El autoabastecimiento como estrategia de crecimiento del sector agrario Vinagre canario: un producto por revalorizar Entrevista con el presidente de ASPROCAN, Santiago Rodríguez La tecnología espacial llega a la agricultura El uso del símbolo RUP se extiende a varias producciones hortofrutícolas 1 s sumario 4 Agroreportaje Importar menos para crecer en autobastecimiento 10 Tomateros El sector del tomate en medio de una encrucijada 20 Viticultura y Enoturismo Vinagre canario: el perfume de los guisos 28 Hablamos con … Entrevista con el presidente de ASPROCAN, Santiago Rodríguez 30 Variedades con tradición Entrevista a Herminia Acevedo. El cultivo del azafrán en Buenavista del Norte 34 I+D+i Tecnología espacial aplicada a la agricultura 37 Actualidad Alumnos de la ULL podrán hacer prácticas en centros de ASAGA Canarias Edita: Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) Dirección y Redacción: Maite Díaz Diseño y Realización: diseñoCOMUNICACIÓNeventos Alberto Vallejo Carrasco Impresión: Graficas Tenerife Fotografía: Maite Díaz y Agustín Hernández Colaboradores: Javier Gutiérrez Foto portada: José Ramón Oller ASOCIACIÓN DE AGRICULTORES Y GANADEROS DE CANARIAS (ASAGA Canarias ASAJA) C/ Ramón y Cajal, 12 38004, Santa Cruz de Tenerife Teléfonos: 922 23 77 50 Fax: 922 22 99 82 40 Actualidad El bajo nivel de los embalses augura un verano difícil 46 Emprendedores El almendro como cultivo de empuje de la economía de La Palma 2 C/ Ramón y Cajal, nº 12 - 38004, Santa Cruz de Tenerife Teléfonos: 922 23 77 50 Correo electrónico: secretaria@asaga-asaja.com campocanario@asaga-asaja.com HORARIO DE LAS OFICINAS DE 8:00 A 15:00 DE LUNES A JUEVES LOS VIERNES DE 8:00 A 14:00 www.asaga.es e editorial ¿Por qué no algún día? U topía es el término que concibió el autor inglés Thomas More en el siglo XVI para definir en su obra una isla en medio del océano cuyos habitantes habrían logrado el estado perfecto de bienestar, paz y felicidad. Un lugar imaginario en ninguna parte que resultaba idílico y cuyo concepto ha servido desde entonces y desde diferentes ángulos para criticar, valorar, orientar y tener la esperanza de que la sociedad de cada época debe buscar un sentido más allá de la realidad (injusticias, guerras, desolación, desamparo o resquebrajo económico) que nos ha tocado vivir. En ese mundo ideal del que hablaba More, Canarias podría ser un territorio en el que la agricultura y la ganadería ocuparan un sector económico importante, con una aportación al PIB superior, donde el autoabastecimiento fuera uno de los motores de la alimentación local que nutriera no solo a los mercados interiores sino sirviera para reducir nuestra dependencia del exterior, ofertar una variada cantidad de productos hortofrutícolas de calidad, competitivos para exportación y que la explotación sostenible del campo diera hasta para generar agroindustrias de diversa índole que contribuyeran a la generación de empleo y riqueza para estas islas. Todo ello acompañado por una estructura corporativa agraria bien organizada, fuerte, sólida y profesional en la que los ingresos por trabajar la tierra y generar frutos fueran lo suficientemente altos como para no tener necesidad de estar respaldados por ayudas económicas europeas o estatales; ser agricultor o ganadero no fuera equivalente a pertenecer a un colectivo desfavorecido económicamente y el papel de las administraciones que gestionan este área se centrara en invertir en investigación, desarrollo, innovación tecnológica, emprendeduría, control de la bioseguridad y sostenibilidad. Aunque la visión pueda parecer demasiado irreal, hay países como Nueva Zelanda cuya experiencia les ha permitido convertirse en una de las regiones más avanzadas y eficientes del mundo en materia rural con un objetivo claro de presentarse como la imagen de una economía limpia y verde donde la agricultura contribuye de manera significativa a su crecimiento a pesar de la práctica desprotección estatal en materia de subvenciones hacia esta actividad desde los años 80. Pero Canarias no es Nueva Zelanda. La utopía de More no es aplicable a nuestra realidad. Es inviable por ahora producir sin respaldo económico porque nuestro sector agrario, lejos de ser considerado como actividad estratégica de futuro