Las consecuencias de la violencia en el ejercicio de los derechos ciudadanos de la juventud hondureña FEDERACIÓN LUTERANA MUNDIA LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 1 © Centro de Estudios para la Democracia CESPAD, Tegucigalpa, Honduras. Agosto 2012 Diseño y diagramación: CESPAD Redacción del Informe: Gustavo Irías Facilitadores de Grupos Focales: Ana Lozano, Leandro Andara y Gustavo I. Umaña. El análisis y las conclusiones presentadas en este informe son responsabilidad exclusiva del CESPAD y no expresa la posición oficial de la FLM-Honduras, tampoco de las organizaciones juveniles participantes en los grupos focales. 2 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA Índice Introducción................................................................................................................................................................................ 4 1) Breve macro conceptual............................................................................................................................................ 5 2) La Violencia Criminal y la Juventud hondureña.................................................................................... 5 3) La juventud hondureña y la violencia estructural............................................................................... 8 4) Las consecuencias de la violencia criminal y la violencia estructural en el imaginario de la juventud.............................................................................................................................. 12 5) El futuro de la juventud entre el optimismo y pesimismo......................................................... 17 6) ¿Qué hacer? Un intento de aproximar algunas propuestas de políticas públicas..18 Bibliografía............................................................................................................................................................................... 20 Anexo............................................................................................................................................................................................. 22 LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 3 Presentación Un hecho universalmente reconocido son los altos niveles de violencia en Honduras. La población en su totalidad se ve afectada por este flagelo social, sin embargo, la juventud es el segmento poblacional que más reciente esta situación. La mayoría de las víctimas pertenecen a ese grupo social. Diferentes análisis se han realizado sobre las características de la violencia en el país y sus posibles causas; abundantes también son las propuestas de solución. No obstante, la tendencia de la situación de violencia es hacia el agravamiento, acompañado de la impunidad en el sistema de justicia y el deterioro del Estado hondureño. Entendemos que la violencia, como una concepción amplia, está relacionada con diversas dimensiones. Sin embargo, en este informe la limitaremos a dos variables: la violencia criminal y la violencia estructural expresada, esta última, en la pobreza y exclusión. El objetivo general del informe apunta a: “Identificar las consecuencias que tiene la violencia y la pobreza en el ejercicio de los derechos ciudadanos de la juventud hondureña, asimismo, proponer algunas alternativas de solución”. Desde el punto de vista metodológico, este informe se apoya en primer lugar, en datos estadísticos nacionales tratando de visibilizar como la juventud es afectada por el doble fenómeno de la violencia criminal y la pobreza/ exclusión. En segundo lugar, se respalda en una valoración cualitativa, recurriendo para ello a las voces de la juventud, registrando tanto sus miradas sobre su presente, como sus visiones del futuro. Para lograr lo anterior se organizaron y desarrollaron ocho grupos focales: a) con estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Tegucigalpa: un grupo focal con hombres y uno con mujeres. b) con integrantes de organizaciones juveniles de barrios periféricos también de Tegucigalpa: un grupo focal con hombres y uno con mujeres. c) con jóvenes (hombres y mujeres) de comunidades del departamento de Olancho y de Santa Bárbara. En cada zona un grupo focal con mujeres y otro con hombres. Se espera que este informe aporte al fortalecimiento del protagonismo juvenil, proporcionado información, elementos de análisis y desafíos en la necesaria articulación de las organizaciones juveniles en la construcción de una agenda propia hacia la transformación de la sociedad hondureña que, en el presente histórico, excluye y boquea las oportunidades de desarrollo integral de la juventud hondureña. Agradecemos el aporte solidario de la Federación Luterana Mundial (FLM)- Honduras; sin su apoyo este trabajo no hubiera sido posible. Tegucigalpa, noviembre del 2013. 4 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA 1) Breve macro conceptual En coherencia con otros estudios, Saraví señala que América Latina, en el marco del desarrollo del modelo neoliberal, ha experimentado un proceso de fragmentación y segregación social de su territorio determinado por el doble fenómeno de la violencia estructural (pobreza y desigualdad) y la violencia criminal. Esta situación plantea la emergencia de “nuevos pobres” provenientes de una clase media empobrecida, pero también el mantenimiento de los “viejos pobres” o pobres estructurales cuyas condiciones de vida se ven afectadas por una mayor acumulación de desventajas. En este proceso el sector más perjudicado es la juventud urbana y rural, en tanto sus oportunidades de insertarse en condiciones ventajosas en el mercado laboral son menores que las de sus padres, como una constatación general.1 La segmentación y segregación del territorio hace referencia al “espacio público”. Una definición genérica del espacio público es la siguiente: “(…) territorio de la ciudad (o poblado)2 donde cualquier persona tiene derecho a estar y circular libremente (como un derecho) ya sean espacios abiertos como plazas, calles, parques, etc. o cerrados como bibliotecas públicas, centros comunitarios, etc. (…) Considerando “sus distintas dimensiones: físico territorial, política, social y económica y cultural” (María de Lourdes García Vásquez). La configuración del territorio o del espacio público tiene una relación directa con el ejercicio de la ciudadanía de la juventud, en tanto que condiciona el ejercicio de los derechos cívicos, políticos, económicos