XIXdomingodelTiempoOrdinario•AÑO/C• Lc 12, 32-48

Anuncio
XIX domingo del Tiempo Ordinario• AÑO / C • Lc 12, 32-48
● Primera lectura ● Sb 18, 6-9 ● “Castigastes a los ● Segunda lectura ● Hb 11, 1-2.8-19 ● “Esperaba la
enemigos y nos honraste llamándonos a ti”.
ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios”.
● Salmo ● Sal 32 ● “Dichoso el pueblo a quien Dios ● Evangelio ● Lc 12, 32-48 ● “Estad preparados”.
escogió”.
Lc 12, 32-48
32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «No temas,
pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros
el reino.
33
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que
no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo,
adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. 34 Porque
donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.
35
Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. 36 Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de
la boda, para abrirle apenas venga y llame.
37
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la
mesa y los irá sirviendo.
38
Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. 39 Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un
boquete. 40 Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la
hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
41
Pedro le preguntó: - «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
42
El Señor le respondió: - «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? 43 Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre
portándose así. 44 Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. 45 Pero si el empleado piensa: “Mi amo
tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, 46 llegará
el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no
son fieles. 47 El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. 48 Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
“Me puse a visitar iglesias, escuchaba sermones
sobre la oración, pero no lograba aprender a orar.
Después de un año alguien me dio la solución: La
oración de Jesús, interior y constante es la invocación continua e ininterrumpida del Nombre de Jesús con las palabras, y el corazón, la inteligencia… reconociendo su presencia en todo lugar y
tiempo. Y se manifiesta con estas palabras: Señor
Jesucristo, ten piedad de mí... “(El Peregrino ruso)
● Busco un lugar tranquilo, desentendiéndome de
todo para centrarme en lo que estoy haciendo. Le
pido a Dios que me ilumine en este tiempo de oración.
● Contemplo la escena, Jesús, el maestro, con sus
discípulos enseñando y respondiendo a sus interrogantes.
 ¿Dónde está mi tesoro?
en el trabajo, en la salud,
en el deporte, en la diversión
en las relaciones, en los negocios
en el prestigio…
● Escucho atentamente la propuesta de Jesús: hacer de Él, del Reino, de Dios mi tesoro.
● Miro mi mundo y veo donde está el tesoro de las
personas.
● Veo que hay personas que tienen a Dios y a su
Reino como su tesoro.
● Le pido a Dios para que Él y su proyecto sean
mi tesoro.
● Llamadas.
●
Oro lo que he contemplado.
a las personas, a todo lo que
● El presente texto de Lucas tiene acontece para descubrir las llamados temas, uno de ellos continua- das de Dios, para ver lo que Dios
nos pide en cada momento, o sea
ción del domingo anterior.
- Procuraos un tesoro para el cielo. poner los valores del Reino en cada situación concreta. Ordenarlo
- Estad preparados, vigilantes.
todo según los criterios de Dios.
● El tesoro para el cielo es Dios, su
● Todo ello pide de nosotros una
Proyecto, el Reino, la Vida eterna.
actitud comprometida para poder
Esto es lo prioritario.
aportar el espíritu del Evangelio,
● Con el fin de conseguir este gran el estilo de Jesús donde quiera
tesoro hay que vender nuestros que sea y al mismo tiempo procubienes, hay que supeditarlo todo a rar no estorbar a la acción que el
la finalidad del Reino, de Dios: co- Espíritu está haciendo y potensas, tiempo, lecturas, etc.
ciando todo lo bueno que unos y
● Y esto no es una huida del mun- otros hacen, pues no tenemos el
do sino que es ir a lo fundamental monopolio del Espíritu.
Notas para fijarnos en el Evangelio
porque Dios y su Reino desean y
promueven los valores que son capaces de mejorar sustancialmente
nuestro mundo: la paz, el respeto,
la libertad, la justicia, el perdón, la
esperanza, la alegría, etc.
● Jesús con todo ello nos invita a
tener un adecuado uso de los bienes, de las posesiones, desde las
opciones de la llegada del Reino de
Dios.
● El segundo tema es el de la vigilancia que Jesús lo muestra con
una parábola.
