52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 52 [ www.estrategiafinanciera.es ] Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las ENTIDADES FINANCIERAS? Los modelos de rating pasan a ser, dentro del nuevo concepto de gestión del riesgo bancario, la clave para analizar las relaciones de financiación que comunican a la empresa con la banca. En esta ocasión se pretende acercar al concepto de modelo de rating y con ello posibilitar una mayor comprensión de su naturaleza y cómo lo utilizan las entidades financieras , Pedro Cervera Ruiz Responsable de Seguimiento del Riesgo de iberCaja Ficha Técnica AUTOR: Cervera Ruiz, Pedro TÍTULO: Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? FUENTE: Estrategia Financiera, nº 207. Junio 2004 Cuantificar la probabilidad de impagado de una operación de financiación y calcular el riesgo que se puede llegar a asumir son dos conceptos clave que siempre se pregunta una entidad financiera. Sin embargo, con el nuevo acuerdo de Basilea estos aspectos se han endurecido y ahora las entidades financiera pueden autodiagnósticar las posibles pérdidas que pueden llegar a tener con un cliente. Por este motivo, las entidades emplean modelos de rating para realizar una calificación de la cartera de clientes y calcular la posibilidad de incumplimiento. En este artículo se explica el método y construcción de un rating, el desarrollo de un rating, y cuál es la nueva realidad del riesgo bancario. RESUMEN: DESCRIPTORES: Negociación banca-empresa, riesgo, medición del riesgo, rating, estrategia LOCALIZADOR: 52 67 / 2004 Estrategia Financiera de inversión, rentabilidad, financiación, ratio de endeudamiento, créditos. Nº 207 • Junio 2004 52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 53 Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? artiendo de la conocida aseveración de que el riesgo es la esencia de la actividad bancaria podemos afirmar que su correcta gestión es una exigencia a la que necesariamente debe responder una entidad financiera en su papel de intermediario económico. El papel que en el sistema económico juega un intermediario financiero es del de canalizador o facilitador del capital que los ahorradores proporcionan hacia los agentes demandantes o consumidores. Tal actividad de intermediación, se convierte, en la perspectiva de la entidad financiera, en actividad inversora y como tal, debe ser observada con detalle y ejercida con la máxima prudencia. La demanda de esa inversión bancaria ejercida, en mayor o menor medida, de forma permanente por la empresa, es analizada y examinada por las diferentes entidades financieras que seleccionan en función del retorno previsto las propuestas más adecuadas en las que situar “sus” fondos. Tal selección, desde un aspecto estrictamente financiero, se produce a través de la conocida medida impuesta por el binomio riesgo-rentabilidad. Tal medida ha evolucionado en los últimos años a conceptos más sofisticados que el precio de una operación o el “margen” teórico sobre una rentabilidad mínima de negocio. Conceptos y sistemas tales como rentabilidad ajustada a riesgo, exigen al análisis bancario profundizar en la rentabilidad real que un cliente u operación le suponen teniendo en cuenta el riesgo asumido. Así, el margen económico financiero realmente percibido (imaginemos, un diferencial sobre euribor) se convierte en teórico y debe ser minorado por el coste que a la entidad financiera le supone realizar esas operaciones teniendo en cuenta no sólo los costes reales de gestión, administrativos, etcétera, sino también los costes a los que debe hacer frente por asumir el riesgo que la operación lleva implícito. Un enunciado sencillo del concepto de rentabilidad ajustada a riesgo (1) podría ser el de restar al margen que supone el diferencial cobrado al cliente, los costes (económicos, de oportunidad) que pudiesen derivar de una dotación de la provisión contable derivada de una exigencia legal por realización de tal operación, pero su desarrollo va más allá. Cuantifiquemos la probabilidad de impago de la operación que concedo en función de la calidad del cliente y de la seguridad de las garantías adicionales (imaginemos hipotecaria frente P a personal). De ese modo calcularé el riesgo que realmente asumo y lo que, en caso de incumplimiento, podría recuperar. Estos son los conceptos que ya recoge la normativa y que a corto plazo se endurecerán y sofisticarán, tras la entrada en vigor de la normativa de la acuerdo marco de capital del Banco Internacional de pagos de Basilea (2). En el enfoque de gestión del riesgo de esta futura normativa surge como novedad la posibilidad de que las entidades