El fracaso del socialismo - SelectedWorks

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From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena
February, 2007
El fracaso del socialismo
Guillermo Arosemena
Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/3/
EL FRACASO DEL SOCIALISMO DE AYER Y DE HOY
Guillermo Arosemena Arosemena
La Revolución Rusa que dio origen al socialismo impuesto por el Estado, duró
apenas 70 años, fue el sistema político-económico más corto de la historia de la
humanidad. El agrario se prolongó por miles de años pero fue terriblemente
ineficiente, el mercantilismo estuvo en vigencia tres siglos, pero fracasó por
favorecer a un limitado grupo de personas y el capitalismo tiene más de 200
años y va para largo. Sorprendentemente Marx y Engels, escritor y editor,
respectivamente, de la obra El Capital, donde se critica a los liberales ingleses
Smith, Ricardo, Mill y al estadounidense Franklin, ignoraron lo que había
sucedido en la historia medieval inglesa, cuando los reyes reconocieron que las
tierras comunitarias no alentaban la producción y optaron por asignarlas
individualmente a sus súbditos para que las trabajen. La propiedad privada se
convirtió en uno de los cimientos del desarrollo económico inglés.
El socialismo, nacido de una transformación sangrienta que coarta las libertades
individuales y crea una estructura estatal centralista, ordenando a los
ciudadanos lo que tienen que hacer, está condenado al rotundo fracaso como
efectivamente sucedió y sucederá. El socialismo soviético fracasó porque por
definición era un sistema que no premia al emprendedor, aquel individuo que
crea bienes y servicios que antes no existían, y que es capaz de identificar las
necesidades insatisfechas de los consumidores. No puede existir creatividad e
innovación en las sociedades socialistas, lo que explica la ausencia de inventos.
Los socialistas de actualidad, que tanto se llenan la boca atacando la
globalización se olvidan que el Politburo soviético, pretendió globalizar el nefasto
sistema a todos los continentes; lo intentó en Europa, África, Asia y América. En
todas las regiones creó miseria; ejemplos sobran: China, Corea del Norte, India,
Alemania Oriental, Angola, Congo, etc. La magnitud de la tragedia se conoció
después de la caída del muro de Berlín, como revelan las cifras
macroeconómicas durante los regímenes socialistas. Chávez también pretende
globalizar el socialismo y se repetirá la historia.
El editor de la influyente revista Forbes, cuyo lema es “herramienta del
capitalismo”, cuando en 1989 celebraba un año más de aniversario, escribió lo
siguiente: “Nacimos en los años del inicio del socialismo, éste acaba de morir,
mientras nuestra revista se lee más que nunca en todos los continentes”. La
escasa vida del mencionado sistema y el éxito de la revista, se deben a que
esta última permanentemente difunde ideas, conocimientos, innovaciones,
tecnología, apoya la propiedad intelectual y todo lo que se necesita para generar
riqueza, mientras que el socialismo, se basa en ocultar el conocimiento, eliminar
las iniciativas de la gente y al hacerlo, lejos de crear riqueza, limita el crecimiento
económico.
La característica de la economía planificada soviética fue escasez con
hiperinflación, se dio en todas las repúblicas, pequeñas, medianas y grandes de
Europa Oriental. La propia Rusia, durante los últimos años de gobiernos
socialistas, tuvo que importar enormes cantidades de granos de Estados Unidos,
por el consistente fracaso de las cosechas de trigo y demás cereales. Cuando
surgió el Glasnost (liberalización de la información) y Perestroika (reformas
económicas), cada república buscó su futuro sobre estrategias comunes:
terminar con la intromisión del Estado en el sector privado, acabar con las tierras
comunitarias, liberalizar la economía, apoyar la libertad económica y establecer
el imperio de la ley e institucionalidad. En unos países las transformaciones
fueron casi inmediatas, en otros, más lentas, pero la mayoría comenzó a
transitar por el camino hacia la prosperidad, a través del irrestricto apoyo al
sector privado. Se dedicaron a exportar, dar la bienvenida a la inversión
extranjera y aplicar demás políticas de libre mercado. Casi todas las anteriores
repúblicas soviéticas se encuentran mejor ubicadas que las latinoamericanas, en
el ranking mundial de libertad económica que mide las siguientes libertades:
negocio, fiscal, comercio, gobierno, monetaria, inversión, financiera, etc. Entre
los primeros países en enterrar el socialismo estuvieron Estonia y demás
naciones bálticas. Actualmente son economías pujantes con elevado nivel de
vida. El ingreso por habitante de Estonia es 9,100 dólares.
En la propia Europa Occidental se aprecian las diferencias entre los países
socialistas y los que siguen las políticas de libre mercado. Inglaterra, cuna del
capitalismo, para fines del siglo XIX, tomó la equivocada decisión de dejarlo
atrás y optó por adoptar políticas socialistas durante las primeras tres cuartas
partes del siglo XX, tiempos en el que se estatizaron y nacionalizaron empresas.
La libra esterlina, que había sido la moneda más fuerte del mundo, se convirtió
en una de las monedas más débiles de Europa. Por el mal manejo de la
economía, el FMI frecuentemente tenía que intervenir. Para mediados de los
setenta, el tamaño de la economía inglesa equivalía a 75% de la francesa. Con
la elección de Margaret Thatcher, como primer ministro, se inició un largo
proceso de liberalización de la economía. Actualmente el producto interno bruto
de Inglaterra es 100,000 millones de dólares más grande que el de Francia y el
ingreso por habitante 4,000 dólares superior. Este último país, sigue imponiendo
políticas socialistas, tiene elevado desempleo y mantiene la economía
estancada.
Semanas atrás perdió el socialismo en Suecia, los ciudadanos terminaron
dándose cuenta de que el Estado había crecido desproporcionadamente y el
famoso “Modelo Sueco” que frecuentemente era puesto de ejemplo, requería
desesperadamente revisarse. El nuevo gobierno reducirá la participación del
Estado en la economía, privatizará empresas del sector público y terminará con
la generosidad del Estado que se encargaba de los ciudadanos desde la cuna
hasta la tumba, eliminando así la iniciativa privada, indispensable para el
progreso humano.
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