La tolerancia se basa en el respeto hacia lo otro o lo que es diferente de lo propio, y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir. La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa ‘cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar’. La tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras. En este sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar. Por ello, la tolerancia es una actitud fundamental para la vida en sociedad. Una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales. Este tipo de tolerancia se llama tolerancia social. La tolerancia hoy se asume como la pauta de conducta individual y colectiva, en culturas democráticas, para afrontar todo tipo de diferencias en el seno de la familia, la sociedad, el sistema político, la comunidad de naciones. Actitudes contrarias a la tolerancia son la incomprensión, el matoneo, el dogmatismo, el sectarismo, la xenofobia, la homofobia, el racismo, la discriminación, la exclusión, la violencia, la guerra. El mundo entero está sensibilizado sobre este tema por lo que acaba de ocurrir en Carolina del Sur, donde un joven blanco de 21 años asesinó en una iglesia a nueves personas afroamericanas, también puede recordarse el suceso acecido en París con la Revista satírica Charlie Hebdo y, hacía atrás continua una gran lista de acontecimientos en Colombia y en el mundo que dan cuenta de la ausencia de tolerancia entre las personas. La tolerancia es un camino de doble vía: se exige tolerancia y a la vez se da tolerancia. No es posible exigir tolerancia conmigo y al mismo tiempo ser intolerante con los demás. La tolerancia además, tiene mucho que ver con la promoción, el respeto y el reconocimiento de todos los derechos humanos. La tolerancia es el valor que nos hace reconocer al otro como una persona valiosa y reconocerme como ser humano que vive en comunidad plural. En este mismo sentido la honorable Corte Constitucional, en su sentencia T 1191 de 2004 dijo sobre la tolerancia: “Los espacios de interlocución entre las personas que defienden los derechos humanos y el Estado son fundamentales dentro del proceso de construcción del debate democrático abierto, por cuanto constituyen uno de los canales que permiten aumentar la participación de los ciudadanos en los procesos de adopción de decisiones que determinan sus vidas, fomentan el interés de la comunidad nacional e internacional por los derechos humanos, y representan, para múltiples organizaciones regionales e internacionales de derechos humanos, un foco de atención e información esencial para promover y proteger los derechos humanos. Así las cosas, las relaciones entre el Estado y los defensores de derechos humanos deben desarrollarse dentro de un marco pacífico de respeto y deferencia, que permita lograr un mayor grado de entendimiento y el reconocimiento del pluralismo y la tolerancia, a fin de garantizar al máximo la protección y promoción de los derechos humanos.” La misma corporación en sentencia T 101 de 1998 arguyó sobre la tolerancia que debe promoverse y practicarse desde los establecimientos educativos, en el siguiente sentido: “La realización efectiva del derecho a la educación exige un proceso de interiorización y práctica efectiva, por parte de todos los miembros de la comunidad educativa, de principios fundamentales para la convivencia armónica, tales como la tolerancia, el respeto a la diversidad, el pluralismo y la igualdad en la diferencia. Ha sido jurisprudencia de la Corte señalar, que el proceso educativo de ninguna manera puede incluir metodologías o prácticas que vulneren, desconozcan o transgredan los derechos fundamentales de los distintos actores que participan en el mismo (educandos, educadores, padres de familia, directivos etc.), y que de su realización efectiva depende la realización paralela de los demás derechos fundamentales del individuo. Sólo en la medida en que los valores y principios que aspiran a transmitir los educadores a sus alumnos constituyan realmente la base de sus propios e individuales proyectos de vida, su labor será efectiva; sólo quien práctica la tolerancia, quien respeta la diversidad y reconoce en el "otro" a uno igual a sí mismo, tendrá capacidad y legitimidad para contribuir desde el proceso educativo a formar a los niños y a los jóvenes en un paradigma ético sustentado en dichos principios.” La tolerancia en la oficina La convivencia diaria en el trabajo es una prueba definitiva a nuestra capacidad de tolerar las diferencias. A decir de los expertos, es común que pasemos más tiempo conviviendo con los colegas de la oficina que con la familia. Frente a este hecho, la comunidad empresarial puede