dos años reveló diferencias en los patrones de expresión de dichos genes. En el caso de leafy, los cambios más significativos en los niveles de mRNA se encontraron en las muestras de enero, del 2 de febrero y de abril. En los meses de enero y febrero, los mayores niveles de expresión de leafy aparecieron en las yemas de los ramos no cargados (RNC), que presuntamente se diferencian posteriormente en flores (RNC distal en las muestras de enero y RNC distal, intermedio y basal en las del 2 de febrero) que en las yemas de los ramos cargados (RC). Una vez que se produjo la floración (marzo), se encontraron niveles elevados de leafy en yemas retrasadas de ramos de dos tipos: con desarrollo vegetativo (retrasadas de RV) y con desarrollo floral (retrasadas de RF), encontrándose niveles bajos de expresión tanto en las flores de marzo como las de abril. Este patrón diferencial de expresión de leafy entre los distintos tipos de yemas sugiere la necesidad de su expresión génica para la transición de estado vegetativo a reproductivo. Una vez que se ha desarrollado la inflorescencia, sólo sigue expresándose en las yemas retrasadas que no han llegado a diferenciarse a flores. El comportamiento de apetala es algo diferente. En este caso no se encuentra ningún cambio significativo en la expresión durante los meses noviembre–enero. Sin embargo, en febrero, al igual que leafy, se encontraron mayores niveles de expresión de apetala en las yemas de ramos no cargados (RNC basales) que en las de ramos cargados. Los mayores niveles de expresión de apetala se mostraron en flores tanto de marzo como de abril, lo cual está de acuerdo con su papel en el desarrollo de los distintos órganos florales encontrado en otras plantas. Por otro lado se han amplificado y secuenciado secuencias genómicas de leafy y apetala de diferentes cultivares de olivo (‘Arbequina’, ‘Dolceagoia’, ‘Domat’, ‘Frantoio’, ‘Gordal de Sevilla’, 3 ‘Hojiblanca’, ‘Leccino’, ‘Lechín de Sevilla’, ‘Manzanilla de Sevilla’ y ‘Picual’), habiéndose encontrado polimorfismos de un solo nucleótido (SNPs; del inglés “Single Nucleotide Polymorphisms”). Las principales conclusiones de este trabajo son: 1. Se han aislado los cDNAs de los genes leafy y apetala de olivo. Las proteínas deducidas muestran homología con proteínas como LEAFY y MADS–box de otras plantas, confirmando su identidad. 2. La expresión de ambos genes es necesaria para que se produzca el desarrollo floral. Generalmente se encuentran mayores niveles (sobre todo de leafy) en las yemas de los ramos no cargados (que se supone se diferenciarán en flores), que en las yemas de los ramos cargados. 3. Cuando las yemas se han diferenciado a flores, sólo es necesaria la expresión de apetala y no de leafy, lo cual es lógico ya que apetala es responsable de la identidad de los órganos florales en otras plantas. 4. Existe polimorfismo genético en los genes leafy y apétala de diferentes cultivares de olivo. REFERENCIAS Berbel et al. (2001). Plant Journal, 25: 441–451. Blazquez et al. (1997). Development, 124: 3835–3844. Calonje et al. (2004). Plant Physiology, 135: 1491–1501. Carmona et al. (2002). Plant Physiology, 130: 68–77. Coen et al. (1990). Cell, 63: 1311–1322. Lynn et al. (2004). Plant Physiology, 135: 1540–1551. Mandel y Yanofsky (1995). Nature, 377: 522–524. Rapoport (2004). En: Barranco et al. (eds). “El Cultivo del Olivo”. Mundi–Prensa (Madrid). Wada et al. (2002). Plant Molecular Biology, 49: 567–577. AGRADECIMIENTOS Financiado por Proyecto CAO00–018–C7–3 (Consejerías de Agricultura y Pesca/Innovación Ciencia y Empresa) y Grupo PAI CTS–413, Junta de Andalucía. 4