La política en la voz de su inventor y primer observador Dra. María del Carmen Platas Pacheco 26 de diciembre de 2010 LA POLÍTICA EN LA VOZ DE SU INVENTOR Y PRIMER OBSERVADOR Aristóteles nació en 384, y murió en 322 a.C., fue un filósofo griego que junto con Platón y Sócrates comparte la distinción de ser los filósofos más destacados de la antigüedad. Nació en Estagira, hoy Macedonia, su padre era el médico de la corte real y su madre estaba emparentada con la familia gobernante. A la edad de 17 años se trasladó a Atenas para estudiar en la Academia de Platón, permaneció 20 años en esa ciudad y en esa escuela, primero como estudiante y más tarde como maestro. En el año 347 a.C, a la muerte de Platón, Aristóteles abandonó Atenas y se trasladó a Assos, ciudad de Asia Menor en la que gobernaba su amigo y discípulo Hermias, de quien Aristóteles había sido asesor, y que además se había casado con su sobrina e hija adoptiva, Pitia. En el año 345 a.C., los persas asesinaron a Hermias, entonces Aristóteles se vio obligado a salir de Assos, viajó a Pella, capital de Macedonia, donde se convirtió en tutor del hijo menor del rey Alejandro, que para la historia sería conocido como Alejandro III el Magno. Cuando Alejandro accedió al trono, en el año 335 a.C., Aristóteles regresó a Atenas y estableció su propia escuela, en unos jardines herencia de su madre, en ese lugar existía una escultura del dios liceo, y por ello él llamó a su escuela el Liceo. Parte de su método de enseñanza se basaba en discusiones y debates sobre diversos temas, en consecuencia, se desarrollaban mientras maestros y estudiantes paseaban por el Liceo, este centro llegó a ser conocido como escuela peripatética. Algunos biógrafos refieren que esa costumbre de caminar por los jardines se debía a que el maestro padecía una lesión en la espalda que le impedía dictar clase sentado. Cuando muere Alejandro, en el año 323 a.C., en Atenas creció un fuerte sentimiento antimacedonio, de manera que Aristóteles se retiró a una propiedad familiar en Calcis, en la isla de Eubea, donde al año siguiente murió. Legó a la humanidad una inmensa y original obra escrita, que en el transcurso de 2,500 años, ha sido objeto de estudio. Uno de esos libros, fruto de su experiencia de viajes y de su aguda capacidad de observación es precisamente La política. Una parte de esta obra trata 1 La política en la voz de su inventor y primer observador Dra. María del Carmen Platas Pacheco 26 de diciembre de 2010 del Estado ideal y de las teorías anteriores acerca de él; en otra, formula un estudio de los Estados reales, principalmente de las formas de gobierno, de la democracia y la oligarquía, junto con las causas de su decadencia y de los mejores medios de darles estabilidad. Trascribo para el amable lector, casi de manera textual, parte de las primeras páginas de La política, en donde puede leerse que Aristóteles la define como el espacio natural donde se ejerce el ser social del hombre, concretamente se refiere a que todo Estado se conforma por asociación de familias que tienden a un bien común, y éste es el objeto más importante de la asociación política. La primera asociación se da entre muchas familias, con ello se conforma un pueblo, y de la asociación de muchos pueblos se forma el Estado, y éste llega a su forma última cuando es capaz de bastarse a sí mismo, es decir, se forma por la necesidad de satisfacer las necesidades de la vida. La formación del Estado es un hecho natural, ya que el hombre es un ser naturalmente sociable, que no puede bastarse a sí mismo en soledad, separado del todo como el resto de las partes. Aristóteles dice que aquél que vive fuera de ésta es un ser superior a la especie, o una bestia. En consecuencia, la naturaleza arrastra instintivamente al hombre a la asociación política. Según su inventor y primer observador, la política supone practicar la virtud perfecta, precisamente, porque en el ámbito de lo social es donde el hombre ejerce y ejercita, o no, las virtudes de la