Y el tiempo fluye... (I)

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 Y el tiempo fluye... (I)
J. Rubén G. Cárdenas.
Sé bien que es el tiempo hasta que alguien me lo pregunta
San Agustín de Hipona. Teólogo del siglo V
Uno de los hechos que tomamos como una realidad fundamental en
nuestra vida diaria es el tiempo. Su medición puede resultar no muy
antigua aunque se han descubierto muescas grabadas en huesos o palos
realizados por cazadores glaciales de hace aproximadamente 20,000
años, tal vez para llevar un registro de los días que transcurrían entre
las fases de la Luna. Hace apenas 5,000 años que las culturas babilónica
y egipcia crearon calendarios para llevar a cabo actividades agrícolas y
otras relacionadas con el transcurso del tiempo.
Percepción del tiempo
Naturalmente que a nuestra manera de percibir el tiempo corresponde
un marco referencial que tiene que ver directamente con nuestra forma
de vida; así pues tomamos como referencia temporal eventos que se
suceden casi de manera perpetua, como el movimiento de los planetas
en rotación y traslación alrededor del Sol, el día y la noche; en el caso
de la Tierra, o a la frecuencia de oscilación entre dos estados de energía
de determinados átomos o moléculas. Estos movimientos son buenas
referencias porque según nuestra regla para medir el tiempo, entre una
oscilación y otra (en el caso de moléculas), transcurre cierta unidad que
definimos de distinta manera ya sea como segundo, día o año; unidad
que tomamos como constante.
En el siglo XVII Isaac Newton otorgó al mundo sus leyes de la mecánica
de los cuerpos, que no solamente definen su dinámica y su trayectoria,
sino que brindan un verdadero enunciado en cuanto a sistemas
inerciales y no inerciales. Un sistema inercial es aquel que no posee
rotación ni traslación alguna, de tal manera que se puede tomar como
un marco de referencia. En este esquema newtoniano al tiempo y
también al espacio se les considera constantes en forma y dimensión. Es
decir, el tiempo siempre será el mismo en cualquier momento y en
cualquier lugar, y el espacio también. Sin embargo, como veremos mas
adelante, esta teoría no puede aplicarse a todos los eventos en todas las
circunstancias porque a enormes velocidades, los conceptos de tiempo y
espacio dan un giro radical. Newton no tomó en cuenta estas
velocidades al elaborar su teoría.
¿Qué significa que el tiempo fluya?
El transcurso del tiempo es probablemente la faceta más fundamental
de la percepción humana, pues sentimos que el tiempo se escurre
irremediablemente. El transcurrir del tiempo se ha comparado con la
trayectoria de una flecha o con el fluir inagotable de un río que nos
conduce del pasado hacia el futuro.
Cuando se inventó el reloj mecánico a principios del siglo XIII, el tiempo
dejó de fluir y se asemejó más a la sucesión infinita de vaivenes de un
oscilador. Es posible llevar cuentas muy exactas de las pulsaciones o de
los vaivenes de este oscilador; sin embargo, por muy exactas que sean
estas cuentas, son arbitrariedades creadas a nuestra propia
conveniencia. Aun los relojes de altísima precisión que se usan para
probar que el tiempo transcurre de forma distinta, según el marco de
referencia (tiempo relativista), utilizan, no obstante, una unidad de
medida arbitraria.
Acostumbramos relacionar la realidad con el momento actual,
consideramos que el pasado es algo que dejó de existir, mientras que el
futuro es algo más indefinido, algo cuyos detalles aún no se integran. En
este cuadro, ?el ahora de nuestro consciente se desliza siempre hacia
delante transformando los acontecimientos que alguna vez se
encontraban en el futuro en una realidad concreta pero transitoria del
presente, y de ahí se relegan al pasado inamovible? ( John Ellis Mc
Taggart, The Unreality of Time). Esta concepción se opone mucho a la
física moderna. Einstein hizo hincapié en este punto cuando escribió la
siguiente nota a un amigo: ?El pasado, el presente y el futuro son sólo
ilusiones, aunque sean persistentes?, conclusión que se deriva de su
teoría de relatividad, la cual niega el significado absoluto y universal del
momento actual. De acuerdo con esta teoría, la simultaneidad es
relativa; por ejemplo, si ocurren dos hechos en el mismo momento
según un punto de referencia, tal vez ocurran en diferentes momentos
desde otra perspectiva.
