COMEDIA La única comedia que poseemos es ateniense. Por esta razón se la conoce con el nombre de comedia ática (a partir del estado del Ática, cuya ciudad más importante era Atenas). La comedia nace como género literario sobre el 485 a.C. Desde entonces en las Leneas y las Grandes Dionisíacas, las dos fiestas principales en honor al dios Dioniso, además del concurso de tragedias se incorpora el de comedias. Tristemente la comedia más antigua que poseemos, Acarnienses de Aristófanes, se representó en el 425 a.C. No sabemos qué elementos la diferenciaban de las anteriores perdidas ni tan siquiera cómo o dónde empezó exactamente la comedia. Aristóteles en su Poética vio el desarrollo de la comedia, entre otras influencias, a partir de los directores de las canciones fálicas, es decir, los jefes de las comparsas que acompañaban a los phalloi (falos) en procesión durante las fiestas Dionisias de Atenas, que intercambiaban pullas y chirigotas con los miembros del cortejo y con los propios espectadores. Esta teoría queda reforzada por la palabra griega para designar la comedia komoidia () que quiere decir “canto de un komos” procesión de comparsas que cantaban y bailaban. A su vez, la comedia ática dio un papel importante al coro, mantuvo el elemento fálico y estuvo relacionada con el culto a Dioniso. El cultivo de la comedia se extiende en Grecia a lo largo de dos siglos, desde mediados del siglo V a.C. a mediados del III a.C. Ya los antiguos la dividieron en Comedia Antigua (), Media (y Nueva la primera abarca hasta el cuatrocientos más o menos, la segunda hasta el 330 y la tercera hasta el 250. De la antigua las únicas comedias que conservamos completas y sin duda en las que el género alcanza su plenitud son las de Aristófanes. La comedia ática surge como confluencia de distintos elementos que encuentran su unidad en este nuevo género literario, estrechamente vinculado a la ciudad-estado que la genera, la disfruta, la sufre y la transforma. Es un espejo distorsionado de la sociedad en el que se dan la mano la parodia, la “paideia”, el ataque despiadado y el elogio incondicional, la fantasía y la realidad, el drama de la existencia diaria y la exuberancia de las fiestas. El héroe cómico trata que suframos y nos alegremos con sus pericias y que compartamos su destino unos minutos por muy alocado que éste nos parezca. Como vemos la comedia se diferencia de la tragedia en 1 numerosos aspectos. Frente a la tragedia la comedia se inspira en el presente, no en el pasado mítico y en personajes o situaciones cotidianas. El protagonista de la comedia no es un héroe noble, sino un particular que, cansado de una situación con la que no está de acuerdo, busca una forma ingeniosa de resolver el problema, recurriendo para ello a las triquiñuelas más increíbles. Con el fin de resolver la situación, debe enfrentarse a un antagonista, un personaje que se opone a las aspiraciones del protagonista y que va a ser objeto de las burlas de la obra. En general los personajes podían ser personas reales contemporáneas del poeta: un político, un filósofo como Sócrates, un escritor como Eurípides. Otras son tomados del mito (pocas veces) o de la historia griega: Odiseo, Heracles, Arquíloco, políticos y poetas muertos. Incluso pueden ser puras invenciones: Diceópolis, Lisístrata. La comedia también como la tragedia arranca de una situación de angustia y busca un alivio para la misma, un cambio que le pone fin. Y todo ello en medio del ataque y de la burla contra personas y cosas y proponiendo la salvación a través de unos medios que no son menos risibles. La caída de ese antagonista que antes comentábamos, del “malo” de la obra, no produce dolor y miedo como ocurre en la tragedia, sino risa y alegría, acabando la obra con una fiesta o una boda, símbolos de esa alegría. Como puede deducirse la comedia es muy directa. No caben las medias tintas. La obscenidad, las alusiones sexuales, el humor chocarrero, la parodia, la burla, y lo extravagante