St. Stephen and the Incarnation Church La Iglesia

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La Iglesia de
San Esteban y la
Incarnacion
St. Stephen and
the Incarnation
Church
La Iglesia San Esteban y la Encarnación es parte de la Diócesis Episcopal de Washington,
que incluye el Distrito de Columbia y los condados de Montgomery, Prince George,
Charles y St. Mary del estado de Maryland. Bajo el liderazgo de la Reverendísima Mariann
Edgar Budde, la diócesis ha afirmado que su primera prioridad es la renovación y revitalización de nuestras congregaciones y los ministerios centrales, en el servicio a la misión de
Cristo. Como diócesis, nos sentimos llamados a participar en un cambio mundial con una
fe perdurable en Jesucristo para que aún más personas puedan conocer el amor de Dios. La
diócesis ha sido bendecida con la rica diversidad racial y cultural, incluyendo seis congregaciones de habla hispana, numerosas congregaciones rurales, y una variedad de parroquias
urbanas. La diócesis incluye como parte de su misión el apoyo de varias asociaciones internacionales, así como diecisiete escuelas episcopales.
San Esteban y la Encarnación es un miembro de la Región I, una de las seis regiones geográficas en las que la diócesis se divide. La Regiόn 1 representa un parte del Distrito de Columbia. Incluye tantas grandes como pequeñas parroquias, tanto en zonas residenciales como
comerciales. Las comunidades episcopales de este region están listas para el crecimiento a
través de la innovación. Tienen oportunidades de divulgación robustas sino también gran
espacio para nuevas expresiones de ministerio y la creaciόn de una comunidad.
I.
Se
nos
puso
en
este
lugar
Y
a tarde un sábado por la noche, en una iglesia a oscuras y ante una silenciosa congregación reunida para escuchar la historia de nuestra fe a través de las lecturas de la Vigilia Pascual, un hombre de barba gris y ataviado con una túnica
de estilo medio oriental entra a un círculo de luz. Conforme el piano toca suavemente en el fondo, él avanza lentamente, al parecer bregando con cierta lucha interna. Finalmente sube hasta un río, recreado con tiras de una brillante tela azul;
cruza vadeando y parte hasta perderse de vista en la oscuridad de la distancia.
Pero la historia no acaba aquí. De entre las sombras del mismo paraje junto al
río surge una joven pareja, un hombre y una mujer, ambos vestidos con camisetas y pantalones oscuros, y ella sosteniendo fuertemente a un bebé bien arropado.
Conforme se abren paso hacia el río, de pronto el intenso resplandor de una luz
gira desde arriba, como emitida por los reflectores de un helicóptero, y la pareja
debe esquivar a la policía de inmigración mientras trata de cruzar el río.
La congregación —tanto inmigrantes como nacidos en los Estados Unidos por
igual— se sobresaltan al percatarse de que la enseñanza de la Vigilia —de
Abraham y Sara, y del eco que encuentra en la travesía de esta joven Sagrada
Familia— es la historia de todos los que buscan la promesa de libertad y plenitud en una nueva tierra.
Esta experiencia inolvidable, parte de una reciente Vigilia de Pascua en la Iglesia San Esteban y la Encarnación, fue una de
una serie de actividades y servicios religiosos que todos los años reúnen a la gente de nuestra parroquia, a los fieles de habla
inglesa y española de nuestras cuatro congregaciones. A través de las antiguas escrituras y sacramentos de nuestra fe, a través
del estudio y el arte, a través de las labores de conducción de la parroquia y ministerio vecinal, reflexionamos de una manera
renovada acerca de cómo Dios entreteje nuestro surtido variopinto de peregrinos para convertirlo en “un solo cuerpo”, en
una parroquia dinámica, innovadora y bilingüe, ubicada en uno de los vecindarios urbanos más diversos, pero rápidamente
cambiantes de los Estados Unidos.
Creemos que Dios llama a la parroquia de San Esteban y la Encarnación a estar exactamente en este lugar, en este viejo y
enorme edificio de los 1920, en este cruce particular de vecindarios y culturas en el Distrito de Columbia. Del mismo modo
que la vida en la recientemente ampliada naturaleza multicultural de nuestra parroquia constituye tanto una bendición como una arena de batalla, así nuestro
edificio representa un desafío de mantenimiento y un aspecto fundamental de las
contribuciones de nuestra parroquia al vecindario y a la ciudad.
Entre al comedor de la parroquia en una mañana cualquiera, y encontrará a los
hambrientos y desamparados disfrutando de una comida, obra de una de las
muchas organizaciones que aloja nuestro edificio. Entre a la nave de la iglesia
algún sábado por la noche y tal vez encuentre uno de los bailes de contradanza
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mensuales más grandes de la costa oriental, cuando el Grupo de Baile de Contradanza del Distrito de Columbia mueve
todas las bancas hacia la orilla para abrirle paso a la música y al movimiento alegres hasta bien entrada la noche, poniendo
todo de nuevo en orden antes de la llegada de los fieles a la misa dominical de las 8 de la mañana. Otras noches, las bancas o el piso del auditorio se convierten en zona de alojamiento donde pueden pasar la noche activistas de todo el país,
quienes encuentran en la Iglesia San Esteban un lugar para dormir y ducharse, así como para ensayar y prepararse para
participar en sus manifestaciones en el Distrito de Columbia y en actividades en la capital de la nación sobre cuestiones
de paz y justicia. No todos en la parroquia comulgan con todas las causas, lo mismo que uno no podría esperar que cada
feligrés compartiera el gusto por la música ranchera, pero el uso del edificio —en cuanto a la oración y a la labor de acercamiento, y a su hospitalidad radical— forma parte de nuestra tradición como parroquia.
Una tradición vanguardista
Mucho antes de que se hiciera de una reputación como una comunidad cristiana progresista, la Iglesia San Esteban y la
Encarnación (producto de la fusión de dos parroquias en 1926) dio lugar a nuevas maneras de ser Iglesia. Antes de que
se les diera el derecho a votar en elecciones públicas, a las mujeres de la Iglesia San Esteban se les incluyó como votantes
en los asuntos de la parroquia. En los 1950, al encarar la alternativa de seguir siendo una “iglesia blanca,” mudándose
a los suburbios, o acoger a los
afroamericanos como feligreses, la Iglesia San Esteban se
convirtió en la primera congregación históricamente blanca
de la diócesis de Washington
en integrarse racialmente. Dos
hombres, miembros de la Iglesia
San Esteban se unieron en santa
unión en una ceremonia celebrada por el rector de la parroquia hace exactamente 45 años.
La Iglesia San Esteban creía tan
hondamente en la ordenación de
las mujeres que dedicó su misa
dominical principal a la primera
4 de Septiembre, 1975: Cuatros mujeres fueron ordenado sacerdotes “irregulares” en San Esteban.
eucaristía de la Iglesia Episcopal
Mucho gente dice que esta evento causado la Iglesia Episcopál en 1976 a aprobar la ordenación de
celebrada por una mujer sacermujeres.
dote y, hace 40 años, cuatro mujeres fueron ordenadas de manera irregular en la parroquia. Los detalles sobre estos acontecimientos decisivos de la vida
de la parroquia están disponibles en nuestro sitio electrónico, en http://www.saintstephensdc.org.
Ahora estamos aquí, en 2015, adentrándonos cada vez más en un futuro multicultural y bilingüe. Nuevos rostros —del
clero, el laicado y el personal— compartirán el liderazgo. Nuestro sacerdote mayor, el reverendo Frank Dunn, se retira en
2016, después de 12 años de servicio. Entre tanto, la reverenda Sarabeth Goodwin, quien es la sacerdote que ha estado
atendiendo principalmente a la congregación de habla hispana, ahora con 10 años como parte de la parroquia, está haciendo la transición para asumir a tiempo completo las responsabilidades diocesanas. Creemos que ha llegado la hora de
emprender una reconfiguración, mientras buscamos un sacerdote a tiempo completo, un sacerdote mayor competente
tanto en inglés como en español.
De la misa en un solo idioma a dos, de nuestro pasado con historia a un futuro desafiante, ahora somos una parroquia con
más de 200 feligreses altamente creativos que están decididos a participar del poder transformador del Evangelio, deseosos de ver crecer a la parroquia en formas nuevas y sedientos de ideas nuevas sobre cómo ser seguidores de Jesús en el
siglo XXI.
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II.
¿Quién
es
nuestro
prójimo?
La parroquia ha venido cambiado, porque así ha venido haciéndolo nuestro vecindario.
Cuando la iglesia episcopal de San Esteban y la Encarnación fue fundada en los 1920, el
vecindario al que atendía era blanco y de clase obrera. Desde entonces ha habido olas de drástico cambio: el fin de la segregación racial en los 1950, la migración de la población blanca en los
1960 y 1970, la inmigración centroamericana en los 1980 y 1990, y el aburguesamiento en los
2000. Otras tres realidades de nuestra región inmediata fueron la devastación del corredor de la
calle 14 en 1968, tras los disturbios que sucedieron al asesinato de Martin Luther King, Jr.; la epidemia delictiva y del crack de cocaína de finales de los 1980 (incluyendo los dos jóvenes muertos a tiros frente a la escalinata de la iglesia); y la apertura de la estación del Metro de Columbia
Heights en 1999, que afianzó la “reurbanización” de la zona, y provocó la rápida alza de precios
de los bienes raíces y el aburguesamiento en curso.
Los vecindarios que rodean a la Iglesia San Esteban —Columbia Heights al este y Mount Pleasant al oeste— albergan a
una importante población de habla hispana. Estos y los vecindarios circundantes son algunas de las partes que están cambiando con rapidez en el Distrito de Columbia.
Hasta 2013, nuestro vecindario inmediato era 27% latino, 30% afroamericano y 38% blanco no hispano, haciendo de
nuestra zona postal una de las cinco más diversas de los Estados Unidos. Quince por ciento de nuestros vecinos son
niños menores de 18 años, 61% son adultos de entre 18 y 44 de años edad, y sólo 25% es mayor de 45; 64% de nuestros
vecinos nunca se ha casado y el 56% se graduó de la universidad.
