PROYECTO: ENSEÑAMOS A FILOSOFAR AUTODOMINIO MES DE MARZO Y ABRIL DEL 2012 1° ciclo Inicio: Se iniciará la actividad pasando los siguientes videos de Youtube a fin de que los niños se sientan identificados con los chicos que hacen berrinches. Los videos servirán de disparador para que los chicos puedan comentar si alguna vez hicieron un berrinche y por qué. La idea es que los videos les funcionen de espejo para reflexionar sobre sus propias actitudes tanto en la escuela como en la casa. La maestra irá anotando los comentarios que realicen los alumnos. BERRINCHE EN LA JUGUETERÍA: http://www.youtube.com/watch?v=GrfbNlnkp‐Q&feature=related Desarrollo: 1. La maestra leerá en voz alta el siguiente cuento: Autodominio Cuento Fuente: www.valores.com.mx Un montón de clavos Jaime era un niño bueno y cariñoso, pero muy impulsivo. Cuando se enojaba rompía lo que estaba a su alcance, gritaba y hasta daba patadas contra la pared. Quienes vivían en aquella bonita casa del campo lo sabían e incluso las gallinas salían corriendo cuando lo veían enojado. Sus padres, Martín y Julia, ya no sabían qué hacer. En una ocasión su amigo del rancho cercano fue a buscarlo para que salieran a jugar. Era invierno y hacía mucho frío. Cuando le pidió permiso a doña Julia ella se lo negó. —No quiero que salgas porque puedes enfermarte. —Dale mamá, dejame. —Mejor decile a tu amigo que jueguen aquí dentro, así él y vos pueden ponerse a… Doña Julia no acababa de hablar cuando Jaime ya estaba furioso. Correteó a dos becerrillos que saltaron las trancas del corral y rompió tres brillantes jarros arrojándolos contra el piso de la cocina. Se encerró en su cuarto y no salió siquiera a comer su rico pan dulce de todas las meriendas. Esa noche, doña Julia le contó a su esposo. Don Martín se quedó pensando. Ya habían probado todo: no dejarlo montar su caballo favorito ni llevarlo a la feria del pueblo. Pero nada de lo que hacían o decían daba resultado. Al día siguiente informó a su esposa: —No dormí, pero ya se me ocurrió algo. Jaime apareció en la cocina y se sentó como si nada. Al terminar su desayuno Don Martín le dijo: —Jaime. Ponete el saco y acompañame. El pequeño asintió y fueron al patio trasero, donde había muchos pedazos de madera. Don Martín le dio un martillo y clavos. —Mire mijo, usted es muy valiente, pero le voy a enseñar algo para que se le quite lo enojón. Traiga ese pedazo de madera. Jaime obedeció y su padre le explicó: —Cada vez que se enoje y tenga berrinches venga aquí y clave un clavo en esta madera. El primer día hizo un berrinche tremendo porque una mula lo salpicó de barro. Fue al patio y clavó veinte clavos. En los días que siguieron, el número fue disminuyendo pues le parecía una tontería tener que estar clavando y clavando por cosas sin importancia. Jaime estaba aprendiendo a dominarse. Dos semanas después hubo un día en que ya no tuvo nada que clavar y lo dijo a su padre. Éste respondió: —No va usted nada mal. Ahora, cada vez que se aguante los berrinches, va a ir sacando un clavo de la madera— le pidió. Y así lo hizo por casi un mes hasta que el madero quedó limpio. Orgulloso, se lo mostró a sus padres. Don Martín lo felicitó y le dijo que se sentara. —Mire mijo, todos los agujeritos que quedaron en la tarima. —Son un montón, papá. — ¿Y puede quitarlos? —Pues no… —respondió el pequeño. —Para que vea: cuando se enoje quédese quieto y espere a que se le pase. Al comprender que el enojo pasa, pero las acciones no se borran, Jaime aprendió a aguantar los berrinches. Se convirtió en un muchacho simpático, contento y calmado que siempre andaba alegre. —Adaptación de un relato francés anónimo 2. Reflexionamos a partir de la historia: ¿Por qué hacía berrinches Jaime? ¿A quién perjudicaba con sus berrinches? ¿Qué hizo el papá para enseñarle a autocontrolarse? Jaime aprendió a autocontrolarse cuando comprendió que el enojo pasa pero las acciones no se borran. ¿Qué significa? Den ejemplos. Existe la posibilidad de reparar. ¿Qué puedo hacer para reparar un enojo o pelea con otro, una mala acción de mi parte? (dar ejemplos a los