· ARCHIVO Sábado 6 de agosto de 2005 Salud Publicado en la ed. impresa: Salud Sábado 6 de agosto de 2005 Noticias | Archivo | Sábado 6 de agosto de 2005 | Salud | Nota Cuidado de la salud Alimentos mejorados Probióticos, fitoestanoles, Omega 3... Guía práctica para hallar en las góndolas del supermercado nuevos productos capaces de prevenir enfermedades y de mejorar la calidad de vida De compras en el supermercado, bien vale la pena aguzar la mirada. Hoy día, la industria alimentaria ofrece una amplia variedad de alimentos mejorados. Esto es: saben igual, pero colaboran de diversas formas con la salud del consumidor. ¿Cómo dar con ellos? Aquí, algunos ejemplos para descubrirlos en las góndolas. Pero antes conviene distinguir entre alimentos mejorados y alimentos funcionales: "A los primeros se les ha quitado algún componente que los hacía dañinos para la salud o que dificultaba su digestión, o se los ha refinado. Mientras que los segundos tienen propiedades beneficiosas para el organismo que van más allá de su valor nutricional original, en muchos casos gracias al agregado de algún principio activo", explica el doctor Esteban Carmuega, coordinador del Grupo de Trabajo de Alimentos Funcionales de la Sociedad Argentina de Nutrición. Desde hace un tiempo, los argentinos nos hemos acostumbrado a escuchar palabras como probióticos, prebióticos, fitoestanoles, antocianinas, entre otras. "Estos componentes son principios activos que ejercen funciones más allá de la nutricional -señala Carmuega-, y que ayudan a disminuir el riesgo de sufrir ciertas enfermedades, lo que conlleva una mejora de nuestra calidad de vida." "Uno de los alimentos mejorados que usamos con más frecuencia es la sal común, que posee iodo agregado desde hace años. De esta manera, previene el bocio endémico; esto es muy importante para quienes viven lejos del mar. También tiene sales de magnesio para que corra mejor. Es funcional y mejorada respecto de la sal tal cual sale de la salina", relata Graciela Peterson, a cargo del área de alimentos funcionales y del laboratorio del Programa de Prevención del Infarto (Propia), de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata. Pro y prebióticos Según la Fundación Cardiológica Argentina, disminuir tres gramos el consumo diario de sal permitiría evitar 10 mil muertes anuales por enfermedades cardiovasculares. Para el 23% de los argentinos que padecen hipertensión, hoy existen aguas reducidas en sodio, sales modificadas, discos de masa para tartas sin sal agregada, igual que galletas de arroz o calditos de sopas. También, por ley, todas las harinas de trigo están enriquecida con hierro y ácido fólico para prevenir la anemia y un trastorno del desarrollo embrionario llamado espina bífida. En cuanto al arroz, hoy se encuentra disponible una variedad fortificada con hierro y vitaminas del grupo B, productoras de energías. Entre los lácteos, hay leches (líquidas, en polvo y larga vida) adicionadas con Omega 3. "Este es un ácido graso que no debemos dejar de consumir -aconseja Mónica Katz, directora del posgrado de Nutrición de la Universidad Favaloro y del Centro de Prevención y Tratamiento del Sobrepeso de la Fundación Favaloro-. Entre sus tantos beneficios se cuentan: mejorar los estados de depresión, prevenir el deterioro cognitivo de la memoria, ayudar a los chicos con déficit de atención, aumentar la sensibilidad a la insulina y colaborar en casos de arritmias cardíacas." Por su parte, algunos yogures cuentan con agregados de fibras y probióticos. Estos facilitan la función intestinal y mejoran el sistema inmunológico. En la investigación de los probióticos, el Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela) se especializa en el estudio de las bacterias lácticas usadas en esos cultivos. Allí han desarrollado otros productos que las contienen, como golosinas y barritas nutritivas. Los prebióticos, por su parte, se encuentran también en leches en polvo, cereales infantiles y postres a base de queso. "Son fibras que naturalmente se encuentran en la avena, el trigo, la banana y la cebolla, y que alimentan las bacterias buenas del intestino, favoreciendo la salud digestiva, mejorando el tránsito intestinal y disminuyendo el riesgo de infección por bacterias que sí pueden enfermar", explica Magdalena Bauschen, nutricionista corporativa de Nestlé Argentina. Que haya distintos productos con calcio, minerales y vitaminas es algo a lo que los consumidores se acostumbraron. Tanto que hasta hay un cacao en polvo que contiene un complejo con estas sustancias que se complementa con los nutrientes naturales de la leche. Los alimentos con soja también ofrecen beneficios extras. "Esta leguminosa es rica en isoflavonas, que por tener propiedades antioxidantes y una capacidad estrogénica débil y antiestrogénica, previene las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer", afirma Alejandra Luchetti, docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y gerente del Instituto de Salud de Unilever Latino América. Circulación asegurada Para prevenir las enfermedades cardiovasculares no sólo es bueno bajar el LDL o colesterol malo, sino tener conductas alimentarias para aumentar el HDL o colesterol bueno. Esto se logra, por ejemplo, con una dieta baja en ácidos grasos saturados. "Es bueno comer alimentos que contengan Omega 3", recomienda Alfredo