Abacon, S.A. c. Blanca Nieve S.R.L. (ED, 194-375) Información del Documento LIBROS DE COMERCIO Valor probatorio: pleito entre comerciantes; exhibición parcial; efectos. PRUEBA DE TESTIGOS Apreciación: dependientes de una de las partes. PROCESO Partes: actuación. Cita: ED, 194-375 Tribunal: CNCom. , sala D Fecha: mayo 24-2001 Tema: ordinario. Núm. Interno: 51.052 Sumario -------------------------------------------------------------------------------1. - Cuando el dictamen contable producido sobre los libros mercantiles de una de las partes no provoca observaciones formales ni sustanciales, e ilustra respecto de la adecuación de la reclamación efectuada y la contraparte -también comerciante- no neutraliza lo que surge de los asientos de su adversario, aparece imperativo hacer aplicación de lo que surge del art. 63 del cód. de comercio y su doctrina. 2. - Puesto que la peritación contable efectuada dio cuenta que la parte demandada no exhibió en su totalidad los libros exigidos por el experto, y que ello impidió dictaminar si los mismos estaban llevados en legal forma, cabe concluir que este hecho erige en prueba decisiva de la controversia a la peritación contable producida sobre los libros de comercio de la parte actora, conforme los principios fluyentes del art. 63 del cód. de comercio. 3. - Los argumentos propuestos por la demandada en orden de justificar su decisión de exhibir en forma parcial sus libros de comercio, no resultan atendibles en orden a enervar la aplicación del art. 63 del cód. de comercio, pues la propia accionada ofreció la compulsa de su contabilidad como medida probatoria, sin invocar restricción alguna, por lo que su ulterior negativa a una integral revisión de la misma, vino a constituir un proceder autocontradictorio. Por otra parte, es de notar que la base argumental sobre la cual discurrió la accionada en orden a demostrar la "inconveniencia" de una exhibición íntegra de su contabilidad, residió en que ambas partes realizan actividad comercial en competencia, de donde la exhibición parcial tendía a evitar que cayeran en manos de un competidor cuestiones atinentes al secreto comercial, pero el propio representante legal de la defendida negó que ésta compitiese con la actora, de modo que también con relación a este extremo, el proceder de la accionada resulta contradictorio y, por ende, desestimable en el plano recursivo. 4. - Si bien la circunstancia de que los testigos revistan la calidad de dependientes de la actora, exige ponderar sus dichos con estrictez, ello no empece a la virtualidad probatoria de sus dichos cuando, como en la especie, aparecen convincentes a la luz de las reglas de la sana crítica y no existe prueba suficiente que los contradiga; máxime tratándose de testigos necesarios en virtud de su intervención personal y directa en la operación origen del pleito. 5. - La irrestricta negativa de la demandada sobre los extremos en que se funda la demanda puede presentarse como un proceder contrario a las reglas de la buena fe, según la cual es dable exigir, frente a afirmaciones concretas del actor, al menos una explicación fundada, pues no es suficiente, como principio, una cómoda negativa que comúnmente sólo tiende a poner en cabeza de la contraparte la prueba de los extremos que por un elemental deber de lealtad en el proceso, corresponde sean inicialmente propuestos por las partes con claridad y veracidad. R.C. -------------------------------------------------------------------------------Fallo En Buenos Aires, el 24 de mayo de dos mil uno, reúnense los señores jueces de esta sala D de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal -en la cual se halla vacante la vocalía 10-, con el autorizante, para sentenciar en la causa Abacon, S.A. c. Blanca Nieve, S.R.L. s/ordinario, registro 8357/98, procedente del Juzgado N° 6 del fuero (Sec. 12), donde está identificada como expediente 31.251. El señor juez Rotman dice: I.1. Este juicio ordinario fue iniciado por Abacon, S.A. para cobrar el precio de las mercaderías que dijo haber vendido a la accionada Blanca Nieve, S.R.L. (libelo de fs. 117/118). En lo cuantitativo, la pretensora reclamó el pago de $ 246.772,80 con intereses y las costas del juicio. 