y sociales. El grado de la calidad del espacio público (alta, media o baja) tiene que ver con la naturaleza del Estado y de su gestión pública. Aquí vale verificar si estamos ante un Estado democrático que responde a las demandas de su población o ante un Estado deteriorado y en crisis, con graves déficits democráticos. La hipótesis central de este informe es la siguiente: El modelo neoliberal ha debilitado la institucionalidad estatal e incrementado la pobreza, consolidando la histórica inequidad territorial y creando nuevos espacios de segregación social y, la vez, territorios vacíos de Estado, aprovechados por el crimen organizado. Esto ha deteriorado la calidad del espacio público y a la tradicional exclusión social se ha sumado el temor y el crimen, creando múltiples desventajas para que la juventud ejerza plenamente sus derechos ciudadanos (incluido el derecho al trabajo), refuerce sus identidades y esperanzas en un futuro mejor. En estas circunstancias, “Los espacios públicos se transforman -en el mejor de los casos- en lugares de tránsito, o directamente, se evitan y pasan a ser espacios “ciegos” de la ciudad, lo cual refuerza aún más su peligrosidad. Implica, asimismo, una pérdida de los espacios de interacción social, donde se construye identidad y pertenencia colectiva, favoreciendo el aislamiento y la pérdida de las redes sociales”.3 (Ver esquema 1). Como telón de fondo está la presencia de un modelo de crecimiento de “base angosta” que se caracteriza por bajas tasas de crecimiento económico que sólo benefician a una minoría de la población. El desempleo y subempleo de la mayoría de la población, en especial de la juventud, es el costo social más perverso de este modelo. 2) La Violencia Criminal y la Juventud hondureña En el país existe una amplia información estadística sobre el tema, producida principalmente por el Observatorio de la Violencia de la UNAH. De acuerdo con la información de los últimos ocho años (2005-2012) se han producido en el país 40 mil 668 asesinatos, cifra que se aproxima al costo social de un país en guerra civil; concentrándose el 63% de esas muertes entre los años 2009 y 2012 (Ver Gráfica No 1). 1Saraví, Gonzalo: “Segregación urbano y espacio público: los jóvenes en enclaves de pobreza estructural”. CEPAL, 2004. 2La cursiva es agregado nuestro a la cita. 3Rodigou, Maite: “Territorios prohibidos: La violencia hacia las mujeres en la ciudad”. Sf. Pág.2 LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 5 ESQUEMA 1 Esquema del ciclo de la violencia VIOLENCIA CRIMINAL Reproducción de patrones territoriales de exclusión Debilidad institucional y violencia estructural Derechos ciudadanos limitados Espacio público de baja calidad Nueva segregación territorial y espacios vacíos VIOLENCIA CRIMINAL Fuente: Elaboración propia. GRÁFICA 1 HONDURAS: Evolución del número de homicios, 2005-2012 8,000 7,000 6,000 5,000 4,000 3,000 2,000 1,000 0 7,172 2011 2012 6,239 5,265 4,736 4,473 3,262 2,417 2005 2006 2007 2008 2009 Años Fuente: Observatorio de la Violencia, UNAH. 6 7,104 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA 2010 “No resulta tan fácil establecer las causas determinantes de la violencia en Honduras, en todo caso son múltiples. Es una mezcla de pobreza y falta de oportunidades, en especial para la juventud; la presencia activa de bandas del narcotráfico que han hecho de Honduras un centro de operaciones, distribución y tránsito de la droga y otras actividades criminales (secuestro, trata de personas, sicariato, redes de prostitución y otras); la multiplicación de las maras con el incremento de la pequeña extorsión y el crimen; asimismo, la existencia de centenares de empresas de guardias privados al servicio de los señores de la tierra que ejercen justicia al margen de las leyes vigentes;4 un sistema penitenciario colapsado generador de violencia y muertes; patrones culturales como el machismo y la homofobia, pero en especial una institucionalidad estatal muy débil y deteriorada, incapaz de garantizar la vigencia del Estado de Derecho. El Estado ha sido secuestrado por una pequeña elite para promover sus intereses, desde donde mantiene intacto el actual “estatus quo”, expresado en un modelo económico- social excluyente e injusto”.5 Un hecho que debe resaltarse es que la juventud es la principal víctima de esta escalada de violencia (ver Cuadro # 1). En promedio el 47% de las víctimas se ubican en edades que oscilan entre 15-29 años. Esto significa que en el 2012 fueron asesinados 3, mil 371 jóvenes (entre hombres y mujeres). Del total de personas asesinadas entre el 2005-2012 aproximadamente 19, mil 114eran jóvenes; en otras palabras, cada ocho horas está siendo asesinado un joven en Honduras. Por otro lado, “Desde el 2005 hasta el 2012, la muerte violenta de mujeres mantiene una tendencia creciente (pasó de 175 muertes a 606 muertes de mujeres para el 2012) que representa un aumento de 246.3% en los últimos ocho años”. Se destaca que en el 2012 murieron asesinadas mensualmente un promedio de 51 mujeres (ver Cuadro # 2). En síntesis, la violencia criminal es una situación grave en el país, es por ello que organismos internacionales lo han ubicado entre el grupo de países más peligrosos del mundo. Esta violencia infringe uno de los derechos humanos esenciales como el derecho a la vida. Sin embargo, es manifiesta la incapacidad de la institucionalidad estatal para garantizar la seguridad de las personas. Lo más lamentable es que lo anterior se traduce en una impunidad que genera que muy pocos de los autores materiales y, en especial, los autores intelectuales de estos delitos sean capturados, procesados y condenados. Todo ello estimula el auge del crimen y la violencia. CUADRO 1 Honduras: Homicidios por grupo de edad Rangos de edad 2005 2007 2008 2009 2010 2011 2012 0-14 2% 2% 2% 1% 1% 1% 2% 15-29 46% 44% 48% 49% 48% 47% 48% 30-44 27% 30% 32% 32% 33% 34% 33% 45-59 13% 13% 12% 13% 12% 12% 12% 4% 4% 5% 4% 4% 4% 4% 60 y más Indeterminado TOTAL 8% 7% 1% 1% 2% 2% 1% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% Fuente: Observatorio de la Violencia, UNAH. 4Según un informe presentado, en Febrero del 2013, por el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre el Uso de Mercenarios de las Naciones Unidas, existen al menos 700 compañías de seguridad privada que mantiene en sus filas un promedio global de 70 mil guardias. Esta es una fuente para la infracción de los derechos humanos, que, al vez, refuerza