Requisitos del divorcio unilateral.07.06.10.

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Corte Suprema, 07/06/2010,
2857-2010
Luis Orozco Barraza con María Acula Solis
Tipo: Recurso de Casación en el FondoResultado: Rechazado
Descriptor
Divorcio unilateral; requisitos. Cumplimiento de la obligación de alimentos; interés superior
del niño. Incumplimiento de la obligación alimenticia debe ser grave y reiterado. Carga de la
prueba; los hechos por regla general los prueba quien los alega.
Doctrina
Para que proceda el divorcio unilateral, el legislador exige que concurran los siguientes
requisitos: el cese efectivo de la convivencia por a lo menos tres años; que el demandante
acredite (siempre que el otro cónyuge lo requiera) si ha dado cumplimiento a la obligación de
alimentos respecto del demandado e hijos comunes; y que no se haya producido
reanudación de la vida en común con ánimo de permanencia, ya que esto interrumpe el
cómputo
del
plazo
de
tres
años
antes
mencionado
La posibilidad de enervar la acción en virtud del incumplimiento de la obligación de alimentos,
requiere que el incumplimiento sea grave y reiterado, solo en este caso se trata de una
excepción perentoria que debe probar quien la alega, en los términos del artículo 1698 del
Código
Civil
Esta excepción busca dar cumplimiento efectivo a los principios de interés superior de los
hijos y protección del cónyuge más débil. Ahora bien, en autos no se logró acreditar el
carácter de grave y reiterado, por lo que el recurso no podrá prosperar
Legislación aplicada en el fallo :
Código Civil art 1698; Ley N° 19947 Año 2004 art 55;
Ministros:
Gabriela Pérez Paredes; Patricio Valdés Aldunate; Rosa Egnem Saldías; Rosa María Maggi
Ducommun; Urbano Marín Vallejo
Texto completo de la Sentencia
Se resuelve lo siguiente:
Lectura de sentencia
Chillan, cinco de octubre de dos mil nueve.
Vistos. Oído y teniendo presente:
Primero: Que se ha deducido demanda de Divorcio por cese de la convivencia por don Luis
Eduardo Orozco Barraza, trabajador, domiciliado para estos efectos en calle Libertad Nº 725
de esta ciudad en contra de doña María Teresa Acuña Solís, labores de casa, domiciliada en
Barros Arana Nº 341 de Chillan, señalando que contrajeron matrimonio el 13 de agosto de
1984, que de dicha unión matrimonial nacieron dos hijos ambos mayores de edad y que se
encuentran separados real y efectivamente hace más de nueve años habiendo transcurrido
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el plazo mínimo que la Ley de Matrimonio Civil exige para impetrar la acción deducida en
estos autos. Por tanto, en mérito de lo expuesto y disposiciones legales citadas solicita
acoger la demanda de divorcio por cese efectivo de la convivencia por más de tres años,
ordenando subinscribir la sentencia que se dicte al efecto, todo ello con costas en caso de
oposición.
Segundo: Que, en la audiencia especial de conciliación verificada por mandato del artículo 67
de la Ley de Matrimonio Civil, las partes son llamadas a conciliación e instruidas acerca de la
posibilidad de ser derivadas a mediación, con la finalidad de examinar las condiciones que
contribuyan a superar el conflicto de la convivencia conyugal y verificar la disposición de las
mismas para hacer posible la conservación del vínculo matrimonial, siendo ambas
alternativas rechazadas.
Que, en la audiencia preparatoria celebrada a continuación, la demandada contesta la
demanda señalando que no es efectivo que exista un cese de convivencia que se haya
mantenido por un lapso de tiempo superior a tres años; así mismo, se opone al divorcio en
conformidad a lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 55 de la ley Nº 19.947, basado en
que el actor principal ha dado incumplimiento reiterado a sus obligaciones alimenticias,
respecto de los hijos matrimoniales.