2. La accionada Blanca Nieve, S.R.L. negó en forma particularizada los extremos fácticos invocados en el escrito inicial (responde, fs. 232/233). La demandada -quien admitió haber mantenido vinculación comercial con su contraparte- señaló que toda la mercadería y/o servicios que se adquiriera(n) de (Abacon, S.A.) fue oportuna y totalmente abonada (conf. fs. 232 v./233). La accionada solicitó, en consecuencia de lo expuesto, el rechazo de la pretensión incoada a su respecto, con imposición de las costas a la parte actora. 3. La sentencia de primera instancia obrante en fs. 599/600 admitió la demanda. El decisorio halló comprobada la legitimidad del crédito de la parte actora, por efecto de la aplicación de las directivas emergentes del art. 63 del cód. de comercio. La decisión expresó asimismo que tanto la conducta extrajudicial observada por la accionada, cuanto las declaraciones testimoniales rendidas en el curso de la etapa probatoria, se erigían en factores coadyuvantes de dicho fundamento dirimente. Impusiéronse las costas a la parte demandada. 4. Blanca Nieve, S.R.L. apeló contra el pronunciamiento de primera instancia (recurso de fs. 602). La recurrente presentó en fs. 615/622 el escrito de expresión de agravios, contestado por la parte actora con la presentación de fs. 623/640. 5. El decreto de autos para sentencia de fs. 640 v. (2) se halla actualmente ejecutoriado, lo cual habilita para dictar decisión definitiva. II. 1. A poco que se recurra a la lectura del escrito de expresión de agravios presentado por la parte demandada, no cabe sino observar que dicha recurrente impetra inicialmente la nulidad de la sentencia de primera instancia, por considerar que dicho acto jurisdiccional omitió precisar el objeto de la litis -como lo impone el inc. 3° del art. 163 del cód. procesal- con la consecuente afectación de los requisitos impuestos por los incs. 4°, 5° y 6° de esa regla procesal. Pero la petición invalidatoria es desestimable pues el defecto atribuido a la decisión de primera instancia (aun en la hipótesis de ser comprobado) es subsanable en el marco de la sentencia que ha de producir este tribunal de alzada sobre la cuestión sustancialmente controvertida en la queja. Por ello ha sido entendido, y a esa tesis cuadra remitirse en el caso, que no procede la nulidad de la sentencia si los agravios, de ser justificados, pueden repararse por vía del conocimiento de la apelación; porque el error in iudicando (y ello constituye, en verdad, lo atribuido por la quejosa como fundamento de la invalidación solicitada), no justifica el recurso de nulidad en tanto de existir el vicio habrá de ser revocada la decisión errónea que derivó de él (conf., entre muchos otros, esta sala, 31.5.93, Woloj, Daniel y otros c. Banco de Quilmes, S.A. y antecedentes jurisprudenciales allí recordados). 2. Para la comprensión de la materia impugnada por la recurrente, conviene puntualizar que la apoyatura documental de la pretensión deducida por la parte actora aparece constituida por facturas, por remitos y por una nota de débito que dijo emitida por consecuencia del rechazo de un cheque librado por la accionada sin fondos suficientes. Trátase -en cuanto interesa referir para el conocimiento del recurso sub examine- de las facturas identificadas bajo los N° 18.722, 18.874, 18.944, 18.991, 19.193, 19.255, 19.344, 19.494, 19.567, 19.653, 19.779, 19.843 y 19.914, y de la nota de débito identificada bajo el N° 19.690. Ahora bien: la peritación producida sobre la contabilidad de la pretensora (llevada en consonancia con los requisitos de ley, según informó el experto) dio cuenta que las facturas y nota de débito enunciadas precedentemente se encuentran respaldadas mediante los remitos correspondientes y están asentadas en el libro IVA Ventas N° 2..., que estas facturas se encuentran asentadas en el libro Diario N° 1 comprendidas en el asiento global de cada mes..., y que en el folio 83 del libro Inventario y Balance N° 1, en la cuenta Deudores en Gestión de Cobro figura Blanca Nieve, S.R.L. con un saldo al 31 de diciembre de 1997 de $ 246.722,80 (fs. 445 v.). Ese aspecto del dictamen pericial no concitó objeción de la parte demandada. Sabido es que cuando