Después de 2000, la Diócesis de Washington hizo de sembrar congregaciones hispanas una alta prioridad. El vecindario
de la Iglesia San Esteban pareció un lugar lógico para sembrar una congregación tal. La siguiente es una descripción de la
creación de la Misa Alegría.
Misa Alegría: un ministerio episcopal multicultural
Una historia y descripción, por Luis Correa
La congregación de la Misa Alegría de la Iglesia San Esteban y la Encarnación surgió en 2005 como una
iniciativa de la reverenda Sarabeth Goodwin. Cuando empezó a buscar trabajo durante su último año
en el seminario, ella buscaba una congregación latina ya existente en la Diócesis de Washington. Al no
encontrar vacantes, soñó con crear una congregación en la Iglesia San Esteban y la Encarnación, situada
en el corazón latino de Washington. Se reunió y habló de la posibilidad con el sacerdote mayor, Frank
Dunn. Durante esa entrevista, se enteró de que él ya estaba ofreciendo bendiciones para quinceañeras
y otros servicios religiosos en la comunidad latina. Además, la Iglesia San Esteban ya había sostenido
conversaciones con el reverendo Simón Bautista, por ese entonces el misionero latino de la diócesis, acerca de cómo crear un
ministerio latino. Con la ayuda de Dios y del impulso a nivel diocesano, esta idea se hizo realidad. A algunos les preocupaba
tener una mujer que no era latina encabezando esta nueva congregación. Las deliberaciones a nivel de la diócesis y de la
parroquia duraron seis meses, pero con el apoyo de Bautista y de Dunn, así como de Paul Cooney, canónigo para el ordinario
diocesano, la Diócesis de Washington prestó su apoyo financiero para esta iniciativa.
En diciembre de 2005, Dios le confió la gran misión de formar la congregación latina de la Iglesia San Esteban y la
Encarnación a la reverenda Sarabeth. Con la aprobación de la junta parroquial, ella empezó a sortear los retos de formar
una nueva congregación: la falta de una computadora, de espacio para una oficina y de feligreses. La reverenda Goodwin y
un feligrés de la Iglesia San Esteban repartieron volantes por el vecindario invitando a la gente a asistir a la primera misa
bilingüe (que casualmente coincidió con la Víspera de Navidad). A pesar de la poca asistencia esa primera noche, la reverenda
Goodwin no se descorazonó. En esa ocasión, el padre Frank y la madre Sarabeth bendijeron el matrimonio de una pareja de El
Salvador. La reverenda Sarabeth los invitó a establecer la nueva congregación latina. El señor Hugo Pérez, junto con familiares
que alguna vez vivieron en Columbia Heights, apoyó la nueva congregación. El 5 de marzo de 2006, primer domingo de
Cuaresma, la reverenda Sarabeth Goodwin, acompañada por el reverendo Frank Dunn, celebró su primera misa en español 
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para cerca de 30 personas, entre ellas familiares suyos, alrededor de 12 integrantes de la familia Pérez, el padre Vidal Rivas y
los miembros del coro de San Gabriel, de una iglesia católica romana; también se les unió el músico Cruz Aguilar. Al nuevo
servicio religioso en español se le llamó Misa Alegría, a sugerencia del artista gráfico John Vorhees (de la iglesia del Redentor, la
parroquia hermana de la Misa Alegría en la diócesis). Los feligreses acogieron con cariño el nombre de la nueva congregación
en español por su significado especial de fe y esperanza. Nos reunimos a las 5:15 p.m. todos los domingos y, después de la misa,
disfrutamos de una deliciosa comida preparada y servida por un grupo alternante de feligreses.
Desde 2006, la participación en la Misa Alegría ha venido creciendo todos
los años. En promedio, 60 feligreses de diferentes culturas y países asisten a
la misa vespertina semanal de los domingos. Este crecimiento deriva de la
espiritualidad y la labor evangélica establecida por la reverenda Sarabeth
Goodwin. Ella ha celebrado incontables ceremonias religiosas, tales como
bautizos, quinceañeras, confirmaciones, matrimonios, funerales, etc. Los
feligreses de la Misa Alegría participan en seminarios, capacitaciones, y
estudios bíblicos para niños y adultos, y celebran festividades religiosas
tradicionales como el Día de Muertos y las fiestas patronales.
III.
Quiénes
somos
Algunos de los cambios más grandes dentro de la parroquia son debidos a los cambios socioeconómicos en los barrios de Columbia heights y Mount Pleasant, y además, los cambios en el area
metroplitana de Washington DC. Ahora, la composición racial de la parroquia es aproximadamente
17% afroamericano/caribe americano, 27% hispano, 54% blanco no hispano y 2% otro. El efecto
del cambio a la demografía del vecindario de DC es evidente al comparar estas estadísticas con una
encuesta de 1994 de la parroquia (84 encuestados): Hace 30 años, éramos 46% afroamericano/caribe americano y 48% blanco no hispano, y sólo una persona se identificό como hispano.
Nuestro Informe Parroquial de 2014 para la diócesis indica el número de comulgantes activos
como 217, de los cuales 30% asisten a la misa en español y 70% a una de las misas en inglés. La edición de febrero de
2015 de nuestro directorio parroquial, Sal(t), nombra a 30 niños y jóvenes que forman parte de la congregación de habla
inglesa. Otros 15 a 20 niños y jóvenes integran la congregación de la Misa Alegría. El boletín quincenal de la parroquia,
BREAD (al presente publicado nada más en inglés), se envía electrónicamente a unas 400 direcciones de correo electrónico y 20 personas la reciben por correo postal.
Una reciente encuesta parroquial recogió 111 respuestas para actualizar nuestro sentido de quiénes somos, incluyendo el
grado al que seguimos reflejando la historia y la diversidad de nuestro vecindario.
Entre los que asisten a los servicios religiosos en inglés:
• 46% creció en la Iglesia Episcopal u otra iglesia anglicana, 60% en uno de los credos protestantes principales y
20% en la Iglesia Católica Romana (algunos feligreses informan haber crecido con más de un credo religioso).
• 29% ha venido asistiendo a misa en la Iglesia San Esteban por menos de cinco años, 27% de cinco a nueve años,
22% de diez a diecinueve años, y 23% más de veinte años.
• 25% de los adultos tiene menos de cuarenta años de edad, 36% tiene entre cuarenta y sesenta años, y 41% es mayores de sesenta.
• 71% está casado o vive con una pareja, en tanto que 16% es soltero y nunca ha estado casado.
• 23% se identifica como lesbiana, gay u homosexual, bisexual, o transgénero. • 59% vive en zonas postales en un radio de dos millas de distancia de la parroquia, otro 16% vive en otras partes
del Distrito de Columbia, 19% vive en Maryland y 5% vive en Virginia.
Entre aquellos que asisten a la Misa Alegría:
• la mayoría de los adultos crecieron como católicos romanos, pero se convirtieron al episcopalismo/anglicanismo
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como resultado de su participación en la Misa
Alegría.
• casi todos son latinos y la mayoría son inmigrantes de primera generación; los más provienen de
El Salvador, con varios de Guatemala, México
y Ecuador, así como algunos de muchos otros
países de habla hispana de América Latina y el
Caribe.
• pocos están casados legalmente, pero la mayoría
tiene una pareja, ya sea en su país de origen o
consigo en los Estados Unidos.
• pocos se identifican como lesbianas, gays u homosexuales, bisexuales, o transgéneros, aunque
apoyan las prácticas incluyentes de la Iglesia San
Esteban y la Encarnación.
• algunos viven en el vecindario, en tanto que
otros solían vivir aquí, pero se mudaron, en parte
debido al creciente costo de la vivienda.
También en la encuesta de 2015, los feligreses dieron
como sus tres motivos principales para elegir a la iglesia
de San Esteban: 1) que querían asistir a una iglesia episcopal; 2) la diversidad racial de la parroquia; y 3) nuestro
foco en la justicia social. Un cuarto motivo —sentirse
bien recibido en lo personal— les siguió apenas un poco
detrás.
La labor de justicia
La perspectiva de una feligrés de mucho tiempo:
Kaaren Holum
Tal vez nuestra parroquia debería llamarse San Esteban y
la “Reencarnación”, porque nosotros la hemos construido
y reconstruido varias veces, que yo recuerde. Parte de esto
es en respuesta al cambio constante que impera a nuestro
alrededor en los vecindarios, en la composición demográfica,
en la economía, en las presiones sociales y (en el Distrito de
Columbia) en la política. Buena parte de éstos son cambios al
seno de la Iglesia en su conjunto, así como al interior de nuestra
parroquia, que he vivido como feligrés desde los 1970.
Somos mucho más responsables con el dinero, de modo que
nuestras puertas sigan abiertas, las luces encendidas, el edificio
bien utilizado y la contabilidad, en su mayor parte, bien
equilibrada. Las mejoras de la Campaña Capital se llevan a
cabo con muy necesarias renovaciones ya terminadas y otras
más por venir.
Cuando empecé asistir a la iglesia de San Esteban, no había
ningún programa para los niños los domingos por la mañana,
porque casi no había familias con hijos pequeños. ¡Gracias a
Dios por el ministerio Jugar Junto a Dios para los más chicos de
entre nosotros! En los primeros recuerdos que tengo de la iglesia
de San Esteban, nuestra misa en español no era ni siquiera una
idea, y tampoco lo era nuestro foco de reunión más reciente: la
misa contemplativa del Centro Encuentro (Finding Center)
—¡quién lo diría!— los sábados por la noche.
Pero una impresión que tengo de la Iglesia San Esteban y la
Encarnación permanece inalterable. Decenas de feligreses
siempre han aportado su tiempo, esfuerzo y dinero en decenas
de maneras de formar un todo funcional: contando el dinero de
la colecta, preparando café, recibiendo a la gente los domingos,
ayudando en la oficina, como acólitos, en la junta parroquial,
cantando en el coro y de tantas otras maneras de las que nadie
nunca se entera. Cuidar los unos de los otros y renovar la
oración cada domingo ha sido una constante.
