Universidad Distrital: Sesenta años de memoria y vida Universidad Distrital: Sesenta años de memoria y vida UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS 1948 - 2008 SESENTA AÑOS DE VIDA UNIVERSITARIA Vicerrectoría Académica Universidad Distrital Francisco José de Caldas Universidad Distrital: Sesenta años de memoria y vida ISBN 978-958-8337-39-5 Primera edición: Julio de 2008 1948 - 2008 SESENTA AÑOS DE VIDA UNIVERSITARIA Rector Carlos Ossa Escobar Vicerrector Académico Orlando Santamaría Vergara Vicerrector Administrativo Dagoberto Quiñónez Collazos Decana Facultad de Ciencias y Educación Clara Inés Rubiano Zornosa Decana Facultad de Ingeniería Lilia Edith Aparicio Pico Decana Facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales Irma Yolanda Ramírez Guarín Decana Facultad Tecnológica Dora Marcela Martínez Camargo Decano Facultad de Artes Edgar Ricardo Lambuley Alférez Directora Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas Flor Alba Santamaría Valero Fotografía de Portada Sin título. UDFJC (Sede ASAB) © Abdú Eljaiek Primera guarda Vida UD. Yeimmy Ramos Segunda guarda Balcones. Myriam Moreno © 2008 Universidad Distrital Francisco José de Caldas © Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas (IEIE) © Dirección editorial. Flor Alba Santamaría Valero Diseño y diagramación: Carlos Andrés Almeyda Gómez Héctor Suárez Castro Impresión: Panamericana Formas e Impresos S.A. Impreso en Colombia Printed in Colombia Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas (IEIE) www.instituto-ieie.org http://ieie.udistrital.edu.co Correo electrónico: ieie@udistrital.edu.co Teléfono: 3238400 ext. 6331 Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo y escrito del Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas. Contenido Presentación El contexto de creación de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas Carlos Arturo Reina Rodríguez Fotografía y Universidad Nevis Balanta Castilla Aportes al Teatro Colombiano Jairo Florián Bocanegra Más allá de los muros y las aulas Flor Alba Santamaría Valero Movimiento estudiantil, la imagen de la juventud rebelde Emilce Garzón Peña Los ecos de mayo de 1968 Fabio Lozano Santos 5 7 16 21 25 34 42 En pos de la memoria Entrevista a tres de los primeros egresados de la Universidad Distrital Carlos Alberto Martínez 52 Presentación “La fotografía es un impulso espontáneo que surge de mirar continuamente y que capta el instante y su eternidad.” Henri Cartier-Bresson E l Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas (IEIE), rinde con esta publicación un homenaje a nuestra querida Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en sus sesenta años de existencia. La convocatoria fotográfica “Sesenta años de memoria y vida”, realizada en el año 2007, y la selección de los jurados Abdú Eljaiek, Hernán Garcés y Paola Álvarez, permitieron que esta obra naciera. Las diversas fotos e imágenes recibidas ―captadas en su mayor parte por estudiantes y algunos profesores y funcionarios de la Universidad―, se convirtieron en un espacio de encuentro y de miradas. De esta forma, se enriquece el acervo icónico y nos aseguramos con pie firme en la historia. En este libro, las fotos están acompañadas por la palabra, importante complemento dialógico. Gracias a ello, la imagen visual se vuelve palabra y la palabra se transforma en imagen visual, conservando una y otra, por esas leyes enigmáticas del arte, su autonomía. ◄ Sin título. Abdú Eljaiek.. Archivo personal. Universidad Distrital (Sede ASAB). 2006 El grupo interdisciplinario, Observatorio de niños y jóvenes, proyecto naciente del IEIE, compuesto por Nevis Balanta, Karina Bothert, Carlos Arturo Reina, Flor Alba Santamaría y Emilce Garzón, tuvo la delicada responsabilidad de mirar y remirar las fotos recibidas. Fue, en verdad, un ejercicio de reconocimiento de los ámbitos íntimos de la Universidad, dadores de conocimiento y sabiduría, fuente viva de nostalgias y proyectos. Estas imágenes y recuerdos, siempre nuevos y siempre los mismos, han terminado por fijarse en estas páginas. Los invitados a escribir los textos no se hicieron esperar. Sesenta Años de Memoria y Vida El primer escrito lo aportó Carlos Arturo Reina, quien ha pasado buena parte de su vida en la U, primero como estudiante y ahora como profesor. Carlos Arturo, desde una mirada histórica, nos presenta el contexto de creación de la Universidad, es decir, nos habla de su fundación. Continúa Nevis Balanta, también egresada y ahora profesora: como estudiosa del lenguaje nos habla de esa otra dimensión, la de la fotografía, y su innegable legado que permite revelar los rostros y los rastros de nuestra Universidad y eternizar los instantes de espacios y seres que habitan y han habitado en ella. Jairo Florián, director del grupo de teatro “El Nuevo Pregón”, nos muestra cómo el teatro siempre ha permanecido en la Universidad y ha ayudado con ideas y acciones libertarias a trazar su rumbo y darle gestos y voz a su destino. Flor Alba Santamaría, quien lleva casi la mitad de su vida en el oficio docente, nos pinta con palabras el camino recorrido como una huella de su experiencia en un diálogo de saberes, que siempre ha establecido con estudiantes, bien sean niños, jóvenes o adultos. Esta vez, nos narra la experiencia de los caminantes y el encuentro con la naturaleza en un día de recorrido al Páramo del Verjón. Emilce Garzón cumple su empeño por adentrarse en los movimientos estudiantiles, redescubrir y arrojar nueva luz en las huellas que han dejado y las conquistas, los fracasos y las luchas desarrolladas, siempre en pro de una educación justa y de calidad. Fabio Lozano, quién parece haber estado desde siempre en la Universidad, nos presenta la influencia que tuvo para la Distrital el movimiento de Mayo del 68, originado en las universidades francesas, y que llegó con todo su desenfado, salvando fronteras terrestres y acuáticas, hasta nuestra Alma mater. Cerramos el libro con las palabras de tres de nuestros primeros egresados, los cuales le cuentan a Carlos Alberto Martínez fragmentos de sus vidas y su paso imborrable por la Universidad. El tiempo, esa imagen móvil de la eternidad inmóvil de que habla Platón, pasará; nuevas cohortes de profesores, estudiantes y funcionarios llenarán los ámbitos de la Universidad, y entonces habrá que abrir una y otra vez este libro para tener y mantener la idea de continuidad en el hilo del cambio y la noción de cambio en el continuum institucional. Porque este libro es también un espejo, un ojo de agua, con más de un parecido con la laguna del silencio que brinda refugio a las imágenes fugitivas del cielo del páramo de El Verjón. ¡Gracias Universidad Distrital! Equipo IEIE Sesenta Años de Memoria y Vida El contexto de creación de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas Carlos Arturo Reina Rodríguez* Pensar en el contexto de creación de la Universidad Distrital, también es referirse a la historia de la Universidad en Colombia y, desde luego, a una coyuntura particular a fines de los años 40 del siglo XX. E ste siglo consolidó a la Universidad Nacional como proyecto de educación superior pública en Colombia, mientras al mismo tiempo, Bogotá se convirtió en el centro educativo por excelencia. Al finalizar los 40, y comenzar los años 50, fueron fundadas buena parte de las univer­sidades regionales actualmente vigentes, mientras apareció una enorme preocupación por el desarrollo de los campos técnico y tecnológico que se materializaron con la creación de carreras de esta índole. * Candidato a Doctor en Historia de la Universidad Nacional. Profesor de la Facultad de Ingeniería, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. En esta década, el país continuó con los procesos de industriali­za­ción iniciados por el gobierno de Alfonso López Pumarejo en 1934 y que facilitaron en las décadas siguientes avanzar en el desarro­llo y modernización de buena parte de la infra­estruc­tura del país. Era muy importante por entonces, generar condiciones que facilita­ran un proceso como este. Crear escuelas técnicas se convirtió en una alternativa frente a las carreras profe­sionales que se ofrecían en las universidades existen­tes, instituciones influenciadas por la acción y presencia de la Iglesia católica y de los partidos políticos. La formación de mano de obra calificada, resultó ser prioridad en este contexto. Sesenta Años de Memoria y Vida A partir de 1948, y después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, la historia de Colombia generó una nueva dinámica que puso en directa contravía los esquemas mentales de lo rural y lo urbano que se venían dando desde dos décadas antes. La reconstrucción de las ciudades y pueblos afectados, así como la de Bogotá, sirvieron como punto de partida para nuevos procesos de desarrollo urbano, así como para la formulación de estrategias de planeación que involucraron el espacio público, vías, transporte y comunicaciones, así como también Salud, vivienda y Educación. ▲ Personal Directivo y Docente. Anuario Universidad Distrital Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá. 1964. 10 Sesenta Años de Memoria y Vida Años antes, se observaba en el ambiente nacional el afán y la urgencia de industrializar al país, en donde las misiones extranjeras fueron importantes en este proceso, algunos de cuyos miembros posteriormente ingresarían como profesores a las nacientes universidades. Tiempo atrás, desde la creación de la Escuela de Artes y Oficios de Bogotá, hasta el desarrollo del Instituto Técnico Central, se planteó la necesidad de realizar cambios en las formas como se educaba a los sectores populares, en perspectiva de generar posibilidades de mejorar sus condiciones socio-económicas. No obstante, la pugna entre los partidos impidió realizar ajustes apropiados. Esto fue denunciado en abril de 1940, cuando el entonces Ministro de Educación, Jorge Eliécer Gaitán, realiza un balance del sistema educativo, y señala algunos de sus principales problemas, entre ellos, la dificultad para los sectores menos favorecidos de ingresar a la Universidad. Este expresa la necesidad de brindar mejores garan­tías educativas y sobre todo, haciendo énfasis en la necesidad imperiosa de mejorar la educación, sobre todo secundaria por medio de la creación de departamentos técnicos, que permitieran que aquellos que no pudieran entrar a la Universidad, poseyeran herramientas para ingresar al campo laboral. También se debatió en esta década, acerca de la importancia de la educación de la mujer y de cómo debían ser creadas algunas carreras donde ellas pudieran contribuir al desarrollo intelectual del país. Gaitán se retira de este cargo, no sin antes haber creado un Concejo Técnico de la Enseñanza primaria, el Concejo Nacional de Segunda Enseñan­za, al tiempo que impulsó la Enseñanza Agraria, la construcción y creación de más de 50 instituciones escolares, el fortale­cimiento de la enseñanza comercial, el ordenamiento de la carrera administrativa y la creación de un instituto para el desarrollo científico denominado Ateneo Nacional de Altos Estudios. Se expresa la necesidad de garantías educativas, por medio de departamentos técnicos, que permitan que aquellos que no puedan entrar a la Universidad, posean herramientas para ingresar al campo laboral. El diario El Tiempo dió noticia de tal hecho: “El gobierno procuró intensificar los múltiples aspectos de enseñanza orientada hacia la especialización en nuevos oficios y la vinculación estrecha con la industria nacional y con las escuelas complementarias." Luego Gaitán agregaría: “Existe una urgencia de promover entre nosotros una campaña tendiente a lograr la organización científica de la enseñanza industrial técnica". Desde 1941 a 1945, el Ministerio de Eduación quedó a cargo de Guillermo Nanneti quien fue continua­dor de las políticas educativas gaitanistas. Uno de los problemas que se cuestionaron de manera frecuente, fue el acceso de los bachilleres a la ecuación superior. En este momento fue nombrado como rector de la Universidad Nacional Gerardo Molina, tiempo en el que se realizaron varias discusiones acerca de la autonomía universitaria y donde los estudiantes exigieron mayor participación mientras que realizaban algunas huelgas. Aparece el Instituto Caro y Cuervo en 1944, resaltado como una entidad de Altos Estudios lingüís­ticos y Filológicos que pretendió llevar a Colombia a estar en los primeros lugares a nivel mundial, en cuanto a estas áreas se refiere. Se llevó a ▲ Dpto. de Tecnología de Maderas. Anuario Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá. 1964. El Tiempo. Bogotá, Abril 17 de 1940. Sesenta Años de Memoria y Vida 11 cabo un plan de reformas para la educación pública donde la dirección de educación fue dividida en cinco departamentos: departa­mento técnico, administrativo, de negocios generales, de medicina escolar y de construcciones escolares. El Se realizó el debate acerca Departamento Técnico será fundamental del ente que debía encargarse pues la razón del Colegió Municipal habrá de administrar la educación de ser precisamente el departamento en Bogotá. En el caso de técnico concebido por Antonio García la Educación Superior, se como Politécnico en el anteproyecto de propuso una reforma en 1947, 1947 y materializado después de la muerte donde se creó el Supremo de Gaitán en el acta de fundación de la Consejo de la Universidad Universidad Distrital. Posteriormente y en Colombiana. medio de caldeados debates, se planteó una reforma educativa en el año de 1947, mismo año en el que falleció Gabriel Turbay y se anunció la candidatura única de Gaitán en un prematuro ambiente pre-electoral. En el mes de Octubre de 1947, fueron realizadas las elecciones para el concejo de la ciudad, las cuales son ganadas ampliamente por el partido liberal, quienes eligen a 11 concejales sobre 4 del partido conservador. Entre los concejales elegidos se encuentra el proponente del proyecto de creación del Colegio Municipal, que a la postre se convirtió en la Universidad Distrital, el economista Antonio García Nossa, amigo de Jorge Eliécer Gaitán con quien también diseñaron el llamado Plan Gaitán. ▲ Personal Directivo y Docente. 