SISTEMAS DE PAGOS Y COMPLEMENTACIÓN ECONÓMICA

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Banco Central de Venezuela
Colección Economía y Finanzas
Serie Documentos de Trabajo
Sistemas de pagos
y complementación
económica:
Estrategias desde
Latinoamérica
frente a la crisis
económica mundial
vladimir lópez ríos
[Nº 115]
Julio, 2010
 Banco Central de Venezuela, Caracas, 2010
Gerencia de Investigaciones Económicas
Producción editorial
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y no se modifique la información.
Sistemas de pago y complementación regional:
Estrategias para Latinoamérica frente a la crisis
económica mundial.
Vladimir López Ríos
vlopez@bcv.org.ve
2
Resumen
En este papel se sugiere que la crisis económica internacional, actualmente en
pleno desarrollo, habrá de propagarse hacia la región latinoamericana
principalmente mediante efectos sobre determinantes reales de la dinámica
económica. Frente a tal situación, debe concertarse una respuesta regional que
supere los atavismos de la integración inspirada en la ALALC, por cuanto la
insuficiente diversificación de la base productiva impide una elasticidad
creciente entre crecimiento económico y comercio intra zona. Se analizan y
anotan, entonces, iniciativas para la reforma y fortalecimiento del Convenio de
pagos y créditos recíprocos de ALADI; así como el sistema de pagos en
monedas locales; la titularización de los déficit bilaterales (provenientes del
comercio) y el canje de monedas; para mantener abiertos los flujos
comerciales en la región.
Abstract
In this paper I claim that the recent global economic crisis will spread over the
Latin America region through the real economic effects. To face this situation
and to diminish the economic impacts of such events, a regional economic
strategy based on integration that overcomes the limitations and shortcomings
from the Latin American Free Trade Association (ALALC), because the lack
of diversification of the productive base hinders the trade dynamics expressed
in the elasticity between economic growth and intra-regional trade. Therefore,
within this perspective, I analyze the initiatives aimed at reforming and
strengthening the Agreement on Reciprocal Payments and Credit of the Latin
American Integration Association (ALADI), along with local currency
payments system, the securitization of trade deficits and currency swaps as
means of payments, which should keep open the trade flows in the region.
3
Palabras clave: Integración económica, comercio regional, sistemas de pago,
titularización, canje de monedas.
Key words: Economic integration, regional trade, payment systems,
securitization, currency swaps.
JEL: F15; F40.
4
Índice temático
Página
1. Economía y comercio regional ………………………………………5
2. Convenio de pagos y créditos recíprocos ……….…………………..8
3. Sistemas de pagos en monedas locales ………….….……………...17
4. Titularización de los déficit bilaterales .…………….…..…….........10
5. Canje de monedas …………………………………………………..22
6. Conclusiones ……………………………….……………………….24
7. Bibliografía ………………………………………………………….25
5
1. Economía y comercio regional
La crisis financiera internacional, con riesgo de expansión sistémica hasta
nuestra región, exige la definición de estrategias anticíclicas concertadas, con la
finalidad de sostener el crecimiento económico e impedir tanto la pérdida de
desarrollo como el desplazamiento del peso del ajuste sobre la población de
menores ingresos1. En tanto podemos suponer que la propagación de la crisis
acontecerá mediante efectos sobre los determinantes reales de la dinámica
económica en la región, a saber: caída en precios de los productos exportados
que se transmitirán a la demanda agregada interna a través del gasto público;
amén de las restricciones de acceso al financiamiento internacional (inversión
extranjera directa, crédito bancario y colocación de títulos de deuda) y la
disminución de las remesas familiares (particularmente en los casos de
México, Centroamérica, Bolivia y Ecuador). Frente a ello se impone una
respuesta concertada, regional, que permita sostener el crecimiento económico
en condiciones favorables para la profundización de la integración,
definiéndose esta a partir de una creciente interdependencia por complementación de la
base productiva, con ganancias en equidad y moderación en las asimetrías.
Hasta ahora, la integración revela sus principales beneficios en objetivos
meramente comerciales, lo cual se expresa en la virtual remoción de los
aranceles de aduanas para el grueso de los bienes sujetos al comercio intra
regional2. Empero, los resultados durante el reciente período de auge de la
economía mundial para el cual disponemos de estadísticas homogéneas de
comercio exterior en UNASUR, el lustro 2002 – 2006, las exportaciones intra
1
De acuerdo con CEPAL, la eventual pérdida de empleos y el estancamiento o disminución de las
remuneraciones reales en virtud de la propagación de la crisis financiera internacional, habrá de conducir
a la América Latina y el Caribe a perder lo ganado en la lucha contra la pobreza durante lo últimos seis
años. Ver: CEPAL, Panorama social de América Latina 2008.
2
“mientras en 1995 el promedio de ítems liberados en el comercio intrarregional era tan solo de 22,1%,
actualmente esta cifra ascendió a 53,6%. (…) Si se pondera la cantidad de ítems por los valores de
comercio que los mismos canalizan se observa que el porcentaje promedio de productos liberados es
superior, aunque evidenciando la misma tendencia ascendente. En efecto, en 1995 este indicador
alcanzaba el 35,7% y actualmente ascendió a un 70,1%”. ALADI, “Informe sobre el comercio negociado:
1993 – 2006”. ALADI/SEC/di 2209/Rev. 1, 16 de febrero de 2009. Pág. 14.
