Alternativas políticas

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ESCENARIOS • IMEP
Alternativas
políticas
Por Instituto Mexicano de Estudios Políticos, A.C.
imep@imep.com.mx
De cara al próximo relevo en el Poder Ejecutivo
Federal, surgen importantes interrogantes
sobre el tema de la gobernabilidad y la posibilidad que tendrá el candidato electo de
alcanzar acuerdos básicos necesarios para la
definición del rumbo del país.
E
xisten suficientes razones para prever que el próximo gobierno habrá de enfrentar una situación
similar a la que debió enfrentar el Presidente Fox: el
partido del Presidente no contará por sí solo con los
votos necesarios en el Congreso de la Unión para sacar adelante los proyectos legislativos indispensables para el cumplimiento de las metas programáticas.
Los gobiernos divididos son, al parecer, una realidad que llegó
para quedarse y, ante este hecho, una pregunta crucial para
los candidatos a la Presidencia de la República se refiere precisamente a cómo piensan gobernar.
La pregunta, planteada de modo más concreto, se puede formular en términos de a través de qué medios se habrán de
construir las mayorías legislativas estables requeridas para
gobernar. Ciertamente, una parte de la respuesta se relaciona
con la disposición al diálogo y con las habilidades negociadoras del próximo Presidente. No obstante, la esencia del problema se halla en la ausencia de estímulos institucionales a la
cooperación y a la búsqueda de acuerdos.
Felipe Calderón Hinojosa
La propuesta básica del candidato panista se estructura en torno a cinco ejes básicos: respeto al Estado de Derecho y seguridad pública; economía competitiva y generadora de empleos;
igualdad de oportunidades por medio de la educación de calidad y cobertura universal de servicios de salud; desarrollo sustentable, y democracia efectiva y política exterior responsable.
De entrada, resulta positivo constatar que para Calderón la
cuestión de la eficacia de la democracia, es decir, de su capa-
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cidad de gobierno, es fundamental. El problema de la falta de
adecuación de las reglas del juego es aceptado. De esta forma, se reconoce la necesidad de cambios para pasar del sufragio efectivo a la democracia efectiva. Sin embargo, se evita un
pronunciamiento claro respecto al tema crucial de la reforma:
la compatibilidad o falta de compatibilidad entre el presidencialismo y las realidades emergentes de una democracia plural. Por ello, el candidato del PAN señala que, antes de discutir
si el sistema presidencial está agotado, es necesario realizar
ajustes fortalecedores de las instituciones democráticas, con
el fin de favorecer los acuerdos y la rendición de cuentas.
En otras palabras, las propuestas de Calderón apuntan hacia la
realización de reformas parciales. Al parecer, la premisa tácita es que una reforma integral del Estado no sólo implicaría
ciertos cambios en la Constitución, sino la instauración de un
Congreso constituyente y que, por tanto, se antoja poco viable.
Las propuestas, entonces, consisten en impulsar los cambios
básicos que se requerirían para favorecer el acuerdo, la rendición de cuentas y la gobernabilidad. Las propuestas son pertinentes. Las dos primeras no requieren mayor comentario,
mientras que la tercera, la más ambiciosa e interesante en
tanto que introduce elementos parlamentarios, no es desarrollada por el candidato. Falta concreción con respecto a los
cómos de un gobierno de coalición.
Roberto Madrazo Pintado
De acuerdo con el candidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), la primera regla de un régimen presidencial es concertar y negociar con las distintas fuerzas políticas
dispuestas a lograr acuerdos nacionales para impulsar el desarrollo de la nación.
Asimismo, parte del principio de que habrá que gobernar con
estricto apego a la división de Poderes y al federalismo. Sobre
la base de esta premisa, sus principales planteamientos se
podrían sintetizar de la siguiente manera:
• Se requiere una amplia revisión del funcionamiento del
Poder Ejecutivo.
Felipe Calderón
Andrés M. López Obrador
Roberto Madrazo
Patricia Mercado
• En cuanto a la relación entre Poderes, el asunto de mayor
relevancia es la falta de coordinación y colaboración entre
Ejecutivo y Legislativo, en tanto el régimen presidencialista ha funcionado con base en mayorías absolutas que ya no
pueden existir.
• Por ello, se ha propuesto desde la recuperación de la cláusula de gobernabilidad hasta el cambio de régimen.
• En cuanto a la relación Ejecutivo-Judicial, son necesarias
reformas relacionadas con la unidad de jurisdicción para evitar que el Ejecutivo sea juez y parte.
• También debe revisarse la estructura actual de la administración pública federal bajo criterios no sólo de descentralización, sino con la finalidad de proporcionar un marco
adecuado a las modificaciones que se han llevado a cabo para
crear entidades autónomas y hacer más eficiente la función
ejecutiva del gobierno.
En pocas palabras, Madrazo reconoce la necesidad de reformas, así como la disfuncionalidad de muchas reglas del juego,
pero no propone ningún cambio en concreto. Al parecer, en
relación con la reforma del Estado, la ambigüedad y la vaguedad es lo que más le conviene.
También es lamentable que sólo mencione de paso temas
como la recuperación de la cláusula de gobernabilidad o el
cambio del régimen de gobierno, así como la modificación del
régimen de gobierno vía la introducción de la figura del Jefe
de Gabinete. Para Roberto Madrazo parece electoralmente
más redituable centrar su atención en las deficiencias de operación política del gobierno panista que en las disfuncionalidades institucionales.
