ego | mascarillas faciales Aplicar las mascarillas a última hora de la tarde, durante o después del baño –cuando los poros están abiertos– potencia sus efectos Mascarillas faciales Fórmulas de belleza Fáciles de aplicar y de resultados inmediatos, las mascarillas aportan al rostro suavidad y luminosidad. Preparadas en un laboratorio o hechas en casa, hay que saber escogerlas para disfrutar sus beneficios Sonia Lloret | Fotografía Gabriela medina Complemento del cuidado facial, las mascarillas son un tratamiento cosmético que se aplica sobre el rostro y el cuello durante un breve tiempo –máximo 30 minutos– para mejorar la textura de la piel y eliminar los signos de fatiga. Si bien no sustituyen el cuidado diario del cutis (limpieza, tonificación e hidratación), la acción de los principios activos de sus fórmulas –procesadas o de origen natural– aporta una grata sensación de bienestar y suavidad. Aunque las mascarillas son de inmediata acción refrescante y descongestionante de las capas superficiales de la epidermis, sus efectos tensores, hidratantes y relajantes son temporales. Con presentaciones para todas las necesidades y tipos de piel, es conveniente probarlas para evitar posibles reacciones en el cutis (se recomienda usar la región interior del brazo). En pieles sensibles y rostros con problemas de acné o dermatitis seborreica, es importante consultar al especialista. Las mascarillas pueden ser aplicadas en casa, pero también en un centro de especialidades cosméticas. En ese caso, tienen la ventaja de actuar más profundamente, porque el cosmetólogo puede preparar un “coctel” y combinar la acción de varias fórmulas de acuerdo a las necesidades particulares. 86+SALUD Para cada rostro Si bien cada piel es única y tiene requerimientos propios, en líneas generales, a la hora de elegir una mascarilla, los cosmetólogos recomiendan tomar en cuenta algunas consideraciones: Piel seca . Se recomiendan mascarillas humectantes y nutrientes. Las cremas enriquecidas con emolientes son ideales para contrarrestar la deshidratación. En el caso de la piel extra-seca se requiere un tratamiento intensivo (mascarillas preparadas para actuar toda la noche). También se indican tras una fuerte exposición al sol y para cutis que sufren de resequedad por el aire acondicionado. Frecuencia: una o dos veces por semana (las mascarillas para dormir se deben usar sólo cada quince días). Piel sensible. Se indican fór- mulas calmantes y relajantes. La dermis delicada y con tendencia al enrojecimiento requiere principios activos suaves, como la camomila. Las presentaciones cremosas, de textura ligera y fresca ofrecen una sensación revitalizante. Frecuencia: una vez por semana. mascarillas faciales | ego Piel grasa. Se sugieren mascarillas purificantes y exfoliantes. Los principios activos de estas mezclas permiten limpiar la capa más superficial de la epidermis al absorber y remover impurezas y células muertas. Son eficaces para ayudar a restablecer el equilibrio hidrolipídico y brindar una acción descongestionante. Están contraindicadas para la piel seca y sensible, porque algunos de sus componentes activos (arcilla o barro) pueden producir irritación. Frecuencia: una o dos veces por semana. Piel normal. Se pueden utilizar diferentes fórmulas, sin embargo, es conveniente consultar al especialista y rotar el tipo de mascarilla de acuerdo a las necesidades de la piel, que pueden variar en función de los cambios hormonales o la exposición solar, entre otros factores. Frecuencia: una vez por semana. Piel mixta. Se aconsejan mascarillas combinadas para purificar e hidratar. Pueden utilizarse de manera conjunta: una para la piel grasa, en la llamada zona “T” (nariz, frente y barbilla), y otra para la piel normal, en el resto de la cara y el cuello. Frecuencia: una vez por semana. 87+SALUD ego | mascarillas faciales Se debe evitar el uso de mascarillas después de una depilación facial, porque la piel está muy sensible Múltiples efectos Lifting. Con componentes reafirmantes, su acción tensora aminora las líneas de expresión. Peel-off. De refrescante efecto, es un gel que se seca al contacto con la piel y arrastra impurezas al desprenderse. Ácidos frutales. Aportan humedad, estimulan la renovación celular y exfolian suavemente. Velos de colágeno. Formulados a partir de extractos naturales, hidratan, regeneran y brindan elasticidad. Paso a paso • Limpiar el cutis y eliminar los restos de maquillaje. También se puede realizar una exfoliación suave o un baño de vapor. • Extender la pasta, crema, barro o gel de manera uniforme. Comenzar por la frente, continuar por las mejillas y finalizar en el mentón, evitando el contacto con el contorno de los ojos, los labios y las fosas nasales (también puede cubrir el cuello y el escote). Se debe aplicar una fina capa –siempre en dirección ascendente– usando un pincel, una paleta de madera o las manos. • Recostarse y relajarse durante el tratamiento para que los principios activos hagan su trabajo. Se recomienda seleccionar una música ligera. • Retirar la mascarilla según las indicaciones del producto, con una toallita o esponja facial. Limpiar con suavidad y utilizar agua a temperatura ambiente: el calor o frío extremos pueden enrojecer la piel. • Esperar unos minutos y aplicar un tónico facial. Luego, utilizar la crema hidratante habitual. • Evitar –en lo posible– el maquillaje y la exposición al sol inmediatamente después de usar una mascarilla. De lo contrario, usar protector solar, porque algunos ácidos pueden reaccionar frente a los rayos y producir manchas. Spa en casa Las mascarillas hechas en casa ofrecen múltiples beneficios y son una alternativa muy accesible. Es importante aplicar la mezcla el mismo día de su preparación (de no ser utilizada inmediatamente, debe refrigerarse). Entre los ingredientes naturales más usados destacan: Aguacate. Fruto rico en minerales, aceite y vitaminas, ideal para nutrir y limpiar. Su poder antienvejecimiento favorece las pieles secas y maduras. Avena. Cereal de alto contenido en vitaminas B y E, con propiedades relajantes, exfoliantes e hidratantes. Indicado para pieles grasas, sensibles y con manchas. Mejora la resequedad, regula el pH y calma la irritación. Aceite de almendras. Rico en vitamina E, se recomienda para pieles deshidratadas y descamadas. Yogurt. Su ácido láctico –mezclado con miel– es un excelente exfoliante para todo tipo de piel. Posee nutrientes naturales. Caolín. Arcilla blanca en polvo, efectiva en pieles con exceso de secreción sebácea. Descongestiona la piel y remueve impurezas. F u e n t es c o n s u l t a d a s º Anna Rita Di Francescantonio, dermatóloga. Instituto Clínico La Florida (Caracas). º Beatriz Socas, cosmetóloga. Terrazas del Club Hípico (Caracas). º La guía esencial de belleza. Volumen 12. Editorial Santillana. 88+SALUD