todavía por explotar, se subestima y se relega a un segundo plano a pesar de la importante función que desempeña en la alimentación, la mano de obra, la conservación del paisaje, la biodiversidad, la protección del medio ambiente y el atractivo turístico que estimula. Algo de lo que nos beneficiamos todos. Es inviable producir sin apoyos porque no tenemos los mecanismos, ni la legislación, ni las estructuras políticas ni financieras ni siquiera, el sentido común de todos que nos permitan dirigirnos con cierta autosuficiencia. Tal vez ocurra en un futuro pero no ahora. Duele pensar que en Canarias y en Madrid todavía hay quienes se cuestionan los apoyos agrarios que realmente son compensaciones a los productores locales. Primero por aspectos territoriales (inalterables porque la lejanía y la insularidad están reconocidas por Europa), en segundo lugar, por cuestiones coyunturales como las tensiones de mercados internacionales, los acuerdos comerciales o la pérdida de rentabilidad en determinadas circunstancias. Y como del dolor a la crispación va un suspiro, ASAGA Canarias lamenta que desde el Gobierno de Canarias se haya producido un borrón (no un recorte) en las cantidades comprometidas al igual que ha ocurrido en los Presupuestos Generales del Estado al marginar al sector agrario del Archipiélago eliminando el POSEI adicional para 2011, reduciendo a la mitad las ayudas al transporte de mercancías agrícolas y rebajando en más de un 26% las ayudas destinadas a obras hidráulicas en materia de desalación, depuración y saneamiento, sin conocer ni ser conscientes del perjuicio que supondrá para la supervivencia de la agricultura y la ganadería de las islas y, en concreto, para los subsectores de exportación como el del tomate o el ornamental de los que dependen muchos puestos de trabajo. Nuestras reivindicaciones no son caprichos. Somos conscientes de las dificultades y estamos dispuestos a negociar y arrimar el hombro pero, por su parte, los gobiernos deben medir con vara fina hacia qué acciones prioritarias y cuanto tiempo habrá que destinar, disminuir o eliminar la protección y cumplir los compromisos adquiridos en su momento con el sector, sobre todo, teniendo en cuenta que Canarias no es la Península y lo que puede parecer pretencioso desde el punto de vista de un territorio continuo con afluencia de ríos no lo es para Canarias, donde el agua es un recurso escaso e islas como Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura dependen de la desalación para consumo humano y para riego. No vale disculpas del tipo “yo no pongo porque tú no pones”. Los compromisos adquiridos fueron con el sector, no entre gobiernos. Que cada quien ponga lo que le corresponda y, el que no, ya nos veremos más adelante. Para el mes de septiembre de este año hemos quedado en sentarnos todos para estudiar la posibilidad de destinar una partida presupuestaria al POSEI adicional. Desde ASAGA Canarias esperamos que esa predisposición ministerial y del gobierno autonómico llegue a buen término. Mientras tanto hay que gestionar y administrar con eficiencia lo que tenemos y continuar dando pasos para que el futuro del sector agrario de Canarias no termine en el presente sino que se produzca la transformación para que lo utópico pueda ser algún día real. 3 Importar menos para crecer en autoabastecimiento Un estudio sobre la repercusión del POSEI en las RUP recomienda potenciar las producciones locales para sustentar la economía insular Incrementar la producción local como fórmula para diversificar la economía de las RUP, reducir la dependencia externa y garantizar una soberanía alimentaria es la defensa que hace un comité de expertos europeos encargados de realizar un diagnóstico para conocer la salud de los programas (POSEI y REA) que sostienen económicamente la actividad agraria de las regiones ultraperiféricas. La recomendación: reducir las importaciones de los productos más competitivos para contribuir al alza de sectores como el ganadero y el de frutas y hortalizas. “D isminuir el nivel de ayuda y el volumen del plan de previsiones REA para los productos que compiten con las producciones locales y dotar al POSEI de los medios suficientes (sobre la base de presupuestos nacionales y regionales) para permitir el