el dictamen contable producido sobre los libros mercantiles de una de las partes no provoca observaciones formales ni sustanciales, e ilustra respecto de la adecuación de la reclamación efectuada, y la contraparte -también comerciante- no neutraliza lo que surge de los asientos de su adversario, aparece imperativo hacer aplicación de lo establecido por el art. 63 del cód. de comercio y su doctrina (esta sala, entre otros, 22.12.92, Benvenuto, SACI c. Vega, Alberto E. s/ordinario Fernández, Código de Comercio..., t. I, pág. 99 y ss., Buenos Aires, 1957; Siburu, Comentario al Código de Comercio Argentino, t. II, pág. 284 y ss., sum. 839, Valerio Abeledo, 1953; Malagarriga, Código de Comercio Comentado, t. I, pág. 165, Lajouanne & Cía., Buenos Aires, 1934; Segovia, Explicación y Crítica del Nuevo Código de Comercio de la República Argentina, vol. I, nota 262, Buenos Aires, 1928). La situación expuesta en el párrafo que antecede se visualiza, conceptualmente, en el caso que nos ocupa: la peritación contable obrante en fs. 475/476 dio cuenta que la parte demandada no exhibió en su totalidad los libros requeridos por el experto, y que ello - según puntualizó el perito- impidió dictaminar si los mismos están llevados o no en legal forma (conf. fs. 475 v.). La imposibilidad de comprobar si la contabilidad de la parte demandada es llevada en legal forma erige en prueba decisiva de esta controversia a la peritación contable producida sobre los libros de comercio de la parte actora, conforme con los principios fluyentes del art. 63 del cód. de comercio. Los argumentos propuestos por la accionada en orden a justificar su decisión de exhibir en forma parcial sus libros de comercio, no resultan atendibles en orden a enervar la conclusión preanunciada. Por un lado, es de observar que la parte actora ofreció como punto de peritación contable que el experto se constituyese en la sede de la sociedad demandada en orden a constatar si la misma se llevaba en legal forma (fs. 282). La irrestricta compulsa de la contabilidad de la accionada que conllevaba la producción de ese punto pericial no recibió objeción de la demandada en los términos del art. 478 del cód. procesal, lo cual hizo de suyo extemporáneo el planteo de referencia, introducido en ocasión de impugnar el dictamen. Tanto más cuando -como se advierte en el caso- la propia accionada ofreció como medida probatoria, sin invocar restricción alguna, la compulsa de su contabilidad a efectos de que se informase si la misma se encuentra llevada conforme a derecho (fs. 572); lo que vino a constituir en proceder autocontradictorio de esa parte su ulterior negativa a una integral revisión de su contabilidad en orden a responder el tópico de referencia (arg. del art. 163, inc. 5°, in fine, cód. procesal). A su vez, y desde otra perspectiva de análisis, es de notar que la base argumental sobre la cual discurrió la accionada en orden a demostrar la inconveniencia de exhibir íntegramente su contabilidad, residió en que ambas partes... realizan actividad comercial en competencia, de donde la exhibición parcial tendía... a evitar que cayeran en manos de un competidor cuestiones atinentes al secreto comercial... (fs. 618 v.). Pero el representante legal de la parte demandada negó en ocasión de absolver posiciones que Blanca Nieve, S.R.L. compitiese en el mismo mercado que Abacon, S.A. (acta, fs. 321, séptima posición); de modo que el propio proceder de la accionada con relación a ese extremo resulta igualmente contradictorio y por ende desestimable en el plano recursivo. 3. La accionada criticó la sentencia de primera instancia en cuanto consideró que la prueba testimonial rendida en la causa corroboraba la existencia del contrato de compraventa y la deuda reclamada por su contraparte. La queja resulta, en este aspecto, inoficiosa; pues las reglas emergentes del art. 63 del cód. de comercio dirimen de modo autosuficiente la presente litis. Pero a todo evento, cuadra puntualizar que los testimonios producidos en autos vinieron a robustecer la credibilidad de los dichos de la parte actora, cual expresó la decisión de primera instancia. Los testimonios de Casimira Benítez (fs. 326, 4a respuesta) y Víctor Hugo