Tercero: Que conferido el traslado, para contestar la oposición, el demandante señala que no
existe deuda pendiente por concepto de pensiones alimenticias y que siempre ha contribuido
a las necesidades de sus hijos como buen padre de familia.
Cuarto: Que no se han acordado por las partes convenciones probatorias. Quinto: Que los
hechos a ser probados en audiencia de juicio son los siguientes:
a. Efectividad que las partes se encuentran separadas de hecho hace más de 3 años, sin
que haya existido reanudación de la vida en común en el ínter tanto.
b. En la afirmativa anterior, fecha en que se produjo el cese de la convivencia.
c. Efectividad que el demandante principal se encontraba obligado al pago de pensiones
alimenticias respecto de sus hijos matrimoniales y que no ha dado cumplimiento a esta
obligación pudiendo hacerlo.
Sexto: Que las partes ofrecieron y rindieron los siguientes medios de prueba en la audiencia
de juicio:
I. Prueba demandante:
Documental
a. Certificado de matrimonio, el cual da cuenta que las partes contrajeron el vínculo el 13 de
agosto de 1984 en la circunscripción del Oficial del Registro Civil de Chillan; matrimonio que
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se inscribió con el Nº 613 del año 1984.
b. Certificados de nacimiento de los hijos de filiación matrimonial.
c Correspondencia remitida al actual domicilio del demandado consistente en: estados de
cuenta de casas comerciales, boletas de consumo de servicios de agua potable y de
telefonía durante el período 1996, 1997, 1998, 1999; se adjunta, también, un despacho
enviado el año 2005 a ese mismo domicilio.
d. Certificado emitido por el Colegio Padre Hurtado donde consta que María José Orozco
Acuña fue alumna de ese establecimiento educacional donde cursó segundo, tercero y
cuarto año de enseñanza media; que durante el año 2002, su apoderado fue su madre doña
María Teresa Acuña y durante los año 2003 y 2004, su padre, José Luis Orozco.
e. Certificado emitido por el Colegio Da Vinci donde consta que Eduardo Matías Orozco
Acuña fue alumno de ese establecimiento hasta diciembre de 2007 fecha de su egreso de
enseñanza media. Que, según los registros del establecimiento, hasta el año 2002, fue su
apoderado doña María Teresa Orozco; que cuando cursó tercer y cuarto año de enseñanza
media, ambos padres aparecen como sus apoderados.
Oficio: El Departamento de Control de Fronteras de la Policía de Investigaciones de Chile
informe, con fecha 13 de febrero de 2009, las salidas y entradas al país de doña María
Teresa Acuña Solís y de sus hijos María José Y Matías Eduardo Orozco Acuña. Que, de
acuerdo a lo informado, la Sra. Acuña Ortiz registra salidas de Chile con destino a Perú
durante los años 2002 a 2005.
Testimonial: Con los dichos de las siguientes personas quienes, legalmente juramentadas, e
interrogadas separadamente, señalaron:
a. Héctor Hernán Ortega Villagrán, Run 8.756.840 7. Que conoce a las partes del juicio hace
20 años aproximadamente, porque es compañero de trabajo del demandante, por eso sabe
que ambos son cónyuges entre sí pero se encuentran separados de hecho hace diez años.
Que, con cierta periodicidad, visita la casa de Luis Orozco por lo que le consta que no ha
reanudado la vida en común con la demandada. Que, durante los últimos diez años, los hijos
han vivido junto a su padre.
b. Carlos Luis Fuentealba Gutiérrez Run 13.481.152 8 que conoció a Luis Orozco hace casi 5
años en su lugar de trabajo, iniciándose una relación de amistad que se mantiene hasta el
día de hoy, por eso sabe que está separado de hecho; que cuando lo conoció ya había
puesto término a la convivencia conyugal. Que Luis Orozco tiene dos hijos. Matías y María
José; el primero estudia en Chillan y vive en su mismo domicilio; la segunda, reside en
Concepción sólo por razones de estudio pero tiene su domicilio en Chillan en casa de su
padre. Que, en los últimos cuatro años, ha visitado esporádicamente la casa del
demandante, nunca ha visto allí a la demandada ni menos, la visto haciendo vida matrimonial
con el demandante. Que Luis Orozco ha iniciado una nueva relación de pareja hace más dos
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años y medio.
