EL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN Podemos definir la globalización como «un proceso progresiva libertad de los mercados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capitales que está dando lugar a una creciente integración económica mundial», que tiene sus consecuencias en la sociedad, la cultura, etc. 1. El proceso de globalización En 1946, los veintitrés países no comunistas más avanzados económicamente decidieron iniciar conversaciones con vistas a reducir los aranceles y demás medidas proteccionistas que, desde hacía unos 75 años estaban dificultando el comercio mundial. Dos años más tarde, 48 países firmaban el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), por el que se comprometían a reducir progresivamente los aranceles que pesaban sobre el comercio internacional de mercancías, incluidas las agrarias. Posteriormente muchos países fueron sumándose a este acuerdo. Cuando surgían problemas o algún grupo de países creía que eran necesarias reformas o avances importantes, representantes de los firmantes del GATT se reunían en rondas o negociaciones. La más importante fue la ronda de Uruguay, que duró desde 1986 a 1994, y en la que se acordó: • Impulsar una reducción mucho más drástica de los aranceles (el objetivo era unos aranceles medios para los productos industriales del 3,8%) y medidas proteccionistas. • Incluir en este proceso liberalizador el comercio con las actividades del sector servicios (finanzas, telecomunicaciones, transporte, etc. • Se planteó la liberalización del comercio de las actividades de innovación, creación y tecnología. • Transformar el GATT en una institución estable, la Organización Mundial del Comercio, encargada de velar por el cumplimiento de los acuerdos, investigar y sancionar, si procedía, su incumplimiento, y ayudar a solucionar las diferencias entre países que pudiesen surgir por motivos comerciales. Posteriormente surgieron dos problemas fundamentales: ‐ ‐ Los países avanzados subvencionaban sus producciones agrarias, perjudicando a los productores de los países menos avanzados, pero estos países no podían poner trabas a la importación de productos industriales, servicios, tecnología, etc. de los países avanzados. El resultado era injusto. El calentamiento global era un hecho reconocido. El Protocolo de Kioto había fijado unas reducciones en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera, y se estaba planteando aumentar esas reducciones. Había que intentar que las consecuencias económicas de esas reducciones no supusiesen ninguna discriminación para los países Para hacer frente a estos retos, en noviembre de 2001, comenzó la Ronda de Doha (Qatar), que, en 2010, aun no ha concluido. El desarrollo de la crisis económica mundial ha hecho que estas negociaciones hayan perdido importancia. No obstante, se ha ido llegando a acuerdos parciales para liberalizar más el comercio mundial de telecomunicaciones, servicios financieros, tecnologías de la información, etc. Hoy (2009), 153 países son miembros de la OMC, y 29 son observadores (a los que hay que sumar el Vaticano que ostenta el mismo rango) 2. Globalización e integración económica. Este crecimiento del comercio mundial ha presentado unas características: • Ha sido mayor en mercancías que en servicios, ya que las primeras se liberalizaron mucho antes que los segundos. • Unos cuantos países, los más ricos y desarrollados, han concentrado gran parte del mismo. A estos países hay que añadir los llamados “países en desarrollo” asiáticos, especialmente los colosos China y la India. El conjunto concentra más del 85% del comercio mundial. • Ha dado lugar al desarrollo de áreas comerciales regionales (por ejemplo, la Unión Europea, MERCOSUR o ASEAN), donde se alcanza un mayor grado de integración que a nivel mundial. Este crecimiento del comercio ha dado lugar a un elevado grado de integración de la economía mundial. Sus principales factores son: 1. El desarrollo tecnológico, especialmente en medios de transporte y telecomunicaciones, que ha permitido un acercamiento geográfico entre las diferentes partes del mundo. 2. La liberalización en las relaciones económicas que ha originado intensas relaciones entre los países. 3. Las nuevas estrategias de las empresas que utilizan una doble estrategia: ‐ Una mayor concentración empresarial, bien mediante la creación de grandes empresas, bien mediante la fusión, pactos y alianzas entre varias ‐ Una deslocalización de las factorías buscando abaratar costes. El resultado son las llamadas empresas globales (las más llamativas son las empresas multinacionales) y un enorme desarrollo del comercio entre empresas. Las empresas multinacionales controlan un 60% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios y un 10% de todas las ventas domésticas, lo que las convierte en las principales beneficiarias de la liberalización comercial y en agentes económicos de enorme importancia y difícil control. 