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ESTADO DE DERECHO
Proyecto de ley de negociación colectiva
Ocupaciones: repetición
de reglas inconstitucionales
Nelson Larrañaga
nlarranaga@ferrere.com
FERRERE Abogados
A
fines de 2007 el gobierno envió al
Parlamento el proyecto de ley de
negociación colectiva. Curiosamente
incluye reglas sobre ocupación pero
no sobre huelga. Rehuye a reglamentar la huelga como era razonable esperar porque así lo establece la Constitución. En su lugar da vía libre a las
ocupaciones que van en contra de la
misma. Esto no tiene lógica. Además
va en sentido contrario de lo que ha
dicho la jurisprudencia en diez fallos
a lo largo de un año y medio. La opinión de la Justicia, que a esta altura
ya puede definirse de consenso, debería llevar al gobierno a desistir de
su propósito, a riesgo de que la Suprema Corte de Justicia también declare inconstitucional los artículos de
la nueva ley.
Las diferencias esenciales entre la huelga y la
ocupación
La ocupación es una medida de hecho que no tiene ningún reconocimiento (mucho menos protección)
en la Constitución. Ésta reconoce a la
huelga que es abstención de trabajar.
La ocupación implica un hacer (tomar el control de un establecimiento
ajeno) que es diferente al no hacer,
al no trabajar. Entonces, la ocupación no es una modalidad de huelga
como se pretende. La ocupación no
configura a la huelga en sí misma.
Tan es así que en el Uruguay de hoy
hay ocupaciones sin antes existir una
huelga declarada.
Los derechos fundamentales lesionados por la
ocupación
La Constitución reconoce como derechos fundamentales, entre otros,
la libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Todos tenemos derecho a
que el Estado nos proteja y garanti-
El gobierno insiste en legitimar las ocupaciones pese a la lluvia de fallos de
la justicia que declararon su ilegitimidad. Continuar repitiendo esta “regla”,
que ya está probado que viola los derechos constitucionales de empresarios y
trabajadores no adheridos a la ocupación, pone en riesgo el Estado de Derecho.
ce el ejercicio de estos derechos. La
ocupación no es un derecho y lesiona severamente los derechos fundamentales. No caben dudas que estos
derechos deben prevalecer siempre
sobre la ocupación. Si se da valor a la
ocupación y por ende se desconocen
los derechos fundamentales, quiebra
el Estado de Derecho.
La justicia como garante
del ejercicio de los derechos fundamentales
Ante la afectación de derechos fundamentales que implica la ocupación, trabajadores no adherentes y
empresarios han estado recurriendo
a la justicia. El instrumento es la acción de amparo. Hay diez fallos de la
justicia que han ordenado la desocupación del lugar de trabajo. Todos
entienden que la ocupación lesiona
gravemente la libertad de trabajo y
de empresa y el derecho de propiedad. En uno de los últimos, en referencia a los no adherentes expresa
que se les “está afectando su derecho
a percibir el salario, pues resulta obvio
que el empleador no lo abonará porque no existe la contraprestación, la
prestación de trabajo”. En otro pasaje
dice que “existe… lesión del derecho
del empresario al desenvolvimiento de
su emprendimiento…”.1
La inconstitucionalidad
de la proyectada ley
El proyecto de ley que impulsa el
gobierno implica meterse concientemente en un camino que lleva ineludiblemente a la declaración de
inconstitucionalidad por la Suprema
Corte de Justicia. Las razones jurídicas abundan para que la Corte declare inconstitucional los artículos que
legitiman la ocupación. Primero porque la Constitución sólo reconoce a
la huelga y no a la ocupación. Huelga
y ocupación son esencialmente diferentes. Si la ley incluye a la ocupación dentro de la huelga, se contraría
a la Constitución. Segundo porque
la ocupación como medida de hecho
ilegítima no puede anular el ejercicio
de derechos fundamentales (libertad, trabajo, propiedad, seguridad,
igualdad).2 Tercero porque no existe
ninguna razón de interés general para limitar el ejercicio de estos derechos. El interés general es que todos
podamos ejercer nuestra libertad (de
acciones privadas, de trabajo, de empresa) y derechos (de propiedad, de
seguridad, de igualdad).
Los valores en juego
Las ocupaciones ponen en juego la
vigencia del Estado de Derecho. Esta
expresión significa que el derecho rige
para todos los habitantes. Si se reconoce a las ocupaciones y se desconocen las libertades y derechos constitucionales, se produce una fractura
del orden jurídico. Se comprometen
otros dos valores constitucionales de
toda sociedad democrática: seguridad
jurídica e igualdad. Si no hay certeza
de que los derechos se van a reconocer y proteger, no existe seguridad
jurídica. Así se genera un peligroso
disconformismo social. Y este riesgo
se acrecienta si tampoco el derecho
se aplica en forma igual para todos.
Si el gobierno le reconoce al colectivo
sindical el supuesto “derecho” a ocupar en perjuicio de los derechos de
los demás (trabajadores no adherentes, empresarios, proveedores y sus
trabajadores, clientes, consumidores,
administración tributaria, sociedad
en su conjunto), adiós al principio de
igualdad constitucional.
1. Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 5º. Turno,
sentencia Nº 20/2008 (27.02.2008).
2. Arts. 7, 8, 10, 32, 36 y 72 de la Constitución.
LA JUSTICIA DECLARÓ
ILEGÍTIMAS
LAS OCUPACIONES
DE EMPRESAS
EN EL PROYECTO
DE NEGOCIACIÓN
COLECTIVA EL
GOBIERNO INSISTE
EN LEGITIMARLAS
ESTAS NORMAS SON
INCONSTITUCIONALES
Y ASÍ PUEDEN SER
DECLARADAS POR
LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA
LAS OCUPACIONES
NO SON HUELGA Y
LESIONAN DERECHOS
FUNDAMENTALES
LA ACCIÓN DE AMPARO
ES LA VÍA JUDICIAL
PARA PROTEGER
LOS DERECHOS
LESIONADOS
ESTÁN EN JUEGO EL
ESTADO DE DERECHO,
LA SEGURIDAD
JURÍDICA Y LA
IGUALDAD
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