Andrés Manuel López Obrador
Para el candidato perredista, la reforma del Estado nunca ha estado en el centro de sus preocupaciones. Al igual
que el candidato del PRI, López Obrador no quiere comprometerse con un cambio de fondo en el régimen presidencialista, pues acaricia el sueño de ejercer el poder sin
cortapisas que antaño ejercieron los presidentes durante
el periodo autoritario.
Para López Obrador, no es necesario revisar el funcionamiento del régimen presidencial. En todo caso, basta con respetar
cinco principios para asegurar la buena operación del sistema
presidencial y para garantizar la gobernabilidad democrática:
• División de Poderes. La relación entre Ejecutivo y Legislativo
debe partir del respeto a la autonomía del Legislativo, pero
tratando de encontrar los puntos de acuerdo en beneficio del
desarrollo social, económico y político del país.
• Autonomía del Poder Judicial. La relación EjecutivoJudicial debe estar apegada al Derecho. La interacción
entre ambos ha de fomentar el desarrollo del orden jurídico y la cultura del respeto a la ley. Se requiere una profunda
reforma al Poder Judicial que promueva la transparencia y
la responsabilidad.
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A tres meses de que llegue el día de elegir al nuevo Presidente
de la República, las ofertas de los precandidatos cobran mayor
fuerza en la opinión pública, lo que en definitiva marcará el
rumbo del voto en el electorado.
• Nuevo federalismo. La pluralidad y los avances en materia de
descentralización han impulsado el federalismo. No obstante,
el meollo del problema no tiene que ver con lo específicamente político, sino con la cuestión del reparto de los recursos.
• Presidencia republicana y democrática. El Presidente debe
ser el primero que respete su investidura actuando siempre
de manera republicana y democrática.
• Reforma constitucional para establecer la revocación del
mandato. La revocación del mandato contribuirá a la construcción de una gobernabilidad democrática más eficiente.
Un sexenio puede ser un periodo demasiado largo e, incluso,
puede ocurrir que en las elecciones intermedias el partido del
Presidente pierda la elección y vea reducida su capacidad de
maniobra. Entonces, la revocación del mandato podría funcionar. Los ciudadanos decidirían si optan por un Presidente
interino que termine el periodo, nombrado de acuerdo con la
Constitución por la coalición de partidos dominante o, en su
defecto, si deciden ratificar al Presidente.
Más que apostar por una reforma a fondo de las reglas del
juego político, para López Obrador la clave de la gobernabilidad democrática se encuentra en el apoyo social al
Primer Mandatario y en la capacidad de éste para construir consensos a partir de dicho apoyo. Por otro lado, conviene no perder de vista su señalamiento de la necesidad
de una reforma profunda al Poder Judicial dirigida a la rendición de cuentas. El planteamiento es correcto, pero falta
precisar la naturaleza de esta reforma.
Patricia Mercado Castro
Para la candidata de Alternativa Socialdemócrata, urge al
país que la política cumpla su función de ser la expresión
de intereses diversos y, al mismo tiempo, un espacio para el
acuerdo. Se requieren reglas para superar la contradicción
entre un sistema presidencialista y una realidad parlamentaria donde el Congreso adquiere cada día más peso, reglas
para que el monopolio de la política electoral no genere el
poder desmedido de las dirigencias partidarias. Se requiere
un pacto generacional para resolver los viejos problemas y
los nuevos que podrían agravarse si no empezamos a tomar
medidas desde ahora. Plantea, entre otras cosas:
• El sistema presidencial es obsoleto. Para hacer gobernable nuestra diversidad debemos empezar a construir un
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régimen semiparlamentario o semipresidencialista, donde
Ejecutivo y Legislativo cuenten con más espacios de cooperación y competencia.
• No se trata de dar todo el poder al Presidente para que lo
ejerza sin involucrar a los otros actores, ni de crear mayorías
ficticias en el Congreso que decidan sin acordar.
• Una solución eficaz es la ratificación y sanción, por parte del
Congreso, de los miembros del gabinete.
• Hay que sustituir el poder dividido por el poder compartido.
Todo ello involucra cambios constitucionales que, a su vez,
requieren un alto grado de acuerdo. Desafortunadamente, a
la propuesta de Mercado le falta concreción.
Reflexión final
En relación con el tipo de reformas propuestas por los
candidatos, cabe comentar que:
• Ningún candidato propone una reforma integral del
Estado. El planteamiento más cercano a ello es el de
Patricia Mercado, quien explícitamente favorece la idea
de un nuevo régimen, de naturaleza semiparlamentaria.
• Todos, con la excepción de López Obrador, reconocen
la necesidad de reformas y aun de revisar la naturaleza del
régimen de gobierno, pero ninguno avanza propuestas
concretas al respecto. Sus propuestas, aunque pertinentes, son de naturaleza limitada y se quedan en el nivel de
lo enunciativo.
Para todos los candidatos, la posibilidad de construir
acuerdos es básica para asegurar la gobernabilidad. Las
diferencias se manifiestan en relación con la manera en
que piensan lograr dichos acuerdos.
• Para Calderón, la clave parece estar en un paquete de
reformas muy precisas y en una indeclinable voluntad
presidencial para negociar.
• Para Madrazo, la clave se ubica en la capacidad de
operación política más que en la corrección de las disfuncionalidades institucionales.
• Para López Obrador, la clave está en la legitimidad y en
el apoyo social de que disfrute el Presidente.
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