3. Globalización y crecimiento económico. El proceso de liberalización comercial ha venido acompañado de un notable aumento de las transacciones comerciales y de una importante etapa de desarrollo económico, resultado de: • La globalización comercial genera un aumento de la competencia que hace que las empresas, para competir unas con otras, se sientan obligadas a invertir en innovación y a mejorar su eficiencia. • La globalización financiera supone un aumento de las inversiones a nivel internacional, dando oportunidades a los países menos desarrollados de recibir capitales de los más desarrollados. Además, esta libertad está permitiendo que las empresas de estos últimos países puedan establecer factorías y filiales en los primeros, llevando empleo y tecnología. • Los países menos desarrollados pueden vender sus producciones a otros países y obtener capitales para invertirlos en su propio desarrollo. 4. Consecuencias de la globalización: 4.a. Globalización y libertad. La mayor apertura y el desarrollo de las libertades económicas llevan consigo el desarrollo de estados democráticos. Aunque no hay una relación directa entre libre mercado y libertades políticas y civiles, la libertad de mercado suele llevar consigo el desarrollo del conjunto de las libertades, de la misma manera que el crecimiento de las rentas suele llevar emparejado el afianzamiento de los derechos humanos. Esta tendencia general se está encontrando con obstáculos temporales: algunos países “en desarrollo” mantienen formas autoritarias de gobierno (al menos durante un tiempo) como instrumentos para mantener un bajo nivel salarial y una mano de obra disciplinada en un marco de reclamación de democracia y derechos sindicales, propiciado por el incremento de las rentas. 4.b. Globalización y derecho a la intervención. La existencia de un mercado global ha influido en que se comience a pensar que los problemas de cada país son problemas globales. Así, observamos como los tribunales internacionales de justicia (La Haya, Luxemburgo, etc.) cobran una creciente importancia, o como jueces de diversos países encausan a supuestos delincuentes de otros países utilizando conceptos como “crímenes contra la Humanidad”. En el mismo sentido, debemos interpretar las nuevas directrices de la diplomacia y política internacional al considerar «el derecho a intervenir en terceros países en casos flagrantes de violación de los Derechos Humanos». Derecho a la intervención que puede llegar hasta la intervención militar, como ha sido el caso de las recientes intervenciones en Bosnia‐ Herzegovina, en Kosovo o en Afganistán, pero que necesita el respaldo moral y jurídico de la ONU o, al menos, de alguna institución de reconocido prestigio. 4.c. Globalización y crisis económica. La globalización ha creado un nuevo poder: el mercado internacional de capitales, que reacciona rápidamente ante cualquier decisión política, pero que escapa al control democrático de los ciudadanos, aunque éstos tengan que sufrir las consecuencias de sus decisiones. La crisis económica que se ha desatado en el mundo a partir de 2007 es una consecuencia de la inexistencia de elementos de control sobre ese mercado. El éxito del proceso globalizador fomentó una confianza ilimitada en los agentes económicos en ese mercado mundial. El resultado fue que los diferentes países mantenían instituciones de ámbito nacional para actuar y/o controlar las actividades de un mercado mundial, lo que permitió que pasasen desapercibidos comportamientos especulativos y corruptos, que han dado lugar a una poderosa crisis financiera que se originó en los lugares principales de las finanzas (Nueva York, Londres, Ámsterdam…) pero que a través de las redes de ese mercado mundial afectó a todos los países. Por otra parte, el extraordinario desarrollo del comercio ha dado lugar al desarrollo de un modelo empresarial en el que la obtención de beneficios se asocia al desarrollo de la demanda y no al aumento de la productividad: el aumento constante del consumo y la demanda permitía vender cada vez más y obtener grandes beneficios. El resultado ha sido la extensión de un modelo especulativo de desarrollo: los bancos daban crédito abundante y barato a los consumidores, que al comprar generaban beneficios a las empresas comerciales e industriales, que, a su vez, pedían crédito al banco para ampliarse y poder producir más y más. La banca obtenía enormes beneficios, las empresas también, y los consumidores tenían una elevada calidad de vida, pero todo sobre la base de un gran endeudamiento. Cuando el precio de los créditos ha subido, empresas y consumidores han comenzado a no poder devolverlos, la banca se ha encontrado sin reservas, los consumidores han reducido su demanda, las empresas han dejado de vender… se ha desatado una enorme crisis económica. 4.d. Globalización y cultura. La globalización, en el campo de la cultura, ha conducido a una norteamericanización, originada por la creciente importancia de los medios de comunicación y entretenimiento norteamericanos y por el control de esta nación sobre la red de internet. EL DESIGUAL REPARTO DE LA RIQUEZA Y LA RENTA 1. La brecha entre los países desarrollados y los subdesarrollados. En general, teniendo en cuenta su riqueza, pueden establecerse tres grandes grupos de países: • Los países ricos o desarrollados, que son países industrializados (tercera revolución industrial), con un potente desarrollo del sector servicios, un control casi exclusivo de la tecnología (y de la investigación en la misma, I+D+i). En ellos se encuentran las sedes de las principales empresas multinacionales y de los organismos financieros de mayor importancia. Controlan gran parte