ENFERMEDADES DE LOS CARTÍLAGOS COLATERALES DE LA TERCER FALANGE DEL PIE EQUINO 1 ANATOMIA Los fibrocartílagos alares de la tercera falange forman parte del aparato fibroelastico del pie. Son placas curvas romboideas ubicadas a cada lado de la falange distal con una superficie lateral convexa y otra medial cóncava. Los mismos son prolongaciones fibrocartilaginosas de la tercera falange que semejan orejuelas cubiertas en su parte lateral por piel y en posterior por cuerno, formando un bulbo que uniéndose a la almohadilla plantar conforma los talones. El borde superior forma un relieve por encima del rodete coronario (lo suficiente como para ser palpable.) La cara interna cubre el espacio interarticular uniéndose en la mitad posterior con la almohadilla plantar. En los animales jóvenes el cartílago es hialino pero posteriormente cambia al tipo fibroso. FISIOLOGIA Los fibrocartílagos alares conforman el aparato fibroelastico del pie, junto a la almohadilla plantar y la ranilla. En el juego armonioso de la contracción y expansión del aparato fibroelastico del pie, cada elemento del mismo aporta una función determinada logrando una maravilla arquitectónica. A tal efecto, los fibrocartílagos alares de la tercera falange aportan un papel importante en la expansión lateral de las partes posteriores del pie en el tiempo de apoyo, reorientando las fuerzas hacia los costados de modo que la almohadilla presiona sobre los cartílagos y la ranilla contra las barras y suela contribuyendo al desplazamiento de los talones hacia fuera. Este mecanismo explica porque la continuación caudal de la falange es cartilaginosa y no ósea. La calcificación progresiva del cartílago con su consiguiente osificación es un signo de envejecimiento común que se conoce como “sidebone”(hueso lateral.) Los movimientos de los talones deparan otro beneficio mas porque favorecen el retorno venoso. Los densos plexos de ambos lados de los cartílagos se comprimen con cada paso y entregan a las venas digitales valvulares. Por lo tanto la importancia del aparato fibroelastico en el pie equino se podría homologar a la funcionalidad de los músculos estriados de la mano que favorecen el retorno venoso en otras especies. 2 ENFERMEDADES DE LOS CARTÍLAGOS ALARES OSIFICACIÓN FRACTURA NECROSIS (GABARRO CARTILAGINOSOS O OSSIIFFIIC CAAC CIIÓ ÓN ND DEE LLO OSS FFIIBBRRO OC CAARRTTÍÍLLAAG GO OSS AALLAARREESS La osificación de los fibrocartílagos usualmente ocurre en los miembros anteriores y predominantemente en el externo mas que el interno. Con una presentación mas frecuente en caballos de tiro que de silla. La causa se desconoce pero por lo común se asocia a concusiones repetidas. La osificación primaria corresponde a una metaplasia ósea y la osificación secundaria empieza en los ángulos de la tercera falange como una osteítis angular rarefaciente que se propaga luego al fibrocartílago. También puede iniciarse en los ligamentos. Este proceso se traduce clínicamente por una deformación mas o menos grande y la perdida de elasticidad de los fibrocartílagos alares. Se estaría en presencia de un fenómeno normal exagerado, que ha dejado de ser fisiológico para ser patológico, debido a una serie de causas que facilitaría la actividad de los vasos y de la medula ósea; como el trabajo persistente sobre los suelos duros, los defectos de aplomo que sobrecargan una mitad de la tercera falange, la conformación defectuosa del pie; que exagera la violencia del choque sobre el suelo o que no permite un buen amortiguamiento de las gravitaciones y contra reacciones en el momento del apoyo repercutiendo sobre las piezas esqueléticas, las contusiones repetidas o violentas de la parte posterior de la suela, la inmovilización parcial o total del fibrocartílago ( senilitud, encastilladura), las hiperextensiones ligamentosas, etc. SINTOMAS 3 Solo pueden producir cojera cuando se fracturan o si la osificación es extremadamente grande e interfiere con el tendón del flexor digital profundo o la segunda falange. Este trastorno funcional es intermitente y aumenta sobre los pisos duros e irregulares. Deformación dura e indolora, ubicada en la zona de los fibrocartílagos alares y de los pulpejos. La perdida de elasticidad de los fibrocartílagos afectados, parcial o totalmente, según el grado y la extensión de la osificación. Esta afección pocas veces produce claudicación y de haberla, se debe casi siempre a otra entidad que la acompaña (osteítis angular de la tercera falange, escarzas hemorrágicas, encastilladuras,etc.) Cuando la cojera obedece exclusivamente a la osificación de los fibrocartílagos se debe a la compresión de los tejidos vivos del pie o a que la forma cartilaginosa es tan voluminosa que perturba el