6
regionales se incrementaron 28,9% mientras que las exportaciones totales al
resto del mundo lo hizo en 83,9% -todo ello con relación a los cinco años
anteriores (1997 – 2001)3. Por otro lado, si observamos la tasa de
exportaciones intra regionales con relación a las exportaciones totales
tendremos un panorama aún más desalentador: esta se mueve desde 26,8% en
1997 a 18,4% en 2002 y 16,7% en 20074. Esta situación sugiere una baja
sensibilidad del comercio al crecimiento económico, asociado ello quizá al
desconocimiento en los países miembro de la oferta exportable regional,
limitaciones en instituciones e instrumentos de crédito comercial o la
presencia generalizada de precios poco competitivos. Sin embargo, cuando
estudiamos el comercio intra regional por las secciones del arancel de aduanas
se observa una concentración de las exportaciones en productos básicos y baja
oferta de bienes con elasticidad ingreso o intensivos en conocimientos5. Como
agravantes podemos anotar la desigual distribución y concentración del
producto industrial6 (esta observación es relevante porque apunta a la menor
capacidad para transformar la producción básica y generar oferta regional
complementaria en un contexto económico de ingresos crecientes) y el arraigo
de un patrón de consumo distorsionado por la identificación de los sectores
3
Fuente: ALADI, Sistema de informaciones de comercio exterior. Cálculos propios. Al 10 de diciembre
de 2008, Paraguay solo registra ocho meses de comercio exterior de 2007 y las exportaciones de
Venezuela carecen de la información proveniente, ese mismo año, del sector petrolero.
4
Fuente: ALADI, INE y BCV. Cálculos propios.
5
Por ejemplo, las exportaciones totales se concentran en productos de menor elaboración: Sección 2
(Productos del reino vegetal), siete países; Sección 4 (Productos de las industrias alimenticias), seis países
y Sección 5 (Productos minerales), ocho países. Las importaciones totales refieren principalmente a la
Sección 5, siete países; Sección 6 (Productos de la industria química), diez países; Sección 16 (Máquinas
y aparatos eléctricos), diez países y la Sección 17 (Material de transporte), ocho países. Si excluimos
Productos minerales, resulta notoria una canasta de importaciones sesgada hacia bienes con mayor
agregación de valor; bienes cuya producción requiere una considerable e incesante absorción de progreso
técnico para sostener niveles crecientes de productividad y por tanto, susceptibles de irradiar
externalidades positivas hacia el resto de la estructura económica, lo cual incluye la exigencia de mayor
capacitación para la fuerza de trabajo. En la medida que la región no fomente discrecionalmente la
reorientación al interior de la demanda de importaciones, desperdicia la oportunidad para internalizar
presiones transformadoras sobre su sector productivo las cuales se vuelcan sobre el resto del mundo.
6
La información disponible para 2007 señala que en UNASUR, Brasil da cuenta de 44,9% del valor
agregado manufacturero y su reunión con Argentina y Venezuela explican 79,1% del sector. Ver:
CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2008.
7
locales de mayores ingresos con modas internacionales, lo cual acentúa la
propensión a importar allende las fronteras regionales7.
Igualmente, podría concluirse basado en tales resultados, la presencia
determinante de intereses comerciales que privilegian sus vínculos con
sectores productivos en las llamadas economías avanzadas. De acuerdo con
CEPAL, 26% de las ventas de las 500 empresas no financieras más grandes de
América Latina y el Caribe corresponde a empresas extranjeras8. Más adelante
señala que empresas extranjeras realizaban 50% de las exportaciones de las
200 mayores exportadoras en 2000; este porcentaje se redujo a 18% en 20069.
Aún cuando no está expresamente señalado, puede asumirse el cálculo de tales
porcentajes a partir de precios corrientes. Si tomamos nota de la
especialización regional en productos básicos y la menor participación
sectorial de las empresas transnacionales10 (ETN), amén de contener el
período señalado una fase de auge en los precios internacionales de tales
productos, podemos consentir cierta subvaloración de la importancia de tales
empresas en el comercio exterior regional. Además, su hegemonía en los
sectores de mayor contenido tecnológico resulta incontestable. Por otra parte,
el acervo de IED/PIB en América Latina y el Caribe ascendió a 32,4% en
2007 desde 9,9% en 1990. Esta cifra no solo revela un intenso proceso de
transnacionalización de la economía latinoamericana en el período de auge
neoliberal, sino también un nivel de transnacionalización superior al de las
economías en desarrollo (29,8%) y de Asia (28,6%), en particular11. Al
concentrarse esta inversión en la producción de materias primas y en la
producción para el mercado interno (ensamblaje de partes y piezas
7
Desde la perspectiva de las llamadas “Leyes de Kaldor”, la situación descrita en el comercio de
UNASUR muestra la necesidad de acrecentar la tasa de industrialización no solo para elevar el comercio
intra regional sino para revertir los efectos perversos de la dependencia neo-colonial implícita en el
comercio interindustrial que realiza con los países desarrollados.
8
CEPAL, La inversión extranjera en América Latina y el Caribe 2007.
9
CEPAL, ibidem.
10
En el sector predominan empresas mineras estatales.
11
UNCTAD, World Investment Report 2008.
8
importadas), contribuye con la especialización de nuestros países en ser
pobres.