prudencia, justicia, fortaleza y templanza. De manera que la política consiste en la búsqueda de la felicidad de la comunidad organizada. Lo anterior equivale a afirmar que, según Aristóteles, la felicidad pasa necesariamente por el camino del encuentro social y del servicio que todos los ciudadanos, habitantes de la polis, se prestan unos a otros. Este último domingo del año 2010, puede ser una ocasión propicia para reflexionar sobre el modo como entendió su inventor, y como se entiende hoy, la política, una mezcla altamente contaminada de intriga, corrupción, mentira y sedición; todas esta tristes descripciones en abierta contradicción con esa concepción de virtud perfecta. 2 La política en la voz de su inventor y primer observador Dra. María del Carmen Platas Pacheco 26 de diciembre de 2010 En el imaginario de Aristóteles no existían los partidos políticos, ése es un invento de muchos siglos después, asociado a la Revolución Francesa de 1789. Si lo pensamos con profundidad, esas agrupaciones suponen como condición de principio, la lógica de la ruptura y no de la conciliación; del debate y no del diálogo; del necesario esquema del triunfo o la derrota; de la afrenta y la venganza; todas estas expresiones hacen imposible, en el espacio de la polis, la convivencia respetuoso entre quienes, como ciudadanos libres, piensan diferente. Los lamentables resultados del Censo 2010, que, entre otros datos, nos hablan del aumento de: pobreza, desempleo, falta de oportunidades reales de empleos bien remunerados, fracaso de la mal llamada educación, aumento de los jóvenes NINI’S y de un largo etcétera, nos llevan a pensar, cuando escuchamos los discursos de los políticos, que sus palabras nos suenan huecas, frases sin sentido, que se ponen de moda y se repiten hasta el cansancio por todas partes como “slogans”, haciendo evidente la ausencia nacional de un proyecto incluyente. Recuerdo a una periodista que le preguntó a Bush, en aquel entonces candidato a la reelección por la presidencia de Estados Unidos, ¿qué sacrificios había hecho él como consecuencia de la crisis económica que se iniciaba?, él no supo contestar. Ella le decía: cuéntenos, usted en lo personal ¿qué ha dejado de comprar?, ¿a dónde ha dejado de ir a vacacionar?, él no supo qué contestar; ante las mismas preguntas, cuántos de nuestros políticos también se turbarían. A mi modo de ver, la propuesta política de Aristóteles y nuestra realidad nacional, nos hacen evidente que no se trata sólo de inconsistencia teórica o retórica, sino de un enorme vacío ético. De manera que aún cuando existan —que las hay— propuestas inteligentes para resolver nuestros problemas nacionales, si provienen de miembros de algún partido político diferente al que gobierna y puede tomar las decisiones, van a dar a la basura, y la población a la que pretendidamente sirven los gobernantes y está representada por los miembros de los partidos políticos, sigue sin avanzar, permaneciendo anclada en la estéril y desalentadora inmovilidad. 3 La política en la voz de su inventor y primer observador Dra. María del Carmen Platas Pacheco 26 de diciembre de 2010 Los militantes de los partidos políticos deberían leer a Aristóteles y comprender que una práctica ciudadana anclada en la vida de la polis, en la vida de las comunidades y los pueblos es justificable, porque precisamente es en la entraña de las familias donde está el núcleo de las grandes trasformaciones que México requiere. Redimensionar la inseparable relación entre ética y política, supone un cambio de mentalidad entre quienes ejercen, disfrutan y pelean por el poder. Decir en los discursos que sus obras son por el bien de la gente, pasa por el camino de demostrar con hechos que la vida personal, antes, durante y después del cargo, es coherente; ese ejemplo devolverá a la ciudadanía la indispensable credibilidad para involucrarse y participar en la construcción del mejor país que tanto necesitamos. Que sea éste mi mejor deseo para el año que está por iniciar. 4