210 A N A L E S D E HISTORIA N A T U R A L . (16) sobre todo varias fibras marginales ó limitantes de dichos ganglios, emiten colaterales que se ramifican y terminan entre las células. Juzgamos probable que las fibras progenituras de estas colaterales provienen de la corteza, cerebelosa. Fibras terminales.—Constituyen uno de los factores de cons­ trucción más importante de las olivas. Se trata de fibras espe­ sas que penetran por la circunferencia del ganglio, y de prefe­ rencia por el contorno externo y superior, y las cuales, después de varias dicotomías, acaban entre las células á favor de una rica, varicosa y fiexuosa arborización terminal. Las ramillas más finas son cortas, parten por lo común en ángulo recto, y se terminan por una varicosidad. El conjunto de cada arbori­ zación llena una gran parte del ganglio, á menudo, cerca de la mitad. A estas fibras terminales se debe principalmente el plexo nervioso intersticial que el método de Weigert-Pal denun­ cia en el interior de las olivas. Tocante al origen de estas fibras terminales, no podemos emitir una opinión definitiva, aunque nos sentimos bastante inclinados á considerarlas de proceden­ cia .cortical, es decir, nacidas de células de Purkinje. E n apoyo de esta conjetura viene la circunstancia de que dichas fibras no parecen llegar nunca por el camino de los pedúncu­ los, sino de la substancia blanca de las laminillas cerebelosas inmediatas. (Fig. 7, a y Ganglio cereíeloso-acústico de los mamíferos.—En los cortes de cerebelo (ratón) que corresponden enfrente del ganglio de Deiters del acústico, la oliva y el núcleo del techo se confun­ den hacia atrás, y parecen prolongarse hacia el bulbo m e - ' diante un rastro de células multipolares, generalmente de gran talla. Este grupo celular yace en el espesor mismo, ó si se quiere en el arranque cerebeloso del fascículo cereíelosoacústico descrito por varios autores. Las citadas células envían todos sus cilindros-ejes al mencionado fascículo, al cual se i n ­ corporan otras quizás procedentes de la oliva y del núcleo del techo. De todos modos, nos parece seguro que, si no la totali­ dad, la mayoría de las fibras del haz que junta el cerebelo'con l a r e g i ó n de origen del acústico, no proceden de los núcleos de Deiters y de Bechterew, como quiere Kólliker, sino de los g a n ­ glios cerebelosos, particularmente del grupo celular antes cita­ do. Estas fibras se bifurcan cerca del núcleo de Deiters y s u ­ ministran colaterales que marchan en dirección de dicho