desarrollo de los sectores agrarios en regiones ultraperiféricas como Canarias”, son dos de las recomendaciones que realiza un estudio elaborado, a petición de la Comisión Europea, por el gabinete francés de consultoría y asesoramiento sobre medio ambiente y desarrollo OréadeBréche después de examinar los programas, enmarcados dentro de la Política Agraria Común (PAC), destinados a favorecer el crecimiento de la agricultura y la ganadería como pilares de diversificación económica de estos territorios insulares. El REA debe priorizar los insumos agrícolas y las materias primas para transformación El estudio titulado Evaluación de las medidas aplicadas a favor de las regiones ultraperiféricas (POSEI) y de las islas menores del Mar Egeo en el marco de la Política Agraria Común, se centra en cuatro ejes principales: los efectos del REA sobre el abastecimiento, la cobertura de los sobrecostes y el efecto de la modalidad de “importación con exención de derechos de aduana”; la repercusión de las medidas en favor de las producciones agrícolas locales sobre la competitividad y la renta de los productores; la coherencia, complementariedad y consecuencia directa sobre el desarrollo y diversificación de las zonas rurales tanto del REA como del POSEI y la carga administrativa que conlleva la aplicación de estos dos instrumentos. 464 El REA es un sistema de ayudas a la importación cuya función es garantizar el abastecimiento de productos e insumos agrícolas y contribuir a paliar los sobrecostes asociados a la lejanía, insularidad y carácter ultraperiférico de las RUP. El efecto último del REA es impulsar el desarrollo económico y social de estos territorios gracias a la puesta en marcha de industrias agroalimentarias que generan empleo y hacen posible la competencia con la importación directa lo que abarata los precios de la cesta de la compra y reduce en algún porcentaje los costes totales de la ganadería. Según se refleja en el estudio, “los precios al usuario final no siempre están al nivel de los productos equivalentes a las metrópolis, pues las ayudas sólo compensan en parte los sobrecostes”. Aunque de momento no hay resultados concluyentes sobre los beneficios de este régimen en el caso de los alimentos del ganado destinados a Canarias, (al contrario que ocurre en otras regiones como Azores y Reunión donde el efecto del REA sobre los insumos ganaderos es positivo), en el ámbito del consumo directo parece que desde el año 2008 su efectividad es parcial, es decir, que contribuye en parte a aminorar el precio que paga el consumidor local por productos como la carne o la leche con origen en el exterior. son bajos en las RUP, pero que ni agricultores ni ganaderos aprueban al entender que la entrada al Archipiélago de productos agrarios procedentes de países extracomunitarios con arancel 0 supone un grave perjuicio y de “competencia desleal” en precio que afecta a la rentabilidad del sector. Para que los balances y niveles de ayuda del REA no frenen el crecimiento y desarrollo de las producciones locales, el informe hace hincapié en la necesidad de dar prioridad a los insumos agrícolas y los productos destinados a las industrias agroalimentarias (IAA), reducir gradualmente aquellas ayudas sobreestimadas del REA (las destinadas al consumo directo para que no ejerzan competitividad ni desequilibrios en precios con las producciones locales), simplificar determinados procedimientos de gestión y mejorar el método de seguimiento de la repercusión de este instrumento en el sector agrario del Archipiélago. Por sectores, la recomendación que se hace a los ganaderos es el desarrollo de los sellos de calidad de los productos locales para distinguirlos de los importados de tal manera que la recepción de las ayudas esté supeditada a la puesta en marcha de estos distintivos que aportan valor añadido. En este sentido, cabe recordar que ASAGA Canarias Los productos agrarios deben desarrollar los sellos de calidad como el símbolo RUP El presupuesto destinado a cubrir el REA se sitúa en 68,4 millones de euros anuales y los volúmenes de productos que se benefician de esta ayuda alcanzan en Canarias 790.000 toneladas. Una cantidad que se ha mantenido estable en las islas si se compara, por ejemplo, con lo que se ha