Las consideraciones anteriores sobre la relevancia de las empresas
transnacionales persiguen señalar puntos de resistencia a una eventual
estrategia concertada para preservar el crecimiento en condiciones de
creciente complementariedad económica, toda vez que la agenda particular de
las ETN no necesariamente coincide con el interés regional por el desarrollo
económico: la estrategia transnacional de segmentación de los mercados,
adicionalmente a la optimización de la producción y distribución, responde a
objetivos de maximización temprana de beneficios mediante precios de
transferencia por sobrefacturación de las importaciones y subfacturación de
las exportaciones en el comercio intra firma. Con la ideología de la
mundialización por delante, las operaciones de las ETN desdibujan su carácter
real para adquirir de rondón un matiz claramente financiero, gracias a la
liberalización de la cuenta de capital, garantías de acceso al crédito interno y
adecuación de los flujos comerciales a la trayectoria del tipo de cambio. Esta
formidable capacidad para optimizar operaciones económicas a escala
planetaria opondrá resistencias a la gestión de iniciativas que requiere
Latinoamérica para sostener el crecimiento en presencia de crisis sistémica y
en dirección a la complementación económica.
2. El Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos
Una primera iniciativa orientada a preservar y acrecentar los flujos comerciales
radica en el fortalecimiento del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos (CPCR) de
ALADI, lo cual implica introducir cambios en su funcionamiento para
tornarlo más dinámico e incorporar nuevos socios. En tanto los ingresos de
divisas a la subregión provienen principalmente de las exportaciones de
productos básicos, en un escenario de desplome de sus precios internacionales
9
cabría esperar una merma en tales ingresos con incidencias adversa sobre las
reservas internacionales y el gasto agregado12. En esta circunstancia resulta
imperativo sostener el comercio intra regional como soporte de un quantum de
la actividad económica interna y el empleo, en un enfoque que permita
resguardar las reservas internacionales. Se trata de fomentar la reorientación
de una parte del comercio exterior hacia el interior de la región donde haya
capacidad de sustitución con la ventaja del ahorro de divisas: esa opción está
primeramente en el CPCR de ALADI.
Desde su puesta en operación en 1966 y hasta 2008, las importaciones
canalizadas a través del CPCR ascendieron a USA$ 250.581 millones con una
transferencia efectiva de divisas entre los bancos centrales de USA$ 100.660
millones, lo cual implicó un ahorro global equivalente a 59,8% del valor de las
importaciones. Durante el período, tan solo 22,3% de las importaciones entre
los países miembro de ALADI fueron procesadas mediante el CPCR, siendo
apenas 8,9% en 2008.
Importaciones por Convenio/Total importaciones
intra regional
(%)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
2008
2005
2002
1999
1996
1993
1990
1987
1984
1981
1978
1975
1972
1969
1966
0
Fuente: ALADI.
12
En 2007, el promedio simple de las exportaciones de materias primas respecto a las exportaciones
totales fue de 78,7% en UNASUR: los extremos fueron Brasil (51,7%) y Venezuela (92,7%; corresponde
a 2006)). CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2008. Cálculos propios.
10
Esta revisión general sobre la operación del CPCR oculta un período de
dieciocho años –desde 1972 hasta 1989- en el cual las importaciones intra
ALADI canalizadas por el Convenio ascendieron a 71,5% en promedio;
90,9% constituyó su cenit aquel último año, a partir del cual comenzó su
declive13. Podríamos decir que la expansión de su cobertura desde 1971
pudiera esta vinculada con expectativas adversas respecto a la disponibilidad
de medios de pago internacional asociadas con la crisis del sistema monetario
internacional (quiebra del sistema de paridades cambiarias fijas acordadas en
Bretton Woods) y restricciones asociadas de acceso al crédito comercial,
además de los choques petroleros de los años 70 y 80, así como a la crisis de la
deuda externa. Sin embargo, el abandono del CPCR nos luce vinculado
principalmente a motivaciones ideológicas acerca del “libre comercio”
impuestas a la región mediante los planes de ajuste macroeconómico
impulsados por el FMI y el BM antes que al fortalecimiento de las reservas
internacionales; no obstante señalamos que la proporción media de reservas
internacionales brutas respecto al PIB para la región ALADI14 se incrementó
desde 6,25% entre 1972 y 1989 a 8,76%15 entre 1990 y 2007. Sin embargo,
cuando analizamos las reservas internacionales en su condición de respaldo
efectivo de la capacidad de pagos internacionales, esto es, en meses de
importaciones, su cuantía promedio no varía mucho: 5,6 meses entre 1979 –
1989, años de “escasez de divisas”, y 5,7 meses para los años de “abundancia
de divisas” entre 1990 – 2006 (lapsos de tiempo para los cuales tenemos
información homogénea)16. Igualmente, si separásemos las reservas
internacionales totales por la tenencia o ausencia de oro, de acuerdo a
información disponible en el Fondo Monetario Internacional, nos
encontramos que en ambos períodos, las reservas internacionales cubren 5,0
13
No obstante, hasta 1993 fue superior a 50%.
Excluye a Paraguay.
15
Calculado con base en estadísticas provenientes de: World Bank, World Investment Report.
16
Incluye a Paraguay.
