jor calidad, de un color anaranjado sucio, y reducida á polvo

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u
j o r calidad, de u n color anaranjado s u c i o , y reducida
á polvo grosero que tenia cierta coherencia. Atrae la hu­
medad, y en este estado pierde sus propiedades, de mo­
do que se inutiliza para los tintes.
El agua fria ó caliente extrae de la granza la parte
c o l o r a n t e ; pero con la diferencia de que la fria da u n co­
lor mucho mas bello. D e todos modos se necesita gran
cantidad de agua para extraer la parte colorante. Margraf
prescribe seis quartillos para dos onzas de granza.
Si se evapora'lentamente en una vasija abierta la in­
fusión ó el cocimiento, se forma en la superficie una mem­
brana que después de algún tiempo se precipita al fondo
de la vasija; y continuando la evaporación se forman su­
cesivamente otras membranas que se precipitan igualmen­
te. El extracto que se forma de este modo es de color mo­
reno sucio : solo una parte de él se disuelve en el agua,
á la qual comunica un color que tira un poco al moreno.
L a infusión puesta á digerir por espacio de algunos
dias en una vasija abierta , pero bastante alta para que
vuelvan á caer los vapores que se eleven , deposita unas
películas de u n moreno obscuro : el líquido adquiere al­
g ú n tanto el mismo c o l o r , y las películas se disuelven con
dificultad en el agua.
E l alumbre forma en la infusión un precipitado de
color encarnado obscuro , compuesto de varias películas;
y el líquido que sobrenada es u n amarillo que tira un p o ­
co al moreno.
Los carbonates alcalinos precipitan de este último l í ­
quido una laca encarnada de color de sangre, mas ó m e ­
nos intenso, según la cantidad de alumbre que se haya di­
suelto : bien que ninguno de los medios conocidos h a s ­
ta ahora ha sido suficiente para dar á aquella laca el bri­
llo que adquiere la de la cochinilla : desleída en aceyte no
pierde esta trasparencia ; pero al agua la pone opaca, y
el color no tiene belleza. E n empleando una cantidad e x ­
cesiva de álcali se disuelve de nuevo el precipitado , y se
pone encarnado el líquido. L a laca precipitada por la so­
sa no es de un color tan hermoso como la que se saca
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