Lozada, lipidólogo de Fleni y del Hospital Austral. "Otros principios activos muy útiles a la hora de combatir esta enfermedad son los fitoesteroles y los fitoestanoles. Estas sustancias inhiben la absorción del colesterol en el intestino, pues engaña al receptor que lo asimila, y hace que sea desechada una mayor cantidad de colesterol", explica Lozada. "La diferencia entre uno y otro está relacionada con la menor absorción de los segundos", aclara Mercedes Larrain, gerente de calidad y desarrollo de nuevos productos de Dánica. Esta marca acaba de relanzar una línea de margarinas que ahora no contienen ácidos grasos trans. "Estos tienen un efecto similar a los saturados: aumentan el LDL y disminuyen el HDL", argumenta Silvia Squillace, licenciada en nutrición y directora de Nutrihelp. Está avisado. No vaya al supermercado simplemente con la listita de las compras... Tómese el tiempo necesario para leer las etiquetas y hacer un balance entre precio, calidad y, por qué no, contenidos agregados que puedan contribuir con su salud. Marysol Antón Dónde consultar Propia: www.propia.org.ar . Sanac: www.sanac.org.ar . Fundación Favaloro: www.fundacionfavaloro.org . Fleni: www.fleni.org.ar . Cerela: www.cerela.org.ar . Futuros desarrollos tecnológicos Hay un dato que demuestra que esta nueva modalidad alimentaria llegó para quedarse. Se trata de la 3» edición del Programa de Apoyo al Desarrollo Científico-Tecnológico, organizado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la empresa DuPont Argentina. Esta vez, la firma mencionada destinará 25.000 dólares al mejor proyecto de investigación en el área de alimentos funcionales. Los criterios de selección imponen que contenga el desarrollo de tecnologías sustentables, con un alto impacto social y de rápida transferencia a la industria. "Se presentaron 28 propuestas y en este momento se las está evaluando. Además del valor de la investigación en sí, esta acción es útil para identificar buenos proyectos y para que la Argentina comience a desarrollar una producción con valor agregado", afirmó Javier Gómez, director de la Unidad de Vinculación Científico Tecnológica del Conicet. Un buen referente de estas acciones es Graciela Font, de Cerela, que en 2003 recibió una suma de dinero por su trabajo sobre Diseño de un alimento de soja fermentado con bacterias lácticas probióticas. Así, pudo completar una serie de estudios genéticos referidos a la producción de vitamina B12 por Lactobacillus reuteri y se logró reducir las sustancias alérgicas presentes en la soja. Además, el premio posibilitó el patentamiento del trabajo. Antioxidante En las bebidas también encontramos principios activos que cumplen más funciones que nutrir. El té verde es considerado uno de los mejores antioxidantes pues contiene catequinas. También aumenta el gasto metabólico durante los estados de reposo y tiene propiedades que disminuyen las probabilidades de padecer cáncer. Las uvas, por su parte, poseen compuestos fenólicos y antocianinas en los hollejos, que son poderosos antioxidantes. Esta piel es la que da el color al vino, y por lo tanto esa bebida adquiere sus características. En guerra contra el colesterol El equipo de investigadores del Programa de Prevención del Infarto (Propia), de la Universidad Nacional de La Plata, ha desarrolló numerosos productos de consumo masivo, modificados en su contenido de grasas, con el fin de hacerlos más saludables en términos cardiovasculares. Algunos se encuentran en el mercado o están en etapa de desarrollo. Aquí, algunos ejemplos: Aceite de girasol de alto oleico: este aceite es muy resistente a la temperatura por lo que es ideal para frituras. Además, su composición ayuda a mantener los niveles de colesterol dentro de los límites normales, en el contexto de una dieta balanceada. Galletitas saludables: son las producidas sin emplear grasas de origen animal -las saturadas, ni aceites hidrogenados-. Como valor agregado, están enriquecidas en ácidos grasos Omega 3. Huevos: tienen un contenido de colesterol muy inferior a los comunes. Además les agregaron ácidos grasos insaturados de la familia Omega 3. Panes: tienen mínimas concentraciones de grasas saturadas y sin hidrogenadas. Están elaborados con aceites vegetales que, consumidos regularmente y como parte de una dieta balanceada, disminuyen los niveles de colesterol. Pollos: enriquecidos con ácido graso omega 3. Esto se logró con cambios en la alimentación de los animales. Pastas frescas y secas: se trata de fideos desarrollados a través de una combinación de hidratos de carbono complejos y grasas insaturadas en aceites vegetales. Milanesas de carne y soja: son alimentos rico en ácidos Omega 3, que mantienen el contenido de hierro hemínico propio de la carne. Dulce de leche: para los golosos que no pueden dejar de comerlo, este producto está elaborado a base de leche descremada en distintos grados y reengrasada con aceites vegetales que aportan grasa Omega 3 y Omega 6. Mieles: enriquecidas con agregados de frutas secas. Alfajores: se modificó la composición de las galletitas que forman las tapas y que se unen con dulce de leche mejorado. Papas fritas congeladas: están preparadas con aceite saludable, pobre en grasa trans. Link corto: http://www.lanacion.com.ar/727733 Fotos Miembro de GDA. Grupo de Diarios América Copyright 2005 SA LA NACION | Todos los derechos reservados