desplazamiento normal del pie. Este trastorno funcional es intermitente y aumenta sobre los pisos duros e irregulares. DIAGNOSTICO Los signos bastan para formular el diagnostico de osificación de los fibrocartílagos alares del pie. Solamente en un caso de osificación parcial se necesita recurrir a los rayos x. Si el enfermo cojea se plantea el problema de hasta donde la osificación de los fibrocartílagos alares es culpable de la misma. Entonces; el diagnostico de osificación como causa de cojera solo se puede hacer después de un cuidadoso examen clínico, radiográfico y por bloqueos nerviosos para descartar otras afecciones mas comunes que causan claudicación (osteítis angular de la tercera falange, escarzas, encastilladuras, etc.) PRONOSTICO Entidad que no retrocede y produce modificaciones anatomopatológicamente estables e incurables. El pronostico es favorable teniendo en cuenta que el sujeto enfermo puede seguir prestando servicio, aunque en algunos casos un poco limitado. Es más favorable en animales de tiro pesado y más aun cuando esta afectado un solo cartílago. El herraje cuidadoso ayuda a la mayoría de estos caballos. 4 TRATAMIENTO Se debe tratar tanto el problema como la causa. La mayoría de los casos parecen ser el resultado de un desbalance del pie y esto debe ser corregido. También es útil permitir la mayor expansión de los talones. Esto se hace colocando los clavos de la herradura bien hacia delante y permitiendo que las barras de la herradura se expandan mas allá del borde de apoyo de las cuartas partes y talones. En grandes osificaciones el tratamiento involucra la resección del cartílago. Antes se creía que una de las pautas de tratamiento consistía en eliminar la deformación; sin embargo, razones técnicas, económicas y practicas aconsejan desentenderse de este punto. Debe eliminarse la claudicación y aquí se procede de acuerdo a la causa que la provoca. Para neutralizar la presión que el cartílago alar osificado ejerce sobre los tejidos vivos del pie, conviene adelgazar la uña con una escofina por debajo del rodete coronario y a la altura de talones y cuartas partes; o practicar una serie de agujeritos o ranuras verticales. Por ultimo, si persiste el trastorno funcional queda el recurso de la neurectomia de la rama volar del nervio digital o del nervio palmar. Debe tenerse en cuenta a la hora de seleccionar reproductores que existe una predisposición hereditaria ( hueso de mala calidad, defectos de aplomo y conformación defectuosa del pie). 5 N NEEC CRRO OSSIISS D DEE LLO OSS C CAARRTTÍÍLLAAG GO OSS C CO OLLAATTEERRAALLEESS D DEE LLAA TTEERRC CEERRAA FFAALLAAN NG GEE ((G GAABBAARRRRO OC CAARRTTIILLAAG GIIN NO OSSO O)) DEFINICIÓN Es una inflamación purulenta crónica del cartílago alar complementario de la tercera falange o falange distal, caracterizada anatomopatológicamente por la necrosis parcial o total del cartílago y la proliferación del tejido conectivo pericondral, y clínicamente por la presencia de una descarga intermitente con formación de múltiples trayectos fistulosos adquiridos a lesiones profundas, cuyas aberturas se localizan en o proximal al rodete coronario en las proximidades de los cartílagos alares, con deformación local limitada. Por lo general, tienen poca o ninguna tendencia a la cicatrización, pero pueden curarse para reabrirse mas tarde. En general los miembros anteriores son los mayormente afectados, siendo los cartílagos laterales donde la patología asienta con mayor frecuencia en relación con los cartílagos mediales. ETIOLOGIA El gabarro cartilaginoso es clínicamente una fístula a lesión piógena profunda y el elemento sostenedor de la misma es una secuestro que asienta en el fibrocartílago complementario de la tercer falange. Se trata entonces de un proceso de necrosis parcial o total que se desarrolla en correspondencia de un elemento que tiene la particularidad de una escasa irrigación sanguínea y de estar expuesto a las contingencias de posibles infecciones locales directas o indirectas. Esta infección con la necrosis subsiguiente de los cartílagos alares, es el resultado de la lesión de los cartílagos en sí o de los tejidos blandos subyacentes. Las lesiones que pueden conducir al gabarro cartilaginoso incluyen heridas perforantes y laceraciones sobre los cartílagos afectados, golpes externos que provocan contusión y lesión de la circulación del cartílago alar, abscesos del pie, infecciones crónicas ascendentes de la línea blanca a nivel de cuartas partes y grietas profundas del casco. Otra causa de inicio, es la isquemia local seguida de necrosis, o por la condritis aséptica determinada por influencias mecánicas y agentes traumatizantes en el lugar. 