UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SEDE RODRIGO FACIO FACULTAD DE DERECHO ANÁLISIS PROPOSITIVO DE LA REGULACIÓN NORMATIVA DE LA GARANTÍA REDHIBITORIA POR VICIOS OCULTOS: UN ESTUDIO DE DERECHO COMPARADO EN LA BÚSQUEDA DE SEGURIDAD JURÍDICA TESIS PARA OPTAR POR EL GRADO DE LICENCIATURA EN DERECHO GLENDA VARGAS PARRA 2015 DEDICATORIA Le dedico este trabajo en primer lugar a Dios, por la fortaleza y dones que me dio para poder realizarlo con entereza; a mi madre, por su amor, apoyo y compañía incondicional; a mi hermanito, por su amor, apoyo y comprensión; y a Oscar por estar conmigo en los buenos y malos momentos del proceso de elaboración de este trabajo. i ÍNDICE GENERAL Dedicatoria..................................................................................................................i Índice General............................................................................................................ii Resumen Ejecutivo...................................................................................................vi Ficha Bibliográfica……............................................................................................viii Introducción.............................................................................................................. 1 Capítulo I. Regulación normativa atípica y diversa como coadyuvante de deformación por aplicación jurisprudencial de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el ordenamiento jurídico costarricense................................................. 11 Sección I. Sección. La atipicidad en regulación normativa de garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil y en el Código de Comercio de Costa Rica........................................................................................................................ 13 I Párrafo. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil: una regulación incompleta y dispersa……………………………..…………………………………….. 15 A. Sobre los contratos en general: normas claves para el estudio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos………………............................................................ 15 B. Sobre las garantías en general: las normas jurídicas que incumben a la garantía redhibitoria por vicios ocultos................................................................................. 19 C. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos en específico: normativa generadora de inseguridad jurídica........................................................................ 20 D. Sobre el error en el consentimiento como elemento esencial de los contratos: generador de nulidad del contrato cuando se aplica la garantía redhibitoria por vicios ocultos……………………………………………………………………...……………...29 E. Sobre la nulidad a la que refiere el artículo 1082: un régimen extenso que se debe interpretar y aplicar en relación a la garantía redhibitoria por vicios ocultos y no de manera independiente………………………………………………….………………. 31 F. Sobre el incumplimiento contractual y la resolución del contrato: una figura jurídica diferente de la garantía redhibitoria por vicios ocultos……………………………….. 38 G. Sobre el derecho al pago de daños y perjuicios: tratándose de la garantía redhibitoria por vicios ocultos proceden únicamente cuando existió dolo del vendedor…………………………………………………………………………..………40 Conclusiones I Párrafo.……………………………………………………...…………..43 II Párrafo. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código de Comercio…………………………………………………………..…………………….. 44 ii A. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos: regulación imprecisa................................................................................................................ 44 B. Sobre la prescripción de los derechos y acciones tuteladas en el Código de Comercio: portillo para interpretar el plazo de prescripción atinente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos................................................................................. 48 C. Sobre la interrupción de la prescripción: su utilidad frente a los plazos cortos establecidos en el numeral 450 del Código de Comercio…………………............. 50 Conclusiones II Párrafo………………………………………………………………… 53 Sección II. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en la legislación de consumo………………………………………………………………………………..…54 I Párrafo. El tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor (Nº 7472)…………….…………………………………………………………………….…. 55 A. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos: se extraña una verdadera evolución en la materia………………………………………………………..……….. 56 B. Sobre el órgano administrativo encargado de conocer los conflictos por garantías: competencia de la Comisión Nacional del Consumidor……….…………………….. 60 C. Sobre el plazo para entablar el procedimiento administrativo ante la Comisión Nacional del Consumidor: prevalece la norma especial sobre la general………..…64 Conclusiones I Párrafo…………………………………………………….……………. 66 II Párrafo. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, número 37899-MEIC……………………………………………………………..………………. 67 A. Sobre el derecho de garantía: alcances…………………………...……………….67 B. El plazo mínimo de garantía: un plazo insuficiente……………………..……….. 69 C. Las acciones a las que da lugar la aplicación de la garantía: falta de precisión en la normativa………………………………………………………………………….. …..71 D. Aportes en aspectos procesales…………………………………………………… 75 Conclusiones II Párrafo………………………………………………………………… 77 Conclusiones I Capítulo………………………………………………………………… 78 II Capítulo. Un intento por uniformar la regulación normativa en materia de protección al comprador que no salió muy bien. El caso francés……………...………………... 81 I Sección. El problema de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia y la iniciativa de La Unión Europea para uniformar la regulación en materia de protección al consumidor por medio del Derecho Comunitario…………85 iii I Párrafo. La deformación normativa de la garantía redhibitoria por vicios ocultos como antecedente de los cambios introducidos por la Directiva en la realidad jurídica francesa……………………………………………………………………………………87 A. La distinción entre la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la responsabilidad civil contractual………………………………………………………………….………..88 1. Obligación de medios vs obligación de resultado.............................................. 88 2. Devolución del equilibrio al contrato vs indemnización de daños y perjuicios…………………………………………………………………………….…….90 3. Indemnización de daños y perjuicios como consecuencia del dolo o como resultado inherente a la existencia de vicios ocultos.............................................. 91 4. Interés del plazo corto en la garantía redhibitoria por vicios ocultos frente al plazo largo de la responsabilidad civil………………………………..…………………….…92 B. La diferencia entre garantía redhibitoria por vicios ocultos y el concepto de entrega conforme antes de la Directiva 1999/44/CE………………………………..…………..94 Conclusiones I Párrafo……………………………………………………….…………..95 II Párrafo. La Directiva 1999/44/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea de 25 de mayo de 1999 como normativa de cambio en la regulación del Derecho de protección al consumidor…………………………….………….…… 96 A. El modelo inapropiado para proteger los derechos del consumidor contenido en la Directiva 1999/44/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea de 25 de mayo de 1999, sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bienes de consumo………………………………………………………………. 96 B. Los cambios, avances y aportes de la Directiva 1999/44/CE analizados en relación con el derecho interno francés……………………………………….………..99 1. Brinda conceptos claves de manera expresa.................................................... 100 2. Amplio concepto de conformidad del bien con el contrato y criterios establecidos para determinar dicha conformidad........................................................................102 3. Tipicidad de las acciones a las que da lugar la aplicación del criterio de falta de conformidad del bien con el contrato.................................................................... 111 4. Problemática existente en la Directiva en relación a los plazos establecidos…..……….……………………………………………………………….. 115 C. Directiva 1999/44/CE: ¿avance o retroceso en la regulación francesa para la protección del consumidor?................................................................…………… 118 Conclusiones II Párrafo………………………………………………...……………… 121 iv II Sección. Regulación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Derecho Interno francés...................................................................................................... 123 I Párrafo. Tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil francés con la transposición de la Directiva 1999/44/CE…………………………… 125 A. El régimen de saneamiento por vicios ocultos del Código Civil francés: un modelo ordenado y claro en su regulación………………………………………..………….. 126 Conclusiones I Párrafo………………………………………………………………….135 II Párrafo. La regulación normativa de protección al consumidor en el Código del Consumidor de Francia: incidencias de la Directiva 1999/44/CE………………... 136 A. La regulación de Derecho uniforme presente en el Código del Consumidor de Francia: un modelo proveniente de la Directiva 1999/44/CE………….…………… 136 1. Brinda conceptos claves de manera expresa………………......…………………137 2. Amplio concepto de conformidad del bien con el contrato y criterios establecidos para determinar dicha conformidad………………………………………………….. 139 3. Tipicidad de las acciones a las que da lugar la falta de conformidad del bien con el contrato………………………………………………………………………………. 142 4. Sobre los plazos establecidos…………………………………..…………….…….144 5. Disposiciones especiales relativas a la transposición de la Directiva 1999/44/CE…………………………………………………………………………….. 145 Conclusiones II Párrafo……………………………………………….……………….. 147 Conclusiones II Capítulo……………………………………………..…………………149 Conclusiones finales y recomendaciones….......................................................... 152 Bibliografía............................................................................................................ 155 v RESUMEN EJECUTIVO En Costa Rica, tanto como a nivel global, la categoría “consumidor” ha crecido, pues cada vez son más los bienes que se consideran “bienes de consumo”, como por ejemplo los desarrollos inmobiliarios y los aparatos electrónicos que ahora forman parte de dicha categoría, los cuales además presentan un alto valor económico. Frente a este nuevo panorama comercial, así como en las tradicionales compraventas civiles, los contratos y las garantías derivadas de estos, son fundamentales para el resguardo de los intereses y derechos de las partes, siendo que en la medida en que exista una garantía legal apropiada, mayor seguridad tendrán las partes a la hora de realizar el negocio, lo anterior sin olvidar la posibilidad que tienen de pactar por sí mismas las garantías que se deben entre ellas. En virtud de lo anterior, la garantía redhibitoria por vicios ocultos cobra mayor importancia, por constituir una de las garantías legales con que cuentan las partes negociantes, siendo esta una garantía natural al contrato y por ende, inherente a este, la cual es objeto del presente trabajo. Lo anterior, debido a que del estudio de la normativa que trata la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Costa Rica se observa regulación diferente en cada cuerpo normativo, que da lugar a acciones y plazos distintos. Lo anterior, aunado a la naturaleza de los bienes objeto de las compraventas en la actualidad, ha tenido como resultado que las normas no ofrecen la protección y tutela requerida por el comprador que adquirió un bien que presenta vicios ocultos, pues el estudio jurisprudencial de la materia evidencia dificultad para determinar las consecuencias jurídicas que corresponden en los casos atinentes a la garantía referida, así como la problemática en cuanto a los plazos de prescripción y caducidad, lo cual genera inseguridad jurídica para los ciudadanos, siendo lo anterior la problemática a resolver mediante esta investigación. vi Por otra parte, la hipótesis de la presente investigación es que en materia de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, en Costa Rica se tiene normativa atípica, contenida en los distintos cuerpos normativos que la tratan y además, una línea jurisprudencial irregular y poco constante en relación a la resolución de los casos concretos, lo cual además de la desprotección generada para el comprador, todo lo anterior resulta en un grave problema de seguridad jurídica que es menester solventar. Debido a lo anterior, los objetivos de este trabajo son realizar un análisis crítico de la normativa costarricense en el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, para identificar las debilidades de nuestra regulación y la forma en la que los operadores de justicia resuelven los casos concretos en materia de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, así como estudiar el desarrollo normativo de dicha garantía en otras latitudes, específicamente en el caso de la Unión Europea, como Derecho Comunitario, y de Francia como Derecho doméstico, pues dicho país ha tenido que lidiar primero con una situación similar a la que actualmente vivimos en nuestro país referente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, así como conciliar su derecho interno clásico, que presenta la misma línea regulatoria que la costarricense, con el Derecho Comunitario que instaura nuevas regulaciones y soluciones para el caso de los vicios ocultos, lo cual servirá para analizar las posibilidades que tenemos en Costa Rica de resolver las dificultades regulatorias y de aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Así, para alcanzar los objetivos planteados, se hará una investigación bibliográfica y documental, constituida por el estudio de libros, revistas, legislación, fallos jurisprudenciales, entre otros, además de un estudio de Derecho Comparado con Francia que comprenderá también el mismo proceso de investigación bibliográfica y documental. Finalmente, una vez analizados las debilidades normativas y la irregularidad de las decisiones jurisprudenciales, como presupuestos de inseguridad jurídica en el tratamiento de la garantía que nos ocupa, se proveerá de insumos útiles para una futura reforma del derecho positivo de Costa Rica en dicha materia, tomando como ejemplo tanto los aciertos como los desaciertos de la experiencia francesa en el desarrollo normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. vii Vargas Parra, Glenda María. “Análisis propositivo de la regulación normativa de la garantía redhibitoria por vicios ocultos: un estudio de Derecho Comparado en la búsqueda de Seguridad Jurídica”. Tesis de licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica, 2015. Vii y 160. Director: Lic. Federico Torrealba Navas Palabras claves: garantía, redhibitoria, vicios ocultos, consumidor, deformación, Directiva, conformidad del bien con el contrato, falta de conformidad del bien con el contrato. viii INTRODUCCIÓN “La tentación de un Derecho uniforme, un Global Law, es un sueño para algunos y una pesadilla para otros”1 Vivimos en un mundo globalizado, donde la economía se mueve de forma dinámica y ágil; como resultado de ello, la categoría “consumidor” ha cambiado considerablemente y se vuelve cada vez más amplia2, pues se han incrementado los bienes y servicios que se ofrecen como “bienes de consumo”. Un claro ejemplo de lo anterior son los condominios y casas que hoy día venden las desarrolladoras inmobiliarias como un bien de consumo3 y no como un bien inmueble en el sentido tradicional, ya que dichas desarrolladoras se dedican a la comercialización de inmuebles, es decir, ostentan la categoría de comerciantes y además colocan los inmuebles mediante una oferta pública, dirigida a personas indeterminadas4 e incluyen aspectos publicitarios, de fabricación en serie, difusión de información estandarizada sobre detalles de calidad, materiales, dimensiones y otros pormenores que son propios de los 1 Boucard Hélène. La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea. Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada. Fecha de publicación: 1 de marzo de 2008. Disponible en: www.refdugr.com. Consultado el 02 de agosto de 2015. P. 27 2 Nota: Históricamente se consideraba consumidor a aquella persona que adquiría bienes propiamente consumibles o incluso, bienes duraderos pero que se movían dentro del tráfico comercial, tales como materias primas, alimentos, productos finales para decoración, vestimenta, etcétera. Sin embargo, actualmente se consideran bienes de consumo productos tecnológicos, programas de computación y aplicaciones, así como algunos tipos de bienes inmuebles que se han movido de dicha categoría a esta otra. Lo anterior podría deberse a múltiples causas, las cuales no conviene ahora precisar, pero sí es importante identificar los elementos que hacen determinar a los bienes de distintas categorías como bienes de consumo. Dichos elementos son: los sujetos, vendedor profesional y consumidor; la publicidad que se le da al producto, la forma en la que se ofrece; que el producto va dirigido a personas indeterminadas; la cantidad de la producción, que se da en masa; y la información que se le brinda al consumidor con el producto, la cual es detallada en contenido, calidad, alcances, etcétera. 3 Nota: El cambio de categoría que se ha dado a algunos bienes inmuebles (siempre que cumplan con los elementos para considerarlos bienes de consumo), ha sido a nivel global, pues los modelos de construcción y negociación de estas como producto final evolucionaron y pasaron de ser a pedido individual, para hoy día desarrollarse como producción en serie a cargo de inversionistas que pretenden crear las obras y luego colocarlas, es decir, comercializarlas como un producto final, siendo que las especificaciones sobre calidad y diseño las deciden los inversionistas que fungen como productores y no el comprador, quien más bien pasa a ser consumidor. 4 Ver: Comentario sobre el artículo primero de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor (España) que incluye los bienes inmuebles como bienes de consumo siempre que cumplan el requisito de ser oferta pública y a personas indeterminadas. “Los problemas en la compraventa de inmuebles”, Blog de Arquitectura Legal, http://arquitectolegista.com.ar/blog/2011/04/19/los-problemas-en-la-compraventade-inmuebles/, consultado el 21 de julio de 2014. bienes de consumo. Así, actualmente algunos inmuebles se posicionan como productos. En este ambiente comercial novedoso y cada vez más consolidado a nivel mundial, así como en las compraventas civiles en sentido tradicional, los contratos juegan un papel relevante para el tráfico de bienes y servicios. Por ello a pesar del amplio desarrollo que la materia contractual ha tenido en el Derecho a lo largo de los años, es imperativo adaptar, en la medida de lo posible, la regulación, interpretación y aplicación de esta a las exigencias de la realidad actual, sin que ello se dé en detrimento de los más altos valores y principios consagrados en la Carta Magna de cada ordenamiento jurídico. Debido a lo anterior es que se debe prestar especial atención a la vigencia normativa en cuanto a la correspondencia con la realidad que esta regula, pues si las normas jurídicas son gravemente atemporales5, podrían ofrecer figuras jurídicas que no solucionan ni reglan las situaciones reales de sus destinatarios. Asimismo, si las normas no son contestes con la realidad, los operadores jurídicos podrían verse en graves problemas para aplicarlas en cada caso concreto, en su esfuerzo por lograr que concuerden las condiciones fácticas y las jurídicas, siendo de esa forma los ciudadanos los directamente perjudicados por dicha situación y por la falta de seguridad jurídica que ello genera. Por todo lo anterior, ante las exigencias del reciente panorama contractual y en relación con las herramientas de Derecho que tenemos en Costa Rica, en cuanto al tema contractual, es menester recordar que siempre habían jugado un papel importante las garantías entre las partes negociantes; sin embargo ahora cobran mayor relevancia, pues ello les da mayor seguridad jurídica y confianza a la hora de celebrar el contrato. Dichas garantías, denominadas garantías contractuales, son susceptibles de negociación entre los contratantes, pudiendo 5 Nota: Atemporal, del adjetivo intemporal, que significa: Que está fuera del tiempo o lo trasciende. Diccionario de la Real Academia Española, http://lema.rae.es/drae/, consultado el 21 de julio de 2014. 2 estos estipularlas a su conveniencia, o bien, renunciarlas6 y son propias de los contratos onerosos7. Acerca de las garantías es importante tener presente que en materia contractual existen garantías naturales al contrato, las cuales son inherentes a este, siendo que solo se puede renunciar o modificar por acuerdo entre las partes y en caso de silencio de estas, operarán de manera automática de acuerdo a la ley que las regula. En principio son una obligación que pesa sobre el vendedor, pues es quien debe garantizar que la cosa vendida sea apta y conteste con lo pactado, debiendo entregarla al comprador en la forma y condiciones acordadas en el contrato.8 Dentro de las garantías naturales al contrato tenemos las denominadas garantías edilicias9, las cuales nacieron en el Derecho Romano, creadas por los Ediles Curules quienes actuaban como magistrados, para solucionar los aspectos referentes al tráfico de bienes que se daba en los mercados donde dichos magistrados tenían jurisdicción, por lo que estas garantías forman parte del “ius edicenci”10, integradas por: a) la garantía estimatoria o quanti minoris por su nombre en latín; b) la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 6 Ver: MANAVELLA, Carlos: “La Garantía por Vicios Redhibitorios. Su renunciabilidad”, Revista Ivstitia, San José, Costa Rica, año 6, abril de 1992, número 74. 7 BRENES CÓRDOBA Alberto, Tratado de los contratos, San José, Primera edición revisada y actualizada por Gerardo Trejos y Marina Ramírez, Juricentro, 1985, p 79. 8 Tribunal Segundo Civil, Sección I, Sentencia: 298, de las catorce horas y diez minutos del veintiséis de agosto del dos mil dos. 9 Nota: Denominadas así por ser producto del edicto de los ediles. Y con el tiempo dichas garantías se aplicaban a todos los contratos, según marca el Autor fue un paso que dio el reconocido jurista Justiniano: “La estipulación ediliciana relativa a los vicios ocultos, junto la garantía de evicción, se conocía como la stipulatio duplae. Justiniano extendió las reglas edilicianas a todas las ventas”. TORREALBA NAVAS Federico, Trabajo Inédito. En el mismo sentido ver: PACHECO ALPÍZAR Humberto A. “La garantía y el saneamiento por evicción y vicios ocultos”. Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciado en Derecho. Universidad de Costa Rica. 1965. P. 12. Y: ARIAS ARIAS Juan Luis, “La redhibición en la compraventa”, Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciado en Derecho, Universidad de Costa Rica, 1967, p. 11. Ver además: MORALES MORENO, Antonio Manuel. Anuario de Derecho Civil. 1980. Vol. 33. Nº3. P.594 y 596. Consultado el 25 de julio de 2015. Disponible en: http://www.boe.es/publicaciones/anuarios_derecho/abrir_pdf.php?id=ANU-C-198030058500686_ANUARIO_DE_DERECHO_CIVIL_El_alcance_protector_de_las_acciones_edilicias. 10 Nota: Ius edicendi corresponde al derecho edilicio, es decir, al creado por los Ediles Curules. Ver: MORALES MORENO, Antonio Manuel. Anuario de Derecho Civil. 1980. Vol. 33. Nº3. P.594 y 596. Consultado el 25 de julio de 2015. Disponible en: http://www.boe.es/publicaciones/anuarios_derecho/abrir_pdf.php?id=ANU-C-198030058500686_ANUARIO_DE_DERECHO_CIVIL_El_alcance_protector_de_las_acciones_edilicias. 3 La garantía redhibitoria por vicios ocultos “se refiere a la obligación del vendedor de entregar la cosa vendida y que ésta sea apta para cumplir con la función para la que normalmente está destinada, es decir, que debe entregar la cosa en buen estado, sin vicios o defectos que hagan impropio o afecten notablemente su uso normal”11, lo cual se soluciona por medio de la reparación o sustitución del bien, según las posibilidades, o bien resolviendo el contrato 12. Respecto de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la garantía estimatoria o quanti minoris, se considera una subespecie de aquella, pues también se encarga del tratamiento de un vicio oculto presente en la cosa objeto del contrato, el cual existe desde el momento en que se celebra el negocio jurídico, y del cual el comprador se percata de manera posterior. Pero a diferencia de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la garantía estimatoria trata aquellos vicios que correspondan concretamente a la cantidad o cabida del bien, procurando el ajuste entre la cosa y el precio, por lo que no pretende sustituir, ni reparar el bien, o resolver el contrato, a menos de que sea imposible devolver el equilibrio al negocio de otra manera13. De igual forma, la garantía redhibitoria por vicios ocultos se diferencia de la garantía de evicción, en que la primera, tal y como se indicó supra, se encarga de los vicios presentes en la cosa objeto del contrato al momento en que este se lleva a cabo. Y la segunda, tiene como objeto los vicios que afecten los derechos derivados del contrato, tales como el uso, goce, disfrute y posesión del bien, así como cualquier otro derecho pactado por las partes en virtud de la compraventa, por lo que su objeto son los derechos y no los bienes. Consiste en la obligación que pesa sobre el vendedor de “impedir las consecuencias de una eventual privación o turbación en el ejercicio del derecho transmitido, originada en una 11 Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, Sentencia número 320, de las catorce horas y veinte minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa. 12 Nota: Dentro de las acciones a las que da lugar la garantía redhibitoria por vicios ocultos no se encuentra la ejecución forzosa del contrato, pues esta es una acción de propia del Derecho Civil en el sentido histórico del Derecho Romano, diferente a las acciones del Derecho Honorario correspondientes a las acciones edilicias a las que pertenece la garantía redhibitoria por vicios ocultos, siendo que esta garantía contempla en sí misma los remedios que ofrece, sin necesidad de complementar no echar mano a ninguna otra figura jurídica como lo es la ejecución forzosa del contrato. 13 MONTAÑA Amparo, “Hacia un nuevo contenido de la actio quanti minoris en el régimen del incumplimiento contractual del siglo xxi. La acción de rebaja del precio en la ley 23/2003 de garantías en la venta de bienes de consumo”, Revista Internacional de Derecho Romano, Octubre de 2013, www.ridrom.uclm.es, consultado el 21 de julio de 2014, Pág. 518. 4 causa anterior al acto de transmisión y que haya sido desconocida por el adquirente”14, por lo que “tiene por objeto amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida”15, y para su cumplimiento busca obligar al vendedor a realizar una conducta de hacer o no hacer, a efectos de garantizar el libre y adecuado disfrute de los derechos derivados del contrato. Tomando en cuenta los efectos que tiene la garantía redhibitoria, es menester resaltar las diferencias que hay entre esta figura jurídica y la responsabilidad civil contractual, pues se han identificado fallos jurisprudenciales en los que se confunden o se fusionan estas dos figuras. Debido a lo anterior, cabe señalar que la garantía redhibitoria se origina junto con el contrato, es inherente a este, mientras que la responsabilidad civil surge como efecto posterior al contrato. Por otro lado, la garantía redhibitoria únicamente da lugar a daños y perjuicios cuando existió dolo del vendedor o cuando las diferencias en la cosa los ocasionaron, debiendo probarse el nexo causal; mientras que la responsabilidad civil contractual en sí misma tiene como cometido indemnizar los daños y perjuicios generados de esa responsabilidad contractual. Así, difieren también en la finalidad que persiguen, pues con la garantía se busca restablecer el equilibrio económico del contrato, mientras que con la responsabilidad civil únicamente se pretende indemnizar a la parte perjudicada. También se diferencia la garantía redhibitoria por vicios ocultos de la acción resolutoria por incumplimiento, pues esta última, lo que pretende es dar por terminado un contrato que nació perfecto, cumpliendo con todos los requisitos de hecho y de derecho, en el cual surge un problema relativo a su ejecución, por incumplimiento grave de alguna de las partes; mientras que la garantía que nos ocupa surge por la existencia de los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, que afectan la correcta formación de este y puede generarse aun cuando el vendedor desconociera los vicios ocultos presentes en la cosa16. 14 WAYAR Ernesto C, Evicción y vicios redhibitorios 1, teoría general de la evicción, Buenos Aires, Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1989, p. 4. 15 PACHECO ALPÍZAR Humberto A, Op. cit., p. 12. 16 ARIAS ARIAS Juan Luis, Op cit., p. 37. 5 Otra aclaración relevante para el presente estudio es sobre la diferencia existente entre los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, los cuales constituyen el fundamento fáctico de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, en contraposición con la entrega de cosa diversa: “aliud pro alio”, pues en este caso no se trata de un vicio o defecto de la cosa, sino que propiamente se ha variado dicha cosa, ya que lo entregado resulta inútil o inadecuado para cumplir con el fin del contrato, generando la insatisfacción objetiva del comprador, por lo que en estos casos no procede la aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sino la resolución del contrato por incumplimiento y la responsabilidad civil.17 Valga señalar que la importancia de estudiar y diferenciar las figuras jurídicas antes expuestas18 radica en tratar de evitar la confusión o inducción a error respecto de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, pues cada una de ellas corresponde a un supuesto fáctico y finalidad distinta, así como a consecuencias legales diversas, siendo que en caso de confundirlas se estaría desconociendo el remedio que el legislador actualmente ofrece para la solución de cada caso en los que corresponda aplicar la garantía que nos ocupa. Lo anterior cobra aún mayor relevancia al observar que en algunas ocasiones la jurisprudencia patria ha incurrido en la confusión o error respecto de la aplicación de dichas figuras jurídicas, lo cual será objeto de análisis más adelante en este trabajo. Ahora bien, considerando lo expuesto anteriormente sobre la evolución de las relaciones contractuales a nivel global y tomando en cuenta el tiempo que ha pasado desde que los Ediles Curules crearon la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la cual fue incorporada a nuestro Derecho Civil, se hace necesario progresar hacia normativa que sea apta para regular dicha realidad y que resulte efectiva, es decir, que verdaderamente pueda emplearse para resolver con justicia los casos concretos donde se suscite un problema por vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato. Lo anterior, ya que del análisis de la aplicación jurisprudencial de esta figura surge una preocupación por el resguardo del principio de seguridad jurídica, debido a la falta de armonía en los fallos en 17 TORREALBA NAVAS Federico. Op. cit. Ver en el mismo sentido ARIAS ARIAS Juan Luis, Op. cit., p. 16. Nota: Se trata de la garantía estimatoria, garantía de evicción, responsabilidad civil, entrega de cosa diversa. 18 6 cuanto al tema de fondo, aspecto que perjudica directamente a los ciudadanos que se encuentren en un caso donde sea de aplicación la garantía objeto de la presente investigación, generando ello falta de seguridad jurídica. Debido a lo anterior, de entre las garantías naturales existentes, conviene en este trabajo estudiar específicamente la garantía redhibitoria por vicios ocultos, pues al parecer hoy día dicha garantía se torna obsoleta e inadecuada para regular las situaciones que se suscitan en relación a la cosa entregada como objeto del contrato19, por lo cual en otras latitudes se ha progresado hacia figuras novedosas que puedan solventar los problemas actuales, ofreciendo mayor protección y seguridad jurídica a las partes, lo cual resulta de interés estudiar para brindar una visión de hacia dónde debe avanzar nuestro Derecho sobre dicho tema en particular, en pro de la seguridad jurídica. Valga aclarar que si bien la garantía redhibitoria por vicios ocultos puede ser aplicable a diversos tipos de contratos, en el presente trabajo se estudiará dicha garantía en relación con el contrato de compraventa, pues es la figura clásica en la que se presenta dicha garantía, especialmente por su característica de onerosidad, y según se verá con el estudio de la jurisprudencia, quizá sea el contrato donde más se reclama la garantía que nos ocupa. Partiendo de todo lo expuesto y principalmente con miras a solucionar el problema que existe actualmente en nuestro país con respecto a la regulación y aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos la cual muchas veces transgrede el principio de seguridad jurídica; y en aras de aportar una visión que al mismo tiempo se acople a la realidad contractual existente, se propone realizar la presente investigación, cuya problemática corresponde a la interrogante: ¿Puede la regulación y aplicación en Costa Rica de la garantía redhibitoria por vicios ocultos aspirar al cumplimiento del principio de Seguridad Jurídica?, a la cual se pretende responder mediante esta investigación. 19 Nota: La jurisprudencia nacional al resolver diversos casos donde resulta de aplicación la garantía redhibitoria evidencia la problemática para adaptar la regulación normativa que tenemos con la situación de hecho que corresponde al caso concreto. Por lo anterior, al estudiar la normativa con que cuenta otros países como por ejemplo Francia, se observa que existen mejores y más efectivas formas de tratar el objeto de regulación de la garantía que nos ocupa. 7 Para efectos de abordar y desarrollar el tema con mayor claridad y de forma más provechosa, el presente trabajo se dividirá en dos partes; en la primera se analizará la normativa atinente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Costa Rica, tanto por medio de la legislación existente como por medio de la jurisprudencia sobre el tema; mientras que en la segunda parte nos ocuparemos del tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia, por lo cual a su vez se logrará un estudio de Derecho Comparado que aportará grandes riquezas a la investigación. Se eligió Francia para llevar a cabo la presente investigación empleando el método de Derecho Comparado en razón de que dicho país cuenta con importante desarrollo de la normativa concerniente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, tanto en su Derecho Interno como por las modificaciones introducidas por el Derecho Comunitario de la Unión Europea, y tiene actualmente una nueva figura jurídica denominada “entrega conforme” que brinda protección de forma más efectiva al comprador frente al vendedor hábil, la cual se estudiará más adelante. Asimismo, partiendo del desarrollo experimentado en Francia, se analizarán tanto las consecuencias positivas como las negativas, con la finalidad de identificar los aspectos positivos y si estos podrían adaptarse e incorporar de alguna forma a la regulación patria para conseguir avanzar en materia de garantías para la protección del comprador según las exigencias de la realidad actual y de conformidad con las corrientes internacionales, todo en pro de la seguridad jurídica, pero no sin antes analizar los eventuales resultados que ello traería para Costa Rica. En el primer capítulo se pretende analizar de manera comprensiva y crítica la regulación normativa de la garantía redhibitoria en nuestro ordenamiento jurídico, estudiando la legislación que la trata así como la jurisprudencia que la emplea para resolver los casos concretos. Para ello, en la primera sección se realizará un estudio analítico de las normas civiles y comerciales que tratan el tema, ilustrando con fallos jurisprudenciales la problemática existente en nuestro país y la manera en que resuelven nuestros Tribunales judiciales, con el afán de deslindar aquellas 8 normas correspondientes a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, de otras normas que pertenecen a diferentes figuras jurídicas y además, identificar las debilidades que la figura en estudio presenta y buscar la manera de fortalecerla, para brindar mayor seguridad jurídica en torno a esta. Así, en la segunda sección se estudiará la regulación normativa de la figura en estudio pero en materia del consumidor, mediante el análisis crítico de la Ley de Protección y Defensa Efectiva del Consumidor y su reglamento, con el objetivo de también conocer las debilidades de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en esta área del Derecho, procurando encontrar la manera de solventar dichas debilidades en pro de la seguridad jurídica. Entonces, de este primer capítulo se espera comprender los defectos que presenta nuestra regulación normativa en el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la afectación que esto trae para los ciudadanos, ocasionando falta de seguridad jurídica, para así poder buscar la forma de palear dicha situación y a su vez avanzar hacia un sistema jurídico más completo y respetuoso de la seguridad jurídica. Posteriormente, el segundo capítulo estará dedicado al estudio del tratamiento normativo que tiene Francia para la garantía redhibitoria por vicios ocultos, analizando la regulación de Derecho Interno y los aportes introducidos por la normativa comunitaria de la Unión Europea, las ventajas en la concepción general de la garantía por vicios ocultos y la evolución hacia otra figura jurídica que se ajusta mejor a las situaciones contractuales de hoy día. En la primera sección se analizarán las modificaciones introducidas por medio del Derecho Comunitario al Derecho Interno francés, el aporte de una nueva figura jurídica dedicada a proteger al comprador frente al vendedor en cuanto a la cosa objeto del contrato, analizando críticamente si realmente ello realmente significa un avance y desarrollo del Derecho en este tema y los beneficios que trae para los destinatarios de las normas en relación a la seguridad jurídica. Por otra parte, en la segunda sección se estudiará el Derecho Interno vigente en Francia, los cambios generados por la transposición del Derecho Comunitario 9 y los resultados obtenidos en cuanto al tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el ordenamiento jurídico francés realizando así el estudio de Derecho Comparado antes referido, con el objetivo de identificar las ventajas que posee la regulación francesa. Finalmente, en este capítulo se pretende partir de las experiencias vividas en Francia, especialmente la evolución que esta ha dado hacia nuevos conceptos, para aportar posibles formas de solucionar la atipicidad normativa existente en nuestro país, proporcionando planteamientos útiles para palear las debilidades que presenta nuestra regulación y también para avanzar de conformidad con los requerimientos de la realidad actual para brindar efectiva protección al comprador en concordancia con los estándares internacionales20. 20 Se hace referencia a los estándares creados por la Unión Europea y también por la regulación contemplada en la Convención de Viena de 1980. 10 I CAPÍTULO. REGULACIÓN NORMATIVA ATÍPICA Y DIVERSA COMO COADYUVANTE DE DEFORMACIÓN POR APLICACIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA GARANTÍA REDHIBITORIA POR VICIOS OCULTOS EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO COSTARRICENSE Para entender mejor las regulaciones atinentes a los vicios ocultos presentes en las cosas objetos de los contratos de compraventa, es preciso referir de nuevo al origen de estas, que se remontan al Derecho Romano, ya que este es el punto de partida del tratamiento que todavía existe para dicho tema en el Derecho Costarricense así como en muchos otros que conservan esa herencia21. En aquella época existía una duplicidad de normativa: la protección civil y el sistema honorario. El sistema honorario está constituido por las acciones edilicias, creadas por los Ediles Curules que tenía una jurisdicción especial en los mercados, mismos que elaboraron e introdujeron al Derecho la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la garantía estimatoria o quanti minoris tal y como se indicó en la introducción a esta investigación. Y el sistema civil responde por las demás acciones de aplicación a los contratos de compraventa. Frente a dicha duplicidad, el Derecho Común tuvo que abrirse paso para regular la responsabilidad del vendedor de acuerdo a las realidades de la época22 El precedente histórico expuesto es de suma relevancia para analizar y diferenciar las acciones que provienen de uno u otro sistema, así como sus objetivos y alcances de acuerdo al contexto con que fueron creadas y el sentido con que fueron adoptadas en el ordenamiento jurídico costarricense. Por su parte, Costa Rica ha regulado la garantía redhibitoria por vicios ocultos de forma tradicional, en gran parte, conforme con el modelo inicial de dicha regulación creada por lo ediles romanos23. Sin embargo, en nuestro 21 Nota: Ejemplos de ordenamientos jurídicos que conservan el alguna medida la herencia Romana: España, Francia. 