financieras, basándose en instrumentos desarrollados por ellas mismas y homologados por los supervisores de cada país (i.e. en nuestro caso, Banco de España), se auto diagnostiquen las posibles pérdidas en las puede incurrir por incumplimientos de sus clientes –prestatarios, acreditados, contrapartidas-. La importancia de esa novedad radica en que un diagnóstico muy ajustado en una entidad financiera con una correcta selección de clientes y operaciones puede suponer importantes ahorros para la entidad financiera y proporcionarle un marco de exigencia de capital (y, en determinando casos de provisiones) más suave que el que la ley establece como norma general. Es por ello que la gestión del riesgo por parte de la banca se apoyará en estos sistemas o resultará antieconómica y una clara desventaja competitiva. En la base de estos sistemas internos se sitúan los modelos de rating, cuya finalidad es la calificación de la cartera de clientes de la entidad y tras ello, el cálculo de qué probabilidad existe de que éstos incumplan sus compromisos derivados de la operaciones con la entidad. CONCEPTO, MÉTODO Y CONSTRUCCIÓN DE UN RATING La aplicación de herramientas de decisión a la financiación bancaria de empresas (3) ha pasado por distintas etapas muy influidas por el grado de confianza que desde el ámbito analista se ha depositado en esos modelos. Hace ya décadas que existen modelos complejos de valoración de empresas y con ello de calificación a efectos de calidad de riesgo. Tales modelos, creados por grandes entidades financieras e inspirados en los procesos desarrollados por las agencias de calificación, han sido aplicados tradicionalmente al análisis de compañías de gran tamaño y destinados a completar análisis expertos de conjuntos o estructuras de operaciones de gran complejidad. (1) Popularizado como RAROC o Risk Adjusted Return on Capital, sistema inicialmente enunciado y utilizado por Bankers Trust, su sofisticación va hoy más allá, al incluir conceptos tales como capital económico o consumo de capital cuyo análisis excede el propósito del artículo. (2) Para una perspectiva global del impacto del Acuerdo de Basilea II, ver en Estrategia financiera nº 187 , septiembre 2002, “Cómo afectará a las relaciones Banca –Pyme la nueva perspectiva de gestión del riesgo introducida por el acuerdo de Basilea”. Localización 87/2002. (3) El uso de herramientas de decisión aplicables a personas físicas, habitualmente englobadas en la denominación scoring, se ha popularizado mucho antes dada por un lado la menor complejidad del análisis de estos riesgos, el menor volumen de financiación que es susceptible de solicitar una persona ( o unidad familiar) y , ya en el aspecto técnico, la mayor abundancia y calidad de datos estadísticos relevantes a efectos de estos análisis. w Nº 207 • Junio 2004 Estrategia Financiera 53 52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 54 Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? w La medición del riesgo asumido por la entidad financiera tiene su primera formulación en la pregunta de cuál es, realmente, el riesgo inherente a la cartera de operaciones de riesgo que la entidad tiene concedidas. O de otro modo, qué probabilidad hay de que los acreditados titulares de esas operaciones no puedan hacer frente a sus obligaciones. La respuesta no es sencilla: dependerá de su calidad de riesgo, que podremos medir en relación a su volumen de activos, previsiones de evolución de negocio, ratios de análisis contable, etcétera. Este conjunto de aspectos de una misma empresa (cliente desde la perspectiva de la entidad financiera) es el que se somete a examen en cualquier análisis de riesgo. Como apoyo al análisis manual, tradicional, individualizado operación a operación, surgen las herramientas mecánicas que pretenden mostrar al analista un apoyo a su decisión, facilitándole datos ya procesados y puestos en relación. Las posibilidades de que los acreditados de las operaciones no cumplan con sus obligaciones dependerá de su calidad de riesgo Cuadro 1 Parámetro Valor Mínimo/máx Antigüedad Ratio liquidez Ratio Endeudamiento 5 años 1,5 0,6 Decisión < 5 años = denegar < 1,5 = denegar > 0,6= denegar Cuadro 2 Parámetro Valor de referencia Antigüedad Ratio liquidez Ratio Endeudamiento 5 años 1,5 0,6 Cliente 1 2 2,5 0,4 Cliente 2 10 1 0,8 Cuadro 3 Parámetro Valor de referencia Antigüedad 54 5 años Ratio liquidez 1,5 Ratio liquidez 0,6 Estrategia Financiera Valores a puntuar Puntos >5 <5 < 1.5 > 1,5 < 0,6 > 0,6 1 0 0 1 1 0 Un modelo experto estimativo: ejemplo didáctico Los modelos de rating son sistemas que se dirigen a proporcionar un valoración del riesgo de impago