Felipe V. Profesor. Texto

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Cronología 1720
Obra del pintor setabense José Amorós
En el cuadro el rey está de pie, en una postura convencional, ante una tienda de campaña aunque su
indumentaria es cortesana. Con ademán enfático parece señalar la batalla del fondo, en la que se decidió
entre otros asuntos el destino de la ciudad de Xàtiva.
Desconocemos la fuente iconográfica en la que pudo inspirarse el modesto artista local para realizar tanto el
citado retrato como el de su esposa Luisa Gabriela de Saboya con el que forma pareja. Ambos retratos, junto
al del futuro Luis I y “La venida del Espíritu Santo” fueron encargados por el ayuntamiento a finales de 1718.
Los tres lienzos inauguran la serie de retratos de monarcas que, destinados en su momento para la Sala de la
Casa de la Ciudad, forman hoy la Galería Real del Museo de L’Almodí de Xàtiva. Hace medio siglo el director
del museo D. Carlos Sarthou decidió colgar cabeza abajo el de “Felipe V” en venganza simbólica por la
destrucción y ruina causadas a la ciudad y sus habitantes. Esta curiosidad se convirtió, a partir de los años de
transición democrática, en un símbolo de carácter nacionalista y han hecho de este cuadro una de las obras
más famosas de l’Almodí.
REINO DE VALENCIA: ENTIDAD POLÍTICA AUTÓNOMA DEL REINO DE ARAGÓN
En el siglo XIII Jaime I fundó un reino sobre las tierras conquistadas al sur de Cataluña y de Aragón y quiso
que fuese diferenciado y autónomo dentro del conjunto de estados de la corona. Con la voluntad de afirmar
más la corona decidió convertir los nuevos territorios en un reino independiente.
Así podemos considerar que el acta de nacimiento del nuevo reino fue la promulgación en la primavera de 1239
de la recopilación legislativa de Jaime I que se denominaba en un principio “Costum” de acuerdo con la
tradición catalana y que se convertiría en el embrión de un nuevo orden jurídico valenciano.
El primitivo código legal estaba destinado solamente a la ciudad de Valencia, pero muy pronto se inició un
fenómeno de expansión territorial en su aplicación. No tomaría la denominación definitiva de “Furs” hasta
1252. En las primeras Cortes del Reino, celebradas en Quart el 7 de abril de 1261, Jaime I juró por primera
vez “Els Furs”y obligó también a sus descendientes que, sin ninguna excusa, jurasen el código valenciano
delante de las Cortes, a pesar de la oposición de la nobleza aragonesa, deseosa de mantener su legislación, lo
que generó una pugna foral no resuelta hasta 1329 con el triunfo de los fueros valencianos.
La unión dinástica entre la Corona de Aragón y Castilla, si bien no alteró la organización jurídica del Reino de
Valencia ni sus lazos institucionales, se caracterizó por un aumento del poder real y la erosión del modelo de
estado establecido. El proceso se concentró en el refuerzo de los órganos de gobierno y administración de la
nueva monarquía hispánica con aumento de sus competencias y disminución de las funciones en cargos y oficios
de las administraciones locales, municipales y de la Generalitat
Los siglos XV y XVI fueron de especial revitalización económica y política para el Reino y Valencia se convirtió
en una potencia económica mediterránea, coincidiendo con el llamado Siglo de Oro valenciano de la cultura.
Esta situación se ve duramente trastocada en 1609 cuando se produjo la expulsión de los moriscos y las
tierras valencianas quedaron despobladas y faltas de mano de obra para la agricultura.
Comenzaron a detectarse síntomas de crisis generalizada, que se concretó a lo largo del siglo XVII. El déficit
de la hacienda, que se tradujo en presión fiscal, el endeudamiento de la nobleza, el absentismo, el descenso
demográfico, la peste, y el bandolerismo fueron factores que determinaron un siglo crítico y derivó en un
sentimiento antiseñorial de las clases bajas al inicio del siglo XVIII. Un movimiento antifrancés surgió
también por diversas razones que van desde la represión sufrida a manos de los ejércitos franceses en la
llamada Segunda Germanía, hasta el bombardeo de la ciudad de Alicante por la Armada francesa en 1691.