12 Anuario Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá. 1964. Sesenta Años de Memoria y Vida Este mismo año de 1947, el Ingeniero Italo Amore, especialista en radio-electricidad, trató el problema para la reglamentación de esta indus­tria en Colombia, asegurando que “ya no es suficiente en una radio reglamentación moderna, considerar únicamente los campos de la telegrafía, telefonía y radiodifusión, que según la antigua escuela europea, solamente podían ser encomendados a rígidos monopolios estatales.” Hay una necesidad abierta y esta El Tiempo. Bogotá, Marzo de 1947. será precisamente la que llenará la Carrera de Radio Técnica del Colegio Municipal, hoy, la Carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Distrital. Hasta 1948, se realizó el debate acerca del ente que debía encargarse de administrar la educación en Bogotá. Se discutió si era conveniente que lo tomara el Departamento, el Municipio o la Nación. En el caso de la Educación Superior, se propuso una reforma en 1947, donde se creó el Supremo Consejo de la Universidad Colombiana, teniendo como asiento la Universidad Nacional. Allí se estipuló que no podían existir diferencias de Pensum ni de progra­mas, ni de intensidad en los estudios, ni en la escala de calificaciones en cada una de las Universidades oficiales. Además se indicó que cada una de las universidades del país debía organizar escuelas industriales con capacidad mínima de 1000 estudiantes en la Nacional y 500 en las seccionales, quedando autorizadas para contratar en el exterior los técnicos indispensables para el eficaz desarrollo de su labor docente. El Colegio Municipal y La Universidad El proyecto de creación del Colegio Municipal es presentado por Antonio García Nossa el 6 de diciembre de 1947, siendo ratificado en el mes de febrero de 1948 y solo hasta marzo se planteó el inicio de clases, que fue postergado en varias ocasiones debido a problemas de infraestructura: EL PRIMERO DE MARZO INICIARÁ TAREAS EL COLEGIO MUNICIPAL DE BOGOTA: El Colegio Municipal tendrá una educación gratuita para varones. Este Colegio se organizará como externado. La selección de los estudiantes se realizará entre las personas que poseen escasos recursos. No obstante, la fecha se posterga unos días. Nuevamente la prensa destaca la noticia de la siguiente manera: EL POLITECNICO MUNICIPAL ABRIRÁ EL QUINCE DE ESTE MES. EL COLEGIO SERA UNO DE LOS El Tiempo. Bogotá, Febrero 8 de 1948. ▲Estudiantes laboratorio de Electrónica. Anuario Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá. 1964. Sesenta Años de Memoria y Vida 13 No podían existir diferencias de Pénsum ni de programas, ni de intensidad en los estudios, ni en la escala de calificaciones de las Universidades oficiales. MEJORES DEL PAIS. Educación técnica gratuita se dará a la juventud. Funciona­rá en un amplio y cómodo edificio del barrio San Fernando. Se inaugura con cerca de 300 alumnos. Anzola Gómez, rector del Colegio habla sobre los fines del establecimiento. Aparece, por primera vez, el nombre del rector del Colegio, Gabriel Anzola Gómez y que posteriormente será sucedido por el presbítero Daniel Caicedo, que es quien aparece en la mayoría de documentos. Con el acaecimiento de los hechos del 9 de Abril y la muerte de Gaitán, el Concejo de Bogotá determinó renombrar algunas calles, plazas, barrios y avenidas, con el nombre del caudillo asesinado. Posteriormente, el proyecto del Colegio Municipal tuvo un claro matiz tanto desde sus objetivos como desde su perspectiva, relacionada con la bancada liberal en el concejo. De allí el nombre de Jorge Eliécer Gaitán en sus primeros dos años: EL COLEGIO MUNICIPAL: Una de las iniciativas que mejor acogida puede merecer de la ciudadanía bogotana es la referente a la fundación del Colegio Municipal, instituto dedicado al servicio de la niñez proletaria y cuyo prospec­to abarca proporciones que responden a las más exigentes necesidades de la moderna organización pedagógica. Con capacidad para cerca de dos mil estudiantes... Más adelante, se renombra el colegio y asume como Colegio Municipal Jorge Eliécer Gaitán: ESPLENDIDA REALIDAD ES EL COLEGIO MUNICIPAL “JORGE ELIECER GAITAN”: Este colegio busca la democratización de la enseñan­za y el poder dar a las clases populares una enseñanza que esté acorde con sus necesidades. Según el Alcalde Mazuera, el propósito del Colegio es ambicioso y corresponde a la imperiosa necesidad de ofrecerle a la juventud colombiana una preparación moral e intelectual sólida que capacite para luchar ventajosamente por la vida en esta época compleja y difícil como ninguna. Su rector es Gabriel Anzola Gómez. En 1949, Antonio García empezó a formular la idea de diversificar la educación del Colegio y amplió la propuesta El Tiempo. Bogotá, Marzo 1 de 1948. El Tiempo. Bogotá, Domingo 27 de Junio de 1948. El Tiempo. Bogotá, Lunes 5 de Junio de 1948. 14 Sesenta Años de Memoria y Vida hasta configurar un modelo que posteriormente sirvió de base para la estructura de la Universidad en 1950. Anota el concejal Carlos Lleras ante el Concejo de Bogotá: El proyecto crea la Ciudad Politécnica del Municipio de Bogotá en desarrollo de los Acuerdos 10 y 51 de 1948 y 7 y 33 de 1949, y he hecho al título una modificación para ajustarlo a un carácter más técnico de esta entidad, consistente en denominarlo Instituto Politécnico en vez de Ciudad Politécnica, por que este término no me parece el más aparente, ya que es usado para diversas clasificaciones como organizaciones urbanísticas, etc, y en cambio el instituto corresponde mejor a un criterio técnico educacional. Este instituto se compondría según el proyecto de las siguientes escuelas: Colegio Municipal Jorge Eliécer Gaitán, que funciona como sección de bachillerato hasta 4to año, y que incluirá una sección preparatoria para niños que lleguen a 4to año de escuelas primarias; la escuela de profesiones técnicas o auxiliares, que constituye el actual Departamento Politécnico del mismo y que creo ya funciona; la escuela técnico-industrial para la formación de operarios expertos y técnicos en las diferentes ramas de la industria, y de una escuela de capacitación técnica en las distintas ramas de artesanos. Antonio García no estuvo de acuerdo con la denominación de instituto, porque, según él: ...hay una suma orgánica de institutos y nos encontramos con una suma de construcciones que responde a unas cuantas fundamentales, cuales son el colegio, que no es una institución aislada de bachillerato sino que es un bachillerato eminentemente técnico, o sea que se orienta a dar la formación general y fundamental para seguir las carreras cortas auxiliares que o pueden hacerse dentro de la Universidad. En seguida se tiene la sección politécnica, o sen las profesiones técnicas auxiliares superiores, tales como la de topógrafo, ayudante de laboratorio, dibujante industrial, estadígrafo, administrador, etc . Como se aprecia, prácticamente se empieza a diseñar una nueva institución, máxime cuando en la misma sesión se aprueba que el concejo directivo estará constituido por el representante de la Universidad Nacional, el rector del Acta No. 59. Sesión del viernes 12 de agosto de 1949. Anales del Concejo de Bogotá, 1949. Ibid. Anales del Concejo de Bogotá, agosto de 1949. ▲ Estudiantes en la Biblioteca. Anuario Universidad Distrital Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá. 1964. Sesenta Años de Memoria y Vida 15 Colegio Municipal, el representante del Alcalde y uno del Concejo de Bogotá, lo que perfila a su vez, el origen del concejo Superior de la Universidad. Es de este proyecto, de donde finalmente se dará vida en el año de 1950, a la Universidad Municipal de Bogotá, el 6 de agosto, inaugurada por el Presidente Ospina Pérez precisamente en el último día de su mandato. Informa el periódico El Siglo: La Universidad Municipal de la Capital se Fundará Oficialmente Esta Tarde: tendrá especializaciones sobre carreras menores, con cinco facultades. El Acta se firma esta tarde. El decreto correspondiente será expedido hoy. La Universidad Municipal de Bogotá será inaugurada oficialmente hoy a las dos de la tarde en una ceremonia simbólica que se efectuará en el despacho del Alcalde Santiago Trujillo Gómez, con la asistencia de miembros de la junta directiva del Colegio Municipal y de otras personalidades invitadas especialmente. El acta de fundación será firmada por el presidente Ospina Pérez, el gobernador Jorge Leiva, el alcalde Trujillo Gómez, el Ministro de educación Mosquera Garcés, el vicario capitular de Bogotá, monseñor Emilio de Brigard, el vocal del Concejo municipal Carlos Alberto Guzmán, el vocal de la Universidad Nacional, Álvaro Marín, el rector del Colegio, presbítero Daniel Caicedo, el inspector de educación municipal de Bogotá, Luís Eduardo Sánchez y el Secretario del Consejo directivo del Colegio Municipal, Salvador Linares. La Universidad Municipal constará de cinco facultades de especializaciones menores y que en su orden serán: Ingeniería radio técnica, 3 años, ayudante de topografía, 2 años, perito forestal, 2 años, ayudante de geólogo, 3 años, y perito en sondeos y perforaciones de pozos, 2 años. La Universidad Municipal de Bogotá será la primera entidad educativa de su género que funciona en el país. Hasta el momento se habían hecho algunos intentos que prácticamente no culminaron en nada satisfactorio. Por su parte, la facultad de radio-técnica con estudios sistematizados será el primer plantel universitario que funcione en América del sur. El nombre de Jorge Eliécer Gaitán desaparece para la Universidad y en 1952 esta incorpora el nombre del personaje histórico payanés Francisco José de Caldas. Por su parte, el Colegio Municipal perdió temporalmente también este nombre hasta que pasados más de 15 años, cuando maestros y estudiantes del plantel buscaron su reconocimiento El Siglo. Bogotá. Domingo 6 de Agosto de 1950. Páginas 1 y 7. 16 Sesenta Años de Memoria y Vida para llevar nuevamente el nombre con el cual se mantiene hasta la actualidad como IED Jorge Eliécer Gaitán. Dos años después, el gobierno municipal en el decreto número 88 de febrero 26 de 1952 ratificó la creación de la Universidad, reconociéndole todas las prerrogativas que como Universidad le corresponde. Posteriormente por resolución No. 403 de 1952 el ministerio de Educación Nacional concedió el permiso autorizando provisionalmente el funcionamiento de la Universidad Municipal como instituto de enseñanza profesional, en las ramas de Ingeniería Radio técnica, Ingeniería forestal y topografía y otorgando el título de Licenciado en el área respectiva. Finalizando ese año, se expidió el decreto 653 de Noviembre 13 de 1952, el cual amplió el alcance del acuerdo No. 51 de 1948, en el sentido de crear carreras de larga duración que la habilitaron para otorgar títulos estrictamente académicos. Finalmente, por medio de la resolución número 3410 de diciembre 9 de 1952 el Ministerio de Educación Nacional, aprobó los estatutos de la Universidad en razón a encontrarse los pensum y programas de las facultades de Topografía, Ingeniería forestal, e Ingeniería electrónica, conforme a lo dispuesto en el artículo 12 de la ley 56 de 1927 y el decreto No. 260 de 1936. En la resolución numero 5128 se encuentra la aprobación definitiva que a los planes de estudio concedió el MEN. Este mismo año, la Universidad asume el nombre de Universidad Municipal de Bogotá Francisco José de Caldas. ▲ Mosaico Ingenieria 1956-1957. Archivo Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Como se puede apreciar, los años siguientes removieron los objetivos iniciales y en cuestión de cuatro años, del colegio Municipal se desprendió una Universidad que partió de un departamento técnico que vinculara estudiantes de cuarto año de bachillerato a una entidad educativa del orden superior. Tanto el Colegio como la Universidad siguieron caminos distintos, pero unidos por objetivos similares y bajo una visión fundacional, emanada del proyecto gaitanista de los años 40, cumpliendo en conjunto 60 años de memoria y vida. ■ Sesenta Años de Memoria y Vida 17 Fotografía y Universidad Por Nevis Balanta Castilla* “Las fotografías transforman el pasado en un objeto de tierna reminiscencia.” Susan Sontag E n la fotografía, la universidad revela su rostro impreciso. Allí, en ese instante de luz, se prolongan sus leyendas y sus sueños. Toda universidad tiene en sus fotografías las lunas y los soles conseguidos, las multitudes escondidas en sus ojos y la festividad de sus cejas. * Magíster en Investigación Social interdisciplinaria, con estudios de Comunicación y periodismo de la Universidad Estatal de Voronezh, Rusia. Docente de la Universidad Distrital. 18 Las fotografías dignifican la universidad y le confieren una especie de eternidad nostálgica que nos instala en momentos, espacios y personajes que rumoran su gloria detenidos en el tiempo . Entonces las fotos dan valor a la universidad, a su historia y sus fragmentos, porque allí se recogen experiencias: minucias de la vida urbana y nacional , que conmemoran los logros, las travesuras y las dificultades superadas. Así la fotografía encierra misterios universitarios en una suerte de museo de realidades que desafía la temporalidad y admite, acudiendo a Sontag, “ver una belleza nueva en lo que desaparece” o permanece. SONTAG, Susan. Sobre la Fotografía. Alfaguara. Madrid, 2005. Sesenta Años de Memoria y Vida ▼ Título: Escanear. Oswaldo Enrique Rocha. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 19 ► Título: Construyendo Academia. Oscar Gordillo. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. De este modo la fotografía permite comprender más quienes somos, lo que hacemos y para dónde vamos (si es que vamos a algún lugar), pues todo lugar tiene una referencia al espacio que ocupa. También fotografiarnos implica otros modos de mirarnos, pues, como lo afirma Susan Sontag: “coleccionar fotografías es coleccionar el mundo”, todo lo cual nos ayuda a ampliar la mirada interna sobre el porqué somos así y no de otra manera, pues en esos estuches de rutinas y momentos está nuestro carácter, reflejo de nuestra condición académica y social y víctima de nuestro talante y estilos de Ser y Hacer la política. La universidad fotografiada activa las ansias de saborear y compartir esos aromas que anidan La universidad en nuestro propio cuerpo, pues ésta pasa de ser fotografiada activa las objeto a sujeto activo con alma y lenguaje propio, ansias de saborear y porque la fotografía en general ha elaborado compartir esos aromas que una serie de procedimientos expresivos que la anidan en nuestro propio convierten en una dimensión estética que se cuerpo, pues ésta pasa de basta en sí misma a través de un código visual de ser objeto a sujeto activo aprehensión de la realidad. Ésta, además de hacer con alma y lenguaje propio. poesía, invita a renovar el lenguaje que nombra y alude a la universidad, dado que cada imagen contiene una autorreflexión, (cargada de una profunda mirada desde adentro) representada en lo que significa ser Universidad Pública con una gran misión artística, humanista e histórica. Por otro lado, la fotografía es, como bien lo ha afirmado Peter Burke, una forma importante de documento histórico independientemente de su calidad estética, pero también advierte de su fragilidad y de las trampas en las que se puede caer al utilizarla como testimonio, SONTAG, Susan. Ante el Dolor de los Demás. Alfaguara, 2003. BURKE,Peter. Visto y No Visto. El uso de la imagen como documento histórico. Crítica. Barcelona, 2005. 20 Sesenta Años de Memoria y Vida por ello la necesidad de tener claro el objetivo que se persigue, en este caso hacer un homenaje a la memoria de la Universidad Distrital en sus sesenta años de vida, asunto que permite imaginar el pasado de un modo más vivo y recrear una especie de historia cultural de la universidad a través de fotografías que cuentan algo acerca de sus orígenes, sus espacios y el movimiento de la gente que oscila entre los eventos académicos y la protesta. En otro orden de ideas, tal como pensaba Virginia Wolf, las fotografías hablan por sí mismas, sin que se necesiten pie de fotos y explicaciones, porque “la vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar” y en las fotografías hay un relato gráfico que habla sin palabras; así sucede con las fotos de las guerras que retratan el horror y la barbarie por lo que nadie discute su veracidad. En las fotografías sobre la universidad también se registran hechos académicos que se convierten en verdaderos documentos de referencia. Huellas indelebles de la historia universitaria y vestigios de sus fábulas y tradiciones. ■ BERGER, John. Modos de Ver. Gustavo Gili. Barcelona, 2000. Sesenta Años de Memoria y Vida 21 22 Sesenta Años de Memoria y Vida Aportes al Teatro Colombiano Por Jairo Florián Bocanegra* ◄ Título: Entre sombras. Oswaldo Enrique Rocha. 2004. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. * Director del grupo de teatro “El Nuevo Pregón”, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas El teatro en Colombia, y en especial la Comunidad Teatral Universitaria, alcanzó su auge y trascendencia en la época de los años setenta, cuando el trabajo propio, ante la carencia de escritores y de una dramaturgia nacional, fue el impulso para el desarrollo de la técnica de creación colectiva, que estuvo fuertemente influenciada, a su vez, por autores de avanzada como Peter Weis, Friedrich Durrenmat y, sobre todo, por Bertolt Brecht, colocando nuestro teatro a la vanguardia del Teatro Latinoamericano. Es así que, luego de una breve pausa, dominada por la fiebre del teatro del absurdo cuya moda a nivel mundial suscitó en Colombia algunos montajes como el Triciclo (Fernando Arrabal), Las Sillas (Ionesco), Esperando a Godot (Samuel Becket) y otra serie de piezas influidas por esta escuela (Adamov), se pasa a un teatro fundamentado en las enseñanzas de Brecht. Este dramaturgo se convierte, finalmente, en el autor pedagógico por excelencia. Brecht, poeta y hombre del teatro alemán (Baviera), fundador del Berliner Ensemble con el que llevó a la práctica sus teorías teatrales, es una de las personalidades que más influyó en la teoría y en la praxis del teatro del Siglo XX, a través de textos como el “Messingkauf ”, un diálogo entre un director, un actor, una actriz y un filósofo, que recogen los distintos problemas de la escena. Para el teatro colombiano Bertolt Brecht es definitivo. Su teatro y sus ideas se conciben como una forma de denuncia, de ilustrar tesis políticas, de desenmascarar la miseria y Sesenta Años de Memoria y Vida 23 la lucha por la “concientización de masas”. Es de esta manera, que el teatro universitario se lanza a la búsqueda de un teatro popular que, a partir de la vertiginosa difusión de las ideas marxistas, promueve la escenificación de numerosas piezas didácticas, de agitación, denuncia y protesta. El teatro universitario se lanza a la búsqueda de un teatro popular que promueve la escenificación de numerosas piezas didácticas, de agitación, denuncia y protesta. ▲ Escena de la obra 24 El médico a palos. Grupo de teatro "Nuevo Pregón". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida Los grupos de teatro más representativos de esta corriente son los de la Universidad Nacional, dirigidos, entre otros, por Carlos Duplat, el de la Universidad de los Andes, coordinado por Ricardo Camacho y el taller teatral de la Universidad Distrital, a cargo de Paco Barrero, cuyos trabajos alcanzaron gran nivel profesional y de aceptación entre los distintos públicos. Con la desarticulación del movimiento estudiantil universitario colombiano, que nunca dejó de ser una expresión rebelde, se entra en una irremediable declinación, que da origen a la creación de grupos independientes, que se convierten en el eje del desarrollo del Nuevo Teatro Nacional. Los aportes del Teatro Universitario fueron fundamentales en cuanto a formación de un público, atrayendo varios sectores, promoviendo el teatro entre estudiantes, obreros, sindicatos y campesinos, grupos sociales que hasta entonces estaban completamente marginados de la magia de la representación artística. A su vez, también aporta a la formación de actores, directores, críticos, músicos, escenógrafos, etc. Bajo estos criterios, hoy la Universidad Distrital continúa su proyección a nivel cultural a través del grupo de teatro “El nuevo Pregón”1, espacio que cuenta con más de seis años de experiencia y labor ininterrumpida, buscando que el estudiante de la universidad encuentre en el teatro un espacio de expresión y de comunicación de sueños, proyectos y realidades. Asumiendo, de forma concreta, el reto de servir a la comunidad a través de la descentralización de la cultura del espectáculo para llegar a grandes sectores populares de la población colombiana (barrios, comunas, escuelas, municipios, colegios, universidades, veredas, etc.) promoviendo, coordinando y representando una serie de funciones didácticas en un proceso de formación y apreciación para el espectador, proporcionando los conocimientos necesarios para comprender el teatro como un arte que debe ser apreciado y comprendido. Concebido como un proyecto de formación de públicos, que tiene como objetivo la sensibilización y apreciación de los espectadores frente a un espectáculo teatral. ■ 1 El grupo "Nuevo Pregón" de la Universidad Distrital, cuenta en su repertorio con obras de autores clásicos y modernos: Los fusiles de la señora Carrar (B. Brecht), Il Cornatu Felice (Boccaccio) La casa de Bernarda Alba (F. Lorca), La Autopsia (E. Buenaventura) El médico a palos (Molière) El Monto Calvo (Jairo A. Niño). Se ha hecho acreedor a varios premios, estatuillas, nominaciones y reconocimientos a su labor. Realiza talleres de formación teatral, cuyo objetivo es el de desarrollar en el estudiante un proceso de formación que comprende una preparación general, física, intelectual y técnica del universo extraño y complejo del arte de la representación. ▲ Título: Puesta en escena. Diego Moreno. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 25 26 Sesenta Años de Memoria y Vida Más allá de los muros y las aulas Flor Alba Santamaría Valero* ◄ Cascada Páramo del Verjón. Flor Alba Santamaría V. Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. 2006. La Universidad no se agota en sus ámbitos íntimos; éstos son apenas puertas de acceso hacia otros mundos reales y virtuales. Más allá está la vida en su maravilloso despliegue de formas. La escritura, ese lenguaje del ausente de que habla Freud en El malestar en la cultura, tiene la virtud de hacer vivir a los lectores y revivir a los protagonistas la larga marcha hacia el corazón de la Tierra, para captar sus reclamos y aprender de su sabiduría inagotable. Se trata aquí de un aprendizaje con todo el cuerpo, en el cual se han disuelto las jerarquías y que no tuvo el propósito explícito de conocer, sino de vivir. El camino recorrido. Expedición por el Páramo El Verjón D espués de la salida de campo, el día 25 de Octubre de 2006, y ya casi llegando la noche, no sentía cansancio. Me miré al espejo y vi mis mejillas un poco enrojecidas, tenía la sensación de sueño pero era un sueño que me invitaba a cerrar los ojos y a continuar con la caminata que habíamos iniciado al comenzar el día. * Doctora en Ciencias del lenguaje, París V-Sorbona. Directora del IEIE, del grupo Lenguaje, Discurso y Saberes y de la Cátedra UNESCO: en desarrollo del niño. Profesora titular Facultad de Ciencias y Educación, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Este escrito, resultado de las experiencias académicas y de investigación realizadas desde la Catedra UNESCO en desarrollo del niño, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, hace parte de la investigación "Almas Rostros y Paisajes: Una aproximación a los saberes de niños y niñas acerca de los recursos hídricos de su entorno, en contextos rurales y urbanos a través del análisis de sus interacciones y de sus narrativas". Sesenta Años de Memoria y Vida 27 Entonces entendí que todo mi cuerpo se había oxigenado y que mi espíritu se había fortalecido, este estado de ánimo era ocasionado no sólo por el contacto con la naturaleza sino también por haber disfrutado de cerca la algarabía, las risas, el asombro, las preguntas desprevenidas y los comentarios espontáneos de los niños y de las personas con quienes compartimos tan inigualable experiencia. Empecé entonces a recordar lo vivido, la llegada al páramo El Verjón en compañía de niños de las escuelas de San Carlos y del INEM del Tunal y de sus profesoras y profesores, posteriormente la organización en tres grupos donde cada uno haría un recorrido diferente. Cuando don Víctor, uno de los administradores de la reserva de Matarredonda, donde está ubicado el páramo El Verjón, me preguntó si me gustaba untarme de barro ▲ Expedición al Páramo del Verjón. 28 Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. Octubre, 2006. Sesenta Años de Memoria y Vida Los páramos son regiones que se encuentran ubicadas en las zonas más altas de las montañas de Colombia, Venezuela y Ecuador, entre los 3.200 y los 4.100 m de altitud. Son fríos y húmedos, con temperaturas que oscilan entre los 0°C y los 10°C, generalmente cubiertos de niebla o sujetos a constantes lluvias y a fuertes vientos o alternando con días claros y de intensa radiación con temperaturas de más 20°C; las noches son muy frías y sobre los 4.300 m, son muy frecuentes las nevadas. y mojarme, le dije que sí -me contestó que estaba de suerte porque en el recorrido que iba a hacer nuestro grupo íbamos a tener todo esto. Después de las acertadas instrucciones de los guías cada grupo inició su recorrido. El camino que tomamos era el mismo que hace muchísimos años habían construido los indígenas para llegar a diversos destinos, todavía permanecían ahí, hechos con la sabiduría natural de los pueblos ancestrales, trazados al caminar, para poder mirar siempre desde lo alto a cualquier sitio y contemplar todo desde donde estuvieran ubicados, sabían muy bien cómo llegar de un sitio a otro, observando, mirando con sus ojos apreciaban y medían las distancias. Los españoles a su llegada se apropiaron de estas rutas, las adaptaron y en algunos tramos empedraron para evitar que los caballos con las cargas se cayeran, desde entonces los llamaron caminos reales. Caminando es como vivían y conocían el mundo los indígenas. “Acuerdo hacían de que tenían que caminar los hombres y mujeres de maíz hasta muy lejos dentro de su corazón para buscar las palabras que otros hombres y mujeres que otros colores, que otros corazones entendieran”. (Cuentos del Viejo Antonio). Desde entonces entendieron que cuando no sabían por donde seguir miraban hacia atrás para ver donde se habían quedado antes, qué había sucedido y a dónde era que querían ir. Los indios no encontraron el camino hecho, lo hicieron así, caminando. Y a nosotros nos ocurre a menudo que generalmente hacemos caminos caminando juntos, a veces algunos caminan detrás de otros y hacen camino puesto que van un tramo adelante, siempre se necesitan de muchos pies y muchas pisadas para dejar en firme el camino. ▲ Expedición al Páramo del Verjón. Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. Octubre, 2006. Sesenta Años de Memoria y Vida 29 Casi nunca el camino se puede recorrer solo. Siempre se necesita de alguien, bien sea porque conoce más y nos puede guiar o simplemente para poder hablar y comentar aquello que observamos a nuestro paso, es decir necesitamos muchas miradas y muchas pisadas juntas. Solamente caminando se llega, descubriendo, observando, trabajando, persistiendo. Si tan solo nos limitamos a ver de cerca, entonces, por ahí en el primer trecho difícil nos vamos a quedar enterrados y enlodazados, esperando que otros lleguen a hundirnos más o a darnos la mano; si vemos hacia lo lejos, tropezaremos demasiado y perderemos el camino. Para saber mirar lejos y mirar cerca se requiere hablar y escuchar, hablando y escuchando a los que están cerca y a los que están lejos, a los que han construido el camino y a los que hasta ahora empiezan a recorrerlo. El saludo de los frailejones Al inicio del camino nos sorprendieron las majestuosas montañas. Sus picos de diversos tamaños y formas estaban allí no sólo para indicarnos hasta donde podíamos llegar, sino que también se levantaban como muros de protección de los pequeños arbustos del páramo ante las inclemencias del viento y de los vendavales y posiblemente como protección de los depredadores, tanto animales como humanos. Luego, hallamos los frailejones. Observando la planta habría mucho que aprender de su organización, todas sus hojas en forma de roseta Los frailejones son el tipo de vegetación más representativo del páramo. Su nombre se deriva del aspecto frailuno de estas plantas, especialmente en los días de niebla cuando puede ser fácilmente confundido con un hombre, científicamente son clasificados en familias. Las hojas generalmente están cubiertas por pelos que les dan aspecto de orejas de burro. 30 Sesenta Años de Memoria y Vida ▼ Laguna del silencio. Flor Alba Santamaría V. Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. Octubre de 2006. permanecen y crecen unidas para poder guardar el agua lluvia que recogen. Qué sabiduría de la naturaleza para hacer que estas plantas con sus pencas se conviertan en depósitos de agua y puedan protegerse para que el sol no las seque, provistas de un fino y aterciopelado pelaje y un color brillante que hace las veces de filtro solar. Las pencas que nacen primero van soportando a las que van naciendo pero no se observa que las más antiguas estén secas, todo lo contrario, reverdecen y, con un ropaje que parece escarcha, van cubriendo a sus generaciones. Cuando se secan, después de muchos años, se apaga toda la planta y no hoja por hoja. Algunas especies tienen incluso espinas para protegerse. El barro y las embarradas Al principio el camino estaba seco pero luego de caminar un corto trayecto nos encontramos con el barro. Nuestro guía nos indicó que debíamos quitarnos los zapatos y caminar descalzos. Algunos se resistieron a descalzarse pero luego de ver a los otros siguieron su ejemplo. Las enterradas en el barro no se hicieron esperar, algunos se hundían y allí quedaban clavados llorando hasta que alguien los auxiliaba, otros se divertían y trataban de salir solos del percance, mientras los demás mirones nos atacábamos de la risa, porque era cómico y a la vez paradójico ver a las profesoras también embarrarse y embarrarla. Entonces en ese momento los niños supieron de donde venían la familia de palabras relacionadas con embarrar, tales como la embarró, la embarrada, qué embarrada, no hace sino embarrarla, metió la pata, qué metida de patas, metió las de caminar, por fin sacó la pata del barro. Con un poco de práctica, algunos aprendieron a mirar bien, a saber dónde estaba el lodazal y saberlo esquivar pero Sesenta Años de Memoria y Vida 31 El agua y, en particular, las lagunas tenían un sentido especial para los indígenas, así es como existen en su mitología una gran cantidad de leyendas sobre su creación. no era fácil. Uno de los niños me preguntó: -Profe y usted porqué no se ha embarrado- y la respuesta que di fue: -De pequeña viví en el campo y al principio me embarraba pero después conocía muy bien cómo era el color y la forma del lodazal, buscaba atajos y además desde entonces me emocionaba coger impulso para dar saltos largos y elevarme en el aire para pasar al otro lado y poder esquivarlos-. En este momento recordé lo que podríamos llamar saberes campesinos, que se aprenden, de pequeños, solamente con la práctica y que nunca se olvidan. En cuanto al contacto con la tierra, dice el jefe indio Luther Standing Bear: Las antiguas gentes llegaron literalmente a amar la tierra y se sentaban o reclinaban en el suelo con la sensación de estar cerca de un poder maternal. Era bueno para la piel tocar la tierra y los antiguos se despojaban de sus mocasines y caminaban descalzos sobre el suelo sagrado. Alzaban sus tepis sobre la tierra y de tierra hacían sus altares. Las aves que volaban por el aire acudían a descansar sobre la tierra y esta era la última morada de todos los seres que vivían y crecían. El suelo aliviaba, fortalecía, purificaba y curaba. Por eso el viejo indio todavía se sienta sobre la tierra en vez de reposar lejos de sus fuerzas que dan la vida. Para él, sentarse o yacer sobre el suelo es ser capaz de pensar más hondamente y de percibir mejor todo. Así, entre caídas y levantadas, fuimos avanzando en el recorrido hasta encontrar la laguna del silencio. El guía nos pidió permanecer callados por un minuto, aunque no fue fácil silenciar la algarabía. Caminamos por la laguna, palpamos con los pies y sentimos una especie de musgo que semejaba un colchón y que, en forma de tapiz, cubría el fondo de la laguna. Algunos niños corrían y corrían atravesando la laguna, tocaron el agua, se mojaron y jugaron durante un rato, era una experiencia inolvidable pues nunca antes se habían sumergido hasta tocar el 32 Sesenta Años de Memoria y Vida fondo acolchonado de una laguna. El agua y, en particular, las lagunas tenían un sentido especial para los indígenas, así es como existen en su mitología una gran cantidad de leyendas sobre su creación. La siguiente tiene que ver, por ejemplo, con el origen de los Paeces: Encima de todos y de todo está el gran soñador “Antes del nacimiento del tiempo y de los seres, el Gran soñador, el espíritu universal, en su soledad, decidió crear el movimiento dando origen a la vida”; cuentan los paeces que: “Como esta creación fue imperfecta y la vida perdió su rumbo, los seres desaparecieron en el agua”. Pasado el diluvio, vueltas las aguas a su nivel y los ríos y mares a sus cauces originales, el Gran Soñador ordenó que todos los seres, los animales y las cosas formaran parejas. No valió la renuencia de las lagunas para formar pareja con las estrellas, y así, de esta unión insólita, nacieron las diversas familias paeces. De acuerdo a la forma de las lagunas, se formaban los apellidos. Los Piñacué son, pues, el resultado de la unión de las lagunas alargadas con una estrella persistente y tenaz que, finalmente, después de trasegar los cielos y rogar hasta el llanto, pudo conquistar el amor de ese charco esquivo. Después de un corto descanso, que aprovechamos para almorzar ubicados alrededor de la laguna, continuamos Entrevista realizada a Jesús Piñacué. Revista Tizazos, 1994, p. 39. ▲ Título: En el barro. Flor Alba Santamaría V. Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. Octubre, 2006. Sesenta Años de Memoria y Vida 33 nuestro camino en descenso, empezamos a vislumbrar la quebrada con sus aguas cristalinas avanzando por sobre piedras, dejando ver en su paso troncos hojas y frutos caídos de los árboles y a escuchar también sus murmullos como músicas indescifrables simuladas por una espuma blanca que cubría las corrientes de agua mientras estas avanzaban con pasos agigantados y sin intentar detenerse en su recorrido. La cascada y el encuentro con los espíritus del agua Nos anunciaron la llegada a la cascada, había que subir por grupos y trepar sostenidos de un lazo. ¡Qué sorpresa encontrarnos de frente con la imponente caída de agua! Al mirar a lo alto, la contemplábamos después de venir tranquilamente de su recorrido por planicies, hasta llegar a aquel lugar donde se preparaba para dar el salto con impulso y decisión, convidándonos a recibirla y saludarla con nuestras manos en alto, así es como algunos decidimos que el agua cayera y chocara con nuestro cuerpo y lo golpeara una y otra vez, entonces la sensación de frío se evaporó, nuestra piel ya no se veía erizada sino suave y tersa dando paso al agua que se deslizaba y palpaba todo nuestro ser. Entendimos que en realidad era un sitio para lo sagrado, para sumergirnos y hacer el ritual de compenetración con el agua, no solo para limpiarnos de las impurezas de la ciudad sino también para dejar que nuestros miedos se confundieran y disolvieran con el agua de la cascada, convirtiéndoles en espuma apacible y retomando rápidamente el curso de la corriente para seguir de largo. Comprendimos el porqué los antepasados hacían 34 Sesenta Años de Memoria y Vida sus ceremonias sagradas con ofrendas de agradecimiento a sus dioses y purificación de sus cuerpos y espíritus en el agua. Entendimos también que, al meternos y recibir el chorro de agua helada, a partir de ese instante el espíritu del agua nos habitaba compenetrándose con nosotros y dándonos a conocer a través de nuestra piel todo lo que había acumulado de su largo recorrido por la naturaleza. Al llegar a la ciudad quienes no habían vivido la experiencia nos miraron con extrañeza al vernos libres de miedos y radiantes de energía, surgidos simplemente de un recorrido por el páramo y del encuentro con una cascada misteriosa. Los niños, al principio temerosos y con la piel erizada, una vez que entraron se volvieron cómplices de los juegos que les insinuaba la cascada corriendo por sus cuerpos, como las cosquillas que les hacía en el centro de sus cabezas y en la planta de los pies, o los pequeños bucles que formaba con sus cabellos, recorriendo sus cuerpos con dulzura y con firmeza y penetrando hasta sus menudos huesos. Algunos no querían salirse del juego que habían iniciado. Su conjuro fue el continuar en aquel juego y de un momento a otro el aparente hielo que cubría el agua se transformaba en calor interior que daba al cuerpo la fuerza para continuar el camino. ■ ▲ Expedición al Páramo del Verjón. Flor Alba Santamaría V. Archivo Cátedra UNESCO en desarrollo del niño. Octubre de 2006. Sesenta Años de Memoria y Vida 35 Movimiento estudiantil, la imagen de la juventud rebelde Por Emilce Garzón Peña* “Hacia mil novecientos sesenta y ocho las mocedades de Oriente y Occidente descubrimos una cosa sorprendente, mágica, estupefaciente, atroz, milagrosa y única: los jóvenes descubrimos la juventud”. Francisco Umbral L a voz de los estudiantes retumba en todos los rincones. La marcha comienza y todos salen a las calles. Las ideas se convierten en consignas, el movimiento estudiantil irrumpe como un gran destello y la monótona cotidianidad de la ciudad se rompe. Es día de protesta. Los muros hablan, las pancartas se alzan y entre gritos, risas y luchas se escuchan los discursos de la juventud. * Abogada de la Universidad Libre, Candidata a Magíster en Historia de la Universidad Nacional. Asistente académica del Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas, IEIE, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. 36 Sesenta Años de Memoria y Vida Esta es la imagen de los estudiantes, del movimiento estudiantil en acción. Una visión que durante todo el siglo XX, “tiempo de transformaciones, revoluciones sociales, luchas de liberación nacional y de destrucción de imperios coloniales”, nos permitió asombrarnos del poder juvenil, de su convicción y compromiso con los menos favorecidos.1 Pues fueron ellos, los jóvenes estudiantes, quienes a través de su organización lograron 11 1 Varios Autores. Historia del Movimiento Estudiantil de la Universidad Libre. Centro de Investigaciones Socio-jurídicas Universidad Libre. Facultad de Derecho. Bogotá, 2000. Título: Escanear. Oswaldo Enrique Rocha. Archivo Fotográfico del IEIE. “Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 37 Título: Escanear. Oswaldo Enrique Rocha. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. 38 Sesenta Años de Memoria y Vida Sesenta Años de Memoria y Vida 39 Es el movimiento estudiantil: la dinámica de un cuerpo social complejo, compuesto por muchos hombres y mujeres, que desde la escuela, preferiblemente pública, se atrevieron a pensar en un mundo diferente. no sólo mejorar sus condiciones particulares de existencia, sino que contribuyeron a transformar su propia sociedad. Con banderas comunes, se unieron a través de postulados universales y, como bien diría el profesor Carlos Medina Gallego, “los estudiantes como organización o como personas, se han abanderado de las causas más justas y han entregado muchas veces con integridad su vida a la defensa de las mismas…”.2 Es la dinámica de un cuerpo social complejo, compuesto por muchos hombres y mujeres, que desde la escuela, preferiblemente pública, se atrevieron a pensar en un mundo diferente. Es el movimiento estudiantil, que como suceso social exige que se le ubique dentro de una postura teórica concreta, cuando ha dado en convertirse en el eje central de diversas investigaciones y discusiones que, en un intento por lograr desentrañar su conformación, sus aportes a las transformaciones sociales y su posible futuro, demuestra que en estos nuevos tiempos son otros los caminos y los retos. De esta forma, y con el fin de conceptualizarlo, nos acogemos a una definición general que permite concebirlo como: Un actor social caracterizado como movimiento social, que se mantiene en una envoltura común que lo determina: -estudiar; desde allí confluyen diversos intereses y necesidades sociales, culturales, políticas y gremiales. El movimiento estudiantil se ubica entonces en la superestructura y desde allí jalona la realidad por medio del arte, la literatura, la música, el deporte; gracias a esta acción de voluntad social particular, se atraviesa el Estado, se es crítico con los partidos políticos y con la misma sociedad civil, ya sea como detonante, como cuadro, o como correa de transmisión; es decir, que se inscribe en la lucha por la dirección intelectual y moral de una sociedad.312 3 Ibíd., p. 5. 