Defensa, Ciudad y Río. La ética del territorio.

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE
Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2003
Resumen: T-039
Defensa, Ciudad y Río.
La ética del territorio.
Bennato, Aníbal Daniel
Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI) – CONICET
Facultad de Arquitectura y Urbanismo - UNNE.
Av. Castelli 930 - CC. 438 - (3500) Resistencia - Chaco - Argentina.
Tel./Fax: +54 (03722) 476727 / 473314
E-mail: arqbennato@hotmail.com
ANTECEDENTES
La primera versión de este trabajo corresponde a una monografía para la Maestría de Gestión Ambiental de la
FAU UNNE. Posteriormente se adecuó para las VI Jornadas Nacionales de Etica, realizadas en Buenos Aires (1)
donde fueron publicadas.
Defensa, Ciudad y Río comparten el mismo espacio, el mismo territorio, pero no siempre se reconocen entre
sí. Las obras del plan de defensas contra las inundaciones, iniciadas por el gobierno provincial en 1983, pueden ser la
oportunidad de reconciliar la ciudad con su río. En el frente de agua definida por el área portuaria del AMGR se
yuxtaponen varias actividades, es un área industrial y portuaria, al mismo tiempo que contiene el casco histórico de la
ciudad de Barranqueras y es por definición un área paisajística de gran valor ambiental.
La ciudad del hombre nació como medio para cercar su realidad, su mundo, de aquello que lo amenazaba y no
podía controlar, la naturaleza. La finalidad era cercar y no extenderse. La ciudad moderna sin murallas se extiende, no
solo físicamente sino, conceptualmente, los límites entre lo artificial y lo natural han desaparecido.
La forma espacial y el contenido cultural se implican y determinan recíprocamente. El espacio solo tiene
sentido si existe un uso social de ese espacio (en ese sentido un puente no es un puente sino existe un hombre que lo
cruce, el sentido lo da la presencia humana). El espacio es la expresión de la sociedad, no es un reflejo o una fotocopia
de es la sociedad misma(2).
Históricamente la ciudad hizo uso de la ribera como espacio apto para las actividades portuarias e
industriales, que también es un uso cultural. El territorio es un patrimonio cultural y forma parte de nuestra identidad.
El pensar que las inundaciones son solo desastres “naturales” (la naturaleza “exterior”) y que no existe
responsabilidad del hombre en la forma que desarrolla sus asentamientos es errónea. Sobre todo si se empeña en
ignorar los efectos de sus urbanizaciones e intenta dominar la naturaleza con gigantescos dispositivos de ingeniería(5),
de altísimos presupuestos.
Existe una responsabilidad que no recae solamente en el estado sino también en el sector privado y en la
ciudadanía en general. De esta forma se entiende que las acciones sobre el territorio también conllevan una
responsabilidad social que no termina en la solución técnica al problema de las inundaciones.
OBJETIVOS GENERALES
•
Comprender y demostrar que las acciones sobre el territorio deben converger en un principio de responsabilidad
hacia la sociedad existente y porvenir.
•
Valorizar la necesidad de incorporar los valores éticos a las acciones sobre el territorio.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
•
Analizar las implicancias de la Defensa Frontal del AMGR sobre la relación ciudad-río.
•
Entender las formas de relación de los conceptos ciudad-defensas-río en la comprensión del territorio.
HIPOTESIS DE TRABAJO
•
La Planificación del territorio debe tener una ética propia que guíe sus métodos. Las acciones como el plan de
defensas contra las inundaciones no están pensadas en una concepción integradora del ambiente y las
consecuencias futuras de tales acciones.
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Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2003
Resumen: T-039
METODOS Y TECNICAS A EMPLEAR
Este trabajo que se desprende de una serie de investigaciones previas sobre el área de estudio, sobre el
desarrollo urbano los planes y políticas sobre el territorio (3,4,8) y toma como plataforma esa información histórica y
estadística, ya elaborada, al tiempo que realiza una exploración hacia la concepción de la ética implicada en los
procesos antrópicos sobre la costa del río.
Metodológicamente no se intenta elaborar una ética, sino que es principalmente una búsqueda en el intento de
definir e incorporar los valores éticos a las acciones territoriales. Se trata pues de una reflexión sobre la planificación y
sobre sus consecuencias desde el plano ético.
CONCLUSIONES
¿Cómo se articulan los mega proyectos como el plan de defensas con la nueva configuración del territorio
urbano? ¿Qué consecuencias operan en la sociedad? La planificación urbana supone una estrategia de acción en la
manera de producir territorio urbano. Para el AMGR más allá del plan fundacional (1875) la única guía a sido el
código de planeamiento urbano de 1979-1981, que salvo algunas modificaciones menores se mantiene como el
principal instrumento que regula la acción urbana. Incluso para el área de Barranqueras y Vilelas su aplicación a sido
ínfimamente respetada, por no decir que es nula.
La ciudad del hombre nació como medio para cercar su realidad, su mundo, de aquello que lo amenazaba y no
podía controlar, la naturaleza. La finalidad era cercar y no extenderse. La ciudad moderna sin murallas se extiende, no
solo físicamente sino, conceptualmente, los límites entre lo artificial y lo natural han desaparecido.
