ARTÍCULO III DAME RAZONES PARA CONFIAR EN TI Autor: David Jiménez, Doctorando en Organización de Empresas (RRHH) por la UAM y Redactor Jefe de la LL. Introducción Antes de comenzar el artículo, me veo en la obligación de hablarles algo de mi, porque si no lo hago, me temo que no comprenderán a dónde quiero ir a parar al escribir este artículo. No se preocupen, seré breve. Mi nombre es David Jiménez, y soy el redactor de la Learning Letter que mensualmente llega a vuestro correo electrónico. Trabajo en Desarrollo Organizacional, con José María Gasalla, que, además de ser mi jefe, es mi Director de Proyecto en el Doctorado. No es casualidad que el tema central de la tesina, y de la futura tesis, sea la confianza. Lo que voy a contarles es, en resumen, la primera inquietud que tuve al pensar la pregunta de investigación de la tesis: ¿Qué razones hay para que tú confíes en mí? Hay quien confía más, y quien confía menos, pero todos confiamos en alguien, y siempre hay alguien que confía en nosotros. Pero, ¿qué razones tenemos para confiar en alguien? ¿Y por qué alguien confía en nosotros? Normalmente, al leer estas líneas, surgen las respuestas rápidas: - Porque nunca me ha fallado Porque siempre me da más de lo que espero en cuanto a sinceridad Porque la otra persona confía en mi Porque me escucha y me entiende (siento que me escucha y me entiende) Sé que nunca lo va a usar en mi contra ni va a hacer mala utilización Se que nunca va a interpretar mal lo que le digo al tener una percepción sobre mi (...) Al ver estas respuestas, lo primero que pienso es que el absoluto, los universales, son, por definición, parcialmente falsos. Expresiones como nunca, siempre, blanco, negro, etc... suelen estar equivocadas (especialmente al nacer de una percepción subjetiva). Lo segundo que pienso es que todos se basan en actuaciones pasadas, y que, en términos generales, podemos resumir en la primera de ellas: Nunca me ha fallado. Saben, algo maravilloso de la bolsa es que los rendimientos pasados de una acción no determinan de ningún modo los rendimientos futuros (1) . Y digo maravilloso porque es precisamente el no saber qué va a pasar mañana lo que hace de la inversión financiera algo realmente divertido y apasionante. Si supiéramos qué ocurrirá mañana, no tendría tanta gracia, aunque sería más rentable (...). Con la confianza ocurre exactamente lo mismo: Que una persona nunca te haya fallado, no quiere decir que te vaya a fallar mañana. Por supuesto, son muchas las personas que protestarán contra esta afirmación que acabo de escribir. Todos sabemos, por nuestro día a día, que la experiencia pasada es uno de los componentes básicos de la confianza, y por lo tanto, admiten como cierta la proposición del párrafo anterior (es un output que alimenta nuevamente el proceso). Sin embargo, el lector estará de acuerdo conmigo que no existe en el mundo de los sentimientos y de las emociones humanas nada tan frágil como la confianza. Algo que se ha ido fraguando a lo largo de años puede destruirse en tan sólo unas décimas de segundo. ¿Por qué? Precisamente porque el que no te hayan fallado anteriormente no determina que no te vayan a fallar mañana, y una actuación por parte de la otra persona en contra de este principio nos sitúa en la realidad hasta tal punto que nos resulta extremadamente difícil volver a confiar en esa persona. Resulta tan difícil precisamente porque ahora sí sabemos (comprobado en carne propia) que actuaciones pasadas no determinan actuaciones futuras. Entonces, ¿cómo combinamos ambas ideas si parecen opuestas? Sencillamente porque no lo son. La confianza se construye con el día a día, y en este sentido sí es cierto que la experiencia pasada es una de las variables que alimenta la confianza. Sin embargo, no es una razón para afirmar que podemos confiar en alguien. Las razones son aquellas cosas que nos permiten asegurar que el futuro va a suceder de una forma determinada. Las variables son aquellas cosas que han ido construyendo esa confianza a lo largo del tiempo. Puede parecer que haber hecho esta apreciación no hubiera sido necesario, sin embargo es precisamente la diferencia existente entre variable y razón la que confiere a la confianza toda la grandeza que los seres humanos depositamos en ella. Por lo tanto, a nivel de doctorado, resulta relativamente factible elaborar modelos que determinen qué variables hacen crecer la confianza entre dos personas, entre dos empresas, en una relación de pareja, o