6 SIGNOS CLINICOS Los signos primarios son calor, tumefacción o deformación consistente, firme y generalmente poco dolorosa, puede manifestarse dolor al aplicar presión con las tenazas de exploración sobre la región de cuartas partes, del lado afectado. Abscesos con drenaje en proximal de la corona, en la suela en correspondencia al ángulo de inflexión (escarza purulenta, clavo halladizo) o en la pared (seguida a una fractura de uña.) Drenajes recurrentes de trayectos fistulosos localizados sobre el cartílago enfermo, asociados con claudicación intermitente. En general el grado de claudicación se relaciona con la permeabilidad de los trayectos fistulosos de drenajes. A medida que la presión del contenido purulento dentro del absceso aumenta, la claudicación se hace más evidente, llegando el animal a mostrar una claudicación aguda sin apoyo. Una vez que el absceso se abre una vía de evacuación y drena, la claudicación cesa. El paciente puede mostrar o no claudicación al momento del examen, por lo anteriormente dicho, pero si debió haber antecedentes del mismo a la anamnesis. En estación el animal apoya en pinzas, flexionando la articulación del nudo y manteniendo el eje podofalangeano perpendicular al piso. Una claudicación de tercer o cuarto grado debe hacernos pensar que el gabarro se complico o que existe una afección concomitante. Cuando el gabarro data de cierto tiempo, la uña se presenta deformada y con seños mas o menos paralelos al rodete que van de las manillas hasta los talones. La inflamación crónica del cartílago alar comprometido, puede dar lugar a una lesión con deformación persistente en el pie, causando claudicación permanente. DIAGNOSTICO Es importante realizar una detallada anamnesis sobre la historia de claudicaciones. En términos generales, en el gabarro simple (puro) los síntomas son atenuados, poco dolor, poca supuración, cronicidad y sin cambios o con poca disfunción locomotora. Mientras que toda invasión supurativa que afecte el queratógeno del pie o algunas de las sinoviales del pie, se expresa con síntomas locales, funcionales y generales alarmantes (dolor muy intenso con claudicación de tercer o cuarto grado.) Radiografías de rutina del pie, para determinar compromisos óseos. Fistulografía o también es de utilidad la introducción de una sonda metálica flexible en los trayectos fistulosos. Hay que hacer un diagnostico diferencial de la patología con la enfermedad de abscesos superficiales e infecciosos ascendentes de la línea blanca. 7 Las fístulas asociadas a infecciones ascendentes de la línea blanca, se localizan justo proximales al rodete coronario y el proceso inflamatorio suele estar localizado. Con el gabarro, puede haber múltiples fístulas, la tumefacción suele ser más difusa y se localiza mas proximalmente sobre los cartílagos colaterales. TRATAMIENTO El tratamiento de elección es la escisión quirúrgica, de los trayectos fistulosos y desbridamiento de los tejido necrosados, con anestesia general. (en ocasiones se puede realizar con anestesia local). Debida a la limitada irrigación de los cartílagos, el tratamiento médico con antibióticos sistémicos, remojar el pie y la inyección en la fístula con antisépticos a escaróticos y enzimas, son maniobras que en general son menos eficaces y con frecuencia prolongan la inevitable escisión quirúrgica. La técnica comienza con el recorte del pelo de la zona de la cuartilla, posteriormente se rebaja, lava y raspa el casco, para luego colocar sobre el mismo un vendaje embebido en povidona iodada. El casco se mantiene en extensión rígida. Extendiéndose el pie se tensa la cápsula articular y se la retrae del plano de disección quirúrgica, de esta manera se reduce el ingreso inadvertido en la articulación interfalangica distal. Se recomienda la aplicación de un torniquete en la zona. Se realiza una incisión curva, justo dorsal al rodete coronario, sobre el cartílago necrosado. Se diseca el colgajo distalmente para exponer el cartílago enfermo y se utiliza una sonda estéril para identificar los trayectos fistulosos. El cartílago necrosado se reconoce por su coloración azul oscuro o azul rojizo. Se retiran todos los tejidos blandos y cartilaginosos necrosados hasta lograr un margen limpio. Si el cartílago necrótico se extiende por debajo del rodete coronario; sobre la muralla, en correspondencia con el borde más ventral del cartílago enfermo, se realiza un orificio para colocar un drenaje. Solamente en casos muy avanzados se extrae la totalidad del cartílago. Con la eliminación de todo el tejido necrótico y con márgenes limpios, la herida elíptica sobre el rodete coronario cierra por primera intención. Para el post operatorio se protege el pie y cuartilla con un vendaje o escayola, retirándose esta