La importancia de estimular el hábito lector en el hogar Por: Carmen Gloria Inostroza Duarte, Profesora de Filosofía y Magister en Psicopedagogía, y Lorena Inostroza Carrasco, Profesora de Lenguaje y Comunicación La comprensión lectora es un proceso a través del cual el lector elabora un significado en su interacción con el texto. La comprensión a la que el lector llega durante la lectura se deriva de sus experiencias acumuladas, las que entran en juego a medida que decodifican las palabras, frases, párrafos e ideas del autor. Es por ello que la lectura es un elemento indispensable para el ser humano, ya que permite la construcción del sentido de los mensajes plasmados en distintos objetos, ya sea en libros, periódicos, revistas, en fin, en cualquier soporte de la información; pero enmarcados dentro de un contexto de encuentro personal e íntimo con el cuerpo textual. En el sistema educacional chileno se ha señalado que a mayor participación de los padres en las escuelas, mejor pronóstico en el rendimiento escolar de los niños(as). El Ministerio de Educación (Mineduc) indica que “todo docente sabe que la familia ejerce gran influencia en el rendimiento escolar, en los avances, retrocesos y dificultades de aceptación de los alumnos y alumnas; y aunque la escuela tiene la misión específica de educar, el hogar tiene una gran responsabilidad en mantener al niño, niña y joven motivado y receptivo al aprendizaje. Por ello, la familia y escuela son una alianza estratégica y cuando se involucran, ayudan enormemente en los resultados académicos" (Mineduc, 2007). Uno de los principales problemas que enfrentamos hoy como sociedad es que los niños no leen, son estimulados en la escuela y en los hogares nada o muy poco y gran parte de su tiempo lo pasan viendo televisión o frente al computador, necesitándose con urgencia que los padres les fomenten el hábito de leer y así comiencen desarrollar el hábito lector. Es necesario que exista un replanteamiento de las tareas escolares y una forma de tomar en consideración la participación de la familia, ya que es una unidad básica de la sociedad; el valor que se le atribuye deriva de las importantes funciones socioeconómicas que realiza. Pese a los muchos cambios de la sociedad que han modificado su papel y sus funciones, la familia sigue ofreciendo el marco natural de apoyo emocional, económico y natural que es esencial para el crecimiento y desarrollo de sus miembros y es por esta razón que debe existir un trabajo mancomunado con los padres para ayudar al niño a leer bien, repasando las lecturas, estimulando a los niños desde pequeños, leyéndoles cuentos para que desarrollen así la imaginación el gusto por leer. La participación de los padres en el desarrollo de las escuelas efectivas es un factor importante en la obtención de los logros académicos y en esto los profesores son los encargados de elaborar estrategias, planificar para involucrar lo más posibles a los apoderados, entregándoles información, preocupándose de su situación familiar cuando hay dificultades y brindándoles todo el apoyo necesario para fortalecer. La familia ha sido y seguirá siendo un factor elemental en la entrega de roles, normas y enseñanzas para los sujetos que comienzan a interactuar, a vivir en sociedad, ya que permitirá estimular desde sus hogares el hábito por la lectura, ser guía en los aprendizajes, en la comprensión lectora y ser ejemplo de un buen lector para sus hijos. En el libro “Poder de leer”, Mabel Condemarín, señala que debe establecerse una alianza con la familia para fomentar el hábito lector y entre algunas de las estrategias está que los padres lean, en las horas libres, delante de sus hijos donde estos últimos observarán que los mayores gozan por la lectura, ya que el ejemplo dado por los adultos es el mejor aprendizaje; el regalar libros a sus hijos que corresponda a sus intereses y propósitos; contar con una biblioteca personal en el hogar donde permita la formación del hábito lector; entre otras. Con estas e innumerables estrategias entregadas en este libro ha de permitir que los padres tengan dichas herramientas para ayudar a sus hijos en el fomento del ya mencionado hábito, ya que muchas veces por desconocimiento no saben el realce del desarrollo de la lectura. La familia se debe interiorizar en la escuela, promover el hábito lector. Que quizás en los hogares más modestos no tengan acceso a libros o una biblioteca personal es un hecho, pero no es la única manera de potenciar tan estimulante actividad, el simple hecho de leer el diario en los kioscos junto a sus hijos conlleva al interés y es aquí donde el profesor cumple un rol importante como formador de dichas conductas , ya que no solo estimula al niño(a) en el desarrollo e interés de esta práctica sino que a los padres les entrega información necesaria para la estimulación en sus hogares. La estructura familiar también influiría en el rendimiento académico. Al comparar las diferencias entre hijos de familias intactas, con aquellos provenientes de familias de padres separados, se observa que los primeros presentan mejores calificaciones escolares