c Juan Omar Suárez Lagos Run 6.427.298 5 Que conoce a las partes del juicio hace más de
treinta años porque trabaja en la misma empresa que el demandante, que por eso sabe y le
consta que está casado con María Teresa Acuña de quien se separó de hecho
aproximadamente, 6 a 7 años a la fecha. Que no visita la casa del demandante hace varios
años pero pasa todos los días a buscarlo para trasladarlo a su lugar de trabajo; en su
domicilio vive con su hijo Matías; tiene otra hija, María José, que estudia en Concepción. Que
el demandante tiene una nueva pareja hace tres años, a ella la conoció en las celebraciones
que organiza la empresa para sus empleados y es frecuente verlos juntos en lugares
públicos.
Declaración de la contraparte: María Teresa Acuña Solís Run 10.006.042 6. Que no recuerda
el domicilio que tuvo durante los años 2003 hasta la fecha. Que no es efectivo que se
encuentre separada de Luis Orozco hace tres años. Que no recuerda exactamente fecha de
separación. Que actualmente ha reanudado la vida en común. Que es madre de una niña de
2 años y medio hija de una relación extra conyugal. Que, una vez separada de su cónyuge,
inició el año 1999 una causa de alimentos menores en el Juzgado de Menores de Chillan y,
en esta causa, se acordó una pensión, primero de $ 50.000. , durante dos meses, que
aumentaría a $ 80.000. a contar del tercer mes; en ese avenimiento quedó establecido que
esta pensión se reajustaría de acuerdo a la variación del I.P.C. Que nunca pidió aumento de
pensión porque el reajuste operaría automáticamente de acuerdo a la variación del I.P.C.
Que el pago de la pensión ha sido irregular; pero nunca solicitó que el cumplimiento se
hiciera efectivo por medio de apremios porque prefería tratar este asunto directamente con
su marido sin llegar hasta Tribunales.
II. Pruebas demandada:
Documental. La demandada prescinde de la documental ofrecida consistente en certificados
de matrimonio de las partes y de nacimiento de los hijos matrimoniales por haber sido
incorporada en audiencia por la demandante.
II. Oficios
a. Se trajo a la vista causa Rol Nº 22.738 A del Juzgado de Menores de Chillan por
alimentos, ingresada con fecha 22 de marzo de 1999; este expediente consta de dos fojas: la
primera corresponde al acta de avenimientos suscrita por las partes de este juicio ante el
Tribunal de Menores de Chillan con fecha 22 de marzo de 1999; la segunda foja, a una
resolución dictada por el Tribunal ordenando el archivo de la causa.
Séptimo: Que de acuerdo a la prueba ofrecida, este Tribunal estimó innecesario hacer uso de
la facultad establecida en el artículo 29 inciso segundo de la ley Nº 19.968, cual es ordenar
prueba de oficio.
En cuanto al divorcio y oposición:
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Octavo: Que con el mérito de la demanda de alimentos menores rol Nº 22.738 del Juzgado
de Menores de Chillan donde consta declaración de las partes de fecha 22 de marzo de 1999
en la que manifiestan, expresamente, haber puesto término a la vida en común, unida a la
prueba testimonial rendida por la actora, con los dichos de testigos que impresionan como
personas imparciales y veraces capaces de percibir con sus sentidos los hechos sobre los
cuales declaran, estando contestes en que efectivamente las partes se encuentran
separadas hace más de tres años; probanzas que apreciadas conforme a las normas de la
sana critica resultan suficientes para dar por establecido que están separados de hecho hace
más de tres años, sin que haya existido reconciliación o reanudación de la vida en común en
el ínter tanto, formando por ende la convicción en esta sentenciadora sobre la verificación de
tal hecho.