chicos, como arreglar lo que rompo o pedir perdón. Me parece importante incluir la posibilidad de reparar) Cierre: Entre todos buscarán estrategias para calmarse frente a la necesidad de hacer un berrinche. Los alumnos le dictan a la maestra. Colgarán el cartel en el aula. 1º GRADO A, B Y C: Trabajamos siguiendo la propuesta brindada. MOTIVACIÓN: Miramos los videos y al finalizar los mismos los alumnos comentaron lo que sintieron. Durante el video la mayoría de los alumnos reía ante los “berrinches” del nene. Luego comentaron sus experiencias personales: “Cuando quiero algo y mi mamá no me lo da le pego una cachetada y después me pone en penitencia. En cambio cuando me porto bien me compra revistas” “Cuando me porto bien mi mamá me pega una sticker en una hoja y cuando llego a cierta cantidad me compra un regalo DESARROLLO: Lectura del cuento de los clavos Los alumnos escucharon atentamente el cuento y destacaron que hay cosas que no vuelven a ser como antes después del error (la madera) “Yo estoy intentando controlar mis berrinches” “Hay que pensar antes de decirle algo feo a los amigos porque aun que después le pida disculpas ya herí sus sentimientos y lo hice poner triste” “Cuando me enojo y pego por más que le pida disculpas a mi amigo ya tiene el chichón” La docente aprovechó la oportunidad para contarles un cuento que explica cómo a pesar de pedir disculpas, el error no puede repararse… Aquí el cuento: Los diez centímetros del pantalón Como el sueldo era escaso, y había que ahorrar para otras cosas, don Hermenegildo decidió comprarse el pantalón ya hecho. Lo único que había que acortarle diez centímetros en el largo de las piernas. Después de todo había en su casa tres mujeres que sabrían hacerlo. Llego del trabajo al mediodía y después del almuerzo, antes de volver a salir al trabajo para el turno de la tarde, le pidió a su señora que le hiciera una gauchada con el pantalón de acortarle los diez centímetros necesarios, para tenerlo a la tardecita para una reunión, pero agarro a la patrona en un mal momento…No mira yo no tengo tiempo, pedíselo a tu hija que está de vacaciones. La respuesta había sido cortante y era evidente que no había que insistir. Por eso fue a ver a la joven para pedirle lo mismo, pero Alicia se sentía en todo su derecho de disfrutar de sus vacaciones…Mira papa, pedíselo a la abuela que sabe hacerlo mejor que yo y a la tarde vienen unas amigas y no voy a tener tiempo. No le quedaba al pobre hombre otra alternativa y fue a pedirle a su suegra de la mejor manera el servicio de acortarle los diez centímetros al pantalón…pero estaba de Dios que no tendría suerte, le dijo que no tenía ganas y al fin y al cabo eran más jóvenes las otras para trabajar. Medio amargado, don Hermenegildo dejo el bendito pantalón sobre el respaldo de una silla del comedor y salió a trabajar. Al rato paso su esposa y viendo la prenda, sintió remordimiento por su actitud egoísta, la cosa era sencilla…se sentó a la máquina de coser, midió los diez centímetros de cada pierna, cortó, le dio dos pasadas en la máquina y ya estaba. Al rato se levantó la suegra, vio el pantalón sobre la silla, también sintió remordimiento por su negativa, su yerno era mejor que un hijo…se caló los anteojos, descosió el dobladillo, acorto los diez centímetros y volvió a coser, la plancha la pasaría a la tardecita. Para cuando se levanto Alicia medio mufada la esperaba el pantalón en el respaldo de la silla, no lo pensó dos veces, puso un casete en el grabador, se sentó en el soporte del sofá, descosió el dobladillo, midió sin fijarse los diez centímetros corto y cosió de nuevo el dobladillo, cuando calentó la plancha se dio cuenta de lo ocurrido. Pero ya era tarde, cuando volvió don Hermenegildo, su pantalón nuevo había quedado como para juntar huevos entre los pastos los días de roció…. Con el arrepentimiento se logra a veces calmar la mala conciencia, pero no siempre se soluciona el perjuicio ocasionado. de Nuestra Tierra y nuestra fe (Mamerto Menapache) CIERRE: Escribimos en un afiche para dejar en el aula. Los alumnos le dictan a la maestra: