EL MONTE SIÓN He. 12:18­24 No. 231 INTRODUCCIÓN: El apóstol Pablo enseñaba cosas que eran difíciles de entender, de manera que incluso el apóstol Pedro decía que algunas personas tergiversaban esas enseñanzas para su propia perdición porque no las entendían (2 P. 3:14­16), cuando el apóstol concluye el estudio de la fe, inicia el desarrollo de la profundidad y hace una comparación de lo que representaba el monte Sinaí al cual se acercó el pueblo de Israel y el monte Sión al cual ahora nosotros podemos acercarnos. DESARROLLO: En este capítulo se hace una comparación del monte Sinaí y del monte Sión, lo cuales son figura de dos pactos (Gá. 4:21­31), el monte Sinaí representa el pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel nacional en el Sinaí, con aquellos que nacieron de Agar para esclavitud, este monte representa la ley y era tan terrible que ni los animales se podían acercar a él porque morían; el monte Sión representa el pacto que Dios ha hecho con su Iglesia, con los que nacieron de Sara para libertad, este monte representa la gracia y la confianza con la cual nos podemos acercar ahora a Dios. El monte Sión, al que nos hemos acercado, es espiritual pero tiene repercusiones en lo natural debido a que el velo se hace tenue; una de las manifestaciones que encontramos en el monte Sión son las parusías, que son las manifestaciones de Jesucristo para las personas consagradas y en él podemos encontrar diferentes bendiciones de parte de Dios: · A LA SANGRE ROCIADA, He. 12:24: Cuando Jesucristo estuvo sobre la tierra derramó en siete diferentes oportunidades sangre, y cada una de ellas representa diferentes áreas en las cuales debemos ser limpios: 1. En la circuncisión, Lc. 2:21: Para sojuzgar el área sexual. 2. La frente, cuando sudó sangre, Lc. 22:43­44: Para bendecir nuestro trabajo y quitar la maldición. 3. Las mejillas, cuando le arrancaron las barbas, Is. 50:6: Para cambiar la tristeza por gozo. 4. El pecho, los lomos y la espalda, Is. 50:6, Jn. 19:1: Para quitar la rebeldía de nuestro ser integral 5. Las manos y los pies, cuando lo clavaron, Jn. 19:17: Para que nos presentemos delante de Dios por medio de las obras de Jesucristo y nuestro caminar sea agradable delante de Dios como lo hizo su Hijo cuando estuvo sobre la tierra. 6. La frente, Mt. 27:29­30: Para renovar nuestra mente y obtener la de Cristo. 7. El costado, cuando le metieron la lanza, Jn. 19:34: Para llegar a ser la esposa del Cordero. Cuando nosotros llegamos a Jesucristo en el nuevo nacimiento el Señor derramó su sangre sobre nosotros y nos limpió de todos los pecado (incluyendo el pecado de Adam), la sangre derramada nos sustituyó, pero ahora que somos cristianos debemos ser rociados con esa sangre bendita porque el pecado puede alcanzarnos; la sangre de Abel clama por venganza pero la sangre de Jesucristo clama por misericordia hacia los pecadores. En el A.T. se rociaba la sangre de los sacrificios en el Tabernáculo siete veces en el Atrio, siete veces en el Lugar Santo y siete veces en el Lugar Santísimo, representando nuestro ser integral, espíritu, alma y cuerpo. · A JESÚS EL MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO, He. 12:24: De la misma forma como Moisés figura de Jesucristo se manifestó en tres facetas a el pueblo de Israel para liberarlo (Ex. 4:27­31), así también nuestro Señor Jesucristo se manifiesta a nosotros para liberarnos: · · · · MOISÉS: JESUCRISTO: 1. A Aarón. 1. A nuestro espíritu: Para salvarlo. 2. A los ancianos. 2. A nuestra alma: Para liberarla. 3. A todo el pueblo. 3. A nuestro cuerpo: Para redimirlo. A LOS ESPÍRITUS DE LOS JUSTOS HECHOS PERFECTOS, He. 12:1,23: En el contexto de Hebreos 12:1 podemos ver que esta es la gran nube de testigos que están a nuestro alrededor, en donde se encuentran los héroes de la fe. Esta es la manifestación que aumentará en los tiempos finales, en donde aquellos que han dormido en Cristo (muerto) se presentarán a la iglesia con el propósito de ministrar al pueblo de Dios, dar señales, etc. esto puede darse en diferentes formas: 1. Sueños o Visiones: Es cuando por medio de sueños o en visiones se ven a personas que ya partieron para la presencia de Dios, las que Dios permite con el propósito de fortalecer nuestra fe. 2. Apariciones espirituales, Mt. 17:1­3: Cuando el Señor llevó a Pedro, Juan y Jacobo al monte y fueron trasladados, al monte espiritual y vieron a Moisés que había muerto, también vieron a Elías, un personaje que vivía en otra dimensión; también vemos el caso de Saúl cuando pidió que subiera Samuel para consultarlo (1 S. 28:11­14). 3. Resucitados, Mt. 27:51­53: El Señor Jesucristo luego que resucitó se apareció a sus discípulos por cuarenta días, también los santos que se levantaron cuando Jesucristo resucitó y se presentaron a muchos (Hch. 1:3). A DIOS EL JUEZ DE TODOS, He. 12:23: Toda la humanidad un día tendrá que presentarse delante de Dios para darle cuentas, los que han nacido de nuevo y han muerto al mundo (Ro. 6:1­6) como han resucitado juntamente con Jesucristo, participaran en el tribunal de Cristo para obtener su galardón según las obras que hicieron guiados por el Espíritu mientras estuvieron en el cuerpo (2 Co. 5:10), y todos aquellos que lo rechazaron y no se encuentren en el libro de la vida se presentaran delante del Padre en el Juicio del trono blanco, y serán juzgados para condenación (Ap, 20:11­15). A LA CONGREGACIÓN DE LOS PRIMOGÉNITOS, He. 12:23: La congregación de los primogénitos es la Iglesia o sea el cuerpo místico del Señor; la Biblia nos enseña que Cristo es el primogénito de toda la creación (Col. 1:15), el primogénito de entre los muertos (Col. 1:18; Ap. 1:5) y el primogénito de muchos hermanos (Ro. 8:29; He. 2:10); también leemos que en el A. T. Dios llama a Israel como su primogénito (Ex. 4:22; Is. 8:18), pero ahora nosotros formamos parte del pueblo de Dios, eso nos enseña que ahora nosotros somos primogénitos de Dios, porque somos sus hijos y también herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro. 8:17) A MIRÍADAS DE ÁNGELES, He. 12:22: Los ángeles son espíritus ministradores a favor de los que heredarán la salvación, Dios los envía en delegaciones para cumplir funciones específicas (He. 1:14; Is. 11:2), la Biblia nos enseña que a Jesús lo ministró un ángel para darle fortaleza (Lc. 22:43), un ángel visitó al apóstol Pablo cuando el barco en el que lo llevaban a Roma corría peligro de naufragar (Hch. 27:23­24), también a Lot lo visitaron para sacarlo de Sodoma (Gn. 19:1), Josué recibió instrucciones de Dios por medio de un ángel (Jos. 5:13­15), Daniel recibió instrucción por medio de Gabriel para entender las escrituras (Dn. 9:22), el ángel Gabriel también visitó a María para anunciarle que había sido elegida para ser la madre de Jesús, luego José recibió instrucciones de Dios por un ángel para huir hacia Egipto, Cornelio por instrucciones de un ángel llamó a Pedro para ser salvo; existen diferentes jerarquías dentro de estos seres angelicales y existen miles en cada uno de estos grupos con diferentes funciones: 1. Ángeles, Lc. 1:26: Gabriel es un ángel mensajero de Dios (Dn. 8:16, 9:21; Lc. 1:19). · 2. Arcángeles, Jud. 9: Miguel es un arcángel guerrero de los ejércitos de Dios (Dn. 10:13,21, 12:1; Ap. 12:7). 3. Querubines, Gn. 3:24: Luzbel fue un Querubín protector pero por desobediencia se convirtió en el diablo (Ez. 28:14). 4. Serafines, Is. 6:2,6:6: Los Serafines son la jerarquía más alta de este grupo. Cuando Isaías ve al Señor, también ve Serafines que están alabando a Dios. Debemos ser cuidadosos y no buscar este tipo de visitaciones, sino dejar que sea Dios quien las envíe, porque el diablo también se viste de ángel de luz para engañar al pueblo de Dios (2 Co. 11:14), por eso debemos tener en cuenta que sí se nos presenta un ángel y nos presenta otro evangelio no es enviado de Dios sino de las tinieblas (Gá. 1:8), por esa razón la Biblia nos autoriza a discernir todo espíritu para saber sí viene de parte de Dios o de parte del enemigo (1 Jn. 4:1). Es muy importante que las hermanas al orar o profetizar se cubran con el velo como señal de autoridad, para que los ángeles caídos vean que sobre ella existe autoridad y así impedirles cualquier tipo de ataque (1 Co. 11:5­6,10). A LA CIUDAD DEL DIOS VIVO, A LA JERUSALÉM CELESTIAL; He. 12:22: Dios ha establecido su morada en monte Sión, en la Jerusalém Celestial (Is. 2:3, 4:5), en una dimensión distinta a la nuestra a la que podemos ser trasladados desde esta tierra; la Biblia nos enseña que Abraham buscaba la ciudad celestial, cuyo arquitecto es Dios (He. 11:10), los héroes de la Fe vivieron como peregrinos buscando la patria celestial (He. 11:14­16); Pedro, Juan y Jacobo fueron trasladados al monte Sión y allí vieron a Moisés y a Elías y también oyeron la voz de Dios (Mt. 17:1­6); Los santos que se levantaron cuando Jesús resucitó, salieron de las tumbas y entraron a la Santa Ciudad (Mt. 27:51­53, B. Jerusalén, “Jerusalén Celestial”). CONCLUSIÓN: La época que vive actualmente la Iglesia, es la etapa final, en la cual por la inminente venida del nuestro Señor Jesucristo, se harán evidentes las parusías, pero al mismo tiempo el enemigo buscará por todos los medios engañar y confundir al pueblo de Dios, por eso es necesario que velemos para no ser sorprendidos de noche, y junto con el Espíritu podamos decir “ven Señor Jesús” (Ap. 22:20).