Escultura y pintura Romana La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato. El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones. Los materiales más utilizados en el retrato fueron el bronce y el mármol y la estatuas eran apolícromas, salvo en un primer momento en que los ojos se coloreaban, práctica que se abandonó para ser tallados. En un principio eran bustos que sólo recogían la cabeza y parte del cuello, pero que se irán alargando poco a poco llegando a representar también los hombros y el pecho. También hubo retratos de cuerpo entero, de pie o sedentes (esto fue más frecuente en los cuerpos femeninos), y retrato ecuestre, del que debió haber varios ejemplos, pero que sólo nos ha llegado uno importante. Sólo se representaba así al emperador y es importante por la influencia que tendrá en épocas posteriores. Historia del Arte / EPCOT, A.C. finalidad práctica: decorar las casas y palacios. La condición social del pintor era la de un artesano, aunque los que pintaban sobre tabla tenían mayor prestigio. La pintura mural se realizaba con la técnica del fresco, aunque también se discute que en algunas ocasiones se utilizaran técnicas mixtas. Para la pintura sobre tabla se utilizaban las técnicas al temple y a la encaústica. La gama de colores era amplia, ya que a la del mundo griego y egipcio se les suman algunos colores más. Destacan el negro, el blanco, el rojo y el amarillo, aunque a veces también se utilizaron verdes, azules y violetas. Se aplicaban mezclados con agua y a veces con cola. La pintura romana se clasifica en cuatro estilos a partir del siglo XIX y fueron establecido en base a las pinturas conservadas en Pompeya. Las pinturas de Pompeya son las mejor conservadas ya que en el año 79 d.C. una erupción del Vesubio cubrió toda la ciudad, permitiendo que se conservaran las pinturas (entre otras muchas cosas) como no se han conservado en ninguna otra ciudad. El retrato más frecuente de la escultura romana es el del emperador, que constituye el modelo para el resto de retratos. Hay tres tipos de retratos: Retrato togatos. Se esculpe al emperador con toga y manto sobre la cabeza. Le representa como pontífice máximo. Retrato toracatos, que representa al emperador como cónsul o militar, por lo que aparece con coraza. Retrato apoteósico, que representa al emperador como una persona heroizada o divinizada. Aparece con la parte superior del cuerpo desnudo, corona de laurel y algún atributo de un dios. Es la representación más rica, aunque no la más frecuente. El retrato romano evolucionó según las distintas etapas, y para poder distinguir la época en que fue creada la escultura es necesario observar algunos pocos detalles, como los ojos, la barba y el cabello. En el retrato femenino, además, quedan patentes las modas en los peinados. Pintura Romana En la pintura romana va a influir decisivamente el arte griego, ya que ya desde la época de César llegaron pinturas griegas que arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma. Ésta es una de las razones por las que apenas se conservan pinturas murales griegas. Al igual que otras artes, la pintura en Roma tenían una Retrato toracatos. Retrato togatos. Historia del Arte / EPCOT, A.C. Escultura y pintura Romana Fresco de Pompeya Fresco de Pompeya Retrato de Emperador Caracalla. Siglo III Retrato apoteósico