3. SATURACION DE LOS MERCADOS 145

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3.
SATURACION DE LOS MERCADOS
La saturación de los mercados de los productos agrícolas,
al incrementarse la competencia tanto en cuanto a la gama de
productos como de países, provoca situaciones de sobreproducción, lo que repercute negativamente en los precios. La
exportación española, habituada tradicionalmente a ser la
principal proveedora del mercado comunitario, con producciones que apenas encontraban una seria competencia en el
mismo, está enfrentándose en la actualidad a los cambios que
en los últimos años se vienen produciendo. Ya no estamos solos en los mercados y éstos a sú vez, están más saturados.
La dependencia de las frutas y hortalizas de la climatología
explica, igualmente, muchas de las situaciones de saturación que
se vienen registrando, puesto que resulta muy dificil adecuar la
oferta a la demanda, cuando la variable climatológica incide en
un sentido u otro. Por otro lado, la propia tendencia de los mercados lleva a que, cuando los precios son altos y resulta rentable
una determinada producción, un mayor número de productores se
disponga a exportar, con lo cual la tendencia alcista acaba cambiando su signo, de forma que el propio mercado se autoregula.
La propensión de los mercados a la saturación se agudiza
más en unos productos que en otros, dependiendo de diversas
variables, como la duración de la campaña, la existencia de bienes sustitutivos o la "antigiiedad" del producto en el mercado.
Así por ejemplo, en una campaña corta como la del albaricoque,
es más fácil encontrar sobreproducciones en el mercado de Perpinán, en unos pocos meses en los que todo exportador quiere
dar salida al producto. En este caso se añade el hecho de que
cada vez van apareciendo más sustitutivos de esta fruta de hueso, y así la competencia que imponen otras frutas como el melocotón, se hace cada día más patente. En cambio en un producto
joven como es la lechuga iceberg, que cuenta con una campaña
de ocho o nueve meses, donde gran parte de la producción se
canaliza fuera de los mercados mayoristas, y siendo todavía reducido el número de productores, la sobreproducción, aunque
cada vez más frecuente, puede controlarse con mayor facilidad.
145
En el Cuadro 3.14. puede seguirse la evolución de los precios
medios semanales en la campaña 1991/92 en los tres principales
mercados receptores de lechúga española. Como se aprecia, las
tendencias suelen ser similares en todos ellos aunque en ^iertos
períodos, algún mercado presentara una evolución particular.
CUADRO 3.14.
PRECIOS MEDIOS SEMANALES DE LECHUGA ICEBERG
CAMPAÑA 1991/1992
Mes
Semana
Reino Unido
NP
Alemania
DM
Holanda
FL
Precio X en Tm. Precio X en Tm. Precio X en Tm.
Noviembre ...
47
4,50 1.664,600
14,5
924,160
I5,0
..........
438,120
48
4,90 1.822,716
14,81.032,615
13,2
503,423
Diciembre ....
......................
.........:............
......................
49
50
51
52
4,34 2.1 16,578
4,43 2.739,823
4,14 3.138,226
3,75 1.741,545
14,5 1.045,561
15,01.214,436
14,31.382,033
13,51.079,619
12,6
13,3
11,7
10,0
537,557
809,460
701,820
533,617
Enero ...........
......................
......................
.:....................
......................
1
2
3
4
5
4,17 1.788,774
5,19 2.264,346
4,44 3.303,165
3,18 1.661,986
3,01 1.628,761
14,0 1.094,870 13,54
16,751.807,047
18,0
16,0 2.087,395
12,5
13,11.002,584
11,0
13,2 1.305,592
12,3
603,024
796,846
901,229
361,846
439,134
Febrero ........
......................
......................
......................
6
7
8
9
4,55 1.704,505
4,82 ].917,633
5,60 1.702,303
6,09 2.742,169
15,3 1.210,128
14,9
16,51.221,897
16,2
17,3 1.054,715
17,1
18,72 1.683,214 18,15
397,201
41Q849
388,207
667,233
Marzo ..........
......................
......................
......................
10
11
12
13
4,68
4,77
3,34
2,65
1.914,236
2.574,000
3.755,002
2.074,796
17,5 1.609,369 14,65
558,019
15,971.904,540 14,35
766,726
12,0 2.340,328
10,62 1.035,936
] 0,3 1.318,259
9,0
447,641
Abril ............
......................
......................
......................
14
15
16
17
3,29
3,81
3,60
3,50
2.552,272
3.238,649
2.484,472
3.009,464
11,751.388,271
12,01.787,979
12,01.161,560
12,251.821,602
11,0
10,0.
10,67
11,28
Mayo ...........
......................
......................
......................
18
19
20
21
3,22
2,98
4,77
6,82
2.783,349
1.682,099
2.051,182
1.010,963
10,17 1.253,658
9,4 847,273
11,8 538,482
13,12
167,701
10,0
9,4
13,7
18,12
Fuente: Elaboración propia a partir de SOIVRE.
X: Exportación
146
495,332
594,773
506,763
611,598
573,337
462,416
527,352
356,151
GRAFICO 3.7.
PRECIOS MEDIOS SEMANALES DE LECHUGA EN EUROPA.
CAJAS 5-6 KG.
Pesetas
L400
1.300
1.200 ^-^---------°-----------°-------°--°-°-°-----°. ° °°-. °° °-° ...................•-•----°-^---• °--------1. l00
1.000 1.....--..--.------.-----^-.--°----..^^ .a\.....^c,..--^ °--°------° ^---------°--. °----900
800
700
_.._. _.
1......_.....^r.......^,r........_........._......