Se cree que frente a la naturaleza no se hace uso de la ética, sino de la inteligencia y la capacidad de
invención. Pero en la “ciudad” (espacio humano) donde los hombres se relacionan con otros hombres, la inteligencia
ha de ir ligada a la moralidad. Pues esta es el alma de la existencia humana(9). Toda ética hasta ahora habita en este
marco intrahumano y se ajusta a medidas de la acción condicionada por él, en un horizonte temporal ligado a la
durabilidad de la vida y espacial en cuanto la vecindad y roles de los hombres.
El plan de defensas es un dispositivo cuyo fin o meta es el control sobre el territorio de las variables
hidrológicas dentro del recinto o polder. Es una transformación estructural del comportamiento natural del territorio,
pero: ¿Qué valores rescatan o desechan estas transformaciones?, ¿Qué reconoce de la ciudad y del río y cuanto
desconoce?, ¿Quién decide (rescatar o desechar) sobre el patrimonio social o colectivo? ¿Los técnicos, el estado, el
conjunto social?, y ¿Por qué hacerlo?, ó ¿Con que clase de fundamentación?
La lógica de producción de nuestras ciudades va otorgando un significado social, una forma y función al
espacio, articulando materialmente la simultaneidad de las prácticas sociales actuantes y debería apuntar a lograr una
mejor convivencia entre el espacio natural (soporte) y el espacio artificial o humano. Las catástrofes naturales han
afectado las construcciones y ciudades a lo largo de la historia y también a lo largo de la historia las construcciones
humanas se han adaptado al medio en donde se desarrollan. Sin embargo, si pensamos en como se adaptan las
ciudades del AMGR a su ubicación en el valle de inundación del río Paraná no podemos dejar de ver en la indiferencia
del urbanismo que durante 120 años aplicamos al medio natural en el que se inserta.
¿Puede una obra de ingeniería definir el futuro del territorio urbano, o debería ser al revés, el territorio (o su
planificación) definir las obras?
La ciudad heredada y las formas de apropiación del espacio como uso social o cultural (otorgando sentido y
significado) y las transformaciones estructurantes del territorio de asiento (sobre el régimen hidrológico, paisaje, la
ciudad intra-extra muros) llevan a nuevas preguntas: ¿Cuáles son las nuevas formas y procesos espaciales (conceptos)
que se dan en la sociedad?, ¿Qué nuevos significados surgen de allí?, ¿cuáles son las responsabilidades hacia los
ciudadanos, de hoy y del futuro?, ¿cuáles son las responsabilidades con el territorio, con el medioambiente?
Pensar el plan de defensas como parte de la gestión ambiental del territorio sugiere un desarrollo de una
cultura de valores éticos por parte de la sociedad que se asienta en ese territorio.
Vivir en algún lugar no es destino, no es fatalismo, es decisión. Y es nuestra decisión y nuestra
responsabilidad.
La transformación del territorio en nuestra ciudad se debe apoyar en una ética del territorio que comprenda a
este como la intersección del patrimonio (natural - artificial) heredado y las situaciones y oportunidades de
intervención, ese espacio intersticial (y de integración social) entre la complejidad de la trama (consolidada y a
consolidar), las defensas y el río. Conservar una herencia de una evolución precedente que buena o mala nos ha dado
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la capacidad de juzgar sobre lo bueno o lo malo puede gestar una ética que en medio de un vendaval tecnológico
proteja un futuro y no puede hacerlo sin pasado.
BIBLIOGRAFIA
(1) IV Jornadas Nacionales de Etica y IV Congreso Nacional Interdisciplinario de Etica Aplicada. “Problemas de la
Vida Urbana Contemporánea”. ISBN 987-20894-0(2) La era de la información – Economía, Sociedad y cultura. Tomo 1. La sociedad Red, Siglo XXI, 1999-2000, pág.
444.(3) La evolución histórica del área portuaria, Bennato Aníbal, Informe Final Beca 2001-2003- SGCyT UNNE.
(4) La arquitectura funcional del frente portuario en la conformación de la imagen urbana de Barranqueras y Vilelas
1907-1930. Bennato Aníbal. XXII Encuentro de Geohistoria regional IIGHI. Resistencia. 2002
(5) Cultura urbana y cultura del territorio, Los restos del urbanismo del siglo XXI, Alfonso Vegara Gomez, 1990.
(6) Delimitación de áreas urbanas, Actualidad estadística, Nº3 y 4, FAU UBA.
(7) Planificación del uso del suelo urbano, Chapin, Stuart, Primera parte, Cap.1, Segunda parte, cap.VI y VII.
(8) Bennato Aníbal, Estudio urbano del Casco Histórico de Barranqueras, Trabajo de adscripción Desarrollo Urbano
II, FAU – UNNE –Resistencia, 1997.
(9) Hans Jonas. El principio de responsabilidad, Herder, Barcelona, 1995. Pág. 28.
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