Amanda Ramos Alejandra Ramírez 34 El pasado 5 de junio, un incendio en la guardería ABC, ubicada al sur de la ciudad de Hermosillo, Sonora, provocó la muerte, hasta ahora, de 48 niñ@s. Se trata de uno de los agravios más dolorosos y cruentos que ha enfrentado nuestro país en últimas fechas. Una grieta más en la estructura que sostiene la opulencia arriba, a costa de la muerte abajo. Es otro indignante sufrimiento, que nos exige trabajar porque al fin el muro se desmorone. Poco después de iniciado el fuego quedaron en evidencia varias de las causas. La estancia infantil era un bodegón habilitado como guardería, que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad: operaba frente a una gasolinera, al lado de un gran taller de llantas y se encontraba separada por una débil pared de aglomerado de una bodega que contenía papelería del gobierno del estado y en donde comenzó el incendio. Además, el lugar no contaba con salidas de emergencia ni extintores. El desastre es resultado de una cadena de hechos de corrupción en los que participaron los tres niveles de gobierno. Tanto el gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, como el alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, son las autoridades máximas responsables de la seguridad y protección de la población. Por lo tanto, son ellos quienes debieron negar la licencia de funcionamiento o clausurar la guardería. Ambas estructuras de gobierno certificaron que la guardería ABC contaba con todas las condiciones para operar sin correr ningún riesgo, pues con ello se beneficiaba a los propietarios del establecimiento, todos vinculados con el poder político. Entre los dueños de la estancia infantil se encuentran: Alfonso Escalante Hoeffer, Subsecretario de Ganadería del gobierno sonorense y cuñado de Ricardo Mazón Lizárraga, un empresario muy cercano al gobierno de Bours; Sandra Lucía Téllez Nieves, esposa de Alfonso Escalante; Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, prima de Margarita Za­ vala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa; Antonio Salido, esposo de Mar­cia y Director Admi­ nistra­tivo de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano; y Gildardo Francisco Urquides Serrano, secretario de Finanzas del Comité Estatal del PRI y empresario inmobiliario y turístico. También hay responsabilidad del gobierno federal. La guardería ABC pertenecía al sistema de estancias infantiles concesionadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y apoyadas económicamente por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Como otras estancias infantiles, la guardería ABC incumplía con las normas y lineamientos de operación establecidos por el IMSS, pero contaba con autorización para funcionar. Esto es posible porque el IMSS subroga (o sea, deja que escuelas particulares —cuando menos así está estipulado— le vendan el servicio al IMSS) el servicio de guardería, una de las cinco ramas de la seguridad social, a los particulares por asignación directa o discrecionalmente y no mediante licitación o concurso. Días después del incendio, El Universal dio a conocer que familiares del gobernador sonorense son propietarias de por lo menos 13 guarderías subrogadas del IMSS. La subrogación del servicio de guarderías a particulares, aunada a la corrupción y al influyentismo, edificaron un jugoso negocio para los de arriba y “guarderías de muerte” para los de abajo. Ahora bien, si está claro que los responsables de este crimen son los poderosos, el gobierno hecho negocio, la decadencia de la clase política y la impunidad que reinan en nuestro país, la muerte de estos 48 niños representa algo más. Representa, entre otras cosas, el abandono de cualquier compromiso social del Estado a favor de los dueños del dinero. Este crimen se debe enmarcar dentro de lo que los compañeros zapatistas han venido denunciando desde hace más de diez años: el gobierno federal, así como los gobiernos estatales y municipales, sin importar cuál sea el partido político que los encabeza, no están más que para favorecer los intereses económicos de los dueños del dinero. Y lo que está sucediendo en el Seguro Social lo