un ambiente de miedo entre la población (http://www.ohchr.org/SP/ NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=13032&LangID=S) 5Irías, Gustavo. La Unión Europea y su estrategia de seguridad en Honduras. Balance crítico y propuestas de ajustes. DIPD, Septiembre de 2013. Pág. 11 y 12 LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 7 CUADRO 2 Muertes por homicidio de mujeres, por grupos de edad, número de casos Rangos de edad 2005 2007 2008 2009 2010 2011 2012 0-14 12 5 19 13 17 25 34 15-29 86 187 136 174 165 245 258 30-44 47 53 101 111 127 148 189 45-59 22 31 40 44 54 68 88 8 9 15 18 17 21 27 60 y más Indeterminada NÚMERO DE CASO 0 10 2 3 5 5 10 175 295 313 363 385 512 606 Fuente: Observatorio de la Violencia, UNAH. Los altos niveles de violencia y las evidencias del involucramiento activo de la misma policía en las acciones criminales han colocado en la agenda nacional, desde mediados el 2011, la reforma y depuración de la policía. Ante esta situación el Congreso Nacional ha aprobado diversos decretos tales como la creación de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), la constitución de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública (CRSP) y la Ley Especial para la Depuración Policial. Sin embargo, la depuración policial fue un fracaso durante el gobierno de Porfirio Lobo. Tal ha sido la ineficiencia de ese proceso que “La Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) ha investigado a 4, mil 300 efectivos policiales, pero de esa cantidad solo se han logrado separar a siete por distintas anomalías. Estos elementos, que representan la tercera parte de la fuerza policial, fueron sometidos a las pruebas de confianza y a quienes se les probó alguna irregularidad se les emitieron resolución para despido, pero en la mayoría de los casos no han sido aplicadas por la Secretaría de Seguridad. (El Heraldo 10 de noviembre 2013). Un informe interno de la CRSP6 estableció que en ese momento el 40% del total de la fuerza policial debería haber sido separado por los resultados obtenidos en las evaluaciones realizadas. La opinión ciudadana tampoco ha visto con optimismo el proceso. En la encuesta de Opinión Ciudadana del CESPAD (julio del 2013), los jóvenes eran más desconfiados que los adultos, así tenemos que apenas el 26% de los jóvenes consultados opinaban que el proceso de depuración policial estaba mejorando la situación del país, un mayoritario 63% pensaba que la situación seguía igual y el 8.8% restante consideraba que la situación había empeorado (ver Gráfica # 2). 3) La juventud hondureña y la violencia estructural Honduras es un país con profundas desigualdades heredadas de décadas atrás, sin embargo, en los últimos años se han profundizado en el marco de la implementación del modelo neoliberal. Medido por los niveles de ingreso, el 70% de la población se encuentra afectada por la pobreza. El 20% más rico de la población acapara el 60% del ingreso nacional y el 20% más pobre apenas percibe el 3% de ese ingreso nacional. En última instancia, lo anterior se explica por un modelo de crecimiento que ha priorizado la producción para la exportación concentrada en la maquila y en un reducido número de productos agrícolas. La dinámica de la economía hondureña es muy limitada, su crecimiento promedio, entre el 2009-2012, fue apenas de 1.9, inferior a la tasa de crecimiento de la población de 2.2% anual (ver Cuadro # 3), incapaz de asegurar amplio empleo y salarios dignos. 6CRSP. La Reforma de la Seguridad Pública. A un año de la CRSP: Retos y Desafíos, Febrero de 2013. Pág. 38 8 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA GRÁFICA 2 ¿Cree usted que con la depuración policial, la seguridad de los ciudadanos y ciudadanas? Mejoro Sigue Igual Empeora 62.7% 58.5% 28.6% 26.2% 9.7% 8.8% Jóvenes Adultos Fuente: CESPAD, Encuesta de Opinión Ciudadana, julio 2013. CUADRO 3 Crecimiento de la economía hondureña 2009-2012 (porcentaje) Concepto Crecimiento del PIB 2009 2010 2011 2012 Promedio -2.1 2.8 3.6 3.3 1.9 Fuente: BCH, Memorias Anuales Tan baja es la dinámica de la economía hondureña que las remesas o transferencias familiares de dinero enviado por los migrantes de los EEUU se han constituido en una de las principales fuentes de divisas (ingreso en dólares) del país. Estas han llegado a alcanzar el 30% del total, similar al monto de las exportaciones tradicionales y no tradicionales, igual que el monto exportado por la maquila y superior a la Inversión Extranjera Directa (IED). El bloqueo al desarrollo de un mercado interno, en especial, del sector de pequeñas y medianas empresas con adecuados niveles de productividad, capacidad competitiva y con condiciones de ofrecer empleos dignos, ha deformado y deteriorado el mercado laboral hondureño. En ese contexto el principal grupo poblacional afectado es la juventud hondureña. En este acápite limitaremos el abordaje de la violencia estructural al tema del acceso al empleo. La información sobre empleo juvenil está tomada de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de mayo del 2011. De acuerdo con esa encuesta el total de jóvenes ocupados (1,228,945) alcanzaba el 38% de la Población Económicamente Activa (PEA). Sin embargo, considerando el total de la población joven ocupada, solamente el 58% era población asalariada (710,098), el 20% eran trabajadores por cuenta propia LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 9 (248,301) que, en principio, implica el poseer un negocio propio en forma de microempresa que generalmente implica la obtención de ingresos precarios. Finalmente, el 22% eran trabajadores familiares no remunerados (270,546), es decir, trabajaban en negocios familiares pero no recibían una remuneración en forma monetaria (ver Gráfica # 3). Sin embargo, el empleo asalariado es precario e inestable. El 49% del total de jóvenes asalariados son subempleados. De estos, el 77% padecen de subempleo invisible, en otras palabras, son jóvenes ocupados que a pesar de trabajar la jornada normal o más horas no llegan a recibir por su trabajo ni siquiera el salario mínimo. El restante 23% son subempleados visibles, estos son jóvenes que ubicados formalmente en la categoría de ocupados no logran trabajar la jornada completa y tienen la necesidad y disponibilidad de trabajar más horas. A esto se debe agregar la infracción de los derechos laborales de la población joven asalariada: falta de contratos de trabajo, jornadas extenuantes, negación de la seguridad