DESPEDIDA 2º BACHILLERATO 11 mayo de 2012 Director General “…, LUEGO EXISTO” Corría 1637 cuando un buen amigo vuestro publicó una frase que ha hecho historia y que, a ciencia cierta, seguro que conocéis: “Pienso, luego existo”. Podéis estar tranquilos, que no os voy a hablar más de Descartes, pero me serviré, en parte, de su máxima para haceros llegar mi pensamiento esta tarde, que, eso sí, versará sobre la existencia, por lo que no puedo decir que no hable de filosofía. Como he dicho, me serviré sólo en parte de la frase de Descarte. Él la enmarcó dentro de su ‘duda metódica’; yo simplemente me voy a centrar en la fórmula para tratar de descubrir qué es aquello que nos hace existir. Hace escasamente 3 semanas tuve la oportunidad de revivir una experiencia que el curso pasado pude compartir con bastantes de vosotros, una inmersión cultural en Londres. Podría contar muchas cosas, que casualmente se han repetido. Entre todas ellas, traigo ahora una conclusión a la que he llegado los dos años: “Compro, luego existo”. Me quedé con la sensación de que el hecho de comprar nos da vida, nos hace existir. (También el hecho de hablar y no dormir por la noche, pero ahora me quedo con el de comprar). Íbamos (o ibais) por Londres sobreviviendo al resto de actividades, arrastrabais vuestro cuerpo y vuestra existencia, que sin embargo revivía milagrosamente, sacudiéndose todo cansancio y toda desidia, en los tiempos libres que teníais y que había que aprovechar para comprar, daba lo mismo el qué, una hamburguesa en MC Donalds, un café del Starbucks, una camiseta inglesa o una funda de móvil con la típica bandera británica. El shopping, comprar, os revitalizaba y os devolvía la existencia. ¿Pero es el hecho de comprar lo que nos hace existir? Permitidme que, a pesar de ir en contra de las evidencias, no esté de acuerdo con ello. Yo os propongo otra clave distinta: “Adquiero, luego existo”. La existencia se va desarrollando a partir de todo aquello que vamos adquiriendo; y, gracias a Dios, en este caso, adquirir es mucho más que comprar e incluso está por encima de ello. (El que, por el motivo que sea, deja de tener adquisiciones en su vida, pasa a tener una existencia muy mermada). Y en esto nos hemos aplicado nosotros en el colegio, en ayudaros a existir más plenamente facilitándoos el que adquirieseis, saberes científicos y técnicos, sí, pero también amistades, experiencias muy diversas, la fe y la experiencia del amor de Dios Padre, el razonamiento, la responsabilidad, el autoconocimiento, un pensamiento crítico, las bases de unas relaciones humanas y personales de calidad, la capacidad de admiración, unos valores éticos, el compromiso, la creatividad, el trabajo en equipo, la coherencia personal, aprender a aprender, un sentido cristiano de la vida… (todos ellos aparecen entre los objetivos de nuestro proyecto Educativo) Y sinceramente, creo que en este momento deberías ser capaces de reconocer todo lo que unos y otros (profesores; monitores de deporte, catequesis, comedor; el personal de conserjería y secretaría; familias; compañeros; y otros que están ahí sin que a menudo os fijéis en ellos: personas de limpieza, de mantenimiento o de gestión…) os hemos ido aportando en los años que habéis pasado en el colegio y que ha ido aumentando vuestro bagaje; ser capaces de reconocer y de agradecer, a pesar de los malos momentos, de los errores (que también nos aportan nuevas adquisiciones) y de hacerlo personalmente; ser capaces de buscar a cada una de las personas y decirle un gracias sentido. Porque se lo merecen y porque también el agradecimiento es otra de las experiencias que podemos adquirir y que nos ayuda a una existencia más plena. Y en este sentido aprovecho yo también para daros las gracias a vosotros, porque también vuestra presencia nos ha ayudado a crecer, al colegio y a cada uno de nosotros en particular. Pero no se trata solo de adquirir ,sin más; no hay algo más. Por eso, añadimos otra frase nueva: “Interiorizo (o personalizo, lo que más os guste), luego existo”, porque, al fin y al cabo solo lo que habéis hecho vuestro, lo que habéis incorporado a vuestro bagaje, aquello con lo que os habéis quedado, es lo que os ayuda a existir. Y en esto nos distanciamos más de ese primer “compro, luego existo”, la mayoría de las cosas que compramos, antes o después, que, en nuestra cultura del usar y tirar, más suele ser antes que después, desaparecen de nuestra vida con la misma facilidad con la que entraron en ella. Ahora que acabáis esta etapa yo os invito a que sigáis trabajando por adquirir y por interiorizar en vuestra vida, eso os hará existir: adquirir nuevos conocimientos, nuevas experiencias, nuevas amistades, madurez ... Y eso a lo largo de toda vuestra vida. No penséis nunca que no necesitáis más, que ya vale con lo que tenéis, que lo que os ha servido hasta entonces ya es suficiente, porque ese día vuestra existencia empezará a decrecer. Estad siempre abiertos a la novedad porque ello os ayudará a salir con la cabeza bien alta en esta sociedad de cambio en la que os va a tocar vivir (en la que ya nos está tocando vivir). Y no olvidéis de seguir interiorizando la fe en la que os hemos intentado iniciar en estos años; y ojalá que os animarais a hacerlo en el propio colegio. Pero, ¿nos tenemos que conformar con adquirir y con interiorizar? ¿es suficiente? Para mí, para nosotros, para el proyecto educativo del colegio, no. Hay que añadir una tercera máxima: “Regalo, luego existo”. ¿De qué nos sirve acumular, interiorizar, si somos incapaces de compartirlo con los demás? Todo esto que habéis ido adquiriendo lo tenéis que poner al servicio de los demás, al servicio de la sociedad, para ir construyendo un mundo más justo, más humano, más fraterno. Es precisamente ello lo que da un valor añadido a toda nuestra vida. Que todo lo que habéis recibido, adquirido, interiorizado, sea también para los demás. Esto lo podéis hacer de muchas maneras, pero aquí os hago un llamamiento a que en este sentido sigáis ligados al colegio y podáis seguir compartiendo vuestras experiencias y podáis ayudar a otros en sus propias adquisiciones. Podéis seguir vinculados al colegio ofreciendo vuestra colaboración como monitores de catequesis o de deporte, colaborando en los grupos interactivos, en la tienda de Comercio Justo o en otro tipo de iniciativas. También sabéis que en el colegio está la Asociación de Antiguos Alumnos, cuyo carnet de pertenencia recibiréis dentro de unos momentos y a la que os invito sinceramente a pertenecer en el futuro. Por tanto, tres máximas: “Adquiero, luego existo”, “Interiorizo, luego existo”, “Regalo, luego existo” Ya termino. Este martes, cuando ya tenía más o menos definidas estas palabras que os acabo de dirigir, en una sesión de formación a la que asistí, el ponente nos habló de las tres plenitudes que ya en el siglo XIII propuso S. Alberto Magno: la del vaso, la del canal y la de la fuente La plenitud del vaso, que retiene y que no da. (Se queda en el adquiero, y tal vez en el interiorizo, pero se olvida del regalo). La del canal, que da y no retiene (Se queda en el regalo, pero se olvida del interiorizo) La de la fuente, que genera, retiene y da (conjuga el adquiero, el interiorizo y el regalo). Que cada uno de vosotros alcance la plenitud de la fuente. En nombre del colegio Cardenal Larraona, os deseo lo mejor.