Día 8: Plaga Tres y Cuatro: La plaga de los mosquitos y La plaga de los insectos En Éxodo 8:16 Dios le dijo a Moisés que golpeara la Tierra y el polvo se convertiría en una plaga de mosquitos que cubriría la Tierra de Egipto. Esta fue una confrontación directa con el dios egipcio Geb, que creía que era el dios de la tierra. También se creía que el dios bien podría liberarlos de la tumba de la otra vida o sostenerles en la tierra lo que les escaparía de la tumba. Algunas traducciones dicen que esto fue una plaga de piojos, lo que si fuera así, que también era muy malo pero una mejor traducción dice que probablemente eran mosquitos punzantes que eran los mosquitos muy pequeños, casi invisibles, que podrían ocasionar que un piquete fuera muy doloroso. Y estaban en todas partes! Esas picaduras a veces se infectaban, produciendo una herida dolorosa. De repente, la fe de los egipcios en Geb se debilitaba... En lugar de que la tierra produjera alimentos para ellos, era como dar a luz mosquitos! Y Geb, el dios de la tierra, no tenía el poder para detenerlos! Venciendo a Geb significaba vencer el miedo a la muerte. Geb era adorado porque él tenía el poder para sostenerles en la tumba o soltarles hacia la otra vida. Pero si Geb carecía de poder sobre algo tan pequeño como un mosquito... ¿cómo podían confiar en él con su futuro después de la muerte? Es interesante que esta plaga se asocie con "mosquitos". Pablo escribe en I de Corintios 15, que debido a la resurrección de Jesús, la muerte ya no tiene un "pinchazo doloroso". La manera de superar el miedo a la muerte no es por la adoración de un dios falso, como los egipcios lo hacían, ni es a través de mantener la Ley de Moisés como los Judíos creían. El aguijón de la muerte es vencida por la fe en el poder de la resurrección de Jesús. Él ha probado la muerte por nosotros y son los Primeros Frutos de la resurrección. Solo podemos vencer el miedo a la muerte por medio de la fe, que es la evidencia de lo que se espera y la certeza de lo que no se ve. La fe viene por el oír la palabra de Dios y la fe a través de obras de amor. Dejemos que la fe se levante en nosotros y así vencer el miedo a la muerte. Leer: 1 de Corintios 15; Filipenses 3:7-14; Hebreos 2:9-15 Medite sobre: Romanos 8: 31-39 Después de la plaga de mosquitos, el Señor amenazó con enviar una plaga de moscas (algunas traducciones dicen escarabajos----también llamados escarabajos del estiércol ---pero una traducción más clara lo traduce como moscas.) Cualquiera que haya sido el insecto, los egipcios pensaban que no tenían que preocuparse mucho al respecto, porque uno de sus dioses más poderosos tenía el control de los insectos! Su nombre era Khepri y tanto los escarabajos como las moscas supuestamente estaban bajo su control. Él pensaba que era un dios poderoso, que incluso controlaba la creación y personalmente trasladaba el Sol al cielo diariamente! Los egipcios Khepri eran representados por un escarabajo en la cabeza de ese dios. Los escarabajos del estiércol obtuvieron su nombre del hecho de que siempre se podían ver rodar las bolas de estiércol en el suelo de sus casas. (Si alguien tenía autoridad sobre las moscas, creían que debería de ser un dios con un escarabajo en la cabeza!). Dado a que el escarabajo hacia rodar una gran bola de estiércol por el suelo por lo que los egipcios creían que Khepri haría rodar el sol por el cielo cada día! Es interesante que tanto las moscas y los escarabajos tienen una cosa en común, el estiércol. Ambos son atraídos por el estiércol. Así Khepri era un dios de estiercol! Pero los Egipcios pensaban que él era poderoso! Ellos llamaban a Khepri el "el dios autocreado". Creían que este no había sido creado como los otros dioses, sino que el vio la luz por su propia cuenta. Ellos pensaban que él era capaz de levantarse de nuevo por sus propias obras y tener poder. Sin embargo, cuando Dios envió a la plaga, Khepri no podía servir de ayuda! El mensaje de Dios hacia los egipcios fue... no seas tan orgulloso sobre tu dios de estiercol! Esa es también la misma palabra para muchos hoy en día. Muy a menudo, nos sentimos muy orgullosos de nuestra propia rectitud. Creemos que podemos esforzarnos y ser lo suficientemente buenos para agradar a Dios. En Filipenses 3, Pablo nos dice que él contaba sus buenas obras y la auto-justicia como un montón de estiércol! (Traducción literal!). Vencer al dios de estiercol significa abandonar todo orgullo en nuestros trabajos y nuestra esperanza de que se lograr nuestra salvación. Rechazar al dios de estiercol de la justicia propia y acudir al Señor con humildad para recibir su gracia! Leer: Filipenses 3