Three Mile Island y Chernobyl, La seguridad y la economía cambian

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THREE MILE ISLAND Y CHERNOBYL
LA SEGURIDAD Y LA ECONOMÍA CAMBIAN EL FUTURO DE LA INDUSTRIA
NUCLEOELÉCTRICA
PEDRO MEDELLÍN MILÁN
Profesor Investigador de la UASLP
Publicado en Pulso, Diario de San Luis
Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 20 de julio de 2000
San Luis Potosí, México.
URL: http://ambiental.uaslp.mx/docs/PMM-AP000720.pdf
La Unión de Científicos Comprometidos (Union of Concerned Scientists o UCS),
con sede en los EUA, es una de la organizaciones científicas más prestigiadas por su
preocupación con el impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad y el medio
ambiente, así como por su seriedad, capacidad e independencia científica
(www.ucsusa.com). Estas características la convierten en un punto de referencia muy
seguro para obtener información sobre asuntos de interés social, particularmente
aquellos en los que existen fuertes intereses y mucha controversia. Tales casos
incluyen, por ejemplo y notablemente, el de las plantas transgénicas (ingeniería
genética de plantas u organismos genéticamente modificados, conocidos por sus
siglas OGM) y el de la generación de energía eléctrica en plantas nucleares.
DE LOS ORGANISMOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS A LA
NUCLEOELECTRICIDAD.
Después de haber escrito más de diez artículos sobre los OGM llamados "plantas
Bt", ahora toca el turno a las plantas nucleoeléctricas, para lo que me basaré
principalmente en documentos de la UCS y sobre todo en los de David Lochbaum,
experto de esta organización. Ambos son asuntos muy importantes que afectan
social, económica y ambientalmente, pero que están en un estado muy diferente de
desarrollo y puesta a prueba, además de que nacieron en condiciones muy
distintas. Los OGM son probablemente la más grave amenaza que ha existido para
la naturaleza y su aplicación está siendo presionada por las grandes trasnacionales
que las desarrollaron y por los respectivos gobiernos, a pesar de que su seguridad y
conveniencia social no ha sido probada. Hay evidencias de graves impactos
ambientales y en la salud, pero aún no se conoce suficiente sobre sus efectos. Es un
campo emergente y complejo.
PLANTAS NUCLEARES: DE LA ILUSIÓN TECNOLÓGICA AL DERRUMBE
La situación de la energía nuclear tiene algunas características muy distintas. Las
centrales nucleoeléctricas nacieron con grandes expectativas de resolver la
generación de energía eléctrica barata y en cantidad suficiente. Se decía que la
electricidad así generada iba a ser tan barata que los consumidores ni siquiera
tendrían medidor. Simplemente se les cobraba la conexión y podrían consumir
toda la electricidad que quisieran por una cuota fija. La seguridad se consideraba
un asunto técnicamente resuelto y la disposición de los peligrosos residuos
radiactivos se resolvería oportunamente gracias al avance incontenible de la ciencia
y la tecnología. Ninguna de estas tres premisas ha resultado cierta después de
varias décadas de esperanzas en esta tecnología y en su futuro. Dos eventos
contribuyeron crucialmente a derrumbar este mito: los accidentes de las plantas
Three Mile Island en los Estados Unidos y de Chernobyl en la entonces Unión
Soviética, los dos países más poderosos del mundo. Particularmente, las
pretensiones de que las centrales nucleoeléctricas no afectaban el ambiente o la
salud se establecieron como falsas.
EL ACCIDENTE DE THREE MILE ISLAND CANCELA NUEVOS CONTRATOS
Las adaptaciones tecnológicas que se fueron haciendo para hacer las plantas más
seguras fueron encareciendo rápidamente la energía generada. Una planta en
particular en los EUA costaba 500 millones de dólares cuando se empezó a
construir y 5000 millones cuando se terminó. Cuando, a pesar de estos costos
adicionales ocurrió el accidente de Three Mile Island (que pudo haber sido tan
grave como el de Chernobyl, pero que afortunadamente se paró antes), se
detuvieron abruptamente los contratos para la instalación de nuevas
nucleoeléctricas en ese país. El posterior accidente de Chernobyl vino a dar la
puntilla porque el descontrol fue mayor y sus efectos fueron drásticos sobre todo en
las cercanías, pero también en Europa. Varios países Europeos determinaron, por
referéndum, que no generarían energía nucleoeléctrica y que desmantelarían
gradualmente sus plantas (por ahora recuerdo a Suecia e Italia). En estos tiempos
de cuestionamiento, México abrió su única central nuclear, en medio de fuertes
protestas, en el estado de Veracruz. La central nuclear de Laguna Verde ha sido
fuertemente cuestionada por muchas razones: tal parece que entramos tarde y mal
al club mundial de la nucleoelectricidad.
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NUCLEOELECTRICIDAD: CADA VEZ MÁS CARA E INSEGURA
En los EUA, según los reportes altamente confiables recuperados del sitio de la
Unión de Científicos Comprometidos, las centrales nucleares están teniendo
tiempos difíciles tratando de ser competitivas con sus contrapartes que generan
electricidad usando otros combustibles, principalmente carbón (el más sucio de los
combustibles fósiles) pero también petróleo (combustóleo) y gas natural. Algunas
plantas lo están logrando con dificultad, pero no saben por cuanto tiempo ni a que
costo; otras están cerrando. El caso de la planta Maine Yankee ha sido
particularmente notorio. Esta planta era reconocida como una de las que operaban
con mayor éxito económico. Sin embargo, en 1995, un científico de la UCS recibió
un paquete con documentos que describían las graves condiciones de inseguridad
bajo las que operaba esta planta. Cuando las autoridades revisaron la situación y
dictaminaron las medidas correctivas que se debían aplicar, los directivos de la
empresa decidieron cerrar. El éxito económico de la planta se debía al descuido en
el mantenimiento y la seguridad. ¿Cuántas plantas más estarán cediendo a las
presiones de la falta de competitividad en los costos de la nucleoelectricidad y
sacrificando la seguridad?. Para finalizar por ahora, comento que la disposición
segura de los residuos radiactivos sigue sin resolverse. Posteriormente entraremos
en más detalles.
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