14
11
meses de importaciones17. Un elemento adicional se encuentra en la corrosión
de la confianza por el abandono o debilitamiento de la garantía de reembolso,
lo cual condujo a la introducción de restricciones para su empleo por parte de
algunos bancos centrales mediante reglamentación interna, como lo señala la
propia ALADI. Esta institución menciona “la eliminación de la obligatoriedad
del cruzamiento de las operaciones de comercio intrarregional a través de
convenio y demás limitaciones, entre las que podrían mencionarse topes en las
líneas de crédito por institución, montos máximos por operación, exigencias
de garantías o el cobro de comisiones impuestas por los bancos centrales para
minimizar el riesgo crediticio asumido como consecuencia del otorgamiento
de la garantía de reembolso” 18.
En las actuales circunstancias, ALADI no debe ser un refugio coyuntural
frente a las restricciones externas sobre el crecimiento regional sino, más bien,
la instancia donde se defina una estrategia regional consensuada para el
desarrollo a partir de la complementariedad económica, y definida mediante
políticas sectoriales específicas antes que por el libre comercio. Precisamente,
el libre comercio, como norte ideológico de la integración latinoamericana
solo condujo a la desgravación arancelaria. De manera aislada, esta no
conduce a la expansión sostenida del comercio intra regional y tampoco al
crecimiento del producto. Por otro lado, en condiciones de libre comercio, las
asimetrías regionales habrán de incrementarse en tanto reproducen las mismas
perversiones presentes en la relación Centro-Periferia: unos países se
consagran en actividades productivas industriales y otros en proveerlos de
materias primas. Las diferentes elasticidades en la demanda de sus productos
respectivos así como las diferencias en las externalidades de redes que estos
17
Internacional Monetary Fund. Internacional Financial Statistics. Database and Browser, November
2008. Cálculos del autor.
18
ALADI, Convenio de pagos y créditos recíprocos. Reflexiones sobre su funcionamiento y algunos
temas que podrían ser objeto de discusión para su dinamización. Documento informal 930 del 17 de abril
de 2009. Página 7.
12
ocasionan en términos de sinergias nacionales y estímulos para la absorción de
progreso técnico conducirán indefectiblemente a la especialización de unos en
generar riqueza y otros en profundizar su pobreza19. Estas observaciones se
permiten entonces impugnar la noción de convergencia de ingresos propia de
la economía neoclásica, erigida con base en el principio de rendimientos
decrecientes, libre comercio y movilidad factorial. Si los países de la región
devienen proveedores de materias primas, por ejemplo, para Brasil20, el
empobrecimiento relativo subsiguiente y la ampliación interna de la brecha de
ingresos, impondrá con mayor fuerza crisis distributivas que a mediano plazo
habrán de conducir al abandono de esa integración. Un primer antecedente
regional lo vivimos con la denuncia de la ALALC21 en 1966 por parte de
Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela (Declaración de Bogotá): dada su
orientación comercial, estos países consideraron beneficiaba a los que
detentaban mayor tamaño económico, esto es, Argentina, Brasil y México.
Revitalizar el Convenio ALADI requiere algunas iniciativas, las cuales
mencionamos a continuación:
a) Reducción de costos transaccionales: tasa de interés y líneas de crédito
bilateral. La tasa de interés establecida por ALADI para las operaciones entre
bancos centrales (LIBOR a 3 meses + 15 días) resulta hoy día superior al
19
Obviamente hacemos abstracción de la situación de heterogeneidad estructural presente en cada país, la
cual puede ilustrarse mediante la referencia a la mayor desigualdad que presentan a su interior que entre
ellos.
20
Un rasgo importante de seguir y analizar en la política integracionista brasileña es aquella puesta en
marcha a través del Banco Nacional de Desenvolvimiento Econômico e Social (BNDES), vinculado al
Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. La concesión regional de crédito de esta
institución no puede desligarse de una estrategia para incorporar a los países vecinos a la economía
brasileña en condición de proveedores de materias primas, bien sean estas gas, petróleo, madera o
minerales metálicos. No es producto del azar el incremento del capital del BNDES, precisamente cuando
otros países pretendemos impulsar la construcción del Banco del Sur como banco de desarrollo para la
integración regional. Imperativo resulta entonces anotar que la concepción del desarrollo y de la
integración tras la política crediticia regional del BNDES puede conducir a reproducir las relaciones de
dominio económico y dependencia política suficientemente cuestionadas en la relación Norte-Sur.
21
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Sobre sus ruinas se edificó la ALADI, cual pareciera
afectada por alguna falla de origen que la mantiene anclada en el exclusivo fomento del comercio sin
poder trascender política y teóricamente hacia el desarrollo como estrategia para la construcción de una
sociedad de ingresos crecientes mediante una industrialización ecológicamente sustentable.
13
rendimiento de las reservas internacionales. Por tanto, propicia la cancelación
adelantada de las obligaciones, y con ello desvirtúa el objetivo de ahorro de divisas el cual se
expresa en la menor varianza de los pagos en el ínterin de cuatro meses hasta su liquidación.
Los costos por tasas de interés se trasladan desde los bancos centrales hasta
las instituciones bancarias autorizadas las cuales, asumimos, los incorporan en
las comisiones cobradas a los comercializadores internacionales en adición a
los intereses devengados por la emisión de los instrumentos de crédito
documentario.
Un segundo factor compele a la cancelación adelantada de los débitos: las
limitaciones impuestas por las líneas de crédito. El Artículo Nº 23 del
Convenio señala: “Cualquier exceso sobre el límite de la línea de crédito
deberá ser pagado por el banco central deudor al banco central acreedor
dentro de los cinco días hábiles siguientes de producido dicho exceso …”.