22 Op. cit. MORALES MORENO, P. 394. 23 Nota: La concepción de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en nuestro país sigue en gran medida el concepto tradicional, tal y como se expuso en la página 4 de este trabajo. 11 sistema jurídico se encuentran regulaciones dispersas que tratan el tema en varios cuerpos normativos, tanto en el Código Civil, como en el Código de Comercio y en la Ley de la Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor, difieren considerablemente en cuanto a las acciones a las que da a lugar el derecho de esta garantía, los plazos, sus alcances y limitaciones. El hecho de que diferentes cuerpos normativos regulen de manera diversa el tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, genera problemas de inseguridad jurídica sobre cuál norma corresponde aplicar y/o de qué manera interpretarla, lo cual se refleja en los fallos de nuestra jurisprudencia, si se puede colegir del tratamiento que se tiene en el Código Civil, lo mismo que se tiene en el Código de Comercio o en la Ley de la Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor, ¿cómo deslindar estas diferencias contenidas en las normas si se trata de una misma figura jurídica? Estos aspectos son de interés capital en la presente investigación y serán analizados a lo largo de este capítulo para también determinar las debilidades presentes en la regulación de dicha garantía. Para efectos de desarrollar la investigación con mayor claridad, en la primera sección estudiaremos el tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil y en el Código de Comercio, mientras que en la segunda sección se estudiará dicha garantía en la legislación del consumidor: Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor y su reglamento. Estudio que se realizará en este orden porque la regulación del Código Civil y el Código de Comercio a pesar de ser diferentes, obedecen a una misma idea acerca de la garantía redhibitoria por vicios ocultos y presentan una técnica legislativa similar, mientras que la regulación del consumidor es más reciente y evidencia otra estructura a la hora de regular el tema. 12 I Sección. La atipicidad en regulación normativa de garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil y en el Código de Comercio de Costa Rica. En Costa Rica, la garantía redhibitoria por vicios ocultos se encuentra regulada en el Código Civil, en el Código de Comercio y en la Ley de la Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, así como en el Reglamento de esta última24. Nos ocuparemos en esta sección de estudiar dicha figura jurídica en los dos primeros cuerpos normativos mencionados, siendo que la regulación en materia de consumo se estudiará en la segunda sección. Valga advertir que sobre dicha garantía reina la imprecisión, ya que la figura jurídica en sí, no fue objeto de desarrollo en la legislación que la trata, sino que únicamente se regularon algunos supuestos y soluciones que brinda dicha garantía, pero no de forma conjunta, sino separada y diferenciada, dependiendo del cuerpo normativo y materia que se trate. Con ello se niega al comprador el acceso a la garantía redhibitoria por vicios ocultos de forma integral y limita las soluciones que le ofrece; se desnaturaliza, de ese modo, la garantía como remedio apropiado para los casos de vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, en perjuicio del principio de seguridad jurídica, pues aunque se trata de la misma garantía, ello no le da seguridad al comprador de que tendrá derecho a las mismas pretensiones, sino que sus derechos y pretensiones están sujetas al cuerpo normativo aplicable. Lo anterior, debido a que los aspectos regulados sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos en cada cuerpo normativo difieren considerablemente, siendo que las acciones derivadas de dicha garantía y sus efectos varían dependiendo de la materia aplicable al caso concreto, es decir, si el caso es de naturaleza civil, mercantil o de consumidor, y de si el asunto se ventila en sede judicial o administrativa. Lo anterior, inequívocamente genera inseguridad jurídica para los ciudadanos que buscan la tutela de sus derechos, pues no es claro el panorama 24 Nota: Código Civil de Costa Rica de 1887, Código de Comercio de Costa Rica de 1964 y Ley de la Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor de Costa Rica de 1994. 13 normativo a seguir, en cuanto a los cánones que amparan sus derechos y los resultados que tendrán al pretender su aplicación ante la autoridad correspondiente. En razón de lo expuesto, resulta menester analizar la normativa Civil y Comercial involucrada para la aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en nuestro país, con la finalidad de a su vez determinar cuáles son los problemas que afrontan los ciudadanos y los operadores de justicia frente a la normativa existente en la materia. 14 I Párrafo. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil: una regulación incompleta y dispersa. Nuestro Código Civil vigente del año 1889, regula de forma escueta y general lo relacionado con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, el mecanismo para su aplicación y los efectos a los que conlleva, por lo que para la jurisprudencia ha resultado necesario integrar los artículos contenidos en dicho cuerpo normativo a fin de interpretar el instituto jurídico que nos ocupa. Lo anterior coloca a los operadores de justicia y a los ciudadanos en una difícil situación de inseguridad jurídica, pues al integrar diversas normas de carácter general, muchas veces se pierde la perspectiva del tema en concreto, que es la garantía redhibitoria por vicios ocultos, pues se le da prevalencia a otros institutos jurídicos que si bien son necesarios de integrar para la aplicación de dicha garantía, no deben afectar la esencia de esta, las acciones a las que da lugar ni los plazos, ya que sería desvirtuar dicha figura jurídica o confundirla con otras acciones legales, disminuyendo el abanico de institutos y acciones legales que se han instaurado precisamente para brindar solución a los casos concretos de los ciudadanos25. A. Sobre los contratos en general: normas claves para el estudio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. La garantía redhibitoria por vicios ocultos es una figura jurídica inherente a los contratos onerosos, por formar parte de las garantías naturales de estos, siendo que puede ser susceptible de convenio entre las partes, o bien, en caso de silencio, regirá la regulación normativa existente al respecto. Esta posibilidad de que las partes puedan negociar los aspectos relativos a la garantía redhibitoria por vicios ocultos tiene asidero en el artículo 1022 del Código Civil, el cual es considerado como una máxima jurídica de gran 25 Si por confusión a la hora de integrar e interpretar la normativa relativa a la garantía redhibitoria por vicios ocultos se termina suprimiendo o eliminando dicha garantía de entre las opciones legales establecidas, sería derogar de hecho la normativa que tenemos sobre el tema, lo cual constituye un riesgo inminente y real en la actualidad. 15 importancia en el Derecho y será de aplicación en caso de que el contrato celebrado entre las partes contenga estipulaciones relativas a los vicios ocultos: ARTÍCULO 1022.- Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes. (PACTA SUNT SERVANDA)26 Sin embargo, dicha libertad contractual no es absoluta, pues en contraposición con el artículo anterior, se debe tener presente que la legislación patria establece ciertos casos en los cuales prevalece el mandato imperativo de la ley sobre lo convenido por las partes, correspondiendo dichas disposiciones a normas de orden público, que por su naturaleza son de acatamiento obligatorio, siendo aspectos sobre los cuales las partes no pueden acordar cuestiones contrarias. Con fundamento en lo anterior, el artículo 1023 establece algunos tipos de cláusulas contractuales que por ley devienen en nulidad absoluta y se encuentran estrechamente relacionadas con la garantía redhibitoria por vicios ocultos 26 y con los contratos bilaterales y onerosos en general. Código Civil, San José, Costa Rica, 1887. 16 ARTÍCULO 1023.- 1) Los contratos obligan tanto a lo que se expresa en ellos, como a las consecuencias que la equidad, el uso o la ley hacen nacer de la obligación, según la naturaleza de ésta. 2) A solicitud de parte los tribunales declararán la nulidad absoluta de las siguientes cláusulas contractuales: (…) c) La cláusula según la cual, los bienes pueden no corresponder a su descripción, al uso normal o al uso especificado por el vendedor u oferente y aceptado por el comprador o adherente; (…) i) La que prohíbe al comprador o adherente la rescisión del contrato, cuando el vendedor u oferente tiene la obligación de reparar el bien y no la ha satisfecho en un plazo razonable; j) La que obliga al comprador o adherente a recurrir exclusivamente al vendedor u oferente, para la reparación del bien o para la obtención y reparación de los repuestos o accesorios, especialmente fuera del período de garantía; k) La que imponga al comprador o adherente plazos excesivamente cortos para formular reclamos al vendedor u oferente; l) La que autorice al vendedor u oferente, en una venta a plazos, para exigir del comprador o adherente garantías excesivas a juicio de los tribunales; m) La que excluya o limite la responsabilidad del vendedor u oferente; n) La que faculta al vendedor u oferente para sustraerse de sus obligaciones contractuales, sin motivo justificado o sin la contraprestación debida; o) La que establezca renuncia del comprador o adherente a hacer valer sus derechos por incumplimiento del contrato o por defectuosa ejecución de éste; p) La que no permita determinar el precio del bien, según criterios nítidamente especificados en el contrato mismo; q) Las que autoricen al vendedor u oferente para aumentar unilateralmente el precio fijado en el contrato, sin conceder al comprador o adherente la posibilidad de rescindirlo; r) Las que permiten al vendedor u oferente o al prestatario de un servicio, eximirse de responsabilidades para que sea asumida por terceros; 17 s) La que imponga al comprador o adherente, por incumplimiento del contrato, obligaciones de tipo financiero sin relación con el perjuicio real, sufrido por el vendedor u oferente. (…) (Así reformado por el artículo 1º de la ley Nº 6015 de 7 de diciembre de 1976.) Dichas cláusulas brindan una protección especial al comprador frente al vendedor y constituyen una forma de asegurar que por medio de estas no sea burlada la tutela establecida mediante la garantía redhibitoria por vicios ocultos, ya que en caso de presentarse en un contrato alguna de estas cláusulas, sería nula y así no obstaculizaría la aplicación de aquella. Por otra parte, nuestro ordenamiento jurídico establece la posibilidad de exigir al deudor de una obligación que la ejecute conforme a lo pactado 27, según el siguiente artículo: ARTÍCULO 693.- Toda obligación civil confiere al acreedor el derecho de compeler al deudor a la ejecución de aquello a que está obligado. Sin embargo, lo anterior no corresponde a la finalidad de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, ya que tal y como se verá más adelante, dentro de los efectos que esta tiene, no se contempla la ejecución forzosa del contrato. Además, valga apuntar que el supuesto de la norma refiere a una falta de ejecución, mientras que el presupuesto fáctico de la garantía redhibitoria por vicios ocultos es que sí hubo dicha ejecución, pero esta es imperfecta por los vicios que se presentan en la cosa objeto del contrato. Por lo expuesto, conviene tener presente que la norma en comentario, a pesar de ser general, no se enmarca dentro de los numerales aplicables a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 27 Nota: La ejecución forzosa de los contratos corresponde a una acción de Derecho Civil en el sentido histórico del Derecho Romano, mientras que la garantía redhibitoria por vicios ocultos corresponde a una acción de Derecho Honorario, emitido por los Ediles Curules (Ver página 11 de este trabajo donde se expone dicho tema), por lo que este no es un remedio aplicable a los casos de vicios ocultos, ya estos cuentan con sus propias soluciones que obedecen a su objetivo: devolución del equilibrio económico al contrato por medio de sustitución o reparación de la cosa objeto de este, o si no, la anulación del contrato por falta de consentimiento como elemento esencial. 18 B. Sobre las garantías en general: las normas jurídicas que incumben a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Las garantías contractuales se encuentran reguladas en el Libro IV, Título I: Contratos y Cuasicontratos, Capítulo IV, de nuestro Código Civil, donde se hace referencia a algunas garantías de forma explícita, mientras que otras se rigen por normas generales y básicas28. Respecto de las pretensiones a las que da a lugar la garantía, es importante hacer notar que, en relación al pago de los daños y perjuicios, estos dependerán de la buena o mala fe que haya tenido el vendedor. Y quizá la diferencia más importante radica en que cuando el vendedor tuvo mala fe, el comprador tendrá derecho al pago de los perjuicios, tales como el costo de oportunidad y la inversión en mejoras de cualquier tipo, aún las de lujo y no sólo las útiles y necesarias. Lo anterior se encuentra regulado en los artículos 1038 y 1039 del Código y resulta aplicable al caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos: ARTÍCULO 1038.- El adquirente vencido en la totalidad de la cosa tiene derecho de reclamar del enajenante de buena fe: 1º.- El valor que la cosa tenga al tiempo de la evicción. 2º.- Los gastos y costos legales del contrato y los gastos de la demanda principal, así como los de la de garantía. 3º.- La indemnización de los frutos que tuvo que devolver al tercero que lo venció, con tal que ya hubiera pagado el precio de la cosa, o que hubiera reconocido intereses sobre ese precio. 28 Por ejemplo, la garantía de evicción cuenta con mayor regulación en el artículo 1034 y siguientes del Código Civil, mientras que la garantía que nos ocupa debe integrar normas generales para su interpretación y aplicación. 19 ARTÍCULO 1039.- El enajenante de mala fe debe al adquirente que es vencido en la totalidad de la cosa: 1º.- La restitución del precio íntegro pagado, o el valor de la cosa. 2º.- Las indemnizaciones de que hablan los incisos 2º y 3º del artículo anterior. 3º.- La indemnización del perjuicio que se haya causado al adquirente privándolo del aumento de valor que pueda haber recibido la cosa después de la enajenación por acontecimientos independientes del hecho del hombre o por mejoras debidas al adquirente, o la restitución, si así lo prefiere éste, de las sumas gastadas en la cosa, aun cuando tuvieran por objeto mejoras de lujo. Dicha consideración sobre los daños y perjuicios ha imperado en el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos desde antaño en la doctrina, con el criterio que ha sido unánime en cuanto a que el tema de los daños y perjuicios está sujeto a la prueba que de ellos se tenga, pues la mala fe no se presume y por ende debe probarla el comprador29. A pesar de lo dicho sobre los daños y perjuicios, la jurisprudencia patria ha confundido el tema cuando el supuesto de hecho corresponde a vicios ocultos porque ha procedido a aplicar la responsabilidad civil contractual, otorgando los daños y perjuicios en razón de dicha confusión de figuras jurídicas30, tema sobre lo cual volveremos con mayor detalle más adelante en el apartado respectivo. C. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos en específico: normativa generadora de inseguridad jurídica. El marco regulatorio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, específicamente en materia civil, es sumamente escaso, pues se compone de apenas dos numerales que la regulan, los cuales difieren sobremanera uno de otro: el artículo 1082 y el artículo 1185 del Código Civil. 29 Ver: ARIAS ARIAS Juan Luis, La redhibición en la compraventa, Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciado en Derecho, Universidad de Costa Rica, 1967, p. 42-46. 30 Para mayor abundamiento ver: Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 320 de las catorce horas veinte minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa. 20 El artículo 1082 corresponde a la norma básica y general que regula la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Y partiendo de dicha norma, cobra relevancia el régimen de nulidades y de rescisión de los contratos, pues son los elementos jurídicos a los que refiere el ordinal. Lo anterior, sin perder de vista algunas otras normas que se relacionan con el marco regulatorio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos y que corresponden a los contratos en general, tal y como se expuso en el apartado precedente, ya que para interpretar jurídicamente los casos concretos será necesario integrar y aplicar la normativa atinente tanto a los contratos como al tema específico de la garantía referida. Así, el artículo 1082, reza: ARTÍCULO 1082.- La venta no podrá ser anulada por vicios o defectos ocultos de la cosa de los llamados redhibitorios, salvo si esos vicios o defectos envuelven error que anule el consentimiento, o si hay estipulación en contrario.31 De la literalidad del artículo citado, se entiende que este trata específicamente la regulación de uno de los efectos de los vicios ocultos o redhibitorios: la anulación del contrato, no así de la figura como tal, pues inicia afirmando que dichos vicios no constituyen causa de anulación de la venta. Sin embargo, de seguido establece las excepciones a tal regla, que refieren a dos casos: a) cuando los vicios ocultos o redhibitorios entrañen un error que anula el consentimiento –del comprador-, en el entendido de que el consentimiento es un elemento esencial de los contratos; o bien, b) cuando las partes hayan pactado lo contrario, evidentemente amparándose en el principio “pacta sunt servanda”. Así, tenemos que la norma supracitada no establece qué es la garantía redhibitoria por vicios ocultos, ni tampoco regula los demás elementos esenciales para su aplicación, tales como los plazos de prescripción y/o caducidad, la interrupción de dichos plazos y sus efectos respecto del negocio jurídico. 31 Código Civil, Op. cit. 21 Por lo anteriormente expuesto, es que resulta imprescindible estudiar la garantía redhibitoria contenida en nuestro Código Civil en relación con las demás normas que este contiene, pues la práctica jurisprudencial en nuestro país ha sido esta, constituyendo el mecanismo que han empleado los juzgadores para resolver los casos concretos, ya que es la manera en que se logra llenar de contenido a dicha figura y darle aplicación, conforme a la hermenéutica jurídica32. Dicha situación se tiene como la generadora -en primera instancia-, de la confusión existente en el tratamiento y aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en relación con otras figuras jurídicas como por ejemplo la responsabilidad civil, el incumplimiento contractual, el régimen de nulidad, entre otras, pues al no existir un tratamiento normativo claro y completo, casi la totalidad del tema que se discute en un caso concreto, queda a interpretación de juzgador; este debe estudiar el desarrollo doctrinal para poder comprender y emplear la hermenéutica jurídica para proceder conforme a Derecho. Lo anterior pone en gran aprieto a los juzgadores al momento de resolver cada caso sometido a su conocimiento y se corre el riesgo de que en el afán de ofrecer la solución más justa a cada asunto, se interpreten e integren normas que no corresponden a causa de la confusión de las opciones legales contenidas en nuestra legislación, como por ejemplo resolver casos de vicios ocultos como si se tratara de responsabilidad civil, desnaturalizando la garantía redhibitoria por vicios ocultos y obstaculizando la aplicación de la figura jurídica especial creada para remediar los casos relativos a los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato. Así, la norma omite determinar qué es la garantía redhibitoria, lo cual conviene exponer en este momento para comprender adecuadamente la materia. La jurisprudencia de nuestro país ha dicho que: “…la garantía de saneamiento o por vicios ocultos es un efecto natural del contrato de compraventa. Se refiere a la obligación del vendedor de entregar la cosa vendida y que esta sea apta para 32 Definición de hermenéutica jurídica: Arte, ciencia de interpretar los textos legales. (v. Interpretación de las leyes.), tomado de: Dr. Leyes, consultado el 25 de agosto de 2015, disponible en: http://www.drleyes.com/page/diccionario_juridico/significado/H/3209/HERMENEUTICA/. 22 cumplir con la función para la que normalmente está asignada, es decir, que debe entregar la cosa en buen estado, sin vicios o defectos que hagan impropio, o afecten notablemente su uso normal”33 Igualmente, la norma no define qué se entenderá por vicio oculto, lo cual ha sido tratado por la doctrina y la jurisprudencia de forma unánime: “Los vicios ocultos se conceptúan como: · Aquellos defectos no manifiestos de la cosa vendida, · Anteriores al contrato, · Que hacen impropia dicha cosa para los usos a que estaba destinada, · Que de haberlos conocido el comprador no hubiera hecho la adquisición o hubiera pagado menos por ella, · El vendedor no responde de defectos manifiestos o que están a la vista, ni aun de aquellos ocultos, siempre que el comprador haya estado en aptitud de conocerlos, lo que ocurre cuando por su condición de experto, considerando su oficio o su profesión, por ser él un perito que por razón de su oficio o profesión, debe suponerse que pudo fácilmente descubrirlos”34. Debido a lo expuesto es que la garantía redhibitoria por vicios ocultos se posiciona como un remedio útil para devolver el debido equilibrio al negocio jurídico, pues sus consecuencias jurídicas estriban entre la anulación del contrato, por error en el consentimiento, lo cual, como se verá más adelante, 33 Tribunal Segundo Civil, Sección Primera. Sentencia número 298, de las catorce horas diez minutos del veintiséis de agosto del dos mil dos. En el mismo sentido: Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 320 de las catorce horas veinte minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa. Por su parte, el Tribunal Segundo Civil, Sección extraordinaria, mediante la sentencia número 11 de las diez horas del treinta de enero del dos mil siete expresa: “Y es que por el hecho de la venta, el enajenante responde al comprador no solo de la efectividad del derecho real que le transmite, si no también de que la cosa vendida se halla en condiciones de servir útilmente conforme a su natural destino. Por eso los vicios ocultos de las cosas puestas al tráfico llamados “redhibitorios” (de redhibere, volver a tomar) que las hacen desmerecer en términos de producir su total o parcial pérdida de valor pueden dar lugar a la nulidad de la venta o a una rebaja en el precio convenido, sin que deba tomarse en cuenta la circunstancia de que el enajenante conozca o no el defecto”. 34 ZÚÑIGA NÚÑEZ Hannia P., Tratamiento de los vicios ocultos en el Derecho Costarricense, Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciada en Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, 2002, p. 19. En el mismo sentido ha resuelto la jurisprudencia: Tribunal Segundo Civil, Sección Primera, sentencia número 298 de las catorce horas diez minutos del veintiséis de agosto del dos mil dos. 23 conlleva a la rescisión de este y la repetición de lo pagado; o bien, al ajuste del precio pagado, pues debido a los vicios ocultos presentes en la cosa, esta ya no vale lo mismo. Esto debe ser solucionado mediante la disminución del precio, por ello el vendedor deberá devolver al comprador la parte del precio que sea proporcional a los vicios presentes en la cosa, lo cual es conocido como acción estimatoria35. Sin embargo, nótese que el numeral 108236 nada refiere al ajuste en el precio, lo cual debería contemplarse en el mismo artículo o en el siguiente, siendo que por ello en nuestro ordenamiento jurídico se extraña la regulación de la garantía estimatoria o quanti minoris en la compraventa, pues aunque algunos fallos jurisprudenciales consideran que dicha garantía se encuentra tutelada en el artículo 104137, este numeral refiere expresamente a la pérdida por evicción, es decir, al ser vencido en juicio por un tercero, no así por vicios ocultos38. Además, del estudio del Código Civil, se tiene regulación sobre dicha garantía respecto de otros contratos o figuras jurídicas, tal como la mencionada supra, siendo que la falta de regulación de la garantía estimatoria en relación con la compraventa, se tiene como una omisión intencional del legislador, privando al comprador de ejercitar dicha garantía cuando se trata de contratos de compraventa39. Por su parte, la jurisprudencia de nuestro país ha creado una gran confusión en relación con las acciones a las que da lugar la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Esto se da cuando se tiene que resolver un caso donde el supuesto de hecho corresponde a un vicio oculto, a pesar de lo expuesto y desarrollado de que en materia de garantía redhibitoria existen tres tipos de regulación lo cual conllevan a acciones diferentes dependientes del cuerpo normativo que rija40, ha 35 Para retomar el concepto de garantía estimatoria, ver página 4 de este trabajo. Código Civil, Op. cit. 37 Código Civil, Op. cit. 38 Ver: ARIAS ARIAS Juan Luis, Op. cit., pp. 58-60. 39 Ibíd, pp. 58-60. 40 En el Código Civil se tiene la resolución del contrato debido a la nulidad generada de un error en el consentimiento y lo vuelve inválido (artículo 1082 del Código Civil); en el Código de Comercio se establece la acción de repetición de lo pagado (artículo 450 del Código de Comercio), que no incluye la invalidez del contrato ni su resolución como sí ocurre en materia civil; finalmente, en la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor se estipula la acción de reparación o sustitución de la cosa (artículo 43 de dicha Ley), sin que sea procedente la anular el contrato o la acción de repetición. Sala 36 24 afirmado que también procede en caso de vicios ocultos la responsabilidad contractual común, fundamentada en un incumplimiento del vendedor de entregar la cosa en forma tal que cumpla con su función normal y a raíz de ello procede también a otorgar daños y perjuicios. Ello desvirtúa completamente la garantía redhibitoria por vicios ocultos y contraría lo que la misma jurisprudencia ha desarrollado sobre las acciones a las que da lugar dicha garantía. Más adelante se ahondará en el tema de la procedencia de los daños y perjuicios en materia de garantía redhibitoria por vicios ocultos y también sobre la diferencia entre la responsabilidad civil y dicha figura, mismas que, como se mencionó, la jurisprudencia nacional ha venido confundiendo. Es importante resaltar que la afectación producida por la confusión de la jurisprudencia deja en desuso la figura jurídica especialmente existente para regular los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, pues bajo la tesitura que expone la jurisprudencia, cualquier caso de vicio ocultos corresponde a un incumplimiento contractual generador de responsabilidad civil y pago de daños y perjuicios, por lo cual no tendría sentido aplicar la garantía redhibitoria contenida en el numeral 1082 del Código Civil, ejerciendo una derogación de hecho de la garantía que nos ocupa. Partiendo del estudio jurisprudencial al respecto, parece que dicha interpretación errada de la jurisprudencia obedece a un esfuerzo intelectual por brindar a los ciudadanos tutela efectiva sobre sus derechos, pues muchas veces los plazos muy cortos contemplados para ejercer la garantía redhibitoria por vicios ocultos colocan a los destinatarios de justicia en situación de prescripción; mientras el tema probatorio sobre el dolo del vendedor para proceder a cobrar los daños y perjuicios se vuelve complicado. De esa manera se obstaculiza, solucionar los casos con justicia recurriendo a la normativa que realmente corresponda, por lo cual el legislador ha optado por emitir el criterio jurisprudencial antes expuesto y aplicar la responsabilidad civil por Primera de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 999 de las catorce horas cincuenta minutos del veintiuno de diciembre del dos mil cinco. En el mismo sentido: Tribunal Contencioso Administrativo, Sección VII, sentencia de las diez horas cuarenta minutos del treinta y uno de julio del año dos mil nueve. 25 incumplimiento, ya que el plazo de prescripción es mayor y se facilita otorgar los daños y perjuicios. Lo anterior se tiene como una clara consecuencia de la atipicidad normativa, ya que si la ley se encargara de regular como corresponde el tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, con plazos adecuados y mecanismos apropiados, no pasarían los juzgadores por el aprieto de buscar un fundamento jurídico que se adapte a la situación de hecho por medio de la interpretación forzada de las normas, en vez de suceder al contrario41. Por su parte, el artículo 1185 del Código Civil regula la garantía redhibitoria por vicios ocultos en los casos específicos de construcción de edificios o puentes, el cual se presume más completo que el artículo 1082; pues este establece más aspectos involucrados para la aplicación de dicha garantía, pero se le critica la desnaturalización de la figura jurídica como tal, especialmente respecto de las consecuencias resultantes de su aplicación. ARTÍCULO 1185.- Los arquitectos o empresarios que se han encargado por ajuste o no, de la construcción de un edificio o puente, son responsables de su pérdida total o parcial, bien sea que provenga de un vicio de construcción o de uno del suelo, y dura esta responsabilidad cinco años contados desde la recepción de los trabajos. Bastará que el arquitecto haya dirigido los trabajos, para que le sea aplicable lo establecido en este artículo.42 Debe notarse que dicho artículo sí regula los sujetos pasivos, la clase de vicio oculto, el objeto del contrato, los casos en los que procede, las consecuencias jurídicas a las que da lugar y los plazos. Por lo anterior, valga analizar según sus componentes jurídicos: 1. Sujetos pasivos: a) El artículo en estudio afecta a los arquitectos o empresarios expresamente, siendo la “o” que separa dichos sujetos, una 41 Valga apuntar como dato relevante que este criterio jurisprudencial que confunde la garantía redhibitoria por vicios ocultos con responsabilidad civil, afirmando que no se excluyen, fue primeramente desarrollado por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia número 320 de las catorce horas veinte minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa y a partir de esta se ha repetido el criterio en fallos subsiguientes. 42 Código Civil, Op. cit. 26 vocal disyuntiva, es decir, puede aplicarse a los arquitectos o bien a los empresarios, o a los dos, pero no se requiere que confluyan ambos. b) Además indica el ordinal, que aplica cuando dichos profesionales “se han encargado” de la construcción de un edificio o puente, expresión que se interpreta como acto de supervisión de la obra, planeamiento, ejecución, o bien la contratación para efectos de la realización de la construcción, no siendo necesario que aquella persona haya construido de propia mano la obra. Valga resaltar que al ser amplia y general la expresión que nos ocupa, la cual no delimita en qué ha de consistir el encargo llevado a cabo por el sujeto, por lo que este puede ser el mínimo de participación o una participación total, continua o parcial en la construcción de la obra. Y en el caso de los arquitectos, el numeral es claro al indicar en su párrafo final, que bastará con que hayan dirigido los trabajos de construcción para que le sea aplicada esta norma. c) Y al decir “por ajuste o no”, se refiere a la existencia de un contrato de por medio y al pago de un precio, que se entiende corresponde por las labores realizadas, siendo que no resulta indispensable la existencia de dicho contrato y la remuneración, sino únicamente que el sujeto determinado se haya encargado de la construcción de la obra. 2. Objeto del contrato: la norma regla específicamente los vicios en la actividad de construcción, la cual puede ser de un edificio o puente. Al respecto valga analizar qué se entiende por edificio. La Real Academia Española define como edificio aquella construcción fija, hecha con materiales resistentes, para habitación humana o para otros usos. 43A lo anterior, el legislador decidió agregar las construcciones de los puentes, los cuales generalmente son un bien demanial y al servicio del público. Sin embargo, como la norma no especifica si se refiere a los puentes como obra pública o refiere también para la construcción de puentes privados, el numeral aplica para los dos casos, ya que no podría interpretarse una diferencia donde la ley expresamente no la crea. Lastimosamente la norma circunscribió la garantía para estos dos tipos de obras y no para toda construcción en general. 43 Real Academia Española, Definición de: edificio, http://lema.rae.es/drae/?val=edificio, consultado el 18 de febrero de 2015. 27 3. Casos en los que aplica: del análisis del artículo se entiende que solo será de aplicación cuando la obra –sea un edificio o un puente- se pierda parcial o totalmente debido a un vicio. Es decir, sólo procede en casos graves, donde la construcción no pueda ser empleada para el fin que se realizó o tenga defectos graves que impidan el uso correspondiente y natural de esta. 4. Tipo de vicio: de construcción o de suelo, el cual se entiende como un vicio oculto, porque se establece un plazo de cinco años de responsabilidad de los sujetos pasivos, siendo que si se tratare de vicios manifiestos, no sería necesario tal plazo, pues podría reclamarse al momento de la entrega del objeto del contrato. Además, no es cualquier vicio el que regula la norma, sino que este debe ser capaz de producir pérdida parcial o total de la construcción, siendo que no podrá destinarse dicha obra para los fines naturales para los cuales se realizó. 5. Consecuencias jurídicas: lo que regula el artículo en estudio es el surgimiento de responsabilidad a cargo de los sujetos pasivos, sin especificar de qué tipo de responsabilidad se trata, por lo que ello es un aspecto a determinar en cada caso concreto. Pero siendo que las consecuencias jurídicas de toda responsabilidad civil es indemnizar por el daño causado, debe entenderse que al sustentar una acción judicial en la presente norma, se tendrá derecho a pretensiones de tipo indemnizatorias, no de nulidad -que sería lo adecuado según la esencia y finalidad de la garantía redhibitoria por vicios ocultos-, sin perjuicio de que se relacionen e integren las demás normas que se consideren convenientes para ampliar las pretensiones. Por lo anterior, resulta criticable que la norma en vez de establecer las consecuencias jurídicas de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, mande a aplicar el régimen de responsabilidad civil, pues ello constituye una flagrante desnaturalización de la figura, lo cual hace que se pierda como tal. Pues si bien es comprensible la magnitud de la importancia de las obras a las que refiere como objeto del contrato, no se puede perder de vista que cuando se está en presencia de un vicio oculto, el objetivo es devolver el equilibrio económico al contrato, para que el comprador reciba la cosa en las condiciones adecuadas, según se haya pactado, por lo que las 28 consecuencias deben ser en tal sentido, sin que ello necesariamente excluya la responsabilidad objetiva de los profesionales a cargo, pero ese es un tema accesorio o adicional, que no puede reemplazar la acción que corresponde a los vicios ocultos. 6. Plazo de duración de la responsabilidad: La responsabilidad establecida expresamente en la norma que nos ocupa, durará por cinco años que se computan a partir de la recepción de los trabajos, recepción que se entiende, es por parte del titular de la construcción o de quien este designe para tal efecto. El plazo estipulado en la norma es para efectos de achacarle la responsabilidad y sus consecuencias jurídicas a los sujetos pasivos establecidos en el numeral; es decir, mediante dicho plazo se determina si el sujeto pasivo es responsable por la pérdida total o parcial de la construcción, pues si vencido el plazo de cinco años, a causa de un vicio en la construcción o del suelo, se produce la pérdida total o parcial del inmueble, ya no sería responsable el sujeto pasivo designado. Pero dicho plazo no refiere al término de la prescripción para interponer la acción judicial, lo cual se regirá por artículo 868 del Código Civil y de acuerdo con el caso concreto. D. Sobre el error en el consentimiento como elemento esencial de los contratos: generador de nulidad del contrato cuando se aplica la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Para la validez de los contratos se requiere que la voluntad de las partes no esté influida por extraños estímulos que adulteren la genuina intención que las induce a obligarse44. Así, el error figura como uno de los vicios del consentimiento, y ha de entenderse como “el falso concepto que acerca de la cosa se tiene. Mas con referencia a esta materia se entiende por tal, la equivocación (es decir, la idea falsa o inexacta) sufrida respecto de la cosa sobre que versa el contrato, o a alguna de las condiciones esenciales del mismo, atendiendo particularmente a aquella tenida en cuenta para contratar 45. Dicho 44 BRENES CÓRDOBA Alberto, Tratado de los contratos, San José, Primera edición, revisada y actualizada por Gerardo Trejos y Marina Ramírez, Juricentro, 1985, p. 51. 45 Ibid., p. 51. 29 error puede ser de hecho o de derecho, provenir de una parte, de ambas, o de un tercero. En la regulación concerniente al consentimiento como elemento esencial en la formación de los contratos, figura el tratamiento del error que recae sobre este, el cual nuestro Código Civil, de conformidad con el artículo 1015, castiga con la anulación del acto o contrato, cuando existe error al consentir un acto o contrato por creer que se celebraba otro diferente al que se efectuó, debido a que no era el acto o contrato que la persona quería realizar. Y también, cuando existe error en el consentimiento por recibir una cosa objeto del contrato, que no corresponde a la cosa convenida por las partes, sea por error en la identidad de la cosa, o sobre su sustancia o sobre su calidad. ARTÍCULO 1015.- Es anulable el contrato en que se consiente por error: 1º.- Cuando recae sobre la especie de acto o contrato que se celebra. 2º.- Cuando recae sobre la identidad de la cosa específica de que se trata, o sobre su sustancia o calidad esencial.46 Al respecto, valga apuntar que “el error relevante atañe a un elemento del negocio que sea básico en la intención de su autor o, en otras palabras, el error ha de ser esencial”47, pues el Derecho no ampara meras disconformidades que puedan resultar caprichosas, sino únicamente aquellas que hagan desmerecer el contrato. Por lo anterior, la regulación de la garantía redhibitoria en el Código Civil, según el artículo el artículo 1082, refiere al error en la calidad esencial de la cosa objeto del contrato, debido a los vicios ocultos que presenta, los cuales han de ser de tal magnitud que de haberlos conocido el comprador, no habría adquirido el bien48, así ha sido entendido por la jurisprudencia49. 46 Código Civil, Op. cit. DÍEZ-PICAZO Luis y GULLÓN Antonio, Sistema de Derecho Civil, Vol I, Madrid, Tecnos, 1981, p. 520. 48 BRENES CÓRDOBA Alberto, Op. cit. p. 122. 49 Sentencia número 999 de las catorce horas cincuenta minutos del veintiuno de diciembre del dos mil cinco. Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda. Sentencia número 130 de las nueve horas y cinco minutos del veinticuatro de octubre del dos mil seis. 47 30 E. Sobre la nulidad a la que refiere el artículo 1082: un régimen extenso que se debe interpretar y aplicar en relación a la garantía redhibitoria por vicios ocultos y no de manera independiente. Respecto de las nulidades, las hay de dos tipos: la nulidad absoluta y la nulidad relativa o anulabilidad. Tal y como se verá, interesa en este caso la segunda, ya que es la clase de nulidad contenida en el artículo 1082 del Código Civil que regula la garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo que es menester tener claro que “la sanción de anulabilidad se refiere a un negocio en el que concurren todos los requisitos esenciales…, pero adolece de un vicio que lo invalida con arreglo a la ley…”50 En relación con el régimen de nulidad contenido en el Código, es menester apuntar que el numeral 108251, cuando trata la garantía redhibitoria por vicios, se refiere a la nulidad de la venta y se emplea expresamente la palabra “anulable”; es decir, se indica que se trata de nulidad relativa o anulabilidad del contrato, lo cual concuerda perfectamente con lo establecido para el tratamiento del error en el consentimiento como elemento esencial del contrato, según se acaba de exponer en el apartado anterior, pues dicho error conlleva a la anulabilidad52. Para ahondar en lo anterior, valga mencionar que se trata de nulidad relativa o anulabilidad, porque corresponde a los vicios ocultos que dan lugar a un error en la formación del consentimiento, pero sí existe dicho elemento, es decir, hay consentimiento solo que su formación deviene en irregular e imperfecta. Ello debido a que la nulidad absoluta, por su parte, se fundamenta en la carencia o falta de un elemento esencial del contrato, es decir, que del todo no haya consentimiento. 50 DÍEZ-PICAZO Luis; GULLÓN Antonio, Op. cit. p. 605. Código Civil, Op. cit. 52 Ver la conclusión en igual sentido de: ARIAS ARIAS Juan Luis, La Redhibición en la Compraventa, Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciado en Derecho, Universidad de Costa Rica, 1967, p. 50. 51 31 Por lo anteriormente expuesto, la norma de aplicación es el ordinal 836, que dice: ARTÍCULO 836.- Hay nulidad relativa y acción para rescindir los actos o contratos: 1º.- Cuando alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su existencia es imperfecta o irregular. 2º.- Cuando falta alguno de los requisitos o formalidades que la ley exige teniendo en mira el exclusivo y particular interés de las partes; y 3º.- Cuando se ejecutan o celebran por personas relativamente incapaces. En cuanto a la legitimación para pedir la anulabilidad del contrato, aplicable a la garantía redhibitoria por vicios cultos, esta recae sobre las partes del contrato, cesionarios, herederos o representantes, de conformidad con el numeral 83853. De modo que no es posible declararse de oficio ni alegarse por terceros diferentes a los expresamente indicados por la norma, ello debido al principio de taxatividad. Ante el error en el consentimiento que afecta con nulidad relativa el contrato, por los vicios ocultos presentes en la cosa, debe tomarse en cuenta que se pueden convalidar dichos vicios y en caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, eliminar la posibilidad de ejercer la correspondiente acción54. Ello obedece a que la anulabilidad “es sanción protectora de aquella parte, que es árbitro para decidir si le conviene la impugnación o la confirmación”55. Así el artículo 838 del Código Civil establece una importante diferencia en cuanto a la nulidad relativa y la absoluta; ello radica en la posibilidad de convalidar el error o defecto, pues cuando se trata de nulidad relativa, sí se 53 Código Civil, Op. cit. DÍEZ- PICAZO Luis y GULLÓN Antonio, Op. cit., p. 607. 55 Ibíd., p. 607. 54 32 puede subsanar por medio de confirmación o ratificación del contrato, contrario a lo que sucede con la nulidad absoluta, ya que no es susceptible de subsanar ni convalidar. Siendo que “lo único que hace la confirmación es declarar el negocio defectuoso como si no hubiese tenido nunca los vicios” 56. Lo anterior, aplicado a la garantía redhibitoria por vicios ocultos implica que el comprador tenga interés en mantener los términos del contrato, convalidando el hecho de que el vendedor le haya entregado una cosa que presenta vicios ocultos, manifestación que debe realizar por los medios idóneos para tal efecto. ARTÍCULO 838.- La nulidad relativa no puede declararse de oficio ni alegarse más que por la persona o personas en cuyo favor la han establecido las leyes o por sus herederos, cesionarios o representantes; y puede subsanarse por la confirmación o ratificación del interesado o interesados, y por un lapso de tiempo menor que el que se exige para la prescripción ordinaria. Estando en posibilidad de ejercer la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la nulidad que a la que conlleva, es igualmente factible ratificar dichos vicios ocultos para subsanar la nulidad relativa, lo cual puede realizarse al no ejecutar la acción a la que dan lugar o bien, de forma escrita según el contrato. Lo anterior, de conformidad con el artículo 839 que explica: ARTÍCULO 839.- La ratificación necesaria para subsanar la nulidad relativa, puede ser expresa o tácita. La expresa debe hacerse con las solemnidades a que por la ley está sujeto el acto o contrato que se ratifica. La tácita resulta de la ejecución de la obligación contraída. Y sobre la eficacia de la ratificación para subsanar el error o defecto que da lugar a la anulabilidad de un contrato, la cual es aplicable a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, se tiene como base la legitimación requerida para 56 Ibíd., p. 607. 33 el acto de ratificar y la indispensable pureza de dicho acto: ARTÍCULO 840.- Para que la ratificación expresa o tácita sea eficaz es necesario que se haga por quien tiene derecho de pedir la rescisión y que el acto de ratificación se halle exento de todo vicio de nulidad. Sobre el plazo de prescripción para pedir la rescisión del contrato, a la que da lugar la nulidad relativa fundada en un error en el consentimiento, aplicable al caso de los vicios ocultos presentes en el objeto de la compraventa, se debe tener presente que dicho plazo será de cuatro años, según el artículo 841 y no de diez que corresponde al plazo ordinario de prescripción en materia civil, y se computará desde la fecha de celebración del contrato.57 Lo anterior, en razón de que el numeral 108258, al tratar la garantía redhibitoria por vicios ocultos, refiere al régimen de nulidad, por lo cual, con base en el principio de especialidad, prevalece lo dispuesto en dicho régimen sobre la norma general de prescripción, debido a la máxima jurídica que indica que rige la norma específica sobre la general. Además, debe tenerse presente que al interpretarse las normas jurídicas, ha de hacerse en función de la figura a la cual se pretende aplicar; en este caso, se debe interpretar la nulidad partiendo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 57 58 BRENES CÓDOBA Alberto, Op. cit., p. 123. Código Civil, Op. cit. 34 ARTÍCULO 841.- El plazo para pedir la rescisión será el de cuatro años que se contarán: En el caso de violencia desde que hubiere cesado. En los actos y contratos ejecutados o celebrados por el menor, desde que el padre, madre o tutor tuvieren conocimiento del acto o contrato, y a falta de ese conocimiento, desde que el menor fuere emancipado o mayor. En los demás casos, desde la fecha de celebración del acto o contrato. Todo lo cual se entiende y se observará cuando la ley no hubiere señalado especialmente otro plazo. El artículo de la cita anterior constituye el fundamento jurídico utilizado por la jurisprudencia para afirmar que, en relación con el plazo de prescripción para ejercer la acción redhibitoria por vicios ocultos de conformidad con el Código Civil, no existe ninguna laguna normativa59, pues no existe necesidad de aplicar por analogía artículos del Código de Comercio por ejemplo, para determinar dicho plazo de prescripción. Al respecto, la jurisprudencia patria resuelve de esa manera este tema, pero no omite manifestar un clara crítica hacia la técnica legislativa empleada en el Código Civil y en el Código de Comercio para regular la garantía redhibitoria por vicios ocultos, debido a las diferencias normativas, sin perder de vista que este no es un problema que pueda resolver el juzgador, por lo cual se conforma con su labor de interpretar e integrar la normativa para dar solución a los casos concretos60. De importancia sobre el plazo que se tiene para pedir la rescisión del contrato, es el numeral 842 del Código Civil, ya que resulta aplicable al caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, pues establece que los alcances de 59 Este criterio fue generado en virtud de un caso concreto donde pedían aplicar analógicamente el plazo de prescripción del Código de Comercio. 60 Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda. Sentencia número 211 de las diez horas treinta minutos del treinta y uno de mayo de dos mil diez. Considerando IV. 35 dicha prescripción son para las acciones atenientes al patrimonio, no así a las demás, indicando también quiénes pueden oponer la prescripción contenida en el artículo 841 del Código Civil: ARTÍCULO 842.- La prescripción de que habla el artículo anterior, se refiere únicamente a las acciones relativas al patrimonio y sólo puede oponerse entre las partes que han intervenido en el acto o contrato y las que de ellas tuvieren su derecho. En el caso de que por medio de sentencia, se declare con lugar la acción de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, se declare la consecuente nulidad relativa de un contrato, valga tener en cuenta las consecuencias jurídicas a que ello da lugar, con la finalidad de tomarlos en consideración desde que se inicia el proceso y sean incluidos dentro de las pretensiones. Dichos consecuencias se encuentran regulados en el artículo 844 del Código Civil, el cual explica que los efectos mismos del contrato se retrotraen al momento anterior de celebrarse la compraventa, dando lugar a la repetición de lo pagado. ARTÍCULO 844.- La nulidad absoluta, lo mismo que la relativa, declaradas por sentencia firme, dan derecho a las partes para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo, siempre que la nulidad no sea por lo ilícito del objeto o de la causa, en cuyo caso no podrá repetirse lo que se ha dado o pagado a sabiendas. De lo anterior se concluye inequívocamente que, a pesar de lo indicado por el artículo 108261 donde no se establece expresamente que la garantía redhibitoria dé lugar a la repetición de lo pagado, sino únicamente indica que será anulable el contrato cuando existió error en el consentimiento; valga tener presente que dicha anulación entraña inequívocamente la devolución de las cosas al estado anterior de celebrarse el contrato, y es indispensable para ello que se le devuelva al comprador lo pagado por la cosa objeto del contrato, por resultar plagada de vicios ocultos. 61 Código Civil, Op. cit. 36 Por ello, según el artículo 844, por medio de la acción basada en la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sí se puede pedir repetición de lo pagado, no con base en dicha figura en sí, según el artículo 1082 62, sino como consecuencia de la aplicación del régimen de nulidades al que remite dicho artículo, pues tal y como se puede apreciar, la nulidad relativa da lugar a la repetición de lo pagado. Lo anterior evidentemente corresponde a una cadena de efectos jurídicos derivados de los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, mismos que tienen como fundamento el artículo 108263, donde se establece la pena de nulidad relativa por error en el consentimiento, ello remite al régimen de nulidades y consecuentemente dicha nulidad puede resultar en la pretensión de repetir lo pagado, según lo dispuesto en el artículo 844 del Código de rito. Y negar lo anteriormente expuesto, sería vaciar de contenido la acción generada por la garantía redhibitoria por vicios ocultos, ya que de nada le serviría al comprador, que al ejecutar la garantía redhibitoria por vicios ocultos, declaren la nulidad del contrato, sin que se le devuelva lo pagado por el objeto de la compraventa, pues de ese modo no se le devolvería el equilibrio económico al contrato, que es el fin primordial de la garantía en estudio. Asimismo, para repetir lo pagado o entregado, en el caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la parte que lo solicita debe haber cumplido primero con la devolución de lo pagado o entregado: ARTÍCULO 846.- Sin la previa entrega o consignación de lo que debe devolver con motivo de la nulidad, no puede una parte exigir que se compela a la otra parte a la devolución de lo que le corresponde. 62 63 Código Civil, Op. cit. Ibíd. 37 F. Sobre el incumplimiento contractual y la resolución del contrato: una figura jurídica diferente de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Aparte del marco regulatorio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, el Código Civil contiene otras figuras, como lo son el incumplimiento contractual y la responsabilidad civil, estas se relacionan con el supuesto de hecho que da lugar a dicha garantía: el vendedor entregó al comprador una cosa que no cumple con las características pactadas; por ello resulta pertinente estudiar dicha normativa. Sobre el incumplimiento contractual, el artículo 692 del Código Civil establece la condición resolutoria por incumplimiento contractual, que dice: ARTÍCULO 692.- En los contratos bilaterales va siempre implícita la condición resolutoria por falta de cumplimiento. En este caso la parte que ha cumplido puede exigir el cumplimiento del convenio o pedir se resuelva con daños y perjuicios. Lo anterior corresponde a un medio para solucionar los problemas en cuanto al incumplimiento de las obligaciones contractuales y tomando en cuenta que la garantía redhibitoria por vicios ocultos consiste precisamente en que el vendedor entrega al comprador un bien que no cumple con las características pactadas, porque presenta vicios ocultos, lo cual lo hace impropio para su uso o bien, lo vuelven diferente a lo pactado entre las partes. Esto se ha interpretado como un incumplimiento por parte del vendedor, lo cual llevaría a: a) ejecución forzosa del contrato, b) resolución del contrato con derecho al pago de daños y perjuicios. Al respecto valga acotar una diferencia capital entre la garantía redhibitoria por vicios ocultos y el incumplimiento contractual, la cual radica en el momento en que surgen y es de aplicación cada figura jurídica. Se debe tener presente que la garantía es una obligación inherente al contrato oneroso, existe implícitamente desde que este se perfecciona; mientras que el incumplimiento contractual surge después de perfeccionado el contrato, con su ejecución, pues se trata de la falta de cumplimiento de una de las obligaciones contraídas en 38 este. Asimismo, debe tomarse en cuenta que los vicios ocultos se encuentran presentes en la cosa, al momento de realizar el contrato, mientras que el incumplimiento surge con posterioridad al mismo. Por lo anteriormente expuesto, resulta menester recalcar la máxima jurídica de que prevalece la norma específica sobre la general; pues si bien los vicios ocultos en la cosa objeto de compraventa hacen que el vendedor haya incumplido con el contrato por entregar al comprador una cosa en diversas condiciones a las pactadas, no se puede perder de vista que para los vicios ocultos presentes en el bien objeto del contrato existe una norma específica que los trata; esta es la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la cual debe aplicarse a tales situaciones específicas, ejerciendo la garantía redhibitoria por vicios ocultos; el incumplimiento contractual se puede aplicar a cualquier otro incumplimiento que no esté específicamente regulado. En cuanto a la ejecución forzosa del contrato, la cual es una de las opciones generadas según el artículo 692 precedente y el numeral 693 64, tampoco resulta aplicable para la garantía en estudio: pues, según el artículo 1082 y las normas que involucra, la garantía redhibitoria por vicios ocultos da lugar a la anulación del contrato por error en el consentimiento, anulación que a su vez da lugar a la repetición de lo pagado, pero no así a la ejecución forzosa del contrato. Respecto del incumplimiento contractual y el derecho al pago de daños y perjuicios, nuestra jurisprudencia afirma que dichas acciones no tienen un plazo específico de prescripción establecido por norma especial, por lo que rige el plazo general para la extinción de las obligaciones, contenido en el numeral 868 del Código Civil, el cual es de diez años65, pero se reitera, ello no es aplicable a la garantía redhibitoria por vicios ocultos según se explicó anteriormente. Asimismo, valga referir nuevamente al origen de las figuras jurídicas en comentario, que corresponde al Derecho Romano, siendo que por un lado se tiene la garantía redhibitoria por vicios ocultos creada por los Ediles Curules 64 Código Civil, Op. cit. Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda. Sentencia número 211 de las diez horas treinta minutos del treinta y uno de mayo de dos mil diez. Considerando IV. 65 39 como parte del Derecho Honorario, mientras que por otro lado se tiene el incumpliendo contractual y la responsabilidad civil creada por el Derecho Civil, respondiendo a regímenes diversos desde su origen e incompatibles desde su esencia por esa misma razón, por lo cual no se pueden confundir ni complementar. Lo anterior, a pesar de que tal y como ya se explicó anteriormente, la jurisprudencia ha esgrimido y repetido en diversos fallos el criterio de que los vicios ocultos también constituyen incumplimiento contractual y responsabilidad civil con derecho al pago de daños y perjuicios 66, lo cual es errado por las razones expuestas a lo largo de este trabajo. G. Sobre el derecho al pago de daños y perjuicios: tratándose de la garantía redhibitoria por vicios ocultos proceden únicamente cuando existió dolo del vendedor. En caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, es menester recordar que la finalidad de dicha figura es reestablecer el equilibrio económico al contrato, por lo que su objetivo no es indemnizatorio, sino de saneamiento, aspecto de especial relevancia a la hora de determinar la procedencia del pago de daños y perjuicios. Partiendo entonces del propósito de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, debe interpretarse este, en relación con las figuras involucradas para su aplicación, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico: el error en el consentimiento y la nulidad relativa. En lo relativo a la nulidad del contrato y el derecho al pago de daños y perjuicios, es importante referir a la siguiente norma que regula la presunción del dolo y concretamente su efecto sobre el pago de daños y perjuicios. 66 Por ejemplo: “Por otra parte, el hecho de que la vendedora haya entregado al vehículo con defectos serios que frustraban su utilización y, por ende, anulaban el consentimiento de la última, hacen surgir la responsabilidad civil contractual de la primera; responsabilidad originada en el cumplimiento del deber de trasmitir un objeto apto para su función normal, según la inteligencia del pacto, lo cual conduce a la indemnización por daños y perjuicios”. Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, sentencia número 22 de las catorce horas del dieciséis de abril de mil novecientos noventa y tres. Dicha sentencia cita y toma como fundamento la sentencia de las Sentencia número 320 de las catorce horas con veinte minutos del nueve de noviembre de mil novecientos noventa, dictada también por la Sala Primera de la Corta. 40 ARTÍCULO 701.- El dolo no se presume, y quien lo comete queda siempre obligado a indemnizar los daños y perjuicios que con él ocasione, aunque se hubiere pactado lo contrario. El artículo recién citado es de especial relevancia a fin de determinar si procede la indemnización por daños y perjuicios para el comprador de un bien que presente vicios ocultos, pues esto dependerá de si el vendedor conocía de la existencia de dichos vicios ocultos o no, es decir, si existió dolo de su parte al entregar al comprador un bien que no se ajustaba a lo convenido entre partes, lo cual desde luego está sujeto a la prueba que sobre el particular se aporte al proceso. La norma en comentario es la aplicable para los casos donde se presente la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Nótese, además, que los daños y perjuicios que se pueden reclamar son únicamente los surgidos a raíz de los vicios ocultos presentes en la cosa, lo cual constituye el límite infranqueable de la indemnización a que se tiene derecho. Así, sobre la figura del incumplimiento contractual, específicamente regulada en el ordinal 702 del Código Civil, donde se establece de forma conjunta y explícita la obligación del vendedor de indemnizar al comprador en caso de incumplimiento, estableciendo también las excepciones para su procedencia: a) que el incumplimiento se ocasione por causa del acreedor, b) fuerza mayor o caso fortuito. Sin embargo, tal y como se ha venido apuntando anteriormente, el incumplimiento contractual es una figura jurídica diferente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo que se rigen por normas diversas. ARTÍCULO 702.- El deudor que falte al cumplimiento de su obligación, sea en la sustancia, sea en el modo, será responsable por el mismo hecho de los daños y perjuicios que ocasione a su acreedor, a no ser que la falta provenga de hecho de éste, fuerza mayor o caso fortuito. De igual suerte sucede con el numeral 704, pues regula la determinación de los daños y perjuicios provenientes del incumplimiento contractual, tema diferente del que se trata en esta investigación. 41 ARTÍCULO 704.- En la indemnización de daños y perjuicios sólo se comprenderán los que, como consecuencia inmediata y directa de la falta de cumplimiento de la obligación, se hayan causado o deban necesariamente causarse. Respecto de los daños y perjuicios en caso de garantía redhibitoria por vicios ocultos, conviene señalar que si bien, de acuerdo con nuestra legislación, solo proceden cuando exista dolo del vendedor, el numeral 1022 del Código Civil contiene una máxima de naturaleza general y básica en materia contractual: el contrato es ley entre las partes, conocida comúnmente como “Pacta sunt servanda” y refiere precisamente al carácter y alcances que tiene el contrato entre las partes, que por significar la expresión de su voluntad, se considera ley entre estas, siempre y cuando no haya disposición legal contraria respecto a lo convenido. Por lo que lo relativo a los daños y perjuicios en caso de aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos bien puede ser objeto de convenio entre las partes. Sin embargo, la jurisprudencia patria ha resuelto la correspondencia del pago de daños y perjuicios de manera diferente, afirmando que el enajenante tiene la obligación de vender un bien sin defectos o vicios, siendo que el incumplimiento objetivo de esta obligación genera la obligación de pagar daños y perjuicios67, criterio que es errado de acuerdo a lo que se ha venido exponiendo a lo largo de este trabajo. 67 Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda. Sentencia número 211 de las diez horas treinta minutos del treinta y uno de mayo de dos mil diez. Considerando V. 42 Conclusiones del I Párrafo. Finalmente, del análisis normativo sobre el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil, se evidencia la ausencia de una norma específica que regule el tema de forma completa o integral, pues para su interpretación se debe estudiar el tema según el desarrollo doctrinal, pues los fundamentos de dicha garantía, sus presupuestos y finalidad no se contemplan en nuestro Código Civil, lo cual evidencia una mala técnica legislativa. A lo dicho debe sumarse la situación de atipicidad normativa presente en el Código Civil, pues el único numeral que regula la garantía redhibitoria lo hace de forma incompleta, de manera que la figura allí establecida no corresponde a la creada desde el Derecho Romano ni a la estudiada y desarrollada por la doctrina. Por otra parte, para la aplicación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, es indispensable echar mano a las demás normas jurídicas que regulan las otras figuras jurídicas involucradas, como lo son las relativas al error y a la nulidad, pues las consecuencias jurídicas de su aplicación, los plazos y sus alcances no se establecieron de forma conjunta, como idealmente debería ser. Ello genera confusión y se presta para malinterpretar el caso concreto, aplicando normas jurídicas que no corresponden a la situación fáctica, pero por las opciones y consecuencias jurídicas que estipulan son preferidas para dar una solución al caso, a pesar de que se desnaturaliza la garantía redhibitoria por vicios ocultos como solución legal especial para el caso de los vicios ocultos en los contratos de compraventa. Aunado a lo anterior, se identificó la falta de regulación de la garantía estimatoria como parte de dicho régimen, específicamente en lo ateniente a los contratos de compraventa, por lo cual la legislación civil dejó desprotegido al comprador que pretenda el ajuste en cosa y precio debido a los vicios ocultos presentes en el objeto del contrato. 43 Párrafo II. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código de Comercio. En el Código de Comercio, el tratamiento de la garantía redhibitoria es mucho más sencillo, pues son pocas normas las que se requieren para ejercer la acción judicial con base en dicha garantía. Pero nos encontramos ante plazos de caducidad y prescripción cortos, en razón de la materia mercantil y de la celeridad que esta requiere para dotar de seguridad jurídica al tráfico comercial. Sin embargo, la problemática respecto de los plazos radica en que no está claro cuál corresponde emplear en los casos de garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo cual inducen a error o confusión a la hora de fundamentar un caso por parte de los destinatarios de justicia, así como para los jueces a la hora de interpretar y aplicar las normas para resolver los casos concretos. A. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos: regulación imprecisa. El Código de Comercio presenta la misma situación del Código Civil al respecto, tal y como se estudió en la sección precedente. Y aunque la redacción de las normas en ambos cuerpos normativos no es la misma, la mala técnica legislativa de no regular como corresponde la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sino únicamente consignar algunos aspectos, generan impresión e inseguridad jurídica, además de la evidente problemática generada por el hecho de que cada uno de estos Códigos dé lugar a acciones y pretensiones distintas, aunque se trate de la misma figura jurídica: la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Como norma base que regula la garantía redhibitoria en dicho cuerpo normativo, tenemos el artículo 450, el cual viene a ser confuso e inexacto. 44 ARTÍCULO 450.- El comprador que al tiempo de recibir la cosa la examina y prueba a satisfacción, no tendrá derecho para repetir contra el vendedor alegando vicio o defecto de cantidad o calidad. El comprador tendrá derecho a repetir contra el vendedor por esos motivos, si hubiere recibido la cosa enfardada o embalada, siempre que dentro de los cinco días siguientes al de su recibo manifieste por escrito al vendedor o a su representante vicio o defecto que proceda de caso fortuito o fuerza mayor o deterioro por la naturaleza misma de las cosas. El vendedor podrá exigir que en el acto de la entrega se haga un reconocimiento en cuanto a calidad y cantidad. Hecho ese reconocimiento en presencia del comprador o de su encargado de recibir mercadería, si éstos se dan por satisfechos, no cabrá ulterior reclamo. Si los vicios fueren ocultos, el comprador deberá denunciarlos por escrito al vendedor o a su representante, dentro de los diez días a partir de la entrega, salvo pacto en contrario. La acción judicial prescribirá en tres meses contados desde la entrega. El citado artículo se encarga de reglar el proceso de entrega de la cosa por parte del vendedor al comprador, estableciendo la obligación, a cargo del comprador, de examinar y probar el bien a satisfacción y, en virtud de lo anterior, dispone que el comprador no podrá repetir lo pagado ante el vendedor invocando vicio o defecto de cantidad o calidad. Sin embargo, de seguido la misma norma establece en su párrafo segundo y tercero las salvedades a la regla recién expuesta, disponiendo que sí podrá el comprador repetir lo pagado ante el vendedor, cuando la cosa entregada tenga un vicio o defecto de calidad o cantidad, en los siguientes casos: a) Si hubiese recibido la cosa enfardada o embalada, para lo cual tendrá un plazo de caducidad de cinco días siguientes al recibo del bien, para que por escrito manifieste al vendedor o su representante, el vicio proveniente de caso fortuito o fuerza mayor o deterioro por la naturaleza misma de la cosa. 45 El primer aspecto criticable de dicha norma es que indica de forma taxativa el proceder que ha de tener el vicio que se detecte en la cosa enfardada o embalada, por lo que se dejan por fuera una serie de vicios que puede presentar la cosa por otros motivos, como por ejemplo debido a la forma o materiales usados para empacarla.68 Asimismo, establece una excepción a lo anterior, que corresponde al derecho que tiene el vendedor de exigir que al momento de la entrega se revise la cosa objeto del contrato en cuanto a cantidad y calidad, ante el comprador o su encargado de recibir mercadería, pues si estos se dan por satisfechos, no cabrá posterior reclamo en contra del vendedor. Lo anterior resulta criticable, debido a que la revisión, de conformidad con la norma en estudio, consiste en apenas un reconocimiento, por lo que tampoco asegura que luego no se detecten vicios. Valga hacer notar que el acto de entrega del bien puede ser realizado por parte del vendedor, de propia mano o por medio de su representante; y la revisión del bien al momento de la entrega, puede ser ejecutada por el comprador o por su encargado de recibir mercadería. Lo anterior, por tratarse de la actividad comercial, que se mueve de forma ágil. b) Si los vicios fueren ocultos, el comprador tiene un plazo de caducidad de diez días para denunciarlos ante el vendedor o su representante, los cuales se computarán desde la entrega del bien, salvo que las partes convengan otra cosa. Sobre este apartado resulta muy lamentable que el numeral en estudio, además de establecer un plazo de caducidad 68 TORREALBA NAVAS Federico, Trabajo inédito. 46 extremadamente corto (diez días) para denunciar los vicios ante el vendedor o su representante, disponga que dicho plazo se compute desde la entrega del bien, pues lo apropiado sería que al menos dicho plazo empiece a correr una vez que se tenga conocimiento de los vicios ocultos, ya que de la forma en que está actualmente redactada la norma no logra proteger los intereses del comprador ante el vendedor astuto, lo cual es la razón de ser de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo que se desvirtúa el objetivo de dicha figura jurídica. Finalmente, el numeral bajo análisis es claro al establecer explícitamente un plazo de tres meses para ejercer la acción judicial, lo cual se entiende como el plazo máximo con el que cuenta el comprador para interponer la demanda. Al respecto, valga retomar las características que ha de presentar el vicio oculto presente en la cosa objeto del contrato: · Aquellos defectos no manifiestos de la cosa vendida, · Anteriores al contrato, · Que hacen impropia dicha cosa para los usos a que estaba destinada, · Que de haberlos conocido el comprador no hubiera hecho la adquisición o hubiera pagado menos por ella, · El vendedor no responde de defectos manifiestos o que están a la vista, ni aun de aquellos ocultos, siempre que el comprador haya estado en aptitud de conocerlos, lo que ocurre cuando por su condición de experto, considerando su oficio o su profesión, por ser él un perito que por razón de su oficio o profesión, debe suponerse que pudo fácilmente descubrirlos”69. Nótese, además, que las consecuencias jurídicas ligadas a los vicios ocultos según el Código de Comercio no refieren expresamente a la nulidad del contrato, 69 ZÚÑIGA NÚÑEZ Hannia P., Tratamiento de los vicios ocultos en el Derecho Costarricense, Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciada en Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, 2002, p. En igual sentido véase: Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda, sentencia número 274 de las ocho horas treinta minutos del veintidós de agosto de dos mil tres; y: Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda, sentencia número 309 de las diez horas del treinta de setiembre del dos mil tres. 47 pero para aplicar la repetición de lo pagado necesariamente se debe anular y resolver este, sino no se puede llegar a esa consecuencia jurídica. B. Sobre la prescripción de los derechos y acciones tuteladas en el Código de Comercio: portillo para interpretar el plazo de prescripción atinente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Tal y como se indicó supra, el artículo 45070 establece que el plazo aplicable para ejercer la acción judicial correspondiente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, será de tres meses contados a partir de la entrega del bien 71. Al ser un plazo extremadamente corto, parece un plazo de caducidad, sin embargo, con este se extingue en derecho del comprador, por lo que la jurisprudencia lo ha entendido y aplicado como plazo de prescripción. Así, se han identificado fallos jurisprudenciales en que se prescinde de dicho plazo para en su lugar aplicar el dispuesto en el numeral 984. e) 72, el cual establece el plazo de prescripción en un año para las acciones derivadas de las ventas al por mayor y al detalle, especialmente en los casos donde los vicios ocultos se manifiestan hasta que se pone en funcionamiento o se consume el bien, dependiendo de su naturaleza, argumentando que es hasta ese momento en que el comprador se encuentra en posibilidad de detectar los vicios ocultos.73 Asimismo, se han identificado fallos donde el juzgador aplica el plazo de prescripción de cuatros años74, es decir, el general del Código de Comercio, regulado en el numeral 984 párrafo primero, tomando para ello en consideración que la verificación real del estado del objeto del contrato se dio hasta que este se utilizó y llegó a su destino final por parte del comprador, asunto que igual a la aplicación del plazo anual resulta inadecuado desde el punto de vista normativo y jurídico. 70 Código de Comercio, Op. cit. En este sentido ver: Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda, sentencia número 309 de las diez horas del treinta de setiembre del dos mil tres. 72 Ibíd. 73 Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 999, de las catorce horas cincuenta y cinco minutos del veintiuno de diciembre del dos mil cinco. 74 Tribunal Segundo Civil, Sección Primera. Sentencia número 430, de las nueve horas veinte minutos del treinta de noviembre de dos mil cuatro. 71 48 Por lo anterior, valga considerar también el artículo 984 del Código de rito, pues establece las reglas de prescripción aplicables a los derechos y sus acciones: ARTÍCULO 984.- Salvo lo expresamente dispuesto en otros capítulos de este Código, todo derecho y su correspondiente acción prescriben en cuatro años, con las siguientes salvedades que prescribirán en un año: a) Las acciones de nulidad de los acuerdos tomados por las asambleas de accionistas o consejos de administración de sociedades comerciales; las de reclamaciones por vicios de las cosas vendidas con garantía de buen funcionamiento; y las de responsabilidad de los administradores, gerentes, directores y demás miembros de la administración de sociedades; b) Las acciones para cobrar intereses, alquileres, arrendamientos o rentas; c) Las acciones de los empresarios, para cobrar el valor de las obras que ejecutaren por destajo; d) Las acciones para cobrar el uso de cualquier otro derecho sobre bienes muebles; y e) Las acciones derivadas de ventas al por mayor y al detalle a otros comerciantes o al consumidor directamente.75 Sobre el particular, valga hacer notar que dicha norma en su párrafo primero dispone que será de aplicación salvo lo dispuesto en otros capítulos del mismo Código, evidenciando que se trata de una norma general, sobre la cual prevalece la específica –si existiera-, por lo que respecto a la garantía redhibitoria por vicios ocultos debe respetarse el plazo de tres meses de prescripción contemplado en la norma específica, que es el numeral 45076. 75 76 Código de Comercio, Op cit. Ibíd. 49 Lo anterior a pesar de que la interpretación esgrimida para aplicar el artículo 984 y 984. e)77 sea más beneficiosa para el comprador y para la tutela efectiva de sus derechos, pues proceder de esa manera resulta inapropiado y contrario a la deontología jurídica, ya que se estaría incurriendo en indebida interpretación y aplicación de la norma para resolver de manera justa respecto del caso concreto, lo cual constituye el aspecto noble de dicho proceder, pero ello no elimina lo incorrecto del acto. Así, corresponde al legislador proveer a los ciudadanos las normas jurídicas adecuadas para la protección de sus derechos, que sean contestes con la realidad que regulan, para que se pueda resolver con justicia y en estricto apego al derecho cada caso concreto que se presente, pues ni la justicia puede ir en quebranto del derecho, ni el derecho en detrimento de la justicia. Sobre las irregularidades estudiadas en la normativa Comercial respecto de los plazos y los fallos completamente heterogéneos sobre el tema, se identifica que lo segundo es consecuencia de lo primero, es decir, que la falta de claridad normativa abre la posibilidad de que los jueces hagan interpretaciones extralimitadas de las normas para ajustarlas al supuesto de hecho, por lo que definitivamente en nuestro país no se tiene seguridad jurídica respecto del plazo de prescripción aplicable en materia comercial. C. Sobre la interrupción de la prescripción: su utilidad frente a los plazos cortos establecidos en el numeral 450 del Código de Comercio. Ante la problemática en relación con el plazo de prescripción en materia de garantía redhibitoria por vicios ocultos recién expuesta, se torna relevante la normativa que regula la interrupción de esa prescripción, para efectos de calcular respecto de un caso concreto, el alcance temporal de la protección que brinda la norma. 77 Ambos numerales del Código de Comercio. Op. cit. 50 Debido a lo anterior, es menester dirigirnos al artículo 977 del Código de Comercio, en el cual se regla lo concerniente a la interrupción de la prescripción: ARTÍCULO 977.- La prescripción quedará interrumpida: a) Por la demanda o cualquier otro género de interpelación judicial notificada al deudor. Se considera como no interrumpida la prescripción, si el actor desistiere de ella o se declarare desierta; b) Por el requerimiento judicial, notarial o en otra forma escrita, siempre que se compruebe que le fue notificada al deudor; c) Por el reconocimiento tácito o expreso en derecho de la persona contra quien se prescribe hecho por aquel a cuyo favor corre la prescripción. El nuevo término para prescribir comenzará a correr al día siguiente de hecho el reconocimiento, o de ser tenido por hecho por resolución firme. Si se hiciere un nuevo título, sin consignar plazo, empezará a correr la prescripción al día siguiente de la fecha del nuevo título, y si tan sólo se hubiera prorrogado el plazo, desde el día siguiente del vencimiento de este último; y d) Por el pago de intereses debidamente comprobado.78 De las causales de interrupción de la prescripción, tienen importancia en el caso de la garantía redhibitoria por vicios ocultos especialmente el inciso a), b) y c). En el inciso a) del artículo 977 del Código de Comercio se establece la causa más clásica y conocida para la interrupción de la prescripción, que corresponde a la notificación que se realice al deudor, de la demanda o cualquier otro género de interpelación judicial. Por su parte, el inciso b) de la misma norma establece la posibilidad de que un requerimiento efectuado por escrito interrumpa la prescripción, lo cual se 78 Código de Comercio, Costa Rica, 1964 51 entiende como un documento privado y sin ninguna solemnidad, siendo que el legislador no se reservó dicho alcance únicamente a los actos notariales, sin olvidar que el referido requerimiento bien puede corresponder a uno notarial o judicial. Así el documento privado también podrá interrumpir la prescripción en el tanto haya constancia de que le fue notificado al deudor. Finalmente, el inciso c) del mismo artículo 977 del Código de Comercio, refiere al reconocimiento tácito o expreso hecho por el vendedor en favor del comprador. Es decir, si el vendedor recibe el bien objeto de la compraventa para repararlo, ello se entiende como reconocimiento tácito del derecho del comprador, por ejemplo. También en relación con el inciso c) y para efectos de lo anteriormente expuesto sobre este, es importante recordar que una vez interrumpido el plazo, este vuelve a correr al día siguiente de realizado el reconocimiento o al momento en que dicho reconocimiento es declarado por resolución firme. O en caso de que se emitiera un nuevo título, entiéndase factura o garantía, sin consignar plazo en dicho documento, el plazo de prescripción comenzará a correr al día siguiente de la fecha del nuevo título, o si solo se trata de una prórroga de este, la prescripción se computará desde el día siguiente al vencimiento del plazo de la prórroga. La jurisprudencia de nuestro país reconoce dichos actos interruptores de la prescripción y han sido correctamente aplicados en relación al plazo de tres meses de prescripción establecido en el artículo 450 del Código de Comercio, modelo de ejemplo de una correcta aplicación de estos79. 