OCUPACIÓN DE LOS LUGARES DE TRABAJO ¿ QUE SUCEDE CUANDO EL ESTADO ES EL EMPLEADOR? Dr. Esp. Pedro Nimo pnimo@estudionimosellanes.com www.estudionimosellanes.com El fenómeno de las ocupaciones de los lugares de trabajo En estas fechas de finalización de año y comienzo de uno nuevo, donde todos estamos llamados a la reflexión; nos pareció pertinente recapitular algunos puntos de singular importancia sobre este fenómeno laboral que se viene acentuando cuantitativamente en nuestro país en el último tiempo. En la presente entrega, no haremos mención a las diversas consideraciones de la doctrina laboral y constitucional oriental que han formado posición sobre el tema en cuestión; fundamentalmente, en un caso y otro debatiendo el alcance de la ocupación de los lugares de trabajo como “medida sindical” y si e s ésta o no una modalidad o manifestación del derecho de huelga consagrado en la Constitución de la República. Lo que no puede obviarse, es que este fenómeno constituye un dato de la realidad en las empresas de nuestro país; y desde hace pocos días, también en el sector público, donde asistimos a ocupaciones de edificios públicos, como en la Intendencia Departamental de Tacuarembó y al máximo órgano del Poder Judicial, la Suprema Corte de Justicia. Como lo analizaremos seguidamente, esta situación desencadenó en el dictado de un presuroso decreto por parte del Presidente de la República (de fecha 2 de diciembre de 2010) otorgando un procedimiento especial y expeditivo para el desalojo de los trabajadores ocupantes de una dependencia pública (Administración Central, Entes Autónomos, Servicios Descentralizados, Poder Judicial, Poder Legislativo, etc). Recordemos que desde la entrada en vigencia del decreto 165/2006, disposición legal de “prevención y solución de conflictos colectivos” donde nuestro ordenamiento jurídico reconoce la ocupación de los lugares de trabajo como modalidad del ejercicio de derecho de huelga, hemos asistido a más de trescientas ocupaciones de lugares de trabajo e incluso “piquetes laborales” por parte de sindicatos del sector privado. Asimismo, se impone señalar que en un número muy importante de los casos se produjo el desalojo de los trabajadores ocupantes, mediante sendas acciones de amparo entabladas por los empleadores y trabajadores no ocupantes ante la Justicia competente, donde los magistrados actuantes resaltaron la ilegitimidad de la medida de ocupación adoptada - en situaciones por la minoría de los trabajadores de la plantilla - en razón de violación de derechos constitucionales como ser la libertad de propiedad, la libertad de empresa y el derecho al trabajo del empresario y demás trabajadores. De los Considerando del decreto en mención que legitima la medida de ocupación, podemos apreciar que el mismo gozaba de carácter transitorio y provisorio hasta la creación del marco jurídico de un sistema de negociación colectiva. Dicho marco llegó con el dictado de la Ley Nº 18.566 (conocida como Ley de Negociación Colectiva para el sector privado), mas, el citado decreto continúa vigente con el viso de ilegalidad e inconstitucionalidad que se puede apreciar. Dictamen del Comité de Libertad Sindical de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) En reciente dictamen del Comité de Libertad Sindical de la OIT, órgano de carácter tripartito que atiende las quejas formuladas por gobiernos, organizaciones de empleadores o trabajadores, se mandató a Uruguay velar por principios sagrados – que garantiza nuestra Constitución Nacional – y que se ven afectados por la medida de ocupación; conceptualizando dicha medida sindical de manera diversa al derecho constitucional de huelga. Sobre el punto, el Comité de Libertad Sindical estima que “el ejercicio del derecho de huelga y la ocupación del lugar de trabajo deben de respetar la libertad de trabajo de los no huelguistas, así como el derecho de la dirección de la Empresa de penetrar en las instalaciones de la misma. En estas condiciones, el Comité pide al Gobierno que vele por el respeto de estos principios en las normas reglamentarias que se dicten y en la práctica...”. El postulado emitido por el Comité si bien no tiene carácter vinculante para los gobiernos, opera de principio en materia sindical, así como de norma de interpretación y doctrina más recibida ante la resolución de situaciones laborales de conflictividad con este tenor. El tratamiento “especial” cuando la medida de ocupación se produce en el sector publico El pasado jueves 2 de diciembre el Poder Ejecutivo dictó un decreto que regula de manera especifica la ocupación-desocupación de los lugares de trabajo por parte de trabajadores del sector público. En el capítulo de Considerandos, se explicita que el decreto 165/2006 refiere a la actividad privada “dejándose de lado al sector público en la totalidad de su expresión”. Como viene de decirse, se trata de manera autónoma el conflicto laboral y la ocupación de los lugares de trabajo – edificios públicos - por parte de los trabajadores cuando el sujeto empleador es el Estado. Por una parte, en la actividad privada la facultad para solicitar al Ministerio de Trabajo el desalojo de los trabajadores a través de la fuerza pública está supeditada a que la medida de ocupación pudiera poner en “grave riesgo” la vida, seguridad o salud de toda o parte de la población, o afectare “seriamente” el orden público. Esto es, solo procede la actuación del Ministerio del Interior en estos casos de excepción y cuando el daño ya se produjo, así como cuando la autoridad judicial lo dispone mediante sentencia firme. Asimismo, se impone la obligación al empleador de cumplir con las instancias de negociación y mediación en todo momento; es decir con carácter previo, durante y después de la