TEMA 4. LOS TRIBUTOS CEDIDOS I Sumario: 1. El principio de

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DERECHO FINANCIERO III
TEMA 4. LOS TRIBUTOS CEDIDOS I
Sumario:
1. El principio de corresponsabilidad fiscal
2. Concepto de tributo cedido
Mª del Mar de la Peña Amorós
Victoria Selma Penalva
1. El principio de corresponsabilidad fiscal
El análisis del sistema de financiación autonómica existente hasta 1996, ponía de
manifiesto que, uno de los defectos de los que éste adolecía, era la falta de
corresponsabilidad fiscal. Los ingresos que percibía la hacienda autonómica,
procedían en su mayor parte, de las transferencias que el Estado otorgaba a las
Comunidades Autónomas para el desarrollo de sus competencias. Era éste, por tanto,
un sistema en el que existía una cierta divergencia entre la potestad de gastar y la
potestad de ingresar, que tenían estos entes territoriales.
Las Comunidades Autónomas ostentaban plena autonomía para gastar cuanto
quisiesen, pero a la hora de sufragar los gastos recurrían al Estado para que éste les
otorgase mayores ingresos. Así pues, y tal y como señala el Informe de la Comisión de
Expertos, «la inestabilidad de este esquema de financiación se ha hecho evidente a
medida que la hacienda central ha resultado incapaz de financiarlo». Es por ésto, por
lo que se han intentado obtener, lo que se han dado en llamar, fórmulas de
corresponsabilidad fiscal, cuyo objetivo no es otro que desplazar sobre la hacienda de
las Comunidades Autónomas la responsabilidad de obtener sus propios ingresos,
introduciendo, de esta forma, una restricción a su demanda de recursos, y logrando,
así, una cierta estabilidad en el citado sistema de financiación.
El hecho de encontrarnos ante una hacienda autonómica, en su mayor parte
financiada por recursos procedentes del Estado, es lo que ha motivado que, entre los
objetivos que el legislador ha intentado conseguir en relación con el sistema de
financiación autonómica, principalmente desde la reforma del año 1993, esté lograr un
aumento de la llamada corresponsabilidad fiscal. Se debe distinguir entre
responsabilidad y corresponsabilidad fiscal, así, tal y como señala ADAME
MARTINEZ, «cuando se habla de responsabilidad fiscal de las CCAA se alude a la
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necesidad de acrecentar el grado de perceptibilidad que deben tener los
contribuyentes residentes en una determinada Comunidad para poder identificar
claramente que las cargas tributarias por ellos soportadas han sido impuestas por el
gobierno de dicha comunidad». Sin embargo, al referirnos a la corresponsabilidad se
pone de relieve la exigencia de compartir las responsabilidades fiscales entre el
Estado y las Comunidades Autónomas.
Las Comunidades Autónomas debían compartir con la Administración central las
consecuencias de una mayor recaudación, pues en muchas ocasiones los ingresos
tributarios recaudados por la Administración central tienen como fin el sostenimiento
de toda una serie de servicios públicos cuya competencia es autonómica. Por tanto, de
no existir tal corresponsabilidad la Administración central aparecería ante nuestros
ojos como un sujeto simplemente recaudador, mientras que la Comunidad Autónoma
tendría una consideración mucho más positiva ya que recaudando una cantidad
inferior de impuestos prestan un mayor número de servicios públicos.
Es importante, determinar qué debemos entender por corresponsabilidad fiscal, y así,
han sido muchos los autores que han intentado elaborar un concepto. Sin embargo, tal
objetivo no ha sido logrado, pues dicho término se usa en diferentes sentidos, y así
cada autor acoge en su definición uno distinto.
En primer lugar, se puede entender la corresponsabilidad como autonomía fiscal en el
campo de los ingresos, y por tanto, la misma estaría destinada a conceder mayor
autonomía a los gobiernos regionales en el campo de los ingresos.
En segundo lugar, como cumplimiento del principio de equivalencia fiscal en virtud del
cual, si se desea conseguir una cierta eficiencia en la asignación de recursos
destinados a satisfacer las necesidades públicas locales, y suponiendo que no existen
efectos externos, en el suministro de los bienes públicos locales, se debería exigir a
los beneficiarios de los diversos servicios los impuestos necesarios para sufragar el
coste de los mismos.