79 Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda. Sentencia número 309 de las diez horas del treinta de setiembre del dos mil tres. 52 Conclusiones del II Párrafo. De lo estudiado se puede concluir que al igual que en el Código Civil, en nuestro Código de Comercio existe escasa regulación sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sin que se delimite la figura como tal, su finalidad y presupuestos jurídicos. Aunado a lo anterior, contempla plazos de caducidad y prescripción muy cortos, siendo que el modo de cómputo de dichos plazos tampoco ayuda a la protección de los intereses del comprador ante el vendedor hábil. Por lo anterior, para su aplicación e interpretación se debe recurrir a la doctrina existente sobre el tema, para comprender la figura y procurar resolver los casos concretos en apego al Derecho y a la Justicia. Asimismo, se encontraron fallos jurisprudenciales totalmente opuestos en cuento a la determinación y aplicación del plazo de prescripción correspondiente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos en materia comercial, lo cual genera gran inseguridad jurídica pues no existe forma de saber cómo resolverán los juzgadores ante un caso concreto, situación originada en la falta de claridad normativa y en la dificultad que acarrean los plazos tan cortos, tal y como ya se explicó. 53 II Sección. La garantía redhibitoria por vicios ocultos en la legislación de consumo. En Costa Rica también se cuenta con legislación especializada en materia de consumo, la cual se recoge en la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor (Nº 7472) y su reglamento: Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, número 37899-MEIC, la cual cuenta con fundamento constitucional en el artículo 46 de nuestra Carta Magna. Lo anterior con la intensión de dotar de mayor protección al consumidor como parte vulnerable de la relación jurídica, pues se trata de contratos celebrados entre un vendedor profesional y un comprador – consumidor. Sin embargo, a pesar de que dicha legislación introdujo cambios importantes, parece que no han sido suficientes para brindar al consumidor una protección realmente efectiva y adecuada para las relaciones de consumo cuando se trata de casos de vicios cultos presentes en la cosa objeto del contrato, aspecto que se estudiará en el desarrollo de esta sección. Así, se propone analizar la Ley referida y su Reglamento en cuanto a los aportes que brinda en materia de protección al comprador – consumidor cuando la cosa adquirida presenta vicios ocultos que la vuelven impropia para su uso o destino normal y los efectos que su normativa tiene en relación al principio de seguridad jurídica. Es menester aclarar que para efectos del presente trabajo, importa estudiar los puntos de la legislación que se relacionan con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la cual constituye el objeto de esta investigación, sin entrar en detalles o profundizar en temas minuciosos de la Ley o el Reglamento, ya que solo interesa analizar la tipicidad normativa, alcances y limitaciones, así como las debilidades y fortalezas que presente. 54 I Párrafo. El tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor (Nº 7472) La Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, como ley especial, se encarga específicamente de la tutela de los derechos del consumidor, considerando al consumidor sujeto vulnerable y de mayoría social frente al vendedor hábil, como parte aventajada en las relaciones de consumo. Sin embargo sobre el tema que nos interesa en este trabajo, la garantía redhibitoria por vicios ocultos, no logró solventar los problemas identificados en los cuerpos normativos supra estudiados80, pues si bien aporta ciertos aspectos que mejoran su aplicación, no ofrece una respuesta eficiente y efectiva para los problemas reales atinentes a los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato y la garantía que por ello debe el vendedor al comprador. Asimismo, carece de regulación expresa y completa sobre las acciones a las que da lugar y su prelación a la hora de aplicarlas, cuestión que debió llenarse vía reglamentaria, además de que no deja claro a quién le corresponde decidir cuál remedio aplicar o pretender, si al consumidor, al vendedor, al órgano administrativo o al juez. Valga aclarar que de la Ley en estudio solo nos ocuparemos en este trabajo de los temas tocantes a la garantía redhibitoria, los plazos y acciones que le incumben a esta, sin entrar a estudiar todos los conceptos y pormenores relacionados al tema de consumidor y de las demás garantías establecidas en la misma Ley, ya que se salen del objeto de estudio de esta investigación. 80 Se hace referencia al Código Civil y Código de Comercio costarricenses. 55 A. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos: se extraña una verdadera evolución en la materia. En primer lugar, valga señalar que la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor contiene un único artículo dedicado a reglar lo correspondiente a la garantía, por lo que la norma comete el mismo yerro que el Código Civil y el Código de Comercio de ser general e incompleta. Además se refiere a las garantías, sin especificar de qué tipo son, pues su finalidad es simplemente dotar al consumidor de dichas garantías frente al vendedor; por lo cual concentra sus esfuerzos en establecer las obligaciones del vendedor en relación a la garantía y los plazos, omitiendo entrar en categorización de estas, lo cual ha sido tarea de la jurisprudencia y la doctrina. Y aunque lo anterior podría tomarse como un método de facilitar la aplicación de la garantía, en realidad no lo es, pues solo resulta omiso al respecto, pero no brinda un mecanismo o figura jurídica que englobe todas las consideraciones requeridas para el que consumidor obtenga una verdadera tutela, como lo sería por ejemplo, criterios amplios para la procedencia de la garantía y acciones útiles para la exigencia de las obligaciones que tiene el vendedor para con el comprador. Por ello, para identificar la garantía redhibitoria por vicios ocultos en dicha norma, nos centramos en lo indicado referente a los vicios ocultos propiamente, lo cual se aprecia al final del párrafo tercero de siguiente artículo. 56 Artículo 43°.- Garantía. Todo bien que se venda o servicio que se preste debe estar implícitamente garantizado en cuanto al cumplimiento de los estándares de calidad y los requerimientos técnicos que, por razones de salud, medio ambiente y seguridad, establezcan las leyes, los reglamentos y las normas respectivas, dictadas por la Administración Pública. Cuando se trate de bienes muebles duraderos, tales como equipos, aparatos, maquinaria, vehículos y herramientas o de servicios de reparación, montaje o reconstrucción de tales bienes, además de la garantía implícita de calidad mencionada en el párrafo anterior, la garantía debe indicar, por lo menos, el alcance, la duración, las condiciones, las personas físicas o jurídicas que las extienden y son responsables por ellas y los procedimientos para hacerlas efectivas. Estos extremos de la garantía deben explicitarse claramente, anotarse en la etiqueta o en algún lugar visible de los bienes o emitirse en documento separado o en la factura que debe entregarse al consumidor en el momento de venderle el bien o de prestarle el servicio. Los consumidores tienen hasta treinta días, contados a partir de la entrega del bien o de la prestación del servicio, para hacer valer la garantía ante la Comisión para promover la competencia. Si se trata de daños ocultos del bien que no se hayan advertido expresamente, el plazo comienza a correr a partir del momento en que se conocieron esos daños. Si el contrato entre las partes establece plazos mayores, estos prevalecen.81 (Así corrida su numeración por el artículo 80 de la ley de Contingencia Fiscal, N° 8343 del 18 de diciembre de 2002, que lo traspaso del antiguo artículo 40 al 43 actual) (La negrita no es del original). 81 La Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, San José, Costa Rica, 1994. 57 Primeramente, nótese que al tenor literal del artículo citado se evidencia una grave confusión del término “garantía”, el cual es usado sin distinción, tanto para referirse al derecho de garantía como al documento de garantía: “(…) además de la garantía implícita de calidad mencionada en el párrafo anterior, la garantía debe indicar, por lo menos, el alcance, la duración, las condiciones, las personas físicas o jurídicas que las extienden (…)”. Lo anterior denota mala técnica legislativa, pues induce a error, y el hecho de estar contenido en la regulación que trata la materia de consumidor representa un agravante, pues los compradores – consumidores en esta confusión no encuentran claridad ni seguridad jurídica para comprender las normas creadas a fin de tutelar sus derechos. Sobre el tema que nos interesa, la garantía redhibitoria por vicios ocultos, valga señalar que el ordinal en estudio en vez de referirse a vicios ocultos, indica daños ocultos, sin embargo, debido al desarrollo doctrinal en materia de dicha garantía, siempre se ha reconocido que se trata de vicios ocultos82. Particularmente en cuanto a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, el artículo no desarrolla ningún aspecto, sino que las indicaciones que contiene son aplicables a todas las garantías83, siendo que la única alusión específica refiere al cómputo del plazo, pues cuando se trate de daños ocultos, los treinta días 84 se computarán a partir de que se tiene conocimiento de estos, lo cual se entiende como un plazo de caducidad para el ejercicio de la acción respectiva. Lo anterior, sin perjuicio de que las partes, en virtud del principio de autonomía de la voluntad y de la máxima jurídica “Pacta sunt servanda”, acuerden plazos mayores para accionar el derecho respectivo. Por lo anterior, el que la norma disponga que dicho plazo de caducidad empieza a correr a partir de que se conocieron los vicios, constituye por un lado 82 Por ejemplo la sentencia número 999 dictada por Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia a las catorce horas cincuenta y cinco minutos del veintiuno de diciembre del dos mil ocho. 83 Las garantías establecidas en dicha Ley son: de calidad y de funcionamiento, según el autor: VINDAS CASTIGLIONI José Elías. El derecho de garantía en los contratos de adquisición de bienes de naturaleza duradera a la luz de la ley 7472 y su reglamento. Trabajo final de graduación para optar por el título de Licenciado en Derecho. Universidad de Costa Rica. 2014. p. 70. 84 Se trata de días hábiles, no de días naturales: Ibíd., p. 90. 58 un importante avance para la tutela efectiva de los derechos del comprador consumidor, brindando mayor protección que la contenida en el Código de Comercio según lo estudiado en el apartado precedente, pero por el otro, pierde su mérito al analizar dicho plazo de caducidad en relación con al plazo mínimo de garantía establecido en el numeral 43 de la Ley en concordancia con el numeral 104 del Reglamento de la Ley85, pues este corresponde también a treinta días, los cuales se computan desde la entrega del bien, es decir, en el caso del plazo mínimo de garantía no se establece la consideración especial en relación con los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato; por ello pueden darse casos en que el plazo de caducidad no haya vencido, pero el plazo de garantía sí, pues la tutela, en cuanto al punto de partida del plazo, corresponde solo al plazo de caducidad, lo cual vuelve relativamente inútil dicha consideración sobre este. Además, el numeral en estudio carece de desarrollo sobre las consecuencias jurídicas a las que da lugar, pues no se indica si lo procedente es la nulidad del contrato o el ajuste en el precio. Tampoco se ocupa la norma de indicar los requisitos de dicho vicio oculto y los presupuestos para su procedencia. Para efectos de lo anterior y de proceder a aplicar la garantía redhibitoria por vicios ocultos en materia del consumidor, es menester complementar el citado artículo, con los numerales correspondientes del Reglamente de esta Ley, lo cual se analizará más adelante. Empero, un aspecto rescatable de dicha norma, que representa un gran progreso en la regulación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos como garantía contractual, es que de conformidad con el párrafo primero del mencionado artículo 4386, dicha garantía también aplica para servicios y no solo para bienes, ello de manera expresa e inequívoca, lo cual es de suma relevancia considerando la amplitud del objeto de contratación hoy día. 85 Este tema del plazo de prescripción se retomará más adelante a efectos de efectuar un análisis más detallado al respecto, cuando se estudie la regulación contenida en el Reglamento de la Ley. 86 Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, Op. cit. 59 B. Sobre el órgano administrativo encargado de conocer los conflictos por garantías: competencia de la Comisión Nacional del Consumidor. Constituye gran innovación que la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor designe un órgano administrativo denominado: Comisión Nacional del Consumidor, para conocer, resolver y sancionar los asuntos relativos a la defensa efectiva del consumidor, dentro de los cuales figuran los casos relacionados a las garantías, lo anterior de conformidad con el siguiente artículo: Artículo 47°.-Creación de la Comisión nacional del consumidor. Se crea la Comisión nacional del consumidor, como órgano de máxima desconcentración, adscrita al Ministerio de Economía, Industria y Comercio. Le corresponde velar por el cumplimiento de las disposiciones de los capítulos V y VI de esta Ley y las demás normas que garanticen la defensa efectiva del consumidor, que no se le hayan atribuido, en forma expresa, a la Comisión para promover la competencia. (Así corrida su numeración por el artículo 80 de la ley de Contingencia Fiscal, N° 8343 del 18 de diciembre de 2002, que lo traspaso del antiguo artículo 44 al 47 actual) En cuanto a la competencia propiamente en el tema de las garantías, el numeral 34 es claro al indicar que esta deriva del incumplimiento de las obligaciones del comerciante. 60 Artículo 34°.-Obligaciones del comerciante. Son obligaciones del comerciante y el productor, con el consumidor, las siguientes: a) Respetar las condiciones de la contratación. … g) Garantizar todo bien o servicio que se ofrezca al consumidor, de conformidad con el artículo (*)40 de esta Ley. (*)(Actualmente corresponde al 43) … i) Resolver el contrato bajo su responsabilidad, cuando tenga la obligación de reparar el bien y no la satisfaga en un tiempo razonable. j) Fijar plazos prudenciales para formular reclamos. … ñ) Extender la factura o el comprobante de compra, donde conste, en forma clara, la identificación de los bienes o servicios, así como el precio efectivamente cobrado. En los casos de ventas masivas, se faculta al Ministerio de Economía, Industria y Comercio para autorizar el establecimiento de otros sistemas mediante los cuales se compruebe la compra. o) Apegarse a la equidad, los buenos usos mercantiles y a la ley, en su trato con los consumidores. Toda información, publicidad u oferta al público de bienes ofrecidos o servicios por prestar, transmitida por cualquier medio o forma de comunicación, vincula al productor que la transmite, la utiliza o la ordena y forma parte del contrato. El incumplimiento de alguna de las obligaciones enumeradas en este artículo, faculta al interesado para acudir a la Comisión nacional del consumidor creada en esta Ley, o a los órganos jurisdiccionales competentes y para hacer valer sus derechos, en los términos que señala el artículo (*)43 de la presente Ley. (*)(Actualmente corresponde al 46) 61 (Así corrida su numeración por el artículo 80 de la ley de Contingencia Fiscal, N° 8343 del 18 de diciembre de 2002, que lo traspaso del antiguo artículo 31 al 34 actual) (La negrita no es del original) Así, los reclamos relacionados con la garantía redhibitoria por vicios ocultos pueden plantearse en sede administrativa, mediante un procedimiento más corto e informal, sin requerir representación de un profesional en Derecho, lo cual constituye una valiosa herramienta para los ciudadanos que se encuentran ante una situación en la que resulte de aplicación la garantía redhibitoria por vicios ocultos, especialmente cuando la cosa objeto del contrato y su cuantía no sean tan altas como para incoar un proceso judicial, que requiere de asesoría y representación de un profesional en Derecho, el cual tardará varios años y costos incalculables, para finalmente obtener respuesta. Lo anterior debido a que el procedimiento para entablar dicho proceso ante la Comisión Nacional del Consumidor es informal y mucho más expedito que uno judicial, por lo cual es de fácil acceso para los consumidores, según el artículo 56. 62 Artículo 56.°- Procedimiento. La acción ante la Comisión nacional del consumidor sólo puede iniciarse en virtud de una denuncia de cualquier consumidor o persona, sin que sea necesariamente el agraviado por el hecho que denuncia. Las denuncias no están sujetas a formalidades ni se requiere autenticación de la firma del denunciante. Pueden plantearse personalmente, ante la Comisión nacional del consumidor, por memorial, telegrama u otro medio de comunicación escrita. (…) La Unidad técnica de apoyo debe realizar la instrucción del asunto. Una vez concluida, debe trasladar el expediente a la Comisión nacional del consumidor para que resuelva. La Comisión nacional del consumidor, dentro de los diez días posteriores al recibo del expediente, si por medio de la Unidad técnica de apoyo, no ordena prueba para mejor resolver, debe dictar la resolución final y notificarla a las partes. Si ordena nuevas pruebas, el término citado correrá a partir de la evacuación de ellas. (…) (Así corrida su numeración por el artículo 80 de la ley de Contingencia Fiscal, N° 8343 del 18 de diciembre de 2002, que lo traspaso del antiguo artículo 53 al 56 actual)87 Sin embargo, debido a las potestades a las que está sujeto un órgano administrativo por su naturaleza misma, existen ciertas limitaciones respecto de las pretensiones que en esa sede pueden discutir los interesados, específicamente la falta de competencia que tiene la Comisión Nacional del Consumidor para conocer y resolver sobre extremos indemnizatorios y para la anulación de cláusulas abusivas en contratos de adhesión, siendo que estos únicamente pueden ser discutidos y resueltos en sede judicial, pretensiones que pueden ser relevantes en casos donde sea de aplicación la garantía redhibitoria 87 Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, Op. cit. 63 por vicios ocultos y que no tendrían asidero en sede administrativa. Lo anterior, de acuerdo con el artículo 53: Artículo 53°.- Potestades de la Comisión nacional del consumidor. La Comisión nacional del consumidor tiene las siguientes potestades: (…) La Comisión nacional del consumidor no tiene competencia para conocer de la anulación de cláusulas abusivas en los contratos de adhesión, conforme al artículo (*) 39 de esta Ley, ni del resarcimiento de daños y perjuicios. Estos casos deben ser conocidos solo por los órganos jurisdiccionales competentes.88 Las limitaciones en cuanto a la competencia de la Comisión constituyen evidentes obstáculos para la tutela efectiva de los derechos con contenido patrimonial del consumidor – comprador, pues en caso de que le asistan tales derechos si acude al órgano administrativo, no recibirá solución ni pronunciamiento sobre el fondo de estos, siendo que sus opciones serían desistir de ellos o bien entablar el proceso correspondiente en sede judicial, recordando que no es necesario agotar la vía administrativa para acudir a aquella otra. C. Sobre el plazo para entablar el procedimiento administrativo ante la Comisión Nacional del Consumidor: prevalece la norma especial sobre la general. Tal y como se estudió supra, el artículo 4389 establece el plazo de treinta días (que se entienden como días hábiles) para la caducidad del ejercicio de la acción correspondiente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sin embargo, valga 88 89 Ibíd. La Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, Op. cit. 64 considerar el numeral 5690 también refiere a los plazos de caducidad: Artículo 56.°- Procedimiento. (…) La acción para denunciar caduca en un plazo de dos meses desde el acaecimiento de la falta o desde que esta se conoció, salvo para los hechos continuados, en cuyo caso, comienza a correr a partir del último hecho. (…)91 (Así corrida su numeración por el artículo 80 de la ley de Contingencia Fiscal, N° 8343 del 18 de diciembre de 2002, que lo traspaso del antiguo artículo 53 al 56 actual) Así, aunque el párrafo cuarto de dicha norma establece el plazo de dos meses para ejercer la acción en procura de la protección de los derechos, contados también a partir de que se conoció la falta, ya el numeral 43 estableció un plazo específico para efectos de ejercer la acción proveniente de las garantías, incluida la redhibitoria por vicios ocultos, por lo cual prevalece la norma especial sobre la general. 90 91 Ibíd. Ibíd. 65 Conclusiones del I Párrafo. En resumidas cuentas, aunque la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor aporta nuevos elementos que contribuyen al desarrollo normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, como lo son el hecho de aplicar también a la prestación de servicios y establecer un plazo de caducidad con cobertura mayor, pues se computa de manera que se protegen mejor los derechos de los compradores - consumidores; no regula con claridad las consecuencias jurídicas a que da lugar dicha garantía, lo cual genera problemas en la interpretación y aplicación de la misma, sobre todo en relación con las acciones a las cuales da lugar, quién decide cuál acción corresponde aplicar y cuál es el orden de prelación de estas, pues para tales efectos se debe recurrir a la normativa del Reglamento de la Ley. La misma situación descrita en relación con las acciones que da lugar la garantía redhibitoria por vicios ocultos ocurre con el plazo mínimo de garantía, el cual no es nada claro en el numeral 43 de la Ley, por lo que para tener claridad al respecto, es indispensable recurrir a la regulación reglamentaria sobre el tema. Así, no se evidencian grandes aportes en la normativa de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor y aunque la técnica legislativa empleada en esta es diferente a la utilizada en el Código Civil y Código de Comercio no constituye un desarrollo o mejoría palpable en materia de garantía por vicios ocultos, lo cual resulta totalmente criticable considerando que esta corresponde a la normativa especial en tema de consumo. 66 II Párrafo. Sobre la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, número 37899-MEIC. Tal y como se indicó, mientras se estudiaba los numerales de interés de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, respecto de la garantía redhibitoria por vicios ocultos poco se indica, siendo que el artículo 43 de dicho cuerpo normativo es amplio, general e inexacto, por lo cual los pormenores fueron llenados mediante el Reglamento bajo análisis y conviene estudiarlos a continuación. De capital importancia para este trabajo, son las consideraciones en cuanto a las acciones a las que da lugar dicha garantía, el orden de prelación y quién determina cuál acción corresponde aplicar, por lo cual serán analizados estos aspectos en el presente apartado. De igual suerte que en el estudio efectuado de la Ley, es importante aclarar que los temas se analizarán en relación con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, en tanto tengan relación específica con esta y únicamente en lo tocante a la tipicidad normativa, límites y alcances, así como debilidades y fortalezas. A. Sobre el derecho de garantía: alcances Debido a que el artículo 43 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor se queda corto al regular el tema, valga considerar el artículo 10392 que indica con mayor claridad los alcances que tienen las garantías al amparo de dicha Ley, lo cual aplica a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 92 Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, número 37899-MEIC. 67 Artículo 103.-Sobre la garantía. Todo bien o servicio que se venda o preste debe estar implícitamente garantizado, en cuanto al cumplimiento de los estándares de calidad y los requerimientos técnicos que por razones de salud, medio ambiente, seguridad; establezcan las leyes, los reglamentos y las normas respectivas dictadas por la Administración Pública. Esta garantía implícita se refiere a la naturaleza, características, condiciones, calidad y utilidad o finalidad previsible para el cual normalmente es adquirido.93 (La negrita no es del original). El párrafo destacado refiere justamente a los elementos que son objeto de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, los cuales corresponden específicamente a la cosa objeto del contrato, siendo que deben estar presentes en dicha cosa según lo convenido entre las partes, sin que el objeto presente vicio o defecto oculto. Lo anterior, constituye una mayor delimitación sobre el tema, que se acerca más a lo tratado por la garantía redhibitoria por vicios ocultos como figura jurídica y ofrece una mejor regulación, que aporta algo de seguridad jurídica, al menos en dichos aspectos. Sin embargo, dicha norma no es suficiente para tener un panorama claro e integral sobre el derecho de garantía, lo que ello significa para el comprador en cuanto a protección, ya que la redacción de la norma es escueta, por lo que su contenido debe ser llenado vía interpretación y desarrollo doctrinal94. A pesar de lo dicho sobre la falta de delimitación de los alcances de la garantía como figura jurídica en esta ley, especialmente en relación a la garantía redhibitoria por vicios ocultos de la cual no ocupamos, valga resaltar que al menos el Reglamento contiene de forma expresa y clara una excepción a dicha garantía, constituida por aquellos bienes que se venden pero no para cumplir 93 Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor. Op. cit. Importante aclarar que los alcances de la garantía establecidos en el artículo 107 inciso a, refieren a la garantía como documento donde se consignan las obligaciones del vendedor hacia el consumidor en relación al bien que este adquiere, y no como figura jurídica. Artículo 107.-Sobre el documento de garantía. El comerciante o proveedor, que de acuerdo con las disposiciones previstas en la presente sección entregue un documento de garantía, debe cumplir al menos con lo siguiente: a) Alcance. Se debe identificar claramente el alcance territorial, el objeto sobre el que recaiga la garantía y detallar claramente los derechos del titular de la misma. La garantía siempre acompañará al bien o servicio mientras permanezca vigente, independientemente de que el titular o propietario del bien o servicio varíe. 94 68 con la función normal a la que generalmente se destinan, como por ejemplo aquellos bienes que se venden para extraer sus piezas como repuestos95. Además, el artículo 108, párrafo final96, del Reglamento incluye una valiosa disposición en cuanto a que el comercio – vendedor está obligado también a garantizar al comprador no sólo lo establecido en el documento de garantía, sino también todos aquellos aspectos contenidos en la oferta, promoción o publicidad de bien, lo cual significa una ampliación de los alcances de la garantía que no solo resulta apropiado en esta materia, sino que también constituye un importante mecanismo para la tutela de los derechos del consumidor – comprador, la cual no se tiene en ninguna otra disposición normativa. B. El plazo mínimo de garantía: un plazo insuficiente. Retomando el comentario esgrimido en el análisis de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, se dijo que dicha Ley no establece adecuadamente el plazo mínimo de garantía en su artículo 43, por lo cual se hace necesario recurrir al numeral 104, en concordancia con el artículo 107 inciso b, ambos del Reglamento a fin de comprender mejor las cuestiones claves sobre dicho plazo. 95 Artículo 106 del Reglamento-Sobre la excepción al alcance de la garantía implícita. Únicamente se podrá limitar la garantía implícita en productos o bienes desnaturalizados, es decir aquellos que no cumplan con la función o finalidad normalmente prevista. En este caso el comerciante o proveedor deberá informar previamente a la venta del bien que éste se encuentra en condiciones distintas a las que se derivan de la garantía implícita. En este supuesto, responderá en los términos ofrecidos expresamente, siempre y cuando dichos términos y condiciones hayan sido conocidos por el consumidor. Corresponde al comerciante o proveedor demostrar la limitación a la garantía del bien ofrecido o vendido. 96 Artículo 108, párrafo final del Reglamento: El comerciante o proveedor que ofrece un bien o servicio queda obligado jurídicamente no sólo a lo establecido en el documento o contrato de garantía, sino también en la oferta, promoción o publicidad que realice de conformidad con los artículos 34 y 37 de la Ley, y lo dispuesto en el presente reglamento. 69 El artículo 104 reza: Artículo 104.-Sobre el plazo mínimo de garantía. El plazo mínimo de garantía será de treinta días hábiles, contados a partir de la fecha de entrega del bien o de la prestación del servicio, sin perjuicio de que el comerciante o proveedor otorgue plazos mayores, en cuyo caso estos prevalecen. Y el artículo 107, inciso b señala: Artículo 107.-Sobre el documento de garantía. El comerciante o proveedor, que de acuerdo con las disposiciones previstas en la presente sección entregue un documento de garantía, debe cumplir al menos con lo siguiente: b) Duración. Se debe establecer un plazo de duración de la garantía, el cual, nunca podrá ser inferior a treinta días hábiles, salvo norma especial en contrario que amplíe este plazo. Si se establece un plazo mayor, este prevalece en beneficio del consumidor. Ambos numerales refieren al mismo término: treinta días hábiles, salvo que las partes pacten un plazo mayor, el cual prevalecerá si existiera. En relación con la extensión del plazo, valga señalar lo corto que este resulta en relación con los bienes que pueden ser objeto de compraventa de consumo, pues no diferencia ni toma en consideración la vida útil del bien, la cual será mayor en aparatos electrónicos o máquinas que en alimentos, por citar un ejemplo. Dichas cuestiones de naturaleza de los bienes también toman relevancia, al considerar el costo de estos y el alto grado de probabilidad de que los defectos se manifiesten y/o sean detectados por el comprador – consumidor una vez que haya prescrito dicho plazo tan corto. Así, en lo atinente al plazo de prescripción se puede afirmar que no representa una protección para el comprador, sino que al contrario, dicho plazo parece favorecer al vendedor, quien se libera de toda responsabilidad en un breve lapso, contrariando de ese modo el propósito mismo de la regulación en materia de consumo. 70 De importancia en relación a la prescripción del derecho de garantía, valga recalcar que en caso de sustitución o cambio del bien, este vuelve a empezar a correr, sin importar de la naturaleza y condiciones del bien entregado en virtud del ejercicio del derecho de garantía97, lo cual indudablemente constituye un importante mecanismo de protección y eficacia de la garantía, asegurándole al comprador – consumidor que gozará de esta no solo cada vez que adquiera un bien, sino también cuando en aplicación del derecho de garantía reciba otro bien en sustitución o cambio del otro. C. Las acciones a las que da lugar la aplicación de la garantía: falta de precisión en la normativa Cuando se estudió el numeral 43 de la Ley, fue objeto de crítica el hecho de que esta es omisa respecto de las acciones a las cuales da lugar la garantía, su prelación y elección, tema retomado en este momento, pues es de suma importancia en relación con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, especialmente conocer, si aunque sea vía reglamentaria, se dotó dicha figura jurídica de las acciones que le corresponden, o si al contrario, igual que en el Código Civil y en el Código de Comercio la regulación es incompleta o atípica al respecto. En concordancia con lo indicado líneas arriba sobre la confusión contenida en la norma en cuanto al término “garantía”, acá se presenta de nuevo dicho error, evidenciando que la norma no hace ninguna diferencia entre la garantía legal como figura jurídica y la garantía como documento donde se consignan una serie de aspectos relativos al negocio y a las obligaciones del vendedor respecto del comprador en cuento al bien objeto del negocio, aspecto que claramente puede inducir a error. El artículo 108 incisos b), d), e), párrafo antepenúltimo y penúltimo se encargar de reglar algunos aspectos en relación con las acciones generadas a 97 VINDAS CASTIGLIONI José Elías. Op. cit. P. 112-113. 71 partir del ejercicio del derecho de garantía, llenando el vacío que al respecto presenta la Ley. 72 Artículo 108.-Derechos del titular durante la vigencia de la garantía. Cuando se trate de bienes de naturaleza duradera, la garantía se regirá por las siguientes disposiciones específicas: a) (…) b) Durante el período de vigencia de la garantía, su titular tendrá derecho como mínimo, y según corresponda a: 1. La devolución del precio pagado. 2. Al cambio del bien por otro de la misma especie, similares características o especificaciones técnicas, las cuales en ningún caso podrán ser inferiores a las del producto que dio lugar a la garantía. 3. A la reparación gratuita del bien. c) (…) d) Cuando la garantía se satisfaga mediante la devolución del dinero, tendrá derecho al reintegro del valor efectivamente recibido por el comerciante. En el caso que corresponda, se deberán reintegrar las comisiones, los gastos de la operación, gastos asociados y los intereses. e) En caso de que opere la sustitución del bien, se entenderá renovada la garantía por el plazo inicialmente otorgado y correrá a partir de la entrega del bien. Cuando la garantía se aplique mediante la devolución del precio pagado, la sustitución o reposición del bien por otro de idénticas características, el consumidor deberá restituir el bien al comerciante con todos sus accesorios cuando así corresponda, y sin más deterioro que el normalmente previsto por el uso o disfrute. Si se trata de la prestación de un servicio, la garantía dará derecho al consumidor de exigir que el resultado coincida con lo ofertado. De no ser así, el consumidor podrá exigir la devolución de lo pagado o si lo prefiere, nuevamente la prestación del servicio, total o parcial, según los términos 73 pactados. Los gastos que se ocasionen correrán por cuenta del obligado a prestar la garantía. Cuando el servicio sea de nuevo prestado como parte del cumplimiento de la garantía, esta iniciará de nuevo. En primer lugar se observa que las acciones derivadas en virtud del derecho de garantía, en caso de que haya que ejercerlo, no corresponden en lo absoluto con las generadas a raíz de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo cual se debe concluir que a pesar de mencionarse en el artículo 43 de la Ley las palabras “daños ocultos” refiriendo a los vicios ocultos presentes en la cosa objeto de contrato, el legislador procuró proteger al consumidor por medio de otro mecanismo que no obedece a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, ya que la redacción de dicha norma ni la regulación de las acciones son conformes, ni siquiera con la esencia de dicha garantía en específico. Sin embargo, vale la pena analizar si el mecanismo empleado por el legislador, en materia de consumo, es mejor que la garantía redhibitoria por vicios ocultos para solventar el problema de dichos vicios. Sobre este particular ya tenemos una respuesta negativa, expuesta cuando se analizaron los plazos, especialmente respecto del plazo de prescripción se nota que no existe real avance ni protección al comprador – consumidor con dicho plazo, pues resulta demasiado corto e inadecuado para atender el asunto de vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, sobre todo si se tratase de bienes que por su naturaleza poseen una vida útil mayor, como los aparatos electrónicos y las máquinas, tal y como se mencionó anteriormente98. Volviendo al tema de las acciones a las que da lugar la garantía, observamos que la primera dificultad contenida en el reglamento (norma que al menos se ocupa de ello, pues la Ley es omisa al respecto), corresponde a la falta de criterios para determinar cuándo o en qué supuestos procede una u otra acción, pues si se toma el artículo en su tenor literal parece que la elección es facultativa o indiferente. Sin embargo, quienes se han ocupado de estudiar estas normas a profundidad encuentran la respuesta integrando e interpretando las normas 98 Al respecto ver página 69 a la 71 de este trabajo donde se expone el tema. 74 relativas a dichos remedios, las cuales corresponden tanto al artículo 108 supra citado y numerales siguientes. Así, se ha dicho que la reparación se posiciona como la primera opción a considerar y que en la mayoría de los casos es la solución que elige el comercio o vendedor, pues le podría resultar menos onerosa, siendo que solo en caso de que dicho sujeto desista de este remedio, el comprador podría elegir de entre los dos remedios restantes99. También se ha considerado que la norma deja la determinación de la procedencia de una u otra acción a interpretación del juez u órgano administrativo, lo cual genera inseguridad jurídica, pues únicamente se tienen ejemplos de algunos aspectos en que se fijan las autoridades a la hora de resolver, pero ello no asegura que en todos los casos se apliquen la mismas consideraciones a efectos de determinar cuál figura procede100. En todo caso, cuando el consumidor – comprador se ve en un problema respecto de la calidad o estado del bien que ha de ser cubierto por el derecho de garantía, al presentarse ante el comercio o vendedor la primera opción que posiblemente tendrá es aceptar la reparación del bien, pues no existe normativa que en primera instancia obligue al comercio o vendedor a ejecutar alguno de los otros remedios. Siendo que en caso de inconformidad con esta opción, deberá recurrir a la autoridad administrativa o judicial para pretender alguna de las otras acciones, fundamentando su deseo, pero sin garantía de que se le vaya a satisfacer de esa manera, pues se desconocen los criterios que empleará la autoridad para resolver el caso concreto. D. Aportes en aspectos procesales En virtud de que la Ley crea la Comisión Nacional del Consumidor, estableciendo la posibilidad de que los ciudadanos acudan a esta como órgano administrativo con competencia para resolver sobre algunos temas de acuerdo 99 VINDAS CASTIGLIONI José Elías. Op. cit. P.118. Nota: la jurisprudencia administrativa, de la Comisión Nacional del Consumidor se ha fijado en dos aspectos para determinar los casos en los que no procede la reparación del bien, sino alguna de las otras soluciones legales: el tiempo de uso que ha tenido el bien y los daños, especialmente el tipo de daño que presenta, al respecto ver: VINDAS CASTIGLIONI José Elías. Op. cit., p. 122. 100 75 a las disposiciones legales, se ha dotado de un procedimiento más económico y sencillo para el acceso a la justicia en materia de consumo, en comparación con los procesos judiciales, con el inconveniente de la falta de competencia de la Comisión para resolver sobre algunos extremos patrimoniales que pueden ser importantes para el consumidor – comprador, como por ejemplo la anulación de cláusulas abusivas y la condena al pago de daños y perjuicios, tal y como se expuso al tratar el tema de la competencia de dicha Comisión101. Otro aporte relevante en cuanto al tema procesal lo representa la distribución de la carga de la prueba que existe en materia de consumo, la cual de conformidad con el artículo 111 del Reglamento102 le corresponde al comerciante o proveedor, facilitando así las cosas para el comprador – consumidor como parte débil de la relación de consumo, pues se ha de considerar que el vendedor es profesional en su labor y maneja con conocimientos especiales y la organización requerida tanto las ventas como las garantías a las que está obligado, siendo que el comprador puede accionar la garantía, presentando sus alegatos y las escasa prueba que tenga a mano, pues será el vendedor quien tendrá la carga de la prueba y la obligación de aportar toda aquella que posea sobre el asunto. 101 Ver página 60 y siguientes donde se trata el tema. Artículo 111.