social, entre otros aspectos. Adicionalmente, el ingreso promedio percibido por los y las jóvenes tanto en su calidad de trabajadores asalariados o de cuenta propia siempre es inferior a la población mayor de 30 años (ver Gráfica # 4). Si esto se enfoca desde una perspectiva de género, se constatará que la situación es más difícil para las mujeres que para los hombres. Diversos informes de desarrollo humano del PNUD han evidenciado que a niveles de formación académica o profesional igual de hombres y mujeres, la remuneración salarial siempre es favorable a los hombres. En general, esta situación destaca las grandes desventajas que padece la juventud de insertarse en el mercado laboral y disfrutar de su derecho a un trabajo y una vida digna. Por otro lado, aunque en Honduras el desempleo abierto es bajo (no llega al 6% del total de la PEA) la juventud es la más afectada en esta situación, al grado que el 69% de los desempleados son jóvenes. En este caso se trata de personas que andan en búsqueda de una ubicación laboral y no la encuentran (ver Gráfica No 5). En realidad, estamos frente a una institucionalidad estatal fuertemente debilitada en su legitimidad social y política. Durante treinta años ha sido muy endeble para resolver la deuda social acumulada, pero muy fuerte para legislar a favor de un pequeño grupo de familias (exoneraciones, liberación de impuestos, etc.), así como para desarticular las protestas sociales de los diferentes sectores sociales excluidos. GRÁFICA 3 Juventud: Población ocupada por categoría (%) 2011 58 Asalariados Fuente: INE, EHPM, Mayo 2011. 10 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA 20 22 Cuenta Propia Trabajadores familiares no remunerados GRÁFICA 4 Ingreso Monetario Promedio, en Rangos de Edad Total Asalariados Cuenta Propia L. 6,882.27 L. 4,001.31 L. 5,074.50 L. 3,015.51 L. 768.79 L. 250.41 De 10 a 14 años De 14 a 29 años De 30 años y más Fuente: INE, EHPM, Mayo 2011. GRÁFICA 5 Población económicamente activa (PEA) desocupados, en rangos de edad 1% 30% De 10 a 14 años De 15 a 29 años De 30 años y más 69% Fuente: INE, EHPM, Mayo 2011. LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 11 4) Las consecuencias de la violencia criminal y la violencia estructural en el imaginario de la juventud En este acápite se expresan las reflexiones de la juventud consultada sobre las consecuencias de la violencia criminal y la violencia estructural en sus derechos ciudadanos. Son imaginarios diferentes que recogen percepciones de hombres y mujeres de la clase media universitaria, sectores pobres de barrios periféricos, así como de comunidades rurales del oriente y occidente del país. En esta consulta/conversación en grupos focales, la juventud identificó como principales consecuencias de la violencia en el ejercicio de sus derechos ciudadanos las siguientes: a) b) c) d) Perdida de la libertad de circular libremente Infracción del derecho a la seguridad pública Vulneración del derecho de las mujeres a un espacio libre de violencia Negación del derecho al trabajo. Algunas de estas consecuencias están interrelacionadas, pero para expresar con mayor claridad las miradas de los y las jóvenes participantes en esta consulta, se han dividido en los cuatro grupos anteriormente indicados. a) Pérdida de la libertad de circular libremente “Toda persona tiene derecho a circular libremente” (Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo 13.) Tanto desde las visiones de la clase media y de los barrios periféricos urbanos, así como de los poblados rurales se coincide que la violencia ha limitado el derecho de la juventud a circular libremente. Se reconoce que hay un antes (hace 10 años) y un después (hoy en día). Antes se podía jugar libremente en los parques, calles y plazas; igualmente se podía asistir a presentaciones artísticas o reuniones sociales en horas de la noche sin mayor temor. Algunas puntualizaciones de interés son las que siguen: • Se ha perdido la “libertad de ser joven”. En tanto, ya no es posible la circulación a cualquier lugar y hora que es parte “esencial del ejercicio de la libertad”. • Ahora uno tiene que preocuparse “como va a salir de la colonia, como va a ser el trayecto y como el regreso”. Desde la mirada de las colonias de clase media una constatación es la tendencia a “encerrarse uno mismo” y renunciar a la libre circulación con el establecimiento de los “barrios seguros”. Antes eran pocas las colonias encerradas, pero “ahora son la mayoría”. Asimismo, esto expresa el fenómeno creciente de la privatización de la seguridad. Sobre este aspecto un informe del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre el uso de Mercenarios, en febrero del 2013,7 estableció que en el país existen más de 706 empresas de seguridad y más de 70,000 guardias privados.“De alguna manera, esta situación facilita violaciones a los derechos humanos y sometimiento de las personas”, indica el Informe. La reflexión de los y las jóvenes es que los “barrios seguros” nos llevan “a un círculo vicioso, pues no conocemos ni siquiera quienes son nuestros vecinos, no socializamos, vivimos aislados, y esto incrementa la sensación de inseguridad”. La libertad de circular es limitada por “otros” y eso depende de la situación social en que se ubica cada informante. Tanto en la juventud de colonias de clase media y de barrios periféricos hay un “nosotros” y “ellos”. Desde la clase media esos “otros” son las pandillas, generalmente drogados o alcoholizados, que se han apoderado de determinadas esquinas de la ciudad o de la colonia donde no se puede circular, son los “puntos ciegos” que hay que evadir. 