Después de la exposición al sol... ¿por qué no seguimos cuidando la piel? Gran parte de la población cree que el uso de protectores solares es suficiente para evitar los posibles efectos nocivos del sol en la piel, y esta es la principal razón por la que después de una buena ducha no hay hábito de cuidar la piel con un producto específico que además de alargar el bronceado, calmará los estragos del sol como deshidratación, liberación de radicales libres, etc. Si pasamos muchas horas bajo el sol, nuestro cuerpo puede llegar a perder una cantidad elevada de agua que se manifiesta con un aumento de la temperatura corporal, sudoración y posterior deshidratación de la piel. La piel deshidratada por el sol se descama, se agrieta, pierde toda su elasticidad y puede ser la causante de los primeros signos de envejecimiento prematuro de la piel. Sin olvidar los radicales libres a los que se ve sometida la piel cuando se expone al sol. Las radiaciones solares intervienen en la formación de radicales libres, moléculas muy activas derivadas del oxígeno que producen daños irreversibles en numerosas moléculas y estructuras celulares fundamentales para la vida de las células del organismo (proteínas, lípidos de la membrana celular, material genético...) y que son responsables del envejecimiento de la piel. CALOR sudor Deshidratación Descamación de la piel EPIDERMIS Glándula sudorípara Un producto para después del sol con antirradicales libres como la vitamina E, o cualquier otro principio activo antioxidante, contrarrestará los efectos envejecimiento producidos por los rayos del sol. La aplicación de un producto específico para después del sol ayuda a regenerar el manto hidrolipídico y recuperar la pérdida de agua, propios de una piel deshidratada. 1 Los productos post solares están formulados para ofrecer unas propiedades específicas, además de las meramente hidratantes, que la mayoría de productos para hidratar la piel no tienen en cuenta como son: • • • • • • • Calmar la sensación de calor y malestar. Aliviar las posibles inflamaciones superficiales. Reparar los daños causados por el sol. Aportar la hidratación perdida durante el día y alargar el bronceado. Evitar que la piel se descame (propia de un mal bronceado). Dejar la piel suave y fresca. Colaborar en la lucha contra la formación de radicales libres responsables del envejecimiento precoz de la piel porque incorporan vitamina E. Y un punto muy importante que no hay que olvidar, y es adicional a todo lo anterior, es que el cuidado de la piel después del sol debe ser un ritual, un momento dedicado al placer de cuidar y mimar tu piel. 2