Quiste hidatídico en el ganado lanar

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Quiste hidatídico
en el ganado lanar
Félix Talegón Heras
Del Cuerpo Nacional Veterinario.
MINISTERIO DE
AGRICULTURA
QUISTE HIDATIDICO EN EL GANADO LANAR
Generalidades.
Es una enf.ermedad parasitaria del grupo de las helmintiasis, caracterizada por la presencia de quistes o vesículas
en el hígado, en el pulmón o en ambos órganos a la vez,
más raramente en otras localizaciones, que contienen la forma larvaria de una tenia : la tenia equizaoc-nco del perro. Padecen la enfermecíací todos los animales herbívoros y tiene
importancia práctica, particularmente la del ganado lanar.
Esta enf ermedad es conocida desde los tiempos de Hipócrates y Galeno, siendo descrita en las obras de la Antig^edad. Redi, en el año 1126, fué el primero que pensó en
la naturaleza parasitaria ; y en 1786, Batch estudia por primera vez la tenia equinococo del perro. Sin embargo, hasta la segunda mitad cíel siglo pasado no se conoció la relación que existe entre las vesículas quísticas de los herbívoros y la tenia del perro, lo que se descubrió reproduciendo
la enfermedad experimental y voluntariamente.
La hidatidosis ha despertado la atención de todos los
parasitólogos del mundo, no solamente por su implicación
en la especie humana, sino también por las cuantiosas pérdidas que ocasiona a la economía ganade^ y por ser los
animales de abasto el f oco constante _^- permanente de la
parasitosis.
En un principio se hablaba indistintamente de los términos «equinococosis» y de «hidatidosis», confundiéndose
^entre sí. Más tarde se utilizaron otros nombres para denominar a la enfermedad, pudiéndose decir que cada país la
^conocía con su nombre peculiar. Para poner fin a este estado de cosas, en el V Congreso Internacional de Hidatidología, celebrado en Buenos Aires, se tomó el acuerdo unánime de reservar la denominación de «hidatidosis» para la
afección producida por las larvas de la tenia equinococo
-sque padecen los animales herbívoros, domésticos y salvajes,
y también el hombre, y«equinococosis» para el estado parasitario que padecen el perro y otros carnívoros salvajes
-y también el hombre-, caracterizado por la presencia de
adultos, es decir, la tenia equinococo, en el intestino delgado.
Presentación.
La hidatidosis es ttna enfermedad extraordinariamente
frecuente en casi todos los países. Se la encuentra en todas
las latitudes del globo y, prácticamente, ning-una nación se
ve libre de ella ; l^,s cíatos suministrados por el Anuario
Mundial de la Salud Animal de la F. A. (^., reflejan esta
situación. Expuesta esta primera premisa, de carácter general, se puede añadir que la presencia cle la enfermedad
está íntimamente ligada a la explotación del ganado lanar
principalmente, y en un segundo plano a la cíel vacuno y cabrío, así como también a las condiciones hig-iénicas y cuidados que se prodigan a los perros y al número de estos
animales.
Por lo que se refiere a España, la hidatidosis está extendida a todo el territorio nacional. Recogiendo aquí las
observaciones propias y el sentir cíe los veterinarios que se
han dedicado a estudiar esta enfermedad, diremos que las
provincias más parasitadas son las de Andalucía Occidental, con Extremadura; el bloque galaico-astur-leonés y, por
otro lado, Logroño, 7.aragoza y Lérida.
Sin pretender dar cifras definitivas de los datos, estudios y observaciones que hemos realizado, podemos decir
que la media nacional de ovinos parasitados, para los animales que son sacrifica^íos en matadero, es la siguiente :
Ovejas y carneros con quistes en : hígacío, 35 por 100;
pulmones, 40 prn- 100.
Corderos con quistes en : hígadc^, 1,50 pc^r 100; pulmones, 1,75 por 100.
Parasitología y ciclo.
La tenia eq ^ti^iiaococ^^, que vive, como dijimos anteriormente, en el intestino delgad^ del perro, una vez que ha
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Ftg. i.-El ganado lanar es un intermediario en la evolución de la Tenia
equinococo.
madurado el último de sus anillos, cargado de huevos maduros, se desprende del cuerpo y, o bien se destruyc en el
propio intestino del perro, liberando los huevos, que salen
al exterior envueltos con las heces, o bien el anillo completo es expulsado y luego, al desecarse, deja en libertad los
huevecillos. Estos evolucionan precisamente a través de un
animal intermediario, que en nuestro caso es el ganado
lanar.