ultima a los 10 a 14 días posteriores. En caso de quedar tejido necrótico, dejar colocado un drenaje tubular multifenestrado en la herida, suturándose en la porción proximal del miembro. Los trayectos restantes se rellenan con gasa embebida en solución antiséptica. El pie y la palma se puede vendar o colocar una bota protectora. La zona quirúrgica se protege con un vendaje estéril, el cual se retira al día siguiente. Antes de colocar el próximo vendaje se debe lavar la zona con una solución diluida de pool dona iodada. Este procedimiento se debe realizar hasta que yo no haya evidencias de infección, al igual que el rellenado del orificio realizado sobre la muralla para el drenaje, con gasa embebida en un antiséptico. 8 En los casos en que la necrosis del cartílago no se extienda por debajo o hasta el rodete coronario y se pueda hacer un buen drenaje ventral, no se realiza ningún orificio, y solo se aplica el sistema de lavado. En cualquier caso se debe evitar escisiones o incisiones sobre el rodete coronario. Los puntos de sutura se deben retirar el día 14 y en el orificio realizado en la muralla, se debe rellenar con acrílicos tan pronto como se halla desarrollado un estrato cornificado firme. (En general el acrílico se puede colocar en la muralla dentro de las 4 a 6 semanas posteriores a la cirugía) El ejercicio comienza alrededor de los 2.5 a 3 meses post-cirugía. En general estas heridas cicatrizan muy lentamente, y no es raro el desarrollo de tejido de granulación exuberante como complicación post-quirúrgica, (salvo en los animales donde se haga una muy buena estabilización de la zona y estén confinados en establos.) El tipo o la presencia de tejido de granulación exuberante indica al cirujano si se debe o no resecar mas tejido. (Cirugía de Bayer.) PRONOSTICO Depende principalmente de la extensión del compromiso inicial. El pronóstico más seguro se puede dar en el momento de la cirugía, cuando se determina la completa extensión de la enfermedad. El pronóstico para los casos agudos y subagudos después de lograr una completa escisión del cartílago y tejidos necrosados es bueno. Aquellos animales con fístulas con un curso de evolución inferior al mes es más favorable para volver a la normalidad que aquellos con una evolución mayor a un mes antes de iniciar el tratamiento. Dentro de las complicaciones secundarias tales como osteomielitis de la tercera falange, artritis séptica de la articulación interfalangica distal o inflamación de la almohadilla digital y otro tejido blando del pie, empeoran el pronóstico. También puede que quede un defecto estético, por el desarrollo anormal de la muralla del casco, debido a que el rodete coronario se afecta con relativa facilidad. 9 FRACTURA DE LOS FIBROCARTÍLAGOS COMPLEMENTARIOS DE LA TERCERA FALANGE Son raras y se producen mas fácilmente en los fibrocartílagos osificados que en los normales. Generalmente es una fractura simple ubicada en la línea de inserción del fibrocartílago, sobre la apófisis de la tercera falange. Toda causa que limite la elasticidad normal de los fibrocartílagos actúa como predisponente a la fractura. Esto sucede con la osificación de los fibrocartílagos. SIGNOS CLINICOS El dolor se aprecia por la claudicación inmediata e intensa y haciendo la exploración local ( presión sobre los fibrocartílagos) y ejecutando los movimientos de flexión y lateralidad del pie. La deformación puede ser limitada, caliente, edematosa y dolorosa. La radiografía es para confirmar sin error el diagnostico diferencial; fractura de tercera falange, del navicular, esfuerzo interfalangeano (2º y 3º falange) y las pododermitis, especialmente en la región de los talones. TRATAMIENTO Las fracturas recientes de los fibrocartílagos complementarios de la tercera falange exigen el reposo absoluto y prolongado durante dos meses por lo menos y el vendaje de la región. Se colocara una herradura que reste gravitaciones y reacciones en correspondencia de la ranilla y del talón del pie del lado de la fractura. Si persiste la alteración funcional pueden 10 estudiarse las posibilidades de éxito de la neurectomia del nervio digital o palmar, practicando las anestesias tronculares correspondientes. En algunos casos de fractura puede eliminarse el fragmento de cartílago desprendido. BIBLIOGRAFÍA ADAMS: CLAUDICACION EN EL CABALLO Ted S. Stashak- Editorial Intermedica 5º edición- 2004 MEDICINA Y CIRUGÍA EQUINA Patrick T. Colahan- Editorial Intermedica 4º edición-1998 TRATADO DE LAS ENFERMEDADES DEL PIE DEL CABALLO Antonio Pires, C.H.Lightowler- Editorial Hemisferio Sur- 1991 ANATOMIA DE LOS ANIMALES DOMESTICOS S. Sisson, J.D.Grossman- tomo 1- 5º edición TERAPEUTICA ACTUAL EN MEDICINA EQUINA Robinson- 2º edición 11