Cuando renovamos nuestros votos bautismales en la
Vigilia Pascual y en otras oportunidades durante el año
litúrgico, existe una particular resonancia con nuestro
voto de “luchar por la justicia y la paz entre todos”: una
dedicación activa y apasionada a la justicia se ha entrelazado en la estructura de la Iglesia San Esteban y la
Encarnación en el último siglo; esta dedicación continúa
hasta el día de hoy, y con frecuencia se expresa en las
peticiones individuales y las oraciones de gracias que se
hacen durante las Oraciones de los Fieles. Nuestros corazones se llenan de esperanza en el Día de Todos los Santos, mientras caminamos en procesión alrededor de la gran nave de nuestra iglesia honrando a los padres de nuestra fe, y regocijándonos al nombrar a los santos en la larga lucha por la equidad y la justicia. La reciente encuesta corrobora lo que sabemos
de recibir a las nuevas personas que entran por nuestras puertas: la labor de justicia social atrajo a muchos de los feligreses actuales a la órbita de la congregación y los condujo a acudir a rezar aquí.
Muchos de nuestros feligreses participan en la labor de justicia en su vida cotidiana a través de su trabajo o como voluntarios. Al pararse alrededor del altar con la mano extendida para recibir la hostia consagrada, uno puede estar al lado de
una maestra que luchó por acabar con la pena de muerte, un activista por la igualdad de las personas transgénero, un defensor de los desamparados, un activista laboral o un experto en política sobre refugiados menores de edad que llegaron
al país sin la compañía de un adulto. Uno está al lado de activistas sociales, voluntarios de los Cuerpos de Paz que están de
regreso, o jóvenes que se mudan a o de la cercana comunidad de Sojourners.
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IV.
Cuatro
congregaciones,
una
sola
parroquia
La iglesia parroquial de San Esteban y la Encarnación cuenta ahora, en 2015, con
cuatro misas regulares. Si bien hay cierto flujo entre estos servicios religiosos, la
mayoría de los feligreses asisten a la misma misa; muchos, aunque ciertamente
no todos, participan en la vida relacionada con ella como lectores o trayendo las
hostias para la eucaristía, por ejemplo, o quedándose para el café. Cada una de las
cuatro misas participa en cierta medida de características formales e informales,
“altas” y “bajas”, tradicionales e innovadoras. ¡Nos regocijamos en nuestra diversidad litúrgica!
Las misas de más larga data son una eucaristía dominical temprano por la mañana
con una liturgia tradicional, y una más tarde, también el domingo por la mañana,
con una liturgia más moderna, ambas en inglés. La eucaristía en español de los
domingos por la tarde empezó en 2006. La eucaristía contemplativa en inglés (y
en silencio) de los sábados por la tarde no empezó sino hasta enero de este año, de modo que no se incluye en la gráfica
siguiente, la cual fue creada a partir de los Informes Parroquiales de los últimos 16 años.
La misa dominical de las 8:00 a.m.
Todos los domingos por la mañana, en la capilla de la Encarnación (cuya extensión se abre al lado este de la nave de la
iglesia), se celebra una misa baja (recitada en voz baja) usando el Rito uno de la Santa Eucaristía del Libro de oración
común. Los asistentes por lo general son de 12 a 20, de entre un grupo de “feligreses asiduos”. Por supuesto, a veces
hay visitantes y otros son miembros de la parroquia que normalmente
La perspectiva de una feligrés de la
asisten a la misa de las 10:30, pero que en ocasiones optan por la de más
Misa Alegría: Irma Cruz Chavez
temprano por la mañana. Es una misa corta, de unos 50 minutos, ya que
Misa Alegría, para mí, ha sido una gran
no cuenta con música coral, procesión del Evangelio ni oraciones de los
experiencia. Lo que más me gusta es que
fieles expresadas en lo individual. El salmo lo dirige alguien de la conhe sido confirmada en la fe de Cristo por la
gregación y las lecturas las hacen lectores que van hasta al facistol desde
Iglesia Episcopal. Para mí esto ha sido muy
sus lugares.
importante. Me gusta la familiaridad que
“A la salida, nuestros oficiantes nos despiden con afable conversación”,
existe entre todos los miembros de nuestra
señala Shirley Evbuoma, una de las feligreses asiduas de las ocho. “Son
comunidad en la iglesia. Somos una gran
muy receptivos a nuestras necesidades espirituales. En ocasiones tenfamilia que ha superado muchos retos.
emos una imposición de manos en el altar después de la misa para
También, para mí es muy importante el
aquellos que tienen necesidades de oración, así como súplicas y oraciocrecimiento de la iglesia. Creo que todos
nes de gracias individuales”.
los miembros debemos de trabajar en esto.
Sólo le pido a Dios que crezcamos y sigamos
Shirley informa que, “Muchos de nosotros con compromisos y trabajo
sembrando semillas para que cosechemos
en domingo disfrutamos de esta oportunidad para asistir a la iglesia temmuchos frutos. La Misa Alegría es música, es
prano por la mañana. En nuestra reunión del café, que ahora tenemos
fiesta, es amor. Bendito sea el Señor!
una vez al mes, nos damos tiempo para quedarnos a convivir un poco
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más con otros que van saliendo de la primera misa, saludándonos mutuamente, en un esfuerzo por ayudar a estrechar
más los lazos de la presencia multicolor y étnicamente diversa que tenemos, incluso en este pequeño convite”.
La misa dominical de las 10:30 a.m.
Al presente, este servicio religioso es el más grande de la parroquia, con entre 70
y 120 feligreses, y alrededor de 90 en un domingo típico. Es una eucaristía de Rito
II ricamente matizada con la música de muchas tradiciones litúrgicas, musicales
y culturales. El coro dirige el canto desde las bancas en medio de la congregación.
La costumbre más constante de nuestra celebración —también válida para la Misa
Alegría y para el Centro Encuentro, que se detallan a continuación— es nuestra reunión alrededor del altar para la eucaristía, rezando y proclamando, cantando y recibiendo la comunión en un círculo. Las oraciones de los fieles comienzan con una
de las fórmulas del Devocionario, seguidas de un espacio para que los feligreses expresen, del modo que deseen, sus oraciones de gracias o intercesiones específicas. Si estamos orando desde las bancas, se
pasa un micrófono, y otras veces se da voz a estas oraciones cuando estamos reunidos en un espacio más íntimo en torno
al altar. Los niños ayudan a recoger las ofrendas y participan plenamente en la procesión del ofertorio.
Algunos aspectos de la liturgia tienen un dejo del pasado anglocatólico de la iglesia de San Esteban; por ejemplo, se esparce incienso en círculos durante las procesiones, se pasan velas de vigilia encendidas ante las efigies de San Esteban y
de María. Otros aspectos de la liturgia son bastante informales; por ejemplo, aparte del celebrante, quienes participan en
la liturgia generalmente no están investidos. El saludo de la paz puede semejar un baile popular, para deleite de algunos,
consternación de otros y confusión ocasional de algún visitante que supone indica el término de la misa. Este contraste
entre deleite y consternación es sin duda característico de la misa de las 10:30, tal que la liturgia misma se convierte en
una gran maestra de la infinidad de maneras de respetar la diversidad en esta parroquia. Uno aprende que lo que quizás
aborrezcas no deja de revelarle la verdad del Evangelio a la persona que está sentada a un lado tuyo en la banca. Y lo
mismo pasa con la diversidad de voces que se escuchan desde el púlpito —ya sea el sacerdote mayor o uno de la clerecía
afiliada, un invitado, o el laico esporádico—, aunque no te guste mucho el sermón, puedes estar seguro de que apelará a la
condición de otros que están orando junto contigo. Y viceversa, por supuesto.
La misa dominical de las 5:15 p.m.: la Misa Alegría
Esta misa en español es la más animada de la parroquia, pues es alegre y espontánea, y abunda en oraciones por acontecimientos, viajes y preocupaciones. El número de feligreses por lo general asciende a los 60 en cualquier tarde de domingo dada.
En contraste con la diversidad de voces clericales en el servicio religioso de las 10:30 en inglés, la
Misa Alegría la ha dirigido principalmente un solo predicador y celebrante desde sus inicios, y los
asistentes aprecian la estabilidad de tener una sola voz en la prédica. La coreografía para la Misa
Alegría es similar a la del servicio religioso de las 10:30: una eucaristía de Rito dos en la que los
congregantes rodean el altar, se quema incienso, tiene muchos participantes e impera un toque
contemporáneo. Pero también tiene características distintivas; por ejemplo, los niños se reúnen alrededor y muy cerca del altar durante la eucaristía, y se llevan a cabo procesiones adentro y afuera
en honor de la Virgen María y otros santos en días festivos especiales.
¡Y la música! Uno de varios feligreses de origen no latino que asisten regularmente a la Misa Alegría y que también forma
parte de su pequeño coro señala que “el énfasis no está en cantar la música como está escrita, sino en cómo se siente.
Armamos nuestras armonías de una manera orgánica y usamos cabasas, maracas, tambores y güiros para crear un sonido
jubiloso. El director Cruz Aguilar toca el teclado o el piano, y músicos invitados ocasionales se suman con la guitarra o
una mandolina. Seleccionamos la mayor parte de la música para nuestra misa del himnario Flor y canto, complementándola con música cristiana contemporánea en español y con himnos de los países representados en la Misa Alegría. La
música es el alma de la celebración, llena de espíritu y alegría de vivir. ¡En la Misa Alegría siempre hay tiempo para una
canción más!”
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Después de la misa, los asistentes se reúnen en el salón
parroquial para el Convivio, un espacio para comer y
compartir historias que por
lo general dura más que un
café tradicional y sirve para
reforzar los lazos entre los
feligreses.