forman parte de las raíces de la comedia y están presentes en su etapa más antigua. Todo está permitido: las alusiones al público, a personas reales, la burla a los dioses, incluso la ruptura de la ficción teatral, mediante un original recurso llamado “parábasis”. En ella un actor se quitaba la máscara y en una larga tirada de versos se dirigía al público para pedir el voto por la obra que se estaba representando y exponía directamente la opinión del autor, todo ello separado del desarrollo de la obra que estaba en escena. Tanto en la comedia como en la tragedia aparecían los coros, pero el coro de la comedia antigua oscila entre la realidad y la fantasía estaba formado por seres inverosímiles: ranas, nubes, ciudadanos atenienses convertidos en avispas, o grotescos viejas y viejos que se lanzan pullas de contenido erótico. Por lo general el título de las comedias se toma precisamente del coro. La Comedia Antigua: Aristófanes La figura más importante de la Comedia Antigua es Aristófanes. Nace en Atenas en el 445 a.C. en el momento de máximo esplendor para la ciudad. Murió en el 388 a.C. Es por tanto mucho más joven que los trágicos pero como las tragedias que hemos conservado de Sófocles y Eurípides son de la 2 época de la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) al igual que las de Aristófanes, para nosotros se han convertido los tres en contemporáneos. De sus 44 obras escritas las únicas que se han conservado completas son : Los Acarnienses 425 a.C. Los Caballeros 424 a.C. Las Nubes 423 a.C. En ella ataca a Sócrates a quien falsamente convierte en el símbolo de todas las nuevas corrientes que se abren paso en Atenas. Las avispas 422 a.C. La paz 421 a.C. Las aves 414 a.C. Las Tesmoforias del 411 a.C. que es una sátira contra Eurípides. La Lisístrata del 411 a.C. Las Ranas 405 a.C La Asamblea de las Mujeres de 391 a.C. Pluto 388 a.C. El autor consigue en sus obras la comicidad más increíble, a la vez que las dota de un mensaje de la máxima seriedad. Sus piezas teatrales se convierten en comedias transcendentes, ya que realmente tratan aspectos preocupantes de la realidad histórica de Atenas. Ataca ciertos aspectos de la realidad práctica de la democracia, lanzando sus críticas tanto a personajes como de las instituciones. Él es un cómico y su instrumento de crítica es la parodia, a veces, realmente despiadada. Es un pacifista como lo demuestra en “Acarniense”, “La Paz” y “Lisístrata”; estima los valores tradicionales y critíca las corrientes modernas, como la sofística. La crítica social tiene un alcance más amplio, desde la afición de las mujeres al vino, al afán de pleitear entre los atenienses , todo se maja en el mortero del cómico. Una de las comedias de Aristófanes que en la actualidad goza de más popularidad es Lisístrata. En ella las mujeres de toda Grecia se confabulan en una huelga sexual con la intención de obligar a sus maridos a dejar de hacer la guerra. Para ello se atrincheran en la sagrada Acrópolis. Ante ellas desfilan maridos en plena erección, con quienes ellas coquetean sin llegar a satisfacer sus deseos. Al final los hombres, agotados por la situación, acceden en firmar la paz. La comicidad de la obra, plagada de alusiones sexuales de todo tipo, esconde un mensaje a favor de la paz. Recordemos que cuando esta obra se representó los atenienses estaban en plena guerra del Peloponeso, cuyas consecuencias fueron terribles para toda la población y que en la práctica acabó debilitando tanto a los perdedores (Atenas y sus aliados) como a los espartanos. 