Ética Judicial: De las reglas a las actuaciones 131 Estilo: “El arte tradicional de la alta magistratura es el de la concisión, al mismo tiempo que el de la pureza”. Pues –se entiende– “una sentencia judicial debe imponerse por su brevedad vigorosa”. Ya que de lo que se trata es de decir cosas “en tan pocas palabras como sea posible”. Ello conduce al Juez a evitar lo inútil, que por superfluo, multiplica las posibilidades de error. Por eso, se define a la institución judicial como “una empresa colectiva de concisión”. Autoridad: La autoridad del Juez, es una “autoridad racionalizada”, que deriva de su lógica, que debe ser “inflexible”, pues su razonamiento deductivo tiene que ser “implacable”. El arte judicial clásico es el “imperium”, mediante el cual se rechaza, zanja, casa. El juez clásico es lapidario, debe hablar con autoridad, certeza y seguridad. Preparación: Todo juez es un “especialista de la decisión y de la formalización”, a quien está prohibido dudar. La Corte de Casación casa las sentencias que usan imprudentemente el condicional, los términos hipotéticos o dubitativos. Pero para ser preciso, “el buen Magistrado es el que sabe hallar la solución que hace cesar la discusión”, es importante también la preparación. Fundamento de las decisiones: La autoridad judicial se basa en la ley y en consideraciones jurídicas. Y la excelencia reside en “la conciliación entre la flexibilidad y el rigor”, esto es, se trata de un arte racionalizado y apoyado en el conocimiento del derecho y la extracción de las adecuadas consecuencias, en cada caso. Buen sentido: Se puede perdonar una falta de inteligencia pero no de “probidad”. Esta reside en el buen trabajo, serio, paciente, perseverante, metódico, que resuelve tras agotar la cuestión, después de haber reflexionado maduramente. Y todo ello, entre matices y equilibrios que alumbran: una “atención escrupulosa”, una “firmeza conciliadora”, una “cortés autoridad”, la “elocuencia bien administrada”...Y es que el “buen sentido” no es más que “la conciencia de las realidades y el sentimiento de la medida”. Reflexiones sobre ética judicial Desinterés material: El desinterés financiero y material constituye su “capital principal”, habiendo basado su estrategia de distinción y credibilidad en una “ética cuasi sacerdotal de desprendimiento material” que les ha hecho configurar su “aristocratismo moral” apoyado en un equilibrio entre el lujo y la falsa humildad, que les lleva a una “existencia de perfecta corrección” .