UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 Las Cláusulas Abusivas en la Contratación con Consumidores en la Legislación Argentina Estigarribia Bieber, María L. Facultad de Ciencias Económicas - UNNE. Avda. Las Heras 727 - (3500) Resistencia - Chaco - Argentina. Tel./Fax: +54 (03722) 427520 - E-mail: mlestigarribia@eco.unne.edu.ar ANTECEDENTES Encuadraremos las presentes reflexiones dentro del llamado Derecho del Consumidor. Respecto de esta nueva rama de la disciplina jurídica, el Dr. Jorge Mosset Iturraspe (1996), realiza las siguientes consideraciones: “Derecho y Economía confluyen en este nuevo Derecho, como no ocurriera antes, en el Civil, que la ignoraba, ni en el Comercial, que en ocasiones la priorizaba en exceso. Derecho y Economía, conscientes cada uno de sus funciones, sin imperialismos absurdos y frustrantes, aportan lo suyo para concluir en una “utilidad con justicia”, en un lucro con equilibrio, en un intercambio en equidad en el cual prime, en una palabra, la solidaridad negocial”. La relación jurídica de consumo tiene como elementos subjetivos al consumidor y al proveedor -en sentido lato- de bienes o servicios. En tal sentido, corresponde brindar un marco de referencia, definiendo a los protagonistas de esta problemática. Para ello tomaremos los conceptos que nos brinda la ley 24240 que, en su artículo 1º, dice: ” ... Se consideran consumidores o usuarios, las personas físicas o jurídicas que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio propio o de su grupo familiar o social”. Y en su artículo 2º se refiere a los Proveedores de cosas o servicios como “... todas las personas físicas o jurídicas, de naturaleza pública o privada que, en forma profesional, aún ocasionalmente, produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o presten servicios a consumidores o usuarios. ...”. Por su parte, el aspecto objetivo del tema está dado por los Contratos de consumo, que son aquellos celebrados entre consumidores y proveedores. En los contratos de consumo, existe una parte fuerte, constituida por el experto - proveedor, y una parte débil, encarnada por el profano - consumidor, de allí que la protección que merece el consumidor le es otorgada en virtud de la distorsión del equilibrio negocial, que deviene de la diferencia señalada. A este respecto se ha expedido el V Congreso Internacional de Derecho de Daños (Buenos Aires, 1997), al expresar como recomendación, que en el ámbito del Mercosur, sea consagrado el principio de “reconocimiento de la vulnerabilidad del consumidor”, como pauta del “sistema de protección”. Esta disparidad de fuerzas en la contratación con consumidores, establece que los contratos que se celebran son de carácter predispuesto o de adhesión, resultando prácticamente nula la participación de la “parte débil”, en la formación del consentimiento, atento la inexistencia de negociaciones previas, dado el carácter de los actos jurídicos celebrados. El principio de la Autonomía de la Voluntad se encuentra absolutamente limitado y distorsionado en este tipo de contratos, puesto que el proveedor es quién predispone las condiciones para la contratación, resultándole imposible al consumidor discutirlas, proponer modificaciones, o realizar contraofertas. De tal manera el consentimiento se limita a la adhesión o aceptación de lo ya predeterminado. Otro principio involucrado en el tema que nos ocupa, es el de Buena Fe. Conforme lo dispone el artículo 1198 del Código Civil: “ Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe...”. “Puntualizamos, con la doctrina italiana, que la protección al consumidor no es sino una forma por la cual la empresa se encuentra controlada socialmente”. (Kemelmajer de Carlucci y Tavano de Aredes, 1991). Evidentemente, es cada vez mayor el número de contrataciones de este tipo y su incidencia en la actividad económica y social tanto en el país como en el Mercosur. De allí deriva claramente la importancia de su regulación jurídica adecuada, a efectos de mantener el llamado “orden público económico de coordinación“ (Alterini, 1998) mediante el cual el Estado cumpla la función de arbitraje que es UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 imprescindible en la economía de mercado, a efectos de proteger a la parte débil de esta contratación, el consumidor, velando con ello, por el mantenimiento del equilibrio de las posiciones contractuales. Es así toda vez que los empresarios – predisponentes conforman un poder social que defiende sus libertades y autnomía y pretenden “arrancar al Estado jirones de soberanía, imponiendo sus leyes, sus tribunales y sus impuestos al común del pueblo” (De Castro y