propio de un acreditado o una cartera de crédito. Este es el proceso que preside cualquier tarea de análisis tradicional al que el rating añade mediciones objetivas de parámetros seleccionados. El lector puede imaginar un modelo sencillo de rating que, mecanizado, podría reproducir la lógica de análisis tradicional a mayor velocidad y con mayor objetividad. Imaginemos un sistema cuya base de análisis pudiesen ser los siguientes datos de una empresa: • • • Antigüedad de la empresa en el desarrollo de su actividad. Ratio de liquidez. Ratio de endeudamiento. Fijados estos tres criterios definiríamos los umbrales o valores a tomar como mínimos o punto de referencia y la decisión automática que podría conllevar el cálculo de los valores de las empresas solicitantes (cuadro 1). La simplificación es, desde luego, exagerada y pretende representar el punto de partida de un sistema de decisión sobre operaciones, basadas en un análisis más amplio: el de cliente. Esto es, aunque la operación propuesta sea razonable si el solicitante presenta valores visiblemente desviados de nuestro punto de referencia no obtendría la financiación requerida. El siguiente paso podría ser la pregunta a la que se ve obligada responder una entidad financiera que pretende seleccionar, como hemos visto al inicio, el cliente y operación más rentable y menos arriesgada; ¿Cuál de estos dos clientes es más conveniente como destino de mi inversión? En el modelo anterior los dos clientes siguientes presentarían este perfil (cuadro 2). Ahora haría falta establecer un sistema de valoración que asignase una puntuación objetiva al hecho de superar o no el valor mínimo, de modo que si un cliente cumple un requisito u otro se valore correctamente y, sobre todo, pueda ser un elemento de comparación con otras empresas evaluadas. (Cuadro 3). Así la puntuación óptima sería de 3. Los clientes del ejemplo obtendrían las siguientes puntuaciones: Cliente 1: 1 punto Cliente 2: 1 punto. Nº 207 • Junio 2004 52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 55 Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? El resultado no sería útil pues no permitiría diferenciar ambas empresas. Sería necesario ampliar la escala de puntuaciones posibles para poder ponderar o penalizar los valores con mayor detalle y matices. E incluso, deberíamos reflexionar si es lógico que los tres parámetros observados tengan la misma ponderación y que el incumplimiento de uno o dos combinados pueda arrojar algún significado adicional. Surge, además una pregunta, ¿cómo valorar y cómo asignar a las puntuaciones finalmente obtenidas un resultado significativo? Y cómo hacerlo cuando, más allá de esta pequeña simplificación, combinamos decenas de variables de un cliente, miles de valores de tales variables y de combinaciones las mismas. La respuesta no es sencilla, en primer lugar debemos dejar atrás la base experta y adoptar metodología estadística que nos muestre qué es realmente relevante desde un experiencia real y hasta qué punto determinadas valoraciones de algunas características de la empresas han sido determinantes en el diagnóstico de la empresa. Podríamos reflexionar de nuevo y plantearnos, ¿de las empresas con las que ha contratado la entidad financiera, qué hicieron y cómo eran las que al final incumplieron sus compromisos? Esta cuestión halla respuesta en la actual metodología de elaboración de herramientas de decisión (4) que describiremos de forma aproximada a continuación. DESARROLLANDO UN RATING Cuando se desarrolla un modelo de rating debe determinarse algunas características del mismo a priori: para qué será usado, a qué tipo de clientes evaluará y con qué información podrá contar. Cuanto más especializado sea un rating mayor será el grado de certeza en sus dictámenes pues está diseñado para tratar informaciones homogéneas y los puntos de referencia con los que ha sido diseñado responden de forma muy ajustada a la realidad de los clientes que examinará. Imaginemos la imposibilidad de igualdad en el análisis de datos contables de una gran superficie, de una promotora inmobiliaria y de una cementera. Una vez atendida esta cuestión, para la construcción del modelo se tomará una muestra lo más amplia posible de empresas que respondan al perfil que se evaluará en el futuro. Si es una cartera variada se intentará que la muestra responda a esa variedad con la misma distribución. Cuando se desarrolla un modelo de rating debe determinarse para qué será usado, a qué tipo de cliente evaluará y con qué información se contará En primer lugar, deberíamos aclarar que en la elaboración de un modelo moderno de rating son tomadas en cuenta un gran número de variables que combina el cálculo de ratios financieros con otros elementos de distinta naturaleza. 