Otra forma de realizar esta cancelación, digamos, inmediata, se establece en el
Artículo Nº 25 de la manera siguiente: “A solicitud del banco central que
fuese deudor, el banco central acreedor podrá efectuar abonos con cargo a un
tercer banco central que tenga líneas de crédito suscritas con las partes en
conformidad con el Convenio, siempre y cuando este tercer banco central
acepte el débito…”. De acuerdo con ALADI, el total de las líneas de crédito
en el Convenio ascendió a USA$ 2.828 millones, sin registrar cambios en los
últimos cinco años, precisamente el período donde acontece un importante
auge del nivel de actividad económica y del comercio exterior. Usualmente, los
exiguos montos de comercio canalizados por el Convenio no encuentran
trabas para su realización en los límites de las líneas de crédito; sin embargo,
acontece lo contrario cuando este comercio experimenta cierto auge, por lo cual la rigidez
en la adaptación de las líneas de crédito a fases de auge en el comercio intra regional deviene
óbice para su despliegue e impone el adelanto de las liquidaciones intra período.
14
En la fase actual de recuperación de las operaciones por el Convenio se
observa como los pagos anticipados ascienden desde USA$ 407 millones en
2003 hasta USA$ 11.506 millones en 2008 (equivalentes a 57,9% y 90,9% del
valor de las operaciones canalizadas, respectivamente). Señalamos así,
entonces, que tasa de interés y líneas de crédito parecieran destinadas en este
momento a castigar la canalización del comercio intra regional por el CPCR
de ALADI.
b) Decisión política para forzar la reorientación del comercio intra regional a
través del Convenio. Esta puede expresarse, en primer lugar, en la
obligatoriedad de tramitar las operaciones comerciales regionales de las
empresas públicas y gobiernos de los países miembros por este mecanismo22.
En segundo lugar, sugerimos la centralización en ALADI -para su posterior
difusión y consulta abierta- de la oferta exportable regional identificada por
países y productores, con especial énfasis en los bienes intermedios y servicios
al productor, para superar las restricciones de información acerca de la
disponibilidad de insumos para la industria de transformación23. Esta mayor
información permitirá la concertación de estrategias de producción conjunta
en actividades productivas susceptibles de complementación y habrá de
estimular, a su vez, políticas sectoriales para el financiamiento, la
comercialización internacional y la capacitación laboral y tecnológica entre los
distintos gobiernos y con los sectores productivos nacionales.
c) Flexibilidad en el uso de monedas e instrumentos. El Artículo Nº 7 del
Convenio identifica al dólar de los Estados Unidos como la moneda para
realizar los pagos por allí tramitados. Las nuevas realidades de la economía
22
Hasta comienzos de los años 90, así aconteció con las exportaciones regionales de PDVSA.
Por razones de costos, para países de bajos ingresos o productores con escaso financiamiento, la
participación en ferias y misiones comerciales como instancias de promoción de la oferta exportable
suelen resultar prohibitivas. La provisión de información sobre la oferta exportable regional desde el
portal electrónico de ALADI podría compensar las carencias anotadas.
23
15
mundial, sin embargo, sugieren la conveniencia de modificar este artículo para
conceder viabilidad al empleo de otras monedas e instrumentos no
monetarios como medios de pagos. Correlato de ello resultará la modificación
concomitante del Artículo Nº 1, el cual señala el acuerdo de los bancos
centrales para establecer en dólares las líneas de crédito bilaterales. Ambos
cambios crean las condiciones para la realización por el Convenio de
operaciones en monedas nacionales, divisas alternativas o instrumentos no
monetarios. Así, concederá igualmente mayor flexibilidad a los bancos centrales para
ajustar los requerimientos domésticos de importación a la estrategia de gestión de las reservas
internacionales (monedas y papeles) y sus obligaciones externas (bien, pasivos
internacionales o compromisos derivados de la geopolítica).
d) Preservar la garantía de reembolso. La garantía de reembolso constituida
mediante el Artículo Nº 11 del Convenio, establece para cada uno de los
bancos centrales la aceptación irrevocable de los débitos que acarree sobre
otro por los reembolsos realizados a instituciones autorizadas de su país y
provenientes de los pagos por operaciones cursadas. El respeto de la garantía
de reembolso habrá de fortalecer el sistema de pagos de ALADI, acrecentar la
confianza en su empleo al tiempo que desalienta los argumentos a favor de
acortar el período de la compensación, cual es uno de los principales
atractivos invocados para publicitar la propuesta argentino-brasileña del
sistema de pagos en monedas locales (SPML). El incumplimiento para con la
garantía de reembolso y por tanto la carencia de certeza en la redención de las
acreencias, condujo en el pasado al establecimiento de límites en los montos
por operación, exigencias de garantías y cobro de comisiones en adición a
topes en las líneas de crédito, todo lo cual conspira en contra del
desenvolvimiento del Convenio. Por otra parte, los cambios introducidos en
las legislaciones de bancos centrales al calor de las reformas neoliberales de los
años noventa conducidas por el FMI y el Banco Mundial mediante los
16
programas de ajuste macroeconómico, las cuales centraron sus funciones en el
control de la inflación y la administración de las reservas internacionales,
introdujeron algunas dificultades para el cumplimiento de un objetivo
relacionado con el desarrollo económico como el del sistema de pagos de
ALADI, vinculado con la integración económica regional. Para decirlo con
palabras de ALADI: “A partir de la década del noventa, los cambios
institucionales introducidos con relación a los objetivos y funciones que deben
cumplir los bancos centrales, tornaron problemático para la mayoría de los
mismos, su papel dentro del Convenio en virtud del compromiso derivado de
la garantía de reembolso”24. Ello se relaciona obviamente con la intención
neoliberal de despojar a los bancos central de “motivaciones políticas” (el
desarrollo económico y la integración regional) que desnaturalicen su correcto
accionar en la dirección de la estabilidad de precios y el poder de compra de
la moneda.