Bravo, 1985). Ante los abusos que puedan cometer estos sujetos de la relación jurídica de consumo, el Estado debe intervenir, estableciendo el orden público ya mencionado, para defender la libertad de los ciudadanos protegiéndoles del abuso de la autonomía privada que hacen aquellos, producto de su posición dominante en el mercado, de manera que “al limitar la libertad de los nuevos poderes sociales se protege la libertad de los individuos y se devuelve a la autonomía de la voluntad una significación acorde con los fundamentos que la originaron”. (Ballesteros Garrido, José A., 1999). “La interpretación de los contratos con condiciones generales ha de adecuarse a las características de ese tipo de contratación: al haberse predispuesto el clausulado no se puede averiguar una voluntad común que nunca existió; por lo tanto, hay que tender a una interpretación objetiva que favorezca al adherente”. ( Díaz Alabart, Silvia, 2000). Tanta resulta la importancia de los derechos del consumidor y los contratos que de él derivan, que nuestra Constitución Nacional, en su reforma de 1994, ha incorporado con rango de constitucional, la protección de los mismos, en su artículo 42. Es dable destacar que la alusión a los consumidores y su protección había sido incluida por primera vez en el país en la Constitución de la Provincia del Chaco, de 1958. En el marco de dichos contratos se presenta con harta frecuencia la existencia de cláusulas de tipo abusivas, incorporadas por el proveedor prevaleciéndose de su situación de preeminencia respecto de la otra parte, alterándose la equivalencia de las prestaciones. “Precisamente una de las cuestiones que plantean estas modernas formas de contratación es el de las limitaciones que se les debe imponer para resguardar la buena fe negocial”. ( Vázquez Ferreyra – Romera, 1994). Pongamos de resalto que quién lo transgrede, en este caso, es el proveedor, al establecer condiciones manifiestamente inequitativas en su favor y en perjuicio del consumidor, en un contrato con características tan peculiares como el de adhesión. “La experiencia de la contratación por adhesión revela la permanente incorporación de cláusulas abusivas: aquellas que desnaturalizan la relación de equivalencia de los derechos y obligaciones entre empresario y consumidor”. ( Morello, Augusto, Rubén S. Stiglitz, Gabriel A. Stiglitz, 1991). Tomaremos como definición de Cláusulas abusivas, la brindada por el artículo 3.1 de la Directiva Europea 93/13/CEE de la Unión Europea, que establece como principio: “una cláusula predispuesta es abusiva cuando, ofendiendo la exigencia de buena fe, da origen a un desequilibrio significativo, en detrimento del consumidor, entre los derechos y las obligaciones de la partes resultantes del contrato”. Si bien la Ley 24240 no brinda una definición de cláusulas abusivas, se refiere a ellas en el capítulo IX “De los términos abusivos y cláusulas ineficaces”, artículos 37,38 y 39. Surge palmariamente, por tanto, la necesidad de establecer medidas tuitivas para el consumidor, determinando consecuencias jurídicas que eviten el abuso que pretenden cometer los proveedores, a través del establecimiento de las llamadas cláusulas abusivas. MATERIALES Y METODOS Para el desarrollo y elaboración del presente trabajo se aplicarán, principalmente, los siguientes Métodos, de carácter teórico: análisis – síntesis; histórico – lógico; inducción - deducción. DISCUSION DE RESULTADOS Aún no puede aportarse una discusión de resultados, atento que el trabajo de investigación se encuentra en una faz inicial, de recopilación de datos. Se ha presentado el proyecto y las premisas de las que se ha partido. CONCLUSIONES Tomando como base los profundos estudios encarados sobre el tema por destacados juristas argentinos, que se han consultado y algunos de los cuales se mencionan en el presente proyecto, el estado de la jurisprudencia, y UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 la doctrina y legislación nacional y comparada, consideramos posible profundizar y extender el carácter de cláusulas abusivas a algunos supuestos aún no incluidos en la Ley 24240, ya citada; para de esa manera, sugerir una mejor protección de los Consumidores ante la situación de marcada superioridad de los proveedores, a través de la propuesta de medidas preventivas y correctivas ante la inclusión de las mismas; así como de la confección de una “lista negra” de cláusulas que puedan ser consideradas con tal característica. BIBLIOGRAFIA * Alterini, Atilio Aníbal, 1998. “ Contratos civiles - comerciales - de consumo. Teoría General”. Editorial Abeledo Perrot. 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