1. Variables financieras: partiendo del análisis clásico se informarán los ratios y combinaciones de ratios y partidas que represente de modo individual o conjunto la solvencia, liquidez, y rentabilidad de la empresa. Del mismo modo se podrán tener en cuenta indicadores de gestión, operatoria de cobros y pagos, crecimiento y evolución de la empresa. 2. Como consecuencia de estos “rasgos” financieros de la empresa, surgirán determinados comportamientos con la entidad y el sistema financiero en general (consumo de crédito, posicionamiento y estrategia de endeudamiento a corto / largo, etcétera), así como su experiencia e historial de pagos. Los datos de comportamiento son cada vez más relevantes, dada su complementariedad con el bloque anterior y su carácter más dinámico. De este modo, las entidades financieras también modulan los sistemas a través de diseños de perfiles de comportamiento bancario en los que deberán filtrarse fotos parciales e inexactas en caso de clientes compartidos o con tipos de actividades que condicionan de manera inevitable ese comportamiento. 3. Los denominados datos cualitativos, que forman un grupo muy heterogéneo (conceptualmente pueden incluir el punto anterior) y que son especialmente significativos en el análisis tradicional ofrecen una visión global de cliente en cuanto a aspectos económicos, posición en mercado, datos de gestión de la empresa, etcétera. (4) Basada en regresiones logísticas y por otro lado, ya superada por metodologías más sofisticadas como aplicación de procesos inteligentes basados en redes neuronales y algoritmos genéticos. w Nº 207 • Junio 2004 Estrategia Financiera 55 52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 56 Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? w En la elaboración de un moderno modelo de rating son tomadas en cuenta un gran número de variables que combina el cálculo de ratios financieros con otros elementos de distinta naturaleza Todas estas variables se informan del conjunto de empresas que forman parte de la muestra de la que se intentarán deducir muestras más pequeñas agrupadas por determinados rasgo comunes como volumen de facturación (determinante en muchas de las variables anteriores) o como sector de actividad. Un elemento menos habitual en estos sistemas es el de la comparación con datos medios o modales del sector concreto de actividad. Este aspecto será objeto de un análisis más profundo en un artículo posterior. (5) De la correcta definición de incumplimiento puede derivar un perfil muy determinado del modelo de rating: aunque Basilea establece el incumplimiento en 90 días de impago, podrían fijarse umbrales inferiores según el criterio de la entidad financiera, ya que todo retraso o impago puede ser definitorio del comportamiento de la empresa como pagadora o de su situación económico financiera. (6) Análisis multivariante como continuación del univariante. 56 Estrategia Financiera 3. En ocasiones, el modelo de rating se pregunta si no existen factores que puedan considerar un aspecto de la realidad no siempre bien medido: el efecto contagio, las posibles relaciones de dependencia entre los acreditados. Para ello una nueva generación de modelos incluye variables de aplicación general, consideradas factores comunes a todas la empresa examinadas que se pueden tomar como índices a los que referir la calificaciones: ciclo económico, crecimiento PIB, tasa interanual de inflación, determinados índices de tipo de interés, etcétera. Estos modelos crean, además de una valoración del perfil de la empresa anali- zada, un contexto en el que medir este perfil, proporcionando la posibilidad de manipular el escenario económico y examinar el comportamiento previsible en tales circunstancias. Fases del proceso de cálculo del modelo De forma previa a la creación de modelos que pretenden definir los perfiles y actuaciones típicas del incumplimiento y que puntuarán en función de la cercanía que la variable o conjunto de variables tenga respecto a los valores de referencia, se desarrollan algunas tareas que suponen la verdadera base metodológica de un sistema de rating. La meta de esta fase es encontrar los factores que sean determinantes para explicarnos por qué impaga un acreditado. Así, cada variable es analizada y puesta en relación con el incumplimiento (5) o morosidad. De este modo podrán seleccionarse las variables que sean más significativas a efectos de detección de futuros incumplimientos. Sobre este análisis, denominado univariante, se calculará el estadístico de poder cuyo umbral mínimo