medida de ocupación. En otro cariz, con un marco normativo beneficioso para el “Estado empleador “, el novísimo decreto sobre la materia vigente para el sector público, prevé que ocurrida la ocupación de una dependencia pública por parte sus trabajadores; el jerarca podrá solicitar el desalojo de los trabajadores ocupantes ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, quién tentará una conciliación sujeta a “condición de que los ocupantes dispongan su medida en forma inmediata”. Consecuentemente, si dicha conciliación resultare inútilmente tentada, el Estado no negociará si los trabajadores ocupantes no dejan sin efecto la medida de ocupación, quedando habilitado por este solo hecho para solicitar la desocupación de la dependencia estatal ocupada. Algunas consideraciones para reflexionar Ciertamente, vemos las asimetrías de tratamiento jurídico existente para el fenómeno laboral de las ocupaciones de los lugares de trabajo para el sector público y privado. Creemos que debe existir un criterio uniforme de tratamiento en aspectos esenciales de derecho colectivo de trabajo, máxime cuando es el propio sujeto estatal el promotor de la negociación colectiva y de las buenas relaciones laborales; independientemente se trate de trabajadores privados o bajo un estatuto particular como lo es en la hipótesis de trabajadores del sector público. Para ello, y partiendo de una dato de la realidad, en cuanto y tanto las ocupaciones de los lugares de trabajo son una medida de autoutela de los sindicatos cuando estalla el conflicto laboral, es que debe atenderse de manera sistémica – y no legislando apresuradamente al padecerse la medida - con las debidas garantías para el empleador titular del emprendimiento; pero sin olvidar los derechos humanos fundamentales en juego de ambas partes. Días atrás fue publicada la primera parte del informe sobre la promulgación de la ley número 18.335 de 15 de agosto de 2008 y el Decreto Reglamentario de fecha 8 de setiembre de 2010 referente a los derechos y obligaciones de los pacientes, usuarios y los servicios de salud, han quedado algunos puntos importantes a subrayar de las mencionadas normas que han ameritan una nueva breve puesta a punto con especial referencia al consentimiento informado de menores de edad y acceso y formas de la historia clínica. I) Consentimiento informado referente a niños y adolescentes Tratándose de niños o adolescentes no habilitados por matrimonio, el decreto reglamentario establece que el consentimiento será otorgado por sus representantes legales; sin embargo, de acuerdo a la edad del niño o adolescente, se propenderá a que las decisiones sobre la atención de su salud, incluyendo los métodos de prevención de salud sexual, se adopten en concurrencia con sus padres u otros adultos de su confianza, debiendo respetase en todos los casos la autonomía progresiva de los adolescentes, tratándose de adolescentes con un grado de madurez a evaluar por el profesional actuante será suficiente el consentimiento del menor; en tal caso informará a los padres u otro mayor responsable que actúa de acuerdo al interés superior del adolescente. Los pacientes legalmente capaces, -esto es, mayores de 18 años-, pero en situación de manifiesta imposibilidad de otorgar válidamente su consentimiento o que no se encuentren síquicamente aptos para ello, serán representados por su cónyuge o concubino en su defecto por el pariente más próximo. Intervención de la Justicia por discrepancias entre paciente menor de edad o sus responsables De existir un riesgo grave para la salud del niño o adolescente y si no se pudiera llegar a un acuerdo con éste o sus responsables en cuanto al tratamiento a seguir, el profesional podrá solicitar el aval del Juez competente. Donación en vida En caso de donación en vida de progenitores de médula ósea a favor de sus parientes consanguíneos en línea colateral de segundo grado cuando los otros recursos terapéuticos disponibles se hayan agotado, además de contar con la autorización del Juez Letrado competente, se deberá en lo posible recabar la opinión del menor y de sus representantes legales. II) Historia Clínica En la historia clínica se debe establecer la evolución del estado de salud del paciente desde su nacimiento hasta su muerte, el servicio de salud debe llevar una historia clínica documentada en papel (escrita) o en formato electrónico. Asimismo deberán los trabajadores de la salud consignar bajo su firma en la historia clínica los datos e información requerida por el paciente y a su proceso de atención. Los adolescentes y la HistoriaClínica Los adolescentes tienen derecho a que se guarde confidencialidad también respecto de sus familiares incluyendo a sus padres o responsables de los datos relativos a su salud que contenga su historia clínica, salvo riesgo grave para la salud del paciente o de terceros a juicio del profesional o de la Dirección Técnica. Quiénes pueden acceder a la historia clínica La historia clínica es de propiedad del paciente, será reservada y solo podrán acceder a ella los responsables de la atención médica y el personal administrativo vinculado con éstos el paciente o en su caso su familia, y el Ministerio de Salud Pública cuando lo considere pertinente. Asimismo, el paciente tiene derecho a revisar su historia clínica y a obtener una copia de la misma a sus expensas, asimismo servicios de salud deberán conservar y custodiar las historias clínicas de sus pacientes sin alterarlas ni destruirlas. La ley 18.335 y su decreto reglamentario han venido a legalizar diversas situaciones antes desregladas, buscando contribuir a la implantación de reglas claras de juego para ambas partes contratantes de los servicios de salud, es por ello tan importante su difusión y conocimiento