En la perspectiva de restaurar la capacidad del Convenio para movilizar el
comercio intra regional y sostener el crecimiento en un contexto de restricción
del financiamiento externo y expectativas de contracción en el nivel de las
reservas internacionales, el restablecimiento de la garantía de reembolso debe
asumirse mediante la definición de estrategias de cumplimiento de los pagos
para acotar la asunción del riesgo de mora.
En adición a lo anteriormente señalado, de acuerdo con ALADI, otros dos
elementos pueden desincentivar la canalización de comercio a través del
Convenio, cuales son: el plazo de aceptación de los débitos y la prueba de admisibilidad
de las operaciones. En el primer caso, el reglamento del Convenio establece que
los débitos efectuados “se considerarán aceptados si después de nueve meses
desde la fecha de su registro no han sido objeto de observaciones por parte
24
ALADI. Op. Cit. Página 11.
17
del banco central cuya Cuenta Convenio ha sido debitada”25. Dado el
prolongado período entre el momento de registrar el débito y su aceptación
definitiva (nueve meses), “existe la posibilidad de que una institución
autorizada pague al exportador una operación que luego pueda ser objetada
por el Banco Central del país importador y cuyo importe le sea extornado por
su propio Banco Central”26. Ciertamente, la incertidumbre que la posibilidad
del extorno y por tanto la reversión de los procedimientos de pagos ya
efectuados genera sobre los operadores de comercio exterior e instituciones
autorizadas (con implicaciones fiscales para todos los involucrados),
necesariamente desalienta la canalización de operaciones por el Convenio.
Una manera de superar semejante escollo radica en la reducción del período
para la aceptación en firme de los débitos a no más de una semana a partir de
la fecha de registro. Ello exige de parte de los bancos centrales fortalecer los
mecanismos de seguimiento y evaluación de las operaciones cursadas por ente las instituciones
autorizadas e impulsar acciones punitivas que afecten pecuniariamente tanto a las
instituciones autorizadas como a los operadores de comercio y evite la colusión entre ambos.
El segundo caso está vinculado con la definición de normas de origen, lo cual
impone rondas de negociaciones con la finalidad de adoptar una convención
común.
3. Sistema de pagos en moneda local (SPML). Este sistema de pagos fue
inicialmente propuesto por los bancos centrales de Argentina y Brasil en
diciembre de 2006, como un mecanismo voluntario y complementario de los
sistemas de pago ya existentes. Los saldos unilaterales que registren las cuentas
de cada banco central se compensarán diariamente. La liquidación se realizará
en dólares de los Estados Unidos (USA$). El SPML no es un mecanismo de
cobertura de riesgos cambiarios y los bancos centrales no asumen riesgos de
crédito recíproco a excepción de la compensación de los saldos unilaterales.
25
26
ALADI. Op. Cit. Página 14.
ALADI. Op. Cit., páginas 14 y 15
18
De ninguna manera, los bancos centrales están motivados por la obtención de
lucro alguno.
El SPML se diseñó para reducir los costos cambiarios de los pequeños
operadores del comercio binacional entre Argentina y Brasil, y mediante la
compensación y liquidación diaria supera los riesgos de mora provenientes del
incumplimiento de la garantía de reembolso y aquellos atinentes a los plazos
para la aceptación de los débitos. En condiciones de flotación de la tasa de
cambio, cuando estos operadores concurren al mercado cambiario para
ofrecer o demandar divisas -dados los montos-, solían ser castigados con una
tasa de cambio más baja (caso de los exportadores) o con una tasa más
elevada (caso de los importadores). El SPML fija la tasa de cambio entre las
monedas locales para las siguientes veinticuatro horas por la cotización de
cierre el día anterior de cada moneda respecto al USA$ en ambos mercados de
cambio. De esta manera se logra el objetivo de reducir costos transaccionales
para los pequeños operadores en el comercio binacional y se genera un
estímulo para expandir el comercio transfronterizo, además de conceder
alguna relevancia en el comercio binacional a las monedas locales.
En una primera evaluación preliminar realizada por el Banco Central de la
República Argentina (BCRA)27 se observan tres rasgos relevantes: 1) Una
trayectoria mensual irregular en el primer semestre de funcionamiento que
posiblemente, en nuestra apreciación, obedece a la coincidencia de la entrada
en operación con una caída en los flujos comerciales vinculada con
restricciones en el financiamiento y la abrupta y sostenida devaluación de las
monedas, principalmente el real brasileño.
27
BCRA. Sistema de Pagos en Monedas Locales: Argentina – Brasil. Presentación realizada en el
“Seminario para la dinamización del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos y el Uso del Sistema de
Pagos en Monedas Locales”. Montevideo, 22 de abril de 2009.