Injeridos estos pequeñísimos huevos con la hierba, agua
de bebida, etc., por los ovinos, la membrana de cubierta,
especie de cáscara que los envuelve y protege, es digericla
merced a los jugos digestivos y calor del organismo, ablandándose primero }- disolviéndose deshués, }- liberando en el
estómago el embrión, que muy rápidamente alcanza el hígado, doncíe quecla retenido, o es llevado por medio de la
sangre al pulmón. En ocasiones, los embric^nes trashasan la
barrera pulmonar y el corazón y se sitúan en otros órganos, como cerebro, riñón, peritoneo, testículo, etc.
Lo corriente es que estos embriones fijen su asiento en
el hígado o en el pulmón, o en ambos órganos a la vez, donde se desarrollan, y a los treinta días, aproximadamente,
se encuentran encerrados ya en una pequeña vesícula, llena
d^e líquido clar^, que alcanza un tamaño aproximado de
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0,20 - 0,30 milímetros. Lsta vesiculilla prosigue su desarrollo y al final origina esa complicacía organización que se conoce con el nombre de quiste /aidatíclico o vesícula hidatídica, en cttyo interior existen, enfre otros elementos, los escolex o cabezas cle las futuras tenias y un líquido en el que
sobrenadan, que se le conoce con el nombre de «agua de
roca» por su aspecto cristalino,. todo ello envuelto por sus
correspondientes membranas.
Cuando los ovinos así parasitados llegan al matadero
y estos hígados y pulmones enfermos son decomisados por
la inspección veterinaria y a continuación destruídos, el ciclo se corta ; pero cuando, por el contrario, estas vísceras
caen en poder de los perros, continúa la evolución, y los
escolex o cabezas de las vesículas se transforman seguida-
E'ig. 2.-Tenia equinococo, aumentada poco más de dos veees,
mente en tenias en el estómago e intestino delgado de los
perros consumidores, los que se encargan de ir sembrando,
con las heces, los huevos en los pastos, para que se inicie
un nuevo ciclo.
Síntomas de la enfermedad.
Esta parasitosis, como la mayoría de las de su grupo,
se caracteriza por la ausencia cíe síntomas. Ya hemos visto
cómo una inmensa mayoría de los animaíes que llegan al
matadero, sobre toclo los acíultos, se encuentran parasitacíos, y es curioso citar que en el reconocimiento qtte sufren
estos animales antes del sacrificio, no suelen, salvo casos
excepcionales, presentar síntomas de enfermedad, sorprendiencío a veces, después cíe muertos, la cantidad o el ta^naño de las vesículas en alguno de sus órganos.
No obstante lo expuesto, cuancío los quistes son voluminosns o cuando el veterinario clínico tiene fundadas sos=
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FYg. 3. - Qulste o vesicula
hidatfdíca. 1, vesícula hija
con su cuticula; 2,transformación vesicular de un escolex; 3 y 4, vesfculas prolíferas; 5, cuticula; y 6, membrana germínativa o prolígera.
pechas de la existencia de la enfermedad y va en busca de
síntomas, los encuentra, variando éstos, naturalmente, según la localización.
Cuando es el hígado el sitio donde se asientan las vesículas hidatídicas, puede notarse en algunos animales un enflaquecimiento progresivo, consecuencia de la acción parasitaria y de una disminución del apetito, que suele hacerse caprichoso, cesando la rumia, y con frecuencia hay timpanización o meteorismo.
A la palpación directa, y sobre todo en el ganado joven
y delgado, el hígado aparece abultado, tumefacto, dolorido.
Si las paredes abdominales no están muy distendidas, se
pueden apreciar en la superficie hepática las abolladuras clásicas que producen los mamelones quísticos.
La enfermedad cursa sin fiebre, apareciencío ésta en los
casos de complicación, siendo la más grave la supuración,
con lo que los animales van desmejorándose poco a poco,
sobreviene la anemia, y con una negativa casi absoluta a
tomar alimento, diarrea, fiebre atípica y temblores, mueren
los animales en el más completo enflaquecimiento.
Cuando los quistes se asientan en pulmón y son muy
í^umerosos, suele observarse el cuadro de la neumonía (tos,
enflaquecimiento, alteración de la respiración, etc. ). No nos
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extendemos en comentar otros procedimientos de reconocimiento, como la auscultación o la percusión, porque sólo
el veterinario puecíe ponerlos en l>ráctica e interpretarlos
^orrectamente.
Lesiones.
La más importante es la vesícula u quiste en mayor o
^menor ntzmero. Cuando asientan sobre el hígado, éste tiene
aumentado su volumen y peso, llegando a pesar hasta siete
kilos. La salida del líquicío de lo^ quistes hace perder a la
víscera más de la mitad del peso.
Diagnóstico.