Noveno: Que la demandada si bien reconoció el cese de la convivencia por más de tres
años, se opone a la acción fundada en el inciso tercero del artículo 55 de la ley Nº 19.947
debiendo cumplirse los siguientes requisitos copulativos:
l. Que el actor durante el cese de la convivencia no haya dado cumplimiento a su obligación
alimenticia.
2. Que ese incumplimiento sea reiterado respecto del cónyuge demandado y de los hijos
comunes.
3. Que el actor haya podido cumplir dicha obligación alimenticia.
Décimo: Que en cuanto al peso de la prueba de los requisitos anteriores, se debe tener
presente el régimen de bienes existentes entre los cónyuges, que en este caso era el de la
sociedad conyugal.
Decimoprimero: Que en este sentido la demandada debía señalar en su oposición los
requisitos constitutivos de su estado de necesidad, como también el monto y períodos de
pagos del incumplimiento de la obligación alimenticia, siempre durante el cese de la
convivencia; que en éste sentido se allegó la causa rol Nº 22.738 A del Juzgado de Menores
de Chillan que tenida a la vista esta causa de su lectura sólo consta que las partes
celebraron un acuerdo con respecto a la pensión de alimentos que el padre entregaría a los
hijos comunes y, con posterioridad a la suscripción de este acuerdo, no comparece la madre
de los alimentarios ejerciendo los apremios que le confiere la ley para exigir el pago de los
alimentos.
Decimosegundo: Que la obligación alimenticia procede siempre que estos se necesiten, que
se justifiquen y que se pueda pagarlos, existiendo garantías para que la titular de los mismos
pueda hacerlos efectivo, tales como los apremios personales y ejecutivos.
Decimotercero: Que atendido lo reseñado precedentemente se puede arribar a la siguiente
conclusión: que con los antecedentes tenidos a la vista en esta audiencia no es posible tener
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por acreditado que el demandante ha incurrido reiteradamente en el incumplimiento de su
obligación alimenticia, por cuanto no consta que la demandada haya solicitado el
cumplimiento forzado, ya sea mediante apremios personales o ejecutivos de dicha
obligación, lo que no se compadece con el estado de necesidad que alega la misma.
Decimocuarto: Que, en definitiva, atendido los razonamientos señalados en los
considerandos anteriores, esta sentenciadora ha adquirido la convicción de que no existió
incumplimiento reiterado de la obligación alimenticia por parte del actor respecto de los hijos
comunes, por lo cual se procederá a rechazar la oposición al divorcio de la demandada.
Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 21, 54, 55, 59, 61, 66
a 67 de la ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil y artículos 8 y siguientes de la ley Nº 19.968,
artículos 321 y siguientes del Código Civil se declara:
a. Que ha lugar a la demanda de Divorcio presentada por don Luis Eduardo Orozco Barraza
en contra de doña María Teresa Acuña Solís y en consecuencia se declara terminado por
Divorcio el matrimonio celebrado el 13 de agosto de 1984 por cese efectivo de la convivencia
por más de 3 años, inscrito con el Nº 613 del año 1984 de la circunscripción del Oficial del
Registro Civil de Chillan, dicha sentencia deberá subinscribirse al margen de la respectiva
inscripción matrimonial.
b. Que se rechaza la oposición al divorcio planteada por la demandada.
c Que no se condena en costas a la demandada por haber tenido motivo plausible para
litigar.
Notifíquese, regístrese, anótese y archívese en su oportunidad.
Dictó doña, María Cecilia Venturelli Lizama Juez de Familia de Chillan.
Ruc: 08 2 0207400 7.
Rit: C 873 2008.
Chillán, veintitrés de marzo de dos mil diez.
Se designa para la redacción del fallo acordado, con conocimiento de las partes, al Ministro
Señor Claudio Arias Córdova.
Pronunciada por la Iltma. Corte.
Chillan, veintitrés de marzo de dos mil diez.