formar un ambiente agradable que facilite el trabajo. Sin embargo, en muchas ocasiones, las relaciones entre colaboradores pueden tornarse difíciles. Con cierta frecuencia, las diferencias entre colegas suelen derivarse precisamente de la falta de aceptación a las diferencias. ¡Déjalo ser! Es cierto, las carcajadas de tu vecino son bastante sonoras. Ya no hablemos del timbre de voz de la asistente y menos del gusto por el futbol de tu colega. Las particularidades de cada uno pueden ser enriquecedoras, pero llevadas al extremo, también pueden a ser molestas. El hecho es que asistir a un lugar de trabajo nos expone a la convivencia social y nos reta a convivir con personas distintas. Por lo tanto, nuestra capacidad para relacionarnos con sujetos diferentes, marcará la diferencia en el ambiente de trabajo. Cuando llegamos al punto de reconocer y aceptar a los colegas con sus diferencias, es más sencillo convivir con ellos. La clave está en no confrontarlos por el simple hecho de ser cómo son. La tolerancia permite resolver conflictos con inteligencia y asertividad. Un colaborador tolerante es capaz de escuchar y comunicarse con sus colegas sin alterarse. Incluso puede negociar con ellos para que las diferencias no se conviertan en conflictos. Esta reflexión nos lleva a hacer las siguientes recomendaciones para colaboradores: – Reconoce que en cualquier centro de trabajo, encontrarás personas que actúan y piensan diferente. El respeto hacia todos ellos es una premisa fundamental para mantener una buena convivencia laboral – Las diferencias no pueden etiquetarse de “malas” o “raras”, sólo son una muestra de la diversidad entre seres humanos – Acepta los comportamientos distintos al tuyo y negocia, si es que te sientes afectado – Escucha a tus compañeros, es muy probable que las diferencias te enriquezcan – Procura convivir en paz y evalúa si tu comportamiento puede estar afectando de alguna manera a tus colegas – Recuerda que en la medida en que el ambiente sea más agradable, podrás desarrollar mejor tu trabajo. No generes conflictos por intolerancia – Evita las actitudes discriminatorias. Tú también puedes resultar diferente para otros sectores. Finalmente, no podemos dejar de mencionar que también la empresa tiene un grado de responsabilidad en este tema. Las políticas discriminatorias son un claro síntoma de falta de tolerancia en la organización y denotan un trato desequilibrado hacia los colaboradores. Resulta muy recomendable que las corporaciones favorezcan el respeto a las diferencias sociales, en aras de una sociedad más justa. La tolerancia mejora el ambiente laboral Es una realidad que en cualquier empresa convergen personas diferentes, poseedoras de rasgos y actitudes que las distinguen, pero que al interior de la organización requieren establecer vínculos armoniosos y laborar en equipo. Mucho más si la mayor parte de su tiempo la pasan en el lugar de trabajo, donde interactuar con sus colegas es tarea obligatoria. Y es que los seres humanos somos naturalmente diversos, pero eso no significa que seamos incapaces de escuchar y comunicarnos, con el claro objetivo de entablar acuerdos sin dejar de ser quienes somos. En los equipos de trabajo debe tolerarse a aquellos compañeros que tienen una opinión diferente, así como a aquellas personas que han decidido, en virtud del libre desarrollo de su personalidad, vestirse, peinarse, hablar y ser distintos y particulares. Quienes han optado por estilos de vida que son más diferenciables que los demás o que escapan a la mayoría, merecen respeto por el simple hecho de ser personas y que por tal cuenta con los mismos atributos de cualquier ser humano aunque luzca distinto. Día Internacional de la Tolerancia El 16 de noviembre fue instituido (desde 1996) por la Asamblea General de las Naciones Unidas, como el Día Internacional de la Tolerancia. Cada año, en esa fecha, promueven una serie de actividades dirigidas a los centros de enseñanza y al público en general para recordar la importancia de ser tolerantes. Acorde con el mencionado organismo, la tolerancia es: “el respeto, la aceptación y el aprecio de la riqueza infinita de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos… Practicar la tolerancia no significa renunciar a las convicciones personales ni atemperarlas… Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son.” Articulo extraído de: http://www.significados.com/tolerancia/ http://www.elespectador.com/opinion/tolerancia-columna-537532 http://www.expoknews.com/tolerancia-en-la-oficina-valor-fundamental/ http://elempresario.mx/actualidad/tolerancia-mejora-ambiente-laboral http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/