3 Pero Aristófanes no sólo critica la actitud belicista de los políticos de su época. En general pone en guardia contra todo lo innovador; en múltiples ocasiones el comediógrafo es portavoz del bando oligárquico y el ataque político al bando democrático es implacable. Las nuevas corrientes filosóficas y la sofísticas son frecuente blanco de sus burlas, como podemos constatar en Las Nubes, obra en la que un pobre campesino arruinado por una esposa frívola y un hijo jugador acude a la escuela de Sócrates (el “pensatorio”, como lo llaman en la obra) para aprender del maestro el razonamiento injusto que le permita burlar a sus numerosos acreedores. Sócrates aparece en escena colgado de una cesta para poder observar mejor los fenómenos celestes, rodeado por una cohorte de discípulos pedantes y altaneros. Estructura de la comedia aristofánica a) Prologos, “prólogo”, escena que abre la obra, de tipo expositivo, antes de la entrada del coro. b) Parodos , “entrada del coro” que se presenta al público y lo normal es que se enfrente bien al héroe bien a los enemigos del héroe. La párodos termina con una escena breve que marca la transición hacia la parte siguiente. c) Agón, “debate” entre dos adversarios. Algunas de las obras no tienen agón en sentido formal, aunque tienen a cambio una escena que desempeña una función similar. Acaba con una escena o dos jalonadas con intervenciones cantadas del coro. d) Parabasis “Marcha hacia delante”. Tras el agón todos los personajes abandonan el escenario, el coro se adelanta y el corifeo se dirige al público sin que el contenido de sus palabras tenga mucho que ver con el argumento. e) Siguiendo la parabasis viene una serie de episodios separados por breves cantos del coro que a veces continúan la línea de la trama principal, aunque por regla general se limitan a ilustrar la conclusión que se desprende del agón. f) Éxodos, escena final con la salida del coro, en la que la nota predominante es la alegría que generalmente da paso a una boda o fiesta. Para poner en escena una comedia se requerían tres o cuatro actores, a veces con la ayuda de actores secundarios, y un coro de 24 miembros (todos varones). El coro como ya hemos dicho era de importancia capital. Y sus danzas y trajes proporcionaban el espectáculo. Los trajes de los actores eran una deformación de la realidad con máscaras grotescas, cuerpo relleno con una especie de almohadilla y posiblemente un gran falo para los personajes masculinos. 4 La Comedia Nueva A partir del s. IV a. C. el género cómico evoluciona hacia una comedia de costumbres. Primero se pierde el coro y la parábasis y se percibe la influencia de los personajes de Eurípides, en una fase que conocemos bajo el nombre de “comedia media”. Poco a poco gana interés la intriga y pierden importancia las burlas políticas, las pullas, las alusiones soeces... El resultado es una comedia cuyos personajes son ciudadanos medios que responden a tipos preestablecidos: el joven de buena familia que se enamora de una cortesana, que sin embargo es una chica encantadora a la que pretende un viejo verde y avaro, así como padres severos y anticuados, soldados fanfarrones, esclavos parásitos, criados astutos que saben resolver situaciones arriesgadas para que los enamorados se vean sin despertar sospechas... La obra se convierte en comedia de situaciones, y el “happy end” está asegurado, gracias a la utilización de recursos como el descubrimiento de la verdadera identidad de la chica, que en realidad no es una prostituta, sino la hija de una buena familia que fue raptada de niña; o las peripecias de dos hermanos gemelos que nunca se habían conocido y de repente coinciden en una misma ciudad, etc., etc. La comedia se vuelve un género de entretenimiento, de diversión, sustituyendo todo rasgo grotesco por lo sentimental, lo intrincado de la trama argumental y el feliz desenlace. El máximo representante de este género fue Menandro, (342?-293 a. C.) Sus obras ya no están vinculadas a los avatares de una ciudad concreta, sino que tienen un carácter más internacional, por lo que no es de extrañar que encontremos numerosas similitudes con las comedias de Plauto, que adapta al latín y al público romano los mismos argumentos y personajes que creó Menandro. Paradójicamente de las obras de éste sólo conservamos fragmentos, pero sus características han pervivido gracias a la comedia latina hasta el teatro de hoy. 5