Visto:
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Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los motivos noveno, décimo, décimo
primero, décimo segundo, décimo tercero y décimo cuarto, que se eliminan.
Y teniendo en su lugar, y además, presente:
1. Que la parte demandada al contestar sostuvo que debía ser rechazada la demanda de
divorcio basada fundamentalmente en dos puntos, el primero en relación a que no es efectivo
que lleven más de tres años separados, tiempo que aún no se ha cumplido, ya que hubo una
reconciliación volviendo a vivir periódicamente separados y el segundo en cuanto a que su
cónyuge no ha cumplido con la obligación de proporcionar alimentos a sus hijos, lo que
consta en el expediente Rol Nº 22.738 del Juzgado de Menores de esta ciudad.
2. Que respecto al primer punto señalado, en relación con el período de cese de la
convivencia por más de tres años, éste se acreditó con las pruebas señaladas en el motivo
octavo del fallo en revisión, por lo que se rechazará dicha alegación.
3. Que en parte de su recurso de apelación la demandada solicitó el rechazo de la demanda
fundado en que el actor no probó haber cumplido con los alimentos que debe proporcionar a
los hijos comunes, a quien le correspondía acreditarlo, y a pesar de ello la sentencia dio lugar
al divorcio fundándose en que no consta que la demandada haya solicitado el cumplimiento
forzado, ya sea mediante apremios personales o ejecutivos de la obligación alimenticia,
cuestión que tampoco constituyó punto de prueba, por lo que se cometió en la sentencia una
infracción de ley generando un vicio de casación.
En efecto, señala que viola las leyes reguladoras de la prueba la sentencia porque invierte el
onus probandi, ya que al actor le incumbe probar haber cumplido su obligación alimenticia y
no a la demandada.
4. Que, respecto al supuesto vicio de casación alegado por la demandada en que habría
incurrido la sentencia, será rechazado por cuanto el recurso de casación no cumple con las
formalidades que para el efecto establece la letra b) del artículo 67 de la ley Nº 19.968.
5. Que de acuerdo al inciso 3º del artículo 55 de la ley Nº 19.947, sobre Matrimonio Civil, se
desprende que los requisitos para que la excepción de incumplimiento pueda prosperar y, en
definitiva, cumpla con su finalidad de producir el rechazo de la acción de divorcio, son: a) que
exista la obligación de alimentos; b) que el demandante no haya dado cumplimiento a dicha
obligación alimenticia, respecto de su cónyuge y/o de los hijos comunes; c) que tal
incumplimiento se haya verificado durante el cese de la convivencia; d) que exista reiteración
en el incumplimiento y que el demandante de divorcio haya podido cumplir con dicha
obligación.
6. Que, en este sentido, cabe señalar que tal como ya se estableció que las partes cesaron
en su convivencia hace más de tres años y que el actor se encuentra obligado por
avenimiento presentado ante el Juzgado de Menores de esta ciudad a proporcionar una
pensión de alimentos a su hijos.
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7. Que si bien es cierto que recaía sobre el actor la carga de acreditar el pago de los
alimentos a los alimentarios, de acuerdo a las pruebas rendidas en la causa, apreciadas de
acuerdo a las reglas de la sana crítica, se estableció que sus hijos a quienes le debía
alimentos viven desde hace varios años junto a su padre alimentante, por lo que al no existir
prueba alguna que desvirtúe esta circunstancia estos sentenciadores estiman que no hubo
incumplimiento reiterado de dicha obligación.
Que por lo demás, de acuerdo a lo declarado por la demandada en la causa, ella nunca pidió
el cumplimiento de la pensión para los alimentarios, a pesar de haber sido su pago irregular
por parte del actor, por medio de apremios sin llegar a los tribunales, ya que se entendía
directamente con su marido.
Que también se debe tener presente que la demandada nunca señaló ni acreditó el estado
de necesidad de los alimentarios, ni tampoco el monto y periodo de Incumplimiento del pago
de alimentos.