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CONFLICTO INTERNACIONAL Y GUERRA CIVIL
La guerra de Sucesión fue un hecho sin precedentes en la historia del pueblo valenciano y de graves
consecuencias para el mismo.
Supuso básicamente tres hechos: un conflicto bélico internacional; una guerra civil y una lucha de marcado
carácter social. La muerte de Carlos II, último descendiente de la casa de Austria y el nombramiento de
Felipe, duque d’Anjou, como heredero el día 1 de noviembre de 1700 se considera como el inicio del conflicto
que llevaría a la Guerra de Sucesión.
Felipe V, el primer monarca Borbón, instaurará una nueva dinastía en nuestro país.
En el panorama internacional la política francesa de Luis XIV, iniciaba una etapa expansionista que se
concretaba con la presión ejercida a Carlos II para que nombrara a Felipe como su heredero; la concesión a
los comerciantes franceses de privilegios para el intercambio con América y la expulsión, por parte francesa,
de las tropas holandesas de las plazas fronterizas infringiendo la paz de Ryswick. Países como Inglaterra,
Holanda y Austria reaccionaron creando la Alianza de La Haya en 1701, declarando la guerra a Francia y
proclamando como sucesor al archiduque Carlos de Austria pretendiente también al trono español.
Así mismo, la guerra de Sucesión supuso en las tierras valencianas un enfrentamiento social cuyas tensiones
se venían arrastrando desde finales del siglo XVII, se enfrentaron los vasallos contra los señores. Las
fuerzas del archiduque se nutrieron, fundamentalmente, de las clases inferiores, las clases medias
ciudadanas, el bajo clero y los profesionales liberales, adquiriendo este conjunto social el nombre de maulets.
Al contrario, las fuerzas de Felipe V, denominados botiflers, se componían de campesinos de realengo,
nobleza terrateniente, altas jerarquías de la Iglesia y los franceses asentados en tierras españolas.
LA CORONA DE ARAGÓN: SOPOR TE DE LA CAUSA AUSTRACISTA
Las potencias aliadas prestaron una especial atención a la península ibérica con la finalidad de abrir un frente
contra la monarquía española. En este sentido dirigieron su mirada hacia la Corona de Aragón,
tradicionalmente enfrentada a Francia y para la cual la llegada de Felipe V al poder suponía un refuerzo a
favor de la tendencia centralizadora de tipo francés. Ante esto, la corona de Aragón y más concretamente el
reino de Valencia pedía conservar su posición, es decir el pacto mantenido tradicionalmente con la casa de
Austria y que durante el reinado de Carlos II había experimentado una revitalización hacia el denominado
neoforalismo.
Las fuerzas aliadas supieron aprovechar el arraigado sentimiento foral de valencianos, catalanes, mallorquines
y aragoneses, con el fin de luchar contra Felipe V desde su propio terreno y los habitantes de la corona de
Aragón supieron ver en el archiduque Carlos la única garantía del mantenimiento de sus respectivos regímenes
jurídicos, de la reducción de los impuestos y gravámenes que durante todo el siglo XVII venian soportando y
también la única posibilidad de hacer frente a la agresividad imperialista de Luis XIV, enemiga tradicional de
la Corona de Aragón.
CONFLICTO BÉLICO
La llegada al trono de Felipe V en enero de 1701 no supuso un estallido inmediato de las acciones bélicas. Al
margen, en un principio de las inquietudes y posiciones de la política internacional el hecho fue asumido con
cierta normalidad.
Los acontecimientos se precipitan cuando en el verano de 1705 desembarca al mando del general Basset, en la
costa alicantina, un cuerpo expedicionario partidario del archiduque Carlos.
Basset y los suyos se encargaron de atraerse a los campesinos valencianos utilizando como cebo: la abolición
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de los derechos señoriales y respeto a los fueros, privilegios y libertades que habían gozado los pueblos hasta
Carlos II.
