A . ! O : . '. ' . DE HISTORIA NATURAL. 311 tícula de cieno> sus- costas recortadas por numerosos senos, bahías y ensenadas, protegidas á veces por elevados promontorios, que forman con. frecuencia abrigados puertos, puede competir en hermosura y exuberancia de vida con los más variados territorios de toda la región mediterránea, motivossuficientes para justificar la necesidad que los hombres, de ciencia venían sintiendo y á que alude el Dr. de Buen en el folleto antes citado, de establecer en Baleares uno de estos laboratorios, i Convencido él también de esta necesidad, estimulado por el deseo de dotar á nuestra patria de un nuevo centro de exploraciones biológicas análogo á los que Italia y Francia tenían establecidos en Ñapóles, Banyuls y Roscoff respectivamente, tomó á su cargo la empresa de conseguir la creación de uu laboratorio semejante en aquel archipiélag-o, y ya por lo acertar do de sus gestiones, ya porque tuviese la suerte de encontraren las altas esferas del Poder, y especialmente en el Ministerio de Instrucción pública, deseo de secundar su justísima aspiración, ya por ambas causas á la vez, es lo cierto que no tardó en.conseguir la disposición ministerial que creara en Palma de Mallorca el Laboratorio de que nos ocupamos y cuya dirección ha sido confiada, con plausible acuerdo, al diligente naturalista á cuya gestión debe su existencia. Quien tan buena maña se había dado para conseguir la primera materia, digámoslo así, para su interesantísima obra, la disposición ministerial que autorizara la inclusión en el presupuesto de gastos de la nación de una partida, siquiera excesivamente modesta, para este objeto, no había de poner menos empeño en lograr que su creación tuviese vida real y próspera para cumplir los amplios fines que desde un principio se propusiera. Empero la obra allí realizada es ciertamente superior á lo que hubiera podido imaginarse. El Laboratorio biológico-marino de Baleares cuenta ya desde el momento de su inauguración con local, medios y material apropiado, no sólo para satisfacer los pedidos de ejemplares vivos ó conservados que lehagan los establecimientos científicos (museos y laboratorios) sino también para que puedan instalarse simultáneamente con la debida independencia y comodidad, hasta seis ú ocho investigadores que verifiquen allí sus estudios biológicos.