del comercio mundial. Se localizan en Norteamérica, los quince miembros más antiguos de la UE, Japón y Australia‐Nueva Zelanda. • Los países intermedios, que presentan un grado de riqueza y de producción medio, pero creciente (presentan mayores cifras de crecimiento que los países desarrollados), aunque el reparto de esta riqueza y producción no es homogéneo: se concentra en ciertos sectores productivos y en unos reducidos grupos sociales. De esta manera, son países en los que conviven actividades productivas “modernas”, en crecimiento, con actividades “obsoletas” o “maduras” en regresión. Igualmente, se dan de forma paralela la formación de un grupo social dirigente que acumula grandes fortunas con la existencia de una mayoría que viven en condiciones de pobreza relativa. En este grupo se incluyen dos grandes subgrupos de países: ‐ • Los países “emergentes”, que se localizan fundamentalmente en Asia oriental y meridional, donde destacan los dos colosos chino e indio, y en las zonas próximas a los grupos de países ricos, con el Norte de África, Méjico, Brasil o algunos países próximos a Japón. Algunos de ellos cuentan con recursos energéticos y con poderosas corrientes migratorias hacia las zonas desarrolladas, lo que les facilita la llegada de capitales con los que ayudar a avanzar en su desarrollo. La cercanía a los países desarrollados facilita la recepción de actividades deslocalizadas y de tecnología. ‐ Las llamadas economías “en transición” desde un modelo planificado‐comunista a otro capitalista. Se trata de los países que forman parte de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y de los países de la Europa central y balcánica recientemente ingresados en la UE. El tercer grupo son los llamados países “en desarrollo” o “pobres” o subdesarrollados. Se trata de economías con un bajo grado de industrialización (la mayor parte de sus industrias se limitan a producir o ensamblar (también confeccionar) con las materias primas y las máquinas que empresas extranjeras ponen a su disposición, y sus producciones se dedican a la exportación). El proceso de terciarización no se ha producido en estos países, donde las infraestructuras son muy precarias, el bajo nivel de rentas frena el desarrollo comercial interior, el comercio exterior suele estar en manos de empresas extranjeras, y los servicios públicos son raquíticos. Son países que producen y exportan materias primas, productos básicos o energéticos, pero que, muchas veces, presentan un bajo grado de autosuficiencia en estos campos, dependiendo de las importaciones. Los productos industriales, fundamentalmente los que requieren una cierta incorporación de tecnología, y los servicios avanzados igualmente son importados. Esta situación hace que estos países presenten un elevado grado de endeudamiento exterior y muchas dificultades para salir de esta situación, lo que limita sus posibilidades de desarrollo. Dentro de este grupo de países destacan los llamados “menos desarrollados”, que se localizan en África (central, occidental y oriental) y en algunas zonas del sudeste asiático. Se trata de economías preindustriales, con un fuerte crecimiento demográfico, expuestas a elevados niveles de riesgos naturales (incrementados por el cambio climático), con infraestructuras inexistentes. Además Zonas en las que, con frecuencia, se están desarrollando conflictos bélicos. 2. La globalización y el crecimiento económico: El proceso de globalización ha dado lugar a: ‐ Un crecimiento económico global, que se ha traducido en un descenso de la pobreza, un aumento de la producción y un descenso relativo de los desequilibrios entre ricos y pobres. ‐ El crecimiento y el desarrollo económico no ha sido igual en todo el mundo: un grupo de países (los llamados “emergentes”), especialmente de Asia, el norte de África y algunos situados en las proximidades de los centros económicos mundiales han crecido más que los demás, especialmente más que los llamados tradicionalmente países centrales o desarrollados, acercándose notablemente a su grado de desarrollo. El resto de los países tiene tasas de crecimiento iguales o ligeramente superiores a las de estos países avanzados. ‐ Un reducido grupo de países no ha crecido o incluso es más pobre . Se trata de países que han sufrido conflictos bélicos u otras catástrofes. ‐ Un grupo de países que está quedando “descolgado” de la globalización, lo que puede suponerles los costes de estar ajenos a la difusión tecnológica, a las inversiones y, sobre todo, a las implementaciones de la competencia, acarreando un retraso irremediable. POSICIÓN DE ESPAÑA EN EL MUNDO 1. España en el contexto económico mundial España es un país desarrollado con una economía moderna y un alto nivel de vida. Según el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, nuestro país es el vigésimo del mundo en cuanto a nivel de desarrollo. En cuanto a Producto Interior Bruto, en 2007, España fue el octavo país más rico del mundo. Ahora bien, si analizamos el PIB per cápita, la posición es diferente, ocupando el puesto trigésimo cuarto, con 32.451 dólares USA. También es cierto que entre los treinta y tres países que nos preceden se encuentran diez países muy pequeños, por lo que su cociente de PIB por habitante es alto. España presenta un déficit relativo en sectores económicos