-Sobre la carga de la prueba. La carga de la prueba referente a la entrega del documento de garantía, la idoneidad, conformidad del bien y servicio, así como de su adecuada ejecución corresponderá al comerciante o proveedor. En caso de incumplimiento total o parcial a lo indicado en este artículo se considerará infracción al inciso l) del artículo 34 y se le imputará la sanción prevista en el inciso b) del artículo 57, ambos de la Ley. 102 76 Conclusiones del II Párrafo. El Reglamento a la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, número 37899-MEIC, complementa de manera indispensable dicha Ley, al punto de que sin este la Ley sería inútil o de imposible aplicación, pues regula cuestiones clave que debieron ser parte de la Ley y el legislador no lo consideró así, puesto que se extrañan en dicho cuerpo normativo. En relación con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, objeto de esta investigación, el Reglamento sirve para aclarar que en materia del consumidor no se encuentra presente dicha garantía, siendo que la alusión contenida en el artículo 43 de la Ley aunque refiere a daños ocultos, no los trata mediante la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Asimismo, el Reglamento evidencia falta de claridad y de criterios para determinar la procedencia de las acciones a las que da lugar la garantía establecida en la materia, siendo que tampoco se dota al consumidor – comprador de las herramientas jurídicas apropiadas o útiles en caso de que el bien adquirido presente vicios o defectos ocultos, aunque sean remedios diferentes de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 77 Conclusiones I Capítulo. Después de estudiar la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil, el Código de Comercio, la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor y su Reglamento, se identifican varios inconvenientes o yerros de carácter general, los cuales se indicarán seguidamente a modo de conclusión. En primer lugar se observa atipicidad en la regulación normativa de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, siendo que el Código Civil y el Código de Comercio la tratan pero de forma incompleta e incluso diferente en relación a su concepción como figura jurídica, siendo que la redacción de la normativa en dichos Códigos diverge de la concepción y tratamiento doctrinal, al igual que en relación a las acciones que da lugar la aplicación de la garantía que nos ocupa, que no corresponden a las establecidas para dicha figura desde su creación en el Derecho Romano. Lo anterior debido a que el Código Civil únicamente presenta la garantía redhibitoria por vicios cultos como procedente en caso de error en el consentimiento del comprador y sólo establece el remedio de anulabilidad del contrato, con todo lo que ello acarrea, lo cual corresponde a una parte de dicha figura, pero no su totalidad de acuerdo a su origen y desarrollo doctrinal, así como en comparación a la regulación que sobre esta se tiene en otras latitudes103. Por su parte, el Código de Comercio solo establece la acción de repetición de lo pagado como acción derivada de los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, lo cual tampoco corresponde a la totalidad de la figura en estudio y sus efectos jurídicos en caso de procedencia. Finalmente, la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor y su Reglamento no regulan dicha garantía, sino que los vicios ocultos no poseen un régimen especial, con el agravante de que tampoco son 103 Por ejemplo en Francia. Tema que se abordara en el siguiente capítulo de este trabajo. 78 adecuadamente tutelados mediante otra figura jurídica, por lo que ante la presencia de estos, los consumidores obtienen resguardo insuficiente e ineficaz, tal y como se estudió a lo largo de la segunda sección de este trabajo. Otro inconveniente en el tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que se presenta en las tres materias estudiadas, corresponde a la insuficiencia de los plazos de caducidad y prescripción establecidos, pues en todas es muy corto, transformando lo que debería ser una protección para el comprador o consumidor en una protección para el vendedor, pues hace que este se libere más rápido de su obligación de garantía, lo cual genera grandes problemas sobre todo cuando los vicios ocultos se presentan en bienes de mayor durabilidad, que además llevan aparejado un mayor valor o precio, pues muchas veces encontrarán caduco o prescrito su derecho en razón de la regulación existente sobre los plazos. Los inconvenientes o yerros identificados en la regulación normativa traen consigo serias afectaciones a la seguridad jurídica, pues en primera instancia existe dificultad para determinar cuál normativa corresponde aplicar al caso concreto, ello considerando que el tratamiento normativo de la garantía redhibitoria por vicios ocultos varía según la materia y por ende, también cambian las acciones y pretensiones a las que tiene derecho el comprador – consumidor. Aunado a lo anterior, con el estudio jurisprudencial sobre el tema se encontraron fallos que tratan los diferentes aspectos de la garantía redhibitoria por vicios ocultos de manera heterogénea e incluso contradictoria, sobre todo en relación a las acciones que da lugar la existencia de vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato y los plazos de prescripción, lo cual obstaculiza que los destinatarios de justicia tengan seguridad jurídica sobre la manera de interpretar las normas y la forma en la cual resuelven las autoridades judiciales los casos concretos. Siendo que además por ello la jurisprudencia ha desnaturalizado y deformado la garantía redhibitoria por vicios ocultos para fusionarla con la responsabilidad civil contractual, procurando resolver con justicia los casos concretos, pero en detrimento de la seguridad jurídica. Asimismo, se observa que la normativa vigente, además de atípica, incompleta e inadecuada, se ha quedado estancada y sin desarrollo, pues la más 79 reciente oportunidad de avanzar en la materia se dio con la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor y su Reglamento, sin embargo tal y como se estudió en la sección correspondiente a regulación del consumidor, se extraña un verdadero aporte y desarrollo en relación con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, siendo que más bien se evidenció que dicha Ley no la regula ni brinda solución adecuada para los vicios ocultos mediante otro mecanismo o figura jurídica, creando desprotección en vez de suceder al contrario. Por todo lo anterior, se vuelve imperativo solucionar dichos problemas en pro de la seguridad jurídica, siendo una opción para ello avanzar hacia un tratamiento normativo uniforme en el tema de garantías, tal y como se viene dando a nivel internacional. O bien, reformular la regulación de la materia para que sea realmente apta para cumplir su cometido, e igualar la regulación en las distintas fuentes del Derecho costarricense de acuerdo a sus particularidades, para evitar las problemáticas expuestas a nivel de aplicación y resolución de los casos concretos. Las opciones planteadas como posibles formas de solventar los problemas en torno de la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la seguridad jurídica comparten el presupuesto de que es la normativa la generadora en primera instancia de dicha inseguridad respecto del tema en estudio, pues a partir de allí también se dificulta la labor interpretativa de las autoridades para su aplicación y resolución de casos concretos, en el esfuerzo por impartir verdadera justicia en la materia de vicios ocultos presentes en las cosas objeto de los contratos. 80 II CAPÍTULO. UN INTENTO POR UNIFORMAR LA REGULACIÓN NORMATIVA EN MATERIA DE PROTECCIÓN AL COMPRADOR QUE NO SALIÓ MUY BIEN. EL CASO FRANCÉS La problemática identificada en nuestro sistema normativo, en cuanto a la inseguridad jurídica generada en torno al tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos por la deformación de dicha figura, también se dio en Francia, aunque que en el caso de dicho país no obedeció a las mismas razones que en el nuestro104. Es importante recordar que históricamente Francia ha hecho grandes aportes al desarrollo del Derecho, partiendo de su ordenamiento jurídico que ha sido heredero del Derecho Romano y aún conserva parte de su influencia. Como prueba de lo anterior, observamos el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil de dicho país, figura que fue creada por los Ediles tal y como se estudió anteriormente en este trabajo, y ocupa un párrafo completo105 del referido cuerpo normativo, lo cual representa una ventaja respecto de nuestra regulación normativa, tal y como se estudiará más adelante. La problemática de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el sistema jurídico francés surgió en el siglo XX, conforme se multiplicaron los compradores víctimas de productos defectuosos106, lo anterior a pesar de contar con normativa adecuada y completa que regula el tema. Para dicho momento, 104 En el caso francés, se ha dicho que la problemática de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos para atribuirle características y acciones correspondientes a la responsabilidad civil, proviene de la intención de darle a las víctimas de productos defectuosos derecho al pago de daños, intereses y perjuicios, los cuales son ajenos a la garantía redhibitoria y a su régimen, ya que de conformidad al régimen de dicha garantía sólo proceden cuando se demuestra el dolo del vendedor al realizar la venta de un bien que presenta vicios ocultos, mientras que tratándose de responsabilidad civil estos proceden incluso con base en un presunción. Al respecto ver: COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. Pp. 49- 58. Por su parte, en Costa Rica, tal y como se estudió en el capítulo precedente, aparte de compartir la misma causa presente en el Derecho Francés, también la atipicidad de su normativa ha contribuido con dicha problemática de deformación, siendo dichas dos causas las responsables de la falta de seguridad jurídica que se genera en nuestro país. 105 Código Civil, versión consolidada del 25 de julio de 2015. Párrafo 2, de la Sección 3, del Capítulo IV del Título VI. 106 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 146. 81 ya existía la Directiva 1999/44/ce del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea de 25 de mayo de 1999, la cual está directamente relacionada con el tema objeto de estudio en el presente trabajo: la garantía redhibitoria por vicios ocultos y regiría también en Francia una vez que el país transpusiera esta normativa a su Derecho Interno de acuerdo al sistema comunitario que lo rige. Dicha Directiva introdujo al Derecho Interno o sustancial de los países miembros una novedosa figura jurídica107 con la finalidad de brindar mayor protección al comprador dentro de todo el territorio comunitario, procurando igualar las reglas y los mínimos de protección, tanto en pro de la tutela efectiva de los derechos de los consumidores, como en pro de la seguridad jurídica en torno al tema de garantías, sobre todo en razón de las diferencias existentes en cada ordenamiento jurídico, que generaban confusión a los compradores y desestimulaban las compras en los países vecinos, procurando de esta manera acrecentar el comercio dentro de la Unión Europea. La figura jurídica establecida mediante la Directiva antes referida ha sido denominada: “conformidad del bien con el contrato” y su opuesto “falta de conformidad del bien con el contrato”108, cuyo concepto engloba una serie de elementos, presupuesto fáctico, y alcances semejantes a la garantía redhibitoria por vicios ocultos e incluso más amplios, lo cual será objeto de estudio en este capítulo. Lo anterior ocasionó grandes cambios a nivel del Derecho Interno francés, por lo que en este trabajo se analizará el resultado de la interacción entre el Derecho Interno francés y el Derecho Comunitario, específicamente en relación con la garantía redhibitoria por vicios ocultos, en busca de identificar los beneficios y las dificultades que ha tenido la trasposición de la figura jurídica creada por la Directiva 1999/44/CE, respecto de la regulación de herencia romana existente en el Derecho Interno, analizando la situación de disparidad 107 Inspirada en la Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías, conocida como Convención de Viena de 1980. 108 El concepto de conformidad del bien con el contrato se encuentra presente en la Convención de Viena de 1980, regulando la compraventa internacional de mercaderías, entre profesionales, modelo que inspiró a crear esta uniformidad del Derecho a nivel de la Unión Europea, aspecto que estudiaremos más adelante en este trabajo. 82 normativa por ello originada y la forma en que las ventajas de la realidad regulatoria francesa podrían incorporarse en nuestro ordenamiento jurídico pero evitando la disparidad referida. Para efectos de lo anterior, en la I Sección se empezará estudiando brevemente la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que se daba en Francia como antecedente de la realidad jurídica de la Directiva 1999/44/CE, en el I Párrafo. Luego se analizarán los alcances, beneficios y desaciertos de dicha Directiva, así como los efectos que tiene en relación a las regulaciones internas de los países miembros, específicamente se estudiará el caso francés, particularmente si en verdad constituye una mejoría en materia de protección al comprador o si ello es relativo, lo anterior en el II Párrafo. Posteriormente, en la II Sección se realizará un estudio del ordenamiento jurídico interno francés, concretamente del Código Civil y del Código del Consumidor, en torno a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, el cual actualmente tiene transpuesta la Directiva 1999/44/CE109, con la finalidad de analizar los efectos normativos y jurídicos que tuvo de la manera en la cual se incluyeron las disposiciones de la Directiva en el Derecho doméstico, para tratar de concluir la conveniencia -o no- de un sistema dual, es decir, contar con regulación de corte uniforme por un lado, mientras que se mantiene el tratamiento clásico del Derecho Romano al mismo tiempo. Finalmente, después de efectuar los análisis propuestos, se concluye resaltando las bondades que aporta al desarrollo del Derecho para la protección del consumidor, la idea de uniformar las regulaciones sobre dicho tema, estudiando la posibilidad de instaurar en nuestro país una regulación similar, de acuerdo con las particularidades que tiene nuestro sistema jurídico y la realidad nacional. 109 Transposición efectuada por la ordenanza n°2005-136 de 17 de febrero de 200570 y luego una ley n°2006-406 de 5 de abril de 200671. Ver: BOUCARD Hélène, “La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea”, Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 1 de marzo de 2008, Consultado el 02 de agosto de 2015, Disponible en: www.refdugr.com, p. 25. 83 A lo largo del análisis propuesto, se empleará el método de estudio de Derecho Comparado, tal y como se anunció en la introducción al presente trabajo, con el objetivo de obtener el mayor provecho posible a la experiencia francesa en cuanto a la regulación y aplicación normativa. Por lo anterior, en la medida de lo posible y en lo conducente, se hará referencia a lo estudiado acerca de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en la regulación costarricense. 84 I Sección. El problema de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia y la iniciativa de La Unión Europea para uniformar la regulación en materia de protección al consumidor por medio del Derecho Comunitario. La deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos se refiere a un fenómeno jurídico que se da tanto en Costa Rica, tal y como se estudió en el capítulo anterior, como en Francia, lo cual se analizará de seguido en el I Párrafo de esta Sección. Pero antes, valga señalar qué se entiende por deformación. Al respecto, se sigue la tesis sostenida por el autor Paul COЁFFARD110, quien emplea dicha palabra para aludir a la problemática vivida en Francia a inicios del siglo XX, la cual consiste en el origen y reproducción de un criterio de interpretación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que no corresponde con dicha figura propiamente, el cual surgió por desarrollo jurisprudencial y ha sido reproducido en fallos subsiguientes. Dicha deformación se da justamente porque el criterio de interpretación jurisprudencial traslada elementos propios de la responsabilidad civil contractual a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, lo cual se estudiará más adelante. Por lo anterior, es importante ubicarse en la realidad francesa de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, porque es una situación semejante a la que actualmente vivimos en nuestro país, siendo que el desarrollo del Derecho francés después de este punto, representa novedad que aún no hemos pasado en Costa Rica, por lo cual se espera que la experiencia francesa sirva para valorar las posibilidades que existen, a fin de solventar dicha problemática en nuestro sistema jurídico. Por otro lado, no se puede perder de vista que en Francia, además del Derecho Interno que regula el saneamiento por vicios ocultos, también rigen regulaciones transpuestas que corresponden a Derecho Comunitario, emitidas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, con la finalidad de 110 COЁFFARD Paul, Op. cit. 85 establecer estándares de regulación dentro del territorio comunitario, brindando mayor seguridad jurídica para los países miembros y fomentando la cohesión entre estos. Para efectos de la presente investigación, se analizará específicamente la Directiva 1999/44/CE del 25 de mayo de 1999 sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bienes de consumo, pues innova la legislación existente en Francia sobre la protección al comprador, constituyendo una importante iniciativa para uniformar la regulación de dicho tema, mediante la creación e introducción de una nueva figura jurídica: la conformidad del bien con el contrato. Sobre la referida Directiva, se analizará críticamente si la técnica legislativa empleada por el parlamento comunitario fue la más apropiada en relación a las disposiciones establecidas y la finalidad de estas. Asimismo, se verá en qué consisten los cambios introducidos con esta Directiva, sus alcances y aportes en relación con la regulación existente en Francia, si el cambio que esta trae para la Unión Europea, realmente significa un avance y mayor protección al consumidor – comprador de los países miembros, específicamente al caso de Francia, o si ello más bien es relativo. Con base en lo anterior, se procurará determinar si los aspectos positivos resultantes del cambio normativo podrían emplearse en nuestro Derecho Interno para palear las debilidades que se identificaron en el capítulo anterior. 86 I Párrafo. La deformación normativa de la garantía redhibitoria por vicios ocultos como antecedente de los cambios introducidos por la Directiva en la realidad jurídica francesa La garantía redhibitoria por vicios ocultos corresponde a una figura jurídica completa e independiente, creada por los Ediles Curules en el Derecho Romano111, la cual fue incluida en el Derecho Civil costarricense y francés. Dicha garantía contempla una serie de factores, de los cuales nos interesa repasar los que son indispensables para la comprensión de dicha figura, para su diferenciación con otras y para su correcta aplicación, ya que son estos aspectos los que fueron afectados por la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos sufrida en Francia. Asimismo, debido a que dicha deformación de la garantía bajo estudio se dio por la transferencia de elementos pertenecientes a la responsabilidad civil contractual, el estudio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos se hará en relación y comparación con la responsabilidad civil referida, para exponer de una vez las razones por las cuales la deformación en cuestión resulta improcedente y contraria de Derecho, dando paso a la II Sección donde veremos un medio posible de introducir dichos cambios sin necesidad de deformar las figuras jurídicas existentes. Finalmente, se estudiará brevemente la diferencia entre la garantía redhibitoria por vicios ocultos y el concepto de entrega conforme que existía antes de la Directiva 1999/44/CE, pues como ya se verá, este último concepto cambia al establecerse de manera distinta en la Directiva. 111 Ello fue objeto de estudio anteriormente en este trabajo, para mayor abundamiento ver 4 y 11. 87 A. La distinción entre la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la responsabilidad civil contractual En cuanto a la problemática generada a partir de la deformación y confusión de la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la responsabilidad civil contractual, valga señalar que en Costa Rica el tema es más complejo debido a que dicha garantía no sólo se confunde con la responsabilidad civil mencionada, sino que también entran en juego otras figuras jurídicas, como por ejemplo la ejecución forzosa del contrato, el régimen de anulabilidad y el incumplimiento contractual, entre otras. Pero en el caso francés, la problemática se da únicamente en torno a la responsabilidad civil contractual, quizá porque su normativa es más completa y clara en cuanto al tratamiento de la garantía que nos ocupa, por lo que el margen de interpretación por parte de los juzgadores es relativamente menor. Por lo anterior, el estudio de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el sistema jurídico francés al momento de la deformación de esta figura, se hará en relación y comparación con la responsabilidad civil contractual. Valga recalcar que dicho estado de deformación que se expondrá, es el antecedente jurídico de los cambios introducidos al Derecho francés por la Directiva 1999/44/CE por lo que no se debe perder de vista que ello no corresponde a la realidad actual, ya que de esta nos ocuparemos más adelante. Para efectos de brindar mayor claridad y síntesis respecto de la deformación normativa de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, del estudio de esta y su diferenciación respecto de la responsabilidad civil contractual, a continuación se analizará en pequeños subtítulos que responden a los puntos claves por deslindar. 1. Obligación de medios vs obligación de resultado La garantía redhibitoria por vicios ocultos es una figura jurídica contractual que representa la obligación que pesa sobre el vendedor de entregar al 88 comprador la cosa objeto del contrato libre de vicios o defectos que la vuelvan impropia para su fin o uso normal. Partiendo de lo anterior, se ha dicho que se trata de una obligación de medios, pues el bien entregado al comprador debe servir para aquello a lo que este lo quiere destinar, según la expresión de su voluntad o según la vocación normal del objeto. Sin embargo, el vendedor no garantiza que efectivamente dicha cosa sea empleada para esos fines, pues ello dependerá del comprador. Es decir, el vendedor cumple cabalmente dicha obligación cuando entrega al comprador la cosa objeto del contrato y esta es útil para el uso previsto 112, pero no le corresponde asegurarse que realmente sea empleada para aquello, ya que puede ser que el comprador simplemente la compre y la guarde, o le dé otro uso que no estaba previsto. Debido a lo anterior, el vendedor asegura la aptitud de la cosa y su utilidad, lo cual corresponde al medio, más no garantiza que el bien sea empleado para los fines expresados por el comprador o para aquellos a los que está destinada a cumplir, lo cual sería un resultado. En contraposición con lo anterior, la responsabilidad civil contractual corresponde a la indemnización que debe, en este caso, el vendedor al comprador por incumplir los términos del contrato, es decir, en caso de incumplimiento de las obligaciones contractuales. Lo anterior deriva de la obligación que pesa sobre el vendedor de garantizar la consecución de la obligaciones pactadas por las partes, lo cual constituye una obligación de resultado. Así tenemos la primera importante diferencia entre ambas figuras jurídicas: la garantía redhibitoria por vicios ocultos es una obligación de medios, mientras que la responsabilidad civil contractual deviene de una obligación de resultado. Esta diferencia será clave para determinar el tema de la procedencia del pago de daños y perjuicios, lo cual se analizará después. 112 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 43. 89 A pesar de dicha diferencia trascendental, un elemento de la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia se da precisamente por catalogar la obligación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos como de resultado, obligando al vendedor a asegurar que la cosa sirva para el fin que se estableció en el contrato o para la vocación normal del bien cargando sobre el vendedor posibles daños o deterioros de la cosa que se den, posterior a la entrega, debido al uso inadecuado o incorrecto del bien, entre otros. Y lo más grave es, la presunción de mala fe que se genera en virtud de lo anterior, la cual da pie al cobro de daños y perjuicios. 2. Devolución del equilibrio al contrato vs indemnización de daños y perjuicios Las figuras bajo análisis también se diferencian en cuanto a la finalidad que persiguen, pues la garantía redhibitoria por vicios ocultos pretende devolver el equilibrio al contrato, ya que debido a la existencia de vicios o defectos ocultos la cosa adquirida por el comprador se vuelve impropia para cumplir con su destino, siendo que pretende únicamente que el vendedor corrija de algún modo la pérdida que ello le significa al comprador. Por otra parte, la responsabilidad civil contractual presupone, en este caso, un incumplimiento por parte del vendedor de las obligaciones contraídas en el negocio, siendo que como consecuencia de dicho incumplimiento, deberá pagar al comprador los daños y perjuicios ocasionados. Por lo que la finalidad de la responsabilidad civil contractual es propiamente indemnizatoria. Sin embargo, la diferencia expuesta también se desvanece con la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que se dio en Francia, pues esta pasa a tener fines indemnizatorios propios de la responsabilidad civil contractual, los cuales son incompatibles con su objetivo legal e histórico. Asimismo, se observa una fusión de ambas figuras en una sola, proveyendo al comprador y al consumidor de una nueva forma acceso a la justicia, pero en detrimento de la seguridad jurídica que las normas escritas y vigentes deben 90 otorgar a los ciudadanos, todo esto por medio de interpretación y aplicación jurisprudencial. 3. Indemnización de daños y perjuicios como consecuencia del dolo o como resultado inherente a la existencia de vicios ocultos. Retomando lo dicho en los dos subtítulos precedentes, la garantía redhibitoria por vicios ocultos es una obligación de medios, que pretende devolver el equilibrio económico al contrato. Como consecuencia de lo anterior, es el comprador quien debe probar la existencia de los vicios o defectos ocultos. Asimismo, en caso de que el comprador reclame el pago de los daños y perjuicios deberá probar además que existió mala fe del vendedor, es decir, el dolo del vendedor, que significa que el vendedor conocía los defectos o vicios presentes en la cosa y engañó al comprador vendiéndola como objeto libre de aquellos, ya que de lo contrario no procederá tal indemnización. En contraposición, la responsabilidad civil presupone la existencia de una obligación contractual de resultado que ha sido incumplida, por lo que su finalidad es indemnizar al comprador por los daños y perjuicios ocasionados por aquel incumplimiento, siendo que una vez comprobado el incumplimiento de dicha obligación, procederá la indemnización referida, por lo que opera una presunción del dolo o mala fe del vendedor, la cual resulta en la inversión de la carga de la prueba y en este caso le corresponderá al vendedor demostrar su buena fe mediante una causa excusable para que no proceda la condena al pago de daños y perjuicios. Con la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos se traslada la presunción de la mala fe o dolo del vendedor, correspondiente a la responsabilidad civil contractual, a dicha figura113 y consecuentemente, procede la condena al pago de daños y perjuicios, salvo que el vendedor demuestre una causa excusable de conformidad con la ley aplicable. 113 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 51-53. 91 Sobre el particular, valga señalar que se posiciona como una de las posibles causas de la deformación normativa vivida en Francia, ya que al crecer la categoría de “consumidor” y al desarrollarse compraventas de bienes muebles e inmuebles que significan un alto costo económico, parece injusto que el comprador no tenga derecho a una indemnización de los daños y perjuicios que dichos vicios le ocasionaron, existiendo en la normativa el obstáculo de procedencia únicamente cuando existió mala fe del vendedor, lo cual está sujeto a prueba a cargo del comprador. Ante dicha situación, el juzgador optó por emplear su poder de interpretación normativa para palear la problemática que se originaba al no coincidir la regulación normativa con la realidad jurídica que regula. Así, al trasladar elementos de responsabilidad civil contractual a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, el comprador o consumidor se ve beneficiado por contar con dicho criterio que la facilita la obtención de sus pretensiones, colocando la carga de la prueba sobre el vendedor y otorgando daños y perjuicios, cuando realmente no le corresponden a raíz de la existencia de los vicios ocultos; estos debían otorgarse solo si en el caso concreto podía demostrar la mala fe del vendedor. Dicha solución tomada por el juzgador resulta criticable porque no solo deforma la garantía redhibitoria por vicios ocultos, sino que además toma el lugar del legislador, creando nuevo Derecho, estableciendo acciones y consecuencias legales distintas a las instauradas en las normas, lo cual atenta contra los poderes del Estado. 4. Interés del plazo corto en la garantía redhibitoria por vicios ocultos frente al plazo largo de la responsabilidad civil. Finalmente, otra diferencia capital entre la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la responsabilidad civil contractual es que a la primera le corresponde un corto plazo de prescripción, destinado a liberar al vendedor de su 92 obligación114, por lo que el comprador debe apresurarse a comprobar que la cosa adquirida se encuentra en buen estado, libre de vicios o defectos ocultos, ya que de no ser así, deberá interponer la acción redhibitoria por vicios ocultos115. Pero la responsabilidad civil, por corresponder a un supuesto fáctico diverso, constituido por el incumplimiento de una obligación contractual a cargo del vendedor, el plazo de prescripción establecido es decenal, pues se desconoce en qué momento de la ejecución contractual será que el vendedor eventualmente incumpla, sobre todo para contratos de ejecución diferida o extendida a lo largo del tiempo, plazo cuya finalidad es que el comprador pueda ejercer algunas de las acciones a las que da lugar el incumplimiento contractual y se le indemnice como es debido por los daños y perjuicios ocasionados a raíz de dicho incumplimiento. Así, la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos por la contaminación de algunos elementos propios de la responsabilidad civil contractual reside en lo expuesto sobre los extremos indemnizatorios, pues el criterio de la jurisprudencia francesa fue crear un obligación de resultado para el vendedor, de la cual derive la presunción de mala fe o dolo del vendedor y se invierta la carga de la prueba, para que de esa forma en caso de vicios ocultos lo ordinario sea la procedencia del pago de daños y perjuicios en favor del comprador, salvo que este demuestre una causa excusable 116. Lo anterior, parece surgir cuando se empezaron a conocer casos donde el plazo correspondiente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos ya se encontraba prescrito, siendo que por ello la jurisprudencia aplica la otra figura que contempla un plazo mayor y procede a aplicar también la consecuencia indemnizatoria de aquella117. 114 Lo anterior corresponde al origen de dicha figura, pues como se estudió anteriormente, fue creada por los magistrados de los mercados romanos, siendo que el interés de la figura era crear seguridad jurídica para el vendedor. Ver página 11 de este trabajo. 115 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 57 116 Ibíd., p. 47-48 y 56. 117 Ibíd., p. 56-58. 93 B. La diferencia entre garantía redhibitoria por vicios ocultos y el concepto de entrega conforme antes de la Directiva 1999/44/CE. Debido a la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la doctrina discutió sobre varias figuras jurídicas que pudieran resolver el problema suscitado. De entre las opciones figuró el concepto de entrega conforme, como parte de la obligación de entrega que ha de cumplir el vendedor. Sin embargo, ello no dio mayores aportes pues a pesar de que ambas forman parte de las obligaciones del vendedor, se llegó a diferenciar las figuras partiendo de su esencia, concluyendo que se trataba de supuestos distintos. Así se consideró que la entrega, conforme se refería a la obligación del vendedor de entregar al comprador una cosa objeto del contrato que corresponda en sus cualidades con lo pactado entre las partes, es decir que no se entregue una cosa diferente: “aliud pro alio”, es decir, respondiendo a la pregunta: “conforme a qué”, que refiere a las especificaciones del bien respecto del contrato118. Mientras que en la garantía redhibitoria por vicios ocultos sí se ha entregado al comprador el bien convenido, pero por un defecto o vicio ocultos, este se vuelve inútil o inadecuado para el fin, al que normalmente está destinado o para aquel expresado por el comprador119, por lo que el defecto es funcional120. Sobre el particular se considera que no es necesario profundizar, ya que en la Directiva se contempla otro criterio de conformidad, por lo que este sólo servirá como punto de partida para analizar el establecido en la Directiva 1999/44/CE que corresponde a un criterio diferente y más amplio de conformidad del bien con el contrato, según se verá más adelante. 118 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 188-190. 119 Ibíd., p. 160. 120 Ibíd., p. 188-190. 94 Conclusiones del I Párrafo. Tomando en cuenta tanto la experiencia francesa como la costarricense, se observa que la garantía redhibitoria por vicios ocultos ha sido desnaturalizada o deformada por la jurisprudencia, en cada caso por razones semejantes, siendo lo relevante de esto el hecho que los operadores de justicia se han dado a la tarea de adaptar las normas jurídicas existentes para resolver los casos concretos bajo su conocimiento. Ante la situación de deformación de la garantía redhibitoria en Francia se concluye que a pesar de que la normativa es clara y suficiente para evitar confusiones o distorsiones de la norma, la realidad actual requiere nuevas soluciones, que correspondan a las prácticas mercantiles de hoy día. Por lo anterior, las regulaciones civilistas, provenientes del Derecho Romano a la larga no son ya suficientemente eficientes ni efectivas para regular los cambios que se han dado en los sujetos y objetos de las compraventas, siendo por ello relevante avanzar hacia normas innovadoras que puedan conciliar las diferencias existentes entre regulación y realidad, tal y como se verá en los apartados subsiguientes. 95 II Párrafo. La Directiva 1999/44/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea de 25 de mayo de 1999 como normativa de cambio en la regulación del Derecho de protección al consumidor En presencia de la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el sistema jurídico francés, entra a regir en La Unión Europea la Directiva 1999/44/CE, la cual contempla un régimen de protección mínima en materia de consumo para todos los países miembros, incluyendo a Francia, constituyendo una normativa uniforme del tema. La Directiva 1999/44/CE contempla criterios diferentes de los que se tenían en Francia para regular la materia de protección al consumidor, y es que el interés de estudiar dicha Directiva descansa en los siguientes temas: (A) Analizar si la técnica legislativa comunitaria, en cuanto al modelo de la regulación, fue la más apropiada para tutelar los derechos del consumidor. (B) Estudiar los cambios, aportes y avances que trajo la Directiva para Francia. (C) Analizar críticamente si dicha Directiva realmente significa un avance de la protección de los derechos del consumidor o si ello más bien es relativo. Con base en lo anterior, se analizarán los aspectos positivos que se identifiquen en la regulación que ofrece la Directiva y si estos podrían emplearse en Costa Rica de alguna manera a fin de palear las debilidades y problemáticas identificadas en el capítulo anterior en relación a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. A. El modelo inapropiado para proteger los derechos del consumidor contenido en la Directiva 1999/44/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea de 25 de mayo de 1999, sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bienes de consumo De los argumentos expuestos en la parte que considera la Directiva 1999/44/CE, se extrae que fue creada con la intención de unificar las regulaciones de los países miembros acerca de la garantías para el comprador 96 - consumidor, refiriendo también expresamente a los bienes de consumo 121; se justifica su iniciativa en la necesidad de establecer mínimos de protección dentro del territorio comunitario, para fortalecer la confianza de los compradores y fomentar el crecimiento del mercado comunitario interno122. Al parecer esta idea de uniformar la regulación nace del modelo establecido por medio de la Convención de Viena sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías123, pues dicha Convención ha sido una herramienta útil para desarrollar el comercio internacional y brindar mayor seguridad jurídica en los negocios que se llevan a cabo, procurando ofrecer métodos expeditos y eficaces para la tutela de los derechos de las partes sin perder de vista que la seguridad y celeridad del tráfico comercial impera en sus objetivos. Además, fue la Convención de Viena la que introdujo de manera generalizada y aceptada el concepto de “conformidad del bien con el contrato”, pues se encuentra ratificada y vigente por gran cantidad de países124. Sin embargo, un detalle importante de resaltar es que la Convención de Viena rige los contratos celebrados entre profesionales del comercio internacional, mientras que la Directiva que nos ocupa se encarga de regular las relaciones entre profesionales y consumidores correspondientes a contratos domésticos125. De ahí se identifica en la Directiva una debilidad, pues se inspira en un instrumento internacional donde priva el interés por la seguridad comercial nacido del célere movimiento mercantil, previendo plazos que tienen a ser cortos 121 Artículo 1 de la Directiva 1999/44/CE: Artículo 1.Ámbito de aplicación y definiciones. 1. La presente Directiva tiene por objeto aproximar las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados miembros sobre determinados aspectos de la venta y de las garantías de los bienes de consumo, con el fin de garantizar un nivel mínimo uniforme de protección de los consumidores en el marco del mercado interior. (…) 122 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 224-225. 123 Boucard Hélène. La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea. Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada. Fecha de publicación: 1 de marzo de 2008. Disponible en: www.refdugr.com. Consultado el 02 de agosto de 2015. P. 16 y 17. 124 Actualmente ochenta y tres Estados son parte de dicha Convención. Para mayor abundamiento consultar: http://www.uncitral.org/uncitral/es/uncitral_texts/sale_goods/1980CISG_status.html. 125 Op. cit. Boucard Hélène. P. 17. 97 para brindar seguridad al vendedor, en contraposición con la supuesta finalidad de la Directiva, que sería dotar de mínimos de protección al consumidor dentro de todo el territorio comunitario para que pueda hacer valer sus derechos de garantía. Y lo mismo sucede en relación con los sujetos destinatarios de la regulación normativa, pues en la Convención de Viena lo son los profesionales en el comercio (compradores y vendedores), en términos más parejos en cuanto a habitualidad, conocimiento o experticia sobre la actividad comercial y sobre las condiciones que deben presentar los bienes objeto de los contratos; mientras que en la Directiva 1999/44/CE los sujetos son por un lado los vendedores profesionales y por el otro los compradores ocasionales, es decir, compradores – consumidores, evidenciando disparidad de condiciones en cuento a conocimientos, experiencia y habilidades a la hora de realizar la compraventa, igual que para el momento de valorar las condiciones en que recibe el bien. Entonces, observamos que constituye otra debilidad de la Directiva tomar como modelo un instrumento jurídico que rige a sujetos distintos, de los que tenía por objetivo regular, lo anterior en el caso de que no adaptara adecuadamente las disposiciones de dicho modelo a las particularidades requeridas, lo cual comprobaremos de seguido conforme se estudian algunos preceptos de dicha Directiva. Sin embargo, se debe resaltar la iniciativa de la Unión Europea de uniformar las regulaciones en el tema de compraventas en materia de consumidor, partiendo de la Convención de Viena como modelo exitoso e eficiente en el tratamiento de dicho tema pero a nivel de Derecho Internacional. Lo anterior, máxime que el modelo de la Convención de Viena no solo ha logrado palear las deficiencias que se daban en el mercado internacional, sino que también ha introducido y consolidado en dicho ámbito una única figura para tratar las obligaciones del vendedor, facilitando la interpretación y aplicación cuando surgen casos concretos, todo ello de acuerdo a la exigencias de las compraventas en la actualidad. 