8. Que de lo anterior se concluye que el actor cumplió con el pago de la obligación
alimenticia respecto de sus hijos en los términos que establece la ley, no configurándose el
incumplimiento planteado por la demandada, por lo que, en consecuencia, no dándose la
situación establecida en el inciso tercero del artículo 55 de la ley Nº 19.947, se procederá a
acoger la demanda de divorcio deducida por el actor en contra de la demandada.
Por estas consideraciones, lo expuesto por el señor Fiscal Judicial y lo previsto en el artículo
67 de la ley Nº 19.968, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada de cinco de
octubre de dos mil nueve por la que se acogió la demanda de divorcio, declarando terminado
el matrimonio celebrado el 13 de agosto de 1984, entre doña María Teresa Acuña Solís y
don Luis Eduardo Orozco Barraza.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Redacción del Ministro titular Claudio Arias Córdova.
Pronunciado por el señor Presidente de la Iltma. Corte, don Darío Silva Gundelach y los
señores Ministros en propiedad don Guillermo Arcos Salinas, y don Claudio Arias Córdova.
En Chillán, a veintidós de marzo de dos mil diez, notifiqué por el estado diario la resolución
precedente y fs. 13.
En Chillán, a veintidós de marzo de dos mil diez, notifiqué en secretaría a las 12:15 horas, al
señor Fiscal la resolución que precede y no firmó.
R.I.C. 168 2009 Familia.
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Santiago, siete de junio de dos mil diez.
Vistos:
En estos autos, Rit C–873–2008, Ruc 0820207400–7, caratulados "Luis Eduardo Orozco
Barraza con María Teresa Acula Solis , del Juzgado de Familia de Chillán, por sentencia de
cinco de octubre de dos mil nueve, se acogió, la demanda de divorcio, declarándose, en
consecuencia, terminado el matrimonio civil celebrado entre las partes el 13 de agosto de
1984, al haberse verificado la causal de cese efectivo de la convivencia conyugal por más de
tres años.
Se alzó la demandada y la Corte de Apelaciones de esa ciudad, mediante fallo de veintitrés
de marzo del año en curso, que se lee a fojas 13 vuelta de estos antecedentes, confirmó el
fallo apelado.
En contra de esta última decisión la demandada dedujo recurso de casación en el fondo que
pasa a analizarse.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que por el presente recurso se denuncia en un primer capítulo la infracción del
artículo 55, inciso tercero, de la Ley N°19.947 y 32 de la Ley de Tribunales de Familia,
argumentando, en síntesis, que los sentenciadores han efectuado una errada interpretación y
aplicación de la primera norma legal citada, al establecer exigencias que la ley no contempla
para la oposición al divorcio que la misma contempla, como es el que su parte pida el
cumplimiento forzado de la obligación alimenticia, que señale y acredite el estado de
necesidad de los alimentarios, monto y período de incumplimiento y que los hijos comunes
viven con ella y no con el padre, pues lo que se discute no se trata de una obligación de
alimentos sino que la posibilidad de enervar la acción de divorcio.
En un segundo acápite denuncia la vulneración del artículo 32 de la Ley 19.968, sosteniendo
que la sentencia i mpugnada no cumple con los principios y exigencias de la sana crítica, al
no señalar los medios de prueba mediante los cuales se dieron por acreditados cada uno de
los hechos, de modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a
las que arriban los jueces del fondo.
En último lugar denuncia el quebrantamiento del artículo 1698 del Código Civil, alegando que
se ha invertido el onus probandi, al relevar a la contraria de la carga probatoria en orden a
acreditar el cumplimiento de la obligación alimenticia como le correspondía, al haberse
opuesto su parte al divorcio invocando la circunstancia prevista en el inciso tercero del
artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil.