40 Sesenta Años de Memoria y Vida ► Título: Escanear. Oswaldo Enrique Rocha. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007.07.” Expresiones como el arte, la cultura, la literatura, unidas a la formación política y social, son las que han hecho del movimiento estudiantil un espacio de construcción de memoria. Por que expresiones como el arte, la cultura, la literatura, unidas a la formación política y social, son las que han hecho del movimiento estudiantil un fenómeno para recordar, un espacio de construcción de memoria, que recalca sobre la historia y deja una huella a todos aquellos que siendo jóvenes o viejos, asumen el hecho de ser estudiantes. Cómo olvidar sucesos como el mayo del 68 francés, donde los “sueños al poder” y el “prohibido prohibir”, fueron las palabras de miles de estudiantes. Y en América Latina, la cadena de luchas estudiantiles, forjada desde el Manifiesto de Córdoba (Argentina) en 1918, la matanza de Tlatelolco en México en 1968, el 8 y 9 de junio de 1954 en Colombia, y todas las expresiones de los jóvenes estudiantes, sin las cuales no sería posible entender las luchas sociales del siglo XX. La juventud estudiantil ha sido el corazón de la lucha contra la injusticia y la explotación. Las imágenes que aquí se presentan, de los jóvenes de la Universidad Distrital, son una remembranza de ese movimiento estudiantil, de esa energía rebelde, de esa juventud en ebullición de pensamiento crítico, que construye, transforma y, en medio de ilusiones, hace sociedad y universidad. ■ ► Título: Marcha. Armando Chicangana. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. 42 Sesenta Años de Memoria y Vida Sesenta Años de Memoria y Vida 43 Los ecos de mayo de 1968 Por Fabio Lozano Santos* S e cumplen ya cuarenta años de la famosa revuelta obrero-estudiantil que estremeció a Francia y, en particular, a su capital, París. “Mayo del 68”, como se conoce el punto culminante de la protesta juvenil, que con el trasfondo de Nietzche y Sartre, estuvo dirigida por Jean Pierre Duteuil, de 22 años, y Daniel Cohn-Bendit (Daniel, el Rojo), de 23, estudiantes de sociología en la Facultad de Letras de Nanterre; y, por Alain Geismar, de 29 años, profesor de física en la Facultad de Ciencias de París, y Jacques Sauvageot, de 25 años, Vicepresidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia UNEF. La movilización iniciada en los claustros estudiantiles de Nanterre, el 3 de mayo, siguió con el bloqueo y cierre de la Universidad de la Sorbona. La huelga general se extendió de los claustros universitarios al movimiento obrero, y la confrontación callejera alcanzó niveles generales casi insurreccionales, obligando al gobierno del General De Gaulle a mejorar las condiciones salariales de los trabajadores, a disolver la Asamblea Nacional y a convocar elecciones para finales del mes de junio de ese año, formas utilizadas para superar el colapso social al que estaba llegando la situación. La Universidad Distrital, para esos días una institución educativa eminentemente tecnológica, no podría pasar desapercibida ante los efectos de los convulsionados momentos que la protesta parisina hizo correr por todo el hemisferio occidental, tras su ebullición utópica al trastocar el orden político y social imperante, cuestionar la sociedad misma, la vida política y las formas económicas, sociales y culturales, * Ingeniero Electrónico de la Universidad Distrital. más allá de las fronteras del sistema escolar Magister en Educación de la para el cual proclamó la autonomía y la Universidad Pedagógica. Docente autogestión. Como relato de la revuelta de la Universidad Distrital entre de mayo de 1968 están sus impugnaciones 1976-1999; ex-vicerrector y permanentes al orden establecido y la ex-rector encargado. 44 Sesenta Años de Memoria y Vida ▼ Título: Llueve sobre la historia. Andrés Romero B. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 45 ▼ Título: Músicos Karen Díaz. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. reivindicación del poder del veto, propias del espíritu crítico en la formación intelectual y en una participación directa en la vida política de la sociedad. En efecto, “mayo del 68” muestra a una juventud que se enfrenta en dos niveles al poder imperante: a la organización del Estado y a las formas escolares. Se impugna al Estado como organización opresora y burocrática al servicio del capitalismo monopólico, que bajo formas de intervencionismo neocolonial, universalizó sus intereses, mediante el control político de naciones, recurriendo incluso, a la guerra en muchos lugares del mundo. Sobre la organización escolar, se cuestionó al profesorado y la institucionalidad, considerándolos instrumentos al servicio de la formación de capital humano para las nuevas técnicas de producción o como tecnócratas al servicio de la cohesión de un sistema económico y social, excluyente y opresor, que debía ser reemplazado por uno de poder obrero y estudiantil de acción directa y de autogestión, socialista, descentralizado y libertario. Las formas esenciales de la revuelta fueron masivas movilizaciones callejeras y la emergencia de un nuevo lenguaje, directo y despiadado, en contra del régimen político y sus agentes en todos los niveles, articulado a un meta-relato que versa sobre la redención social y sus actores. Famosos fueron sus grafitis, “Prohibido prohibir, la libertad comienza por una prohibición”, “la imaginación al poder”, “La barricada cierra la calle pero abre el camino”, “La acción no debe ser una reacción sino una creación”, “El acto instituye la conciencia”, “Gracias a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza a los seis años”, “Sean realistas: pidan lo imposible”, etc. 46 Sesenta Años de Memoria y Vida Indudablemente, los acontecimientos de mayo de 1968 conjuntamente con los influjos de la Revolución Cubana, la guerra por la independencia de Argelia, la resistencia del pueblo Vietnamita, bajo la dirección de Ho Chi Mihn y la revolución cultural en China, con los intervinientes en la coyuntura nacional de ascenso en la lucha por la tierra y la democracia, contribuyeron en la conformación de significativos cambios en el comportamiento estudiantil de la Universidad Distrital. Poco a poco, con su integración al movimiento nacional sucedido entre los años 1970 y 1971, se produjo el rompimiento de las formas de pensar y hacer institucionalizadas, entre ellas, los consejos estudiantiles de facultad, conformados por delegados de curso, que hacían la vocería y representación particular, y la representación general de los estudiantes a través del Consejo Superior Estudiantil, conformado como resultado de elecciones generales. Tras la irrupción del gran movimiento estudiantil de 1971, los estudiantes se lanzaron al paro y la toma de las calles, y formas directas de participación acabaron con las tradicionales de representación. Los consejos estudiantiles fueron reemplazados por coordinadoras designadas en las asambleas para asumir propósitos coyunturales y tareas definidas. La democracia directa reemplazó la democracia representativa. El agotamiento del movimiento conllevó ▲Sin Título. Liliana Baos. Archivo Fotográfico del IEIE. Universidad Distrital Francisco José de Caldas 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 47 la desaparición de formas estables de organización estudiantil. Dentro de los importantes logros alcanzados por el movimiento estudiantil de la Universidad Distrital en los años 70, está la modificación de la composición del máximo órgano de dirección universitaria, materializándose en cierta forma su aspiración a la autonomía universitaria. La reforma transformó la composición del Consejo Superior Universitario a través de dos mecanismos: el retiro definitivo de la representación del Concejo de Bogotá, que nombraba dos concejales, los cuales fueron reemplazados por estudiantes; además, se modificaron las cualidades de algunos de los representantes externos, para que recayera en profesores de la Universidad. Adicionalmente, se produjo el retiro de la representación de la Curia que, voluntariamente y en concesión a la lucha estudiantil, consideró inconveniente e innecesaria su participación. De esa forma, estudiantes y profesores asumieron mayoritariamente la conducción de la Institución. Una etapa de crecimiento y consolidación sin igual vivió la Universidad bajo la forma del cogobierno descrito; de esa manera los propósitos gubernamentales contenidos en el Plan Básico para la Educación Superior y el propósito de convertirla en una institución estrictamente tecnológica fueron alternados, creándose nuevas carreras, entre ellas, las licenciaturas para la formación de docentes para el sistema de Educación Básica y Media. La “anarquía” proveniente de una institución de educación autónoma, cogobernada por profesores y estudiantes la condujo al cierre temporal, en acto ordenado por el Alcalde 48 Sesenta Años de Memoria y Vida ▲ Título: Encuentro. Carlos Reina. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007.07.” Mayor de la ciudad y realizado por el Consejo Directivo sin la participación del Consejo Superior Universitario. Para los gobernantes de la ciudad, la Universidad Distrital se había vuelto un proyecto inviable. Para la comunidad universitaria, el reto estaba en lograr su reapertura, rescatando la vigencia de la Institución. Las jornadas callejeras de lucha por un mejor presupuesto y planta física habían aportado experiencia en la interacción entre estudiantes, profesores y trabajadores, conjugados en la coordinación de la llamada Triestamental, organismo que estuvo al frente de la lucha contra el cierre, y con energía y dinámica no sólo se opuso a la clausura definitiva, sino que después de dos años de ardua lucha logró la reapertura. ▲ Título: Pedagogías urbanas. Yeimmi Paola Colmenares. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007.07.” La Triestamental, como forma organizativa de lucha directa, reprodujo de manera ampliada la experiencia estudiantil, aunque, paradójicamente, los únicos que dentro de ella no tenían organización estable eran los estudiantes, por cuanto los trabajadores y profesores mantuvieron sus organizaciones sindicales. La dinámica de la Triestamental, en su conjunto, y la de los estudiantes, en particular, fue garantizada por las expresiones políticas que pugnaron por su conducción; claro está que, a la vez que fueron capaces de llevar el movimiento de masas a la cúspide, también lo colapsaron con todo tipo de distorsiones, como el anarcosindicalismo, el vanguardismo, el aventurerismo, el populismo y el reformismo, enfermedades graves que en épocas de reflujo acabaron con sus posibilidades, tal y como también había muerto la rebelión estudiantil parisina. ■ Sesenta Años de Memoria y Vida 49 50 Sesenta Años de Memoria y Vida Título: Destellos. Edison Ferreira. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 51 En pos de la memoria Entrevista a tres de los primeros egresados de la Universidad Distrital Carlos Alberto Martínez* L a Universidad Distrital Francisco José de Caldas cumple 60 años de actividades, aunque en sus orígenes funcionara como un Instituto Tecnológico, de los que hoy se denominan de “carreras intermedias”. De Colegio Politécnico “Jorge Eliécer Gaitán”, como estaba en los propósitos del concejal Antonio García Nossa, poco a poco fue aproximándose, con múltiples tropiezos, a centro de estudios terciarios, con tres licenciaturas, más tarde elevadas a carreras de ingeniería: Ingeniería Catastral, Ingeniería Forestal e Ingeniería Electrónica. Carlos Alberto Martínez, por invitación del Instituto de Estudios e Investigaciones Educativas – IEIE, ha querido recordar a tres antiguos estudiantes de las tres carreras fundacionales. Han sido tres amenas conversaciones con dos pensionados de la Universidad y con Gladys Isabel Corredor, egresada del año 1964. 13 Se dice que es frágil la memoria de los seres humanos, pero hemos preferido contar con sus recuerdos, antes que indagar en folios amarillentos o microfilmes asépticos. Con estas tres personas se ha urdido y tramado un tejido * Escritor y periodista. 52 Sesenta Años de Memoria y Vida ▼ Título: Acústica Macarena A. Myriam Moreno Amada. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Sesenta Años de Memoria y Vida 53 de vivencias, algunas de las cuales siguen tan frescas como cuando trasegaban por los ámbitos de esa escuela politécnica con nostalgia de futuro. Debieron realizar sus estudios en diversas casonas y locales, hasta radicarse al frente de la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Lo que sigue son algunos recuerdos rescatados de la turbia corriente de los días. Ramón Eduardo D’Luyz Nieto “M i apellido paterno es francés. Nací en Barranquilla en 1925, y voy a cumplir 83 años de vida. Mi mamá era maestra, y ella misma me enseñó en la casa, así pues que no tuve necesidad de hacer estudios primarios fuera del hogar. Una vez me sentí capacitado, presenté exámenes para ingresar al Colegio Barranquilla. Pasé el examen, y en 1946 terminé el Bachillerato. Después estudié un año de Ingeniería Química en el recién fundado Instituto Tecnológico, más tarde convertido en Universidad del Atlántico. Este Instituto fue fundado por un filósofo, que estudió en Alemania: Julio Enrique Blanco. Él se dio cuenta de las necesidades de Barranquilla, por ser puerto marítimo, al cual ingresaban muchos extranjeros, y muchas 54 Sesenta Años de Memoria y Vida mercancías. Julio Enrique Blanco, a pesar de su formación humanística, se encargó de ofrecerle a la juventud de Barranquilla la oportunidad de estudiar carreras técnicas. Inició con las carreras de Química, Farmacia e Ingeniería Química. Fue justamente esta carrera la que inicié en ese instituto. Recuerdo ahora, y me sigue pareciendo muy gracioso, que en la Barranquilla de esos años (47-48 del siglo XX) se burlaban cuando veían a una persona adulta, que ya hubiera cursado el bachillerato, con libros. Y decían, para molestarlos: “¡Huy, tan grande y todavía estudiando!” ¡Cómo sería el atraso cultural que se hacía burlas de quienes aún en la edad adulta andaban con libros y estudiando! ▲ Título: Escalinatas. (Detalle) Caterín Barrios. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Me orienté por la Ingeniería Química porque era la única carrera. No había más… Bueno existía Química y Farmacia, pero eso sí que no me llamaba la atención. Cuando hice el bachillerato resulté bueno para las matemáticas, y elegí una carrera en la cual la matemática era esencial. Pero después no me gustó mucho la cosa, y resolví viajar a Bogotá. Quiero comentarle que la formación que recibí en el Colegio Barranquilla fue muy buena. Durante los años 44 y 45 llegaron a mi colegio unos profesores de la Escuela Normal Superior, la cual tenía su sede en lo que hoy es el Instituto Técnico Industrial, cerca de la Estación de la Sabana. Ahí recuerdo que estaba funcionando la Sesenta Años de Memoria y Vida 55 Escuela Normal Superior, y contaba con un buen número de profesores alemanes especializados en todas las áreas de la enseñanza. Y entonces, en el Colegio Barranquilla cayeron unos profesores de la Escuela Normal Superior especializados en Matemáticas, Física y Química, los cuales elevaron el nivel de los estudiantes y despertaron muchas vocaciones aún en estado latente. Nos crearon nuevos intereses y nos enseñaron que la cosa no terminaba con el bachillerato. Para mí esto fue esencial, porque se me desarrolló un enorme entusiasmo por el saber. El ambiente de Barranquilla no era apto para el estudio. En ese tiempo, se hablaba era de comercio, de importaciones y exportaciones. Lo máximo a que aspiraba una persona que no tuviera muchos recursos era a ser contabilista y llevar las cuentas de una empresa. Me vine, pues, para Bogotá. Estudié un año de Ingeniería civil, pero las cosas se pusieron económicamente mal y entonces debí entrar a la Universidad Municipal, que así se llamaba la después Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Entré a estudiar Licenciatura en Ciencias Topográficas, y salí con el título de Licenciado en Ciencias Topográficas en 1952. Como esa carrera estaba orientada al desarrollo del catastro, y la función primaria del catastro la ejerce el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, apenas me licencié en la Universidad Municipal, entré en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi para trabajar en Geodesia, Topografía y Fotogrametría en toda la Costa 56 Sesenta Años de Memoria y Vida ▲ Sin Título (Detalle) Caterín Barrios. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. Atlántica Colombiana. Estas son asignaturas orientadas a la elaboración de la Carta Geográfica del País y a ellas se agrega el Catastro. La carta geográfica, porque todo catastro es un registro de la propiedad inmueble, tanto urbana como rural, debe ser afianzada en una cartografía, como se dice ahora, georreferenciada. Se trata de detalles económicos, agrícolas, ganaderos… De ahí la razón de ser de la Topografía y la Geodesia, dos disciplinas encargadas de hacer los levantamientos de planos y guías. La imagen del catastro se distorsionó, subrayando su aspecto de gravamen, y esto hizo que las gentes le tomaran cierta ojeriza al catastro, porque veían al Ingeniero catastral como un funcionario encargado solamente de hacer el avalúo del predio para así poderlo gravar. Una imagen primeramente incompleta, porque el catastro no es solamente ni principalmente eso, sino un estudio pormenorizado de las potencialidades de un terreno, punto de partida sin el cual no es posible la planificación de la economía ni el consiguiente desarrollo económico racional de un país. Para hacer un catastro preciso hay que hacer levantamientos topográficos (linderos y ubicación del lote) y extraer muestras del suelo para establecer científicamente qué tipo de nutrientes tiene y qué cultivos son los adecuados. Entonces no todo tipo de suelo es apto para el cultivo, ni todo tipo de cultivo se da en cualquier suelo. Hay suelos ricos en fosfatos, otros en nitratos, y los habrá ricos en sodio. Cada tipo de planta prospera en un Sesenta Años de Memoria y Vida 57 suelo con ciertas propiedades químicas. Para ello se hacen “cartas agrológicas”, las cuales describen la naturaleza química del suelo y eso indica si un terreno está óptima o pobremente explotado. Un campesino puede estar sembrando papa en un terreno apto para el trigo. ▲ Título: Entrada. Oscar Núñez. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. 58 Sesenta Años de Memoria y Vida Entonces, le decía que para borrar esa imagen puramente fiscal e impositiva de gravamen que tiene el catastro, había que explicarles a las gentes, inclusive a los funcionarios del ICFES, todas estas cosas para lograr la aprobación de esta carrera. Porque en esos tiempos, y aún ahora, se pensaba que realizar el estudio catastral de un terreno tenía como finalidad establecer el monto del gravamen. Nosotros aquí en la Universidad reconocimos que para el desarrollo del país había que formar profesionales que pudieran cumplir esa labor tan seria que es el catastro. Había, pues, que contar con ingenieros catastrales que pudieran desplazarse por todo el territorio nacional y elaboraran estudios exactos del suelo, haciendo un agregado de los diversos tipos de terreno de los departamentos del país, y permitir, con esa información, a los planificadores del desarrollo económico (agrícola y ganadero) proyectar su gestión a mediano y largo plazo. El Ingeniero Catastral debe tener conocimiento de geología para poder determinar la naturaleza de las capas primarias que han formado el suelo. Pero antes debe saber química. Existe, como puede usted reconocer, un encadenamiento lógico de asignaturas: conocer los elementos químicos, después hacer el levantamiento cartográfico agrológico, lo que permite hablar del uso potencial del suelo; por el solo examen químico del suelo se pueden saber las posibilidades que tiene un terreno para producir, con un ▲ Título: Panorámica. Oscar Núñez. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. mínimo de inversión, determinado producto. También existe la cartografía que nos habla del uso real del suelo. Es diferente el uso potencial de un suelo al uso real de ese suelo. Establecer estas diferencias constituye un valioso aporte de la Ingeniería catastral. Otro aporte que el ingeniero catastral puede dar a los planificadores es el conocimiento del Plan Vial del país: qué vías existen, qué sitios comunican, si realmente Sesenta Años de Memoria y Vida 59 comunican los lugares de producción con los centros de consumo. La planificación vial de un país va determinada por las necesidades económicas: producción y consumo, siempre partiendo de las concentraciones poblacionales. Le estoy anotando, así de pasada, la visión que teníamos en los 60 y 70 del siglo anterior. Ahora hablemos de la fotogrametría. Es una disciplina desarrollada en Alemania a raíz de la Primera Guerra Mundial, con fines puramente bélicos. Los alemanes inventaron unos aviones desde los cuales se tomaban fotografías aéreas, pero principalmente para saber donde estaban los hospitales, centrales de abastos, estaciones ferroviarias, hoteles, bases militares enemigas. Después de la guerra fue que se pudo descubrir el gran aporte de la fotogrametría. Desde entonces se utilizaba la fotografía aérea con el fin de conocer los recursos económicos y las concentraciones demográficas, así como su cercanía a los lugares de producción y fuentes hídricas. Por ello una de las asignaturas fundamentales con la cual se amplió y enriqueció el Plan de Estudios fue la Fotogrametría. Hay fotografía terrestre y fotografía aérea. La primera es muy limitada, aunque muy precisa, razón por la cual es de uso corriente en criminalística o en casos de accidentes en carreteras. La fotografía terrestre proporciona 60 Sesenta Años de Memoria y Vida ◄ Título: Nocturnos. Mauricio Castro Sierra. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. muchos detalles que escapan a la inspección ocular in situ. Fotografiar, por ejemplo, a 30.000 pies de altura, es un recurso para reconocer un vasto territorio; algo demasiado dispendioso mediante la fotografía terrestre. Esa fue una de las funciones iniciales dadas al Instituto Geográfico [y Militar] Agustín Codazzi, puesto que la Carta de un país es un recurso militar, tanto para los invasores como para el ejército encargado de defender su soberanía. Después, poco a poco, se fue consolidando el criterio de ser este más catastral que militar. El catastro, no sobra insistir en ello, El catastro es una radiografía de los recursos es una radiografía de los de la tierra de una nación: mineros, recursos de una nación: agrícolas, ganaderos, hídricos, estado de mineros, agrícolas, las vías, puertos marítimos y fluviales, ganaderos, hídricos, accidentes topográficos, concentraciones estado de las vías, puertos demográficas. Son disciplinas gemelas marítimos y fluviales, la Topografía, la Geodesia y el Catastro. accidentes topográficos Nuestros profesores eran ingenieros y concentraciones funcionarios del Instituto Geográfico demográficas. Agustín Codazzi. Por ejemplo, el doctor José Ignacio Ruiz, quien fuera director del Instituto, especialmente en cartografía y catastro. El doctor Luis Felipe Valencia, Belisario Arjona, Federico Wanderhausenn (alemán), llegado directamente de Europa para enseñarnos fotogrametría aérea. En ese tiempo era una cosa deslumbrante: ¡hacer mapas con esas fotografías! Ahora tenemos el satélite y la fotografía satelital que ausculta hasta en los mínimos detalles el territorio. Los profesores señalados anteriormente fueron los más memorables para mí. También recuerdo al profesor García del Departamento de suelos del Instituto Geográfico. La Topografía (de topos, lugar, y graphein, describir) se ocupa de representar en un plano los linderos y vías de un predio o un lote. Sencillamente: se ocupa de hacer mapas. Sesenta Años de Memoria y Vida 61 ▲ Título: Facultad del Medio Ambiente. Juan Pablo Gordillo. Proyecto Comuniquémonos. Archivo Fotográfico del IEIE. Bogotá, 2007. 62 Sesenta Años de Memoria y Vida Intervienen en esta tarea dos disciplinas: la planimetría y la altimetría. Describir en un papel a escala los detalles físicos de un predio. A escala confiable para evitar que el Ingeniero civil tenga que desplazarse hasta el terreno para tomar las medidas, sino que las puede medir en un plano, y de conformidad con la escala hacer las conversiones en metros. Como sería muy dispendioso ir con teodolito y cinta métrica para medir todo el departamento de Cundinamarca, por ejemplo, se echa mano entonces de la fotogrametría. Un avión o una avioneta sobrevuela el departamento y toma las fotografías. Pero la fotografía aérea distorsiona la realidad, pues desde una misma altura registra tanto lo que está en la cima de una montaña elevada como lo que está en un valle. Esto quiere decir que hay escalas diferentes en el registro aerofotográfico. Por ello se precisa de la topografía. La Geodesia es una ciencia inventada con el objeto de hacer mediciones en vastas extensiones de tierra, en donde debe tenerse en cuenta, para una total exactitud, la curvatura del planeta. Imagínese una esfera a la cual usted le aplica un plano, un papel: solamente en el lugar en donde el papel hace contacto con la esfera habrá correspondencia exacta entre la realidad curva del terreno y el plano, y en cambio las zonas curvas que se distancian más o menos del plano deben proyectarse en proporción a la distancia del punto de contacto. Para realizar el mapa de un país, por ejemplo, hay que tener en cuenta la curvatura de la tierra. Aquí se miden ángulos esféricos. El hecho de que la tierra no es un plano sino aproximadamente una esfera, determina que las mediciones que se hagan sobre el suelo más allá, pongamos, de veinte kilómetros no sean exactas sino se tiene en cuenta la curvatura. Si usted suma los ángulos esféricos de un triángulo ya no suman 180º. Entonces leemos las tangentes que es lo que se llama ángulos esféricos. Ángulos formados por dos círculos máximos. Porque en la esfera terráquea no existen rectas, sino círculos máximos, o sea los meridianos, que van de polo a polo, y los paralelos al Ecuador. La Geodesia es una ciencia muy exacta que se propone medir la forma y las dimensiones de la tierra. Con base en estos levantamientos más precisos, se determina si la tierra es esférica, elipsoidal o paraboloide. La tierra se aproxima más a una elipsoide: un eje mayor y un eje menor, los cuales al ponerse en revolución reproducirían la forma aproximada de la tierra. Y ni siquiera es una forma geométrica bien definida, sino que tiene ondulaciones, irregularidades, rugosidades. No es lo mismo la aceleración de la gravedad cerca del Ecuador que cerca de los polos. Trabajé diez años en el Instituto Geográfico, allí en la Carrera Séptima con calle 52; allí también funcionaba la carrera de Topografía. Ahora queda algo de ▲ Título: ASAB-SET Armando Chicangana. Archivo Fotográfico del IEIE 2008. Sesenta Años de Memoria y Vida 63 la sanidad militar. Tanto el Decano de la Facultad como los profesores eran funcionarios del Instituto. También estaban allí los equipos de topografía y de fotogrametría; por ejemplo, teníamos estereoplanígrafos, manejados con manivelas, en los cuales se podían ver los terrenos como si se estuviera sobrevolando. ¿Qué hacíamos con esos aparatos? Tomar las fotografías aéreas y con la otra mano se iba punteando en un papel, convirtiendo los detalles de la fotografía aérea en un plano (cartografía). Con el triunfo de la Revolución Cubana y la conferencia de Punta del Este (Uruguay), Estados Unidos resolvió ponerle más atención a América Latina. Hubo una intensa actividad de los políticos de Estados Unidos y esto se conoció como el Punto Cuarto. Se trataba de obtener información confiable de la geografía latinoamericana. Especial interés despertó la descripción minuciosa de las bahías y golfos de los 1600 kilómetros de costa colombiana sobre el Mar Caribe. Estados Unidos no escatimó recursos militares, aeronáuticos, civiles, científicos, humanos, económicos y financieros para realizar la cartografía de la Costa Atlántica y de las islas. Por ello fue que cuando me recibí de Licenciado en Ciencias Topográficas ingresé 64 Sesenta Años de Memoria y Vida ▲ Título: Foro catastro. Donación de Inocencio Bahamón. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. "Me recibí de Licenciado en Ciencias Topográficas e ingresé al Instituto Geográfico. Hasta ese momento, el Instituto Geográfico estaba dedicado al levantamiento cartográfico de las zonas de 'inmediato porvenir económico', dentro de las cuales estaba la zona cafetera". al Instituto Geográfico y partí para la Costa Atlántica. Hasta ese momento, el Instituto Geográfico estaba dedicado a hacer el levantamiento cartográfico de las zonas llamadas de inmediato porvenir económico, dentro de las cuales estaba la zona cafetera. Pero la necesidad del Departamento de Guerra de Estados Unidos ordenó otra cosa, y de pronto la Costa Atlántica se convirtió en un objeto de conocimiento. Esto explica por qué los mapas mejor diseñados sean justamente los de la Costa Atlántica, pues se hicieron con lo mejor de los cartógrafos y los instrumentos venidos directamente de Estados Unidos. ¿Cuándo comenzó la docencia? Después de trabajar por un tiempo de diez años en el Instituto Geográfico, entré al INCORA, recién creado. Pero antes de esto, estuve un año en una Comisión de límites con el Brasil. En cercanías de Leticia existen una serie de ríos que discurren por debajo de la selva, completamente imperceptibles desde el cielo. Por lo tanto era conveniente y urgente detectar y seguir el curso de esos ríos, porque muchos de ellos pasaban al Brasil. Se trataba de determinar a qué país pertenecían de veras esos ríos. Trabajé un año en el INCORA haciendo levantamientos con base en fotografías aéreas, pues estaba en pleno furor la reforma agraria y se buscaba precisar el número real de fundos, tanto grandes como medianos y pequeños, sobre todo en zonas de litigio y luchas por la tierra. En el año 64 fui convocado por la Universidad del Quindío, recién creada, y allí ejercí como profesor de la única carrera que era casualmente Topografía. En el 68, después de 4 años en Armenia, ingresé a la Universidad Sesenta Años de Memoria y Vida 65 ▼ Gladys Isabel Corredor. Anuario Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá, 1964. Distrital como profesor de Topografía, y después en el 71 fui elevado al cargo de Decano de la Facultad de Ingeniería Catastral. Pero ésta no estaba aprobada y debí librar una lucha más bien larga por su aprobación. Ingeniería Catastral había funcionado en tiempos inmediatamente anteriores, produjo dos promociones y después el ICFES la cerró. Por ello estaba, a mi posesión como Decano, desmantelada jurídica y académicamente. En el 68 surgió la iniciativa de reanudar Ingeniería Catastral. En 1975 logramos la aprobación por parte del ICFES, exactamente el 13 de junio. Gladys Isabel Corredor De Molina N ací en el Cocuy (Boyacá); allí pasé los primeros diez años de mi vida. Perdí a mi madre cuando apenas tenía cinco años, y desde ese momento, hasta la salida del pueblo, fui cuidada por mi abuela materna, Isabel Orjuela. Mi padre fue ganadero, comerciante y agricultor, y siempre fue un correcto liberal, comprometido y solidario con sus copartidarios. Después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, debimos salir huyendo del Cocuy, al lado de muchísimas familias, pues el Cocuy era el único pueblo liberal rodeado de municipios conservadores. Llegamos a Bogotá y después nos fuimos a San Cristóbal (Venezuela). Estudié allí con monjas en el Colegio de María Auxiliadora, y cuando Rojas Pinilla concedió la amnistía, volvimos a Bogotá y aquí me radiqué desde entonces. Mi padre se llamaba Carlos Corredor Gallardo y mi madre Susana Acevedo de Corredor, ambos de pura cepa española. Cuando llegamos a Bogotá, directamente desde el Cocuy, me sorprendieron la Carrera Séptima y el tranvía. Ingresé al Colegio de María Auxiliadora, que está sobre la carrera 13 con calle 32. Aquí hice hasta tercero de bachillerato, y continué mis estudios en el Colegio del Carmelo, cerca de 66 Sesenta Años de Memoria y Vida la Universidad Nacional. Allí me gradué de bachiller. Debo decir que las monjas me enseñaron la disciplina y el orden; desde que recuerdo, fui una niña disciplinada, juiciosa y buena lectora; desde temprano, aún en el Cocuy, cultivé la memoria y siempre me he jactado de mi capacidad para recordar con precisión. Aún sigo leyendo todo cuanto papel impreso cae en mis manos. Fui muy buena para las Matemáticas, la Física y la Química, materias fundamentales en la carrera que escogí posteriormente. El amor por las plantas me viene de los tiempos del Cocuy, desde mi primera infancia cuando andaba por el potrero en compañía de papá, mamá y mis hermanos mayores. Recuerdo esas mañanas cuando el sol iluminaba las crestas nevadas de la Sierra. La jornada de estudio en el Colegio de María Auxiliadora, así como en el Colegio del Carmelo, era larga: desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Mi lema era “Estudiar, estudiar, estudiar”. Y las monjas lograron darme un orden y una disciplina, acompañada de una buena memoria, porque había concursos de matemáticas, y en ellos la memoria era fundamental. Me gradúo de bachiller en 1959. Me presenté a la Universidad Nacional, pero no pasé. Después un amigo me habló de la Universidad Distrital, y fui a inscribirme. No era mucho lo que sabía de la Ingeniería Forestal, pero sí sabía que tenía que ver algo con las plantas. Me interesaron muchas asignaturas, pero me hice fuerte en Dasonomía (estudio de los árboles) y la ▲ Mosaico. Ingenieria, 1953. Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Sesenta Años de Memoria y Vida 67 Conmigo se matriculó otra niña en medio de 59 hombres. Yo fui la única que aprobó el primer año y pasé a segundo. En ese tiempo, se estudiaba no por semestres, sino por años. Muchos hombres tampoco dieron la talla, y ya para el segundo año sólo había unos 25 estudiantes de Ingeniería Forestal. Fitopatología (estudio de las enfermedades de las plantas). Conmigo se matriculó otra niña en medio de 59 hombres, pero yo fui la única que aprobó el primer año y pasé a segundo. En ese tiempo, se estudiaba no por semestres, sino por años. En mis tiempos de estudiante de Ingeniería Forestal, ésta funcionaba en donde hoy funciona la Facultad de Derecho de la Universidad La Gran Colombia. Muchos hombres tampoco dieron la talla, y ya para el segundo año sólo había unos 25 estudiantes de Ingeniería Forestal. Por esos tiempos había muchos profesores europeos, sobre todo alemanes y holandeses. Había también las llamadas misiones: estaba la misión alemana, especializada en maderas, la cual tenía en el Carare-Opón sus instalaciones. También estaba la misión holandesa, especializada en el uso de la fotografía aérea e imágenes de satélite. Era fascinante, con decirle que estaban mucho más avanzados que los Estados Unidos en esta área. Mi profesor de tesis, que casi no hablaba español, y se hacía entender por señas, era un holandés, un hombre excelente. Su nombre se hizo famoso en Colombia en los medios científicos: Gerardus Sicco-Smit, más conocido como “el pájaro loco”. Sicco-Smit era profesor de fotogrametría y estuvo inicialmente cuatro años con nosotros hasta cuando culminamos los estudios de Ingeniería Forestal. Después viajó a Holanda, y volvió al país un poco después. De los 59 varones y esa niña que no terminó el primer año y yo, sólo pasamos al segundo año de manera completa, sin ninguna asignatura pendiente, tres estudiantes, incluida yo. Los demás se fueron nivelando poco a poco, dentro de éstos quien más tarde sería mi esposo, Carlos Molina. Cursando el cuarto año me casé con Carlos y durante el quinto estuve embarazada de mi niña. Era el año de 1963. Carlos Molina, mi esposo, es bogotano y era bachiller de la Universidad Libre. Había junto con Carlos muchos egresados de colegios nacionales, pero, aunque inteligentes 68 Sesenta Años de Memoria y Vida ▼ Seminario Catastro y valorización, 1981. Donación de Inocencio Bahamón. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. y de buen puntaje, esos muchachos eran muy bandidos, nunca tuvieron la dedicación que yo tuve. Obtuvimos el grado de Ingenieros forestales en diciembre de 1964. Creo que ya teniamos unas tres o cuatro promociones. De mis profesores, aparte de los alemanes y holandeses, recuerdo al colombiano García Meza, especialista en estudios de resistencia de suelos para construcción. También teníamos a un especialista en vías de apellido Ñaña, y Mikele, austriaco, y García Barriga, botánico; también un profesor peruano. Cuando termino Ingeniería Forestal tenía ante mí una amplia perspectiva. Recibí la oferta de trabajar como docente en la misma Universidad, pero finalmente se me dio la oportunidad de trabajar con los holandeses. Estando embarazada de mi segundo hijo, estudié inglés en el Colombo-Americano, y después de un año de estudios viajé a Holanda, en 1967, gracias a Sesenta Años de Memoria y Vida 69 una beca dada por el ICETEX. Para Holanda me llevé mi niña que tenía dos años, y dejé el bebé de siete meses al cuidado de mi suegra. Estuve en Delft exactamente un año, y di con una familia maravillosa. Se trataba de un curso básico, y mientras estuve allá los holandeses crearon un instituto de estudios para América Latina, con sede en Colombia. De allá me vine a trabajar directamente en este instituto y ahí estuve 21 años. Tres años después de estar trabajando con ellos, volví a Holanda a realizar una maestría. Para mi tesis de maestría trabajé en los bosques de Bélgica; también conocí los bosques cercanos a la ciudad de Moscú, así como los bosques de Alemania, Austria y Tailandia. Pienso que mi principal orgullo es haberle abierto el camino a las mujeres. Ya para terminar, quiero decir que no hemos explotado suficientemente los alcances de la Ingeniería Forestal, porque ésta, por ejemplo en Estados Unidos, tiene mucha importancia para conocer las plantas, pues de ellas vienen los medicamentos. La Distrital es una gran universidad, pero debe ser más generosa: abrirle las puertas a la gente de escasos recursos y pensar también en llegar al Estado, a ejercer influencia en el alto gobierno para incidir en las políticas públicas. Debe tenerse en cuenta que este es un país con un enorme potencial agrícola y forestal. No tenemos nada que envidiarle a los 70 Sesenta Años de Memoria y Vida ◄ Sin título. Ivet Alejandra Piñeros. Archivo Fotográfico IEIE. Universidad Distrital. 2007. austriacos, alemanes, belgas, suizos, rusos o tailandeses, cuyos bosques conozco. También tuve la oportunidad de recorrer el país y trabajar en sus bosques, sobre todo en zonas templadas y frías y en la selva chocoana. Cuando estuve vinculada con Cartón Colombia, trabajamos mucho con coníferas. Debo recordarles que nosotros sólo tenemos una conífera nativa, el pino romerón, que prospera por aquí muy cerca en el municipio de Pacho (Cundinamarca). El resto de coníferas son de La Distrital es una gran fuera, muy bien adaptadas a nuestros climas y universidad, pero debe suelos. Otro árbol que se adaptó muy bien es ser más generosa: abrirle el eucalipto, procedente de Australia, y también las puertas a la gente de los urapanes que vienen de Asia. Quiero, antes escasos recursos y pensar de cerrar estos recuerdos, darle un consejo a las en llegar al Estado, ejercer jóvenes estudiantes de la Universidad Distrital: influencia en el alto Deben estudiar y esforzarse para seguir adelante, gobierno para incidir en para superar obstáculos, para salir del círculo de las políticas públicas. la pobreza y ser mejor. C Ramón Gonzalo Pérez (“El Tigre”) omencemos por decir que la hoy llamada Carrera de Ingeniería Electrónica comenzó a funcionar en el Instituto Tecnológico ubicado en el barrio Modelo de Bogotá. Y recuerdo mucho a su primer decano Kostas Bekeris, de origen lituano, quien había sido traído a Colombia por la Philco, una compañía encargada de ensamblar televisores. También recuerdo a uno de mis profesores de Matemáticas llamado Antanas Kinza. Debo decir que los estudiantes tanto de Ingeniería Forestal como de Electrónica y Catastral recibíamos las mismas clases de Matemáticas y este lituano era el encargado de darlas. Kostas Bekeris, entre tanto, era el encargado de la parte tecnológica propiamente dicha de estas carreras. Nosotros continuamos la carrera de ingeniería electrónica en una casa grande ubicada en el Parque Nacional. La Universidad Municipal, como se Sesenta Años de Memoria y Vida 71 llamaba entonces, contaba con muy escasos recursos. Después de abandonar esta