Fútbol: ¿arbitraje por encargo? Fernando Carrión M. fcarrion@flacso.org.ec Publicado en: Diario Hoy Fecha: 6 de marzo de 2004 Hoy en América Latina se desarrollan múltiples torneos internacionales de fútbol que tienen origen en las selecciones nacionales o en los clubes deportivos, y lo hacen de manera paralela a los campeonatos nacionales. Para bien o para mal todos estos juegos se los televisan, con lo cual se los puede observar en tiempo real. Así tenemos que en la actualidad se llevan a cabo la Copa Libertadores de América y el Campeonato Nacional. Una de las ventajas de estos torneos de fútbol en paralelo es que permite la comparación. En esta perspectiva, uno de los aspectos que mas llama la atención es el arbitraje. Para empezar hay que preguntarse: ¿Cuantos árbitros ecuatorianos actúan en la Copa Libertadores de América, cuantos participaron en el Pre-olímpico de Chile y cuantos partidos han sido arbitrados por ecuatorianos? Por otro lado, habría que hacer una evaluación cualitativa: ¿cómo les fue a nuestros árbitros? Responder estas preguntas hace referencia a la confianza internacional y a la calidad de nuestro referato. Allí tenemos una primera verdad: el arbitraje ecuatoriano no está bien calificado internacionalmente, porque no es bueno. Aquí vale una comparación con nuestro campeón nacional. Mientras Liga Deportiva Universitaria en los últimos tres partidos del Campeonato Nacional ha sido diezmado con la expulsión de cinco futbolistas y dos entrenadores –así como llenado de tarjetas amarillas- lo cual daría lugar a pensar que se trata de un equipo violento o al menos con conducta irresponsable, en la Copa Libertadores de América en tres partidos fue expulsado solo un deportista. En otras palabras, los mismos jugadores y equipos con árbitros distintos producen resultados diferentes. El arbitraje ecuatoriano es malo al extremo de que los equipos y los aficionados no confían en él. Pero lo mas grave tiene que ver con la sombra de duda que queda luego de ciertas decisiones polémicas que tienen que ver, por ejemplo: con el empate del ESPOLI en Ibarra, con la expulsión de jugadores antes de partidos claves como ocurrió con Liga la semana pasada, la presencia del infaltable penal, entre otras. Estos ejemplos dan la impresión que tenemos –al igual que en la justicia ordinaria- jueces por encargo. Arbitrajes como los de Pesantez, Espinosa, Reinosa o De Santis dejan muchas dudas no solo por la calidad de las decisiones sino también por las intenciones que revelan. El fútbol ecuatoriano no progresa, entre otras cosas, por el tipo de arbitraje que tenemos. La sociedad ecuatoriana no progresa, entre otras cosas, por la justicia que tenemos. Existen futbolistas y equipos perseguidos, partidos que terminan con menos jugadores de los que empezaron y equipos beneficiados; lo cual le resta atractivo y calidad al campeonato y siembra dudas en todo el proceso. Pero también como los árbitros son malos los jugadores no los respetan, entrándose en una lógica perversa de alta violencia. En gran parte el ritmo de un partido lo marca el arbitraje; sino comparemos los partidos de Barcelona con Santos y de Liga con San Pablo y veremos como esos árbitros “dejan jugar” y no se inmiscuyen en los resultados del partido y de los que vienen. En nuestro campeonato la cantidad de cortes y de tiempo perdido introducido por el arbitraje le quita continuidad y velocidad al espectáculo. Ya es hora que la FEF tome cartas en el asunto, porque cualquier momento vamos a tener hechos que lamentar.