La perspectiva de un nuevo feligrés:
Phil Kennedy
La misa sabatina de las
5:30 p.m.: el Centro Encuentro
Este servicio religioso empezó como una forma de acercarse a aquellos feligreses que buscaban algo diferente en
la misa, así como a los recién llegados y los que exploran
la fe por primera vez o después de una larga ausencia. Con
sólo seis meses de vida al momento de escribir esto, el
Centro Encuentro (Finding Center) está más que nada
en proceso de desarrollo, pero ya cuenta con un núcleo
de feligreses de la iglesia de San Esteban, y otros que no lo
son, quienes han hecho de esta misa parte de su semana. El
número de asistentes ha variado considerablemente, de 8 a
22, con una base que aún no está definida.
El Centro Encuentro es un servicio religioso minimalista
de 45 minutos de duración, que entrelaza música, silencio,
lecturas y comunión. La música generalmente consiste en
canciones de Taizé con un acompañamiento de guitarra
o piano. Para la larga apertura contemplativa se utiliza
música grabada; cantos gregorianos, por ejemplo, o música
de jazz de Miles Davis o flauta japonesa.
A los feligreses se les invita a atender a la presencia de
Dios en su interior, en silencio, en palabras, en la sencillez
de una liturgia de “Rito III”. Después de las oraciones de
gracias y de la despedida, algunos se quedan a reacomodar
las mesas y las sillas a fin de preparar el santuario para las
misas del domingo, y otros a hablar y comer un tentempié.
A otros más se les hace noche.
La primera vez que entré por las puertas de la Iglesia San
Esteban y la Encarnación, era un extraño en Washington,
D.C., en busca de una iglesia que me acogiera. Había ido a
algunas otras iglesias, pero sin encontrar una comunidad
en la que “encajara”. Sin embargo, en mi primera visita a
la Iglesia San Esteban sentí que había encontrado un lugar
profundamente cordial, involucrado en la labor de la justicia
social, y casado con el amor radical e incondicional de Cristo.
Mi primera experiencia en la Iglesia San Esteban no fue en
una misa, una vigilia o un estudio bíblico, sino que más bien
estaba visitando una organización sin fines de lucro alojada
en el edificio de la iglesia. Vi que el edificio alojaba también
a otras organizaciones de este tipo, algunas dedicadas a
combatir el racismo, fomentar la paz y ayudar al prójimo.
Encontré un santuario abierto para todos a cualquier hora
del día. Estaba lleno de carteles que contaban la historia de
la iglesia: su participación en el movimiento por la inclusión
plena de las mujeres en el ministerio, la entrelazada historia
de la iglesia y el vecindario, y la nueva y pujante Misa
Alegría en español.
Cuando asistí a misa, fui inmediatamente recibido e
invitado a los cafés, a los grupos de jóvenes adultos y a otras
actividades. Encontré una congregación diversa e incluyente
que se esforzaba deliberadamente por tender lazos a través
de las barreras raciales y del idioma.
Hay una prospera presencia de jóvenes en la parroquia, y el
grupo YASSI (Jóvenes Adultos de la Iglesia San Esteban y
la Encarnación) es un vehículo para recibir e integrar a los
nuevos fieles. Este grupo no fue mi único lazo con la feligresía.
¡Todos en la Iglesia San Esteban tenían una disposición a
hablar! Existe una rica combinación intergeneracional de
solteros de la “generación Y” o “del nuevo milenio”, familias
jóvenes y viejos feligreses. Siempre se puede hacer más por
zanjar las brechas generacionales, pero todo el mundo era
amigable y estaba abierto a conocerme como un nuevo feligrés.
Aunque más que nada asisto a la misa en inglés de las 10:30
de la mañana, también visito y he sido cálidamente recibido
por la congregación de la Misa Alegría.
Dos años después de haber venido por primera vez a la
iglesia de San Esteban, puedo decir sin asomo de duda que
tome la decisión correcta. Hay tantas comunidades que
consideran a la Iglesia San Esteban como su hogar. Como
nuevo feligrés, me fue fácil entablar lazos con muchas de
ellas. Veo un futuro promisorio para la iglesia y me emociona
ser parte del mismo.
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V.
Evolución
del
modelo
de
liderazgo
compartido
El modelo de liderazgo compartido para la dirigencia de la Iglesia San Esteban ha venido
evolucionando desde principios de la década de los 1960. En los 1960 y 1970, en respuesta
a las tendencias teológicas de la época y a la reafirmación del Concilio Vaticano II de la
doctrina de que la Iglesia es el pueblo de Dios, feligreses de la congregación de la Iglesia San
Esteban comenzaron a ejercer un liderazgo significativo en cuestiones que iban mucho más
allá de las finanzas de la parroquia. El viraje fue alentado activamente por el entonces rector
William Wendt, quien a pesar de los cánones le cedió la facultad de presidir la junta parroquial al guardián mayor a fines de los 1960.
También en esos años hubo varios miembros de la parroquia que eran clérigos sin estipendio con dos vocaciones, quienes, a instancias del rector Wendt, empezaron a adoptar un
papel más activo en la vida litúrgica y pastoral de la parroquia como miembros asociados
del clero. Éste fue el comienzo de la práctica en curso, y ahora norma de la iglesia, de tener
un equipo clerical no estipendiado como parte integrante de la presencia del clero en la parroquia. A lo largo de los años, sus integrantes han cambiado, su tamaño ha experimentado altibajos y el nivel de participación ha fluctuado, pero el equipo clerical ha permanecido como una constante en apoyo de la labor de la iglesia.
La parroquia continuó con un modelo tradicional conocido como de rectoría hasta finales de los 1990. En 1996, una
confluencia de acontecimientos amenazó la supervivencia de la iglesia de San Esteban. Por diversos motivos, la feligresía
se fue reduciendo y una crisis económica en el Distrito de Columbia dio lugar al retiro del financiamiento para todas las
organizaciones que usaban un espacio en el edificio parroquial. El efecto sobre el presupuesto de la iglesia fue catastrófico. La junta parroquial llegó a la difícil conclusión de que ya no podíamos pagar los servicios de un sacerdote a tiempo
completo. La entonces rectora Carlyle Gill declinó la opción de aceptar un cargo a tiempo parcial y renunció.
Tras la partida de la reverenda Gill, la congregación se reunió, se reagrupó y se estabilizó. Durante siete años, el guardián
mayor, el coordinador de la parroquia, la junta parroquial y un revitalizado equipo clerical voluntario, en colaboración
con un pequeño equipo de personal asalariado, aportaron el liderazgo para la congregación. Cuando alcanzamos un
punto de estabilidad financiera, y con la insistencia y el apoyo del entonces obispo diocesano Ronald Haines, ideamos
un nuevo modelo de liderazgo. Haines nos instó activamente a
La perspectiva de una feligrés del
hacer esto, no sólo para nosotros mismos, sino para el beneficio
potencial de la Iglesia en su conjunto. Nuestro objetivo era volver
asociados del clero: La reverenda Linda
premeditada y explícita una práctica de liderazgo y responsabilidad
Kaufman
compartidos entre la dirigencia ordenada y la laica, para la misión,
A lo largo de los años he escuchado a muchas
la salud y la estabilidad económica de la parroquia que había evopersonas hablar de la alegría de contar con las
lucionado desde la década de los 1960. En 2002, le propusimos al
voces de diversos predicadores. Actualmente
entonces obispo John Bryson Chane un modelo de liderazgo comtenemos clérigos bajo contrato que predican con
partido. Con su aprobación, convocamos a un sacerdote mayor
regularidad, junto con un sacerdote retirado que
—no un rector— de medio tiempo que compartiera la autoridad
se mudó a Washington, un profesor del seminario
y la responsabilidad con el guardián mayor y la junta parroquial.
que enseña el Nuevo Testamento, un diácono
En 2004, le dimos la bienvenida al reverendo Frank Dunn como
permanente y un organizador de campo que lucha
nuestro sacerdote mayor para recorrer este nuevo camino con nopor acabar con el desamparo. Además, tenemos
sotros.
varios predicadores laicos con formación teológica
que participan regularmente en la rotación. Los
Desde 2004, la Iglesia San Esteban ha crecido y prosperado. Cuclérigos afiliados también fungen como celebrantes
ando se unió a nosotros como la misionera latina en 2005, la revpara estos predicadores... A lo largo de los años,
erenda Sarabeth Goodwin se integró al equipo de la dirigencia de
nos ha costado trabajo encontrar predicadores de
la parroquia, compuesto por el sacerdote mayor, el administrador
color que participen en la rotación de la prédica y la
parroquial, y los celadores mayor y menor. Este equipo se reúne
celebración regulares. Al presente, todos en el equipo
por lo menos una vez al mes para hablar sobre los asuntos de la parde clérigos afiliados son blancos; tenemos que hacer
roquia, y para revisar el calendario parroquial y planificar los próxiun nuevo llamado y buscar más diversidad.
mos eventos. La junta parroquial aprobó otras modificaciones al
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modelo de liderazgo en 2009 para ampliar las funciones del coordinador de la parroquia. Este cambio reflejó la necesidad
identificada de pasarle responsabilidades administrativas importantes del guardián mayor, y algunas del sacerdote mayor,
al recién instituido administrador parroquial. La supervisión del personal ahora se divide entre el administrador parroquial y el sacerdote mayor por ámbitos de responsabilidad principal.
Con la noticia del retiro previsto del reverendo Frank Dunn como sacerdote mayor a tiempo parcial, recibida en 2014,
la junta parroquial le encomendó a un Grupo Especial de Liderazgo, conformado por líderes de las congregaciones de
habla inglesa y española, que evaluará el modelo de liderazgo compartido actual en preparación para convocar a una
nueva dirigencia clerical. El Grupo Especial se reunió con los dirigentes parroquiales tanto en funciones como retirados,
confirió con el Comité de finanzas y convocó a reuniones parroquiales de las congregaciones de habla inglesa y española
para evaluar las fortalezas y debilidades del modelo actual, y para discernir el nivel general de satisfacción que había con el
modelo de liderazgo compartido. En septiembre de 2014, la junta parroquial aprobó la recomendación del Grupo Especial de seguir adelante con la convocatoria para conseguir un sacerdote mayor bilingüe a tiempo completo que atendiera
a las congregaciones de habla tanto inglesa como española, y para ampliar el puesto de administrador parroquial, de 30
horas, a tiempo completo. Reconociendo la magnitud de las responsabilidades del nuevo sacerdote mayor para atender a
cuatro congregaciones, y respetando la larga y valiosa contribución que los integrantes del equipo clerical han hecho a la
parroquia durante años, la recomendación también incluía reforzar y ampliar al equipo clerical con el objetivo de incluir a
clérigos bilingües y de color.