producido en Madeira donde la importación de productos agroalimentarios se ha reducido en un 15%. El sistema permite al importador abastecer al mercado isleño con una doble entrada de mercancías, bien procedentes de la Unión Europea, limitadas en cantidades y ayuda, o bien originarias de terceros países para las cuales existe lo que se conoce como Importación con exención de derechos de aduana. Una modalidad que el estudio define como “interesante, ya que no está limitada por un presupuesto” y cuyos volúmenes tramitó y consiguió el año pasado la autorización para que las carnes y derivados locales de vacuno, conejo, cerdo, cabrito y aves de corral, que se comercialicen en fresco, puedan utilizar el símbolo de las regiones ultraperiféricas (RUP) como garantía de que el producto tiene procedencia canaria, es de calidad superior porque cumple con las normas de envasado, etiquetado y marcado, además de que las granjas deben estar inscritas en el Registro de Explotaciones Ganaderas (REG) y dedicar su actividad a la producción y engorde de ganado para ser sacrificados y posteriormente transformados en carne en mataderos autorizados. Este año ASAGA Canarias también ha conseguido que el sello RUP se haga extensible a las producciones hortofrutícolas. AgroRincón, empresa especializada en 55 el cultivo del aguacate así como de las cooperativas de Frontera, Fast y San Miguel que comercializan productos como la piña tropical, el mango, la papaya, la carambola, la papa, la naranja y el vino Viña Tamaide cuentan a partir de ahora con esta marca diferenciadora para que el consumidor sea consciente de que con la elección de estos alimentos no solo se protege la sostenibilidad del territorio -entendiéndose por este término el cumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad alimentaria, bienestar animal y sanidad- sino también la cobertura social, laboral y fiscal de quienes se dedican a esta actividad, algo que no siempre ocurre con los productos agroalimentarios de países terceros. Además de los sellos de calidad, el comité de expertos que ha elaborado el estudio apunta a que las ayudas destinadas a la ganadería deberían encauzarse en dos direcciones: hacia la industria y hacia el productor sin olvidar los subsectores que sufren la competencia de productos subvencionados por el REA y a los que habría que dotar de ayudas a través del POSEI para poder rivalizar con estos abastecimientos. La corrección de estos desequilibrios entre la producción local y la importada es una de las reivindicaciones en la que más insisten los ganaderos al considerar que un productor canario no puede competir en igualdad de condiciones con las producciones de fuera simplemente porque los costes aquí son superiores, sobre todo en lo que a insumos se refiere. Estos gastos hacen que un alimento como la carne local sea más cara para el bolsillo del consumidor y menos rentable para el productor. Dado que el sistema actual no garantiza un precio mínimo para el productor y que la producción local de forraje para consumo animal es ínfima, el sector demanda la modificación del programa REA para que se aprovechen mejor los recursos y evitar la devolución a Europa de partidas presupuestarias sin utilizar como ocurrió en la campaña de 2011 cuando se reembolsaron 7 millones de euros. Por otro lado, se considera necesario un aumento de la ayuda unitaria a todos los cereales y la reducción de las ayudas a los productos más competitivos con la producción local, al igual que aconseja el equipo de expertos que realizó el estudio. Por poner un ejemplo, en Canarias se destina un ayuda de 6,4 millones de euros anuales a la importación de 16 millones de kilos de queso tipo Gouda y tipo Manchego, dos de las variedades con mayor presencia en los mercados canarios y, por tanto, de las más comercializadas en virtud de un consumo generalizado a un precio asequible. Lo sorprendente es que el Archipiélago es la comunidad que más queso produce y consume de España y aún así el producto de fuera ocupa un lugar preferente en los puntos de ventas frente a los propios lácteos elaborados aquí. En un intento de responder a las demandas de los productores en lo que a la búsqueda de equilibrios con el REA se refiere, Ildefonso Socorro, viceconsejero de