La ciencia dispone de procedimientos eficaces e infali-
bles para cíetectar la enfermedad. latos procedimientos pueden ser clínicos, de laboratorio y parasitológicos.
El diagnóstico clínico ya hemos dicho que es difícil er,
la inmensa mayoría de los casos. La falta de síntomas aparentes y la de medios de diagnóstico adecuados impicíen casi
totalmente precisar la enfermedacl.
Como en veterinaria, salvo excepción, lo que interesa
en la inmensa may oría de las veces cs salvar la especie,
cuando no se puecíe diagnosticar clínicamente la enfermedad, lo que debe hacerse es sacrificar uno de los enfermos,
y el examen del animal después de muerto, con el ordenado estudio de las lesiones, nos resuelve perfectamente la
^uestión.
Pero en ocasiones, }^ a pesar cle todo lo expttesto, podemos encontrarnos en la imposibiliclad de proceder al sacrificio de una res atacacía, v entonces no tenemos más remedio que recurrir a otras pruebas para diagnosticar la enfermedad.
En medicina humana se ha recomendado el uso de los
rayos X, sobre todo para los quistes de localización pulmonar, y el empleo de los isótopos radiactivos, sobre todo
el oro 198, para los hepáticos, que han resuelto totalmente
el problema, pero es imposible aplicar estos y otros proce-
Fig. 4.-Es difícil precisar
la enfermedad por la falta
de síntomas aparentes.
dimientos, muy complicados, hoy por hoy, a nuestros animales.
El diagnóstico por pruebas de laboratorio va ganando
cada día nuevas posiciones, existiendo hoy una serie de
pruebas y reacciones específicas que, sin género de dudas,
nos descubren los animales enfermos.
También el diagnóstico parasitológico es específico, pero
en la práctica, salvo muy raros casos y circunstancias muy
excepcionales, jamás se recurre a esta clase de pruebas, ya
que con las dichas anteriormente hay más que suficientes
elementos de juicio para diagnosticar con certeza la enfermedad.
Tratamiento.
En medicina humana se han empleado cíiversos tratamientos curativos contra la hidatidosis. Ln veterinaria no
se puede hablar de ello. Ni se ha intentado nunca, ni sería
posible intentarlo, salvo circttnstancias muy especiales o desde el punto de vista científico o experimental, pero nunca
con un fin práctico-terapéutic.o. Resulta mucho más económico llevar al matadero los animales enfermos, una vez
diagnosticada la enfermedad, antes de que por causa de
aquélla tenga que decomisarse la carne.
Por estas consideraciones y algunas otras de importancia secundaria, ningún autor trata el asunto del fratamientc^
curativo de la hicíatidosis.
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Inmunización.
^i bien es verdad que no se puede hablar cíe tratamiento
de los quistes hidatídicos en nuestros animales, es de urgente necesidad abordar el tema de protección, para evitar que
aniden en ellos estas fases larvarias de la teyir'a equinococo.
El primero que ha abordado el tema de vacunación contra la hidatidosis en el ganado lanar ha sido el gran maestro doctor Pérez Fontana, de 1Vlontevideo, quien con sus interesantes trabajos nos ha facilitacío el camino para comenzar una lueha organizacla eontra esta enfermeclacl.
Este autor ha preparado una vacuna capaz de desarrollar en el organismo del ganado lanar anticuerpos capaces
de proteger a los animales. La experiencia reca5•ó-en principio-en 247 corderos, a los que se les inoculó dos centímetros cúbicos de vacuna en la cara interna del muslo, resultando extraordinariamente protegidos contra la enfermedad y arrojando, acíemás, un peso promeclio de 32,500
kilos, mientras que los animales testigos, no vacunados, pesaron 28,400. E1 peso del vellón fué de 3,140 y 2,678 kilos,
respectivamente. La autopsia demostró ausencia de quistes
hidatídicos en los animales vacunados, mientras que los testigos tenían bastantes.
Estamos, pues, en presencia de un nuevo método, que
quizá setiale un certero camino para luchar con eficacia
c^ntra esta enfermedad.
Lucha contra la hidatidosis.
1'or su triple punto de vista de enfermedad transmisible al hombre, enfermecíad cíel ganacío y enorme importancia económica, pocas parasitosis de los animales domésticos
han tenido tanta resonanr^ia como ésta.
La lucha debe basarse en la ruptura del ciclo evolutivo
del parásito por los sitios más vulnerables. Estos sitios son,
a nuestr^ juicio :
l.° 1'ratamiento cíe los perros portaclores de tenia ec^rri^^-^^^•oco, para evitar que sigan siendo difusores de huevos; y
2.° ZTigilancia c^m^^leta en l^s matacleros, para que las
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vísceras decomisadas por esta enfermedad no caigan en poder de los perros.