casona, la carrera de electrónica funcionó en los fondos de lo que era una marquetería, y finalmente fue a dar a la sede de los Ferrocarriles Nacionales, en la carrera sexta con calle 13, muy cerca de la Plazoleta del Rosario, hoy sede de la Facultad de Derecho de la Universidad Gran Colombia. Fue en esta sede donde me gradué. Finalmente, la carrera de Ingeniería Electrónica funcionó en la calle 40, en un edificio de la Armada, al frente de la Parroquia “Nuestra Señora del Sagrado Corazón”. Yo nací en Cúcuta, el 6 de abril de 1930; hice mis estudios primarios en colegios públicos y el bachillerato en el “Antonio Nariño”, con un énfasis muy avenezolanado, porque la propietaria era de Venezuela. El rector era de un pueblo que se llama Salazar de las Palmas. El propósito del colegio era atraer a los venezolanos. Cucuteños netos éramos muy pocos, además porque es muy difícil hallar un cucuteño neto, todos son mezclados. Por ejemplo, mi papá era de un pueblo más allá de la frontera llamado Rubio, pero hacía muchísimos años se había residenciado en Cúcuta. En mis épocas de estudiante, yo caminaba por los pueblos de San Antonio y Ureña, ya en territorio venezolano. También recuerdo el Colegio del Sagrado Corazón, regentado por hermanos, y otro, cuyos propietarios eran familiares del padre Rafael García Herreros, padre eudista fundador del Minuto de Dios, quien fue muy amigo mío. También había el Colegio Gremios Unidos, de la Logia Masónica, pero éste solo llegaba hasta segundo de bachillerato. Tenía fama de preparar muy bien a sus estudiantes, hasta el punto que quienes 72 Sesenta Años de Memoria y Vida estudiaban en él salían mejor preparados que quienes hacían el bachillerato completo en los otros planteles. Sobre el año 1950 me gradué en el “Antonio Nariño”. Muchos de los bachilleres de éste colegio terminamos viniéndonos para Bogotá. En esos años, existía la carrera de Ingeniería y Radio en la llamada Universidad Municipal. Una tarde que me paseaba yo por los alrededores de la sede del Instituto Tecnológico, observé el letrero que decía: “Hágase Ingeniero en tres años”. Y resultaba que a mí siempre me había llamado la atención ser radio técnico, porque uno como radio técnico se gana la vida cacharreando tranquilamente y escuchando música, sin necesidad de estarse asoleando por ahí. También tenía predilección por la peluquería, porque el peluquero se sabe la vida de todo el mundo, y sin ser letrado, como lee mucho, sabe muchas cosas. Después de leer ese aviso, informé a algunos amigos también cucuteños y nos fuimos a matricular allá. Nuestro interés era estudiar y triunfar en Bogotá; teníamos muy claro que a Cúcuta no volveríamos derrotados. La otra posibilidad era ingresar a la Escuela de Cadetes “General Santander”. ▲ Diploma profesional. Ramón "El tigre" Pérez. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Bogotá, 1957. Cuando ingresamos a la Universidad Municipal, éramos treinta y ocho los estudiantes de Ingeniería Electrónica. Sólo había tres carreras: Ingeniería Catastral, Ingeniería Electrónica e Ingeniería Forestal. Es en el año 1954, si no estoy mal, que empezó a tomar forma la Universidad, porque cuando yo entré en 1951 aún no estaban consolidadas las carreras, y se salía no como Ingeniero, sino como licenciado en alguna de las tres modalidades. En ese tiempo era muy fácil entrar, pero pocos terminaban los estudios; no bien iniciaba el año, comenzaba a desmoronarse el grupo. En mi caso, sólo nos graduamos seis de los que ingresamos en 1951. Sesenta Años de Memoria y Vida 73 Yo me gradué como Licenciado en Ingeniería y Radio, y siempre estuve interesado en la electromedicina. Había aquí en Bogotá una empresa de rayos X, representante de la Westinghouse, cuyo propietario era don Ramón Cuéllar. Este señor era muy amigo del decano de la carrera de Electrónica y tenía contactos con una escuela de radio en la cual terminé realizando mi pasantía. Estamos en el año de 1954; por ese tiempo llega la televisión a Colombia, gracias a la labor de don Fernando Gómez Agudelo. Él estuvo en Cuba, en Estados Unidos y Alemania y de esos países trajo tanto equipos como técnicos. De la Dumont obtuvo la emisora, y de la Siemens, los transmisores. Nuestra televisión fue producto gracias a la colaboración de Europa, Estados Unidos y Cuba. El señor Ramón Cuéllar se ganó la licitación para montar los aparatos, y el gringo que vino a hacer la instalación, William Batista, pidió un auxiliar que tuviera conocimientos en electrónica e inglés, puesto que él no hablaba español. Fue así como llegué a ser su asistente. Empecé a trabajar en enero de 1954, y ya para mayo empezamos a montar la planta de televisión. Los equipos fueron instalados en un lado de la Biblioteca Nacional; aquí estaba el transmisor, el cual fue instalado a la antena máster que estaba en el Hospital Militar. La televisión de la época era en blanco y negro, desde luego, y a tubos, y quien esto habla empezó a tener un cambio en su vida, porque yo andaba, a mis 24 años, con el maletín del míster, y comía y dormía en el Hotel Tequendama. El míster, traído por el gobierno militar, ganaba 1500 dólares mensuales, y yo empecé con 800 pesos. El doctor Fernando Gómez Agudelo se había traído una estación de televisión humana de Cuba, pues contó con la suerte que uno de los canales locales había sido cerrado y habían quedado muchos ingenieros sin trabajo. De La Habana vinieron don Sergio Segarra, Fernando Virguez, Luis Álvarez Tabio, Dionisio Kammanel, Enrique 74 Sesenta Años de Memoria y Vida En el año 1954 empezó a tomar forma la Universidad, pues en 1951 aún no estaban consolidadas las carreras, y se salía no como Ingeniero, sino como licenciado. Loainas y Gabriel Siqueiras. Como siempre me gustó el dibujo y fui bueno para él, terminé, a pedido del cubano, haciendo los planos. En ese tiempo inaugural, llegué a ser el segundo ingeniero en importancia, después de Batista, el gringo, quien fue reemplazado por Santiago, el cubano. Recuerdo mucho que un 13 de junio de 1954 salió la primera señal, y me sentí complacido porque habíamos cumplido con el General Rojas y con el doctor Gómez Agudelo. Después se fueron los cubanos y vinieron los alemanes, un ingeniero jefe, llamado Wilhelm Putt, Klaus Einstein y Hermann Dahlmann. Fueron siete años y medio trabajando como ingeniero electrónico en la televisión colombiana. Mi asistente fue un colombiano de Santander del Sur, llamado Rafael Gómez, quien venía de la Radiodifusora Nacional, hermana gemela de la televisión. Por eso Bernardo Romero Lozano, que era director de radio, pasó a la televisión a dirigir la parte cultural. Al salir de la televisión ya yo ganaba lo mismo que el cubano: él ganaba 1800 dólares y yo 1800 pesos, que, al cambio de época, resultaba exactamente lo mismo. ▲ Título: Encuentro. Carlos Reina. Archivo fotográfico del IEIE Universidad Distrital Francisco José de Caldas 2007. Mientras estuve trabajando en la televisión, la Universidad Municipal estructuró programas de ingeniería, y a la televisión fueron llegando jóvenes estudiantes de estas carreras. Una vez me encontré con un paisano mío, Mayor retirado de la Fuerza Aérea, también ingeniero, que me dijo: “Mira, Tigre, allá en la televisora te llaman Ingeniero, pero en realidad tú eres licenciado. Cuando salgamos, usted va a seguir siendo licenciado; camine y lo matriculo.” Fue así como fui a la sede de la Sexta con 13 y me matriculé. Recuerdo que la matrícula valía 50 pesos. Entonces, cursé mis dos años y ahí sí me recibí de Ingeniero Electrónico. Me gradué con muchos bombos y platillos, porque enviaron a los camarógrafos para que me grabaran, pues era el primer colombiano en recibir el título de Ingeniero. Por ese tiempo, ya sí se llamaba Universidad Sesenta Años de Memoria y Vida 75 ◄ Mosaico (Detalle). Ingenieria, 1935. Universidad Distrital. Archivo Bienestar Institucional Área de egresados. Distrital “Francisco José de Caldas”. El título de Ingeniero Electrónico, además, impresionaba, campaneaba más, y la gente se sentía admirada con ese título, aunque muy poco se supiera qué podía significar y de qué se ocupaba ese tal señor. Ya graduado, y aún trabajando en la televisión, entré a la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la cual soy socio vitalicio. Alguna vez, llegó un grupo de estudiantes de Ingeniería Electrónica, y me dijo que querían modernizar la Universidad, pero que el decano Bekeris se oponía. Fue entonces cuando nombraron decano de la Facultad a don Manuel Drezner, Ingeniero mecánico y amante de la música clásica, hombre de extensas lecturas, autor de una columna de respuestas a casos y cosas raras en El Espectador. Yo ya conocía al doctor Drezner, porque una vez, estando yo de estudiante de último año de Ingeniería, él me ayudó a resolver un complejo problema 76 Sesenta Años de Memoria y Vida de Termodinámica. Don Manuel había ejercido un cargo en la televisora, y era, además, miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Basado en esto fue que le sugerí a los estudiantes que pensaran en el nombre del doctor Drezner. Por ese tiempo, la facultad no tenía secretarias ni nada, y el doctor Drezner dijo: “Hombre, si quieren que yo les reestructure la Facultad tienen que asignarme un secretario.” Y así fue cómo llegué a secretario de la Facultad de Electrónica de la Universidad Distrital. Esto fue en el año 1961. ¿Por qué me fui para allá? Porque allá estaba mi gente, y esa era mi escuela. Además, me pagaban mejor que en la televisora. Mientras que en la televisora ganaba 1800 pesos, la Universidad me ofreció 2800 pesos. Junto con mis funciones de Secretario de la Facultad, dictaba clases, las cuales eran pagadas a doce pesos hora. En algunas temporadas, ni siquiera cobrábamos por las clases. Había un profesor lituano, de quien fui asistente, que le decía al doctor Drezner: “Les pido que, cuando la Universidad esté bien económicamente, nos paguen retroactivo.” Estos tipos que han sufrido tantas guerras y destierros, tienen mucha más austeridad que uno. Un gringo jamás llegaría a esos gestos de desprendimiento y generosidad. Estuve dos años en la Secretaría. Me gradué en el 58, y en el 59 empecé a dictar clases en la Facultad de Ingeniería Electrónica, jornada de la noche. Quiero recalcar que los estudios siempre han sido pesados en estas carreras. Quien no da la talla, sale, y nadie se gradúa tambaleando: o sale caminando derecho o no sale, no hay más alternativa. Entrar como docente en mis tiempos no era muy difícil. "Quien no da la talla, sale. Nadie se gradúa tambaleando: o sale caminando derecho o no sale, no hay más alternativa". ▲ Sin título. Seminario Permanente de Formación e Investigación. Archivo Fotográfico del IEIE. Universidad Distrital. Bogotá, 2008. Sesenta Años de Memoria y Vida 77 No había concursos, y si se tenía el escudo de la Sociedad Colombiana de Ingenieros y un buen padrino, se entraba. Ahora no. Yo he encontrado a antiguos discípulos míos haciendo esas largas filas para presentar los concursos, y me han dicho: “Mire, Tigre…” A propósito, a mí siempre me han dicho “Tigre”, porque cuando me despedía, siempre les decía: “Hasta luego, tigres, que les crezca el rabo, pero que les crezca.” Y me iba. La Universidad nuestra tiene una peculiaridad, como muchas otras universidades públicas de Colombia, que no hay muchos distingos de clase. Puede haber gente de dinero revuelta con gente pobre, pero todos nos sentimos iguales. A nuestra Universidad, como a la Nacional, llega gente que usted no sabe si tiene o no tiene con qué comer o tomar un bus. La medida la da cada cual en el tablero, porque ahí se disuelven las diferencias de estrato: se sabe o no se sabe. Mi vida fue bastante rápida: me gradúo de Licenciado a los 24 años; entro inmediatamente a la televisión; empiezo a dictar clases a los 29, como profesor de Dibujo, el cual era una asignatura esencial. Primero tuve dificultades para ingresar a la Facultad de Ingeniería Electrónica para terminar la carrera, porque me dijeron: “Usted es radio técnico remienda planchas.” Aquí donde ustedes me ▲ Título: Prácticas. Donación de Inocencio Bahamón. Archivo Fotográfico del IEIE. "Convocatoria 60 años de memoria y vida". 2007. 78 Sesenta Años de Memoria y Vida ven, bien viejito, sigo ganando dinero, vendo aparatos electroacústicos, vivo a dos cuadras (el negocio del Tigre queda en la Calle 116 con la Quince), y tengo la Universidad metida en el alma. Después de Secretario de la Facultad de Ingeniería Electrónica, me paseé por todas partes; fui miembro del Consejo Académico, por el Consejo Directivo, por el Consejo Superior, y finalmente fui Representante del Ministro de Educación. Y me di el lujo de nunca ser expulsado de ninguna parte ni de ningún cargo. Cuando me sentí cansado, le dije al Ministro: “Mire, Ministro, usted es mucho más joven que yo; nombre a otro igualmente joven, porque yo vengo a estas reuniones del Congreso es a dormirme.” De las gestiones que recuerdo una fue contribuir en que se le concediera un Doctorado Honoris Causa al profesor Bekeris. Mi Tesis fue sobre Amplificación de Videos, y estoy inmensamente agradecido a todos mis colegas de la televisora que me ayudaron a realizar un buen trabajo. Recuerdo que los estudiantes que ingresaban a la Universidad habían ocupado los primeros lugares en los mejores colegios nacionales del Distrito: el Nicolás Esguerra, el Camilo Torres, el Sergio Arboleda, el Colegio de la Universidad Libre… Había otros que llegaban del Instituto Técnico Central. ■ Sesenta Años de Memoria y Vida 79 Este libro Se terminó de imprimir en el mes de Julio de 2008, año en que la Universidad Distrital Francisco José de Caldas celebra sesenta años de labores académicas. El trabajo editorial corrió a cargo de los talleres gráficos de Panamericana Formas e Impresos S.A