98 B. Los cambios, avances y aportes de la Directiva 1999/44/CE analizados en relación con el derecho interno francés Para efectos del presente trabajo, también conviene estudiar tanto los aspectos ventajosos como aquellos que no lo son, introducidos por la Directiva 1999/44/CE en materia de regulación al consumidor. De entre ellos desataca el hecho de ocuparse como es debido de aclarar el concepto de varias palabras o figuras jurídicas, adecuándolas a su espíritu y finalidad. Asimismo, contempla un criterio amplio de conformidad del bien con el contrato, que pretende poner en un solo saco varios supuestos que normalmente en el derecho doméstico eran tratados mediante diferentes figuras jurídicas, lo cual facilita la interpretación de las faltas y la procedencia de las condenas en protección del consumidor. Aunado a lo anterior, establece con mayor claridad las acciones a las que da lugar la aplicación del criterio de falta de conformidad del bien con el contrato, y a quién le corresponde elegir cuál aplicar, de acuerdo con las disposiciones normativas al respecto. Sin embargo, dentro del abanico de cambios traídos por la Directiva 1999/44/CE, se identifica una problemática, en relación con los plazos que establece, los cuales se posicionan como obstáculo de protección al consumidor, siendo que estos más bien favorecen al vendedor en la liberación de su obligación. Así, con el afán de estudiar en mayor detalle los aspectos recién mencionados, se procederá a analizar cada uno de dichos cambios contenidos en la Directiva 1999/44/CE y en relación con el sistema jurídico francés, señalando los artículos que los establecen. 99 1. Brinda conceptos claves de manera expresa. La Directiva 1999/44/CE, en su artículo 1, inciso 2, detalla algunos conceptos importantes para el tratamiento de la protección al consumidor y del contenido mismo de la Directiva126, del cual se extraen las siguientes acotaciones: a. La directiva se dirige a las personas físicas que actúan como consumidores sin ser esta su actividad habitual, es decir, se excluye la protección de esta Directiva para los compradores profesionales. Sin embargo, por constituir esta Directiva únicamente los mínimos de regulación, no existe impedimento para que los países miembros regulen con mayor amplitud el tema si así lo quieren. Es decir, a la hora de transponer esta Directiva, los Estados miembros pudieron elegir si limitaban dicha transposición a la materia y sujetos establecidos en la esta; es decir, al consumidor no profesional, o bien, si extendían dicha transposición a los todo tipo de consumidor o comprador. En el caso francés, se optó por la primera opción, pero es un tema que se abordará más adelante. b. Establece que los “bienes de consumo” son bienes muebles corpóreos127, excluyendo de su objeto los bienes inmateriales o incorpóreos. Exceptúa de entre los “bienes de consumo”: (i) los bienes vendidos por autoridad 126 Artículo 1, inciso 2. A efectos de la presente Directiva se entenderá por: a) «consumidor»: toda persona física que, en los contratos a que se refiere la presente Directiva, actúa con fines que no entran en el marco de su actividad profesional; b) «bien de consumo»: cualquier bien mueble corpóreo, excepto los siguientes: — los bienes vendidos por la autoridad judicial tras un embargo u otro procedimiento, — el agua y el gas cuando no estén envasados para la venta en el volumen delimitado o en cantidades determinadas, — la electricidad; c) «vendedor»: cualquier persona física o jurídica que, mediante un contrato, vende bienes de consumo en el marco de su actividad profesional; d) «productor»: el fabricante de un bien de consumo, el importador de un bien de consumo en el territorio de la Comunidad o cualquier persona que se presente como productor indicando en el bien de consumo su nombre, su marca u otro signo distintivo; e) «garantía»: todo compromiso asumido por un vendedor o un productor respecto del consumidor, sin coste suplementario, de reembolsar el precio pagado por un bien de consumo, de sustituirlo, de repararlo o de ocuparse del modo que fuere del bien en caso de que no corresponda a las condiciones enunciadas en la declaración de garantía o en la publicidad correspondiente; f) «reparación»: en caso de falta de conformidad, poner el bien de consumo en un estado que sea conforme al contrato de venta. 127 Diccionario de la Real Academia Española. “corpóreo, a”. (Del lat. corporĕus).1. adj. Que tiene cuerpo o consistencia. 2. adj. Perteneciente o relativo al cuerpo o a su condición de tal. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=corp%C3%B3reo. Consultado el 02 de agosto de 2015. Por ejemplo, los bienes muebles e inmuebles. 100 judicial tras embargo u otro procedimiento, (ii) el agua y el gas cuando no estén envasados para la venta en el volumen delimitado o en cantidades determinadas, (iii) la electricidad. c. Conceptúa al vendedor que celebra un contrato de consumo como aquella persona que se dedica a ello como actividad habitual, es decir, se refiere al vendedor profesional y no al vendedor ocasional. d. Por “productor” entiende a aquella persona responsable por presentarse como productor según se indique su nombre, marca o signo distintivo en el bien de consumo. e. Respecto de la acepción de garantía no diferencia expresamente entre las garantías comerciales y las garantías legales128 en este apartado129, pero de la redacción de la norma se entiende que se trata de las garantías comerciales. Y la establece como aquella obligación del vendedor de reembolsar el precio, reparar, sustituir o adecuar de alguna manera posible el bien objeto del contrato a las condiciones pactadas por las partes, sin costo adicional alguno para el comprador. Además, amplía los alcances de la garantía, pues de acuerdo a ello, no se limita al contrato, sino que cubre tanto la declaración de garantía (comercial) como lo expresado en la publicidad. f. En cuanto al término «reparación», lo coloca de una vez como uno de los posibles resultados en caso de falta de conformidad, e indica que consiste en poner el bien de consumo en un estado que sea conforme al contrato de venta, concepto amplio de reparación que permite suponer que la Directiva1999/44/CE prioriza la finalidad de dotar al consumidorcomprador del bien que adquirió en razón de un contrato de compraventa, antes de resolver dicho contrato u optar por otra medida distinta. Asimismo, la Directiva abre la posibilidad, a discreción de los Estados miembros, de excluir de la categoría “bienes de consumo” aquellos bienes 128 La noción de garantía legal se refiere a la protección jurídica del comprador respecto a los defectos de los bienes adquiridos. Tal protección jurídica adquiere un carácter obligatorio en virtud de la ley y no depende del contrato. La Directiva establece, pues, el principio de la conformidad del bien adquirido. En cambio, en la noción de garantía comercial interviene la expresión de la voluntad de una persona, el garante, que se autorresponsabiliza de determinados defectos. Al respecto ver: http://eurlex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=URISERV:l32022&from=ES. 129 En el artículo 6 de la Directiva 1999/44/CE sí se regula lo relativo a la garantía comercial. 101 usados vendidos en feria en la que los consumidores pueda asistir personalmente130. E incluye dentro de dicha categoría de “bienes de consumo”, los bienes objeto de contratos de suministros, que se fabrican para ser vendidos como productos finales131. Las disposiciones de la Directiva 1999/44/CE recién comentadas, brindan un panorama general de lo que esta pretende. De una vez hace notar que la palabra “garantía” representa en esta nueva regulación sólo un pequeño aspecto de las obligaciones que tiene el vendedor para con el comprador; es decir, garantía en el sentido estrecho de la palabra, dejando ver que trae algo más grande para la proteger al consumidor, protección que no corresponde y que va más allá de la figura jurídica de garantía. En resumen, los conceptos contenidos en la Directiva sirven para delimitar su regulación en cuanto a los sujetos, tal y como se expuso en los apartados a y c, así como la delimitación en cuento al objeto: los bienes de consumo, lo cual representa un aporte a la seguridad jurídica que se requiere de dicha normativa. 2. Amplio concepto de conformidad del bien con el contrato y criterios establecidos para determinar dicha conformidad La técnica legislativa empleada en el Directiva 1999/44/CE, en su terminología, rompe por completo la forma en que se regula en el Derecho Interno de los países miembros, el tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, así como lo concerniente a la protección del consumidor-comprador; pues si bien en su parte considerativa refiere expresamente y en varias oportunidades a la acepción “saneamiento”132, lo cual apunta a la figura del 130 Artículo 1.3. de la Directiva. Los Estados miembros podrán establecer que los «bienes de consumo» no incluyan los bienes de segunda mano vendidos en una subasta en la que los consumidores puedan asistir personalmente a la venta. 4. Los contratos de suministro de bienes de consumo que hayan de fabricarse o producirse también se considerarán contratos de compraventa a efectos de la presente Directiva. 131 Artículo 1.4. de la Directiva. Los contratos de suministro de bienes de consumo que hayan de fabricarse o producirse también se considerarán contratos de compraventa a efectos de la presente Directiva. 132 CASTILLA BAREA, Margarita. La determinación de la “falta de conformidad” del bien con el contrato al tenor del Art. 2 de la Directiva 1999/44/C.E. del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de mayo, sobre determinados aspectos de la venta y las garantías de los bienes de consumo. Aranzadi civil: revista 102 saneamiento por vicios ocultos presente en el Código Civil francés, a la hora de estipular su articulado parece seguir el modelo de la Convención de Viena, tal y como se indicó antes, pues emplea la figura “conformidad de bien con el contrato” y “falta de conformidad del bien con el contrato”; estos conceptos que se posicionan como principios rectores de la regulación contenida en la Directiva 1999/44/CE, suprimen cualquier otra alusión a las figuras clásicas, heredadas del Derecho Romano, propiamente del Derecho Honorario de los Ediles Curules, como lo es la garantía redhibitoria por vicios ocultos, para sustituirlo por los principios señalados; estos son a partir de la emisión y vigencia de la Directiva, el criterio para atribuir alguna responsabilidad u obligación del vendedor frente al comprador, convirtiéndose de esa manera en una obligación del vendedor. Es con base en los criterios de conformidad establecidos en el numeral 2133 de la Directiva con los cuales se llega a determinar si existe y cuál es la responsabilidad del tradens134 frente al comprador. quincenal. Número 3. Año 2002. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=620192. Consultado el 02 de agosto de 2015. P. 4 y 5. 133 Artículo 2 de la Directiva. Conformidad con el contrato. 1. El vendedor estará obligado a entregar al consumidor un bien que sea conforme al contrato de compraventa. 2. Se presumirá que los bienes de consumo son conformes al contrato si: a) se ajustan a la descripción realizada por el vendedor y poseen las cualidades del bien que el vendedor haya presentado al consumidor en forma de muestra o modelo; b) son aptos para el uso especial requerido por el consumidor que éste haya puesto en conocimiento del vendedor en el momento de la celebración del contrato y éste haya admitido que el bien es apto para dicho uso; c) son aptos para los usos a que ordinariamente se destinen bienes del mismo tipo; d) presentan la calidad y las prestaciones habituales de un bien del mismo tipo que el consumidor puede fundadamente esperar, habida cuenta de la naturaleza del bien y, en su caso, de las declaraciones públicas sobre las características concretas de los bienes hechas por el vendedor, el productor o su representante, en particular en la publicidad o el etiquetado.3. Se considerará que no existe falta de conformidad a efectos del presente artículo si en el momento de la celebración del contrato el consumidor tenía conocimiento de este defecto o no podía fundadamente ignorarlo, o si la falta de conformidad tiene su origen en materiales suministrados por el consumidor. 4. El vendedor no quedará obligado por las declaraciones públicas contempladas en la letra d) del apartado 2 si demuestra:— que desconocía y no cabía razonablemente esperar que conociera la declaración en cuestión, — que dicha declaración había sido corregida en el momento de la celebración del contrato, o — que dicha declaración no pudo influir en la decisión de comprar el bien de consumo. 5. La falta de conformidad que resulte de una incorrecta instalación del bien de consumo se presumirá equiparable a la falta de conformidad del bien cuando la instalación esté incluida en el contrato de compraventa del bien y haya sido realizada por el vendedor o bajo su responsabilidad. Esta disposición también será aplicable cuando se trate de un bien cuya instalación esté previsto que sea realizada por el consumidor, sea éste quien lo instale y la instalación defectuosa se deba a un error en las instrucciones de instalación. 134 Transmitente, vendedor. 103 La obligación de la que venimos hablando135, centra su foco en la conformidad o falta de conformidad del bien entregado, entendiendo “conformidad” de manera amplia, concepto que recoge en esta obligación del vendedor todos los aspectos pertinentes del contrato: entrega, calidad, funcionamiento, correspondencia y demás elementos que debe presentar la cosa objeto del contrato según lo pactado por las partes. La concepción unitaria del defecto de conformidad es esencialmente funcional: concentra los diversos supuestos de hecho, los cuales entrañan consecuencias idénticas para el comprador y giran en torno a la inaptitud de la cosa para satisfacer el objetivo económico perseguido al realizar la compraventa. Es decir, es una figura enfocada en la consideración de la utilidad económica de la cosa136. Debido a lo anterior, se rompe la clásica regulación de las obligaciones del vendedor constituidas por la entrega, vicios ocultos, funcionamiento y demás, para sustituirla por una sola obligación que engloba todas estas. Asimismo, dicho concepto incluye el fundamento que normalmente les correspondía a figuras de derecho común, como lo son el incumplimiento contractual y la ejecución forzosa del contrato, entre otras, porque establece acciones que corresponden también a dichos supuestos. Sin embargo, se observa que la obligación de conformidad del bien con el contrato, más que una obligación de resultado, es una obligación de garantía, semejante a la acción edilicia de garantía redhibitoria por vicios ocultos, pues la presencia de un defecto de conformidad manifiesta siempre la inejecución del vendedor de su obligación de conformidad, sin que pueda oponer la excepción de caso fortuito a su origen137, lo cual corresponde a un rasgo característico de 135 Obligación que pesa sobre el vendedor de entregar al comprador un bien que se conforme con lo pactado en el contrato. 136 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 222-223. 137 Ibíd., p. 114. 104 la garantía redhibitoria por vicios ocultos, por lo que se puede concluir que dicha garantía siempre está presente en el concepto de conformidad138. Retomando el amplio criterio de conformidad contenido en la Directiva 1999/44/CE, se observa que esta da una definición de defecto de conformidad susceptible de abarcar todas las causas de insatisfacción del vendedor, que según las categorías del derecho positivo francés, constituyen un defecto de conformidad139 o un vicio oculto, incluyendo de esa manera la conformidad del bien con las especificaciones contractuales y la conformidad funcional del bien vendido. Tal y como se expuso, la concepción tradicional del defecto de conformidad, según el texto de la Directiva, se entiende siempre como un defecto de conformidad con el contrato; es decir, no lo limita a la obligación de entrega ni tampoco a la existencia de un vicio oculto, sino que refiere a una nueva acepción más amplia. Ejemplo de ello es la titulación presente en el artículo 2 de la Directiva140. 138 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 223. 139 Defecto de conformidad según la concepción positiva anterior a la Directiva, la cual parte de la obligación de entrega conforme que pesa sobre el vendedor. Es decir, que no se entregue cosa diversa y que efectivamente se cumpla con dicha entrega se realice según las especificaciones pactadas por las partes en cuanto al modo, tiempo y lugar. De acuerdo a dicha concepción de entrega conforme, el supuesto de hecho es totalmente diferente al que se emplea en la Directiva, pues se refería a la ausencia de entrega del bien, pues si ni siquiera se entregó este, ¿cómo sería posible determinar si cumplía o no con las condiciones negociadas entre las partes o con los mínimos esperados por el consumidor? En razón de ello, la falta de entrega no constituía una falta de conformidad, sino a un incumplimiento contractual. Igual sucede cuando la cosa se entrega de forma tardía, pues el problema surge en cuanto al acto de entrega y no en relación a la correspondencia de lo entregado respecto de lo pactado o esperado, siendo que la entrega tardía tampoco constituye un criterio de falta de conformidad del bien con el contrato. Por otro lado, también estaba fuera del criterio de conformidad la entrega de cosa diversa: “aliud pro alio”, pues acá se da una vulneración total de las condiciones y voluntad convenidas por las partes, ya que no se entrega una cosa que no cumple con las condiciones o características pactadas, sino que se entrega una cosa diferente de aquella que fue objeto del contrato, debido a que en este caso no podrían efectuarse la acciones a las que da lugar la falta de conformidad del bien con el contrato, pues materialmente no podría repararse la cosa, ya que no significa que esté dañada o que sea inadecuada, sino que es una cosa diferente, ni se podría sustituir (sustitución de la cosa por otra idéntica pero que no presente defectos de disconformidad con lo requerido), ya que más bien tendría que cambiar la cosa entregada que no corresponde con lo pactado en el contrato y entregar al comprador otra cosa que sí se adecúa a los requerimientos convenidos. 140 La titulación del artículo 2 de la Directiva 1999/44/CE es: “Conformidad con el contrato”. 105 Para determinar la conformidad del bien con el contrato se debe prestar atención a dos aspectos claves: (i) que cosa objeto del contrato presente las características que las partes han definido de común acuerdo, (ii) que la cosa objeto del contrato sea conforme con las características propias del bien, de acuerdo al uso habitual atendiendo a cosa semejante.141 El primero de dichos aspectos requiere que las mercaderías entregadas sean conformes con las especificaciones contractuales, a la cual se agrega la conformidad con el uso especial convenido con el vendedor, según la regulación clásica francesa, cuya contravención en el Derecho Interno francés era sancionada tanto sobre el fundamento de un incumplimiento de la obligación de entrega conforme, con la correspondiente responsabilidad civil contractual, como por la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Por lo anterior, se le criticaba la imprecisión de la regulación francesa142. Pero, la nueva figura de conformidad se aprecia por referirse al contrato y por consistir en una diferencia entre la cosa entregada y la prometida, de manera más simple y general, dando solución a varios supuestos con una misma figura y no al contrario. Así, dicho criterio que refiere a las especificaciones del contrato, consiste en la conformidad de la cosa con la descripción dada por el vendedor y también debe poseer las cualidades pretendidas a la hora de efectuar el negocio de compraventa. Para conocer esas especificaciones o cualidades hay que acudir a la muestra dada por el vendedor o a los documentos publicitarios 143 Esta solución contenida en la Directiva 1999/44/CE no era nueva para el derecho interno francés, porque ya se aplicaba para sancionar la no conformidad de la cosa (no conformidad en sentido clásico), como fundamento de la responsabilidad civil contractual y por incumplimiento de la obligación de entrega conforme144, que ampliaba las obligaciones de conformidad a aquellos contenidos en documentos publicitarios o a la muestra del vendedor. 141 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 215-215. 142 Ibíd., p. 216-217. 143 Ver el artículo 2.2. de la Directiva. 144 COЁFFARD Paul. Op. cit., p. 217. 106 Además de dichas especificaciones contractuales, la Directiva establece un estándar de cualidades, reglas supletorias de la voluntad de las partes en relación al deber del vendedor de entregar la cosa y que sea conforme al contrato. La regla es que la cosa debe ser conforme con las especificaciones del contrato, con el uso especial convenido con el vendedor, y en defecto, con el uso normal o habitual de cosas del mismo tipo145, este último punto para solventar el silencio de las partes constituye un medio supletorio de la voluntad. Como punto de partida de carácter general se tiene el apartado 2.1 de la Directiva, donde se establece la obligación, genérica si se quiere, de que el vendedor debe entregar al consumidor un bien que ha de ser conforme con el contrato de compraventa. Sobre el particular, valga recalcar que se trata de un amplio criterio de conformidad, que contempla tanto los supuestos de las acciones edilicias del Derecho Romano, tales como la garantía redhibitoria por vicios ocultos y la garantía estimatoria, así como algunas acciones de Derecho Común como por ejemplo el incumplimiento contractual y la responsabilidad civil contractual. Esta disposición refiere específicamente al caso en que las partes hayan suscrito un contrato donde se plasmó su voluntad, condiciones, particularidades y demás detalles –lo cual normalmente se hace en un documento- que permitan determinar si el bien es conforme al contrato o si por el contrario existe falta de conformidad, constituyendo así una manera amplia de tratar el incumplimiento del vendedor. Y de esa forma el régimen de saneamiento por vicios ocultos desaparece del sistema, sustituido por uno más extenso: la conformidad del bien con el contrato146. Dicho criterio, de conformidad con lo estipulado en la Directiva, no genera mayores problemas, pues empleando las disposiciones contractuales de las 145 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 216-217. 146 MARÍN LÓPEZ, Manuel J. “Las garantías en la venta de bienes de consumo en la Unión Europea. La Directiva 1999/44/CE y su incorporación en los Estados miembros”. Vda. de Luis Castrillo. 2004. Disponible en http://consumo-inc.gob.es/publicac/textos/32_LAS_GARANTIAS_BIENES_CONSUMO.pdf. Consultado el 30 de julio de 2014. 107 partes se podrá fácilmente observar si el bien reúne las condiciones y estado que se quería y esperaba desde el momento en que se celebró el contrato. Siendo que en estos casos bastará con recurrir al contrato para determinar la conformidad o falta de conformidad del bien con este instrumento. Sin embargo, en los casos en que haya ausencia de las condiciones y especificaciones relativas al bien, operarán los demás criterios estipulados en la Directiva1999/44/CE como mínimos y guía que se deben observar para realizar dicha determinación de conformidad, pues “la exposición de motivos de la Directiva dispone en su séptimo considerando que eso no basta para proteger al consumidor, cuando ninguna cláusula específica se convino. Entonces, el bien de consumo debe también respetar el umbral mínimo de conformidad, que son las expectativas legítimas del consumidor”147. Y pasando a estudiar los criterios de conformidad como mínimos establecidos en la Directiva 1999/44/CE, el inciso 2 del artículo 2 de la Directiva dice textualmente: “Se presumirá que los bienes de consumo son conformes al contrato si (…)”, expresión que da a entender que su contenido refiere a presupuestos de conformidad, pero no es cierto, pues la función de dicho artículo no es determinar cuándo hay (o no) conformidad del bien con el contrato, sino llenar de contenido aquellos contratos en los que las partes no hayan manifestado gran cosa o hayan callado frente a las condiciones, requisitos, voluntad y particularidades de la cosa objeto del contrato. Así, a pesar de la que la expresión citada supra hace pensar “que introduce una presunción legal, que afecta al reparto de la carga de la prueba acerca de la presencia de una falta de conformidad en el bien. Sin embargo, ello no es así. La presunción del artículo 2.2 de la Directiva en modo alguno contiene una norma relativa a la carga de la prueba sobre la falta de conformidad. No se trata de una presunción sobre la conformidad (o no) del bien al contrato, que indique quién tiene que probar los hechos de los que deriva la aplicación de los criterios legales. La carga de la prueba sobre la existencia del defecto no es regulada en 147 Boucard Hélene. Op. cit. P. 18. 108 este precepto, por lo que su régimen queda sometido a lo que disponga el derecho nacional de los Estados miembros”148. Por lo anterior, los apartados d y c del artículo 2.2 de la Directiva 1999/44/CE representan normas de carácter supletorio, acatando lo dispuesto en el considerando número 8149 de la Directiva misma, los cuales cobran relevancia solo en el caso de falta de convenio al respecto entre las partes, por lo que se consideran criterios objetivos. Y en lo atinente a los demás criterios de conformidad establecidos en dicho artículo, valga señalar que sólo podrán ser aplicables si existe un acuerdo entre las partes, por lo que únicamente cumplen la función de servir de fundamento para el supuesto de hecho alegado y de acuerdo las disposiciones del contrato, por lo que se consideran criterios subjetivos150. Además, el artículo 2.5 de la Directiva establece un supuesto especial de falta de conformidad del bien con el contrato, el cual es particular porque amplía el supuesto de hecho para la aplicación de dicho criterio, la extiende a la instalación del bien en distintos casos, procurando cubrir al consumidor que adquiere un bien y requiere de dicha instalación para poder ser aprovechada. Su letra fiel permite notar que ello se justifica cuando el tecnicismo requerido para la instalación sea de un grado de dificultad razonable, se requiere de instrucciones precisas y bien suministradas o bien, que el vendedor lleve a cabo dicha instalación. 148 MARÍN LÓPEZ, Manuel J. Op. cit. P. 95 y 96. Considerando 8 de la Directiva: Considerando que, con el fin de facilitar la aplicación del principio de la conformidad con el contrato, conviene introducir una presunción impugnable de conformidad con el contrato que abarque las situaciones más comunes; que esta presunción no limita el principio de libertad contractual de las partes; que, además, a falta de cláusulas contractuales concretas, así como cuando se aplique la cláusula de protección mínima, los elementos mencionados en la presunción podrán utilizarse para determinar la falta de conformidad de los bienes con el contrato; que la calidad y el rendimiento que el consumidor puede razonablemente esperar dependerá, entre otras cosas, de si los bienes son nuevos o usados; que los elementos mencionados en la presunción son acumulativos; que cuando por las circunstancias de cada caso un elemento particular sea manifiestamente inadecuado, seguirán siendo aplicables, sin embargo, los elementos restantes de la presunción; 150 MARÍN LÓPEZ, Manuel J. Op. cit. 97. 149 109 En este caso, el vendedor no se libera de sus obligaciones al entregar el bien conforme a lo pactado por las partes, sino ello sucede hasta que lleve a cabo la instalación para el comprador o bien, que el comprador instale el bien siguiendo las indicaciones que han de acompañar al bien. Lo anterior lleva implícita la obligación del vendedor de facilitar instrucciones precisas, correctas y adecuadas en los casos en que el comprador deba efectuar la referida instalación. Dicha ampliación de la falta de conformidad obedece a la inejecución de obligaciones secundarias, pues nótese que la instalación del bien o las indicaciones que este debe contener no son parte de la obligación de conformidad primaria, sino únicamente sirven para optimizar dicha obligación, pues se justifican en las razones económicas del contrato, ello se debe a la necesidad de que la inversión del comprador al adquirir la cosa tenga resultados positivos. Así, la falta de conformidad en estos casos no se da por contravención a la obligación de conformidad del bien con el contrato, sino por un incumplimiento de obligaciones distintas que se muestran por un deterioro de la cosa, o al menos significa una violación u obstáculo para su utilización, tema que antes de la Directiva 1999/44/CE era tratado en el Derecho francés como simple responsabilidad civil contractual.151 Finalmente, se puede concluir que a pesar de que en Francia se aplicaban algunas de las soluciones contenidas en la Directiva 1999/44/CE, estas estaban fundamentadas en criterios diversos, a los cuales en algunas ocasiones no les correspondía dar lugar a dichas soluciones152, generando el problema de atipicidad y el desarrollo jurisprudencial más allá de la normativa existente. 151 COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. LGDJ. 2003. Título II. Cap. I. P. 221. 152 Como por ejemplo cuando se podía aplicar la responsabilidad civil contractual o la garantía redhibitoria por vicios ocultos a un mismo supuesto de hecho, según lo estudiado anteriormente en este trabajo. 110 Debido a lo anterior, el aporte de la Directiva 1999/44/CE en cuanto a seguridad jurídica para el sistema francés es evidente y valioso, pues viene a formalizar los remedios que ya se hacían más que necesarios en la realidad, los cuales la jurisprudencia había tratado de incluir de alguna forma para dotar a los ciudadanos de la protección que requerían. 3. Tipicidad de las acciones a las que da lugar la aplicación del criterio de falta de conformidad del bien con el contrato. La Directiva presenta un importante aporte a la seguridad jurídica en materia de consumo, pues además de establecer un amplio criterio de conformidad del bien con el contrato, tal y como se estudió en el apartado precedente, igualmente establece un amplio criterio de falta de conformidad del bien con el contrato, indicando expresamente que se trata de cualquier falta de conformidad que exista al momento de la entrega del bien.153 La Directiva 1999/44/CE establece las acciones a las que da lugar la aplicación de la falta de conformidad del bien con el contrato, clasificándolas en dos: las ordinarias: reparación o sustitución del bien; las extraordinarias: reducción del precio o resolución contractual, según se verá de seguido. Sobre las acciones ordinarias, es importante recalcar que corresponden a la primera opción a aplicar en caso de que exista falta de conformidad del bien con el contrato. Un aspecto de suma relevancia es que la potestad de elegir cuál de estas opciones tomar le corresponde al consumidor; ello se considera atinado debido a que es este quien resulta perjudicado por la falta de conformidad del bien con el contrato. Así, es el consumidor quien le exige al vendedor que le sustituya el bien o lo repare, según sea su voluntad, por lo que el vendedor no puede imponerle al comprador cuál solución dar a la falta de conformidad del bien con el contrato. 153 Artículo 3.1 de la Directiva: Derechos del consumidor. El vendedor responderá ante el consumidor de cualquier falta de conformidad que exista en el momento de la entrega del bien 111 Dicha reparación o sustitución debe hacerla el vendedor sin que le signifique al comprador cargo alguno, salvo si se vuelve imposible o desproporcionado 154. De la misma manera, la norma expresa los lineamientos que servirán para determinar cuándo serán imposibles o desproporcionadas las acciones ordinarias para el saneamiento de la falta de conformidad del bien con el contrato, lo cual se fundamenta en el supuesto de que dichas acciones impliquen un alto costo para el vendedor, en comparación con otra forma de saneamiento, siendo que la acción no sería razonable. Para efectos de lo anterior, se considerará costo no razonable cuando se compare el valor del bien libre de defectos de conformidad con el importe de la reparación o sustitución de este, y resulte mayor el segundo rubro. Igual suerte correrá en caso de que resulte irrelevante la causa de falta de conformidad y cuando la acción de saneamiento alternativa pudiera realizarse sin causar mayores inconvenientes al comprador155. Dos puntos importantes de recalcar son: (i) la cuidadosa regulación que presenta la Directiva al tratar el tema de la reparación y sustitución, protegiendo los derechos del comprador-consumidor, pues establece que el plazo para realizar dichas acciones debe ser razonable y sin causarle mayores perjuicios al comprador; sin embargo dicha tutela no es integral y se presta a interpretaciones, pues en vez de fijar plazos para la realización de aquellas, según el tipo de bien o la gravedad del defecto de conformidad, únicamente contiene un parámetro para determinarlo: “la naturaleza de los bienes y la finalidad que los bienes tuvieran para el comprador”156. Y (ii) que la Directiva establece expresamente 154 Artículo 3.3 párrafo primero de la Directiva: En primer lugar, el consumidor podrá exigir al vendedor que repare el bien o que lo sustituya, en ambos casos sin cargo alguno, salvo que ello resulte imposible o desproporcionado. 155 Artículo 3.3 párrafo segundo de la Directiva: Se considerará desproporcionada toda forma de saneamiento que imponga al vendedor costes que, en comparación con la otra forma de saneamiento, no sean razonables, teniendo en cuenta: — el valor que tendría el bien si no hubiera falta de conformidad, — la relevancia de la falta de conformidad, y — si la forma de saneamiento alternativa pudiese realizarse sin inconvenientes mayores para el consumidor. 156 Artículo 3.3 párrafo tercero de la Directiva: Toda reparación o sustitución deberá llevarse a cabo en un plazo razonable y sin mayores inconvenientes para el consumidor, habida cuenta de la naturaleza de los bienes y de la finalidad que tuvieran los bienes para el consumidor. 112 que los gastos en que incurra necesariamente el vendedor para subsanar el defecto de conformidad, correrán a cargo de este, pues el comprador no deberá solventar ningún costo originado en dicha subsanación, refiriendo al pago de los gastos de envío, materiales y mano de obra a modo de ejemplo, pues emplea la palabra “especialmente”, lo cual indica que no se trata de una lista taxativa de gastos. Por su parte, las acciones extraordinarias, correspondientes al ajuste en el precio y resolución del contrato157, procederán únicamente en casos donde se vuelvan inapropiadas o imposibles las acciones ordinarias, así como en caso de que el vendedor incumpliera la obligación de saneamiento en un plazo razonable o si hubiere causado inconvenientes mayores al consumidor. Sin embargo, se reitera nuevamente la condición para que el consumidor alegue la falta de conformidad: que esta no sea leve o de escasa gravedad, pero sin estipular los criterios para determinar la gravedad de dicha falta158. Finalmente, después de todas las acciones que la Directiva contempla en favor del comprador, sean las ordinarias y las extraordinarias, también establece una acción en favor del vendedor y lo es en relación a las demás partes de la cadena de trasferencia del bien, como el productor o vendedor anterior 159, para que el vendedor que tuvo que responder por un defecto de falta de conformidad del bien con el contrato pueda reclamar a un tercero en caso de que dicha falta 157 Artículo 3.5 de la Directiva: El consumidor tendrá derecho a una reducción adecuada del precio o a la resolución del contrato:— si no puede exigir ni la reparación ni la sustitución, o — si el vendedor no hubiera llevado a cabo el saneamiento en un plazo razonable, o — si el vendedor no hubiera llevado a cabo el saneamiento sin mayores inconvenientes para el consumidor. 158 Artículo 3.6. de la Directiva: El consumidor no tendrá derecho a resolver el contrato si la falta de conformidad es de escasa importancia. 159 Artículo 4 de la Directiva: Artículo 4. Recursos. Cuando el vendedor final deba responder ante el consumidor por falta de conformidad resultante de una acción u omisión del productor, de un vendedor anterior perteneciente a la misma cadena contractual o de cualquier otro intermediario, el vendedor final podrá emprender acciones contra la persona responsable en la cadena contractual. La legislación nacional determinará quién es el responsable, o los responsables, contra los que podrá emprender acciones el vendedor final, así como las acciones y las condiciones de ejercicio correspondientes. 113 de conformidad estuviera presente o surgiera a cargo de algunos de los sujetos de la cadena comercial. Por otra parte, la garantía también dota al consumidor-comprador de un derecho de garantía en sentido estricto de la palabra, no como figura jurídica, sino como obligación especial que pactan entre las partes o que ofrece el vendedor y en este caso sería una obligación autoimpuesta. Dicha garantía se entiende como garantía comercial, porque es aquella extendida por el vendedor o en la publicidad. Sobre dicha garantía es importante resaltar que la norma establece una serie de requisitos que debe llenar, los cuales son importantes de fijar, pero no interesa tratarlos a profundidad en este trabajo. Sin embargo, lo que sí conviene resaltar es que la Directiva 1999/44/CE procura que prevalezca el derecho del consumidor-comprador por encima de las formalidades requeridas para la garantía, siendo que establece que el incumplimiento de estas no afectará la validez de aquella, pudiendo el comprador-consumidor exigir el cumplimiento de la garantía160. De esa manera, la Directiva 1999/44/CE establece las acciones que proceden en caso de falta de conformidad del bien con el contrato, y el orden de prelación entre estas, la garantía comercial y el requisito de que la falta presente en el bien no ha de ser de escasa importancia para que procedan las acciones estipuladas, aspectos generadores de seguridad jurídica. 160 Artículo 6 de la Directiva: Garantías. 1. La garantía comercial obligará a la persona que la ofrezca en las condiciones establecidas en el documento de garantía y en la correspondiente publicidad. 2. La garantía deberá: — declarar que el consumidor goza de derechos con arreglo a la legislación nacional aplicable que regula la venta de bienes de consumo y especificar que la garantía no afecta a los derechos que asisten al consumidor con arreglo a la misma; — indicar con claridad el contenido de la garantía y los elementos básicos para presentar reclamaciones en virtud de la misma, en particular su duración y alcance territorial, así como el nombre y dirección del garante. 3. A petición del consumidor, la garantía deberá figurar por escrito o en cualquier otro soporte duradero disponible que le sea accesible. 4. Los Estados miembros podrán, con arreglo a lo dispuesto en el Tratado, exigir que la garantía de los bienes comercializados en su territorio esté redactada en una o más lenguas de las que ellos determinen de entre las lenguas oficiales de la Comunidad. 5. En el caso de que una garantía infringiera los requisitos de los apartados 2, 3 o 4, ello no afectaría en ningún caso a su validez, pudiendo el consumidor en todo caso exigir su cumplimiento. 