intensivos en tecnología. El esfuerzo español en este campo es manifiestamente insuficiente (en comparación con el que realizan nuestros principales competidores) y lastra sus intentos de ganar competitividad, como forma de seguir modernizándose económicamente y mejorando su calidad de vida. En la actualidad, España tiene planteados tres grandes retos ante este mundo globalizado y la actual situación de crisis económica: 1/Aumentar su grado de competitividad, para lo que va a ser necesario: ‐Reducir sus tendencias inflacionarias provenientes de un stock de demanda relacionado con nuestro relativo bajo nivel de renta con respecto a la media de los países comunitarios más desarrollados, y de ciertas tendencias especulativas. ‐Aumentar la productividad, incorporando nuevas tecnología y mejorando el rendimiento productivo del trabajo. ‐Eliminar ciertas rigideces del mercado laboral (movilidad funcional y geográfica de la mano de obra, etc.) 2/Buscar una mayor especialización en la llamada nueva economía (servicios basados en el conocimiento y la innovación), para no alejarse de los núcleos centrales. Para ello, será imprescindible mejorar el nivel formativo y aumentar las inversiones en I+D. 3/Asegurar la sostenibilidad del estado del bienestar en un momento en el que la realidad demográfica va a aumentar las demandas de servicios, y en el que la situación económica de crisis ha obligado a un fuerte endeudamiento. De lo contrario, no podrán evitarse lamentables situaciones sociales 2. La posición de España en la UE España forma parte de la UE desde 1986, es miembro de la “eurozona” desde su creación (1999) y su economía presenta un alto grado de integración en la comunitaria. Es la quinta economía de la UE, con un Producto Interior Bruto de 1.051 miles de millones de euros (2008), lo que equivale al 8,5% de PIB de la Unión. Por encima de España se sitúan Alemania (un 19,7% del PIB de la UE), Reino Unido (un 16,4%), Francia (un 15,4%) e Italia (un 12,5%), y por debajo Los Países Bajos (4,6%). El resto de los países se encuentran aun a más distancia. El problema es que las cuatro principales economías comunitarias suman el 64% del PIB comunitario, lo que nos habla de la brecha existente entre países. En este marco la posición española es relativamente buena y bastante próxima a la de los cuatro países de cabeza. Otra cosa es el PIB per cápita, que es más significativo para conocer el nivel de desarrollo de un país. En este caso, España ocupa (2008) el decimotercer lugar, con 27.300 euros por persona, Sin duda, uno de los principales retos de las economías en un mundo globalizado es el de la competitividad. Avanzar en la capacidad de competir tienen que ver con el desarrollo tecnológico y con la productividad. España ha hecho un gran esfuerzo por aumentar su VAB en los últimos años, teniendo un crecimiento mayor que el de nuestros vecinos europeos más desarrollados. No obstante, aun se plantean serios problemas en cuanto a la investigación en I+D+i. En 2007, el gasto interno español alcanzó el 1,27% del PIB, situado por debajo de la media europea (1,85%). España ocupa el décimo segundo lugar de los países comunitarios, pero se encuentra muy lejos de los países de cabeza, como Suecia (3,60%) o Finlandia (3,47%), o como Francia (2,08), Austria (2,66) o Dinamarca (2,55), y, desde luego, a mucha distancia de los países más avanzados, como Alemania (2,54), EE UU (2,67) y Japón (3,4%). 3. España en el mundo España pertenece a todos los principales organismos internacionales y tiene representaciones permanentes ante las Naciones Unidas y sus organismos especializados, ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, ante el Consejo de Europa, ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), además de ante la Unión Europea. También forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y es un estrecho aliado político y militar de EE.UU. Las principales áreas de interés de España en el mundo son Europa, el mediterráneo y Latinoamérica, seguidos de EE UU, Rusia y Asia. Principales organismos de la ONU: • La Organización de NNUU para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) • La Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) • La Organización Mundial para el Turismo (OMT) • La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) • La Unión Postal Universal (UPU) • El Programa de NNUU para el Medio Ambiente (PNUMA) • El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) La OSCE es una organización de seguridad paneuropea cuyos 56 Estados participantes (Estados Unidos, Canadá, todos los países europeos y todos los surgidos de la antigua Unión Soviética) se extienden por toda el área países geográfica que va de Vancouver a Vladivostok. Es un instrumento primario de prevención de conflictos, gestión de crisis y rehabilitación tras los conflictos surgidos en la zona. El Consejo de Europa, la organización política más antigua de Europa (1949), tiene como objetivos fundamentales la defensa de los derechos humanos, el fomento de la democracia parlamentaria y la preeminencia del Estado de derecho. En la actualidad, el Consejo de Europa –que tiene su sede en Estrasburgo (Francia)– engloba a 7 países europeos, gozando del estatuto de observador otros cinco Estados: Santa Sede, Estados Unidos, Canadá, Japón y México.