-----^---° °-----°---^--------° ^-----
600
500
400
300
474849505152 1 2 3 4 5 6 7^8 9 1011 12131415161718192021
SEMANAS CAMPAÑA 91-92
^ R. Unido
^ Alemania -9- Holanda
Fuen[e: Campañas de exportación de lechugas 199 V 1992. SOIVRE
El comportamiento de los mercados responde en general,
a la evolución de la oferta y la demanda. Sin embargo, dependiendo de las campañas, el alza o el descenso de los precios
puede venir motivada con mayor o menor frecuencia, por
unos u otros factores. Así por ejemplo, para la campaña 9192, la bajada de los precios se debió, en algunos casos, a excesos de oferta de la lechuga española (semanas 51, 10, 12,
13, 16 y 19). En otros, la caída de las cotizaciones vino explicada por la falta de calidad o por la presencia de calibres pequeños de nuestra lechuga (semanas 48 y 49 principalmente).
En las semanas 52 y 13 los motivos de la evolución de precios fueron la inactividad por Navidad en el primer caso, y la
paralización de los camiones en frontera, en el segundo. En
las semanas 18 y 19 se empieza a observar lechuga local en
Alemania y se ven lechugas procedentes de Italia.
Por el contrario, la evolución al alza de los precios vino
motivada, por una parte, por la escasez de oferta debido a la
147
climatología (semanas 8 y 9). Por otra, por los fuertes tirones
de la demanda en las semanas I y 2. Los efectos de la contingentación establecida (4.000 Tms) se dejaron sentir en las semanas 6 y 7. Por último, las exportaciones en las semanas 20
y 21 se vieron favorecidas por la mala calidad de las lechugas
autóctonas.
A pesar de ser este el desarrollo de una campaña determinada donde, lógicamente, las variables explicativas
de la oferta y la demanda son específicas de esos meses,
puede afirmarse que en los últimos años, existe una tendencia a la sobreproducción y a la saturación en ciertas
épocas.
De forma similar puede el lector seguir las cotizaciones de albaricoque en fresco registradas en el mercado de
Perpiñán para las campañas 1990 y 1991. (Gráficos 3.8. y
3.9.)
GRAFICO 3.8.
COTIZACIONES DEL ALBARICOQUE EN EL MERCADO DE
SAINT-CHARLES DE PERPIÑAN EN 1990
(Precios en F.F.)
Precios en FF
Calibre 8
Calibre 7
Cxlibre 6
Calibre 5
Calibre 4
Semanas
Fuente: Elaboración propia a partir de la Oficina Comercial en Perpiñán.
148
GRAFICO 3.9.
COTIZACIONES DEL ALBARICOQUE EN EL MERCADO DE
SAINT-CHARLES UE PERPIÑAN EN 1991
^Precios en r .F. j
Semanas
24
25
^b
Calibre 7
Calibre 6
Calibre 5
Calibre 4
Culibre 3
Fuente: Elahor^ción propia a partir de la Oficina Comercial en Perpiñan.
Las diferencias ya comentadas entre los dos años, tienen
su correspondiente reflejo en el mercado de Saint-Charles. Se
debe resaltar la significativa caída de los precios en 1990 durante la primera semana de cotización, mucho más acusada
que la de 1991, duplicando en el primer caso la producción
ofertada en el mercado (433 Tn), a la de 1991 (195 Tn). En
general, la evolución de los precios fue en 1991, mucho más
lineal y mayor la duración de la campaña.
La tendencia es siempre similar para todo tipo de calibres,
si bien, como es lógico, obtienen una mejor cotización los
más elevados. En 1991, los calibres 7 y 8 fueron más tardíos
pero mantuvieron una tónica más estable.
En líneas generales, la evolución de los mercados a la saturación depende del tipo de producto, el mercado y las condiciones que de manera general, afectan a la demanda y a la
oferta de esta clase de bienes. Variaciones en la población y
su distribución por edades o por áreas geográficas, los gastos
en consumo y su distribución, los precios, la existencia de
149
bienes sustitutivos, o los gustos del consumidor, determinan
cambios en la demanda que provocarán un desplazamiento de
la curva. Sin embargo, los ajustes de aquella ante cambios en
estas variables, no son inmediatos sino que es necesario el
transcurso del tiempo para que la demanda pueda dar respuesta a la nueva situación.
Si a ello unimos las variables que determinan la oferta y
que explican los cambios que en ella se producen, tales como
la ^climatología, enfermedades que puedan afectar a la producción en el corto plazo, o los cambios tecnológicos y otras
mejoras en las explotaciones a largo plazo, encontramos explicación a la saturación de mercados que en determinados
momentos se puede producir. La estacionalidad en este tipo
de productos condiciona la evolución de los mércados, dadas
las características de los procesos de producción. Este fenómeno supone la variación que experimenta la oferta a lo largo
de distintas etapas del año y hace referencia a breves períodos de tiempo. La estacionalidad puede referirse tanto a la de
la oferta en general, como a la estacionalidad én la cantidad
ofrecida, que puede estar provocada por factores como la estacionalidad de la demanda o de otros factores. En frutas y
hortalizas este aspecto es determinante para comprender la
evolución de los mercados, por su carácter perecedero que
imposibilita en muchos casos su almacenamiento, siendo la
única salida posible su colocación en el mercado12.
4.
MEJORES ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS DE
NUESTROS COMPETIDORES: LAS
ORGANIZACIONES INTER-PROFESIONALES
EN EUROPA
No cabe dudá alguna de que la organización del sector
hortofrutícola es una pieza clave en el logro de una mayor efi-
1z
(1972).
150
CALDENTEY ALBERT, P. (1986a); TOMEK, W. G.; ROBINSON, K. L.
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