114 4. Problemática existente en la Directiva en relación a los plazos establecidos. Para dotar a los ciudadanos de una verdadera protección, adecuada y eficaz, no basta con establecer amplios criterios de conformidad y de falta de conformidad del bien con el contrato, ni tampoco es suficiente con estipular las acciones a las que dará lugar el quebranto de dichos criterios, sino que también se requiere contar con un plazo adecuado y bastante para poder ejercitar los derechos y acciones correspondientes. Pero los plazos establecidos en la Directiva 1999/44/CE representan una gran problemática, pues esta adopta el mismo plazo legal de la Convención de Viena, pero para sujetos e interés jurídico tutelado diverso. Así, en la Convención de Viena los sujetos contratantes son profesionales del comercio internacional, mientras que en la Directiva se trata de vendedores profesionales y consumidores, donde se evidencia un claro desequilibrio. Además, el interés jurídico que tutela la Convención de Viena es la seguridad del tráfico mercantil internacional, mientras que el interés jurídico en la Directiva es la protección de los derechos del consumidor como parte vulnerable en la relación de consumo. Así se observa que en la Convención de Viena el plazo apropiado debía ser lo suficientemente amplio para que un comprador experto pueda percatarse de que existe algún supuesto de falta de conformidad del bien con el contrato y a su vez lo suficientemente corto para que pueda liberar al vendedor en un tiempo razonable y así afianzar las relaciones comerciales. Pero, por el contrario, en la Directiva 1999/44/CE ese mismo plazo puede resultar más bien desventajoso para el consumidor, pues si bien en algunos países161 el plazo estipulado en la Directiva significa un avance en cuanto a protección porque cuadriplica el plazo que existía (por ejemplo el caso de Alemania); para otros países dicho plazo significa un retroceso pues la legislación interna era más protectora y contaba 161 Como por ejemplo Alemania. BOUCARD Hélène, “La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea”, Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 1 de marzo de 2008, Consultado el 02 de agosto de 2015, Disponible en: www.refdugr.com., p. 21. 115 con plazos mayores (como en el caso de Francia que se divide en 5 el plazo existente antes de la Directiva). Dicho plazo de prescripción se considera corto sobre todo en relación con bienes de consumo de carácter duradero, como por ejemplo los aparatos electrónicos, los desarrollos inmobiliarios, entre otros, siendo que está fijado en apenas dos años a partir de la entrega162, lo cual limita su utilidad, pues debería computarse a partir de que se tiene conocimiento de la falta de conformidad, o bien establecer un plazo mayor, pues los consumidores de este tipo de bienes encontrarán prescritos sus derechos en relación a la falta de conformidad del bien con el contrato en un breve plazo que, a la larga, le ha de resultar inapropiado e ineficiente en relación a la vida útil del bien. Por lo anterior, es criticable que la norma no considerare el criterio de vida útil de los bienes para establecer los plazos, pues deviene en poco práctico fijar un plazo tan corto y por igual tanto para bienes duraderos como para bienes no duraderos, siendo incomparable la vida útil de unos y otros163. Partiendo de lo expuesto, parece que la Directiva contiene un plazo muy corto de prescripción, que acarrea la preclusión del derecho del consumidorcomprador, y por estar en concordancia con la Convención de Viena podría decirse que el Derecho uniforme contempla la repartición del riesgo económico a favor del vendedor164. Al plazo de prescripción que nos ocupa únicamente le es oponible una excepción y esta en vez de ampliarlo se ocupa de brindar la posibilidad de 162 Artículo 5.1 párrafo segundo de la Directiva: El vendedor deberá responder de conformidad con el artículo 3 cuando la falta de conformidad se manifieste dentro de un plazo de dos años a partir de la entrega del bien. Si, con arreglo a la legislación nacional, los derechos previstos en el apartado 2 del artículo 3 están sujetos a un plazo de prescripción, éste no podrá ser inferior a dos años desde la entrega del bien. 163 BOUCARD Hélène, “La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea”, Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 1 de marzo de 2008, Consultado el 02 de agosto de 2015, Disponible en: www.refdugr.com., p. 21 164 Ibíd., p. 14. 116 reducirlo165, limitando esa reducción al término de un año, lo cual a su vez deja a discreción de los Estados, quienes se encargarán de decidir si contemplan esta norma o no la cual es aplicable solo para las compraventa de bienes de segunda mano. En cuanto al plazo de caducidad establecido en la Directiva, lo es de dos meses, pero contados a partir de que se tiene conocimiento de la falta de conformidad. Lo anterior entraña una mejor protección relativa al cómputo del plazo, en relación con el plazo de prescripción, pues resulta más beneficioso el primero que el segundo. Sin embargo, la Directiva 1999/44/CE abre la posibilidad de que los Estados miembros transpongan o no el plazo de caducidad, o que lo apliquen de manera distinta, encargando a la Comisión como órgano fiscalizador de controlar el efecto que las diferencias o la uniformidad tengan sobre el consumidor 166. Al respecto interesan los casos donde existe diferencia, pues un consumidor que compra en un estado que transpuso el plazo de caducidad y pertenece a un estado que no transpuso dicho plazo, estaría en desventaja ante el vendedor porque se encuentra fácilmente desposeído de los recursos que podría ejercer167. 165 Artículo 7.1 párrafo primero de la Directiva: Los Estados miembros podrán disponer que, tratándose de bienes de segunda mano, el vendedor y el consumidor podrán establecer cláusulas o acuerdos contractuales que fijen un plazo de responsabilidad por parte del vendedor menor que el establecido en el apartado 1 del artículo 5. Dicho plazo no podrá ser inferior a un año. 166 Artículo 5.2 de la Directiva: Los Estados miembros podrán disponer que el consumidor, para poder hacer valer sus derechos, deberá informar al vendedor de la falta de conformidad en el plazo de dos meses desde la fecha en que se percató de dicha falta de conformidad. Los Estados miembros informarán a la Comisión acerca de la forma en que apliquen lo dispuesto en el presente apartado. La Comisión controlará el efecto que sobre los consumidores y sobre el mercado interior tenga la existencia de esta opción otorgada a los Estados miembros. A más tardar el 7 de enero de 2003, la Comisión elaborará un informe sobre la aplicación del presente apartado por los Estados miembros. Dicho informe se publicará en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas. 167 BOUCARD Hélène, “La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea”, Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 1 de marzo de 2008, Consultado el 02 de agosto de 2015, Disponible en: www.refdugr.com., p. 20 117 Aunado a todo lo anterior, se dispone en la Directiva una presunción de falta de conformidad del bien con el contrato en favor del comprador, y consiste en dar por sentado que todas aquellas faltas de conformidad que se presenten dentro de un periodo de seis meses contados a partir de la entrega del bien, ya existían al momento de dicha entrega. Esta es una presunción “iuris tantum”, es decir, salvo prueba en contrario, la cual según la norma, versará sobre la incompatibilidad de la falta de conformidad alegada con la naturaleza de los bienes y/o con la índole de la falta168. La presunción referida trae consigo un tema probatorio, pues así la carga de la prueba la tiene el vendedor, quien deberá demostrar que la falta de conformidad del bien con el contrato no existía al momento de entregar el bien. Pero dicha presunción cubre un plazo determinado, que no es el de caducidad ni el de prescripción. El plazo de los seis meses fijados para la presunción que nos ocupa carece de fundamento de fondo, pues no evidencia originarse en una razón o finalidad determinada, pues más bien resulta antojadizo y no se entiende por qué no cubre el plazo de prescripción de dos años, ya que así sí brindaría la protección apropiada para el consumidor-comprador y no sería abusivo respecto del vendedor porque acepta prueba en contrario. C. Directiva 1999/44/CE: ¿avance o retroceso en la regulación francesa para la protección del consumidor? La Directiva 1999/44/CE comprende el tema de la compraventa de bienes de consumo, agrupando las distintas obligaciones que pesan sobre el vendedor en el acto de la entrega del bien al comprador, sea que tenga efecto inmediato, como por ejemplo la entrega en el lugar y fecha establecida, o prolongado como la garantía de evicción y redhibitoria por vicios ocultos, así como las obligaciones contractuales cuyo incumplimiento podría dar lugar a la ejecución forzosa del contrato o a la resolución por incumplimiento con derecho al pago de los daños 168 Artículo 5.3 de la Directiva: 3. Salvo prueba en contrario, se presumirá que las faltas de conformidad que se manifiesten en un período de seis meses a partir de la entrega del bien ya existían en esa fecha, salvo cuando esa presunción sea incompatible con la naturaleza de los bienes o la índole de la falta de conformidad. 118 y perjuicios, todo bajo una sólo figura jurídica: la conformidad del bien con el contrato o la falta de conformidad del bien con el contrato. Y al tratarse de una sola figura jurídica, las acciones a las que da lugar y los plazos para ejercer los derechos que de esta devienen se unifican, sea para bien o para mal. Lo anterior ha sido llamado por la doctrina: uniformidad del Derecho, que en el caso de la Unión Europea es doble, tanto porque trata todo el tema de las obligaciones del vendedor con un solo remedio y también porque busca igualar los mínimos de protección en las compraventas de bienes de consumo para todos los países miembros. Dicho método de uniformidad del Derecho mediante una sola figura jurídica se considera más práctico y eficiente, pues ya el sujeto de derecho no debe preocuparse porque su situación encaje dentro de algún tipo de obligación, o si está eligiendo la opción correcta cuando se está en un caso de difícil distinción, sino que tiene seguridad jurídica tanto de la figura que tutela sus derechos como de las acciones a las que tendrá derecho y los plazos para ejercer dichos derechos. Sin embargo, no se puede perder de vista las debilidades que tiene la Directiva 1999/44/CE, señaladas en los apartados precedentes, las cuales le restan perfección y representan un talón de Aquiles para la protección del consumidor, sobre todo el tema de los plazos establecidos los cuales más bien benefician al vendedor y no son adecuados para solventar las situaciones que surgen en la realidad. A pesar de lo anterior, habida cuenta de la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos existente en el sistema jurídico francés, antes de la entrada en vigencia o transposición en dicho país de la Directiva 1999/44/CE, la uniformidad del Derecho apuntada vino a solventar formalmente dicho problema, proveyendo de mayor seguridad jurídica a los ciudadanos de dicho país. Por otro lado, la misma Directiva significó para Francia una disminución en cuanto a la protección para el consumidor, específicamente en relación con los plazos de prescripción y caducidad, pues antes de la directiva el plazo de 119 caducidad para el saneamiento era aquel determinable por la costumbre del lugar y el plazo de prescripción era el de diez años169, por ejemplo. A pesar de superarse por medio de la Directiva 1999/44/CE la deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que existía, se crea por esta misma una disparidad normativa, originada en la posibilidad de que el consumidor pueda acudir a normas de Derecho Interno relativas a la responsabilidad civil contractual o extracontractual, pudiendo además crear o mantener en su Derecho Interno normativa que brinde mayor protección al consumidor, respetando y elevando los mínimos establecidos en la Directiva 170 tal y como sucede con la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Asimismo, se debe rescatar que la normativa de la Directiva 1999/44/CE, además de su alto rango, se posiciona como una norma de interés público, la cual resulta de aplicación obligatoria y cualquier pacto o convenio en contra de sus disposiciones no vincularán al consumidor, lo cual se entiende que se tendrán por no puestas. Dicha obligatoriedad de la normativa y la no vinculación para el comprador se regirá de acuerdo al Derecho interno de los países miembros171. 169 Artículo 1648, siguientes y concordantes del Código Civil, artículo L-110-4 del Código de Comercio. Artículo 8 de la Directiva: Derecho interno y protección mínima. 1. Los derechos conferidos por la presente Directiva se ejercerán sin perjuicio de otros derechos que pueda invocar el consumidor en virtud de otras normas nacionales relativas a la responsabilidad contractual o extracontractual. DISPARIDAD 2. Los Estados miembros podrán adoptar o mantener, en el ámbito regulado por la presente Directiva, disposiciones más exigentes, compatibles con el Tratado, para garantizar al consumidor un nivel de protección más elevado. 171 Artículo 7 de la Directiva: Obligatoriedad. Carácter imperativo de las disposiciones 1. Las cláusulas contractuales o los acuerdos celebrados con el vendedor, antes de que se indique a éste la falta de conformidad, que excluyan o limiten directa o indirectamente los derechos conferidos por la presente Directiva, no vincularán al consumidor, con arreglo a lo establecido en el Derecho nacional. 170 120 Conclusiones del II Párrafo Después de analizar algunos puntos clave de la Directiva 1999/44/CE, como iniciativa uniformadora del derecho relativo a las compraventas de bienes de consumo, la mayor ventaja identificada es la seguridad jurídica que brinda al establecer una sola figura jurídica que cubre todas las obligaciones del vendedor, bajo un amplio criterio de conformidad de bien con el contrato. Además de dicha tipicidad normativa amplia y eficaz para proteger al consumidor-comprador, el hecho de que la Directiva establezca claramente cuáles son las acciones que proceden en caso de existir falta de conformidad del bien con el contrato, su orden de prelación y el sujeto encargado de elegir cuál aplicar, ofrece mayor seguridad jurídica a los ciudadanos y también mejor protección para sus derechos, ya que asegura el medio por el cual los pueden hacer valer y lo que pueden esperar de ello. De esta manera, la presunción de falta de conformidad que rige por seis meses a partir de la entrega del bien, que invierte la carga probatoria y queda esta a cargo del vendedor, así como la extensión de lo prometido por el vendedor no solo a la muestra ni a la garantía comercial (en caso de que la hubiera), sino que también abarca lo ofrecido mediante publicidad, resultan medidas aptas para la efectiva protección de los derechos del consumidor. Dichas ventajas serían muy útiles de incluir en la normativa costarricense, pues al uniformar el Derecho se solventarían los problemas de inseguridad jurídica que tenemos ahora en nuestro país, tal y como se expuso en la primera mitad de este trabajo. Por otro lado, la Directiva 1999/44/CE en estudio, a su vez representa para Francia el origen de disparidad normativa, pues coexisten sus disposiciones uniformadoras junto con el régimen edilicio y demás normativa preexistente en dicho país, generando la concurrencia de dos regímenes: el tradicional de Derecho Común y el Derecho Honorario o Edilicio y Derecho Común por un lado, y el nuevo régimen de uniformidad del Derecho, partiendo del concepto de conformidad del bien con el contrato. Así, la Directiva viene a solventar un problema jurídico en Francia y a la vez crea otro. 121 Sin embargo dicho problema de disparidad normativa pudo evitarse al momento de transponer la directiva, optando por un régimen uniforme en definitiva, pero que no disminuyera la protección existente en el Derecho Interno, ya que esto es permitido por la misma Directiva; esta es clara al indicar que establece los mínimos de protección pero que los Estados miembros pueden ampliarla mientras se respeten las disposiciones de su texto, lo cual era la mejor opción para Francia. Valga decir que sobre este tema de disparidad normativa se volverá más adelante al estudiar el Derecho Interno francés. 122 II Sección. Regulación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Derecho Interno francés La Directiva del 25 de mayo de 1991, sobre determinados aspectos de la venta y las garantías en los bienes de consumo, recién estudiada en el aparatado precedente, fue transpuesta por Francia hasta el 1 de julio de 2004. Dicha transposición se dio por medio de la ordenanza n°2005-136 del 17 de febrero de 2005 y luego la ley n°2006-406 de 5 de abril de 2006172. Partiendo de lo establecido en la Directiva, y según se estudió en el II Párrafo, I Sección de este Capítulo, la regulación que contiene es de mínimos, por lo que los países miembros podían optar por ampliar la protección regulada en esta siempre y cuando se respetaran las disposiciones de dicha Directiva. Así, la transposición que de esta realizaran los Estados podía ser amplia, es decir, aplicar dicha normativa a todas las compraventas, o estrecha, limitándose únicamente a las compraventas de bienes de consumo173. Después de muchas discusiones y trabas, Francia transpuso la Directiva de forma estrecha, es decir, limitando su alcance al establecido en esta. Dicha transposición generó cambios normativos en el Código del Consumidor, donde se establecieron las disposiciones de la Directiva referida, incluyendo el concepto de “conformidad del bien con el contrato” como figura jurídica de Derecho uniforme. Pero el régimen de la garantía redhibitoria por vicios ocultos sobrevivió en el Código Civil, con el tratamiento tradicional de dicha figura jurídica, sobre la cual recayeron algunos cambios provenientes de la transposición. Así, conviene estudiar el régimen de la garantía redhibitoria por vicios ocultos que aún prevalece en Francia, analizando las afectaciones sufridas por la transposición de la Directiva, lo cual se abarcará en el I Párrafo de esta Sección, y también el régimen correspondiente al Derecho uniforme de la Directiva, donde priva el criterio de “conformidad del bien con el contrato”, 172 BOUCARD Hélène, “La Unificación Internacional del Derecho del Contrato de Compraventa y su irradiación Europea”, Revista Electrónica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 1 de marzo de 2008, Consultado el 02 de agosto de 2015, Disponible en: www.refdugr.com., p. 25 173 Ibíd., p. 25. 123 estudiando los efectos de la transposición sobre el ordenamiento jurídico francés, en el II Párrafo de la presente Sección, a fin de comparar las riquezas de uno y de otro, así como las ventajas de una u otra figura jurídica y la protección que ofrecen en materia de consumidor-comprador. Para efectos de obtener el mayor provecho posible de los estudios que se plantean, el análisis de los temas se hará empleando el método de Derecho Comparado entre la legislación francesa y la costarricense, por lo cual, cuando se considere conveniente, se hará referencia a la regulación que existe en Costa Rica así como a problemáticas evidenciadas en el primer capítulo de este trabajo. Lo anterior sin olvidar que necesariamente se hará referencia a la normativa comunitaria correspondiente a la Directiva 1999/44/CE, de la cual se hizo referencia en el apartado precedente, por constituir la iniciativa uniformadora de Derecho y el objeto de la transposición. 124 I Párrafo. Tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil francés con la transposición de la Directiva 1999/44/CE. La legislación francesa contiene regulación referente a las garantías para el comprador tanto en su Código Civil174, como en el Código del Consumidor175 y en el Código de Comercio176. En este apartado se estudiará la legislación civil y comercial que regulan la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Posteriormente, en el II Párrafo se tratará las disposiciones del Código del Consumidor. Antes de empezar a analizar la normativa referida, valga aclarar que en el Código Civil de dicho país no se utiliza la palabra garantía para referirse a la obligación que tiene el vendedor de entregar la cosa objeto del contrato libre de vicios ocultos que la hagan inadecuada para su uso normal, o que afecten su calidad en tal medida que el comprador no la habría adquirido si los conociera, siendo que la palabra que emplea dicho sistema jurídico es “saneamiento por vicios ocultos”, pero corresponde a la misma figura jurídica. Tal y como se estudiará a continuación, el régimen de saneamiento contenido en el Código Civil francés es extenso, en comparación con las regulaciones costarricenses al respecto, pues además concentra agrupadas bajo el Párrafo 2177, todos los artículos aplicables a dicho régimen, sin necesidad de echar mano a otras normas del Código. Además, valga resaltar que dicho régimen aplica para todo tipo de contratos de compraventa, sin excluir los contenidos en el Código del Consumidor, temas que se analizarán más adelante en este trabajo. Lo anterior en razón de que la Directiva 1999/44/CE establece que las disposiciones que contiene no afectará otro tipo de protección que tengan los países miembros, lo cual queda a discreción de estos al momento de efectuar la transposición de dicha Directiva. 174 Código Civil de Francia, versión consolidada del 25 de julio de 2015. Código del Consumidor. Francia. Versión consolidada del 01 de julio 2015. 176 Código de Comercio de Francia, versión consolidada del 19 de agosto de 2015. 177 Párrafo 2, del Título VI correspondiente a la venta, Capítulo IV dedicado a las obligaciones del vendedor, dentro de la Sección 3, todo, del Código Civil de Francia. 175 125 Finalmente, el Código de Comercio contiene cierta normativa que sirve de apoyo para delimitar algunos temas referentes a la garantía redhibitoria por vicios ocultos, como por ejemplo, la prescripción, lo cual se estudiará en los apartados subsiguientes. Así, en todo el análisis propuesto se empleará el método de estudio comparado, aprovechando las riquezas de la experiencia francesa, para relacionarlas con la realidad jurídica y fáctica de nuestro país, sin olvidar que necesariamente se hará referencia a la Directiva 1999/44/CE por ser la fuente objeto de transposición normativa. A. El régimen de saneamiento por vicios ocultos del Código Civil francés: un modelo ordenado y claro en su regulación. En Francia, la garantía redhibitoria por vicios ocultos se encuentra regulada en el Código Civil, versión consolidada del 25 de julio de 2015, dentro del Título VI correspondiente a la venta, Capítulo IV dedicado a las obligaciones del vendedor, dentro de la Sección 3 que se ocupa de la garantía y específicamente en el Párrafo 2, atinente propiamente al saneamiento por vicios ocultos. Debido a que Francia transpuso de forma estrecha la Directiva 1999/44/CE 178, incluyendo sus disposiciones en el Código del Consumidor como se verá más adelante, el régimen de la garantía redhibitoria por vicios ocultos se mantuvo casi incólume en el Código Civil, presentando solamente un cambio en la regulación del plazo de prescripción, tema que se tratará en este apartado con mayor detalle. Por lo anterior, dicha garantía aún tiene gran importancia para resolver los casos en que se presente un vicio oculto en la cosa objeto del contrato, y considerando que el tratamiento normativo existente en Costa Rica para dicho supuesto fáctico lo es también la garantía redhibitoria por vicios ocultos, valga estudiar la regulación francesa a continuación. 178 Al decir “estrecha” me refiero a los alcances que le dio Francia a la normativa transpuesta, pues tenía la opción de ampliarlos a todas la compraventas, por ejemplo, y no solo limitarlas a la materia de consumo como estrictamente indica la Directiva, siendo esta segunda posibilidad la elegida por Francia. 126 Como punto de partida para el régimen de saneamiento por vicios ocultos del Código Civil francés, se debe tomar el numeral 1625, pues es la regla general sobre las garantías que el vendedor le debe al comprador, el cual luego se ramifica en dos: (i) garantía en caso de evicción y (ii) garantía en caso de vicios ocultos. Artículo 1625. La garantía que el vendedor debe al comprador, tiene dos objetos: el primero es la posesión pacífica de la cosa vendida; el segundo, los vicios ocultos de esa cosa o los vicios redhibitorios. Dicho artículo refiere a que el vendedor tiene dos obligaciones de garantía frente al comprador y las separa para proceder a establecer cada régimen por separado, es decir, no deja duda respecto de que son dos obligaciones diferentes, que si bien son garantías, corresponden a supuestos de hecho diversos, a finalidades diferentes y por ende, a remedios legales propios y distintos. Esta distinción no es tan clara en el sistema jurídico costarricense, pues la normativa no se ocupa de separarlas, por lo que esta labor le ha correspondido a la jurisprudencia cuando se ocupa de la resolución de los casos. Empezando por el citado artículo, se encuentra la primer ventaja que ofrece el sistema regulatorio francés en el tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos frente al sistema costarricense, pues delimita adecuadamente el tema a tratar y las normas que forman parte de este, evitando cualquier confusión respecto de otras figuras jurídicas. Y para entrar a la regulación específica del saneamiento por defectos en la cosa vendida, se estudiarán los artículos que van del 161 al 1649 del Código Civil francés. 127 Así, en el numeral 1641179 se establece el concepto de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, o más bien, el saneamiento por vicios ocultos, destacando los elementos que dan lugar a dicho saneamiento: (i) que tales defectos hagan la cosa impropia para el uso al cual estaba destinada, o (ii) que disminuyan de tal manera dicho uso que el comprador no la hubiera adquirido o hubiera pagado un precio menor si los hubiera conocido. Es importante destacar que, tal y como se explicó en la introducción de la presente investigación, en la regulación francesa se evidencia con mayor claridad que la garantía estimatoria o quanti minoris es una subespecie de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, lo cual se denota en la última frase de dicho artículo: “o hubiera pagado un precio menor si los hubiera conocido”, pues la reducción en el precio es la el objetivo que persigue dicha subespecie de garantía. De seguido, en el artículo 1642180 expresa los casos en los que no corresponde aplicar el régimen que se estudia: (i) cuando los vicios sean aparentes, lo cual quiere decir que los vicios sean observables a simple vista o de fácil apreciación; y (ii) cuando el comprador pudo detectarlos por sí mismo, lo cual puede deberse a que el comprador tenga conocimientos o preparación especial que lo hagan capaz para comprender la existencia de tales vicios. Y lo anterior es otro aspecto que se extraña en la regulación patria, pues es totalmente omisa al respecto. Por su parte, el artículo 1642-1181 contempla una excepción a la norma que le precede, pues establece el plazo de un mes para que el comprador reclame 179 Artículo 1641 del Código Civil francés. El vendedor estará obligado al saneamiento en razón de los defectos ocultos de la cosa vendida que la hicieran impropia para el uso al cual estaba destinada, o que disminuyeran de tal manera dicho uso, que el comprador no la hubiera adquirido, o hubiera pagado un precio menor, si los hubiera conocido. 180 Artículo 1641 del Código Civil francés. El vendedor no estará obligado con respecto a los vicios aparentes y de los cuales el comprador pudo convencerse por sí mismo. 181 Artículo 1642-1 del Código Civil Francés. (introducido por la Ley n° 67-547 de 7 de julio de 1967, Diario Oficial de 9 de julio de 1967). El vendedor de un inmueble por construir no podrá ser liberado de su responsabilidad, ni antes de la recepción de los trabajos, ni a la expiración del plazo de un mes después de la toma de posesión por el comprador, por los vicios de construcción entonces aparentes. No habrá 128 por los vicios aparentes que existan en la cosa objeto del contrato, pero corresponde a un caso específico: a los inmuebles en construcción. Y los alcances de la regulación abarcan desde la recepción de las obras por parte del comprador, hasta el plazo de un mes después de dicho acto. Pero, limita la posibilidad de aplicar el régimen de saneamiento a cuando el vendedor no quiera o no se comprometa a reparar el vicio detectado. Frente a la norma recién analizada, debe señalarse que en nuestro país no contamos con una regulación similar, pues tal y como se trató anteriormente182la única norma que trata el tema de la garantía en obras de construcción, es limitada a cierto de tipo de obras y no a todas en general como en el caso francés, además de que no cubre los vicios aparentes, sino solo los ocultos. Además, el numeral 1643183 establece dos puntos de suma relevancia para el tema del saneamiento por vicios ocultos. El primero refiere al hecho que la obligación que tiene el vendedor frente al comprador de responder por los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato no puede excusarse ni relevarse aduciendo desconocer dichos vicios. El segundo tema a destacar es la pertenencia de dicha figura jurídica a las garantías naturales de los contratos184, pues resalta el hecho de que puede ser renunciada por las partes, pero caso contrario operará de pleno derecho. En cuanto a las acciones o consecuencias legales a las que da lugar el régimen de saneamiento francés, el artículo 1644185 establece que en los casos regulados por los numerales 1641 y 1643 antes estudiados, el comprador podrá elegir entre devolver la cosa y que le sea restituido el precio, o guardar la cosa y que se le restituya una parte del precio, que sea valorada por peritos. lugar a la resolución del contrato o a una disminución del precio si el vendedor se obligara a reparar el vicio. 182 Dicho tema es tratado en el artículo 1185 del Código Civil costarricense. Ver página 26 y siguientes de este trabajo. 183 Artículo 1643 del Código Civil francés. Será responsable de los vicios ocultos, incluso aunque los desconociera, a menos que, en ese caso, hubiera estipulado que no estará obligado a saneamiento alguno. 184 Sobre las garantías naturales al contrato, ver página 3 de este trabajo. 185 Artículo 1644 del Código Civil Francés. En los casos de los artículos 1641 y 1643, el comprador podrá elegir entre devolver la cosa y que le sea restituido el precio, o guardar la cosa y que se le restituya una parte del precio, que sea valorada por peritos. 129 Sobre dicho artículo, merece especial atención que la misma norma expresa que la facultad de elegir cuál de las acciones tomar corresponde al comprador, lo cual parece atinado considerando que es este el sujeto perjudicado por los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, sin dejar de lado que estipula cuáles son exactamente las opciones con que cuenta el comprador de los casos regulados en los numerales referidos en el artículo. Aspectos regulatorios que brindan seguridad jurídica a los destinatarios de Derecho y que se extrañan en la normativa costarricense. Asimismo y de mucho valor para evitar especulaciones y pretensiones exageradas, es la pauta expresa de que un perito deberá valorar la cosa objeto del contrato y los vicios que constan en esta para efectos de restituir el precio en todo o en parte, aspecto muy importante porque evita pretensiones exageradas y busca la verdadera restitución del equilibrio al contrato, pues en caso de que el vendedor tenga que pagar alguna suma de dinero, será la más equitativa posible de acuerdo con el criterio de un experto, lo cual constituye un aporte valioso del régimen francés. En cuanto al derecho al pago de daños y perjuicios, los cuales en Costa Rica proceden únicamente cuando existió dolo del vendedor186, el régimen francés otorga daños e intereses187, igualmente en caso de que el vendedor conociera los vicios presentes en la cosa, indicando además que en este caso la solución procedente es la restitución del precio que hubiera pagado el comprador, resolviendo el contrato. Y que en caso de que el vendedor desconociera los vicios ocultos, sólo quedará obligado a restituir el precio y a reembolsar al comprador los gastos ocasionados por la venta188. 186 Al respecto ver lo expuesto en las páginas 8 y 9, 39 y siguientes de este trabajo. Artículo 1645 del Código Civil francés. Si el vendedor conociera los vicios de la cosa, estará obligado, además de a la restitución del precio que hubiera recibido, a la indemnización por todos los daños e intereses al comprador. 188 Artículo 1646 del Código Civil francés. Si el vendedor ignorara los vicios de la cosa, sólo estará obligado a la restitución del precio y a rembolsar al comprador los gastos ocasionados por la venta. 187 130 De la misma forma, el artículo 1646-1189 establece disposiciones especiales relacionadas con la transferencia de riesgos, pues impone la obligación de garantía objeto de este trabajo, a aquellas personas que actúen como vendedoras en los negocios de compraventa de bienes inmuebles construidos o por construir, atribuyéndoles no sólo las responsabilidades del propietario, sino también las de los arquitectos, empresarios y otras personas vinculadas al propietario. Es así como la norma denota la intención de proteger al comprador proveyéndole garantía de parte de la persona con quien realiza el negocio, aquella que conoce y trata para efectos de la compraventa, pues de lo contrario sería realmente difícil para el comprador determinar cuál o cuáles otras personas estuvieron involucradas en la construcción del inmueble y contra quiénes debe dirigir sus pretensiones. Y además extiende dicha protección a los subsiguientes propietarios del inmueble. Sobre el particular, valga aclarar un tema de gran relevancia, que compete a las disposiciones de los artículos a los que refiere la norma en comentario, pues estos se ocupan de regular la contratación de obras y la industria, específicamente lo relativo al presupuesto y los mercados, normativa que se vio afectada por la transposición de la Directiva 1999/44/CE, en cuanto a los 189 Artículo 1646-1 del Código Civil francés. (introducido por la Ley nº 78-12 de 4 de enero de 1978, Diario Oficial de 5 de enero de 1978 en vigor el 1 de enero de 1979). El vendedor de un inmueble por construir adquirirá, a contar desde la recepción de los trabajos, las obligaciones a las que los arquitectos, empresarios y otras personas vinculadas al propietario de la obra por un contrato de alquiler de obra están obligados ellos mismos en aplicación de los artículos 1792, 1792-1, 1792-2 y 1792-3 del presente Código. Estas garantías beneficiarán a los propietarios sucesivos del inmueble. No habrá lugar a la resolución de la venta o a disminución del precio si el vendedor se obligara a reparar los daños definidos en los artículos 1792, 1792-1 y 1792-2 del presente código y a asumir la garantía prevista en el artículo1792-3. 131 alcances de la garantía190 y el plazo de esta191 establecido en dos años a partir de la recepción de la obra, los cuales siguen actualmente el modelo de Derecho uniforme contenido en dicha Directiva. Asimismo, es importante señalar que el numeral 1646-1 bajo análisis, contempla una excepción a la procedencia de las acciones derivadas de obligación de garantía impuesta al vendedor de bienes inmuebles construidos o por construir, relativas a la resolución de la venta o disminución del precio, la cual aplica en los casos donde el vendedor se compromete a reparar los daños definidos en los artículos a los refiere la norma, lo cual significa que para los supuestos en que resulte aplicable la garantía redhibitoria por vicios ocultos en un inmueble construido o por construir se dota al comprador de la acción de reparación a cargo del vendedor, siendo que únicamente en defecto de esta 192, procederán las acciones típicas de la garantía antes mencionadas. Además, el régimen de saneamiento francés se ocupa de la pérdida de la cosa por causa de vicios ocultos, tema que en nuestro derecho se encuentra regulado de forma general y no es solo aplicable al tema de vicios ocultos, sino también a otras figuras jurídicas193. 190 Artículo 1792-2 del Código Civil de Francia. (Ley nº 78-12 de 4 de enero de 1978 Diario Oficial de 5 de enero de 1978 en vigor el 1 de enero de 1979) (Orden nº 2005-658 de 8 de junio de 2005 art. 1 I, II Diario Oficial de 9 de junio de 2005). La presunción de responsabilidad establecida por el artículo 1792 se extiende igualmente a los daños que afectan a la solidez de los elementos del equipamiento de una obra, pero sólo cuando éstos forman indisociablemente un cuerpo con las obras de viabilidad, de cimentación, de estructura, de cerramiento o de cubierta. Se considera que un elemento de equipamiento forma indisociablemente un cuerpo con una de las obras de viabilidad, de cimentación, de estructura, de cerramiento o de cubierta cuando su desmontaje o su sustitución no pueden realizarse sin deterioro o retirada de material de la obra. 191 Artículo 1792-3 del Código Civil de Francia. (Ley nº 78-12 de 4 de enero de 1978 Diario Oficial de 5 de enero de 1978 en vigor el 1 de enero de 1979) (Orden nº 2005-658 de 8 de junio de 2005 art. 1 III Diario Oficial de 9 de junio de 2005)Los otros elementos de equipamiento de la obra serán objeto de una garantía de buen funcionamiento de una duración mínima de dos años a partir de su recepción. 192 En estos casos se entiende que no se da la acción de reparación cuando el vendedor no tenga voluntad de reparar, cuando dicha reparación resulte imposible o cuando se lleve a cabo sin rendir los frutos de satisfacción esperados por el comprador de acuerdo a la naturaleza del bien y de los vicios. 193 Artículo 1647 Código Civil francés. Si la cosa que tuviera vicios, hubiera perecido por causa de su mala calidad, la pérdida será a cargo del vendedor, que estará obligado con respecto al comprador a la restitución del precio, y otras compensaciones explicadas en los dos artículos precedentes. Pero si la pérdida se produjera por caso fortuito será por cuenta del comprador. 132 Otra cuestión regulada en el régimen de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia es lo atinente a la pérdida de la cosa, la cual según el artículo 1647194 estará a cargo del vendedor cuando dicha pérdida obedezca a la mala calidad de la cosa, originada en los vicios ocultos, dando lugar a la restitución del precio y otras acciones195 a cargo del vendedor respecto del comprador. De lo contrario, es decir, si la pérdida de la cosa se da por caso fortuito, o por culpa del comprador, dicha pérdida estará a cargo del comprador. Finalmente y de capital importancia, el tema de los plazos para ejercer la acción derivada de los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, del cual se ocupa el artículo 1648196, estipulando el plazo de prescripción en dos años a partir del descubrimiento del vicios y en el caso de inmuebles por construir lo fija en el plazo de un año después de vencido el plazo para ejercer las acción por vicios aparentes197. En relación con el plazo para ejercer las acciones atientes al saneamiento por vicios ocultos, observamos una importante diferencia respecto del sistema costarricense, pues el régimen francés establece plazos mucho más amplios frente a los nuestros, que son de tres meses en todos los casos, variando únicamente la fecha a partir de la cual se computa el plazo, ya que en el Código Civil empieza a correr desde la entrega del bien, mientras que en el Código de Comercio y en la Ley de Promoción y Defensa Efectiva del Consumidor se cuenta a partir de que se tuvo conocimiento del vicio oculto. Sin duda se considera más apropiado el plazo establecido por el sistema francés, porque brinda mayor protección al comprador otorgándole más tiempo para que detecte 194 Artículo 1647 del Código Civil francés. Si la cosa que tuviera vicios, hubiera perecido por causa de su mala calidad, la pérdida será a cargo del vendedor, que estará obligado con respecto al comprador a la restitución del precio, y otras compensaciones explicadas en los dos artículos precedentes. Pero si la pérdida se produjera por caso fortuito será por cuenta del comprador. 195 Las demás acciones que se pueden ejercer en dichos casos, son las establecidas en los artículos precedentes, los cuales tratan el tema de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 196 Artículo 1648 del Código Civil francés. La acción resultante de vicios ocultos debe ser llevada por el comprador dentro de los dos años a partir del descubrimiento del vicio. En el caso previsto en el artículo 1642-1, la acción debe ser presentada, bajo pena de exclusión, en el año siguiente a la fecha en que el vendedor puede ser descargado de defectos aparentes o falta de conformidad. 197 Modificación introducida por la Directiva 1999/44/CE, la cual se acaba de estudiar en el análisis del numeral 1646-1 del Código Civil francés. 