¿Por qué el humano tiende a ser menos espiritual conforme avanza tecnológicamente? POR: Isabel Prado Misas* No se puede negar que sentimos efectos que consideramos negativos en los avances tecnológicos, por ejemplo, en la atención médico-paciente, donde el primero ayudado por la tecnología tiene poco contacto con el segundo. En el hogar, el hijo, y no sólo él, atrapado por Internet, en una comunicación distante, pierde la más cercana. Es incuestionable que hoy en día al entablar una conversación, aunque las personas estén presentes, se hace más difícil porque el celular y, aún más, el blackberry se entrometen sin parar. Pero son gajes de una época, de unos adelantos maravillosos que seguramente afectarán en mayor medida y le envolatarán la vida a aquellos que, desde su inicio, ya la tenían así marcada. Si nos fijamos bien, vemos que en este momento hay un aumento de movimientos religiosos, que estemos o no de acuerdo, son formas que cada uno busca para dar respuesta a sus anhelos, también la proliferación de creencias en las artes orientales, y es muy actual decorar y organizar la casa de acuerdo a enseñanzas para que siempre esté llena de buenos espíritus. Tal vez la tecnología confunda un poco y lo vertiginoso de sus avances nos haga correr detrás de ellos para alcanzarlos y ponernos al tanto, pero en el fondo de todo, siempre el hombre estará allí con sus preguntas fundamentales, con ese ser que se inquieta por la vida y la muerte y lo que puede interpretar para darse sus respuestas, viajará por los canales que cada momento histórico propicia. Sólo hay que fijarse en el arte, uno de los más beneficiados con estos adelantos y una de las formas más humanas y bellas de alimentar el espíritu, y qué vemos, por ejemplo en el cine: la recreación de lo que al hombre siempre le hace pregunta: el amor, la sexualidad y la muerte. La espiritualidad es algo imperdible, lo que sucede es que en cada época se manifiesta de formas diversas y cada cual inmerso en lo que el momento cultural le ofrece, lo acogerá a su manera, algunos para padecerlo, otros para agradecerlo y disfrutarlo. Y es posible que a causa de que nosotros los seres humanos, tenemos la capacidad de almacenar información del pasado, esto nos permite compararla con el presente y en esa diferencia, casi siempre sale perdiendo lo nuevo e idealizado lo anterior, por aquello de que “todo tiempo pasado fue mejor”. Tal vez no lo sea tanto. *Psicoanalista isaprami@hotmail.co Fuente: http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/R/rgeldivan/rgeldivan.asp?CodSeccion=4