7http://www.laprensa.com.ni/2013/02/23/planeta/135761-seguridad-privada-alimenta-violencia 12 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA Desarrollo de Grupos Focales Grupo Focal en Tegucigalpa. Grupo Focal en Tegucigalpa. Grupo Focal en Tegucigalpa. Grupo Focal en Olancho. Grupo Focal en Olancho. Grupo Focal en Santa Bárbara. LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 13 Sin embargo, la situación de la juventud de los barrios periféricos resulta más dramática porque los y las jóvenes que no andan en pandillas “no pueden tener amistades con otros jóvenes, porque no sabemos qué cosas andan haciendo”. Resienten que “ni de día se puede salir con seguridad” y “hay que vivir con las puertas cerradas desde las 6 de la tarde”. Esto introduce mayores desventajas para un sector con serios bloqueos de integración social. No es muy diferente la situación en los poblados rurales. Para el caso, el relato de una joven del municipio de Macuelizo, Santa Bárbara, es muy revelador. Para ella: “andar por las calles en el día es muy peligroso. Antes con una pariente, una tía y unas amigas salíamos a caminar en las tardes; íbamos a otra comunidad, Azacualpa, y regresábamos todas sanamente. Ahora ya no tenemos valor de ir; no vamos porque pensamos que algo malo nos va a pasar. Usted ahorita va al parque y no hay nadie, no hay niños jugando, es por lo mismo”. El derecho a la libre circulación está gravemente limitado en el país. Esta situación alienta la privatización de la seguridad y el surgimiento de nuevos espacios como los grandes centros comerciales (“shoppings center” o “Moles”) considerados como espacios más seguros y de libre acceso a los sectores de clase media acomodada, pero restringidos para los sectores pobres considerados como “grupos peligrosos”. con lo que se incrementa la fragmentación social y la histórica exclusión de los sectores más desposeídos del país. b) Infracción del derecho a la seguridad pública El Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) define la seguridad ciudadana como: “aquella situación política y social en la que las personas tienen legal y efectivamente garantizado el goce pleno de sus derechos humanos y en la que existen mecanismos institucionales eficientes para prevenir y controlar las amenazas o coerciones que pueden lesionar tales derechos. El derecho a la seguridad ciudadana en un Estado Democrático y de Derecho consiste en un conjunto de garantías que debe brindar el Estado a sus habitantes para el libre ejercicio de sus derechos”8 La ansiedad y el miedo dominan a la juventud hondureña, sin importar su situación social. Las y los jóvenes confiesan que se han hecho “paranoicos” debido a que emocionalmente perciben situaciones de peligros en todo su entorno: cuando caminan por las calles, cuando asisten a clases, cuando se dirigen a cualquier evento social. El asunto, sostienen, es que “no nos sentimos seguros en ningún lugar”. Los periódicos continúan informando “sobre más muertes de jóvenes”, eso provoca “zozobra y desanimo” y nos lleva a “pensar lo peor”. Asimismo, una opinión muy arraigada en la juventud es la desconfianza en la institución policial. Esto se expresa en el conjunto de afirmaciones que siguen: • • • • • “La policía no representa una figura de protección, más bien se han convertido en una institución en la que uno tiene temor”. “No hay confianza en la policía porque hay corrupción, están involucrados directa e indirectamente en la violencia”. Las postas policiales existentes en barrios y colonias se consideran ineficientes. “Uno va a buscarlos y los encuentra dormidos; hay que esperar que se bañen, se cambien y busquen sus armas”. “A mi hermana la asaltaron frente a un policía y este no hizo nada, estamos, en realidad, indefensos”. “Me da miedo el hecho que llevan armas y realmente cuando uno actúa con violencia ante alguien violento se va a generar más violencia”. No obstante lo anterior, también se registran visiones que reconocen una “sensación de seguridad” cuando se encuentran policías y militares cerca. Pero, al mismo tiempo las y los jóvenes reflexionan: “si realmente existiera seguridad no sería necesaria la presencia de ese personal militar, además, si es con presencia militar que vamos a controlar la inseguridad, como podríamos cubrir de policías y militares los más de 112,000 Km cuadrados que tiene el país”. 8 IIDH. Seguridad ciudadana en América Latina. Una propuesta del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. San José, Costa Rica, 2000. Pág. 3-4. 14 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA Otra constatación que establecen los y las jóvenes es que “muchas zonas de Tegucigalpa están fuera de control del gobierno. Esta situación se presenta más clara en San Pedro Sula, ciudad donde casi toda la periferia es un territorio paralelo, sin control del Estado”. Desafortunadamente esta no constituye una falsa percepción de los y las jóvenes consultados para este informe. Esa situación es parte de la realidad de un país en donde el crimen organizado ha establecido zonas territoriales de control en diferentes zonas del territorio nacional. Ciertamente, “Honduras desde los primeros años de la primera década de este siglo XXI ha pasado a ser una pieza clave de la nueva geopolítica del narcotráfico internacional.9 Los tradicionales carteles de la droga de Colombia han sido sustituidos por los carteles mexicanos, transformado al llamado triángulo del norte centroamericano (Honduras, El Salvador y Guatemala) en la principal ruta de la droga, especialmente de la cocaína, del Sur de América a su principal mercado: Los Estado Unidos de Norteamérica. De esta manera el “triángulo del norte centroamericano” se ha convertido en uno de los lugares más peligros del mundo. Toda esta situación ha potenciado las maras, el crimen organizado y la extorsión en sus diversas manifestaciones (impuesto de guerra, secuestros, etc.)”.10 Hasta ahora, el Estado hondureño ha carecido de la capacidad, eficacia y voluntad de garantizar la seguridad ciudadana. La falta de seguridad ciudadana es considerada por la juventud hondureña como una de las consecuencias más significativas del actual ambiente de violencia que caracteriza al país, lo cual afecta de manera directa sus vidas en tanto obstaculiza el pleno ejercicio de sus derechos y libertades ciudadanas. c) Vulneración del derecho de las mujeres a un espacio público libre de violencia “Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y contará con la total protección de esos derechos consagrados en los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos. Los Estados Partes reconocen que la violencia contra la mujer impide y anula el ejercicio de esos derechos” (Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer “Convención de Belem Do Para”, Artículo 5, junio 1994). En este apartado se recogen especialmente las visiones de las mujeres jóvenes universitarias y de los barrios periféricos. Se trata de reflexiones sobre los riesgos de las mujeres en el espacio público. Las mujeres universitarias relatan que los pequeños robos de que son víctimas, (celulares, dinero, pertenencias personales) en los últimos años, van asociados a “abusos sexuales”. Una joven cuenta que la asaltaron en el Parquecito de Palmira, en Tegucigalpa: “iba caminando y de repente un tipo me