Economía y Asuntos Económicos con la Unión Europea del Gobierno de Canarias, señaló en una entrevista a CAMPO CANARIO que “desde el año 2006, el Ejecutivo Autonómico ha rebajado en un 25% las ayudas destinadas al consumo directo de productos importados que puedan resultar competitivos para las producciones locales como son las carnes y los lácteos sin transformar al tiempo que se ha aumentado el balance y la ficha financiera de los cereales importados para el consumo industrial y ganadero pasando de 7 a 31 millones de euros en la actualidad lo que beneficia a los consumidores, al sector industrial y al ganadero”. POSEI Por lo que respecta a las repercusiones que ha tenido hasta ahora el Programa en favor de las Producciones 66 4 Locales (POSEI), la integración de nuevos sectores (ganadería, plátano, vino, frutas y hortalizas) ha convertido a este instrumento de ayudas de las RUP en el primer pilar de la Política Agraria Común al garantizar la continuación y el desarrollo de las actividades agrícolas y contribuir de manera implícita al autoabastecimiento de territorios como Canarias. Las conclusiones a las que ha llegado el estudio después de analizar el efecto directo del POSEI en la agricultura y la ganadería de las regiones ultraperiféricas es que mantiene y desarrolla las producciones locales; mejora la competitividad y fortalece la estructuración de los sectores. No obstante, se reconoce que la eficacia de este programa es menor en lo que se refiere al mantenimiento de la cuota de mercado, limitada por la competencia de las importaciones y las difíciles condiciones locales. La radiografía que se hace de los diferentes sectores demuestra por ejemplo que el plátano en las RUP es el cultivo que goza de la mayor cuantía de ayuda procedente del POSEI (141 millones de euros anuales para Canarias) con unos resultados muy positivos pero sin la cual no sería rentable. Por otro lado, mientras también son eficientes las ganaderías de bovino y leche en regiones como Azores, aunque en menor medida, el sector de frutas y hortalizas, según los resultados del estudio, no se encuentra en un línea de acción tan positiva debido al bajo nivel de ejecución de las ayudas y las dificultades de determinados sectores de exportación como el del tomate. En este sentido, los expertos sugieren a los estados miembros con regiones ultraperiféricas (España, Francia y Portugal) que reconsideren la justa adecuación de los importes a las necesidades de aquellos sectores en crecimiento (frutas y hortalizas y ganadería). El POSEI mantiene las producciones locales, mejora la competitividad y fortalece los sectores Sobre los efectos del POSEI en la renta de los productores, en la mayoría de los sectores estudiados, las medidas de apoyo a las producciones locales desempeñan un papel esencial que permite mantener la renta familiar sobre todo en cultivos de exportación como el plátano y el tomate. Por tanto, una desvinculación de las ayudas sería nefasto para el sector porque provocaría “un retroceso de las producciones y una reorientación marginal hacia las pocas rentables, dentro del límite de la capacidad de absorción del mercado. De este modo se reducirían el autobastecimiento y la viabilidad de las industrias agroalimentarias, con pérdidas de empleo y una mayor dependencia de las compras exteriores”. Las acciones propuestas por el estudio para subsanar las deficiencias del Programa de Opciones específicas por Insularidad y Lejanía (POSEI) se centran en mantener las ayudas a los sectores estratégicos para el empleo; seguir con la reestructuración de los sectores; abandonar las ayudas a los compradores fuera del territorio en favor de las ayudas directas a los productores; apoyar las industrias agroalimentarias y hacer un seguimiento periódico tanto de la ejecución de estos programas como de su repercusión en el sector agrario. Por lo que respecta al sector de frutas y hortalizas, los resultados obtenidos de la evaluación demuestran que es necesario aumentar sus dotaciones. Aboga también por mantener un apoyo diferenciado a las organizaciones de productores para focalizarlo a la conquista de nuevos mercados; desarrollar las ayudas a la transformación; pagar al productor las ayudas a la exportación y permitir exenciones