Otra dimensión cambiante del liderazgo en la Iglesia San Esteban es la inclusión de congregantes de la Misa Alegría en la
dirigencia de la parroquia. La reverenda Sarabeth Goodwin estableció un equipo de liderazgo para la Misa Alegría. El objetivo de este grupo es formar y potenciar a líderes laicos de la congregación de la Misa Alegría e incluirlos en la toma de
decisiones sobre la vida parroquial de esta congregación. Por varios años ya, se ha elegido a feligreses de la congregación
(tanto hispana como bilingüe, pero no hispana) de la Misa Alegría para la junta parroquial. Hay feligreses de la Misa
Alegría que han prestado servicio como delegados diocesanos, como miembros del grupo especial para las renovaciones
a la parroquia y ahora en el comité de búsqueda.
VI.
Situación
financiera
y
composión
del
personal
Todos los domingos nuestro boletín menciona nuestro modelo de liderazgo de esta manera:
“San Esteban y la Encarnación es una parroquia de la Diócesis Episcopal de Washington.
Nuestra pastora principal es la Reverendísima Mariann Budde, Obispa de Washington. San
Esteban ha desarrollado un modelo de ministerio y el liderazgo en cual el servicio es proporcionado por los laicos y el clero, personas pagadas y voluntarios, un modelo en que se refleja
“el sacerdocio de todos los creyentes.” Nuestros líderes laicos son nuestra junta parroquial y
guardiáns, quienes son elegidos por la congregación. Nuestro clero es un equipo formado por
nuestro sacerdote mayor, elegido por la junta parroquial, con el consentimiento de la obispa,
quien es asalariado y trabaja 20 horas a la semana; nuestra misionera latina; y otros sacerdotes, que se ganan la vida de otras maneras. Liderazgo principal de la congregación es compartido por el sacerdote mayor y el guardian mayor, bajo la supervisión de la Obispa. Este es
un modelo diferente de la mayoría de las iglesias episcopales, en donde un sacerdote con el título de Rector posee casi toda la autoridad. Nuestro sacerdote mayor es el Rvdo. Frank Dunn
((202-232-0900 o frank.dunn@saintstephensdc.org). Nuestra misionera latina es la Rvda.
Sarabeth Goodwin ((202-332-1215 o sarabeth.goodwin@saintstephensdc.org).
Los 12 años que han pasado desde la última vez que buscamos un clérigo han estado caracterizados por un fortalecimiento y flexibilidad crecientes de las finanzas de nuestra parroquia. El sistema de procedimientos administrativos, financieros
y de gestión que sustentan el funcionamiento del modelo de liderazgo compartido del sacerdote mayor de la Iglesia San
Esteban ha cuajado durante el transcurso de más de 17 años. En los 1970, 1980 y 1990, con frecuencia, “ángeles” financieros intervinieron para rescatar a la iglesia del desastre financiero. Esa necesidad ha desaparecido. Aunque a fines de los
1990 vimos írsenos de las manos el presupuesto de la iglesia, tuvimos la fortuna de haber sobrevivido la recesión de 2008
y sus secuelas, para encontrarnos ahora en una posición en la que tenemos reservas más sólidas. Se han instituido mejores
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procedimientos y controles financieros, y la salud financiera general de la parroquia se ha restablecido. La junta parroquial
adoptó una Norma de Reservas de Operación que designa una reserva suficiente como para cubrir a cabalidad tres meses
de gastos en caso de que ocurra una calamidad financiera inesperada. El efectivo y los demás activos de la iglesia están invertidos, en su mayoría, en bancos de desarrollo comunitario y en fondos ajustables dedicados a la inversión socialmente
responsable.
Ahora estamos en las etapas finales de una exitosa campaña de capital denominada
“Agrandando el Círculo” (Widening the Circle), la primera de su tipo en los 90 años de
existencia de la Iglesia San Esteban en su ubicación actual. Se han recabado más de un
millón de dólares en donaciones prometidas, un 33% más de lo que anticipamos al comienzo de la campaña.
Hemos aumentado nuestra inversión en el mantenimiento de nuestro santuario e instalaciones de oficina gracias a una combinación de decisiones de gasto prudentes, y una
profundización del compromiso económico de la congregación y de nuestros amigos en la distancia (antiguos pupilos de
la Iglesia San Esteban que se han mudado lejos, pero que siguen en contacto con la parroquia). La prosperidad creciente
de la ciudad de Washington nos ha ayudado, permitiendo fortalecer la base laboral de la región, al mismo tiempo que
también se exacerban las tendencias de creciente desigualdad en los ingresos que estamos llamados a mitigar a través de
nuestros programas de acercamiento y de la manera en que invertimos los fondos de la iglesia.
Como una panorámica somera, mientras que nuestro presupuesto de 2014, de $750,000, fue 50% más grande que el de
2003, de $475.000 —gracias a la adición de un sacerdote mayor al personal, una misa en español, un programa de educación infantil más robusto y otros cambios—, terminamos 2014 con un superávit mayor que el que tuvimos en 2003,
cuando no contábamos con clérigos no remunerados entre el personal y antes de la institución de la Misa Alegría.
La inversión cada vez mayor de la congregación de la Iglesia San Esteban en nuestra comunidad puede apreciarse en la
cantidad de dinero recabado en diezmos y promesas de donación. En 2003 recaudamos $145,000 de 80 unidades de
compromisos de donación, y $13,000 adicionales en la colecta del diezmo de los feligreses de la congregación que no
prometieron ningún donativo y de quienes acuden a rezar ocasionalmente. En 2014 recaudamos $252,000 en promesas
de donación y $49,000 adicionales en diezmos. El número de unidades de compromisos de donación ha variado, desde
65 en 1997, el punto más bajo en nuestra historia reciente, hasta 80 en 2003 y 100 en 2015, y la promesa de donación
promedio ha aumentado en un 60% desde 2003. Entre tanto, la colecta del diezmo es significativamente mayor ahora que
hace una década, y fue casi cuatro veces mayor en 2014 que en 2003.
Aunque confiamos en que nuestra situación financiera es sólida, la decisión de convocar a un sacerdote a tiempo completo para ambas congregaciones no carece de riesgos. Es importante tener en cuenta que nos hemos beneficiado de contar
a tiempo parcial con un sacerdote veterano ya jubilado, cuyo salario tiene un tope acorde con los requisitos del Fondo
de Pensiones de la Iglesia, y con un sacerdote que comparte su tiempo entre la Misa Alegría y la diócesis, y cuyo salario
lo paga en su totalidad la Diócesis de Washington. Cuando la Iglesia San Esteban aceptó ayudar a la diócesis a sembrar la
semilla de una congregación hispana en 2005, fue en el entendido de que recibiría financiamiento diocesano únicamente
por un tiempo limitado. La obispa Budde ha sido clara en que los fondos diocesanos para la Misa Alegría disminuirán en
los próximos años. El Comité de Finanzas le ha presentado la junta parroquial varios años de proyecciones financieras,
con toda una gama de hipótesis acerca del nivel de financiamiento continuo, las cuales muestran desde el mejor hasta el
peor de los casos, y la junta parroquial se siente confiada en que podremos hacer los ajustes necesarios en los ingresos y
los egresos en los próximos años para compensar una reducción del financiamiento diocesano.
Nuestro Personal
• Administrador parroquial. Este actual puesto de 30 horas a la semana lo ha ocupado la misma persona dedicada durante 18 años, quien también es un viejo feligrés, y un ex celador menor y ex miembro de la junta parroquial. Sus responsabilidades actuales incluyen la supervisión financiera; administrar todos los aspectos de la
Campaña Capital, desde la correspondencia hasta los contratos; coordinar el calendario parroquial y las comuniPage 11
caciones (entre otras, nuestro boletín quincenal Bread, los correos electrónicos semanales y los boletines dominicales). También supervisa al personal, administra nuestro muy ocupado edificio (reclutamiento y relaciones con
los usuarios del espacio, reparaciones, y mantenimiento) y redacta solicitudes de donación. Piensa mudarse a
Arizona en mayo de 2016.
• Contador. Actualmente estamos buscando alguien que ocupe este puesto de 15 horas a la semana a la partida
de quien lo detenta al presente, prevista para agosto. Entre sus responsabilidades están encargarse de la nómina,
de los cheques, de las cuentas por pagar y por cobrar, y otras funciones contables de una compleja operación de
$700,000 al año que consta de varios programas, en la que Panes y Peces (Loaves and Fishes) y muchos de los
usuarios del espacio se suman a las necesidades típicas de la contabilidad parroquial.
• Conserje. La Iglesia San Esteban y la Encarnación tiene contratado un servicio de limpieza que pone a nuestra
disposición a una persona a tiempo completo (40 horas a la semana) para atender todas nuestras necesidades
de limpieza. Esta misma empresa proporciona servicios de limpieza adicional para nuestra cocina y para Panes y
Peces.
• Dirección musical. Hay un director musical/organista/teclista para la misa en inglés de las 10:30 y las misas
bilingües (13 horas a la semana) que ha trabajado para la iglesia desde 2011, y un director musical/teclista para
la Misa Alegría (5 a 7 horas a la semana) que ha estado con nosotros desde 2006. Ellos seleccionan la música en
consulta con los predicadores y los celebrantes, dirigen los coros respectivos y organizan presentaciones especiales.
• Coordinador de Panes y Peces (Loaves and Fishes). Una persona trabaja 13 horas a la semana y es responsable de la operación diaria de nuestro programa de comedor, incluyendo la contratación, capacitación y calendarización de las actividades de los voluntarios, ordenar comida, y coordinar la preparación de los alimentos y la
manera de servirlos.