133 el vicio oculto y pueda ejercer la acción, conque muchas veces el vicio oculto se manifiesta conforme se utiliza el bien, lo cual no siempre se da inmediatamente después de la adquisición de este. Sin embargo, dicho plazo para ejercer la acción de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia, antes de la transposición de la Directiva contaba con mayor duración, pues estaba determinado por el artículo L110-4 del Código de Comercio, y correspondía a diez años contados a partir de la entrega, es decir, se trataba de la prescripción ordinaria decenal. Lo anterior implicaba que el vendedor debía soportar su obligación de garantía por un extenso plazo, el cual tampoco se considera pertinente por tratarse de una garantía, que en términos jurídicos no se puede comparar con otras acciones, sobre todo por su finalidad, la cual no amerita tal extensión del plazo. Sin embargo, pasar de un plazo de prescripción de diez años a uno de dos es un cambio drástico para los compradores, aunado a que si bien dicho plazo de dos años es más amplio que el contemplado en Costa Rica, tampoco es adecuado para que el comprador pueda ejercer sus derechos, sobre todo en los casos de compraventa de bienes duraderos, donde el vicio oculto puede tardar en manifestarse o ser detectado, tema que se abordará con mayor detalle en el II Párrafo de este capítulo, al tratar las modificaciones introducidas en el Derecho francés por la transposición de la Directiva 1999/44/CE. Y para concluir, el régimen de saneamiento francés excluye de su aplicación las ventas efectuadas por autoridad judicial198, como por ejemplo los remates judiciales, lo cual contempla también el sistema costarricense pero no dentro del tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos. 198 Artículo 1649 del Código Civil francés. No tendrá lugar en las ventas efectuadas por la autoridad judicial. 134 Conclusiones del I Párrafo. La regulación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en el Código Civil de Francia existía cuando se emitió la Directiva 1999/44/CE, como régimen fuerte, completo y claro, tal y como se evidenció al estudiar su articulado, y después de esta ha continuado vigente en el ordenamiento jurídico francés, únicamente soportando la variación introducida en el plazo de prescripción que contemplaba anteriormente respecto del fijado a partir de la Directiva y su transposición en el país. El sistema estudiado protege al comprador insatisfecho por las condiciones que presenta el bien objeto del contrato, pero su regulación es tradicional, proveniente del sistema clásico del Derecho Romano, tratando únicamente un supuesto de insatisfacción: los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato. Similar protección tenemos en Costa Rica, basada en el mismo sistema clásico de Derecho Romano, pero presenta mayores deficiencias que aquellas propias de la figura jurídica y de la atemporalidad de las normas respecto de las situaciones fácticas de la realidad actual; por lo cual en caso de que en nuestro país se quiera mantener dicho régimen de protección al comprador, con base en la garantía redhibitoria por vicios ocultos, se hace verdaderamente necesario, en pro de la seguridad jurídica, enmendar los errores que presenta nuestra regulación, según se estudió en el primer capítulo de este trabajo, para arribar a un tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos más completo, que brinde seguridad jurídica sobre el tema, como lo hace con mayor eficiencia la regulación francesa, pero tomando en cuenta los yerros o debilidades de esta última al regular los plazos de prescripción para ejercer dicha garantía, con la intención de proveer a los destinatarios de Derecho de una protección más eficiente y adecuada de sus derechos. 135 II Párrafo. La regulación normativa de protección al consumidor en el Código del Consumidor de Francia: incidencias de la Directiva 1999/44/CE. Además del régimen de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia, recién estudiado, existe otro gran grupo de normativa que trata la garantía que le debe el vendedor al comprador por los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato y se encuentra concentrada en el Código del Consumidor, que se ocupa concretamente de las garantías entre sujetos profesionales o entre un vendedor profesional y un consumidor, correspondiente a la normativa transpuesta de la Directiva 1999/44/CE. Al respecto, es menester aclarar que por disposiciones de la Directiva y por así establecerse en la transposición de esta, dicha regulación no limita ni obstaculiza que el comprador, en este caso consumidor, elija recurrir a las normas del Código Civil para efectuar sus reclamos; por ello se crea regulación de carácter dual para el mismo supuesto fáctico: comprador insatisfecho con el bien entregado por el vendedor, para el cual no se establece ningún parámetro de prelación entre ambos regímenes: el clásico régimen edilicio, de herencia romana y de Derecho Común, presente en el Código Civil, y el novedoso régimen de Derecho uniforme contenido en el Código del Consumidor con ocasión de la transposición de la Directiva 1999/44/CE. Por lo anterior, cuando el comprador sea consumidor, podrá elegir cuál remedio ejercer, sea el establecido en uno u otro régimen, según le convenga. Debido a lo anterior, después de estudiar la regulación del Código del Consumidor, se verá la conveniencia de dicho sistema dual en la normativa francesa, respecto de la posibilidad de elegir un solo régimen para la regulación del tema abordado en el presente estudio. A. La regulación de Derecho uniforme presente en el Código del Consumidor de Francia: un modelo proveniente de la Directiva 1999/44/CE. Tal y como se ha venido mencionando en este capítulo, la transposición de la Directiva 1999/44/CE en Francia, se hizo de forma estrecha, limitada a la 136 compraventa de bienes de consumo, cuya normativa dispone que no afectará otras disposiciones de Derecho positivo de los Estados miembros para la protección de los derechos de los compradores, sean consumidores o no. Así, en el caso francés, fue el Código del Consumidor el destinatario de dicha trasposición normativa, precisamente en el Libro II, denominado “Los productos y servicios de cumplimiento y seguridad”, Título I: Cumplimiento, Capítulo I: Disposiciones Generales, de la Sección 1 a la Sección 6, que comprende los artículos que van del L211-1 al L211-23. Dicha regulación corresponde a aquella de carácter uniforme contemplada en la Directiva 1999/44/CE, la cual se estudió anteriormente en los puntos de interés. Por lo anterior y en aras de evitar reiteraciones innecesarias, a continuación veremos los mismos aspectos claves de dicha normativa en la transposición hecha en Francia, analizando las variaciones que ello trajo para el sistema jurídico de dicho país, sobre todo la introducción de un régimen diverso a la garantía redhibitoria por vicios ocultos pero que comparte el supuesto fáctico de esta, para analizar cuál de los dos resulta más beneficioso. 1. Brinda conceptos claves de manera expresa. En los numerales L211-1, L211-2 y L211-3, el Código del Consumidor presenta concordancia con las delimitaciones de la Directiva 1999/44/CE, según lo estudiado anteriormente199. El artículo L211-1200 se ocupa de definir el tipo de bienes objeto de la normativa de dicho Código, especificando que se trata de bienes muebles tangibles, su extensión a los bienes fabricados o producidos para venderse como producto final de consumo, y por interpretación a contrario sensu de su 199 Ver de la página 99 a la página 101 del presente trabajo. Artículo L211-1 del Código del Consumidor francés. Las disposiciones de este capítulo se aplican a los contratos de venta de bienes muebles tangibles. Se asimilarán a los contratos de ventas de contratos de suministro de bienes muebles fabricados o producidos. Las disposiciones de este capítulo se aplican al agua y el gas cuando se ponen en un volumen delimitado o en cantidades determinadas. 200 137 letra fiel se excluyen de los bienes de consumo el agua y el gas cuando no estén empacados en volúmenes o cantidades definidas. El Artículo L211-2201 se encarga de excluir también de la aplicación de esta normativa los bienes vendidos por autoridad judicial o en subasta pública, así como la electricidad. Y por su parte, el numeral L211-3202 se ocupa de delimitar los alcances de la normativa en cuanto a los sujetos destinatarios de esta. Acá se presenta una leve variación a lo dispuesto en la Directiva 1999/44/CE, pues establece que será por un lado el vendedor profesional y por el otro, tanto el comprador profesional como el comprador ocasional que actúa como consumidor, mientras que la Directiva referida no contempla a los compradores profesionales como sujetos de su normativa. Dicha variación une la normativa uniforme que inspiró a la misma Directiva 1999/44/CE, sea, La Convención de Viena sobre la compraventa internacional de mercaderías, que se ocupa de la compraventas entre sujetos profesionales únicamente, con lo dispuesto en la Directiva, la cual regula las compraventas entre vendedor profesional y consumidor, ampliando dicha regulación al transponerla, pero lo hace sin salir de los límites que corresponden a bienes de consumo, dejando fuera las compraventas civiles. Asimismo, el artículo en comentario también incluye como sujeto al productor o persona que figure como responsable de un producto de consumo, sea por su marca u otro distintivo, lo cual es acorde con la regulación de la Directiva 1999/44/CE. Sin embargo, establece otra variación importante, que refiere propiamente a la interacción de sujetos miembros de distintos países de la Unión 201 Artículo L211-2 del Código del Consumidor francés. Ellos no se aplicarán a los bienes vendidos por la autoridad judicial o los vendidos en subasta pública. No se aplican ya sea a la electricidad. 202 Artículo L211-3 del Código del Consumidor francés. En este capítulo se aplicará a las relaciones contractuales entre el vendedor actúe en ejercicio de su actividad y el comprador profesional o comercial que actúa como consumidor. A los efectos de este capítulo, el fabricante está produciendo un activo tangible, el importador de las mercancías en el territorio de la Comunidad Europea o cualquier persona que se presente como productor poniendo su nombre, su marca u otro signo distintivo. 138 Europea, previendo las relaciones del mercado interno de la comunidad; extiende la calificación de sujeto destinatario de las regulaciones estudiadas a los importadores de mercancías en el territorio de la Comunidad Europea, aspecto muy necesario a tomar en cuenta como país miembro que transpone la Directiva. Así se evidencia la correspondencia entre la Directiva 1999/44/CE y la normativa francesa resultado de la transposición, pues presenta pequeñas diferencias que obedecen a factores necesarios o de gran importancia para el ajuste de las regulaciones al Derecho Interno, sin extender y dar grandes aportes al régimen que esta contempla. 2. Amplio concepto de conformidad del bien con el contrato y criterios establecidos para determinar dicha conformidad. Sobre el concepto de “conformidad del bien con el contrato”, la transposición al consignar en el título de la sección 2 que se trata de la conformidad legal de la garantía203, limita los alcances de dicha figura a aquellos propios de la figura de garantía, contrariando el espíritu uniformador de la Directiva 1999/44/CE de poner bajo el concepto de “conformidad del bien con el contrato”, todas aquellas obligaciones del vendedor para con el comprador, pues al momento de transponer la normativa Francia interpreta dicha figura con los parámetros de antaño, afirmando que corresponde a una garantía, pero que esta emplea un criterio diferente, el de conformidad del bien con el contrato, sin reconocer el alcance de la nueva figura. En el artículo L211-4204 trata de forma resumida los aspectos que debe cubrir la conformidad del bien con el contrato, es decir, que se ajuste a las condiciones pactadas por las partes, estableciendo de una vez que el vendedor será 203 Libro II, denominado “Los productos y servicios de cumplimiento y seguridad”, Título I: cumplimiento, Capítulo I: Disposiciones Generales, Sección 2. (Artículos L211-4 a L211-14) 204 Artículo L211-4. El vendedor debe entregar la mercancía de conformidad con el contrato y responsable de los defectos de la conformidad existentes a la entrega. También se ocupa de la falta de conformidad que resulte de su embalaje, instrucciones para su montaje o instalación cuando se le puso en el contrato o se llevó a cabo bajo su responsabilidad. 139 responsable por los defectos relativos a la conformidad presentes al momento de la entrega. E indica que dicha conformidad se extiende a aspectos de embalaje, instrucciones de montaje o instalación o cuando dichos actos los llevó a cabo el vendedor bajo su responsabilidad. Estas disposiciones finales se refieren a un tipo especial de falta de conformidad, que cubre las obligaciones accesorias que no son propiamente falta de conformidad del bien con el contrato, según se estudió, cuando se analizó a normativa de la Directiva 205. Posteriormente, mediante el artículo L211-5 el Código del Consumidor se ocupa de definir expresamente los puntos claves con que debe cumplir el producto o bien objeto del contrato, lo cual evidentemente corresponde a los criterios establecidos en la Directiva 1999/44/CE para definir si el bien es o no conforme con el contrato. Dicha norma reza: Artículo L211-5 Para cumplir con el contrato, el producto debe: 1. Ser conveniente para el propósito general de una propiedad similar y, en su caso: - Reunir la descripción realizada por el comerciante y poseer las cualidades que ha presentado al comprador como muestra o modelo; - Las características que un comprador razonablemente podría esperar dadas las declaraciones públicas hechas por el vendedor, el productor o su representante, en particular en la publicidad o el etiquetado; 2. O tienen las características definidas de común acuerdo por las partes o ser apto para cualquier propósito particular para el cual el comprador hizo saber al vendedor y éste aceptó. De tal suerte, el punto número uno representa las cualidades o requisitos objetivos con que debe cumplir el bien, los cuales son estipulados en la Directiva 1999/44/CE, en caso de silencio de las partes al celebrar el negocio. Y en el punto número dos establece la obligación de que el bien cumpla las 205 Ver página 106 y 107 de este trabajo que refiere a este tema. 140 características contractuales, en caso de que las partes se hayan ocupado de definir estos aspectos. Pero la misma normativa estable una excepción a la garantía debida por el vendedor con fundamento en declaraciones públicas del productor o su representante, en concordancia con lo expresado en la Directiva 206, pero contemplando solo uno de los supuestos que comprenden la excepción: que el vendedor no sabía y no podía legítimamente saber de dichas declaraciones. Sin comprender los casos en que dichas declaraciones no podían influir en la decisión del comprador y los casos en los cuales las declaraciones fueron corregidas antes de celebrar el contrato207. Por otra parte, el Código del Consumidor presenta un requisito de legitimación para que el comprador puede ejercer los derechos derivados de la falta de conformidad del bien con el contrato: que el comprador no haya conocido del defecto a la hora de efectuar el contrato y que el defecto no provenga de los materiales que proporcionó el mismo comprador, pues de lo contrario, no tendrá derecho a exigir la conformidad del bien con el contrato208. Así se tiene que el Código del Consumidor disipa cualquier duda sobre la naturaleza jurídica que tendrá el concepto de “conformidad del bien con el contrato” en el ordenamiento jurídico francés, ya que intitula la Sección 2 expresamente con dicha palabra, lo cual es una diferencia respecto de la Directiva 1999/44/CE, que propone albergar en dicho concepto algo más que una garantía, un paquete de remedios ante el incumplimiento de las obligaciones del vendedor, lo cual no se denota de la normativa de transposición francesa. 206 Artículo L211-6 del Código del Consumidor francés. El vendedor no está obligado por las declaraciones públicas del productor o su representante si se demuestra que él no sabía, no era legítimamente no puede saber. 207 Artículo 2.4 de la Directiva 1999/44/CE. 208 Artículo L211-8 del Código del Consumidor. El comprador tiene derecho a exigir la conformidad del bien con el contrato. Sin embargo, no puede impugnar el cumplimiento invocando un defecto que conocía o no podía ignorar cuando se celebra el contrato. Esto se aplica incluso cuando la falta de conformidad tiene su origen en los materiales que él mismo ha proporcionado. 141 Además, el Código del Consumidor irrespeta las disposiciones de la garantía por no cumplir los mínimos allí establecidos cuando deja fuera dos de los supuestos de excepción a la obligación del vendedor de entregar el bien conforme al contrato, específicamente cuando los criterios de conformidad provengan de publicidad o declaraciones públicas del productor o su representante, pues priva al vendedor de alegar las otras dos opciones que dan lugar a la excepción de garantía contempladas en la Directiva, lo cual es un punto que tarde o temprano tendrá consecuencias para Francia. 3. Tipicidad de las acciones a las que da lugar la falta de conformidad del bien con el contrato Una vez ejercida la acción a la que da lugar la falta de conformidad del bien con el contrato, el Código del Consumidor establece las acciones a las que el consumidor-comprador tendrá derecho, las cuales concuerdan con lo establecido en la Directiva 1999/44/CE. Así, da lugar primero a la reparación y sustitución del bien, según elección del comprador, lo cual no procederá únicamente cuando sea imposible o desproporcionado para el vendedor209. En tal caso, procederá la devolución del precio pagado, lo cual la Directiva contempla como resolución del contrato, o la disminución en el precio, apuntando los criterios para determinar dicha desproporción210. Además, señala expresamente que dichas acciones no significarán costo alguno para el comprador, siendo que el vendedor debe asumir dicho costo, pero 209 Artículo L211-9 del Código del Consumidor. En caso de falta de conformidad, el comprador elige entre reparación y sustitución de las mercancías. Sin embargo, el vendedor no puede proceder de acuerdo con la elección del comprador si la elección implica un coste manifiestamente desproporcionada en relación con los otros términos, dado el valor de la propiedad o la importancia del defecto. A continuación, es necesario hacer, en lo posible, de acuerdo con la otra modalidad distinta a elegida por el comprador. 210 Artículo L211-10 del Código del Consumidor. Si es imposible la reparación y el reemplazo, el comprador puede reparar y obtener la devolución del precio o de mantener la propiedad y al retorno de una parte del precio. La misma opción está abierta para él: 1. Si la solución solicitada, propuesto o acordado en virtud del artículo L. 211-9 se puede implementar en el plazo de un mes después de la reclamación por parte del comprador; 2. O si esa solución no puede ser sin grave inconveniente para el comprador, dada la naturaleza de la propiedad y el uso del bien previsto por el comprador. La cancelación de la venta no puede sin embargo ser ordenada si la falta de conformidad es de menor importancia. 142 sin indicar a cuáles costos se refiere, si son solo los necesarios o también incluye otros extra, lo cual establece en el numeral L211-11 del Código del Consumidor211. Sin embargo, lo más preocupante de dicho artículo es que establece la posibilidad de cobrar daños e intereses, pues indica que el ejercicio de las acciones para solventar la falta de conformidad no son opuestas o excluyentes respecto del cobro de dichos rubros, lo cual no se contempla en la Directiva 1999/44/CE, pues esta más bien trata de devolver el equilibrio económico al contrato, sin fines indemnizatorios, y además se extraña en la norma los criterios bajo los cuales procede tal cobro. Por su parte, el numeral L211-14 del Código del Consumidor212 establece los recursos que puede ejercer el vendedor sobre cualquiera de los sujetos involucrados en la cadena comercial del bien que presentó la falta de conformidad, lo cual establece que debe hacer según las disposiciones del Código Civil. Finalmente, dentro del tema de las acciones que puede ejercer el comprador de un bien que presenta falta de conformidad con el contrato, no se puede olvidar la garantía comercial que extiende el propio vendedor auto-obligándose a dar seguridad al comprador sobre varios aspectos. Su regulación está presente del artículo L211-15 al L211-16-1 del Código del Consumidor, y sigue las disposiciones de la Directiva 1999/44/CE al respecto, de entre las cuales se ha de rescatar que en caso de que la garantía comercial incumpla alguno de los requisitos de forma establecidos en la normativa no será por ello inválida, siendo que el comprador siempre podrá pedir su ejecución. Sin embargo, para este tema en específico, el Código del Consumidor en Francia agrega dos aspectos que no contempla la Directiva: (i) refiere que la 211 Artículo L211-11 del Código del Consumidor. La aplicación de las disposiciones de los artículos L. 2119 y L. 211-10 se lleva a cabo sin costo alguno para el comprador. Estas disposiciones no se oponen a la asignación de daños y perjuicios. 212 Artículo L211-14del Código del Consumidor. El derecho a la reparación puede ser ejercido por el vendedor final contra los vendedores sucesivos o corredores y productor del TPP, de acuerdo con los principios del Código Civil. 143 garantía comercial es independiente de la legal, y que en todo caso se ha de cumplir con esta última, indicando que no solo se trata de las obligaciones impuestas bajo el criterio de falta de conformidad del bien con el contrato según lo dispuesto en dicho Código, sino que también incluye como garantía legal a la garantía redhibitoria por vicios ocultos establecida en el Código Civil, según se estudió en el apartado precedente, dotando al consumidor-comprador de un sistema de protección dual213. (ii) el establecimiento de una multa por infracción a las disposiciones de la garantía comercial, fijando los máximos de dicha multa y remitiendo al numeral L141-2 para efectos del procedimiento. 4. Sobre los plazos establecidos Según se estudió anteriormente, la Directiva 1999/44/CE presenta una problemática respecto de los plazos de prescripción y caducidad, consistente en la corta duración del plazo de prescripción y la forma de su cómputo, frente al plazo de caducidad que se cuenta de forma más beneficiosa para el consumidorcomprador. Sobre el particular, debe recordarse que la Directiva dispuso que el plazo de caducidad podía ser o no transpuesto por los países miembros, dejando dicha decisión a su elección, lo cual generaba un problema de disparidad entre aquellos países que transpusieran dicho plazo y aquellos que no, cosa que afectaría al consumidor. Pues bien, Francia optó por no transponer dicho plazo de caducidad dispuesto en la Directiva, siendo que las regulaciones del Código del Consumidor no contemplan plazo de caducidad y refieren únicamente al plazo de prescripción, pero fija este último en el mismo lapso que la Directiva, es decir, sólo dos años214, lo cual se considera insuficiente e inapropiado para la 213 El consumidor-comprador tendrá opción tanto a ejercer las acciones contempladas en el Código del Consumidor, como las contempladas en la garantía redhibitoria por vicios ocultos del Código Civil, lo cual se ha denominado sistema dual. Esta opción no la tienen los compradores que no sean consumidores, pues no les resulta aplicable las disposiciones del Código del Consumidor. 214 Artículo L211-12 del Código del Consumidor. La acción resultante de la falta de conformidad prescribe en dos años después de la entrega de las mercancías. 144 protección del consumidor-comprador, sobre todo cuando se trata de bienes duraderos con un margen extenso de vida útil. Por otra parte, de igual forma que la Directiva 1999/44/CE, el Código del Consumidor estipula la presunción del falta de conformidad del bien con el contrato, la cual rige por el plazo de seis meses215, es decir, mantiene el plazo de presunción dispuesto por la Directiva, el cual como ya se había dicho cuando se analizó aquel, carece de fundamento y no brinda la protección apropiada al consumidor-comprador, sin olvidar que se trata de una presunción iuris tantum, es decir, admite prueba en contrario. Así, respecto de los plazos, Francia se favorece al no regular el plazo de caducidad para ejercer la acción de falta de conformidad del bien con el contrato, pues se ahorra los problemas que ello podría generar a raíz de posibles diferencias respecto de la regulación de otros países miembros de la Unión Europea, sin embargo mantiene el corto plazo de prescripción y el infundado plazo de presunción, lo cual significa las mismas debilidades de la Directiva. Lo anterior con el agravante de que dicho plazo corto de dos años afectó también la normativa Civil, propiamente el numeral 1648 que se ocupa de la prescripción en materia de garantía redhibitoria por vicios ocultos. 5. Disposiciones especiales relativas a la transposición de la Directiva 1999/44/CE Para efectos de llevar a cabo la transposición de la Directiva 1999/44/CE, se establecen ciertos parámetros que servirán para aplicar la normativa introducida en el Derecho Interno francés, las cuales se analizarán a continuación. 215 Artículo L211-7 del Código del Consumidor. Se presume la falta de conformidad que se manifiesten en los seis meses desde la entrega de los bienes que han existido en el momento de la entrega, salvo prueba en contrario. El vendedor puede refutar esta presunción si no es compatible con la naturaleza del bien o el defecto invocado cumplimiento. 145 De gran relevancia para los alcances y afectaciones de dicha normativa transpuesta para las regulaciones y protección existente para el consumidorcomprador, se tiene el numeral L211-13216 que establece la existencia del sistema dual, dejando vigente la garantía redhibitoria por vicios ocultos del Código Civil, pues indica que las disposiciones del Código del consumidor no privan, es decir, no excluyen la posibilidad de que el comprador pueda ejercer aquellas contempladas en la regulación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos del Código Civil, más no a la inversa, lo que significa que solo los compradores que son consumidores tienen acceso a dicho sistema dual, pero no aquellos compradores que no se enmarquen dentro de los supuesto de consumidor. Asimismo, el artículo L211-17217 establece el carácter imperativo de la normativa del Código, disponiendo que cualquier acuerdo contrario a la normativa de este capítulo se tendrá por no hecho. Finalmente, el Código prevé el alcance de la normativa en relación con los contratos regidos por las leyes de un Estado no miembro de la Unión Europea218, aclarando que la protección de la Transposición normativa en razón de la Directiva 1999/44/CE no será aplicable en dichos casos. 216 Artículo L211-13 del Código del Consumidor. Las disposiciones de esta sección no privan al comprador del derecho a interponer un recurso que resulta de los vicios redhibitorios como el resultado de los artículos 1641 a 1649 del Código Civil o cualquier otra acción de naturaleza contractual o extracontractual que dicho Código reconozca. 217 Artículo L211-17 del Código del Consumidor. Los acuerdos de renuncia o restringen directa o indirectamente los derechos resultantes de este capítulo, celebrados entre el vendedor y el comprador antes de que se ha hecho ninguna denuncia se considerará no escrita. 218 Artículo L211-18 del Código del Consumidor. Cuando la ley aplicable al contrato es la de un Estado no perteneciente a la Unión Europea, el consumidor puede ser privado de la protección ofrecida por las medidas adoptadas por un Estado miembro de la Unión Europea en el marco Directiva 1999/44 / CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de mayo de 1999, sobre determinados aspectos de la venta de bienes de consumo y las garantías, que son obligatorias cuando el contrato tiene un vínculo estrecho con el territorio de ese estado miembro. 146 Conclusiones del II Párrafo. Finalmente, al analizar la normativa resultado de la transposición de la Directiva 1999/44/CE en Francia, se observa que dicho país no mantuvo claramente la iniciativa de uniformar el Derecho contenida en la Directiva, pues al incluir sus disposiciones en el Derecho Interno introdujo varios aspectos específicos de la garantía, tratando la figura de conformidad del bien con el contrato únicamente como garantía, obstaculizando que esta resuelva otros aspectos de incumplimiento del vendedor; esta cuestión quizá obedeció a que la Directiva estableció un corto plazo de prescripción, lo cual es propio de las garantías y no de las figuras de incumplimiento contractual, cuyo plazo suele ser mayor. Sin embargo, en la mayoría de disposiciones el texto de la transposición respeta lo establecido en la Directiva y a pesar de que Francia optó por una transposición estrecha, se afectó el plazo de prescripción de la garantía redhibitoria por vicios ocultos contemplada en el Código Civil, lo cual no era necesario, pues como se vio anteriormente, se mantiene un sistema dual para el comprador-consumidor, siendo ello más bien una gran debilidad que se le critica a la normativa francesa, pues en vez de mantener la mayor protección que otorgaba al comprador mediante la garantía redhibitoria por vicios ocultos, bajó el plazo de prescripción disminuyendo dicha protección. Por lo anterior, la transposición de la Directiva en vez de significar un aumento de protección para el comprador francés, más bien trajo un perjuicio por disminuir tal plazo. Asimismo, aunque sí se transpuso el concepto de “conformidad del bien con el contrato”, al circunscribir este a la figura jurídica de garantía, no genera los mismos efectos que de no haberlo hecho así, pues afecta la forma en que se interpreta y ello hace que no corresponda exactamente a lo pretendido en la Directiva. Por lo anterior, el concepto de “conformidad del bien con el contrato” no trajo para Francia el avance hacia una figura jurídica más amplia que proceda a uniformar el derecho relativo a las compraventas de bienes de consumo, esto además deja abierta la opción de ejercerla junto con otras figuras del Derecho 147 común, las cuales resultan incompatibles en razón de su origen, esencia y finalidad. 148 Conclusiones del II Capítulo Frente a la situación jurídica de deformación de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Francia, la Directiva 1999/44/CE y su consecuente transposición obligatoria se posicionaba como una opción para solventar dicha problemática, avanzando hacia las nuevas tendencias en la regulación de la materia; estas obedecen a la evolución en materia contractual, tanto en lo respectivo a los sujetos como en relación al objeto de los contratos, con ello provee de protección adecuada a los compradores en el ambiente mercantil novedoso de la actualidad. Sin embargo, Francia tomó las disposiciones de la Directiva 1999/44/CE y en vez de sacarle el mayor provecho, limitó sus alcances, la interpretó de acuerdo a los viejos parámetros jurídicos y se privó a sí misma de un verdadero desarrollo del Derecho en materia de compraventa. Pues si bien incluyó en su Derecho Interno el concepto de “conformidad del bien con el contrato”, lo interpretó y reguló expresamente como una garantía, obstaculizando el avance pretendido en el Directiva de que dicha figura contuviera los remedios para distintos incumplimientos de las obligaciones del vendedor; es decir, que se sustituyeran varias figuras jurídicas por esta sola, evitando la necesidad de clasificar o encuadrar las situaciones de hecho en una de las opciones del Derecho, pues establece una solo para tal efecto; ello facilitaría su aplicación en pro de la protección al comprador. Y debido a lo anterior, la Directiva 1999/44/CE y la normativa transpuesta significan un avance parcial en el desarrollo del Derecho francés. Así, resulta criticable que Francia dejara ir la oportunidad de desarrollar y ajustar su Derecho Interno a la evolución del Derecho de compraventa, partiendo de la Convención de Viena y la Directiva 1999/44/CE. Por otro lado, en relación a la efectiva protección del consumidor, la transposición del plazo de prescripción de dos años previsto en la Directiva 1999/44/CE, en vez de representar una ampliación en la protección del consumidor, constituye un retroceso, pues en Francia se contemplaba el plazo 149 abierto y fijado por la costumbre del lugar para la prescripción de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, permitiendo que el comprador pudiera ejercer sus derechos en un plazo adecuado para que descubriera los vicios ocultos presentes en la cosa objeto del contrato, plazo que se vio reducido a dos después de la transposición de la Directiva, pues aunque se suponía que era estrecha, es decir, que solo afectaría la material del consumidor, innecesariamente se procedió a afectar dicho plazo contenido en el Código Civil, y con ello se perjudicaron los derechos de los consumidores. Dicho proceder podría obedecer al afán de no diferir en gran medida de las regulaciones que adoptarían los demás Estados miembros de la Unión Europea, lo cual justifica en cierta parte la decisión de decrecer la protección al comprador. Por último, la forma en la que Francia transpuso la Directiva 1999/44/CE generó la coexistencia de dos regímenes: el proveniente de la Directiva, que gira en torno al concepto de “conformidad del bien con el contrato”, y el tradicional de herencia romana, constituido por la garantía redhibitoria por vicios ocultos y el Derecho Común. Lo anterior con la particularidad de que dicha dualidad existe solo para los compradores-consumidores, no así para aquellos compradores de bienes no considerados de consumo. Dicho sistema dual se considera inapropiado porque ofrece dos remedios para un mismo supuesto de hecho, el cual consiste en la existencia de un vicio oculto en la cosa objeto del contrato, sin establecer parámetros de prelación entre ambos, siendo que es el comprador quien elige a cuál recurrir, según le convenga. Lo anteriormente expuesto genera problemas en torno a la tutela efectiva de los derechos, pues el comprador-consumidor tiene más opciones que aquel comprador no consumidor. Finalmente, es importante rescatar la adecuada regulación que tiene Francia al tratar la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la cual brinda la seguridad jurídica apropiada al comprador ya que se ocupa de todos los elementos requeridos para su aplicación, siendo que lo único criticable es el plazo de 150 prescripción pero por la afectación que tuvo como consecuencia de la transposición de la Directiva 1999/44/CE. 151 Conclusiones finales y recomendaciones Partiendo de la realidad jurídica de Costa Rica en el tratamiento de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, la cual, debido a la regulación diferenciada de dicha figura en los distintos cuerpos normativos, así como lo incompleta y atípica que resulta dicha normativa, aspectos coadyuvantes que aunados a la atemporalidad de las normas en relación con la realidad que regulan, generan la problemática existente para la aplicación de dicha garantía por parte de los juzgadores; ello transforma tanto el panorama normativo de dicha garantía como los resultados de su aplicación en un asunto inevitablemente de inseguridad jurídica para los sujetos destinatarios de las normas, lo cual constituye una realidad indeseada para nuestro país, que es menester resolver. Para efectos de lo anterior, y tomando en cuenta la experiencia francesa en la regulación de dicha figura, así como en la implementación del concepto “conformidad del bien con el contrato” como figura que responde a las exigencias de la realidad actual en materia de compraventa, pueden concluirse los posibles escenarios viables para que en Costa Rica se resuelvan las debilidades normativas y los problemas de inseguridad jurídica existentes en torno a la garantía redhibitoria por vicios ocultos. Así, una opción posible es corregir la regulación que actualmente se tiene de la garantía redhibitoria por vicios ocultos, igualándola en todos los cuerpos normativos que la traten, principalmente en pro de la seguridad jurídica, mediante la regulación integral y agrupada de todos los elementos atinentes a dicha figura, lo cual redundaría en facilidad para su aplicación por parte de los operadores de justicia. Para lograr lo recién expuesto, el modelo francés sería de gran ayuda, pues establece con atino todos los aspectos que corresponden a la correcta normativización de dicha figura jurídica, siendo únicamente necesario recordar las debilidades de dicho régimen francés, en cuanto al corto plazo de prescripción que contempla hoy día, el cual se recomienda establecer en cuatro años en lugar de dos, para dotar al comprador de verdadera y adecuada 152 protección, siguiendo el plazo de prescripción general establecido en nuestro Código de Comercio. La otra posibilidad para Costa Rica, es introducir la figura de “conformidad del bien con el contrato” en nuestro ordenamiento jurídico, para así avanzar de acuerdo con las nuevas corrientes del Derecho, siguiendo el ejemplo de la Convención de Viena y la Directiva 1999/44/CE, lo cual no solo serviría para solventar las diferencias regulatorias existentes en nuestro país, sino que también nos alinearía con las regulaciones internacionales modernas, lo cual brindaría seguridad jurídica a cualquier comprador nacional o internacional. En todo caso, tomando en cuenta lo sucedido en Francia, es primordial no solo lograr elegir el sistema de regulación de los remedios que ha de tener el comprador insatisfecho frente al vendedor en materia de compraventa, sino que también se debe tomar conciencia de la importancia de establecer un único régimen, sea el tradicional, de herencia romana, correspondiente a la garantía redhibitoria por vicios ocultos y las demás figuras del Derecho Común, o bien, el novedoso régimen uniformador del Derecho, el cual tiene como base la figura de “conformidad del bien con el contrato” como presupuesto jurídico único frente a dicha insatisfacción del comprador. Lo anterior, ya que de lo contrario se caería en un régimen dual de regulación de los mismos supuestos fácticos, lo cual crea protección tan complicada para el comprador, que dificulta conseguir realmente dicha protección por los múltiples remedios previstos, como en el caso de Francia. Finalmente, considerando todo el proceso requerido para poder ejecutar alguno de los dos cambios posibles para solventar las debilidades normativas y los problemas de seguridad jurídica de la garantía redhibitoria por vicios ocultos en Costa Rica, la recomendación corresponde a optar por la segunda opción planteada, pues la figura de “conformidad del bien con el contrato” entraña mayor facilidad para su aplicación, por significar un régimen concentrado de las obligaciones del vendedor frente al comprador; este es un aspecto generador de seguridad jurídica para el comprador, pues no debe preocuparse por cuál garantía o incumplimiento alegar, sino que siempre se tratará de falta de conformidad del bien con el contrato; al igual que el vendedor sabe de antemano 153 que se obliga a entregar al comprador un bien conforme, siendo claras y determinadas los casos en que queda liberado o en que se exceptúa dicha obligación. Únicamente en cuanto al plazo de prescripción, se recomienda hacer una pequeña variación respecto del contemplado en la Convención de Viena y la Directiva 1999/44/CE, para establecerlo en cuatro años en lugar de dos, pues se considera que cuatro años son apropiados para que el comprador de bienes duraderos que normalmente tienen alto valor económico, pueda descubrir los defectos de conformidad y hacer valer sus derechos, y al mismo tiempo no es tan extenso como para tener atado al vendedor a una obligación de conformidad. Además, la introducción del concepto de “conformidad del bien con el contrato” se recomienda realizarla para la aplicación en toda compraventa, sin importar la materia, y no sólo aquellas de bienes de consumo, para disminuir obstáculos originados por la naturaleza de los bienes para la aplicación de la figura referida. Así, nuestro país lograría una verdadera evolución del Derecho en materia de remedios debidos por el vendedor al comprador insatisfecho, en respeto de la seguridad jurídica y en concordancia con las exigencias de la realidad contractual de hoy día y las tendencias jurídicas internacionales. 154 BIBLIOGRAFÍA Libros · BRENES CÓRDOBA Alberto, Tratado de los contratos, San José: Juricentro, 1985. · TORREALBA NAVAS Federico, Trabajo Inédito. · WAYAR Ernesto C, Evicción y vicios redhibitorios 1, teoría general de la evicción, Buenos Aires: Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1989. · DÍEZ-PICAZO Luis y GULLÓN Antonio, Sistema de Derecho Civil, Vol I, Madrid: Tecnos, 1981. · COЁFFARD Paul. Garantie des vices cachés et “responsabilité contractuelle de droit commun”. Francia. LGDJ. 2003. Trabajos Finales de Graduación · PACHECO ALPÍZAR Humberto A. La garantía y el saneamiento por evicción y vicios ocultos. 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