SAURIOS. CARACTERÍSTICAS GENERALES El Suborden Sauria, se encuentra dentro del Orden Squamata, junto al Suborden Serpentes y al Suborden Amphisbaenia. Probablemente los saurios, con más de 3750 especies vivas, sean los más comunes y los más extendidos de todos los reptiles vivos. Pueden dividirse en cuatro Infraórdenes: Iguania, Gekkota, Scincomorpha y Anguinomorpha, cada uno de los cuales contiene varias familias. Aunque desde luego no son las únicas, las familias incluidas en los Infraórdenes Iguania y Gekkota contienen muchos de los reptiles que han sido más comúnmente adoptados como mascota. Todos los animales incluidos en este grupo están recubiertos por un tegumento cuya superficie es muy variable. Puede ser tan espinoso que llegue a recordar un conjunto de clavos, o muy suave, casi como plástico, o incluso tan liso como un cristal. El cráneo presenta sus huesos unidos unos a otros de una forma laxa. La sínfisis intermandibular es sólida, lo cual limita el tamaño del alimento a ingerir. La cabeza suele ser robusta y algo alargada, con ojos pequeños. La mayoría tiene párpados móviles, uno superior, uno inferior y un tercer párpado o membrana nictitante. El párpado inferior es más móvil que el superior, siendo capaz de desplazarse hacia arriba para cerrar el ojo. En ocasiones es transparente, por lo que es posible la visión aún cuando el ojo está cerrado. Algunos gecos carecen de párpados y presentan una lente parecida a la de las serpientes, mientras que en los camaleones, los dos párpados se fusionan en un solo párpado circular, que abren y cierran, como el diafragma de una verdadera cámara fotográfica. Tienen la facultad de enfocar cada ojo independientemente. La pupila es normalmente redondeada en los animales diurnos, y longitudinal en los animales nocturnos. Prácticamente no existe reflejo corneal. Muchos gecos presentan una pupila serrada, que deja una serie de agujeros cuando la pupila está completamente cerrada. Esta característica permite una visión muy aguda, incluso cuando la oscuridad es prácticamente total. A ambos lados de la cabeza se observa la membrana timpánica, situada en una pequeña depresión. La membrana está cubierta por una lámina transparente de piel, que se muda durante la ecdisis. Algunos lagartos presentan una piel escamosa, especializada, sobre la membrana timpánica. El oído funciona como órgano estatoacústico. Los lagartos con cuernos presentan una característica única en el reino animal: la posibilidad de lanzar chorros de sangre desde los ojos, con el fin de disuadir a potenciales depredadores (si la sangre cae en la boce del depredador, ésta tiene un sabpr muy desagradable). Esta facultad se consigue mediante la constricción muscular del flujo venoso de la cabeza, lo que produce un aumento de la presión sanguínea en los senos venosos oculares, el animal cierra los ojos, con lo que se llegan a hinchar. Al arquear la espalda por sentirse amenazado, el animal dispara la sangre, pudiendo repetir la operación dos ó más veces. Presentan cintura escapular y pelviana. Los miembros torácicos y pelvianos suelen ser pentadáctilos, con un número variable de falanges. Terminan en unas uñas incurvadas, de tamaño diferente según las especies. La mayor parte de los saurios se desplaza con ayuda de sus miembros. El animal comienza a caminar adelantando uno de los miembros anteriores y a continuación el posterior opuesto, y así sucesivamente. Dada la posición del fémur de estos animales, paralela al suelo, el desplazamiento de los miembros se produce lateralmente al cuerpo del animal, lo que provoca que a veces éste entre en contacto con el suelo, como si se tratase de una “pseudoreptación”. En algunos saurios pueden desplazarse mediante un tipo de locomoción bípeda. Este desplazamiento se consigue por los miembros posteriores, y el individuo alcanza una gran velocidad. La cola desempeña un papel fundamental, ya que sirve de punto de apoyo y para mantener el equilibrio. Cuando se pierde la cola, los animales pierden la capacidad de desplazarse de esta manera, y no la recuperan hasta que les crece de nuevo. La musculatura de los saurios es muy similar a la de los mamíferos, sobre todo los músculos epiaxiales. Los músculos hipoaxiales se ven discretamente modificados por la presencia de costillas, que se prolongan muy caudalmente. Siguiendo un esquema general, el músculo oblícuo abdominal externo se convierte en los músculos supracostal e intercostal externo, el oblícuo abdominal interno se convierte en los músculos intercostales internos. Mientras que el transverso abdominal pasa a ser el músculo subcostal. Es muy común la presencia de costillas asociadas a todas las vértebras, con la excepción de las vértebras caudales. Una de las características más sobresalientes que tienen algunos de estos individuos es la capacidad que tienen de perder la cola, o autotomía. Esta