demuestra. Un gran negocio… para unos cuantos El Informe del IMSS 2008, revela que en el sexenio de Vicente Fox el número de guarderías ordinarias del Instituto se mantuvo en 134, mientras que las subrogadas se duplicaron, al pasar de 765 a mil 427. En el 2007, la coordinadora nacional de Guarderías del IMSS, Dora García Kobeh, informó que el IMSS destinaría ese año cuatro 35 mil 432 millones de pesos para el pago de contratos por tres años con esas instancias, que se comprometen a prestar el servicio a madres trabajadoras. García Kobeh apuntó que por ningún motivo esas guarderías pueden cobrar el servicio extra y, si lo hacen, los padres pueden interponer una queja, la cual será investigada. La sanción llegaría hasta la rescisión de dicho contrato. La realidad es que en todas estas guarderías se cobra por horas extras y ninguna ha sido cerrada ni multada. La funcionaria indicó que el presupuesto que se prevé para cada niño en esas guarderías es de dos mil 500 pesos mensuales, y la capacidad que tienen esos centros es de hasta 200 menores. Imagínese si no es un gran negocio para los dueños de estas guarderías: el gobierno les paga 2 mil 500 pesos por cada niño y ellos, además, les cobran a los familiares por horas extras. ¿Y cómo se le hace para obtener un negocio de éstos? El proceso de asignación a particulares del 85.5 por ciento de las guarderías subrogadas a nivel nacional, ha sido operado sólo por dos funcionarias del Instituto Mexicano del Seguro Social. Se trata de la ex coordinadora de Guarderías, Dora Isabel García Kobeh, y de la actual coordinadora y ex legisladora panista Carla Rochín Nieto. La normatividad del servicio de guarderías faculta a directores nacionales y estatales de prestaciones económicas y sociales, a delegados y a coordinadores regionales para solicitar la apertura de estancias infantiles, con base en los criterios marcados en el artículo 204 de la Ley del Seguro Social: “…por zonas convenientemente localizadas en relación a los centros de trabajo y de habitación, y en las localidades donde opere el régimen obligatorio”. Sin embargo, de acuerdo a los contratos divulgados por la dependencia, García Kobeh y Rochín Nieto aparecen como solicitantes directas de mil 225 de las mil 432 guarderías que han sido subrogadas por el Instituto desde 1984, año en que se dieron las primeras adjudicaciones en los estados de Colima, estado de México, Michoacán, Puebla y Tlaxcala. Ambas han sido las encargadas de elegir con quiénes se firmarían los convenios de subrogación. Sorprende de manera específica el caso de García Kobeh —hoy desaparecida—, quien acaparó las peticiones de apertura de 1984 a agosto de 2007 36 y operó la adjudicación directa de mil 160 guarderías del total nacional. Rochín Nieto, su sustituta, ha solicitado de agosto de 2007 a junio de 2009, 143 concesiones: 65 le fueron aprobadas —sólo 25 bajo licitación pública— y 78, en proceso, le fueron suspendidas a raíz de la tragedia en la guardería ABC de Hermosillo, y “para considerar medidas adicionales de protección civil”. Rochín fue diputada federal por el PAN en la LIX Legislatura, de 2003 a 2006. Ahí fue compañera muy cercana de Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa de Felipe Calderón, quien tras su arribo al poder la nombró directora general de Culturas Populares, hasta mediados de 2007, cuando se le trasladó al IMSS. ¿A quiénes les dieron el negocio estas dos funcionarias? Treinta y tres días después que el incendio en la guardería ABC de Hermosillo, subrogada por el IMSS, causara la muerte de 48 niños, el director del IMSS, Daniel Karam, bajo presión social, hizo públicas las listas de los dueños de las estancias infantiles. En el listado, que fue puesto en la página de internet del instituto, aparecen los nombres de políticos y familiares pertenecientes al PRI, PAN y PRD. Empresarios, políticos y funcionarios de todos los niveles y en los tres órdenes de gobierno figuran como propietarios o socios. En la lista, aparecen apellidos de gobernadores y ex gobernadores, parientes de líderes sindicales, alcaldes, ex dirigentes de partidos, legisladores o ex legisladores. Aquí le van sólo unos