19
en millones de u$s
Intercambio comercial
5,0
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
Oct-08
Nov-08
Dic-08
Ene-09
Feb-09
Mar-09
Fuente:BCRA.
BCRA.
Fuente:
2) Resulta notorio pese a lo incipiente del mecanismo, una relación
decreciente entre el uso del SPML y el valor nominal de las operaciones, como
puede observarse en el siguiente gráfico, ya que son precisamente los
pequeños operadores quienes se benefician de la reducción de costos al
sustraerse del mercado cambiario y del disfrute de una tasa de cambio
uniforme:
Operaciones por Tramos de Montos en % del Total
en % del total de operaciones
Distribución de Frecuencias
45%
40%
40%
35%
32%
30%
25%
20%
17%
15%
8%
10%
3%
5%
0%
Hasta u$s10.000
Fuente: BCRA.
Entre u$s10.000 y
u$s50.000
Entre u$s50.000 y Entre u$s100.000 y
u$s100.000
u$s1.000.000
Más de
u$s1.000.000
20
3) Finalmente, las operaciones realizadas no superan aún los USA$ 5,0
millones, esto es, se encuentran por debajo del 3,0% del flujo comercial
bilateral. Sin embargo, la información preliminar y circunstancial sugiere un
déficit recurrente de Argentina – el país con menor grado de industrialización
y diversificación de la estructura productiva. Si las diferencias en el tamaño
económico preludian un ancla para definir la tendencia en el período
subsiguiente (ceteris paribus la trayectoria de los tipos de cambio), podemos
entender la sugerencia argentina de negociar la posibilidad de ampliar el plazo
para la compensación y liquidación desde un día a una semana, realizada en el
marco de Seminario Taller realizado en ALADI el pasado 22 de abril. Alude
directamente a la previsión de restricciones en la gestión de las reservas
internacionales en virtud de los compromisos de pago inmediato que acarrea
el SPML. Aquí, precisamente, radica su principal debilidad.
En el caso de acontecer la modificación sugerida del artículo Nº 7, podría
concebirse incluso un tipo de transacción que suprima la compensación en
divisas, como la expuesta en las dos propuestas siguientes:
4. La titularización (securitization) del déficit bilateral en papeles de
deuda
soberana
emitidos
en
moneda
nacional,
desmaterializados,
fraccionables y poseedores de algún criterio de indización (inflación o tasa de
cambio bilateral), puede erigirse en el instrumento que facilite la supresión
parcial o total de las divisas en la liquidación de los débitos. Estos papeles solo
podrán canjearse por ante el banco central en moneda nacional a su valor
nominal para aplicarse a los destinos de consumo, inversión, pago de
obligaciones financieras o impositivas por parte de quienes detentan su
propiedad, siendo libremente comercializables en el país emisor o allende sus
fronteras. El diseño de instrumentos de pago de esta naturaleza puede
21
fomentar una mayor complementación económica entre los países de ALADI
si logra atraer semejante capacidad financiera para la inversión en los países
deficitarios al disfrutar de condiciones preferenciales en proyectos específicos.
Como se ha enunciado para el SPML, los bancos centrales en este caso
tampoco habrán de perseguir lucro alguno: su objetivo radica en preservar los
flujos de comercio regional. El flujograma siguiente ilustra las condiciones de
operación:
Titularización de los débitos comerciales
Colombia
(BR)
Ps.
Títulos (aju. Inf.)
Venezuela
(BCV)
Bs.
Exportador
Importador
Operador
Internacional
Operador
Internacional
i) En un primer momento, acontece una operación comercial tradicional
como en el esquema CPCR-ALADI, donde un importador paga con moneda
nacional su obligación ante el banco agente y este al banco central. A su vez,
el exportador recibe de su banco agente (proveniente del banco central
respectivo) la contrapartida monetaria en su propia moneda. En términos
monetarios, al igual que en el CPCR-ALADI, la operación implica una
contracción en el país importador y una expansión en el país exportador, cuya
cuantía estará relacionada con la magnitud del comercio bilateral. ii) Al
momento de la compensación, el pago de los débitos acumulados se realiza
mediante la entrega de los títulos al banco acreedor; iii) la expansión
22
redundante de liquidez monetaria en el país con superávit deberá reducirse
cuando el banco central venda tales títulos (o una parte de estos) a un
operador internacional y iv) en el país deudor la liquidez se restablecerá
cuando el banco central emisor de los títulos proceda a su redención.
La principal ventaja del esquema de titularización radica en la supresión del empleo de
divisas en la compensación y la creación de un instrumento susceptible de utilizarse para
estimular la expansión de la demanda agregada en el país deficitario. Por este medio, la
titularización compele a la complementación de las economías y favorece la
creación de una nueva urdimbre productiva. Por otra parte, la principal
restricción para su aceptación por los bancos centrales está en el legado de las
reformas neoliberales de los años 90 que impiden a los bancos centrales
mantener en su cartera títulos valores no endosables a las reservas
internacionales: la expansión de la liquidez en el país exportador con cargo a
un título sin cualidades de activo de reserva viola la convención sobre la
consolidación del portafolio en activos y pasivos. La respuesta para superar
semejante restricción podría construirse mediante el desarrollo de un mercado
regional de títulos de deuda parecido al de la ASEAN28 más la República
Popular China, orientado al impulso de un mercado de deuda denominada en
monedas locales.