● Vivir cristianamente es esperar
vigilantemente. Estar atento a la
llegada del Reino en las personas y
en los acontecimientos de la vida.
● Vigilar, velar, estar despiertos
que quiere decir estar atento a la
vida, a la realidad, a las situaciones,
● Jesús también nos dice: no temáis, porque seáis pocos, por
vuestra pequeñez… Varias veces
Jesús en los evangelios nos invita
a alejar de nuestras vidas el miedo.
y de donde alimentan su vida…
La seguridad es para algunos
una obsesión.
Donde está tu tesoro
allí está tu corazón
Dónde está tu tesoro,
allí está tu corazón,
me dices hoy a mí.
Es posible que mi corazón
esté en la familia,
en
la
salud,
en lo que llevo entre manos
Señor Jesús si miro tu vida en Palestina,
como
la
parroquia, la diócesis,
según la memoria que de Ti
los
distintos
grupos
y sobre todo Cristo…
nos han transmitido
tus primeros seguidores,
Señor Jesús, ayúdame,
veo que tu tesoro está:
ayúdanos para que nuestro tesoro
en Dios Padre,
seas Tú, tu Reino y a partir de ahí
en la voluntad de Dios Padre,
lo que sea.
en el Proyecto de Dios Padre,
en el Reino que Dios Padre
Perdón por todas las veces
depositó en sus manos,
que en mi vida no manifiesto que Tú
en los humildes y sencillos,
eres mi tesoro
en las cosas de Dios como la naturaleza,
y que tu Reino es mi obsesión.
el templo… las personas todas ellas,
Ya sé que no somos nunca totalmente
la formación de los primeros Apóstoles,
blancos y que con frecuencia somos
el anuncio de la Buena Nueva,
ambivalentes.
la liberación de las personas,
Señor
Jesús,
ayúdanos a que cada día
la Vida Nueva,
transparentemos
mejor tu manera
el perdón de los pecados…
de ser y de pensar.
Señor Jesús,
Ayúdanos a ponerte a Ti y al Reino
si miro la vida de las personas
en el centro de nuestras vidas.
de mi entorno
Yo veo, Señor Jesús,
¿dónde veo su tesoro?
que hay quien vive para la agricultura,
Para unos está en la familia: los padres,
para su campo, para su granja,
abuelos, hijos, los hermanos, cuñados y
para el deporte, para su negocio…
cuñadas, etc.
Señor Jesús, que nosotros vivamos
para Ti y para tu Proyecto,
El trabajo en estos momentos
con lo que somos y tenemos.
es también un gran tesoro,
si hay trabajo hay tranquilidad,
Necesitamos tu ayuda, Señor Jesús,
esperanza, medios para poder vivir.
para centrarnos totalmente en Ti.
Del fútbol, de los deportes, también
se habla mucho por todas partes.
La política también es importante,
aunque últimamente los políticos
están poco valorados.
El dinero, la economía
es muy importante para muchos,
así como la vivienda, la salud.
La cultura, la profesión suelen ocupar
uno de los primeros lugares en la vida
de muchas personas.
La diversión, el pasárselo bien, suele ser
una meta para mucha gente.
La religión, Jesucristo,
la Iglesia, el Evangelio, tu Proyecto…
para muchas personas es su todo,
el espacio vital donde se mueven
Ver ● Juzgar ● Actuar
VER
omo consiliario diocesano de Acción Católica
C
General, y como acompañante de Equipos,
para señalar la necesidad de la formación, he
citado en muchas ocasiones el texto de 1Pe 3,
15: estad siempre prontos para dar razón de
vuestra esperanza a todo el que os la pidiere.
Como discípulos y apóstoles, necesitamos descubrir las razones para creer en Dios, y así después poder ofrecerlas a los demás, de modo que
la fe no aparezca como algo irracional, sino razonable. Manteniendo esto, desde hace unos
meses señalo que a veces esas razones que
apoyaban nuestra fe parece que se desvanecen,
o nos resultan insuficientes, y nos quedamos
sólo con la “f” y con la “e”, es decir, con un puro
y seco “me fío de Dios”, aunque no se encuentre ninguna razón para apoyar el asentimiento
de fe, incluso aunque las circunstancias personales o sociales parece que desdicen esa fe.