Arias (fs. 328, 1a respuesta), dieron cuenta -coincidentemente con lo invocado por la pretensoraque la relación comercial habida entre las partes se extendió hasta mediados de 1997; y el testimonio de Gabriel Anselmi -encargado de las cobranzas de la accionante- dio cuenta sobre la existencia de la deuda reclamada y las infructuosas gestiones tendientes a su percepción (fs. 401, 6a repregunta). Ciertamente, la circunstancia de que los testigos revistiesen la calidad de dependientes de la parte actora puede considerarse como una inhabilidad relativa que exige ponderar sus dichos con estrictez (Fassi, Santiago C., Código Procesal..., t. II, pág. 199, Astrea, 1980). Pero ello no empece a la virtualidad probatoria de sus dichos cuando -como ocurre en la especie- aparecen prima facie convincentes de acuerdo con las reglas de la sana crítica, o cuando -como sucede igualmente en el sub lite- no existe prueba suficiente e idónea que los contradiga (Colombo, Carlos J., Código Procesal..., t. I, pág. 701 y jurisprudencia allí citada, Abeledo, 1975). De acuerdo con lo interpretado por esta sala in re Galas Color, el 13.12.90, la deposición de esas personas fue necesaria, pues solamente quienes estuvieron colocados funcionalmente en la posición referida antes podían conocer sobre las operaciones de las partes. Ello coincide con lo juzgado por la colega, sala C, el 8.11.89, en la causa Heinen de la Torre -citado en ese antecedente- en punto a que la circunstancia de que el testigo haya sido empleado de una de las partes no es obstáculo para que sus declaraciones sean tendidas por verdaderas, tratándose de un testigo necesario en virtud de su intervención personal y directa en la operación origen del pleito, situación que permitió el acceso (del declarante) al efectivo conocimiento de los hechos. 4. Militan asimismo como factores coadyuvantes de la solución preanunciada las consideraciones siguientes: a) El decisorio de primera instancia señaló -como elemento contribuyente de la estimación de la demanda- que la intimación extrajudicial cursada por la accionante el 19.8.97 (copia fs. 225) no había sido contestada por su destinataria; sin que la quejosa expusiera crítica alguna con relación a esa adecuada observación del pronunciamiento de primera instancia. b) La accionada, en ocasión de contestar la demanda, negó íntegramente la autenticidad de la documentación acompañada junto con el escrito de demanda, negó la existencia de reclamo alguno de la actora, y negó adeudar suma alguna a la actora (conf. fs. 232 v.). Empero, es de puntualizar que cuando menos el débito originado en la factura identificada bajo el N° 18.722 aparecía registrado en la propia contabilidad de la accionada (pericia, fs. 476); y a su vez, la recepción de la carta documento copiada en fs. 225 vino a ser reconocida en el curso de las actuaciones (ver acta, fs. 248). Ante situaciones similares, esta sala ha sostenido en reiteradas oportunidades que la irrestricta negativa de la demandada sobre los extremos en que se funda la demanda puede presentarse como un proceder contrario a la regla de la buena fe, según la cual es dable exigir frente a afirmaciones concretas del actor al menos una explicación fundada (entre otros, 26.8.99, Palermo Autopartes, S.R.L. c. Julián Álvarez Automotores, S.A., s/ordinario); pues no es suficiente como principio una cómoda negativa que comúnmente sólo tiende a poner a cargo de la contraparte la prueba de los extremos que por un elemental deber de lealtad en el proceso, corresponde sean inicialmente propuestos por las partes con claridad y veracidad. III. En mérito de los fundamentos expuestos, propongo al acuerdo confirmar íntegramente la sentencia de primera instancia, con imposición de las costas de alzada a la accionada, vencida, por no advertirse mérito en la especie para prescindir de la aplicación del criterio objetivo de la derrota fijado por el art. 68 del cód. procesal. El señor juez Cuartero adhiere al voto que antecede. Concluida la deliberación los señores jueces de Cámara acuerdan confirmar íntegramente la sentencia de primera instancia, con imposición de las costas de alzada a la accionada vencida. - Carlos M. Rotman. - Felipe M. Cuartero.