5. Canje (swap) de monedas. Las operaciones de canje de monedas o de
instrumentos de pago pueden operar mediante la cesión o apertura de líneas
de crédito entre los bancos centrales. De esta manera, el importador girará
contra la línea abierta por el banco central del exportador quién recibirá el
pago en su propia moneda. Las modificaciones asociadas con la liquidez
monetaria igualmente volverán a su nivel cuando se produzca el pago de los
débitos y la redención de las obligaciones. La particularidad de este último
28
Association of Southeast Asian Nations (Asociación de Naciones del Sureste de Asia), cuyos miembros
son Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
23
mecanismo estriba en la necesidad de una tendencia al equilibrio de los flujos
comerciales para mantenerse el mecanismo; caso contrario, el país acreedor
exigirá la liquidación en divisas de la acreencia resultante en la compensación.
Canje de monedas o instrumentos
(líneas de crédito)
Bs.
Colombia
(BR)
Bs.
Ps.
Venezuela
(BCV)
Ps.
Imp. Col
Bs.
Exp. Ven
El sistema de pagos mediante intercambio de monedas propuesto por la
República Popular China (R.P. China) a la República Argentina funciona de
una manera diferente al expuesto en este papel. De acuerdo con información
extra oficial proveniente del Banco Central de la República Argentina, consiste
en una línea de crédito en yuanes para estimular las importaciones argentinas
desde aquél país; recíprocamente, Argentina abriría una línea de crédito en
pesos para estimular sus exportaciones hacia la R.P. China. Se trata entonces,
en ausencia de crédito internacional, de una propuesta cuya finalidad radica en
preservar el crecimiento económico mediante el comercio exterior. La línea de
crédito permitirá liquidar las exportaciones en el país de origen mediante su
propia moneda, sin embargo, la acreencia generada en el país importador
deberá cancelarse en una divisa a convenir. En la propuesta de la R.P. China
no hay compensación.
24
Una propuesta adicional, podría ser el establecimiento de la obligatoriedad de
aplicar una parte del superávit comercial a la adquisición de bienes producidos
en el país con el cual se obtiene dicho resultado. En tal situación, obviamente
se reducirá la erogación de divisas para el país con déficit y se estimulará el
nivel de actividad económica en el sector productor de transables. Esta opción
permitirá afectar positivamente el producto regional en actividades de menor
eficiencia relativa, y favorecerá condiciones para su desarrollo. A su vez,
reduce compulsivamente los desvíos asociados con asimetrías provenientes de
las diferencias en el tamaño económico relativo. Si la región lograse diseñar
una estrategia de política económica mancomunada con una apuesta decisiva
por la industrialización, medidas como estás no solo conducirán
decisivamente a resultados de ahorro neto de divisas sino a la construcción de
demanda efectiva.
Conclusiones.
La crisis económica contemporánea, asociada en lo fundamental con la
sostenibilidad del modelo capitalista basado en la financiarización de la
economía mundial, requiere en adición a la revisión crítica de la teoría y la
política económica que la sustentan, la construcción de alternativas regionales
creativas. La integración latinoamericana centrada en la liberalización del
comercio muestra sus limitaciones para sostener mayores niveles de actividad
económica, precisamente por su incapacidad para incorporar una mayor
proporción de su comercio total a los flujos intra fronteras. Las propuestas
sobre los sistemas de pagos, bien sea la reforma de lo existente o la
construcción de otros nuevos, deben orientarse a recuperar espacios de
autonomía en la política económica mediante la incorporación de monedas
locales o unidades de cuenta regional para el fomento y realización de las
transacciones; pero de suyo, están inhabilitados para ampliar la oferta. Las
limitaciones explícitas a la expansión de la integración basada en el comercio
25
radican en la escasa diversificación de las actividades productivas, y por tanto,
insuficiente generación de oferta exportable. Semejante situación mantiene la
tendencia al desequilibrio externo regional, en virtud de la elevada elasticidad
ingreso de las importaciones; esta sólo puede sortearse durante los breves
períodos de auge de ingresos externos vinculados con el incremento de los
precios de las materias primas que conforman la canasta regional de
exportaciones.
Por otro lado, las estrategias individuales de aseguramiento externo basadas en
el acopio de reservas internacionales, distraen recursos del financiamiento a la
expansión de la capacidad productiva y el crecimiento económico. De allí el
imperativo para la región de moverse hacia estrategias cooperativas como la
identificada con la iniciativa Chiang Mai.
Bibliografía
ALADI, “Convenio de pagos y créditos recíprocos. Reflexiones sobre su
funcionamiento y algunos temas que podrían ser objeto de discusión para su
dinamización”. Documento informal 930. 17 de abril de 2009.
ALADI,
“Informe
sobre
el
comercio
negociado:
1993-2006”.
ALADI/SEC/di 2209/Rev.1, 16 de febrero de 2009.
CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2008.
CEPAL, La inversión extranjera en América Latina y el Caribe 2007.
CEPAL, Panorama social de América Latina y el Caribe 2008.
Ricardo French-Davis, Economía internacional. Fondo de Cultura Económica
(México, 1985).
Vladimir López Ríos, “Área monetaria óptima: un pretexto entre integración y
desarrollo”. Revista BCV. Vol. XXII, N° 1, Caracas, enero-junio 2008.
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