• Educación cristiana y guardería para niños. Un feligrés trabaja 4 horas a la semana coordinando los programas
de educación cristiana para niños de la misa de las 10:30, reclutando y asegurando la capacitación de los nuevos
voluntarios, manteniendo la lista y el horario de los mismos, y administrando el presupuesto de los programas.
Otra persona asalariada cuida de los bebés y los niños pequeños durante la misa de las 10:30. Actualmente, el
personal asalariado no tiene a nadie que coordine la educación cristiana para niños durante la Misa Alegría.
• Seguridad. Una persona se encarga de la seguridad por la noche y coordina ésta para los eventos especiales, y
otras dos prestan servicios de seguridad y atención al público para Panes y Peces, así como en eventos especiales.
VII.
Nuestro
edificio
Nuestra casa parroquial, con sus 90 años, tres
pisos y 1,765 metros cuadrados, es uno los
más grandes regalos (y desafíos) de Dios para
nuestra iglesia. Construida a finales de los
1920 por y para una congregación de 2,000
fieles, es un legado que nos fue cedido para
usarlo en beneficio de nuestra parroquia,
de nuestros vecinos, de nuestra ciudad y de
nuestro mundo.
Nuestra política es mantener las oficinas, las salas de reuniones y el espacio de dormitorio de nuestro edificio utilizados
por las organizaciones que satisfacen las necesidades de nuestra comunidad en un estado que sea acorde con la visión de
nuestra parroquia. En la actualidad, una decena de organizaciones sin fines de lucro tienen sus oficinas en la Iglesia San
Esteban (ver Apéndice A) y otros tantos grupos se reúnen o duermen aquí cada año. Nuestras salas por lo general están
ocupadas los siete días de la semana, a menudo desde temprano por la mañana hasta ya entrada la noche. El ingreso dePage 12
rivado del uso de estos espacios equipara al de las contribuciones de los feligreses, y es muy importante para mantener la
buena salud financiera de nuestra iglesia. Un problema con el que brega constantemente la Iglesia San Esteban es cómo
proporcionar un espacio adecuado para satisfacer las necesidades de la parroquia, manteniendo al mismo tiempo espacio
suficiente para apoyar a los grupos externos y generar ingresos.
Desde 2007, hemos venido emprendiendo muy aplazadas y necesarias iniciativas para renovar el edificio, empezando por
la renovación del tercer piso de la sala parroquial para que el espacio cumpla con el código de urbanización y crear un área
de trabajo más flexible, así como nuevos baños, a fin de aumentar el potencial de uso del espacio. En 2014, el dinero de
la Campaña Capital se dedicó primero a hacer mejoras a la muy utilizada sala parroquial: cocina, baños y espacio para las
labores de limpieza nuevos. La renovación de la iglesia comenzó en julio de 2015, con una fecha de terminación prevista
para la Semana Santa de 2016. También hemos tomado medidas para limitar nuestro impacto ambiental mediante la instalación de celdas solares en el techo, lo cual también ayudará a reducir nuestros
gastos de electricidad. Grandes donaciones especiales se destinaron a pagar la
modernización de la cocina principal y el comedor donde Panes y Peces prepara
y sirve las comidas, así como la restauración prevista del órgano de la iglesia. Los
resultados de estas mejoras han sido condiciones renovadas para la congregación,
nuestros invitados de Panes y Peces, las organizaciones que tienen oficinas en la
sala parroquial, así como los grupos vecinales, las celebraciones familiares y los
manifestantes de fuera que llegan a nuestras puertas.
VIII.
La vida
parroquial
y nuestra
labor
en el
mundo
Formación cristiana para adultos
•
Foro para adultos los domingos por la mañana entre las dos misas matutinas; el sacerdote mayor Frank Dunn organiza el horario. Las sesiones se centran en una amplia gama de
temas teológicos, espirituales, socioculturales y políticos, y son dirigidas por clérigos, laicos y
oradores invitados.
•
“Bienvenidos a la iglesia de San Esteban”, una clase dividida en seis partes y dirigida a
los nuevos feligreses de la parroquia, lleva casi diez años realizándose bianualmente. Este año,
el formato cambió a “Cuestiones de fe”, una clase vespertina semanal permanente para los recién llegados y otros. El sacerdote mayor Frank Dunn y un equipo de laicos facilitan las clases y
están evaluando la forma que cobrarán para el año que viene.
•
Los feligreses de la congregación de la Misa Alegría se reúnen los lunes por la noche,
antes del ensayo del coro, para recibir formación espiritual. El formato habitual consiste en una
deliberación de grupo en torno a algún libro, con un enfoque reciente en el libro de estudio bíblico La historia, e instrucción y deliberación acerca de la tradición e identidad episcopal.
Formación cristiana para hijos de la misa de las 10:30
Por muchos años, ofrecer una educación cristiana constante, dinámica, amorosa e incluyente para los niños (y por extensión, si no es que por ósmosis, para los padres) ha sido una meta esquiva de la Iglesia San Esteban y la Encarnación. Por
muchas décadas, la ausencia de un programa tal y una dependencia de los padres mismos para que se ofrecieran como
voluntarios, ha llevado a las familias con hijos pequeños a cambiarse a iglesias con programas de educación cristiana más
sólidos.
Un aumento bastante repentino en el número de padres con hijos pequeños en la parroquia a mediados de los 2000 dio
lugar a un compromiso renovado con la educación cristiana de los niños y a la adopción del plan de estudios basado en
el modelo Montessori, Jugar Junto a Dios. Esto, a su vez, llevó a un aumento en el interés de las personas mayores, los
padres y los jóvenes sin hijos por ofrecerse como voluntarios para el programa. Actualmente, el número de voluntarios
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es de unos 15. Desde su inicio, la asistencia dominical promedio en las actividades de educación cristiana para niños del
programa Jugar Junto a Dios se ha triplicado. Ante la insistencia de los padres, los niños ahora participan activamente en
la misa de las 10:30, como se describe en la Parte IV.
Hoy, el programa de educación cristiana de la misa de las 10:30 tiene varios niveles, y en aumento.
• El servicio de guardería, desde recién nacidos hasta los tres años de edad, se presta
para la misa de las 10:30 bajo la supervisión de un miembro asalariado del personal.
• Jugar Junto a Dios, para los niños de 3 a 8 años de edad.
• Conecta, para niños de 9 a 12 años de edad; este plan de estudios fue seleccionado para los niños mayores, quienes sentían que ya eran demasiado grandes para
seguir en Jugar Junto a Dios, después de una cuidadosa consulta y participación de
los padres.
Aunque al presente hay pocos adolescentes en la congregación de habla inglesa, estamos conscientes de la necesidad de
crear un programa viable para este grupo, para cuando los niños de la Iglesia San Esteban sean mayores.
La educación cristiana para niños de la Misa Alegría
Establecer un programa permanente de formación cristiana para niños es un desafío primordial para la congregación de
la Misa Alegría. La gran diferencia de edades y capacidades de los niños en inglés y en español son algunas de las características que dificultan que un voluntario que no esté capacitado o los padres de la congregación de la Misa Alegría asuman
responsabilidades de enseñanza. La Misa Alegría ha contado con programas específicos para los niños, tales como una
exitosa exploración intergeneracional de los sacramentos, historias de la Biblia, participación en dramatizaciones cortas
para la Navidad y la Vigilia Pascual, excursiones, y campamentos musicales. La junta parroquial está investigando maneras de asegurar que haya un programa de educación cristiana más constante para los niños de la congregación de la Misa
Alegría.
Convivencia
Además de los servicios bilingües cada vez mejores, hemos realizado varias actividades exitosas para tender lazos entre la
congregación de la Misa Alegría y la de habla inglesa. Enedina Vásquez, directora espiritual y artista folclórica de San Antonio, Texas, ha dirigido dos notables talleres intergeneracionales bilingües. En el primero de ellos, los feligreses crearon
el Nicho, un nuevo espacio sagrado en la capilla de la Resurrección de la iglesia, con un fondo gloriosamente pintado, del
cual cuelgan muchas efigies e imágenes de la Virgen María. Al año siguiente, Enedina nos acompañó para llevar a cabo un
taller de narración de cuentos y pintura de íconos que fue igualmente inspirador.
Los miembros de las congregaciones de habla inglesa y de la Misa Alegría han compartido una serie de sesiones vespertinas para estudiar y debatir el libro Enrique’s Journey
(El viaje de Enrique), seguidas de las anécdotas personales compartidas por los miembros de ambas congregaciones. Estas sesiones hicieron mucho por abrir los ojos, oídos
y corazones de los presentes para entender el paso de otros por la vida.
En los últimos tres años, los viernes de Cuaresma, luego del Vía Crucis bilingüe, los
miembros de ambas congregaciones se han reunido en preparación para la Vigilia Pascual. Estas reuniones han incluido proyectos artísticos, lecturas dramáticas y obras de
teatro cortas, todos encaminados a ilustrar las escrituras de la Vigilia Pascual. Estas actividades han tenido éxito, en gran medida gracias a que exigen un mínimo de palabras,
y a que nos invitan a usar nuestros talentos y a ir más allá de nuestros propios confines.
La junta parroquial ha convocado al establecimiento del grupo especial Convivencia,
cuyo objetivo es seguir diseñando e impulsando este tipo de actividades para tender
estos lazos.
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El ministerio para jóvenes adultos
Los Jóvenes Adultos de la Iglesia San Esteban y la Encarnación (YASSI, por sus siglas en inglés) es un grupo informal de
feligreses en sus veinte y sus treinta. Las actividades del grupo se organizan con mucha libertad, y varían según la temporada y los intereses de sus miembros. En estos momentos, YASSI se reúne para almorzar en un restaurante local después
de la misa de las 10:30, celebra completas (oración para culminar el día) y fiestas “de traje” los domingos de Cuaresma y
de Adviento, y asiste a otros eventos en la comunidad. En el último año, parte de YASSI ha formado un pequeño grupo
que se reúne dos veces al mes para hablar del libro de Brian McLaren, We Make the Road by Walking (Se hace camino al
andar). YASSI tiene un activo servidor automático de listas de correo que los jóvenes feligreses aprovechan para organizar eventos y que de manera permanente trata de integrar a la gente nueva.