En último lugar, se utiliza el término corresponsabilidad en el sentido de conseguir
lograr la desaparición de la ilusión fiscal, ya que, se considera necesario para que los
contribuyentes decidan el nivel de servicios públicos que desean, que los mismos
perciban correctamente su coste a través de la carga fiscal que soportan.
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La corresponsabilidad fiscal supone, por tanto, que el poder tributario se ejerce de
modo conjunto por dos, o más, entidades territoriales, que en nuestro caso son el
Estado y la Comunidad Autónoma. Así, dado que el poder tributario es un poder en
cierto modo tripartito79, pues supone un poder legislativo para establecer o regular los
tributos, un poder de administrar o de gestión y un poder de percibir ingresos, este
ejercicio conjunto se puede ceñir sólo a alguno, o a varios, de los supuestos que
integran tal poder, gozándose así, según los casos, de mayor o menor,
corresponsabilidad fiscal.
GIMÉNEZ–REINA RODRÍGUEZ afirma
que hay tres niveles de ejercer la
corresponsabilidad por parte de las haciendas subcentrales:
a. Corresponsabilidad en relación con la potestad normativa, de esta forma el
hecho de que la misma exista, supone la existencia de titularidad para
configurar el tributo y determinar sus elementos esenciales. La responsabilidad
puede ser total, o parcial, según se intervenga en todos, o sólo en algunos, de
los elementos.
b. Corresponsabilidad relacionada con la potestad administrativa, o con la gestión
de los tributos. En este caso la misma también podrá ser total, o parcial, según
el gobierno autonómico sea responsable de todas, o alguna, de las fases de la
gestión tributaria.
c. Corresponsabilidad en cuanto a la atribución de los rendimientos del tributo, de
esta forma el gobierno regional podrá hacer suya toda, o sólo una parte de la
recaudación obtenida con los tributos.
Existen, pues, tres ámbitos o parcelas en los que poder gozar de corresponsabilidad, y
dentro de cada uno de ellos, diversos grados de ejercicio, lo cual supone, la existencia
de una gran diversidad de formas, de dar cumplimiento a la exigencia de que las
Comunidades tengan cierta corresponsabilidad, relacionada con sus actuaciones en
determinados campos. Estos tres niveles de ejercicio de la corresponsabilidad están
ordenados
de
forma
decreciente,
y
así,
el
nivel
máximo
de
ejercer
la
corresponsabilidad es tener potestad normativa. En segundo lugar, podríamos
considerar que se tiene algo menos de corresponsabilidad, en el caso de asumir la
administración tributaria de los tributos, siendo por tanto ellas, las responsables únicas
de la gestión, recaudación e inspección de los distintos impuestos sin tener capacidad
normativa alguna, y, finalmente, el nivel mínimo de corresponsabilidad fiscal se
corresponde con la simple obtención de ingresos, lo que supondría, únicamente, poder
disponer de la recaudación obtenida.
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2. Concepto de tributo cedido
Señala el artículo 10 de la LOFCA que son tributos cedidos los establecidos y
regulados por el Estado, cuyo producto corresponda a la Comunidad Autónoma.
La cesión se entenderá efectuada cuando haya tenido lugar en virtud de precepto
expreso del Estatuto correspondiente, sin perjuicio de que el alcance y condiciones de
la misma, se establezca en una ley específica.
La cesión de tributos por el Estado podrá hacerse total o parcialmente. La cesión será
total si se hubiere cedido la recaudación correspondiente al total de los hechos
imponles contemplados en el tributo de que se trate. Por otro lado, la cesión será
parcial, si se hubiesen cedido la de alguno o algunos de los hechos imponibles, o parte
de la recaudación correspondiente a un tributo. En ambos supuestos la cesión podrá
comprender competencias normativas en los términos que se establecen en la nueva
ley de financiación autonómica.
En este momento, y tal y como destaca el artículo 11 de la LOFCA, solo
pueden ser cedidos a las Comunidades Autónomas los siguientes tributos:
a. IRPF, con carácter parcial.
b. ITPAJD.
c. IP
d. ISD
e. IVA, con carácter parcial.
f.
Los impuestos especiales de fabricación, con carácter parcial.
g. El impuesto sobre la electricidad.
h. El Impuesto especial sobre determinados medios de transporte.
i.
Los tributos sobre el juego.
j.
El impuesto sobre las Ventas minoristas de determinados hidrocarburos.
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