cuantos de una lista de miles. Tarcisio Torres Calderón es presentado por el IMSS como representante legal y socio actual —junto con Guillermo Torres Calderón— de la guardería infantil Sol, SC, ubicada en el estado de Michoacán. La Presidencia de la República confirmó que se trata de un primo hermano del presidente Felipe Calderón. En Guanajuato, figura el nombre de José Fox Quesada, hermano del ex presidente Vicente Fox, como socio actual de la guardería Casa de Apoyo a la Mujer, AC; en este mismo establecimiento, Martha Lucía Mícher Camarena, directora general del Instituto de las Mujeres del gobierno del Distrito Federal, aparece como socia original y representante legal original. En este mismo estado, Óscar Medina Plascencia, hermano del ex gobernador panista de la entidad, Carlos Medina Plascencia, aparece como socio actual de las guarderías Estancia Integradora para el Desarrollo Infantil y Estancia Infantil Girasol. También son socias Claudia Medina Padilla y Martha Lorena Medina Padilla, hijas del político panista. Familiares directos del ex director del IMSS, ex gobernador de Zacatecas y ex legislador, Genaro Borrego Estrada, son socios de una guardería subrogada. Según la información entregada, Mónica Borrego Estrada, hermana de Genaro, es representante legal y directora de la Guardería Querubines SC, de Zacatecas. La familia Borrego Estrada también posee una guardería subrogada en Aguascalientes. Se trata de la Guardería Jedi, de la cual María del Pilar Borrego es representante legal. En el mismo estado de Zacatecas, Nicolás Castañeda, secretario de Desarrollo Económico del gobierno de la perredista Amalia García, es socio de dos estancias infantiles. En Morelos, Rocío Labastida Gómez de la Torre, hija de Francisco Labastida, ex candidato presidencial del PRI, aparece como socia de la guardería Centro de Estudios del Nuevo Siglo. Su socia, María Guadalupe Ruiz del Río, es actual consejera electoral del Instituto Estatal Electoral. En Yucatán, la madre de la ex presidenta nacional del PRI, Dulce María Sauri Riancho, aparece como una de las socias actuales de la guardería Servicios Asistenciales, Educativos y Recreativos. En Quintana Roo, Eduardo Lacarra Zurita, yerno del actual coordinador de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, aparece en la lista del IMSS como el representante legal original de la estancia infantil Centro Educativo Mundo Feliz. En Chihuahua, la esposa del alcalde panista de la capital del estado, una virtual diputada federal del PRI, un diputado federal del PRI en funciones, funcionarios del municipio de Juárez, ex funcionarios federales y ex alcaldes, y hasta el esposo de María de los Ángeles Félix Bours, figuran como socios o ex socios de guarderías subrogadas por el IMSS. En Querétaro, la esposa del virtual diputado federal plurinominal por el PRI, Jesús Rodríguez Hernández, además de dos de sus hijas; el ex candidato a presidente municipal de Querétaro por el PRI, José Francisco Alcocer Aranda, aparecen como socios de guarderías privadas a las que el IMSS ha subrogado la prestación del servicio. En Guerrero, políticos del PRD, Convergencia y ex panistas, así como sus familiares, son los dueños de al menos 14 guarderías subrogadas del IMSS. En Coahuila, políticos y funcionarios públicos, como el senador del PAN, Ernesto Saro Boardman y el secretario ejecutivo del Voluntariado Estatal, Tomás Gutiérrez Morales, son socios fundadores de la guardería del Club Rotario de Ramos Arizpe, AC. En Culiacán, Sinaloa, una guardería le fue subrogada por el IMSS al candidato del PAN por el séptimo distrito electoral, de Culiacán, Eduardo Leysón Castro. En Campeche, la guardería La Casona todo para Niños fue adjudicada a la esposa del entonces gobernador José Antonio González Curi. 37 Dueños de guarderías subrogadas que nada tienen que ver con la clase política, denunciaron irregularidades también en los procesos de licitación: privilegios a proyectos de construcción, más que educativos y prebendas a quienes ofrecen mayores descuentos, horarios más amplios y locales provisionales en zonas de alta demanda, están entre las anomalías denunciadas por la