Los grupos pequeños
Por muchos años hemos fomentado la formación de grupos pequeños para fortalecer nuestra comunidad y como una
manera de que los feligreses se acerquen unos a otros, y a Dios. La experiencia nos ha enseñado que los grupos más
viables son los que crecen al seno de la parroquia. Uno o dos feligreses identificarán una necesidad, extenderán una invitación y verán si la idea genera interés. Entre los ejemplos de tales grupos están uno para hablar de libros en la parroquia,
uno de apoyo domiciliario para quienes cuidan de seres queridos seniles o enfermos, y uno domiciliario para los feligreses jubilados o a punto de jubilarse. Estos grupos con frecuencia devienen en una fuente importante de apoyo mutuo y
amor pastoral.
El ministerio de música
El coro de la misa de las 10:30 cuenta actualmente con 12 a 15 miembros. El director musical Michael Salmon saca a relucir
las mejores cualidades de los aspirantes a cantantes que se ofrecen como voluntarios. No hay un proceso de solicitud ni audiciones, pero se espera que los integrantes ensayen los jueves por la noche si quieren cantar el domingo siguiente. Al ensayo
de los jueves a menudo le siguen unas completas cantadas. El coro también ha hecho labor pastoral cantando en los hogares
de los feligreses que están confinados en su casa, muy enfermos o moribundos.
El coro de la Misa Alegría
Los músicos y el coro de la Misa Alegría son un pequeño y dedicado grupo
de feligreses. Abierto para todos, el coro se reúne los lunes por la noche para
sus ensayos informales, donde practican la música para el domingo siguiente
y para celebraciones religiosas especiales ocasionales, tales como el Día del
Salvador del Mundo, el Día de la Virgen de Guadalupe, el Día de los Muertos
y otras fiestas patronales. Los eventos de la comunidad de la Iglesia San Esteban en general, tales como las reuniones anuales u otros encuentros de la
parroquia entera, con frecuencia terminan en baile al ritmo de los músicos de
la Misa Alegría.
La vida de oración
Los feligreses de todas las congregaciones participan de alguna manera en la vida litúrgica de la iglesia, ya sea como lectores,
anfitriones, celebrantes, coristas, ceroferarios, cruciferarios, turiferarios, directores de ceremonias y haciendo las hostias. Para
la misa de las 10:30, el sacerdote mayor Frank Dunn convoca a un grupo de feligreses interesados a reunirse con el director musical Michael Salmon para planificar la liturgia para la temporada. Normalmente, esto se hace dos veces al año para
planificar para el Adviento y la Navidad, y de nuevo para la Semana Santa y la Pascua. Él es el responsable de completar la
rotación de los predicadores y los celebrantes, y un laico coordina la de los demás participantes de la misa. Actualmente hay
dos celebrantes de la Misa Alegría que ayudan a preparar el servicio, y asignan a los lectores, el turiferario, el cruciferario, los
ceroferarios y otros de entre la congregación para ayudar en la misa dominical.
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Nuestra labor en el mundo
La Iglesia San Esteban tiene varios proyectos en curso que ofrecen comida para los hambrientos, abogan porque haya
viviendas económicas, crean y difunden el arte, y luchan por la justicia en nuestro vecindario de Columbia Heights y en
nuestra ciudad.
Panes y Peces. A mediados de los 1960, feligreses de la congregación matutina se reunieron para tomarse un café después
de la misa. La feligresía caribeña de la Iglesia San Esteban empezó a crecer por esta época, conforme las oportunidades educativas en Inglaterra disminuían, al mismo tiempo que las naciones del Caribe buscaban independizarse de Gran Bretaña.
Esto dio lugar a una afluencia de estudiantes caribeños y sus familias al Distrito de Columbia, trayendo consigo la tradición
de compartir los alimentos en la iglesia después de la misa. El café se amplió entonces a una comida “de traje”, lo cual empezó a atraer a los pobres y los desamparados del vecindario, quienes fueron gratamente recibidos a la mesa. En 1968, esto
se convirtió en el Programa Panes y Peces, conducido por voluntarios laicos de la iglesia de San Esteban. Desde entonces,
Panes y Peces ha servido almuerzos calientes los fines de semana para quienes necesitan comida, atendiendo hoy en día a un
promedio de 150 personas todos los sábados y domingos, así como los feriados federales (cuando la mayoría de los demás
programas de comidas gratuitas de la ciudad están cerrados), con más de 15,000 comidas al año en la actualidad. Con los
años, el programa se ha ampliado para incluir a voluntarios de muchos grupos religiosos y organizaciones comunitarias de
Washington, y ahora representa más del 15% del presupuesto de la iglesia de San Esteban. Aunque la participación de los
feligreses de la parroquia ha experimentado altibajos con el transcurso de los años (en la actualidad hay cuatro feligreses en el
cuerpo administrativo de Panes y Peces, y aproximadamente seis que periódicamente trabajan como voluntarios en la cocina
y el comedor), la Iglesia San Esteban sigue teniendo una inversión importante en el éxito del programa.
Urban Village Corporation. En los 1960, la Iglesia San Esteban cedió un tercio de su terreno (incluyendo los predios
de la rectoría) y ayudó a comprar otros adyacentes para la construcción de Urban Village (Aldea Urbana), el complejo de
apartamentos de vivienda económica que rodea a la iglesia por tres de sus costados. Hoy en día, la Urban Village Corporation (UVC), una extensión de ese proyecto, supervisa la administración de Urban Village Apartment para asegurarse
de que siga respetando el sistema de alquileres subsidiados. Sólo ocho de las 72 unidades del complejo pueden alquilarse
a precio de mercado. Además, UVC pugna por preservar dicha vivienda económica tal y como existe en el vecindario, y
se suma a los esfuerzos por crear más. Una tercera parte de la junta directiva de Urban Village Corporation la integran
feligreses o antiguos feligreses de la iglesia de San Esteban, y otros dos tercios, residentes de Columbia Heights (muchos
de ellos inquilinos de Urban Village). En fecha reciente, la directiva de la UVC hizo mancuerna con la Iglesia San Esteban
para integrarse a la Coalición Religiosa de la Zona Conurbada de Columbia Heights, una red informal que también incluye a la iglesia unitaria de Todas las Almas, la iglesia católica de San Agustín y el santuario católico del Sagrado Corazón
de Jesús, y que se dedicará específicamente a la conservación de la vivienda económica en la zona de Columbia Heights,
organizando a los inquilinos y cabildeando entre los funcionarios locales.
La Red Interreligiosa de Washington. La Iglesia San Esteban también es un miembro activo de la Red Interreligiosa de
Washington (WIN, por sus siglas en inglés), que es una organización de poder ciudadano multirracial y multireligiosa de
todo el Distrito de Columbia, integrada por congregaciones y asociaciones locales. La WIN echa mano de la organización
comunitaria para apoyar la vivienda económica, la creación de empleos y los programas para jóvenes en el Distrito de
Columbia, y forma parte de la Fundación de Áreas Industriales. En lo principal, la Iglesia San Esteban apoya a la WIN
participando en grandes actos de acción a nivel de toda la ciudad unas cuantas veces al año.
El Ministerio Samaritano de la Zona Metropolitana de Washington. A partir de los 1960, la Iglesia San Esteban respondió a las dificultades económicas del vecindario abriendo sus puertas a los necesitados. La clerecía y el personal de la
parroquia hicieron lo mejor que pudieron por responder con una despensa de alimentos y otros servicios, pero, a fines de
los 1970, el entonces rector Jack Woodard vio la necesidad de una formalización y consolidó las labores de acercamiento
de la iglesia en una sola organización unificada llamada Ministerio Samaritano, misma que él consiguió ampliar con financiamiento externo. Con el tiempo, conforme las necesidades iban en aumento, el Ministerio Samaritano buscó y atrajo la
participación de otras congregaciones y, finalmente, se separó como una organización aparte que adoptó el nombre de
Ministerio Samaritano de la Zona Metropolitana de Washington (SMGW, por sus siglas en inglés) y se mudó a un local
más grande calle arriba por la 16. La Iglesia San Esteban sigue siendo una parroquia afiliada al SMGW, contando con un
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miembro en su Consejo Consultivo, junto con más de 50 parroquias episcopales de la zona metropolitana del Distrito de
Columbia.
St. Stephen’s Housing. St. Stephen’s Housing, Inc. (Vivienda de San Esteban), una filial de la Iglesia de San Esteban,
tiene una casa adosada de dos unidades en la calle Newton que se usa como vivienda provisoria para las familias que están saliendo del desamparo. Las familias que habitan las dos unidades, una de ellos un apartamento de cuatro recámaras,
pagan $300 de alquiler al mes y reciben servicios de apoyo por parte de Esperanza y un Hogar, una organización independiente que arrienda la casa por un alquiler simbólico.
IX.
El
camino
que
nos
depara
Pregunte a los feligreses de la Iglesia San Esteban que es lo que más les gusta de nuestros servicios
religiosos y es muy probable que le cuenten cómo es que, en la mayoría de las misas, nos reunimos
en torno al altar para celebrar la Sagrada Comunión. Este círculo eucarístico es una imagen medular central de la iglesia de San Esteban, nutriéndonos en nuestra identidad común como miembros
vivos del Cuerpo de Cristo y recordándonos visualmente que hay lugar para todos a la mesa del
Señor. Pero el círculo necesita crecer aun más.
A medida que seguimos creciendo en nuestra identidad como una iglesia bilingüe, debemos acercarnos más los unos a los otros como parte de un círculo común, entablando relaciones a través
de las diferencias raciales, idiomáticas y culturales mediante la práctica de la convivencia, viviendo
con un conocimiento consciente los unos de los otros. Aunque hemos tenido algunos éxitos notables en la convivencia, como leyó en la Parte VIII, aún nos queda un largo camino por recorrer.