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Segundo: Que se han establecido como hechos en la sentencia recurrida, en lo pertinente,
los que sigue:
a) los litigantes contrajeron matrimonio el 13 de agosto de 1984 y cesaron en su convivencia
en el año 1999, sin haber reanudado la vida en común.
b) la demandada se ha opuesto a la acción de divorcio fundada en que el actor no ha
cumplido con la obligación de proporcionar alimentos a sus hijos, lo que constaría en el
expediente Rol N°22.738, del Juzgado de Menores de Santiago.
c) el actor se encuentra obligado por avenimiento presentado ante el referido juzgado a
proporcionar una pensión de alimentos a sus hijos;
d) los hijos a los cuales debe alimentos el actor viven desde hace varios años junto a su
padre.
e) la cónyuge demandada no pidió el cumplimiento de la pensión para los alimentarios.
f) la demandada nunca señaló ni acreditó el estado de necesidad de los alimentarios, ni
tampoco el monto y período del incumplimiento que invocó.
Tercero: Que sobre la base de los hechos reseñados en el motivo anterior, los
sentenciadores recurridos concluyeron que se cumplen los requisitos para acoger la acción
de divorcio por la causal invocada, esto es, el cese de la convivencia entre las partes por el
término superior a tres años. La oposición formulada por la demandada, se desestimó,
considerando que si bien recaía sobre el actor la carga de acreditar el pago de los alimentos
a sus hijos, se estableció que éstos viven desde hace varios años junto a su padre, lo que los
lleva a concluir que no hubo incumplimiento reiterado de dicha obligación.
Tuvieron también en consi deración que la demandada nunca instó por el cobro judicial de
dicha pensión alimenticia para los alimentarios –conforme a lo que la misma declaró en el
proceso– porque se entendía directamente con su marido, como, además, el hecho que
nunca señalara ni acreditara el estado de necesidad de los alimentarios, ni el monto y
período de incumplimiento de los alimentos supuestamente adeudados.
Cuarto: Que, al respecto, cabe tener presente que para la procedencia del divorcio por
voluntad unilateral, el legislador en el inciso tercero del artículo 55 de la ley N°19.947,
demanda la concurrencia de los siguientes requisitos: a) el cese de la convivencia efectiva
durante, a lo menos, tres años; b) que el demandante acredite, si lo exige el otro cónyuge,
haber dado cumplimiento a su obligación de alimentos respecto del demandado y sus hijos
comunes y c) que no se haya producido una reanudación de la vida en común de los
cónyuges con ánimo de permanencia, pues en tal evento se interrumpe el cómputo del plazo
legal.
Quinto: Que la ley reconoce al contrayente demandado la posibilidad de enervar la acción de
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divorcio pidiendo al juez que verifique que el actor durante el cese de la convivencia no ha
dado cumplimiento, reiteradamente, a su obligación en calidad de alimentante. Se trata,
pues, de una excepción perentoria que debe ser alegada por el cónyuge afectado y el peso
de la prueba, por aplicación de la regla general del artículo 1698 del Código Civil,
corresponde al actor.
Sexto: Que, en efecto, el inciso tercero del artículo 55 de la Ley N°19.947 previene que no se
dará lugar al divorcio si el demandante durante el cese de la convivencia "...no ha dado
cumplimiento, reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de
los hijos comunes". La finalidad de esta disposición al establecer la posibilidad de que la
acción de divorcio sea rechazada debido a la contumacia del cónyuge demandante al
cumplimiento de sus obligaciones alimenticias es la de hacer efectivos en la materia los
principios transversales a toda la legislación de Familia, como el de protección al cónyuge
más débil y el del interés superior de los hijos, castigando la infracción del deber de socorro.
Así, acreditado el referido incumplimiento de las obligaciones alimenticias, sea con respecto
a los hij os comunes o al propio cónyuge demandado, deudor es sancionado con la
mantención de la vigencia del vínculo matrimonial, vedándole solicitar su disolución.