temporales a la norma que obligue a los productores asociados a vender la totalidad de la producción a través de las organizaciones de productores. En relación a estas propuestas, Hernán Tejera, director de Producción de la Cooperativa Cosecheros de Tejina señala que “en Canarias seguimos teniendo el mismo problema de siempre que se resume en el bajo grado de autoabastecimiento, que apenas llega al 10%. Esa invariabilidad de la producción y el consumo local justifica que necesitemos las ayudas procedentes del POSEI y tal y como señala el informe, que se aumenten las dotaciones para poder desarrollar este sector y poder mantener la competencia con las producciones del exterior. De lo 757 Mejorar la gestión contribuirá a un adecuado aprovechamiento de los presupuestos del POSEI 886 contrario estaríamos avocados a perder la poca actividad agraria que tenemos en las islas, algo que no se puede permitir dado el interés estratégico de la agricultura en nuestro Archipiélago”. Añade que “teniendo en cuenta que la oferta de producción local es escasa, está fraccionada y el diferencial de precios le deja poco margen de ganancias al productor, la única forma de competir en un mercado libre como en el que nos movemos es tener suficiente poder de negociación con las centrales de compra a través de las organizaciones de productores de frutas y hortalizas, las OPFH. De ahí que el objetivo sea llegar a una integración total de los productores en estas estructuras de comercialización para que la actividad sea más rentable, genere más beneficio y resulte atractiva para quienes estén interesados en introducirse en el campo como agricultores”. También aboga Tejera por promocionar las producciones y hacerlas competitivas aportándoles valor añadido mediante procesados como la cuarta gama (frutas y hortalizas lavadas, cortadas y envasadas listas para consumir), cada vez más demandados por los consumidores, de ahí la necesidad de apostar por industrias agroalimentarias altamente tecnificadas. “Otro aspecto a valorar sería la posibilidad de anticipar las ayudas del POSEI para el sector de frutas y hortalizas al igual que se hace en otros sectores y poder de esta manera negociar acuerdos con los bancos que beneficien a los agricultores”. Una de las medidas más controvertidas que sugieren los expertos analíticos sobre el POSEI es el fomento de las ayudas destinadas a la superficie más que a la cantidad producida, es decir, el establecimiento de lo que se conoce como pago único. En Canarias habría que evaluar la repercusión que tendría este tipo de ayuda, destinado estrictamente a la superficie, en relación con el incremento del autoabastecimiento ya que si se elimina el soporte económico a la suma de kilos producidos, la tendencia es que decaiga la producción local y por tanto se desvirtúe el objetivo para el que ha sido creado el POSEI. Independientemente de la forma en la que se tengan que recibir estas ayudas y, sin querer restarle importancia a este planteamiento, lo que está claro es que el estudio que ha realizado el comité de expertos de Oréade-Brèche, a petición de la Comisión Europea, pone de manifiesto la prioridad del sector agrario como parte importante del motor de la economía de Canarias. La diversificación hacia la agricultura y ganadería de manera profesional es un propuesta interesante teniendo en cuenta el enorme potencial económico, de creación de empleo y protección del paisaje que tienen estas dos actividades sin las cuales no sería posible algo tan básico como la alimentación. En esta línea, el sector agrario de Canarias está involucrado junto con el Gobierno Autónomo en la puesta en marcha de un proyecto estratégico de ordenación y planificación de la actividad agrícola y ganadera de las islas hasta el año 2020. Se trata de una hoja de ruta que busca, mediante la aplicación de una serie de medidas y directrices, la reactivación del campo desde diferentes frentes: la mejora de las zonas rurales, el incremento de rentabilidad de las explotaciones agrarias y, por ende, de quienes se dedican a esta profesión, el aumento de la producción en cuanto a niveles de calidad y eficiencia y, en definitiva, el posicionamiento de la agricultura y la ganadería como potenciales económicos por explotar. 97 10