TEXTO DESCRIPTIVO Describir es representar a personas, animales o cosas (decir cómo son) por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias. Aunque las descripciones pueden ser muy diferentes, todas tienen en común el intento de reproducir mediante palabras personas, objetos, sensaciones, sentimientos, olores… CLASES DE DESCRIPCIONES En líneas generales, se distinguen dos clases de descripciones: Descripción objetiva: en ella se intenta reproducir la realidad tal como es. Su finalidad es informar, sin dar ninguna opinión, de cómo es algo; se podría decir que tiene una finalidad utilitaria. Son, por ejemplo, las descripciones de los tratados científicos, las descripciones de las características de un objeto, las instrucciones de aparatos. Las palabras que se emplean son normalmente sustantivos con significado denotativo y hay una clara ausencia de adjetivos. Descripción subjetiva (también se podría llamar literaria): su finalidad es estética, se cuenta cómo son las cosas pero bajo nuestra perspectiva. Es decir, lo descrito pasa por el filtro del autor, no intenta reproducir con fidelidad la realidad, sino ofrecer su visión personal. Estas descripciones pueden ser estáticas o dinámicas. En el primer caso, los objetos se reproducen de modo similar a como lo hace la pintura; en el segundo, se parece más al efecto de una cámara cinematográfica. Ejemplos: “De trecho en trecho, la calle se hallaba cortada por un callejón angosto y largo que desembocaba en el río, y en su fondo se veían los palos de un buque en el aire gris.” (Pío Baroja: A lo largo del Támesis). Estática “La oscuridad de la noche no nos permite ver sino vagamente las manchas blancas de las piedras. Allá a la entrada del pueblo, al cabo de la alameda, una viva faja de luz corta el camino. Sale la luz de una casa. Acerquémonos. La casa tiene un ancho zaguán: a un lado hay un viejo telar; al otro, hay un viejecito de pelo blanco y un niño.” (Azorín: Castilla) Las palabras más empleadas son sustantivos con significado connotativo y se emplean abundantes adjetivos. Pero además, las descripciones se pueden clasificar según el objeto de la descripción. Las más frecuentes son las siguientes: Descripción de personas: Prosopografía.- Se describen los rasgos físicos del personaje (altura, forma de las manos, su nariz, su pelo…). Etopeya.- Se describen los rasgos psíquicos del personaje (carácter, miedos, costumbres, gustos…). Retrato.- Es la descripción completa de un personaje, tanto de sus rasgos físicos como psíquicos. Caricatura.- Es la descripción de un personaje en la que se exageran burlonamente algunos rasgos. Descripción de lugares: También se llama topografía. RASGOS LINGÜÍSTICOS Estilo nominal.- En las descripciones, predominan los sustantivos y los adjetivos, estos principalmente en las reproducciones subjetivas, tanto especificativos (necesarios para la delimitación del contenido de un sustantivo) como explicativos o epítetos (unidos al sustantivo como mero adorno estético o recurso explicativo). Ejemplos: “He comprado una camisa azul”.- es especificativo, porque azul delimita el significado de camisa y se opone a las camisas de otros colores. Casi siempre siguen al sustantivo. “Ligero ciprés, surtidor de sombra y sueño”.- es explicativo, porque el autor no quiere oponer un ciprés ligero a otros ligeros. Casi siempre preceden al sustantivo. Aparecen, por regla general, pocos verbos, ya que las descripciones son atemporales. Interesa más el marco espacial que el temporal (lo que se ve, que cuándo se ve). Los verbos que aparecen suelen ser existenciales (haber, ser) o de estado (estar, permanecer) en las descripciones estáticas; y de acción y movimiento en las dinámicas. En cuanto al tiempo verbal, este suele ser el pretérito imperfecto o el presente de indicativo, puesto que estos tiempos son los que indican un aspecto imperfectivo o bien atemporal. Este mismo efecto lo producen las perífrasis de gerundio con verbos auxiliares como estar, andar, ir… (estaba comiendo, andaba llorando, va gritando). Estilo figurado.- En las descripciones literarias, aparecen también figuras como metáforas, metonimias, personificaciones o prosopopeyas, símiles, aliteraciones, etc. LA PRÁCTICA DE LA DESCRIPCIÓN Describir no es solo hablar de los elementos arquitectónicos de un edificio o detallar los rasgos de una persona. Hay muchos tipos de descripciones (objetivas y subjetivas, estáticas y dinámicas, de personas o de espacios…) por lo que se puede decir que no hay una sola manera de describir, sino aproximaciones más o menos acertadas. A la hora de describir, hay que tener en cuenta de por qué, para qué y para quién se hace la descripción: si estamos haciendo un trabajo para la asignatura de Ciencias Sociales de la Catedral de Toledo, se deberá describir de una forma objetiva; esto es, fecha de construcción, estilo arquitectónico, detalles técnicos… Pero si estamos escribiendo una novela, será más apropiado hacer una descripción subjetiva. De igual modo, si en lugar de una novela, escribimos un cuento tendremos que considerar que nuestro receptor será un niño de corta edad. Las descripciones deben ser lo más completas posible; así, a la hora de describir por ejemplo un espacio hay muchos aspectos que se pueden tener en cuenta: Abierto/cerrado: un desierto o una habitación. Habitado/deshabitado: un pueblo o un pueblo abandonado. Moderno/antiguo: un aeropuerto o una catedral románica. Oscuro/luminoso: una cueva o una playa. Público/privado: una autopista/tu habitación. Real o imaginario: el palacio de la Moncloa o el planeta Kriptón. . . . Para la descripción de personas, es preferible emplear la descripción dinámica; es decir, a través del movimiento: Por las cosas que hace: se come las uñas, tiene un tic nervioso, sonríe a menudo, se viste siempre de negro, llora con facilidad… Por lo que le gusta: los pantalones ajustados, la música clásica, montar en bicicleta, las matemáticas, dormir mucho… Por cómo habla: tartamudea, grita mucho, dice muchas palabrotas, tiene una voz ronca, no mira a los ojos, habla despacio… Por un detalle particular: tiene los ojos rasgados, lleva un tatuaje en el hombro, tiene las manos largas y las uñas cuidadas y pintadas… . . .