JUZGAR
lo que afirmaba el autor de la Carta a los
E sHebreos:
la fe es seguridad de lo que se es-
pera, y prueba de lo que no se ve. Aunque todavía no tengamos lo que esperamos, aunque no
“veamos”, por la fe tenemos no sólo la seguridad de alcanzarlo, sino que podemos actuar como si ya lo tuviéramos delante y lo estuviéramos viendo. Y como decíamos antes, no es una
fe irracional; nos fiamos de Dios, y por mucho
que las circunstancias parezcan negarlo, por lo
que hemos llegado a conocerlo sabemos que
está ahí y no nos dejará en la estacada.
Nuestra fe, aunque sea una fe desnuda, es fe
“en Dios”, y por eso, por Él, se convierte en el
motor de nuestra existencia, como hemos escuchado en la 2ª lectura: por fe obedeció Abrahán
a la llamada… salió sin saber adónde iba… y lo
mismo Isaac y Jacob… Por fe también Sara obtuvo fuerza para fundar un linaje… Ellos se fían
de Dios y de su promesa, y siguen adelante confiando en Él en las circunstancias favorables y
en las circunstancias adversas, incluso en situaciones incomprensibles: Por fe Abrahán, puesto
a prueba, ofreció a Isaac: y era su hijo único lo
que ofrecía, el destinatario de la promesa.
Y para que no nos queden dudas, el autor señala: Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido la tierra prometida; pero viéndola y saludándola de lejos. No pudieron ver realizada la
promesa, pero eso no les impidió seguir fiándose de Dios, sabiéndose eslabones de la cadena
que lleva a ese cumplimiento.
La promesa de Dios se mantuvo para el pueblo
de Israel, como hemos escuchado en la 1ª lectura: aquella noche se les anunció de antemano
a nuestros padres, para que tuvieran ánimo al
conocer con certeza la promesa de que se fiaban. Y esa promesa sigue vigente para nosotros,
como el propio Jesús nos ha recordado en el
”
e
“
a
l
y
”
f
Solo la “
Evangelio: No temas, pequeño rebaño: porque
vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino.
Somos herederos de la promesa de Dios, Jesús
nos lo ha dicho. ¿Nos fiamos de Él? Pues aunque
sólo sea por Él, porque nos lo ha prometido,
también nosotros debemos actuar en consecuencia.
El mismo Jesús nos dice cómo actuar: Vended
vuestros bienes y dad limosna; haceos… un tesoro en el cielo (como decíamos la semana pasada), estad como los que aguardan a que su
señor vuelva de la boda… estad preparados…
Por la fe en Jesús, tenemos que sabernos eslabones de la cadena que lleva al cumplimiento de
la promesa de Dios. Cada uno tenemos que ver
cómo concretar en nuestra vida estas indicaciones, aunque en algunos momentos sólo sintamos que tenemos la “f” y la “e”, aunque no
“veamos”, aunque no entendamos, aunque no
experimentemos… pero fiándonos del Señor.
ACTUAR
uáles son mis razones para creer en Dios?
¿C
¿Sabría dar razón de ellas a otros? ¿En alguna ocasión he experimentado que esas razo-
nes me resultaban insuficientes, que sólo tenía
la “f” y la “e”? ¿Me he seguido fiando de Dios,
como los personajes de la 2ª lectura, aunque no
“viera”, aunque las circunstancias fueran adversas e incomprensibles? ¿Me siento heredero de
la promesa de Dios, eslabón de la cadena que
lleva a su cumplimiento definitivo? ¿Cómo se
concreta eso en mi vida?
Decía Jesús en el Evangelio una frase que personalmente me interpela: Al que mucho se le
dio mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá. Tengamos la promesa de
Jesús: No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. Él nos
ha dado su palabra, nos ha confiado ser sus testigos. Aunque no sea fácil vivir por la fe, aunque
en ocasiones sea una fe desnuda, sigamos adelante porque el que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas (1Tes 5, 24).
Acción Católica General
Alfonso XI, 4 - 5º 28014 Madrid
www.accioncatolicageneral.es
acg@accioncatolicageneral.es
Descargar