prensa. “Aunque antes las adjudicaciones eran directas, se ofrecían a instituciones involucradas en el ámbito educativo como preescolares y escuelas que sobresalían por su método de enseñanza, ahora bastan proyectos de construcción”, delató la dueña de una guardería en Colima. Y acusó: “Si dos o más proyectos empatan, se van a un criterio de desempate en el que gana quien ofrezca el mayor descuento por cuota-niño al IMSS y otorgue, además, algún plus como un horario más amplio, lo que tiende a forzar las condiciones y el ambiente de trabajo; se obliga al personal a cumplir con jornadas mayores a ocho horas y se desploma la calidad del servicio”. En las convocatorias de licitación se detalla el punto geográfico donde el IMSS requiere una guardería, “lo que limita la búsqueda de un buen inmueble y se presta a levantar guarderías con materiales ligeros, con techos de lámina y muros de falso plafón; ha habido ocasiones en las que dan cuadros geográficos donde sólo hay colonias nuevas del Infonavit, donde se encuentran sólo casas pequeñas que no dan las medidas ni cubren requisitos para una estancia”. En estas circunstancias, “ganan la licitación personas que cuentan con recursos económicos, pero que no saben nada de educación ni de desarrollo infantil”. No hay duda, los empresarios y sus socios de la clase política son los grandes beneficiarios en este gran negocio. Reciben el permiso para abrir, pues entre ellos mismos se los otorgan; reciben dos mil 500 pesos mensuales por cada niño; cobran además con mil pretextos a los familiares; no invierten ni en buenas instalaciones ni en personal calificado; gracias a la corrupción, de la que son parte, no se preocupan por los procesos de verificación que deberían de existir para obligarlos a que los niños tengan las mejores condiciones educativas, materiales y humanas mientras estén en la guardería, total, de lo que se trata es de ganar dinero, los niños son sólo un pretexto, parte del negocio pues. 38 ABC, un botón de muestra de todo un sistema Roberto Zavala y Martha Lemas Campuzano son los padres de Santiago de Jesús Zavala Lemas, de dos años. Ellos cuentan que a partir de que Martha entró a trabajar, tuvieron la necesidad de buscar una guardería. A finales del año pasado, Santiago ingresó a la estancia ABC. Roberto trabaja en la planta Ford, no para la empresa automotriz, sino para una compañía subsidiaria de pinturas. Martha atiende a clientes que realizan compras por teléfono en Estados Unidos. A las 23:30 horas de ese 5 de junio, Martha y Roberto, después de un ir y venir por hospitales y por la morgue, identificaron a Santiago, quien había muerto durante el siniestro. En el examen de esta tragedia no debe eludirse el lugar y la relación de todos los involucrados. Roberto y Martha son trabajadores y mientras éstos vendían su fuerza de trabajo para poder vivir, Santiago era cuidado en una guardería que pertenecía a particulares corruptos ligados a la clase política. Para Martha y Roberto, el servicio de guardería es un derecho como trabajadores, para los dueños de la estancia infantil ABC, es un negocio. Desde agosto de 2006, el gobierno del estado de Sonora comenzó a cerrar distintos centros de desarrollo infantil operados por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal, y se daba paso a la operación de 28 “casas de apoyo”, un servicio prestado por particulares en sus casas. Hace apenas unos meses, el gobernador Eduardo Bours, también propietario de la empresa Bachoco, cerró la guardería más importante de Hermosillo, nombrada Caperucita Roja. El terreno sobre el que se encontraba este centro del DIF fue expropiado por el gobierno y la guardería se demolió para construir un paso a desnivel que cruzara la principal arteria de Hermosillo. Éste fue el primer paso para impulsar un corredor comercial, es decir, se apoderaron de los terrenos de la guardería para fines comerciales. Pero el negocio fue redondo, los niños que eran atendidos en el centro Caperucita Roja fueron trasladados a una estancia particular, conocida como ABC. La periodista Silvia Núñez Esquer detalla que la guardería ABC estaba ubicada en la colonia “Y Griega”, una