abordó, me exigió que le diera el celular y el dinero que andaba. Antes de irse invadió con sus manos mis partes íntimas, lo cual resultó muy humillante”. En los barrios periféricos la situación es mucho más grave, al grado que las jóvenes de esos sectores afirman que “en este país ya no podemos vivir”, relatan que en sus colonias “andan tipos violando a las mujeres”. Además en estos barrios “los jóvenes metidos en maras” obligan a las muchachas “a andar (ser novias) de ellos, aunque ellas no quieran”. Si se niegan “las vigilan y corren el riesgo de todo tipo de violencia contra sus familias”. Además, “las manipulan, las mantienen intimidadas y sometidas a maltrato sicológico y físico”. Otro tema destacado por ambos grupos de mujeres es el trato de los policías. Las expresiones siguientes recogen esas percepciones: • “Al menos yo no me siento protegida por los militares, pues me ofende que me griten piropos y vulgaridades. Pienso que ellos son agentes de seguridad, como tales deberían ser respetuosos con uno y hacerlo sentirse segura, pero ocurre lo contrario” (estudiante universitaria). 9 Esta afirmación no debe interpretarse como que en Honduras anteriormente no ha habido actividad del narcotráfico. “En 1978, con el asesinato de los esposos Mario y Mary Ferrari, el país ya era mencionado como punto de escala en el tráfico de drogas del sur al norte de América, al tiempo que se conocían los nombres de militares vinculados al ilícito negocio” (ver. Mejía, Thelma. Génesis de la narcoactividad en Honduras, 2010). 10 Irías, Gustavo. Op cit. Pag 10 y 11. LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 15 • “Yo tengo un vecino que es policía, a mi hermana la asaltaron enfrente de su casa y los delincuentes la manosearon toda, pero el no hizo nada. Como vamos a tener seguridad sino hacen nada” (vecina de un barrio periférico). Generalmente se asocia la violencia contra las mujeres en los espacios privados. Para el caso, en el país existe una Ley Contra la Violencia Doméstica, pero la violencia en los espacios públicos va en aumento, en especial contra las mujeres jóvenes. En una investigación realizada a nivel de América Latina11 se han identificado dos formas relevantes de violencia en los espacios públicos que coinciden con lo arriba relatado, siendo estas formas: “i) Un mayor grado de violencia –física o verbal- en robos y asaltos, donde las mujeres señalan la existencia de la amenaza o posibilidad de abuso sexual o violación; y, ii) Las expresiones cotidianas de violencia sexual en el espacio público como insinuaciones sexuales, ser miradas como objeto sexual, chistes y burlas, o conductas invasivas de su espacio corporal como “los apoyos” o “frotamientos” en el transporte público”. Agregaron que, “son estas violencias que se experimentan o se perciben como amenazas ciertas, las que ejercen un efecto de restricción en el acceso y uso de la ciudad, y hasta de su propio barrio, y en ese sentido son limitantes de la ciudadanía de las mujeres en cuanto condicionan sus posibilidades de participar en la vida económica, cultural, social y política”. d) Negación del derecho al trabajo “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo” (Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 23). Una de las más perversas consecuencias de la violencia criminal es el desarrollo de nuevos procesos de fragmentación social, lo cual se expresa en la acumulación de desventajas de los barrios periféricos estigmatizados por amplios sectores de la sociedad. Esto da lugar a una mayor exclusión de viejos territorios empobrecidos. Desde la misma juventud de clase media, estos territorios o barrios son considerados como “fábrica de muchachitos que vienen a nuestra colonia asaltan, matan, venden droga y vienen a destruir nuestras vidas”. Estas valoraciones expresan una fuerte carga de temor mezclada de prejuicios y sentido de marginación para los más excluidos. Por otro lado, desde la juventud de los barrios periféricos que buscan una inclusión laboral resienten la “exclusión del barrio” por la sociedad global. En relación con ese punto expresan que: “por pertenecer a mi barrio, donde existe mucha delincuencia, ni siquiera mis papeles quieren recibir las empresas para considerar la posibilidad de un trabajo (…) mire hasta donde ha llegado la discriminación del barrio que hasta las puertas para un empleo se cierran”. Todo esto crea un círculo vicioso en los términos siguientes: el habitar en un barrio marginal, a pesar que un joven posea formación académica y habilidades para desempeñar un puesto de trabajo, significa tener menos oportunidades de inserción laboral y mayor es el espacio para su incorporación al crimen organizado, acorralado en un callejón sin salida. Desde los mismos barrios periféricos surgen reflexiones sobre este círculo vicioso en los términos siguientes: “El joven por no tener oportunidades de trabajar recurre a las pandillas, al asalto o el robo. Para estos barrios pobres la educación no tiene ningún valor, nadie nos quiere emplear, todos nos dan la espalda”. Esto ayuda a entender la profunda complejidad del problema de la violencia criminal y por qué las estrategias basadas en la militarización han fracasado en Honduras y América Latina. Es más, se puede afirmar que en la base de la violencia criminal que cada día involucra a centenares y miles de jóvenes está el otro tipo de violencia mencionada al inicio de este informe, la violencia estructural generadora de pobreza, exclusión y desigualdad. 11Rodigou, Maite. Op cit. Pags 2 y 4 16 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA Para reforzar esta reflexión, en un estudio de la CEPAL se establece que “La asociación entre atributos socioculturales y espaciales se constituye (…) en un mecanismo de exclusión, abriendo o cerrando las oportunidades de obtener un empleo, interactuar con otros, acceder a ciertos consumos (…) la estigmatización de los barrios y áreas donde se concentran los grupos pobres constituye una dimensión central de la segregación residencial, y es uno de los aspectos que se agrega a la pobreza estructural”.12 Sin embargo, el bloqueo al acceso a un empleo va más allá de la juventud pobre de los barrios periféricos y afecta significativamente a la juventud de clase media, tal como lo hemos visto en las estadística nacionales presentadas al inicio de este informe y como lo veremos en la reflexiones de los mismos jóvenes en el acápite siguiente. 