En la física al tiempo no lo podemos medir como lo hacemos con la
temperatura, que, por ejemplo, puede ser percibida cualitativamente y
medida independientemente de la escala que utilicemos y del marco de
referencia que tengamos. Sin embargo, la medida del tiempo varía
según el sistema de referencia que se utilice en la medición.
En un artículo que Einstein publicó en 1905 sobre la electrodinámica de
los cuerpos en movimiento, y en el que se esbozan las líneas generales
de la teoría especial de la relatividad, se sostiene: "Hay que tener en
cuenta que todos aquellos juicios en los que interviene el tiempo son
siempre juicios referentes a sucesos simultáneos. Por ejemplo, si yo
digo: ?Ese tren llega a las siete?, lo que intento decir es algo así como:
?La posición de la manecilla pequeña de mi reloj en las siete y la llegada
del tren son sucesos simultáneos?. Podría parecer que para superar
todas las dificultades en torno a la definición de ?tiempo? bastaría con
sustituir ?la posición de la manecilla pequeña de mi reloj? por ?tiempo?.
Y, efectivamente, tal definición es satisfactoria cuando lo que interesa es
definir el tiempo únicamente para aquel lugar donde está situado el
reloj; pero deja de serlo cuando se trata de conectar en el tiempo una
serie de sucesos que ocurren en lugares diferentes, o bien -lo que viene
a ser lo mismo- de evaluar tiempos correspondientes a sucesos que se
desarrollan en lugares alejados del reloj". Sigue Einstein: "Vemos, pues,
que no podemos atribuir una significación absoluta al concepto de
simultaneidad; dos sucesos que, vistos desde un sistema dado de
coordenadas, son simultáneos, no pueden ser considerados como
sucesos simultáneos al contemplarlos desde un sistema que se halle en
movimiento con respecto al otro.?
Albert Einstein demostró que cuanto mayor es la velocidad de un
sistema, es más lento el transcurrir del tiempo dependiendo del marco
de referencia. Entonces, la velocidad y la aceleración no son absolutas ni
definen un transcurso del tiempo constante y las unidades temporales
de las que hablábamos líneas arriba no son, al fin y al cabo, constantes.
Pero ¿qué es el tiempo? Esta pregunta hasta ahora no ha sido
respondida ni por los científicos ni por los filósofos.
Existen diversas corrientes de pensamiento que intentan definir al
tiempo de las cuales dos me parecen por demás interesantes. La
primera, llamada sustantivismo, sostiene que el tiempo y el espacio
existen independientemente de las galaxias, los planetas, los cometas y
todo lo que se encuentre en el Universo. La segunda postura, llamada
relacionismo, dice que el tiempo y el espacio son concepciones
abstractas, dispositivos artificiales para describir la manera en que se
desarrollan los objetos físicos. En la primera posición es posible
imaginarse al tiempo y al espacio como si fueran el lienzo de un pintor,
que existe incluso sin las pinturas; y los fenómenos, los objetos y
nosotros como las pinturas, revoloteando a lo largo de todo el lienzo. El
relacionismo considera que el tiempo es una consecuencia de pensar en
él, de imaginarlo para explicarnos el contexto que nos rodea.
Referencias
John Ellis Mc Taggart, ?The Unreality of Time?, Mind, vol. 17, 1908.Gary
Stix, ?Real Time?, Scientific American, núm. 5, 2002.
Sarmiento, Antonio, El fantasma cuyo andar deja huella, Fondo de
Cultura Económica, Col. La ciencia para todos, núm 103, México, 2000.
Sarmiento, Antonio, Los disfraces del fantasma que nos horada, FCE,
Col. La ciencia desde México, núm. 134, México, 1994.
Hacyan, Shahen, Relatividad para principiantes, Col. La ciencia para
todos, núm. 78, México
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