colonia popular en donde siempre se han tenido problemas con el polvo y el humo, en donde han proliferado “hoteles de paso” y se han instalado bodegas, talleres y estacionamientos de tráilers. Dicha colonia está “cerca del parque industrial más grande de Hermosillo, el tránsito foráneo por fuerza recorre su periferia en el camino del norte al sur. Mujeres trabajadoras de la maquila, algunas madres solteras, son quienes habitan el rumbo y, por ende, quienes buscan un lugar seguro para dejar a sus hijas e hijos cuando van a trabajar”. Para impulsar una zona comercial, más de la mitad de l@s niñ@s que estaban en un centro del DIF, en la antigua guardería Caperucita Roja, fueron trasladados a la empresa ABC, a un lugar sin las mínimas condiciones de seguridad. Sólo el desprecio explica que se priorice el beneficio económico de los empresarios por encima de la vida y seguridad de l@s niñ@s sonorenses. L@s hij@s de l@s trabajadores que requieren el servicio de guardería son totalmente sacrificables, su vida y seguridad no valen para los de arriba, para la clase política y los empresarios. Y menos cuando estorban en sus proyectos económicos. De tal manera, se avaló la sobrepoblación de infantes en la guardería ABC. Una bodega adaptada como guardería que, como ya dijimos, compartía pared con un taller de llantas y con un almacén de la Secretaría de Hacienda de la administración estatal y, por si fuera poco, se encontraba enfrente de una gasolinera. Esta guardería improvisada no contaba con ventanas, ni patio; apenas tenía una pequeña puerta de emergencia; el plafón, era de lámina recubierta de poliuretano, material inflamable que provocó que en segundos el fuego cayera sobre l@s niñ@s. La guardería no era una construcción especial para el cuidado de la infancia. Para que el negocio fuera más redituable, los propietarios de la guardería redujeron los gastos, por supuesto, a costa de la seguridad y la vida de l@s niñ@s. Nuevamente, la ganancia por arriba de la vida, la vida de 48 bebés que el Estado mexicano estaba obligado a cuidar y proteger. La tragedia de la guardería ABC es un crimen que no sólo muestra la podredumbre de arriba, la corrupción, el influyentismo, la explotación, el despojo, el desprecio y la muerte; también enseña lo que hay abajo: dignidad, solidaridad y mucha rabia. Nuevamente, la sociedad rebasó a todas las instituciones del Estado. En pleno incendio, y dado que los cuerpos de rescate tardaron mucho en llegar, los peatones y empleados de la gasolinera que se encontraba enfrente comenzaron las labores de rescate. Los héroes de ese día fueron los ciudadanos que arriesgaron sus vidas para salvar a l@s niñ@s que pudieron. Entre estos ciudadanos está un muchacho que, con su camioneta, tumbó las paredes para abrir varios huecos, por donde salió mucho humo, lo cual posibilitó sacar a más niñ@s. La respuesta y el apoyo de l@s sonorenses fueron inmediatos, por ejemplo, días después de lo ocurrido y ante la falta de resultados, los blogueros comenzaron a convocar a un movimiento ciudadano mediante el Internet. En estos espacios virtuales se recogen testimonios y se da seguimiento a los acontecimientos e injusticias que continúan viviendo las familias afectadas. En estas páginas digitales se puede leer la indignación, el coraje y la rabia de much@s mexican@s por lo sucedido. También se aprecia una gran solidaridad, un gran amor que intenta acompañar el profundo dolor de los padres. A estos blogs fueron llegando cada vez más comentarios y se fueron sumando propuestas de l@s ciudadan@s. Mediante estas páginas se convoca a participar en marchas, actos de protesta y actividades para recaudar fondos para l@s niñ@s que todavía continúan hospitalizados. Todo este apoyo y solidaridad fue creciendo y conformando un movimiento que hoy se conoce como 39 “Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio”, cuyo juramento solemne es: “No descansaremos hasta ver juzgados y condenados por este horrendo crimen a todos los verdaderos culpables”. A un mes de la desgracia y en la quinta marcha para exigir justicia, el Movimiento 5 de junio señaló: “La herrumbrosa maquinaria encargada de la