5) El futuro de la juventud entre el optimismo y pesimismo Esta es la mezcla de percepciones de la juventud hondureña al proyectar su futuro. Sin embargo, existe una mirada unánime que el país está estancado o atraviesa un proceso de retroceso. Esta valoración cualitativa es consistente con los resultados cuantitativos de la Encuesta de Opinión Ciudadana del CESPAD de julio del 2013, cuando se preguntaba: ¿Diría Ud. que este país está progresando, estancado o en retroceso? De acuerdo a esta Encuesta para la mayoría de los y las jóvenes en un 97% el país está estancado (49%) y en retroceso (48%) (Ver Gráfica # 6). GRÁFICA 6 ¿Diría Usted que este país...? Está progresando Está estancado Está retrocediendo 55% 49% 47.5% 42% 3.5% 3% Jovenes Adultos Fuente: CESPAD, Encuesta de Opinión Ciudadana, julio 2013. 12Saraví, Gonzalo. Op Cit. Pág. 8. LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 17 Sobre este tema se presentan seccionadas las opiniones de los optimistas, por un lado, y los pesimistas, por otro lado. Los optimistas: • • “Es posible salir adelante en Honduras si uno tiene metas claras y si en el hogar le han inculcado valores sólidos” “Pienso que si es posible progresar en Honduras y tener una posición mejor que la que actualmente tiene mi familia. La clave es el estudio, por eso mi gran objetivo es graduarme, tener un título y un trabajo decente”. • “Soy una persona emprendedora, estoy estudiando, y si no logro conseguir un trabajo fijo, pienso que es posible establecer mi propio negocio. Sí creo que es posible progresar en Honduras” Los pesimistas: • • • • • • “La juventud está discriminada en el país. Uno estudia con la esperanza de encontrar un empleo; cuando sale a buscarlo lo que piden es experiencia, pero como va a tener eso, si apenas se acaba de graduar” “La única esperanza que existe es migar a los Estados Unidos o España. Aquí no hay futuro. Es preferible arriesgar la vida que quedarse en este país sin ninguna oportunidad”. “Aquí en las zonas rurales no hay muchas empresas que puedan contratar, al terminar de estudiar hay que irse a Tegucigalpa o San Pedro Sula, pero de 100 jóvenes que meten currículum tal vez 2 ó 3 consiguen empleo”. “Con la situación de inseguridad y de corrupción que vivimos, las empresas ya no invierten en el país, simplemente no existen fuentes de empleo”. “Aquí en Silca y Salamá (Olancho) la situación de las familias ha mejorado no por el gobierno o la dinámica de la economía. En realidad es poco lo que se produce: lo que ha mejorado la situación son las remesas familiares. En estos lugares es raro que un joven trabaje pues no hay empleo, pero pasa pendiente de las remesas” “Todo los que están aquí reunidos son estudiantes de esta zona rural. Ahora pregúnteles a ellos de que les sirve que se titulen si no hay empleo. Lo que pasa es que desde pequeños nos han metido la idea que la educación nos asegura el futuro, pero eso no es cierto” En realidad, hasta ahora, la educación en Honduras no se ha constituido en un factor de movilidad social para la juventud por varios factores: i) Baja calidad y segmentación del sistema educativo donde coexisten dos sistemas: uno público muy deficiente (para los pobres y clase media empobrecidas) y uno privado bilingüe (para los ricos y clase media acomodada). Esto crea oportunidades desiguales. ii) El modelo de crecimiento económico concentrado en la maquila, pocos productos de agroexportación y en los servicios financieros y el comercio son generadores de bajo empleo. Es por ello, que la mayoría de la población padece subempleo con ingresos precarios y sin beneficios laborales. El actual modelo de crecimiento concentrador y excluyente es un serio bloqueo para una sociedad de oportunidades. Resulta grave para el país que la mayoría de la juventud coloque su esperanza en un futuro mejor en salir del país en forma ilegal. Esto representa un alto costo humano y un capital social desperdiciado por el país, así como la perdida de la millonaria inversión del Estado hondureño en servicios de educación y salud. Otros caminos son posibles y hay que explorarlos. 6) ¿Qué hacer? Un intento de aproximar algunas propuestas de solución Mucho se ha conversado y discutido en el país sobre este tema. Sin exagerar, se ha acumulado una gran cantidad de papel, pero la situación del país y de la juventud no ha mejorado. Un asunto central puesto en el debate por Jordi Borja es que “Hoy los jóvenes son más víctimas de las causas excluyentes que rebeldes por terminar con ellas. Las expresiones de violencia no tienen fuerza transformadora. Si hay un problema de violencia hay también un déficit de conflicto social”.13 13Borja, Jordi. Espacio Público y Espacio Político. Alianza, Madrid, 2003. Pág. 33. 18 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA La cita anterior está llamando la atención sobre el protagonismo juvenil y la necesidad de una agenda para la transformación de la sociedad. En tal sentido, un desafío relevante es abordar los factores que explican y condicionan la falta de oportunidades de la juventud en el acceso a un empleo y salario digno y en general a tener derecho a una vida digna y plena. Estos factores están en la naturaleza del Estado actual y las características de la economía dominante en el país desde hace largas décadas. Esto requiere que la juventud incorpore en sus agendas dos puntos básicos: i) La transformación y democratización del Estado hondureño; y, ii) La diversificación y democratización de la economía. Se necesita un Estado y una economía que favorezca la inclusión de mujeres y jóvenes y, de esta manera, mejorar las precarias condiciones de vida de la mayoría de la población, garantizando la seguridad de todas las personas y un desarrollo humano integral. Esto en contraposición a aquellos sectores que se han beneficiado y se continúan beneficiando de un Estado excluyente y de una economía orientada al exterior. Ello exige la presencia activa de la juventud como un sujeto político y social que apunte a la modificación de los actuales balances de poder, que le son desfavorables actualmente. En otras palabras, ello exige la lucha de la juventud por ABRIRSE ESPACIOS en las instancias donde se toman las decisiones del país y de los municipios que afectan sus vidas (para el caso, en el Congreso Nacional, Corporaciones Municipales, partidos políticos, organizaciones sociales y otras). Lo anterior constituye un desafío de mediano plazo. Pero también existen desafíos de corto plazo que están relacionados