medido en tanto por ciento (%) se deberá determinar ad hoc en el proceso de elaboración del modelo y puede variar en función del grupo de variables analizadas. Conviene quizás detenernos e imaginar el análisis de la variable de antigüedad de la empresa en el sector de actividad, dentro del grupo de empresas de servicios profesional de gestoría. Cabe imaginar que en este tipo de empresas de servicios en las que el principal activo es el prestigio profesional y la cartera de clientes consolidada, esa variable resultaría muy significativa puesta en relación con las empresas que de este segmento acabaron incumpliendo. Sin embargo, la existencia o no de una determinada proporción entre el endeudamiento a corto, versus largo plazo, en el sistema financiero puede no arrojar resultados concluyentes. Tras esa primera selección de variables, se pasa a un segunda fase en la que se analizará las interacciones (6) que se producen entre las distintas variables, hasta ahora analizadas de forma aislada. Así, se procede a la selección de los mejores factores con los que se comienzan a crear, como ya hemos anticipado, modelos basados en regresiones logísticas. De los modelos se obtendrán las puntuaciones finales con las que son calificados los clientes analizados. Nº 207 • Junio 2004 52-57 Cervera 26/5/04 18:30 Página 57 Dossier Banca Concesión de créditos. ¿Qué riesgo asumen las entidades financieras? Estas puntuaciones permitirán ordenar a los acreditados pasándose al siguiente paso que consistirá en identificar las agrupaciones de puntuaciones en intervalos y analizar en cada uno de esos intervalos la relación entre las puntuaciones y tasas de morosidad de la muestra y, posteriormente, de la población general. Tras las sucesivas pruebas se selecciona el modelo con mayor capacidad predictiva que se obtendrá de la comparación de sus dictámenes finales y la experiencia real de impago de los clientes. Tal comparación podrá realizarse con los clientes de la muestra utilizada para la elaboración del modelo, pero carecería de sentido pues es lógico que responda a un alto grado de aciertos dado que ha sido elaborado basándose en ese grupo de empresas u operaciones. De ese modo la validación deberá realizarse sobre otra cartera de casos homogénea pero diferente, que podrá ser la cartera total de acreditados. LA NUEVA REALIDAD DEL RIESGO BANCARIO Sistemas como el descrito están hoy implantados, en distintas fases de uso e importancia en relación a la decisión sobre riesgo, en prácticamente todas las entidades financieras. Así, una herramienta de base mecánica o matemática pasa a sustituir o complementar paulatinamente gran parte del análisis tradicional. Y lo que es más importante, dada su relevancia a efectos de la homologación de los sistemas propios de gestión del riesgo diseñados por Basilea II, pasa a ser una pieza clave en el diseño de la estrategia inversora de las entidades financieras. Consciente de que cada empresa es un mundo y de que existen múltiples circunstancias cuya ponderación no es fácil de definir en términos estadísticos, el sistema bancario implanta con cautela estas herramientas, adoptando todo tipo de medidas de seguridad y elaborando modelos de gran sofisticación y probada capacidad predicitiva. El director financiero de hoy encontrará un rating no buscado ni contratado que le acompañará en el curso de la negociación de la financiación con su banco o caja y que la determinará en buena medida. Cambian, pues, la relaciones entre ambas partes y aumenta la exigencia de información, transparencia y conocimiento cliente / proveedor por una razón muy importante: cuanto mayor sea la proximidad y el contacto entre ambos, mejor será el diagnóstico del analista bancario que mo- Nº 207 • Junio 2004 dulará los dictámenes de sus herramientas con el conocimiento real del cliente. La implantación y uso generalizado de un rating o modelos más completos (modelos de pricing que proponen precios en función de la calificación del cliente) ha supuesto y supondrá un gran cambio en el mundo de la pequeña y mediana empresa que deberá conocer cuanto antes las nuevas reglas del juego. Una vez conocidas, acogerá a los modelos cuantitativo como los instrumentos que posibilitan que el acceso al crédito sea el adecuado, facilitando la financiación a los agentes económicos de calidad, eliminando ineficiencias del sistema que podrían motivar primas de riesgo en precio restricciones injustamente aplicadas. Cuanto mayor sea la proximidad y el contacto entre banco y empresa, mejor será el diagnóstico del análisis bancario BIBLIOGRAFÍA • Altman, E., Hadelman, R. 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