y los segundos, problemas de conducta y más propensión a fracasar en la escuela. Esto se debería a que las experiencias familiares negativas podrían influir en la autopercepción del niño y en su capacidad de control emocional y conductual, y estas cogniciones contribuirían a que se desarrollen y mantengan niveles elevados de ansiedad que influyen negativamente en el desempeño académico. Sin embargo, si los hijos pertenecen a familias intactas con conflictos permanente, la adaptación es menor que los que viven la transición a una familia monoparental con menos conflictos y buenas relaciones aún con un solo padre. Al obtener el grado de Magister en Psicopedagogía realicé una investigación de cómo los padres fomentan el hábito lector a sus hijos. Principalmente se realizó el estudio con alumnos de 4° Básico próximos a ser evaluados en el Simce y sus progenitores. Fue evaluado un universo de 45 apoderados, de estrato social medio, donde en su mayoría las madres desarrollan actividades de dueña de casa y solo tres desarrollan la actividad docente. En el seno familiar presentan como eje fundamental el de dar las mayores comodidades a sus hijos y las proyecciones educacionales hacia estudios superiores a futuro. Si bien es cierto que la educación de los padres influye bastante en el nivel de estimulación, ya que tendrán más o menos herramientas para reforzar este hábito en su hijos, dependiendo del grado de escolaridad que posean, los resultados que arroja la aplicación de la encuesta, demuestran que no existe una correlación significativa entre la escolaridad de la madre y el hábito lector del alumno(a). Los padres reconocieron que fomentan la lectura en el hogar pero se observa que solo lo hacen a través de lo mínimo exigido por el establecimiento, es decir, consideran que lo entregado por el colegio es lo suficiente para estimular la lectura, y no consideran la real importancia que la familia posee en la formación de esta vocación. Posteriormente, se realizó la misma encuesta a los alumnos(as) de 1° Medio con el fin de visualizar cómo es el hábito lector y cómo los apoderados lo fomentan en sus casas. Este test arrojó que aquellos alumnos provenientes de familias en las cuales la lectura era una práctica recurrente, tienen de manera exponencial mejores resultados, independiente de la naturaleza de los textos leídos; así también, es inversamente proporcional el apoyo de los padres y su vinculación con el aprendizaje de lo estudiantes a medida que éstos avanzan en el nivel educacional quedando en enseñanza media casi a la deriva. ¿Qué sería de nuestros estudiantes si en sus familias se disfrutara de la lectura? Actos tan sencillos como comentar un artículo de una revista, regalar un libro o una historieta, hacen la diferencia. Es deprimente comenzar a especular acerca del potencial que se desperdicia sin la adecuada guía de la familia, quienes con la correcta orientación podrían conseguir que sus hijos llegaran a un nivel lector avanzado que nos catapultaría, en el corto plazo, a llegar a ser una sociedad desarrollada. Con esto queda demostrado que hay que educar a los padres en los establecimientos educacionales, de la importancia del desarrollo del hábito lector de sus hijos. Se puede concluir que un eje fundamental en los aprendizajes de los niños, especialmente del hábito lector, es la familia. Actualmente a los pequeños no les gusta leer, dedican tiempo solamente a aquello que es entretenido para ellos, como pasar el mayor tiempo frente al computador o televisor. Se requiere crear estrategias en los colegios donde se utilice la tecnología en el fomento del hábito lector e instruir a los padres que la tecnología se debe potenciar de buena manera para el desarrollo integral del alumno más que solo como una entretención. Como todo cambio que afecta a nuestra sociedad tiene que ejecutarse de manera transversal, sin duda, la réplica es el método más antiguo y efectivo, nuestros apoderados deben “reencantarse” con la literatura y desde ahí transmitir ese gusto que además de ser una forma de desarrollo intelectual, puede también fortalecer los lazos familiares tan frágiles en estos tiempos, potenciando el paradigma que lo primordial no es la cantidad sino la calidad del tiempo entregado. Demás está decir que la importancia del lenguaje y del conocimiento se valora cada día más, principalmente en las culturas modernas y en vías de desarrollo como la nuestra. El lenguaje no solo define al ser humano, sino también a las relaciones fundamentales que establecemos con la realidad interior y con el mundo que nos rodea. La lectura constituye una actividad privilegiada de activación y enriquecimiento de habilidades lingüísticas y afectivas de los niños. Leer significa activar la imaginación, activar los procesos mentales, enriquecer el vocabulario, las estructuras gramaticales y narrativas, ampliar y organizar la adquisición de la información y desarrollar la comprensión de los mensajes escritos en distintos tipos de textos. Aquellos que leen, abren su mundo, pueden recibir información y conocimientos elaborados por otros en distintas realidades.