pérdida no sólo es traumática, sino que el animal pierde la cola voluntariamente para distraer a los predadores y poder escapar, ya que el trozo de cola desprendida conserva el movimiento durante algunos minutos. Las especies que tienen la posibilidad de la autotomía siempre presentan en la cola lo que se denomina “línea preformada de ruptura” o “plano vertical de fractura”, que afecta al cuerpo y al arco neural de algunas de las vértebras de la cola, y que es el lugar a través del cual es posible la ruptura. Este plano no existe en la parte más craneal de la cola, ya que la fractura siempre se produce por detrás de la cloaca, para proteger a los hemipenes. Cuando la cola se regenera, suele ser más corta y más oscura que la original. Además, las escamas suelen alinearse de forma más irregular, y pueden perderse algunos de los colores originales. Dentro de los individuos del Orden Sauria, la mayoría de las iguana tienen esta capacidad de autotomía, mientras que camaleones, varanos y lagartos venenosos no. En cualquier caso los animales que tienen una cola más potente, normalmente lo que regeneran es una cola incompleta o una especie de muñón, en caso de pérdida. Cerca de los ojos es posible ver una especie de escama diferenciada, que es el lugar de ubicación del oído externo, ya que no existe pabellón auditivo externo. A veces lo que se observa es como una fosa, o un canal corto con la membrana timpánica en el interior. En otras ocasiones, la membrana timpánica puede estar recubierta de piel. Como ambas membranas timpánicas comunican con la faringe, y se encuentran ventrales a la cavidad craneana, en algunos lagartos es posible incluso ver luz en una membrana timpánica cuando se ilumina la del lado contrario. En muchas de estas especies es posible observar en la parte superior y central de la cabeza, a nivel de los huesos parietales, como una especie de escama transparente, que se conoce como tercer ojo u ojo parietal (muy visible en los Iguánidos). En realidad, es una especie de ojo degenerado, que contiene lente y una especie de retina. Únicamente es capaz de detectar la cantidad de luz, y no puede forma imágenes. Esta estructura conecta con la glándula pineal, muy ligada a la termorregulación, los ciclos circadianos y los ciclos reproductores. La diferenciación macroscópica entre machos y hembras no es fácil en los jóvenes. Sin embargo, los saurios adultos presentan un claro dimorfismo sexual. Por ejemplo, en el caso de la iguana verde, los machos tienen unas espinas dorsales más altas, unas uñas más largas, y abultamientos en la base de la cola que corresponden a los hemipenes. Se puede intentar exteriorizar los órganos copuladores para confirmar si un individuo es del sexo masculino, aunque hay que tener cuidado para evitar posibles traumas. Por su parte, los camaleones macho suelen tener vistosas ornamentaciones en la cabeza en forma de crestas, cuernos y otras excrecencias que no aparecen en las hembras. Otros machos de este orden presentan colores más vistosos y un tamaño mayor. Estos adornos se consideran como caracteres sexuales secundarios, y sirven para distinguir los machos de las hembras. La familia Iguanidae y la familia Gekkonidae presentan unos poros femorales, en la parte ventral del muslo; la familia Gekkonidae presenta además unos poros precloacales, dispuestos en forma de “V” y situados rostralmente a la cloaca. Los primeros son muy característicos en la iguana verde, mientras que los segundos aparecen en algunos gecos. Ambos son mayores en los machos que en las hembras adultas por lo que constituyen uno de los medios más seguros para llevar a cabo una determinación. La técnica de sexar mediante cánulas es bastante menos utilizada en estos animales que en las serpientes. La piel de los saurios suele ser gruesa y provista de escamas. Suele tener pocas glándulas. Cuando mudan (ecdisis), la piel se cae a trozos, a diferencia de lo que ocurre en las serpientes, que se desprenden de la piel antigua como una pieza completa. Las mudas se suceden de forma rápida en los animales jóvenes, espaciándose más en los adultos. Hay especies que incluso comen la piel antigua. En cualquier caso, se puede ver influenciada por factores externos como la temperatura, la humedad o la alimentación. Los cromatóforos son muy abundantes sobre todo en aquellas especies que pueden cambiar de color, como por ejemplo los camaleones y los anolis. Son células especializadas que reaccionan ante estímulos luminosos o de temperatura, produciendo cambio de color. Los cormatóforos más comunes son: melanóforos (cargados de melanina), Guanóforos (ricos en corpúsculos de purina), xantóforos (contienen lipocromos amarillos o rojos) y alóforos (son gránulos pigmentarios con tintes rosas, violetas o amarillentos). El control de los cromatóforos puede ser nervioso, hormonal o semihormonal-seminervioso.