procuración de justicia, tan ágil cuando de perseguir luchadores sociales y pobres se trata, ha demostrado hasta la ignominia la falta de voluntad política de los gobernantes y su completa inoperancia para castigar a los culpables de este espantoso crimen”. En un Manifiesto a la Nación se preguntan: “¿Qué es lo que tenemos después de un mes? Nada. Tenemos un Estado que fracasa en la salvaguarda del tesoro más preciado de toda nación, que es su niñez. Tenemos un Estado fallido. Tenemos un presidente de la República que dicta a su procurador de justicia tardías órdenes, ‘caiga quien caiga, tope en donde tope’, que de inmediato se estrellan en el muro de las complicidades y de la protección de los verdaderos culpables, quienes no caen desde su pedestal de impunidad. Tenemos un Seguro Social que subroga sus obligaciones y viola sus propias normas para alimentar la voracidad de familiares y socios pertenecientes al primer círculo del poder, para la obtención de dinero fácil proveniente de nuestras cuotas y de nuestros impuestos. Tenemos los sonorenses a un gobernador que en vano pretende comprar nuestras conciencias, desesperado ante el derrumbe de su propia megalomanía, ofreciendo manzanas envenenadas, burlándose de nuestra pobreza”. En la sexta marcha, el Movimiento 5 de Junio continuó exigiendo justicia ejemplar, completa e imparcial, así como la reparación del daño moral y atención médica especializada para tod@s l@s niñ@s que continúan convalecientes. Pero no sólo eso, también reclamó la cancelación inmediata de todos los contratos de subrogación de todas las guarderías del IMSS, la revisión de todo el sistema educativo y la sustitución total de la política neoliberal de salud y seguridad social por una en la que se privilegien las necesidades del pueblo. Frente a la muerte que llega de arriba, la rabia de abajo Mediante la estrategia de subrogar el servicio de guardería y otros servicios relacionados con la seguridad social de l@s trabajadores y sus familias, los derechos humanos se convierten en mercancías. Además, esa práctica favorece que el Estado evada sus responsabilidades con las madres trabajadoras. Las guarderías son un negocio muy redituable para las familias adineradas, son negocio redondo para quienes se enriquecen apropiándose del valor creado por l@s trabajadores y lucrando con l@s hij@s de éstos. Esta misma lógica, en donde los derechos que el Estado debe garantizar se vuelven mercancías manejadas por empresarios, se aplica en muchos otros ámbitos de nuestra vida: en la salud, en la educación, en la vivienda. Esto es, la lógica de la ganancia avanza haciendo de las tareas 40 de gobierno actividades de mercado, mercancías que se venden a los ciudadanos. Pero la ganancia de los de arriba, de los poderosos, de la clase política y los empresarios, es la muerte para los de abajo, para la mayoría de l@s mexican@s. La guardería como negocio fue la muerte de 48 niños. Su muerte es un doloroso botón que nos muestra el mismo proyecto, que allá arriba pintan de colores partidarios: un proyecto de muerte, sin límites, que se rige por la moral de la ganancia, el dominio y la explotación de unos hombres sobre otros. Si el despojo y la explotación generan la riqueza de los de arriba, el sentimiento de desprecio guía su relación con los de abajo, con la mayoría de l@s mexican@s, desprecio hacia l@s trabajadores, desprecio hacia la niñez, hacia l@s hij@s de l@s trabajadores. Desprecio dan los poderosos a quienes, con su trabajo, los enriquecen. La desgracia acontecida en Sonora es un crimen que deja una herida en todo México, que nos provoca gran dolor, dolor que se vuelve rabia, pero una rabia con mucha dignidad, que se organiza y lucha. Es un espejo que refleja dos imágenes. Arriba, está el sistema social capitalista lleno de desprecio, abajo, la rabia crece y genera movilización en una sociedad que ha aprendido que con los poderosos sólo hay muerte. Abajo, el corazón se llena del sentimiento más humano: la solidaridad, la unión de la comunidad. Y la rabia, pero no la que nos paraliza sino la que nos hace ver que no hay de otra más que la lucha y la organización abajo y a la izquierda.