Completan la lucha contra la enfermedad una serie de
medidas complementarias y convenientes, en las que se pone
de relieve más que en ninguna otra enfermedad la labor de}
veterinario y el estado social de un pueblo.
1.° Tratary^niento de l,os ^eryos j^arasitados. - Muehoç
son los medicamentos existentes en el mercado para desparasitar a estos animales : Bromhidrato de arecolina, Nemural, Anthelin, Atebrina, etc. En estos últimos tiempos,
los autores rusos han utilizado el extracto acetónico de helecho macho, diciendo que resulta mucho más activo que el
extracto etéreo, de antiguo conocido. Con el empleo sistemático de dicho medicamento se ha visto descencler la parasitación hasta el 0,025 por 100 y aun menos.
2.° Destrucctión de las ví.rceras de los anirraales enfermos.-Para evitar que las vesículas quísticas que llevan las
vísceras sean consumidas por los perros, hay que llevar a
la práctica las siguientes medicías :
1." Todas las reses deben ser sacrificacías en el matadero o locales habilitados.
2.^ Estos establecimientos deben reunir las mejores
condiciones para que el trabajo de inspección resulte eficiente.
3.° Prohibición absoluta cíe la entrada y permanencia
cíe perros en los mataderos.
4.^
Inspección de carnes severa y rigurosa.
5.¢ Destrucción de los decomisos por procedimientos
eficaces, realizándose, siempre que sea posible, en presencia
del inspector veterinario.
6.g Información acíecuada sobre el peligro de la enfermedad, dirigida sobre todo a la población rural, por ser la
más expuesta a contraer la enfermedad.
Esta labor de divulgación puecle ser completada con
conferencias, charlas, proyecciones cinematográficas, etc.
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Esta labor sería eficazmente complementada con un tratamiento antihelmíntico obligatorio para todos los perros,
por lo menos dos veces al año. Esto requeriría la adopción
de ciertas medidas (censo de perros, recogida de perros vagabundos, etc. ).
Destino de 1a.5 carnes.
La hidatidosis es una enfermedad no transmisible al
hombre por consumo directo de vísceras parasitadas, pero
por su aspecto repugnante, por las alteraciones patológicas
que sufren los órganos y por el peligro de que el hombre
se infeste con los escolex o cabezas de tenias que contienen
los quistes, las cuales podrían transformarse en su intestino
en tenias equinococos adultos, todas las vísceras a.fectacías
deben ser decomisadas total o parcialmente, según ]a intensidad de, la parasitación.
Si como consecuencia de esta parasitación existiese
adelgazamiento general acentuado, las carnes resultasen
edematosas, ictéricas, muy flacas o existiese infestación generalizada, el dictamen del inspector debe ser cíecomiso total de las 1-eses.
Lo más importante de este capítulo es el destino que se
debe dar a las partes decomisadas, las cuales, sin excusa
alguna, deben ser destruídas completamente en presencia
del inspector veterinario. En esta parasitosis más que en
ningtma otra, por los graves peligros que entraña para la
especie humana, cíebe el veterinario desplegar su máxima
actividad, impidiendo a toda costa que las vísceras decomisadas sean consumidas por los perros, porque tras breve
plazo (veinticinco-cuarenta y cinco días) alcanzan las tenias su madurez sexual, expulsando los perros, con las heces, huevecillos maduros capaces de contaminar al hombre
y a los animales, dando lugar a la iniciación de nuevas infestaciones.
PIIBLICACIONES DE CAPACITACION AG}RARIA
Bravo Murillo, 101. Madrid-20.
Depósito lt^gal, M. 3.109 - 1958.
^HAN^cAS o^u^x^ ^ ^nnb^u
SUPERFOSFATO
EN EL ESTABLO
^
La aplicación del superfosfato en las camas del, ganado proporciona estas ventajas:
•
Ambiente más sano, con aumento de oxígeno, disminución
de la humedad, así como de las moscas, y desaparición del
amoníaco y malos olores.
•
Mejor absorción del purín por las camas y yacijas, por lu
que no se pierde el purín y se ahorra cama (30-40 por 100).
•
Mayor limpieza de los animales y, en consecuencia, la leche se obtiene más limpia también.
•
6^
^
1
0
^
Más cantidad de estiércol, a pesar de la
disminución de cama,
y éste más rico en nitrógeno y en fósforo.
Además, el estiércol es
más seco y, por lo tanto, más fácil de manejar.
.^
^ ^^
•
Disminución de enfermedades en general.
•
Eche a razón de medio kilo por vaca y
. _día.
-
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