en un equipo de trabajo. Sin embargo, elaborar un modelo que prediga la complejidad de las relaciones humanas a futuro basándonos en “qué pasó ayer” no tiene un fundamento sólido. Sería como elaborar un modelo que prediga el comportamiento de la rentabilidad futura en bolsa basándose en las rentabilidades pasadas. Hay quien, a estas alturas del artículo, pudiera pensar que es una visión derrotista de las relaciones humanas. Sin embargo, es exactamente lo contrario. Es la visión más maravillosa que se nos puede plantear, porque el hecho de no saber si la otra persona nos va a fallar o no mañana es la que le confiere todo el VALOR a la palabra confianza. Confiar significa creer. Confiar significa aceptar al otro en nuestro mundo interior, sin barreras y sin protecciones. Confiar significa apostar más por el otro que por el miedo que nos inspira. Pero, ante todo, confiar significa saber que alguna vez, alguien, nos va a fallar, y a pesar de ello, seguir confiando. Sin riesgo, la confianza carece de sentido. LA CONFIANZA EN LOS EQUIPOS Toda esta reflexión no nos serviría de nada si no lo podemos aplicar a nuestra realidad. Ese es uno de los mayores problemas de los académicos (y evitaré en lo posible que este error forme parte de mis hábitos): Lo investigado es difícilmente aplicable a la realidad empresarial. No les quiero aburrir con referencias bibliográficas sobre trabajos de investigación, así que expondré brevemente las conclusiones de dos buenos trabajos realizados en 1998 en los cuales subyace la idea que quiero transmitir. Según Gilbert y Tang en su trabajo “An Examination of Organizational Trust Antecedents”, existe una correlación positiva entre la confianza y la cohesión de equipo (a mayor confianza, mayor cohesión). Por otro lado, según el estudio “The Experience and Evolution of Trust: Implications for Cooperation and Teamwork” de Jones y George, también en 1998, si potenciamos la cohesión entre los equipos de trabajo en la empresa, los resultados empresariales también aumentan. Por lo tanto, si logramos aumentar la confianza dentro de nuestra organización, uno de los resultados directos será el aumento de los beneficios. El problema se resume entonces en cómo aumentar la confianza dentro de la empresa, entre los equipos de trabajo. Somos conscientes de que no podemos dar razones a las personas para que confíen en otras personas, puesto que en una organización siempre habrá alguien que falle a alguien, y si hemos logrado esa confianza argumentando o convenciendo, los trabajadores se sentirán defraudados doblemente con el que les falló y con el que les convenció. El éxito para crear confianza en un equipo consiste en facilitarles el entorno necesario para que esa confianza cuaje por sí misma, y se vaya fraguando con el paso del tiempo. ¿Qué quiere decir facilitarles el entorno? Significa darles un espacio para relacionarse, darles algo que compartir además de las horas laborales, darles un sentido común como grupo además del objetivo empresarial de realizar bien su labor. A este respecto os puedo dar ideas acerca de actividades con las que Desarrollo Organizacional trabaja en empresas de todos los sectores. Van desde Outdoors ( “fuera de las puertas” - “no todo es trabajo, podemos compartir mucho más”), cursos de formación en los que muchas veces se crean dinámicas de grupo en la que la interrelación de los asistentes acaba creando fuertes vínculos humanos y procesos de consultoría donde los participantes acaban conociéndose en su rol de personas en lugar de conocerse como trabajadores de la misma empresa. Todo ello es, sin lugar a dudas, un output de valor incalculable en los trabajos que realizamos, razón por la que lo facilitamos hasta el último momento en los proyectos que abordamos. Termino este artículo con una reflexión: El entorno en el que vivimos se compone de realidades cada vez más complejas y dinámicas. Necesitamos crear equipo, y la única forma de conseguirlo es mediante la confianza. Porque sin equipo, sin confianza, estamos condenados, tanto en nuestro rol de empresa como en nuestro rol de persona. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------1 – Me permito recomendarles “Un Paseo Aleatorio por Wall Street”, de Malkiel Burton. En él, aparte de aprender de una forma rápida y entretenida las bases fundamentales de la inversión financiera, podrán leer acerca de estudios empíricos que determinan cómo no existe una correlación entre rentabilidad pasada y futura.