Joaquín Pérez Campos (1930-2012) El pasado 27 de enero fallecía a la edad de 81 años Joaquín Pérez Campos, Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad entre 1959 y 2001, año de su jubilación en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de la Universidad de Extremadura, en la que desarrolló la práctica totalidad de su larga y entregada carrera académica. El profesor Pérez Campos ganó la Cátedra de Contabilidad General en 1959, siendo su primer destino la Escuela de Comercio de Jerez de la Frontera, obteniendo meses después el traslado a la Escuela de Comercio de Badajoz para ocupar la vacante de Don Pablo Salvador Bullón. Badajoz era su ciudad natal y en ella permanecería toda su vida. No conozco a ningún otro profesor con una vocación docente tan marcada como la suya, junto al que permanecí y conviví estrechamente desde mis inicios como profesor en 1982 hasta su jubilación en 2001. Las publicaciones de Joaquín fueron modestas en número, pero mantuvo un profundo interés por la Teoría de la Contabilidad, cuyo estudió siempre cultivó. He podido comprobar cómo muchas de sus ideas y posiciones, algunas realmente avanzadas para su tiempo y fruto sin lugar a dudas de su muy profundo conocimiento teórico de la materia, terminaron llegando a las revistas académicas. De Joaquín puede afirmarse lo mismo que George Stigler, Premio Nobel de Economía de 1982, decía de su mentor, Aaron Director: “la mayoría de los artículos de Aaron han sido publicados bajo el nombre de sus colegas”. Joaquín fue influido por la obra y el pensamiento de otros académicos. Como tantos otros, profesó un gran respeto por el magisterio del profesor Fernández Pirla, de cuyos textos, Teoría Económica de la Contabilidad y Economía y Gestión de la Empresa, siempre afirmó que constituían el verdadero punto de inflexión de las enseñanzas actuales de las disciplinas empresariales. Su curiosidad intelectual le llevó también a profundizar en las posibilidades de los modelos estructurales de la Contabilidad, en los que apreciaba su aplicabilidad a todo tipo de flujos circulatorios; de aquí su interés en profundizar en la Teoría Lineal de la Contabilidad propuesta por el profesor Calafell y en la obra de la gran economista italiana Vera Cao-Pinna. En fechas más cercanas, vio en la Teoría Actual de la Contabilidad, publicada en 1975 por el profesor Cañibano, la incorporación definitiva a nuestro país de la dimensión más científica de la Contabilidad, y admiraba cómo el profesor Rivero, en su excelente Contabilidad de Sociedades, ponía, en palabras de Joaquín, “música contable al Derecho Mercantil”. La trayectoria del profesor Pérez Campos es inseparable de sus tareas de gestión, primero como Director de la Escuela de Comercio y posteriormente al frente de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, cuya fundación en 1973 es consecuencia de su entusiasta empeño. No tengo la menor duda de que solamente su decidida implicación, junto a la de otros profesores y, ante todo, sus amigos, como Manuel Ruíz y Alfonso Doncel, hicieron posible la transformación de la vieja Escuela de Comercio en Escuela Universitaria, mucho antes de que ello sucediera en otros muchos lugares de España. Puedo afirmar que vivió su jubilación de manera feliz, disfrutando de su esposa Chela, hijos y nietos; y también estoy seguro de que falleció del mismo modo que vivió, sereno y apacible. La ciudad de Badajoz supo agradecerle en vida su dedicación a la enseñanza de decenas de generaciones de alumnos y puso su nombre a una bonita y luminosa calle. Me siento orgulloso de haber sido su discípulo y de haber tenido la fortuna de recibir sus acertados consejos, que he seguido paso a paso y cuyo valor se ha ido agigantando con el paso del tiempo. Juan Monterrey Mayoral Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Extremadura