Gaceta Parlamentaria, año VII, número 1497, viernes 14 de mayo de 2004 CON PROYECTO DE DECRETO, PARA REFORMAR DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, EN MATERIA DE POLITICA EXTERIOR, PRESENTADA POR EL DIPUTADO OSCAR GONZALEZ YAÑEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PT, EN LA SESION DE LA COMISION PERMANENTE DEL MIERCOLES 12 DE MAYO DE 2004 El suscrito, diputado federal a la LIX Legislatura del honorable Congreso de la Unión, integrante del grupo parlamentario del Partido del Trabajo, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en los artículos 55, fracción II, 56 y 62 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, somete a su consideración la presente iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con base en la siguiente Exposición de Motivos La Constitución Política de 1917 establece la existencia de tres poderes públicos que son Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en los cuales según la teoría de Montesquieu se divide el poder público. En el texto original de nuestra Constitución se estableció en el artículo 89, fracción III, que al Presidente de la República, en su carácter de jefe de Estado le correspondía "nombrar los ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales con aprobación del Senado", todo ello en lo referente al manejo de las relaciones diplomáticas de México con cualquier otro país, esos nombramientos requerían para su plena validez de la ratificación del Senado de la República. 1 El Senado ha ejercido conforme a la facultad que le otorga el artículo 76 fracción II de nuestra Norma Fundamental, el derecho de ratificación de las propuestas presentadas por el Ejecutivo federal. Asimismo, en el artículo 89 fracción X, se estableció como facultad del Ejecutivo la de "dirigir las negociaciones diplomáticas y celebrar tratados con las potencias extranjeras sometiéndolos a la ratificación del Congreso federal". El contenido de esta fracción fue modificado por el Constituyente Permanente el 11 de mayo de 1988 para quedar como sigue: "Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales sometiéndolos a la aprobación del Senado; en la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y la seguridad internacionales". Esto significa que el Constituyente Permanente estimó necesario que todo lo concerniente a la política exterior del Estado mexicano se realizara como una política de Estado. Y que el Presidente de la República, independientemente del partido político en el que militara, respetara los principios normativos que en esa fracción X se señala. Inclusive, dichos principios normativos no son una ocurrencia del constituyente Permanente, sino la síntesis de la política exterior y la práctica diplomática de México a lo largo de gran parte del siglo XX, tal es el caso de la denominada Doctrina Estrada. Aclarando, que sin que su autor sea un mexicano, en el texto original del artículo 27 se incluyó la denominada "cláusula calvo", que se encuentra en la fracción I del artículo 27 señalando: "...El Estado podrá conceder el mismo derecho a los 2 extranjeros siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones Exteriores en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar, por lo mismo, la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquéllos;..." Ahora bien, el ejercicio de la facultad de designación por parte del Presidente de la República y la ratificación por parte del Congreso y después por el Senado de la República, de las designaciones del Ejecutivo federal de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, operó siempre en automático dada la coincidencia partidista entre el Presidente y los integrantes del Congreso. Sin embargo, en un Congreso cada vez más plural en donde en sus dos Cámaras ningún partido cuenta, por sí mismo, con mayoría absoluta, lo que obliga a un mayor diálogo entre poderes y a mostrar una verdadera capacidad de negociación, se hace necesario una mayor participación de los legisladores en lo que se refiere a la eventual remoción de quienes representan a México en el extranjero. En el ámbito de las relaciones internacionales el Presidente de la República es reconocido como Jefe de Estado y, en consecuencia, designa embajadores ante otros países y recibe las acreditaciones que gobiernos de otros países hacen de sus propios embajadores. En consecuencia y dado que el Presidente de la República actúa en nombre del Estado mexicano, y que uno de los elementos constitutivos del Estado es el Gobierno, del cual el Poder Legislativo forma parte, se requiere una mayor participación de este poder en lo que se refiere no sólo a la ratificación de embajadores, cónsules y agentes diplomáticos, sino también de su eventual remoción. Por ello, el contenido de nuestra propuesta es que se reforme la fracción II del artículo 76 constitucional para que se establezca que "en el caso de ministros, 3 agentes diplomáticos y cónsules generales, se requiere la aprobación del Senado para su remoción". Asimismo, se propone la reforma de la fracción VII del artículo 78 que establece las facultades de la Comisión Permanente y en el que se propone agregar que "en el caso de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales se requiere la aprobación de la Comisión Permanente para su remoción". Esto, en virtud de que si bien es cierto hasta el momento la facultad de ratificación es una facultad exclusiva del Senado de la República, en los recesos de las Cámaras del Congreso la Comisión Permanente se encarga del desahogo de estos asuntos, por ello, proponemos que si cuenta ya con la facultad de ratificación, tenga también la