Séptimo: Que de la citada norma se desprende que los requisitos para que la excepción de
incumplimiento pueda prosperar y, en definitiva, alcance con su finalidad de producir el
rechazo de la acción de divorcio, son: a) que exista la obligación de alimentos; b) que el
demandante no haya dado cumplimiento a dicha obligación alimenticia, respecto de su
cónyuge o de los hijos comunes; c) que tal incumplimiento se haya verificado durante la
vigencia del matrimonio; d) que exista reiteración en el incumplimiento y que el demandante
de divorcio haya podido cumplir con dicha obligación.
Octavo: Que, al respecto, en la especie los jueces del grado, en uso de sus facultades
privativas para practicar, "la ponderación de la prueba y el establecimiento de los hechos–
asentaron los elementos indicados en el motivo segundo y resolvieron, como se indicó en el
fundamento tercero, en el sentido que no hubo incumplimiento reiterado de la obligación
alimenticia que pesaba sobre el actor, no reuniéndose en la especie con las exigencias para
enervar la acción de divorcio.
Noveno: Que los planteamientos de la recurrente se sustentan en una base fáctica diferente
a la establecida en la sentencia atacada, pretendiendo asentar hechos distintos, olvidando de
esta manera que la ponderación y la apreciación de los distintos elementos de juicio
allegados al proceso corresponde a una facultad exclusiva de los jueces del grado y que se
agota en las respectivas instancias del juicio, salvo que en su determinación los
sentenciadores hayan incurrido en infracción a las normas de la sana crítica, lo que no se
advierte del estudio de los antecedentes.
Décimo: Que en lo atinente a la denunciada vulneración de las normas reguladoras de la
prueba, cabe señalar que las alegaciones que en este sentido se formulan en el libelo, más
que invocar un atentado de los principios y normas que integran el sistema de la sana crítica,
constituyen un cuestionamiento a la labor de ponderación de la prueba y, en estas
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condiciones aparece que ellas están orientadas, en definitiva, a modificar las conclusiones
fácticas asentadas por los jueces del grado, las que, como ya se dijo, resultan inalte rables
para este tribunal.
Undécimo: Que por otro lado tampoco resulta vulnerada la norma del artículo 1698 del
Código Civil, sin que la circunstancia que la oposición formulada por la demandada implique
una alteración de la carga probatoria, pues dicha determinación es consecuencia del proceso
de valoración realizado por los sentenciadores sobre la base del cual concluyen que no
existió incumplimiento de la obligación alimenticia.
Duodécimo: Que, en este contexto, no puede sino concluirse que los sentenciadores no han
incurrido en los yerros que se denuncian en la aplicación de la norma que establece el
derecho del cónyuge demandado a oponerse a la acción de divorcio por haber incurrido el
otro en incumplimiento reiterado de la obligación alimenticia. En efecto, su fuerza jurídica no
ha sido desconocida ni su interpretación contraría a la que procede, pues, según las
conclusiones de hecho asentadas por los jueces del mérito, las disposiciones decisorio litis
produjeron sus efectos y sustentan el contenido de la sentencia.
Carece pues, de toda relevancia el cuestionamiento formulado por la recurrente a la decisión
de los falladores, en orden a establecer exigencias que la ley no contempla para la que opere
la oposición invocada, puesto que las circunstancias o hechos que consideraron constituyen
elementos relacionados con la existencia y exigibilidad de la obligación alimenticia, siendo
relevantes para la determinación del incumplimiento y –en su caso– de la gravedad y
reiteración que la ley exige.
Décimo tercero: Que, por lo antes razonado, al no haber demostrado la recurrente los errores
de derecho que denunció, el recurso en examen debe ser desestimado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 765, 766, 767 y
783 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el
fondo deducido por la demandada, contra la sentencia de veintitrés de marzo del año en
curso, que se lee a fojas 13 vuelta.
Redacción a cargo del Ministro señor Urbano Marín Vallejo.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores
Urbano Marín V., Patricio Valdés A., señoras Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D., y
Rosa Egmen S. Santiago, 07 de junio de 2010.
Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Francisca Arteaga Smith.
En Santiago, a siete de junio de dos mil diez, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la
resolución precedente.
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Nº 2.857–10.
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