con los pequeños y grandes problemas que enfrenta la juventud hondureña. En este aspecto, como punto de partida reconocer que la migración fuera del país, con todos los peligros que implica, no es una solución real y sostenible al problema de la exclusión y de la pobreza. Aquí un conjunto de desafíos: • • * • • • • • Fortalecer y multiplicar las organizaciones juveniles, estableciendo procesos de articulación, diálogo y propuestas conjuntas. Mantenerse informado sobre lo que pasa en el país y cómo afecta a la juventud. Impulsar acciones para recuperar el espacio público hoy perdido, mediantes del desarrollo de actividades artísticas y deportivas. Vencer el temor y miedo que afecta a la mayoría de la juventud. Demandar el derecho a un empleo digno al Estado, pero simultáneamente desarrollar emprendimientos económicos propios desde las comunidades, centros educativos y otros espacios que comparten los jóvenes. Intercambiar las experiencias positivas y multiplicarlas. Exigir del Estado una política pública que no criminalice a las y los jóvenes que son víctimas de un sistema de injusticia y exclusión. Rechazar las políticas orientadas a militarizar al conjunto de la sociedad hondureña, en tanto son políticas equivocadas que no atacan el problema principal generador de la violencia. Reclamar el derecho de la juventud a la seguridad pública, el que constituye un derecho humano esencial. Mantener un diálogo abierto entre las diferentes organizaciones juveniles, plural, diverso, sin discriminaciones, buscando las mejores soluciones para la problemática actual de la juventud. LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 19 Bibliografía 1) Banco Mundial. Crimen y violencia en Centroamérica. Un desafío para el desarrollo. 2011 2) BCH, Memorias Anuales, 2009-2012. 3) Borja, Jordi. Espacio público y espacio político. Alianza, Madrid, 2003. 4) Borja Jordi. Ciudadanía y Espacio Público. Sf. 5) CEPAL. La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir. 2010. 6) CESPAD. Bases para la Agenda de Transformación Democrática de Honduras. 2012. 7) CESPAD, Encuesta de Opinión Ciudadana, julio 2013. 8) CRSP. La Reforma de la Seguridad Pública. A un año de la CRSP: Retos y Desafíos, Febrero de 2013. 9) Garcia, Lourdes. Espacio Público. UNAM, Sf. 10) Irías, Gustavo. La Unión Europea y su estrategia de seguridad en Honduras. Balance crítico y propuestas de ajustes. DIPD, Septiembre de 2013. 11) INE. Encuesta de hogares de propósitos múltiples, mayo de 2011 12) Meiners, Stephen. América Central: Un actor emergente en el narcotráfico. 2009 13) OEA. Informe Sobre Seguridad Ciudadana en las Américas 2012. 14) Oyarvide, Cesar. El Fracaso de una estrategia: Una crítica a la guerra contra el narcotráfico en México, sus justificaciones y efectos. Enero-Febrero 2011. Nueva Sociedad No 231. 15) Rivera, Samuel. La Geopolítica del Narcotráfico y sus Implicaciones para la Democracia en Centroamérica (sf ) 16) Rodigou, Maite. Territorios prohibidos: La violencia hacia las mujeres en la ciudad. Sf. 17) Saraví, Gonzalo. Segregación urbana y espacio público: los jóvenes en enclaves de pobreza estructural. Revista CEPAL 83, agosto 2004. 18) UNODC Homicide Database 19) UNODC. Estudio Global sobre el Homicidio. Octubre 2011. 20) UNODC. Delincuencia Organizada Transnacional en Centroamérica y el Caribe. Una Evaluación de Amenazas (2012). 21) UNAH. Observatorio de la Violencia. Informes anuales. 20 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA ANEXO Listado de los grupos focales Grupo Mixto: hombres y mujeres. Barrios Periférico Nombre Lugar Grupo Colonia Los Pinos, mujeres Nombre Lugar Karen Rodríguez Colonia Los Pinos José Mejía Tegucigalpa Yasmina Huete Colonia Los Pinos Kevin Galo Tegucigalpa Vanessa Lagos Colonia Los Pinos Oscar Flores Tegucigalpa Bessy Meza Colonia Los Pinos Manuel Guzmán Tegucigalpa Angie Munguía Colonia Los Pinos Modesto Muñoz Tegucigalpa Nancy Osorio Colonia Los Pinos José Gómez Tegucigalpa Joselyn Moncada Colonia Los Pinos Noé Silva Tegucigalpa Melania Sánchez Colonia Los Pinos Alba Bonilla Tegucigalpa Keidyn Izaguirre Colonia Los Pinos Carol Bustillo Tegucigalpa Carlos Elvir Tegucigalpa Alberto Castillo Tegucigalpa Leónidas Romero Tegucigalpa Iván Sánchez Tegucigalpa José Espinal Tegucigalpa Grupo estudiantes universitarios, UNAH, hombres Nombre Carrera Carlos Varela Psicología Fredy Álvarez Psicología Rolando Mendoza Psicología Carlos Sánchez Psicología Brayan Montecinos Psicología William Chávez Psicología Tamy Mejía Psicología Waleska Herrera Psicología Susana Escobar Psicología Rosario Ártica Psicología Victoria Sierra Psicología Cintya Rivera Psicología Stefanny Rodríguez Psicología Grupo estudiantes Universitarias, UNAH, mujeres Nombre Carrera Paola Mejía Psicología Waleska Herrera Psicología Elida Escobar Psicología Edelyn Artica Psicología Victoria Sierra Microbiología Cintya Rivera Arquitectura Steffany Rodríguez JND-UNAH LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CIUDADANOS DE LA JUVENTUD HONDUREÑA 21 ANEXO Listado de los grupos focales Grupo Santa Bárbara, hombres Nombre Grupo Santa Bárbara, mujeres Lugar Nombre Lugar Eulin Banegas Macuelizo Jennifer Barrera Macuelizo Franklin Franco Macuelizo María Alfaro Macuelizo Nery Reyes Macuelizo Kenia Cartagena Macuelizo Henry Ramírez Macuelizo Tania Quiroz Macuelizo Sergio Ruiz Macuelizo Mirna López Macuelizo Edwin Franco Macuelizo Yadira López Macuelizo Carlos Ortega Macuelizo Lisbeth Mejía Macuelizo Juna Escobar Macuelizo Ángeles Suazo Macuelizo Franklin Ramírez Macuelizo Eunice Ramírez Macuelizo Jennifer Garay Macuelizo Josue Ramírez Macuelizo María Alfaro Macuelizo Kenia Cartagenal Macuelizo Tania Quiroz Macuelizo Mirna López Macuelizo Su López Macuelizo Jaqueline Mejía Macuelizo Ángeles Suazo Macuelizo Eunice Ramírez Macuelizo Josué Ramírez Macuelizo Grupo Olancho, mujeres Nombre Lugar Grupo Olancho, hombres Nombre Lugar Erick Lanza Salamá Ángel Zuniga Salamá Milton Matute Salamá David Zuniga Salamá Blas Lanza Salamá Oscar Romero Salamá Denis Solís Salamá Cristian Lanza Salamá Daniel Reyes Salamá Yosselin Obando Salamá Luis Jácome Salamá Alexa Castro Salamá Francisco Díaz Salamá Katiya Torres Salamá Tomas Acosta Salamá Lidia Castro Salamá Arlin Meza Salamá Olga Caballero Salamá Elizabeth Guilla Salamá Seily Meza Salamá Caren Maradiaga Salamá Lizida Meraz Salamá Denia Lobo Salamá Dilma Caballero Salamá Fany Obando Salamá Emy Solís Salamá 22 CESPAD: CENTRO DE ESTUDIO PARA LA DEMOCRACIA