de aprobar una eventual remoción. También se propone la reforma de dos fracciones del artículo 89 en el que se establecen las facultades del Presidente de la República. En el caso de la fracción II proponemos que se suprima la remoción libre de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales y que en la fracción III que le otorga al Ejecutivo la facultad de designación, se agregue que "en el caso de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, se requiere la aprobación del Senado o de la Comisión Permanente, en su caso, para su remoción. De igual forma se propone que la facultad del Ejecutivo Federal para retirar embajadores no se ejerza de manera discrecional sino que también el Poder Legislativo intervenga en estos asuntos. El Presidente de la República ejerce la titularidad del Ejecutivo Federal tan sólo por un período determinado, que en el caso de México es de seis años, su permanencia en el cargo es temporal en tanto que el Estado mexicano existe desde la consumación de nuestra independencia el 27 de septiembre de 1821. Las relaciones diplomáticas se dan entre Estados, y más allá de las afinidades o desavenencias que exista entre los titulares de los Poderes del Ejecutivo, debe 4 alentarse la permanencia de relaciones diplomáticas entre Estados, las cuales sí son permanentes. Máxime que al margen de las simpatías o antipatías de los gobernantes en turno, la solidaridad y afecto entre los pueblos también es permanente. En el caso particular de lo ocurrido el domingo 2 de mayo, en donde en una conferencia de prensa el secretario de Relaciones Exteriores anuncia el retiro de la Embajadora de México en Cuba, queda claro que este Gobierno no tiene elementos objetivos que sustenten su afirmación de que actos de ciudadanos cubanos lastimaron la soberanía de México y la capacidad que de autogobernarnos tenemos los ciudadanos. En consecuencia, consideramos que es positiva la propuesta que presentamos para que el retiro de embajador, que en la práctica diplomática se entiende como la antesala de la ruptura de relaciones diplomáticas, no quede al capricho o al arbitrio de quienes temporalmente gobiernan este país. Por tanto agregamos en los artículos materia de la presente reforma que en caso de que el Presidente de la República decida retirar a un Embajador esto sólo podrá darse previa aprobación del Senado de la República o en los recesos del Congreso de la Comisión Permanente. Con este elemento de control del Poder Legislativo hacia el Ejecutivo se evitará que el Ejecutivo federal maneje de manera discrecional las relaciones internacionales de México y eventualmente se pueda poner en riesgo la relación bilateral con algún país. Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en lo que se dispone en el artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en los artículos 55, fracción II, 56 y 62 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a su consideración la presente 5 Iniciativa con proyecto de decreto por el se reforma la fracción II del artículo 76, se reforma la fracción VII del artículo 78, y se reforman las fracciones II y III del artículo 89, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue: Artículo Primero.- Se reforma la fracción II del artículo 76, se reforma la fracción VII del artículo 78 y se reforman las fracciones II y III del artículo 89, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue: Artículo 76 Son facultades exclusivas del Senado: I. ... II. Ratificar los nombramientos que el mismo funcionario haga de procurador general de la República, ministros, agentes diplomáticos, cónsules generales, empleados superiores de Hacienda, coroneles y demás jefes superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales, en términos que la ley disponga. En el caso de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, se requiere la aprobación del Senado para su remoción. También se requerirá la aprobación del Senado para que el Presidente retire a un embajador. III. a X. ... Artículo 78 ... ... I. a VI. ... 6 VII. Ratificar los nombramientos que el Presidente haga de ministros, agentes diplomáticos, cónsules generales, empleados superiores de Hacienda, coroneles y demás jefes superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales, en los términos que la ley disponga. En el caso de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, se requiere la aprobación de la Comisión Permanente para su remoción. También se requerirá la aprobación de la Comisión Permanente para que el Presidente retire a un embajador. VIII. ... Artículo 89 Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes: I. ... II. Nombrar y remover libremente a los secretarios del despacho, empleados superiores de Hacienda, y nombrar y remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombramiento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en las leyes; III. Nombrar los ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, con aprobación del Senado. En el caso de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, se requiere la aprobación del Senado o, en su caso, de la Comisión Permanente para su remoción. En el caso de que se retire a algún embajador se requiere la aprobación del Senado o, en su caso, de la Comisión Permanente; IV. a XX. ... Transitorio Unico.- El presente decreto entrará en vigor el día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. 7 Dado en el Salón de Sesiones del Senado de la República, a los doce días del mes de mayo del año dos mil cuatro. Dip. Oscar González Yáñez (rúbrica) (Turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales. Mayo 12 de 2004.) 8