En una evaluación de la parroquia que se realizó en preparación para la campaña capital de “Ampliando el Círculo” se propuso la creación de un equipo bilingüe que se centrara en las oportunidades para tender lazos. La junta parroquial afirmó
la importancia de formar semejante grupo haciendo de esto una prioridad para el próximo año. El progreso ha sido lento
y buscamos nuevas ideas sobre cómo construir juntos esta importante parte de nuestras vidas.
La afluencia de jóvenes a la congregación en los últimos 10 años ha sido una gran bendición para la parroquia, pero también un reto, porque los jóvenes con frecuencia se mudan para continuar su educación o en busca de oportunidades de
trabajo en otras partes de los Estados Unidos o del extranjero. Esto, y un contingente de la parroquia que ha venido envejeciendo, han resultado en los niveles relativamente estancados de la congregación de habla inglesa desde hace varios
años. Dado este desgaste previsible entre estos grupos etarios clave, creemos necesario explorar nuevas formas de dar a
conocer la Buena Nueva a sectores más amplios de nuestra comunidad para crecer, asegurándonos al mismo tiempo de
que quienes visitan las distintas congregaciones sigan sintiéndose personalmente bienvenidos.
El viraje del vecindario hacia alquileres más altos y residentes predominantemente angloparlantes, junto con el envejecimiento natural de la congregación, también ha conducido a un cambio en nuestra diversidad: como se indicó en la Parte
III, en la actualidad el 17% de nuestros feligreses son afroamericanos o caribeño-americanos, una disminución desde el
46% en los últimos 30 años, que se refleja más que nada en la congregación de habla inglesa. Nosotros creemos que una
rica diversidad es una fuente de fortaleza y da un profundo testimonio de la naturaleza del Reino de Dios, pero no hemos
abordado esta realidad de la disminución de la feligresía entre los afroamericanos y los caribeño-americanos, y cómo esto
afectará a aquellos para quienes la diversidad racial de la parroquia reviste una gran importancia.
Cuando se le preguntó cuál era el mayor desafío que enfrentábamos, uno de los feligreses lo planteó así: “Aumentar el
número de feligreses, y mantener nuestra alegría, solidaridad, fe y amor por el prójimo. ¿Cómo vivimos tanto una invitación como una convivencia? ” Otro dijo: “Tenemos que profundizar nuestro crecimiento espiritual, nuestro compromiso el uno para con el otro, y para con nuestros propios valores y prácticas espirituales. Si podemos SER la iglesia los unos
para los otros, la comunidad crecerá”.
Estamos preparados para un futuro radiante, colmados del poder del Espíritu y listos para cumplir la obra de Dios en el
mundo, ya sea de las viejas maneras conocidas o de nuevas formas que aún no hemos imaginado; buscamos a nuestro
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próximo sacerdote mayor; acogemos con gusto ojos frescos, una mente abierta, un aprecio por nuestro modelo de liderazgo compartido y un corazón amoroso.
X.
Descripción
de
trabajo
del
Sacerdote
Mayor
En estrecha colaboración con el administrador de la parroquia, los clérigos afiliadas, líderes
laicos comprometidos, y las organizaciones de la comunidad sin fines de lucro que comparten nuestro espacio, el próximo sacerdote mayor ayudará a la parroquia en construir en
la base de su historia y su identidad única para crecer y profundizar sus congregaciones,
compartiendo la buena noticia liberadora de Jesucristo con sus vecinos.
Esta es una nueva posición; actualmente empleamos un sacerdote mayor de medio tiempo
que principalmente sirve feligreses de habla inglés, mientras que la misionera latina diocesana lleva nuestro servicio en español.
Habilidades y calificaciones deseadas
• Habla inglés y español con fluidez
• Experiencia en situaciones litúrgicas, sociales y pastorales que involucran múltiples culturas, con preferencia especial de tener experiencias con latinos / latinoamericanos y
afroamericanos.
• Experiencia en el ministerio entre los adultos jóvenes, familias con niños pequeños, y en los barrios urbanos.
• Sentir cómodo en compartir tomar decisiones con una variedad de grupos de interés internos y externos.
• Habilidad demostrada en la identificación y desarrollo de líderes voluntarios en el ministerio.
• Apasionado por la justicia social, especialmente en lo que expresa a través de la comunidad del edificio.
• Especialización en brindar atención pastoral a los feligreses.
• Capacidad de apoyar los feligreses con vocaciones en el servicio social y el cambio social.
• Cómodo y con experiencia en la liturgia tradicional y contemporánea.
Responsabilidades
Nota: El modelo de liderazgo de San Esteban es diferente de la parroquia episcopal típico. La autoridad de tomar decisiones, que normalmente se delega a un rector, se comparte entre un equipo de liderazgo compuesto por el sacerdote mayor,
administrador parroquial (que es supervisado por la junta parroquial), guardián mayor y guardián júnior.
• En colaboración con el equipo de liderazgo y la junta parroquial, desarrolla la visión de la parroquia para los planes estratégicos del ministerio y de largo plazo.
• Convoca un equipo de voluntarios de los sacerdotes afiliados y comparte con ellos en predicar, celebrar la eucaristía, y
otros ministerios sacerdotales / sacramentales.
• Dirigir los conexiones de la parroquia a la comunidad de vecinos y más amplio, en colaboración con el administrador de
la parroquia, con un énfasis principal en invitar a nuevos miembros a unirse a la comunidad parroquial.
• En colaboración con el equipo de clérigos y laicos voluntarios, supervisa toda la planificación litúrgica y ministerios relacionados (música, sacristanes, la cofradía del altar, etc.)
• Supervisa la educación cristiana y la formación espiritual tanto para adultos como para niños
• Supervisa el personal de música y el ministerio de niños.
• Supervisa el cuidado pastoral, proporcionado por los sacerdotes y laicos.
• Fomenta la convivencia, la construcción de comunidad entre ambos feligreses de habla español y de habla inglés y la
incorporación de nuevos miembros en la vida parroquial.
• Apoya el compromiso de la parroquia a la diversidad racial y cultural a través de la extensión a la comunidad, dando la
bienvenida a nuevos miembros, y la garantía de que nuestros diversos orígenes culturales se reflejan en la liturgia, la
educación cristiana y la vida parroquial.
• Proactivamente identifica y desarrolla voluntarios laicos capaces de liderar nuevos y existentes ministerios.
• Ayuda a los feligreses a discernir como Dios los está llamando a los ministerios de justicia social y reconciliación en sus
propias vidas y en la comunidad.
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XI.
Organizaciónes
en
San
Estebán
Brainfood (Alimento para el Cerebro) ofrece programas escolares o extraescolares dirigidos a estudiantes de secundaria. Brainfood utiliza nuestra cocina
para enseñar destrezas para la vida mediante el arte culinario..
CISPES (Comité de Solidaridad con el Pueblo de El Salvador) es una organización de base popular dedicada a apoyar la lucha del pueblo salvadoreño
para la autodeterminación y la justicia social y económica.
HacDC es uno de los primeros espacios de aficionados de la informática en el
país, impartiendo clases relacionadas con la tecnología y ayudando a mantener
la infraestructura de comunicaciones de la Iglesia San Esteban.
Homeless Children’s Playtime Project (Proyecto de Recreo para Niños
Desamparados) ofrece oportunidades de juego y es un enérgico defensor de
los más de 600 niños que viven en albergues para desamparados en el Distrito
de Columbia.
Thrive DC ofrece programas de servicio social que asisten a las personas necesitadas. Thrive ofrece desayunos para todos y cenas para mujeres y niños entre semana, además de servicios de duchas y lavandería, acceso a computadoras, servicios legales y psicológicos, y asistencia social.
We Are Family proporciona apoyo a las personas mayores que viven en el vecindario de San Esteban.
Positive Force s un colectivo activista que busca el cambio radical social, el crecimiento personal y la capacitación de los
jóvenes. Organiza beneficios y conciertos gratuitos, exposiciones de arte, proyecciones de películas, protestas y eventos
educativos y al mismo tiempo proporcionándoles con servicios directos a las personas que los necesitan.
Story District organiza eventos hablados por todo el Distrito de Columbia.
Washington Peace Center es una organización multi-tema, anti-racista, de base, que trabaja por la paz, la justicia y el
cambio social no violento en el área metropolitana de Washington DC desde 1963.
Words Beats & Life (Palabras, Ritmos y Vida) es una organización para jóvenes que toma la cultura hip-hop como base
para sus actividades de danza, fotografía, mezcla de música y clases, a fin de crear un vehículo que transforme tanto las
vidas individuales como las comunidades.
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Colabradores
Brian Best, Jane Bishop, Sarah Bushman, Luis Correa, Irma Cruz Chavez, Shirley Evbuoma, Kaaren Holum, Cosby
Hunt, Fern Hunt, Linda Kaufman, Phil Kennedy, Kim Klein, Susan Kyle, Jane Lincoln, William MacKaye, Hugh McElroy, Laura Moye, Atiba Pertilla, Michael Sherrard, Laurna Strikwirda
Comité de Büsqueda
Ellen Baynard
Luis Correa
Irma Cruz Chavez
Cosby Hunt
Fern Hunt
Phil Kennedy
Susan Kyle
Jane Lincoln
Hugh McElroy
William MacKaye
Michael Sherrard
Mauricio Vasquez
Laura Moye
Junta Paroquial
Sacerdote Mayor
Guardián Mayor
Guardián Júnior
Secretario
Junta Parroquial
De Officio
El Rev. Frank Dunn
Michael Robbins
Sandra Moore
Laurna Strikwerda
Tom Bell
Sarah Bushman
Nigel Collie
Boris de Paz
Elizabeth Finley
Gay Gellhorn
Raphael Jackson
James Laws
Sarah Stewart
Brian Best, Administrador de la Parroquia
La Rvda. Sarabeth Goodwin, Misionera Latina
Atiba Pertilla, Tesorero
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