GOLDRATT, Eliyahu M. y Jeff COX La meta. Monterrey: Ed. Castillo, 1993. 408pp. Por: Bismarck G. Sesma y Muñoz y Beatríz Meneses Aguirre La novela La meta tiene los siguientes propósitos: a). Demostrar que todos podemos ser científicos; b). Hacer fáciles de entender los principios generales del análisis de restricciones (constraints); y c). Mostrar los beneficios que puede generar la aplicación de los nuevos principios, ante la balanza comercial desfavorable de Occidente. La obra está estructurada (intencionalmente sin índice) en cuarenta capítulos sin título. Los protagonistas (el principal funge como narrador) que aparecen como hilo conductor del relato son dirigentes de una manufacturera (¿de mediano tamaño?) de un importante grupo organizado en divisiones que padecen las consecuencias de la globalización. En la primera parte del desarrollo del esquema narrativo, se muestra la deteriorada realidad de la triunfante fase superior del capitalismo contemporáneo en el primer mundo (desempleo, cierres, desperdicio de capacidad instalada, desplazamiento de la fuerza de trabajo, desintegración familiar, maquillaje estadístico, parálisis paradigmática, dogmatismo inoperante, etc.). En la segunda parte, el narrador evoca su reencuentro con un antiguo profesor extranjero de física (evidente imagen del autor principal) que es exitoso consultor internacional de grandes corporaciones; dicho profesor (que se convierte en una especie de intelectual orgánico de la planta), utilizando un método mayeútico, inicia la inducción de los protagonistas a un análisis más científico de los problemas de la administración; tangencialmente, el narrador trata de analizar su vida familiar y personal con tal sistema. En la tercera parte, se muestran algunos de los resultados de la aplicación de los nuevos principios; las breves y suspensivas apariciones del profesor se tornan más esporádicas, dejando a cargo del grupo protagónico mayor responsabilidad en el desarrollo y en la aplicación de los principios. La novela es de una magnífica manufactura literaria, la traducción parece ser muy buena. Los aspectos técnico-administrativos son, asimismo, excelentes; aun cuando el autor es de estilo un tanto marxiano (más crítico que propositivo), se pueden encontrar los siguientes principios del proceso [pp.361, 369+]: a). Identificar las restricciones del sistema, b). Subordinar el resto del sistema a las restricciones, 262 c). Dar mayor capacidad en la ubicación de las restricciones, y d). Retroalimentar el sistema. Los parámetros ('throughput', inventario y gasto operativo) de los nuevos principios vienen a renovar a la administración de las modernas desviaciones de los proyectos de "mejoramiento", insertando los sistemas dentro de una estructura epistemológica de hipótesis válidas y no de "verdades" definitivas. Los autores pretenden también incidir en el sistema educativo informal, pero en esta obra no desarrollan un modelo de transición que sustituya a la contabilidad de costos convencional; además el parámetro throughput es inaplicable en situaciones distintas a las plantas industriales. 263