Tras Altea, se adherió Denia y la comarca de la Marina. A pesar de los esfuerzos felipistas cayó Tortosa, se
sublevó Vinarós y Valencia quedó rodeada por los aliados al norte, al sur y al este.
A principios de diciembre fueron tomadas Oliva, Xàtiva, Gandía y Alzira y finalmente Valencia que se rindió a
las tropas austracistas sin ninguna resistencia. Se proclamó como rey de los valencianos al archiduque Carlos,
ahora Carlos III, el cual garantizó la continuidad de los cargos públicos y la protección de los bienes.
La dura política empleada por Basset en contra de los borbónicos acabó con la resolución de Carlos III de
sustituir a éste por el virrey, conde de Cardona.
En septiembre de 1706, Carlos III llegó a Valencia, tras abandonar Madrid, perseguido por el ejercito
borbónico, que iba recuperando cada una de las plazas fuertes que encontraba en su camino.
La presión borbónica fue en aumento y las perspectivas de defensa de Valencia eran pocas, de modo de Carlos
III decidió marchar a Barcelona, en el mes de marzo de 1707, acompañado de los nobles, el virrey, los
embajadores y miembros de la corte.
Por su parte, el duque de Berwick, general de las fuerzas borbónicas, iba progresando desde el sur hacia el
norte en su ocupación de los territorios valencianos. Su objetivo era presionar las fronteras austracistas. Las
tropas aliadas se dispersaron por Villena y Yecla, previamente abandonadas por los borbónicos. Se estaba
preparando la gran batalla: La Batalla de Almansa.
El día 25 de abril de 1707 tuvo lugar la batalla de Almansa donde se enfrentaron los ejércitos borbónicos,
capitaneados por Berwick y las tropas austracistas con Galway y el marqués de las Minas al frente. El
resultado de la misma fue la victoria por parte de los partidarios de Felipe V, que viendo aumentada su moral
marcharon hacia Valencia que cayó a principios de mayo.
Tras la batalla de Almansa, el mariscal francés D’Asfeld se dirigió a Xàtiva. Ante la radical negativa de
rendición de la ciudad, tomó posiciones y esperó refuerzos de Berwick. Xàtiva intentó resistir al asedio
borbónico que la rodeaba durante varios días. Finalmente D’Asfeld consiguió asaltarla el día 24 de mayo de
1707, el castillo resistió unos días más al encontrarse en mejor posición estratégica, aunque acabó
rindiéndose a principios de junio. Dominada la ciudad y el castillo, el general francés comenzó la tarea de
represión: expulsión de los habitantes; incendio y saqueo de iglesias, conventos, edificios públicos y palacios;
destrucción de la red de abastecimiento de agua y con ella la ruina y hundimiento de muchas casas.
Hay que añadir la orden de arrasar la ciudad hasta los cimientos dictada desde Madrid por Felipe V. El rey
quería imprimir un castigo ejemplar que sirviera de modelo para las demás ciudades del reino de Valencia que
se oponían a la causa borbónica, deseaba manifestar su autoridad e instaurar una nueva etapa. Xàtiva tenía
que desaparecer tanto física como legal y jurídicamente.
Su máximo exponente fue la sustitución del nombre de Xàtiva por el de “Nueva Colonia de San Felipe” que la
ciudad mantendría hasta 1812.
ABOLICION DE LOS FUEROS
Poco después de la rendición de la ciudad de Valencia se dictó el día 29 de junio de 1707 el Decreto de Nueva
Planta por el que se derogaban los fueros, las leyes e instituciones típicamente valencianas y se sustituían por
las leyes de Castilla. El Reino de Valencia se convertía en una “provincia” dentro de la monarquía hispánica,
perdiendo toda autonomía y personalidad política propia. Como manifestación de la autoridad soberana y
absoluta de Felipe V, se impuso un definitivo y palpable centralismo uniformista.
La castellanización lingüística se potencia al máximo, pues el castellano pasa a ser la lengua oficial de la
administración, de la burocracia, de la justicia y todo tipo de documentación oficial.
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BIBLIOGRAFÍA
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